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Sobre el primer aniversario de La Perlita y la estética relacional de Nicolas Bourriaud


Iván García Mora | Fotos: Omar Delgado | 

 

La forma de la obra contemporánea se extiende más allá de su forma material: es una amalgama, un principio aglutinante dinámico. Una obra de arte es un punto sobre una línea. (Nicolas Bourriaud).

 

La Perlita, antes que cualquier cosa, es un punto sobre una línea.

             Una obra de arte creada por Daniela Villa Cantú y Daniela D’Acosta. Porque la gestión cultural también es un acto creativo. Gestionar un espacio es crear las condiciones para que otrxs se relacionen. Aglutinar instintos y percepciones que se traducen en “obra”.

              Y estar frente a la obra de arte nos convierte en parte de ella.

              Danzantes que narran con el cuerpo, artistas plásticos que narran con pinturas e instalaciones, músicos que narran con el sonido; todxs ellxs, junto al público que les presta atención, son el glóbulo nacarado que da vida a La Perlita.

              Un espacio para imaginar.

              Un parque de diversiones para artistas,

              ubicado en el centro de Ensenada.

 

…la obra suscita encuentros y da citas, administra su propia temporalidad. (Nicolas Bourriaud).

 

Un año de vida para un espacio cultural es un alivio.

              Aire fresco y sombra

              bajo el sol quemante del capitalismo.

              Toda obra de arte es nuestra mente extendida a la materialidad.

              La imaginación vive afuera.

              En este año, el dúo de Danielas imaginaron a La Perlita como fabrica de creación, galería, venue para conciertos, escenario para teatrerxs, restaurante, bar.

              Su mutabilidad es su fuerza. Sus ganas de albergar.

              “La poesía es la continuación de la infancia por otros medios”, nos dice María Negroni. Un verso/armadura que le cabe a todxs lxs artistas, incluyendo a lxs gestores culturales.

              Celebrar el primer año de La Perlita significa celebrar el juego eterno. Es entender que al arte es arena para todxs, espuma para todxs, oleaje para todxs, fiesta para todxs.

 

Dicho de otra manera, lo que el artista produce en primer lugar son relaciones entre las personas y el mundo. (Nicolas Bourriaud)

 

La fiesta de cumpleaños por el 1er aniversario de La Perlita inició con:

              Acto 1: La Expo de Afuera “Esculturas y Murales”.

              Jocelin y yo viajamos en camión desde Tijuana; dos horas de chisme, desamor y porvenir salieron de nuestras bocas. Al llegar a La Perlita y pagar la entrada, recibimos vino de cortesía. Caminamos hasta el fondo del patio y descubrimos una fuente de ostiones.

              La gente se aglomeraba alrededor.

              Murales de Joel Mayoral, Leonardo Ortega, Gibrán Turón y Hachemuda en las paredes.

              Las buenas fiestas se asemejan a los buenos cuentos: tienen una gran introducción.

              Beber, comer, reír: la trama relacional por excelencia.

              La más placentera.

              Pasamos un rato saludando a algunas caras conocidas. Luego llegó Caro a la celebración, cubierta por un abrigo café: más peluche que persona.

              “Mientras más crudo el marisco es mejor”.

              Emocionada por los ostiones, me pidió que la acompañara para que nadie la viera comiendo. Este gesto de ternura, intimidad y gozo es lo que provocan algunas de las grandes obras.

              Y yo, ahí estaba:

              Cubriendo con mi altura a la mejor amiga de mi novia, mientras devoraba moluscos a escondidas.

 

Con gestos pequeños el arte, como programa angelical, realiza un conjunto de tareas al lado o por debajo del sistema económico real con el fin de zurcir pacientemente la trama relacional. (Nicolas Bourriaud).

 

Acto 2: Sala de zapatos by La Nopalera.

              La Nopalera es un playground liderado por Daniela Villa Cantú. Un taller de cerámica del que bien se podría escribir una sitcom. Junto a Isa, Meli, Ana Sofía y Lluvia, Daniela moldea el mundo con sus manos.

              Ubicado dentro de La Perlita, La Nopalera es un Rugrats que pone la risa, el juego y el afecto como elementos esenciales para aprender a manejar el barro.

              Sin embargo, para esta instalación, las manos de quienes asistimos no fueron lo más importante, sino los pies.

              Antes de entrar, Isa le daba una bolsa a todas las personas para que guardaran sus zapatos.

              “Fiesta de queso”, recuerdo risas y calcetines.

              Jocelin, Caro y yo nos adentramos.

              Del techo brotaban cortinas transparentes,

              acomodadas de tal forma que anunciaban pasillos circulares.

              Al centro de todo, como un núcleo planetario, colgaba una pieza compuesta por figuras irregulares.

              “Son como hojuelas de zucaritas”.

              Hechas con cerámica. Pendiendo de un hilo.

              Alumbradas de tal forma que

              su geometría asimétrica

              simulaba el irrepetible brillo

              del sol sobre el mar.

              De pronto me sentí como en una pecera.

              Esa sensación de profundidad se reafirmaba con el ambient jam que lanzaban Phanta, David Martínez, Braulio Lam, Bruno Zampano y Jota M.

              Mis amigas y yo nos sentamos en un cojín enorme y de color arena, pegados a la pared. Luego Dani nos sugirió: “¿Y si jalan el cojín debajo de la pieza?”.

              Dos minutos después, distintos grupos de gente arrimaban su cojín hasta el centro.


