Letrinas: El Crimen de la Secundaria Federal 5

Por Alejandro Carrillo | Isaac no volverá a correr el medio campo de los llanos de fútbol de Xochimehuacán imitando a sus ídolos del Real Madrid, ni a intercambiar frases de "Te amo" con Wendy por el face.

Por Alejandro Carrillo Cortés | Foto: Alejandro Carrillo Correa |


El Crimen de la Secundaria Federal 5



Isaac no volverá a correr el medio campo de los llanos de fútbol de Xochimehuacán imitando a sus ídolos del Real Madrid, ni a intercambiar frases de "Te amo" con Wendy por el face, ni a subir las escaleras de la Escuela Secundaria Federal 5 rumbo a clases, esas escaleras que bajó por última vez la tarde fría del fatídico miércoles 28 de enero cuando dos navajazos le arrebataron la vida.


Nunca se imaginó que tampoco volvería a cruzar caminando la puerta de la escuela de Hueyotlipan, allá por el norte polvoroso de Puebla, ni siquiera cuando tuvo frente a frente a Gregorio y éste le asestó el primer navajazo, que más por instinto que por habilidad, Isaac detuvo con un manotazo que le rebanó la palma de la mano izquierda e hizo teñir de rojo su uniforme azul marino; paralizado por la sangre que brotó con fuerza de su mano, ya no hizo un segundo intento por defenderse y su agresor con rabia, dio un paso atrás y se volvió a lanzar sobre su presa para empujar de frente la hoja metálica que se hundió abajo de la séptima costilla izquierda del estudiante del segundo grado.


Isaac se tambaleó y un escalofrío recorrió todo su cuerpo en medio de gritos de la histeria de sus compañeras que no alcanzaban a comprender cómo una "bronca pendeja" tenía a su amigo ahí dando sus últimos pasos; algunos buscaron al prefecto, otros corrieron a la dirección, como pudieron, algunos más, lo ayudaron a bajar los últimos escalones, "Llamen a la policía", pedían los del último año al ver el desconcierto, "No, pendejos, llamen una ambulancia" dijo alguien con más cordura que venganza.


En tan solo unos instantes la tranquila tarde de la Secundaria Federal 5 se volvió un manicomio, mientras la mirada perdida de Isaac se desvanecía con sus fuerzas, pocos se ponían de acuerdo qué hacer, en la dirección los minutos se hacían eternos mientras por teléfono se daban los últimos datos de la ubicación de la escuela por la línea de emergencia y mientras algunos profesores conminaban a la calma y esperar la ambulancia, "Está muy grave, si lo movemos lo podemos lastimar más" decían; otros no estaban tan de acuerdo, "Llevémoslo al hospital, al de la CAPU llegamos antes de que nos manden la ambulancia", alguien dijo y una camioneta trasladó vivo por última vez a Isaac Salazar Cuautle.



"¿Por qué, por qué, por qué?" se preguntaban las niñas de la 5 con llanto inconsolable sobre las bancas de concreto de la escuela que lleva el nombre de "Jesús Romero Flores", un destacado profesor de la época de la Revolución y el último diputado constituyente en morir, mientras Isaac ingresaba a la zona de urgencias del hospital del ISSSTE, ya inconsciente, prácticamente sin tensión arterial y "Con latidos cardíacos filantes...", como se asentó en el dictamen médico con el que se reportó su muerte apenas pasadas las 5 de la tarde.


Mientras tanto, policías municipales que mantenían detenido a Gregorío Gómez en la propia escuela, recibían una indicación por radio, "Chamaco pendejo, ¿Ya sabes lo que que hiciste?" seguramente le dijeron al agresor quien al salir sujeto de ambos brazos por los uniformados, igual que Isaac, jamás volverá a cruzar la puerta de la Federal 5, pues le esperan, seguramente, 5 años de cárcel en un reclusorio para adolescentes.