              De a poco las sensaciones cambiaron. Nos acostamos y vimos los zucaritas desde abajo. “Mira, parece una bacteria”, “¡Una medusa!”. “Esa tiene cara de concha”.

              Éramos la arena debajo de esos seres de cerámica.

              Estábamos en el clímax de la historia.

              Un silencio total de pensamientos.

              Solo la pieza sonora al fondo y los susurros de decenas de personas a nuestro alrededor.

              Por un momento, imaginé que la instalación sobre nosotros era un móvil para una cuna.

              “…es un espacio vacío o en construcción que siempre se está llenando de nuevos contenidos, de nuevas imágenes. Es un significante sin identidad, que se llena constantemente de nuevos significados”, Byung-Chul Han sobre la mutabilidad de la obra de arte.

              Pasé de ser arena a ser niño en tan solo segundos.

              Giré la cabeza, a lo lejos Isa sonreía.

              Ver a tu novia con ese brillo en la boca,

              sentir que también es tu brillo.

              Sentir que tú eres el sonido de la guitarra de Braulio.

              Sentir que las piezas de cerámica sobre ti

              son infinitas posibilidades de tus pensamientos.

              Volverse un continuo

              con la obra de arte.

 

 Parece más urgente inventar relaciones posibles con los vecinos, en el presente, que esperar días mejores. Eso es todo, pero ya es muchísimo. (Nicolas Bourriaud).

 

Acto 3: Ya hace hambre y ganas de bailar.

              Sí, hay una urgencia por dejar de cosificar los lazos.

              Dejar de pensar que los afectos tienen que ver con transacciones.

              Materiales, emocionales o simbólicas.

              La parte tres de esta fiesta se mudó a la bodega de La Perlita. Ya con zapatos puestos, degustamos tostadas de verduras y ostiones ahumados. Compartimos risas y anhelos.

              La oscuridad y la música Disco eran nuestro cielo.

              Braulio se acercó y me jaló para hablar con él.

              Su tez blanca, cabello rojizo y su voz: nada ha cambiado desde hace 12 años, cuando compartíamos el mismo profesor de guitarra y la misma hora de clase.

              “Nadie te enseña a envejecer”.

              Sus palabras son una reafirmación de que vivimos en una sociedad que glorifica la juventud.

              Estos temas se tienen que hablar.

              ¿Cómo envejecer “bien” sin tropezarte en el intento?

              Mi única respuesta es

              creando un grupo sólido de amistades.

              Montañas que sirvan de apoyo emocional.

              Pienso en el dúo de Danis y su equipo de trabajo. Un año de sostenerse mutuamente. De cabalgar el infinito amor por la creación artística y la gestión de un espacio.

              En algún punto, Braulio se fue.

              Me quedé con Caro, Jocelin e Isa, quien por fin se unió de tiempo completo a nuestro equipo nocturno. Decidimos abandonar la bodega, regresar a los cojines de arena.

              Volver a ser niñxs.

              La sala estaba en completo silencio.

              Solo nuestros chismes y risas la habitaban.

              Así, en calcetines, comenzó una pijamada que se desplegó hasta el departamento de Isa. Hasta allá se extendieron las emociones provocadas por el aniversario de La Perlita. Hasta los oídos de quienes, un día después, preguntaron cómo estuvo la fiesta. Hasta los ojos de quienes leerán este texto.

              “Cada época sueña a la siguiente” (Jules Michelet).

              La Perlita es un sueño materializado en el presente, pero que apunta al futuro.

              Un sueño. Una casa. Un nido.

              Eso. Sobre todo eso.

              Un nido.



La oscuridad del alma: acercamiento a la obra de Jonathan Barbieri


Por Samanta Galán Villa | 


Hay imágenes que, como la muerte, nos llevan sin pedir permiso hacia la oscuridad. Ese fue mi pensamiento al verme, cara a cara, con la impactante colección expuesta en el Museo de los Pintores Oaxaqueños: Obra Inédita 1989-2021, del pintor Jonathan Barbieri (Washington, 1955).

Entre los pasillos del museo, nos podíamos topar con el cuadro de una niña peinándose el cabello con los dedos sangrantes, frente a un pastel azul. Una buena porción de sesos sobre un plato de cerámica con el fondo verde pistache. O también la reunión de amigos en una cantina, en la que no sólo convergen personajes melancólicos, sino también sus emociones, sus demonios y tristezas, emergidos por la bravura del alcohol.

Jonathan llegó a México en la década de los ochentas y encontró su lugar en el estado de Oaxaca. En aquellos años, quedó fascinado por las cantinas del centro: sitios concurridos por seres marginales que viven a flor de piel ese lado humano maldito que no se elige y se impone como un destino. Como una cruz.

Podemos encontrar la obra que resultó de esta época en el libro La Pierde Almas, editado y publicado por Punta Cometa y Quarentena Ediciones. En este copilado de dibujos y pinturas, Barbieri nos da un recorrido por las ya extintas cantinas de Oaxaca de la década de los noventa. En la que muchos de los obreros, prostitutas y locos se reunían para escenificar ante los ojos despiertos del pintor un momento, un instante irrepetible que debió plasmar para grabarse en su memoria y en el tiempo.

En estos espacios donde imperan las luces opacas y sucias, Jonathan descubrió lo que es, desde mi punto de vista, ese hilo negro que conecta a toda la humanidad: emociones feroces y profundas como la traición, la soledad, la envidia y, por supuesto, el amor.

Los personajes de este artista cuentan una historia con sólo observar su expresión, un gesto y también ubicando el lugar que ocupan en las pinturas. El autor maneja cuartos pequeños, cerrados, en los que se pude ver esa neblina del humo de cigarro, o un cuarto sin foco, pero con la iluminación suficiente para distinguir excremento a los pies de un muchacho.

El espacio que se maneja en varias de estas pinturas es íntimo, apenas un cuarto en el que, como espectadores, nos incluye. Como si la vista del otro fuera una cuarta pared que permite la intimidad de una revelación.

Analizando la obra de este artista, que utiliza con gran destreza y emotividad la pintura de caballete, me lleva a pensar en qué es lo que inspira a pintores como Barbieri, Goitia, José Clemente Orozco y Julio Ruelas a girar la vista a este lado oscuro de la humanidad para llevarlo al arte. Qué es lo que nació en escritores como José Revueltas y Juan Rulfo para dejar de lado historias épicas, de conquistas, de triunfos y victorias, para sumergirse en las aguas pantanosas de la marginalidad, la miseria y la locura.

Una suerte de respuesta la encontré en la magnífica obra Las Posibilidades del Odio, de la mexicana María Luisa Puga. La escritora nos entrega una novela que tiene como tema central la colonización africana. Más tarde, en su diario, Puga nos dice que al vivir en Nairobi se dio cuenta que el hambre es la misma en México y en África. El dolor es el mismo en todo el mundo.

De forma invariable, esto me lleva a concluir que hay cierta unificación en el dolor, en la soledad, en el amor peligroso y titánico que nos arrastra casi siempre a la devastación. Es en pinturas como las de Jonathan Barbieri que encontramos la puerta que nos conduce a una introspección profunda.

¿Qué es lo que lleva a los artistas (de cualquier tipo) a llevar estos temas al arte? Quizá la respuesta la encontremos dentro de nosotros mismos, al dejarnos envolver y guiar por estas obras. Observando sus trazos y temas más allá de polémicas estéticas. Lo bello y lo cruel son caras de una misma moneda.

La oscuridad y la luz están presentes de manera armónica en la obra de este pintor, que a través de su mirada nos invita a contemplar escenas que nos estremecen y nos arrebatan por un momento del atiborramiento de la cotidianidad, y dirigen nuestra vista y entrañas a la miseria, a la perdición de los vicios, a la locura, al absurdo, a experimentar por un momento el sinsabor de la muerte.


* Agradecemos al pintor el material gráfico que acompaña este artículo. Conoce más de la obra de Jonathan Barbieri en su página oficial.

Ese pequeño punto azul: una mirada artística del planeta, a través de la obra de Berta Kolteniuk


  • La exposición se inaugura el 12 de marzo a las 13:00 hrs, como parte del mes de conmemoraciones a la mujer y estará abierta hasta el 29 de mayo en la sala Salvador Novo del Museo de la Ciudad de México (Pino Suárez # 30, Centro Histórico).


Acerca de Ese pequeño punto azul

Se trata de una reflexión sobre el mundo en el que vivimos, una visión del planeta desde el espacio, como ese pequeño punto azul que orbita en el universo. Somos todos pequeñas criaturas que habitan un planeta generoso en naturaleza, que nos da vida y es nuestro único hogar posible, el planeta que debemos cuidar. La pandemia, nos ha puesto a todos en el mismo nivel de incertidumbre y afectación, sin importar el lugar, la geografía, la condición social o racial, es una conciencia que nos ha unido en medio de una realidad compleja. Pero también hay muestras de lo contrario, actos infames como por ejemplo la muerte de George Floyd en Estados Unidos, motivó a la artista a realizar la obra “I can’t breathe”, que consiste en una instalación de 54 paneles pequeños de diferentes tonos de azul, pintados al óleo, con un horizonte blanco colocado a distintas alturas, para generar un ritmo con la idea de un respiro, era como pintar el aire, el cielo en todos los tonos posibles. Estarán colocados sobre unas pequeñas repisas, en hileras de tres, formando una longitud de 7 metros, para que el espectador lo camine.

Pangea, título de otra pieza, realizada con pintura acrílica derramada sobre un bastidor con tela de casi dos metros, está hecha con una paleta cromática de colores sutiles, los tonos más bajos posibles que dan una vibración fría en relación al blanco. Es una referencia a la fragilidad de la vida, “ así era como muchos nos estábamos sintiendo, no podía usar otros colores en ese momento y realicé muchas piezas que curiosamente, lo que produjeron en el espectador fue una sensación de ternura. Pangea es el mundo en origen, cuando todo era un solo continente”, dice Kolteniuk.



Según Rodrigo Ramírez, el trabajo de Berta Kolteniuk se genera como una afectación tectónica-(exterior) corporal- (interior), como respuesta sensible y afectiva a su apertura absoluta del mundo. Concebidas así como Cuerpomundo, sus obras son constelaciones de órganos o universos colapsados al interior de espacios micro-afectivos que develan una existencia que no tiene límites fijos y surge como la intrusión de una dimensión maquínica inconsciente en la subjetividad ordinaria. Como práctica, su obra busca dar corporalidad y posibilidad a la materia como sensación, volcando el interior del cuerpo al exterior, pintura de los bordes, receptáculo del afecto y de la pasión-afección del mundo. La pieza central, y que da nombre a la exposición, es una escultura interactiva que consiste en una esfera cubierta con tiras de pintura acrílica de color azul y estará colocada al centro de la sala, sobre una tarima de madera donde el espectador tendrá la oportunidad de hacerla rodar de un lado al otro. Una pequeña acción puede tener mayores repercusiones.