La madre de Isaac, que tan solo unas horas antes había despedido a su hijo desde su casa en Barranca Honda con el clásico "Apúrate que vas a llegar tarde a la escuela", fue informada del fatal desenlace en los pasillos de atención continua del nosocomio, no entendió bien a bien que quisieron decir los médicos cuando le informaron que su hijo: "Fue atendido de acuerdo al protocolo de urgencias de este instituto... presentaba una herida producida por arma punzocortante en hemitórax izquierdo a nivel del séptimo espacio intercostal, así como en dorso de la mano izquierda, lo que provocó sangrado intenso por el orificio del tórax... se le dio reanimación cardio-cerebro-pulmonar sin tener respuesta a ninguna maniobra, por lo que se determinó fallecimiento por choque hipovolémico, secundario a trauma torácico..." "¿Está muerto mi Isaac?" preguntó la madre, como esperando que alguien le dijera que no, como esperando despertar de una pesadilla que nadie quiere tener.


Dos horas después de ese miércoles, casi al filo de las siete de la noche, personal de la Agencia Especializada en Homicidios de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Puebla, llegó hasta el hospital a realizar lo que se denomina como el "levantamiento de cadáver", Gregorio quedó detenido y sujeto a investigación, la escuela recibió al día siguiente veladoras que colocaron en el lugar de los hechos junto a la foto del que de ahora en adelante será nombrado en las investigaciones policiacas como "El hoy occiso" y el director, Alfonso Villaverde Meza, fue solo para recoger sus cosas personales y atender dos o tres asuntos pendientes aunque sabía ya desde entonces, que estaba destituido de dicho cargo, con o sin responsabilidad en el incidente.


Los chavos de la 5, han dejado las frases de "Rómpele la madre" para mejor ocasión, el luto que invade a todos, los hace intercambiar comentarios de lamentación y condolencias, ya sea tras los muros grafiteados de la Federal 5 o en los muros del face en los que han sustituido su foto de perfil, por la del clásico moño negro; la muerte que palparon frente a sus rostros, los hace sabedores que fue Isaac, pero pudo ser cualquier otro, "Hay que bajarle al desmadre" dicen hasta los más aguerridos que se las ingenian para burlar a los profes y meter de vez en vez un six de chelas, pero pronto se olvidará y todo volverá a ser como antes, es nuestra condición humana.


La Federal 5 no es distinta a las demás escuelas públicas de Puebla, conviven por igual culturas disímbolas que chocan y se funden entre sí, desde el "matado" que cumple todas las tareas, hasta el "desadaptado" que le vale madres todo; el personal docente no es diferente, igual encuentras a la profesora que busca mínimo crear conciencia ecológica, "Si no aprenden matemáticas, por lo menos que cuiden el planeta..." dicen, que el profe "barco", que solapa todo para ocultar su falta de responsabilidad docente, "Por este piche salario de hambre no voy a hacer lo que sus padres no pueden...", desparpajados afirman.


Un crimen como el que vivió la Federal 5, hubiera puesto a cualquier ciudadano tras las rejas hasta 40 años en Puebla, no a Gregorio que gozará del beneficio de la ley, a sus 14 años será juzgado como menor de edad por un tribunal especial de justicia para adolescentes, tampoco terminará sus días en una celda inhóspita del CERESO, irá a un centro especial para menores por no más de 5 años, pues así lo establece esa ley y antes de que cumpla 20 años cruzará las puertas de la correccional juvenil y él, solo él, sabrá entonces si aprendió la lección; en tanto, Isaac no volverá a cruzar la puerta del salón 2-F, ni a sudar la playera tratando de poner un pase de gol para lucirse con Wendy, ni su madre lo volverá a apurar para que no llegue tarde a la escuela, lo que sí volverá a suceder, en la Federal 5, la 6 o la 7, será ese empujón al abismo que nace a veces con unas cuántas palabras, con un "Mira a ese güey, tiene novia y quiere con tu morra, ¡Rómpele la madre..! Aunque luego andemos exigiendo justicia y lloriqueando nuestras imprudencias, es nuestra condición humana.


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