“Mi trabajo se encuentra dentro del contexto de la pintura expandida. Investigo la pintura misma y su campo de acción dentro y fuera del bastidor explorando el espacio hacia lo tridimensional. Mi interés y asombro por la naturaleza me han llevado a investigar sobre el origen de la vida, las formas biológicas como las células, animales, plantas o planetas, de lo micro a lo macro cósmico."

Berta Kolteniuk estudió Artes Visuales en la ENAP, UNAM, 1976-80. Ha realizado 25 exposiciones individuales y participado en más de 100 colectivas tanto en México como en el extranjero. Radicó siete años en Estados Unidos, de 1997 a 2004, donde se inició como curadora.



Cartas a Jonas: convocatoria de arte postal

La Galería Experimental Liliput ha convocado a homenajear al cineasta lituano Jonas Mekas a través de un ejercicio de arte postal que tendrá como fin una exposición presencial de todas las piezas recibidas hasta el 20 de julio. Actualmente se han aceptado más de 70 piezas provenientes de 13 países.

El realizador Jonas Mekas, fallecido en 2019, es considerado uno de los grandes poetas cinematrográficos de la contracultura neoyorquina.

Convocatoria Internacional de Arte postal Cartas a Jonas 
CARTAS A JONAS

Convocatoria de ARTE CORREO
Tema: Homenaje a Jonas Mekas
Fecha límite: 20 de Julio de 2021
Fecha de EXPOSICIÓN 1-  24 Julio 2021 
Técnica: Libre (acuarela, pintura, grabado, dibujo, bordado, video, collage, fotografía, etc.)
Tamaño: Máximo Carta (21 x 28 cm)
Participación: Gratis
Es posible participar con un máximo de 2 obras.
Abierto a todos, sin límite de edad, nacionalidad, etc
Indique claramente en el reverso de su trabajo: nombre y apellido / dirección / dirección de correo electrónico / título del trabajo / año.
Cada participante debe enviar trabajos relacionados con la obra de JONAS MEKAS
Sin selección, sin jurado, sin venta.
No se acepta ninguna responsabilidad por los problemas causados por daños, demoras o pérdidas.
Las imágenes de las obras enviadas pueden ser utilizadas por la organización de la manera y para los fines que se consideren apropiados, sin reclamo financiero de los artistas participantes.
Está prevista una primera exposición en Galería Experimental Liliput en Julio de 2021.
En los próximos meses, se comunicarán los detalles de la exposición.
Los trabajos deben ser enviados únicamente por servicio postal tradicional.
La opción de enviar los trabajos en sobre o fuera de sobre es libre.
Se excluirán los trabajos pornográficos, racistas, militaristas, homofóbicos, nazis, blasfemos, sexistas, etc.
Los trabajos recibidos no serán devueltos.
ENVIAR A:
Devin Cohen
Diagonal 18 sur 4563, Colonia Jardines de San Manuel Puebla, Puebla México CP:72580

Contacto: liliput.xperimental@outlook.com
Devin Cohen
Dirección
Galería Experimental Liliput


Bruce Nauman y el encierro

Escritos desde la azotea | Por Adrián Carpio

Una de las características más debatibles del arte contemporáneo está en su temporalidad, pues pareciera se trata de un arte sujeto a condiciones mediáticas, pero hoy, a poco más de cincuenta años de haber sido creada Walking in an Exaggerated Manner Around the Perimeter of a Square, probablemente, la obra adquiere más sentido que antes.

Filmada en formato blanco y negro con una duración de diez minutos la obra sugiere precisamente eso, un recorrido, por parte del artista, de forma exagerada sobre el perímetro de un cuadrado dibujado en el piso del estudio, primero hacia adelante, luego hacia atrás. Dos de los elementos más importantes de esta pieza son el encuadre y el desdibujamiento del concepto de intimidad; el primero, al no captar la totalidad del cuadrado, propone la idea de un espacio ficticio donde la imaginación es la encargada de completar la figura; la segunda, una relación íntima entre el artista y el espectador donde la obra se convierte en una especie de ventana que los conecta y permite ver hacia dentro de aquello que antes fue privado, el estudio.

¿Cómo nombrar ese espacio donde sucede todo? Probablemente la actividad más importante del ser humano sea la del caminar ya que nos permite no solo trasladarnos de un lugar a otro, sino efectuar un reconocimiento del medio ambiente, interactuar con lo que nos rodea; el caminar es conocer, pero también comunicar. Es normal, pues, que el lugar ideal para realizar esta actividad sea el espacio público, pero ¿qué ha sucedido con esta acción desde el inicio del confinamiento? A partir de que la pandemia se implantó como un nuevo régimen, me he preguntado constantemente acerca de los espacios que debimos replantear, reinventar o rescatar para escapar de la monotonía que representa el estar encerrado en nuestro bunker/habitación.

Para todos aquellos a los que nos ha tocado la fortuna o desgracia de experimentar una especie de cuarentena extendida donde, a excepción de unas contadas ocasiones, las salidas a la tiendita de la esquina por suministros para la semana constituyen el único contacto con el exterior, la novedad en los recorridos dentro de nuestros espacios (que curiosamente son cuadrados; habitaciones, celulares, computadoras) se limitan a las diferentes formas en cómo caminamos alrededor de ellos; quizá, en los últimos meses, de forma exagerada.

El arte simula la vida cotidiana. Probablemente cuando Nauman creó esta pieza lo hizo en función de conceptualizar lo que representa el estar encerrado en un espacio que es, literalmente, un mundo desde el cual puede proyectarse (como él mismo declaró) ante una especie de vacío que representa la pérdida del contacto con lo exterior; existe en el video una fusión entre lo privado y una necesidad imperativa de “seguir adelante”, ¿acaso no es la dinámica bajo la cual nos relacionamos hoy en día? Bajo la lógica de un “peor es nada” gran parte de la población actual nos hemos visto inmersos en una experiencia similar donde el trabajo o estudio a distancia ha desdibujado los límites de lo privado, y la forma en como interactuamos (los fondos de pantalla en teams, por ejemplo) se presume como un intento de caminar de forma diferente, tal vez exagerada, a través de esta realidad contingente donde, además, los cuerpos deben ser completados desde la imaginación o el recuerdo.

Crónica de un peatón: Don Emilio, el contrabajista

Crónica de un peatón | Por Alejandro Carrillo | Foto: Chaneke Correa (Julio 2014)

Don Emilio nos abre las puertas de su casa al tiempo que abre una botella de whisky para celebrar -o quizás no- una noche épica de música de 'etiqueta'. Don Emilo es contrabajista en la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes y ha estado ligado al oficio durante más de veinticinco años; -mi edad- pienso para mis adentros, al tiempo que me pierdo en sus gafas de pasta perfectamente zurcidas con un alambrito y cinta de aislar.

Don Emilio no es diferente a otros músicos; habla como músico, gesticula como músico, alza la voz como músico, se queja de otros músicos como músico, bebe como músico. Busca mi aprobación sobre el concierto de esa noche y yo temo quedarme corto. -¡Poca madre!- es lo único que se me ocurre decir al no encontrar en ese momento un adjetivo más 'a tono' para describir el recital de hace un par de horas. Para mi fortuna, esa respuesta parece complacerle a Don Emilio y revira satisfecho -sí, estuvo chingón-.

Me habla de la vida del hombre que se convirtió en músico. Del día que hizo maletas y se fue a la capital a vivir a una vecindad que tenía un grifo de agua helada que usaba como regadera sólo para llegar y aprender de los maestros más reconocidos de la época. Me cuenta que la vida no se ha tornado muy diferente desde entonces y que los músicos tienen las mismas calamidades de hace treinta años. Sin embargo, puedo notar que la música le ha dado a ese hombre más de lo que cualquier mortal pudiese tener en el mundo. No sé lo que sea, pero hay algo que ahí está y que Don Emilio recuerda al  perder su mirada en los círculos anaranjados pintados en los mosaicos del piso.

Se acaba el agua mineral y Don Emilio se sirve uno en las rocas para hablar de música. Habla de Schubert, de Tchaikovsky, de Brahms, de La Quinta, de La Novena, de las más grandes obras de la música clásica. Habla de los violinistas rusos, de los franceses, de los checos; pero algo lo detiene. -Mira, esos güeyes podrán ejecutar perfectamente y ser rubios, pero no te tocan el Huapango de Moncayo, por eso somos más chingones- dice convencido mientras lleva con su índice el compás ternario de la obra -parapapapapá, parapapapapá-.

Don Emilio rocanrolea. Con todo el conocimiento y las experiencias que un músico de su talante puede tener, no olvida la primera vez que escuchó el 'Dark Side of the Moon' y habla de Roger Waters como si estuviera hablando de Mozart -incluso con más admiración-. Recuerda algunos amigos, algunos lugares, algunas mujeres, algunos excesos y concluye con un -soy muy afortunado-, mientras hace una mueca burlona que lo dice todo.

Me marcho de la casa de Don Emilio pensando en volver pronto por otra historia y quizá otro vaso de whisky. Me repito en voz alta eso último que me dijo -soy muy afortunado-.

En memoria de Emilio Sierra Olguín. Gracias por los whiskys y por la música.

La importancia de llamarse Ernesto Cardenal

"Esta será mi venganza: Que un día llegue a tus manos el libro de un poeta famoso y leas estas líneas que el autor escribió para ti y tú no lo sepas"


Poeta, escultor y sacerdote jesuita revolucionario; Ernesto Cardenal nació en Nicaragua en 1925 y llegó a nuestro país cuando tenía 18 años para estudiar en las aulas de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. Mundialmente reconocido por su carácter combativo y por sus poemas a Claudia.

El político y también traductor, estuvo algunos años en nuestro país antes de continuar sus estudios en Nueva York y Europa. En 1950 se hizo guerrillero y regresó a Nicaragua para luchar contra la dictadura de Anastasio Somoza, en donde se desarrolló como artista. Volvería años más tarde a México para enclaustarse en un monasterio benedictino de Cuernavaca, Morelos, lugar que lo forjó como uno de los principales defensores de la teología de la liberación, doctrina religiosa que antepone la realidad de los más pobres como el desafío primordial de la iglesia.

“México es mi segunda patria y no tengo muchas. Sólo dos. Nicaragua y México es la segunda”.


“El amor a la belleza, me llevo al amor a dios y eso me llevó a la revolución, y ahora desarrolló mi vocación de poeta, pero una cosa es importante, México me hizo revolucionario”


Como tantos poetas de la época, Cardenal viajó a Chile para entrevistarse con el presidente Salvador Allende y la Unidad Popular. Durante los años setenta colaboró en su país de manera muy activa con el Frente Sandinista de Liberación Nacional y fue nombrado ministro de cultura el mismo día que fue derrocada la dictadura de Somoza. De hecho fue criticado severamente por la Iglesia y el Vaticano, específicamente por Juan Pablo II, quien le recriminó formar parte del gobierno revolucionario y difundir pensamientos comunistas, y en 1984 lo suspendió del ministerio "debido a su militancia política" en el FSLN.

En los últimos años, el escritor de más de treinta libros y otros tantos ensayos, centró su interés en el tema científico, "la expresión de la creación en la ciencia. Leo muchos textos de divulgación científica. Leo desde biología, antropología, etnología, física, astronomía. Me apasiona mucho, desde el cosmos y las galaxias, hasta los peces y mariposas. Para mi todo ello es también poesía, ciencia poética".

"La poesía es un arma y es revolución. La poesía es el lenguaje que nos hizo humanos y sirve para ayudar a combatir la desigualdad, la injusticia y todo el mal de la tierra”. La violencia que se vive hoy en México “es horrible”

El 17 de febrero de 2019 se dio a conocer una carta del Papa Francisco a Ernesto Cardenal informándole del levantamiento de la suspensión a divinis impuesta por Juan Pablo II. Murió el 1 de marzo de 2020 a los 95 años en Managua, Nicaragua. Un enamorado de la revolución en toda la extensión de la palabra.


      EPIGRAMA


Al perderte yo a ti,

tú y yo hemos perdido:


yo, porque tú eras

lo que yo más amaba,


y tú, porque yo era

el que te amaba más.


Pero de nosotros dos,

tú pierdes más que yo:


porque yo podré

amar a otras
como te amaba a ti,


pero a ti nadie te amará

como te amaba yo.


Muchachas que algún día

leaís emocionadas estos versos

Y soñéis con un poeta

Sabed que yo los hice

para una como vosotras

y que fue en vano.

Edith Piaf: un hymne d’amour et tragédie


Call me old fashioned... please! | Por Mónica Castro Lara |


Hace un par de días aquí en México, experimentamos un clima de locos: tremendos ventarrones, fuertes lluvias, mucho frío y un cielo increíblemente nublado. La cuestión es que, en tan sólo 24 horas, fuimos capaces de experimentar las cuatro estaciones del año y, si hay algo positivo en este clima tan loco, es que me transportó automáticamente a París. No quiero sonar snob o algo por el estilo, pero aquellos que hemos tenido el enorme privilegio y placer de visitar la Ville Lumière, sabrán exactamente de qué estoy hablando. Mi experiencia en París fue prácticamente la misma que en esos días de clima extremo y, como tal, me di a la tarea de vivir unos días parisinos leyendo y escribiendo bastante. Pasó poco tiempo antes de que me diera cuenta de que a mi lectura y escritura, les hacía falta un buen soundtrack francés que las enalteciera y quién mejor que la mismísima Edith Piaf para dicha labor. No fue mucha casualidad el haberla seleccionado porque ya tenía pensado escribir sobre ella en esta ocasión, pero su compañía durante estos últimos días, reafirmó mi admiración por esta extraordinaria y compleja mujer.  

Seguramente a muchos de ustedes les ha pasado como a mí, que cuando escuchan cantar a Edith les dan unas ansias terribles por aprender a hablar francés con el fin de apreciar a detalle sus canciones; sabemos que éstas hablan de amor, desamor, dolor, pérdidas, lo apasionante de una one night stand como prostituta y lo maravillosa que es la vida cuando estamos enamorados, tal y como nos lo dice en "La Vie en Rose" que sin duda es de mis canciones favoritas. Su maravillosa voz junto con esos constantes grr's que hace al cantar, hacen que nos importe poco el no saber francés, porque lo que nos regala Edith es mucho más importante que eso.

Regresando un poco a la tierna "La Vie en Rose" (que todos anhelamos nos la canten algún día), se dice que Piaf la escribió en una servilleta mientras tomaba un rico café, justo al terminar la Segunda Guerra Mundial, donde sin duda era necesaria una canción con ese tipo de letra para levantar los ánimos de la gente. ¿Ustedes cuántas versiones han escuchado de dicha canción? Porque según yo hay miles. Bueno no sé si miles, pero sí muchas, con decirles que hasta hay una versión horrorosa de Thalía y no, no se las recomiendo para nada; a mí me bastó una sola vez para odiarla para siempre. Ya hasta me dio escalofrío, así que sigamos con lo que les estaba diciendo. De todos esos covers que se han hecho de la canción, puedo decirles con toda honestidad que mis favoritos son los siguientes tres: 1) el de Louis Armstrong, por supuesto 2) el de la actriz Cristin Milioti de la serie de televisión "How I Met Your Mother" (muy linda con su ukulele) y 3) el de una chica llamada Daniela Andrade que descubrí apenas gracias al Spotify de mi tío, en una agradable tarde en la Ciudad de México. La mayoría creemos que "La Vie en Rose" es la canción ícono de Piaf y ¿quieren que les cuente un dato muy random? Esta canción fue interpretada por la mismísima Edith en inglés y en español en la película mexicana “Música de Siempre” de 1958, en donde literalmente sale interpretándola en la película. No exagero, pero es de lo más exótico que he descubierto sobre ella, sobre todo porque es algo que no me esperaba.



La leyenda de Édith Giovanna Gassion comienza precisamente así, con una leyenda. Se dice que su mamá, cuando estaba embarazada de ella y recién había entrado en labor de parto, salió a la calle para buscar a su marido que probablemente se encontraba en algún bar emborrachándose, por lo que no aguantó más y parió a la niña en una banqueta de la Rue de Belleville 72 de París, asistida por un par de policías. Luego de muchos años, la biógrafa de Piaf, Margaret Crosland, desmintió tal historia al tener acceso a los papeles que certificaban el nacimiento de Edith en un hospital. Obviamente a Edith le gustaba más la primera versión de su nacimiento ya que era una cuestión hasta simbólica el hecho de haber nacido literalmente en las calles y cuya carrera desarrolló en las mismas circunstancias. La cuestión es que tampoco tuvo una buena infancia: sus padres, Louis Alphonse Gassion y Annetta Giovanna Maillard, ambos bohemios cantantes y acróbatas circenses, simplemente la hicieron a un lado en cuanto pudieron. A su madre no le interesaba tener una hija y la abandonó casi inmediatamente después de nacer, dejándola bajo custodia de su padre quien a su vez, la deja encargada con su abuela que era la matrona de un burdel en Normandía. La verdad no sé qué tan cierta sea esta historia, al igual que su parcial ceguera debido a queratitis durante cuatro años, ya que hay biografías en donde sí se menciona, y otras en las que de plano no. Tal vez haya sido medio real y Edith y su gente se encargaron de ensalzarlas al igual que la historia de su nacimiento; nunca lo sabremos con exactitud. En la película "La Môme" de 2007 protagonizada por Marion Cotillard, sí se abordan todas esas temáticas, de una pequeña Piaf viviendo en el burdel de su abuela y las constantes huellas de abandono que repercutieron en todos los aspectos de su vida. Lo que sí es muy general en todas sus biografías es que era una niña solitaria, pobre, que andaba de un lado a otro sin ninguna estabilidad y que sepa Dios cómo aprendió a cantar. Lo artístico lo tenía ya en la sangre, eso sí.

Más o menos a la edad de 15 años, decide independizarse por completo de su padre y se va con su amiga Mômone a vivir sola en algunos de los peores barrios de París. Se dice que tuvo varios trabajillos por ahí pero lo que realmente le gustaba era cantar y beber en las calles y en algunos cafés, para ganar una que otra limosna por ello. Es a los 17 cuando se enamora de Louis Dupont y al poco rato queda embarazada de su primer y única hija llamada Marcelle, a la que pronto abandonaría tal y como su madre lo hizo con ella. Me queda claro que de plano las mujeres de esa familia no tenían para nada un instinto maternal y les importaba más sus "carreras" que traer hijos a este mundo y cuidar de ellos. Por tal motivo, la niña de apenas 2 años, fallece de meningitis. Se rumora que Edith tuvo que prostituirse para pagar los gastos del funeral, pero no es algo certero, así que nada más se los platico como mero chisme. En Montmartre es cuando define que lo suyo lo suyo, era cantar y trata de aprender de los artistas de ese mítico lugar, al escucharlos y verlos interpretar esas canciones que lo único de lo que hablaban eran de cuestiones miserables y trágicas que acontecían al vivir en las calles, pero que eran temas muy atractivos entre todas las clases sociales francesas. Se usaba una técnica llamada chanson réaliste que significa "la canción realista", género musical que tenía patrones muy específicos de interpretación basados totalmente en el melodrama. Todos sabemos que Piaf se volvió especialista en ello.

Después de su aprendizaje en Montmartre, toma la decisión de cantar en calles más adineradas y no tan bohemias, es aquí cuando Louis Leplée la escucha cantar cerca de su bar Le Gerny cerca de los Campos Elíseos y se pone las pilas para hacerla toda una estrella. Él es la figura paterna que tanto le hacía falta; no sólo la educa en aspectos artísticos, sino también en los personales. Leplée es quien crea a la Edith Piaf que todos conocemos, al darle el nombre de “La Môme Piaf” –que quiere decir “la chica gorrión”- debido a su corta estatura, delgadez, juventud y potencia de voz; es quien le dice que tiene que vestir siempre de negro, quien la ayuda a superar sus miedos escénicos y quien la contacta con un montón de gente importante. Le da casa, comida y la oportunidad de ganar dinero haciendo justo lo que a ella le gusta ¿Dónde podemos encontrar a un Leplée aquí en México? Digo, para que lo busque y me patrocine ¿no? Desafortunadamente en 1936 asesinan a Louis y Piaf lo pierde todo de nuevo. A la pobre no sólo le mataron a su "papá", sino que la culparon del crimen y por eso fue vetada de todo, aun cuando ya tenía algo de fama e incluso había grabado sus primeros discos. En realidad nadie sabe con exactitud quién o quiénes fueron los encargados de matar a Louis, pero se dice que fue un crimen medio pasional debido a su bien conocida homosexualidad, aunque a veces usan eso del "crimen pasional" para dejar de investigar cualquier asesinato, pero bueno...




Seguido de esa mala racha, conoce al letrista Raymond Asso quien termina de formarla como la gran cantante que fue. Él le da el nombre artístico de Edith Piaf y le enseña todas las técnicas vocales posibles para que, según lo que él percibía, dejara de gritonear y cantara de verdad. También le quita los malos hábitos que tenía, de fumar, beber, no dormir y acostarse con cualquier hombre que le gustara, aaaaunque al poco tiempo se volvieron amantes y él abandona a su esposa para irse a vivir a un hotel con Edith. Empiezan a escribir varias canciones importantes, como “Mon légionnaire” y a relacionarse con personalidades de la música que la llevarían a protagonizar su primera película en 1940 y a dar conciertos en innumerables localidades de París, dejando atrás los bares y cafés en donde había empezado. Con el inicio de esta nueva vida, Edith se aburre de Asso y comienza un affair con Yves Montand en el Moulin Rouge, a quien ayuda a convertirse en un famoso cantante y actor, seis años menor que ella. Después de protagonizar una película juntos, Piaf rompe su relación porque él se había convertido más famoso que ella, o al menos es lo que dicen por ahí.

Cuando al fin consiguió la fama que tanto anhelaba en su querida París, decide probar suerte en América y conquistarlos a todos de una vez por todas, así que se muda a Nueva York donde desafortunadamente la respuesta obtenida no era lo que esperaba. Debido a que todas sus canciones estaban obviamente en francés, los gringos se sintieron bastante frustrados con las presentaciones de Piaf en el “Playhouse Theatre” en Broadway y de plano no les gustaba, aunado a que físicamente no era la mujer sofisticada que ellos se imaginaban. Fue hasta que el crítico musical Virgil Thomson publica en el “Herald Tribune” que el público estadounidense sería de los más tonto e ignorante si dejaban “escapar” a esta cantante, cuando comienza a escalar alto y recibir contratos bastante prestigiosos en clubes nocturnos muy exclusivos. Fue gracias a esta vida social tan agitada que conoce al que muchos juran fue el amor de su vida: el boxeador Marcel Cerdan. ¿Alguien más encuentra peculiar el hecho de que este hombre tuviera prácticamente el mismo nombre que el de su hija? ¿O soy la única? Les cuento rápidamente la historia trágica entre estos dos: él tenía esposa e hijos, los abandona para tener una relación con Edith, son el uno para el otro, todo el tiempo estaban juntos, les encantaban los mismos vicios y él muere cuando su avión se estrella el 28 de octubre de 1949. La desdicha se aumenta por el hecho de que ese avión lo llevaba de París a Nueva York con el único fin de visitar a Edith por unos días. A pesar de que supuestamente fue el amor de su vida, muchos amigos íntimos de Edith y hasta sus mismos biógrafos, aseguran que su relación hubiera terminado de la misma manera que todas las demás: Edith deshaciéndose de Marcel por aburrimiento y por temor a que él la abandonara primero, aunque ella lo siguiera queriendo, y porque estaban ensimismados en sus temas de conversación, ella con la música y él con el boxeo. Independientemente de esas afirmaciones, Edith compone la canción “Hymne à l'amourque es francamente tristísima, y eso que la escribió previo a la muerte de Marcel. La letra en inglés de esta canción, deja mucho que desear en comparación a la letra original, pero los puntos extras están en que Piaf la interpreta igual de exquisita.


Mientras todo esto pasaba, Edith nunca dejó ni de cantar, ni de escribir. Aunque mucha gente no lo sepa, ella escribió la mayoría de sus canciones, un poco más de 100. Entre sus tantos éxitos, están canciones como “La Foule”, “Padam, Padam”, “Milord” (que es de las canciones más francesas que he escuchado), “Les Hiboux”, “Comme Moi”, “Rien de Rien”, “Sous le ciel de Paris”, “La Vie, l’Amour”, entre otras. Además de no dejar cantar ni escribir, tampoco dejó de tomar ni dejó su adicción a la morfina, que le causaron graves estragos en su cuerpo. Junto con la fama desmedida, llegaron también 2 matrimonios que, según sus amistades, la hicieron muy feliz, ya que le permitió moldear a sus maridos más o menos a su antojo. El primero, el cantante Jaques Pills que intentó llevarla a rehabilitación sin mucho éxito y con el que sufrió dos accidentes automovilísticos que agraviaron su salud; el segundo, un peluquero griego llamado Théo Sarapo que gracias a la ayuda de Edith, se convirtió en un famoso cantante y actor, y era 20 años menor que ella. Estarían juntos hasta la muerte de Piaf.

A los 45 años, Edith Piaf parecía más bien como de unos 80 y a pesar de sus padecimientos físicos, su ímpetu por ser la mejor, era más grande que cualquiera de sus limitaciones. Tanto así que es hasta 1959 que graba la canción “Non, je ne regrette rien” que también forma parte de los grandes éxitos de cantante, por no decir el de más reconocimiento y valor sentimental. Escrita y compuesta por Charles Dumont y Michel Vaucaire, es la canción con la que muchos de nosotros hemos llorado al escucharla; si ya vieron la película que les mencioné hace rato "La Môme" (que internacionalmente es más bien conocida como “La Vie en Rose”), saben que es la canción cumbre de Piaf y que resume todas y cada una de sus penurias y éxitos y que con ella conquistó una vez más el Olympia Hall de París.


Con artritis, sufriendo de insomnio, con terribles úlceras gástricas, con un posible cáncer de hígado y pesando tan sólo unos 30 kilogramos, Edith Piaf fallece a la corta edad de 47 años, no sin antes dejarnos todo un legado de canciones, discos y películas que quedarán para la posteridad y servirán de referente para muchos cantantes y músicos a nivel internacional. No sé bien por qué, pero en verdad me entristece pensar en todas las vicisitudes medio desafortunadas que tuvo que vivir esta mujer, a pesar de sus innumerables logros. No en vano decidí titular este artículo como Edith Piaf: el himno de amor y de tragedia.



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La Autora: Publirrelacionista de risa escandalosa. Descubrió el mundo del Social Media Management por cuenta propia. Gusta de pintar mandalas y leer. Ácida y medio lépera. Obsesionada con la era del jazz. Llámenme anticuada… ¡por favor!


 
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