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"Días perfectos", una oda a la paz interna y el regreso de Wim Wenders




Cinetiketas | Jaime López |


Sencilla, pero entrañable narrativa sobre la cotidianidad, que contagia un enorme sentimiento de esperanza a las y los espectadores, así podría definirse en unas cuantas líneas a "Días perfectos", la nueva película de Wim Wenders, que representa su regreso a la dirección después de un lustro sin actividad.

Postulada en la categoría de Mejor Película Internacional de los recientes premios Oscar, el filme en cuestión sigue la rutina de un hombre de mediana edad, que es feliz aseando los baños públicos de Tokio.

Ello se percibe a través de la pasión y detalle que le imprime a su oficio, pues se ha hecho dueño de un enorme kit de limpieza para dejar radiante cada espacio de su itinerario de trabajo.

En su rutina, el protagonista tendrá una serie de encuentros fortuitos que le producirán una amalgama de sentimientos con los cuales la audiencia podrá identificarse fácilmente.

He ahí la clave de Wenders para causar una emotividad a flor de piel entre el público, pues su más reciente producción renuncia a cualquier artilugio o recurso barato para provocar empatía hacia la historia contada, una que puede protagonizar cualquier persona.

A eso hay que sumarle el tino del realizador y su coguionista, Takuma Takasaki, por crear un protagonista parsimonioso o silencioso, que funge como una especie de observador y filósofo del mundo a su alrededor.

Interpretado magistralmente por Koji Yakusho, el estelar de "Días perfectos" es reflejo de la filosofía Zen, aquella corriente budista que exalta la meditación.

De ese modo, el personaje central disfruta la danza de los árboles que tiene cerca de él cuando degusta su almuerzo o no tiene empacho en ocultar su sonrisa cuando ve a su "crush" cantar o ama cada sorbo que le da a su soda cada vez que sale a trabajar.

En resumen, la "perfección" que Wenders traza en su trama no tiene que ver con una falsa búsqueda de la felicidad eterna o con la toxicidad positiva que actualmente se promueve en la cultura occidental.

Es un concepto más profundo, que tiene que ver con disfrutar los momentos únicos de la vida, el día a día, el ahora, porque como dice el estelar en un diálogo de la película, nunca se sabe cuándo será la próxima vez.

Un atractivo más de "Días perfectos", producida por Japón, es su banda sonora, que se conforma por clásicos de Estados Unidos, entre los que destaca la melodía homónima de Lou Reed o la emblemática "Feeling good", de Nina Simone.

Finalmente, los personajes secundarios, como el ayudante del estelar o su sobrina, son un plus en la película de Wenders, que le aportan una frescura innegable. Su aparición representa a esos seres que se cruzan en nuestra existencia para hacerla más dichosa.




Sputnik Fanzine #05 para leer y descargar


Celebramos 13 años del Ummagumma Alt Rock Pub, la casa de la contracultura en Aguascalientes con una edición monstruosa de nuestro fanzine. 

Las letras de Antonio León plasmadas en el 'Cuaderno de Courtney Love', los trazos de Oliver Nevarez aka El Queso Prohibido, Barajas: el documental, La ciudad de los suicidas by Los Yonkis y muchas luces calientes por doquier.


Asegura Luis Kuri que "Todas menos tú" es una comedia fresca y sin comparación


Cinetiketas | Jaime López | 


El pasado 14 de febrero, los cines de México albergaron el estreno de "Todas menos tú", la ópera prima de Luis Kuri, que es protagonizada por Cassandra Sánchez Navarro y Ricardo Abarca.

En entrevista para Revista Sputnik, el realizador afirmó que su propuesta es novedosa y dueña de un gran elenco, que, aunque parece tener ecos de otras producciones del género, es única y sin comparación. Ello al ser cuestionado sobre las posibles semejanzas de "Todas menos tú" con "La boda de mi mejor amigo", tanto en su versión original como en su adaptación para México. "No he visto algo como esta en el cine, siento que esta es más fresca", manifestó.



Kuri, cuya trayectoria se centra en el mundo de la publicidad, explicó que su primer película se enfoca en un grupo entrañable de amigos, que quiere evitar a toda costa que uno de sus integrantes se case.

Agregó que el guion y los personajes creados por Ricardo Avilés lo atraparon desde la página uno, pues le recordaron a él. Sin embargo, mencionó que la grabación tuvo que aplazarse con motivo de la pandemia del nuevo coronavirus.

Ahora, en el marco de su estreno en pantallas grandes, se dijo afortunado por contar con la participación de Cassandra Sánchez Navarro y Ricardo Abarca, quienes anteriormente han sido protagonistas de dos de las películas más taquilleras de la historia reciente del cine mexicano: "Cindy la regia" y "¿Qué culpa tiene el niño?", respectivamente.



Por otra parte, el creativo alabó el talento de su elenco, pues aseguró que todos sus integrantes verdaderamente parecen un grupo de amigos que se conocen desde hace muchos años. También resaltó las locaciones, que tuvieron lugar en la Riviera Maya, aunque reconoció que a veces tuvo que lidiar con algunas inclemencias del tiempo para filmar ciertas secuencias.

Kuri estuvo de acuerdo en que la comedia es el género mejor recibido entre las y los cinéfilos mexicanos. No obstante, subrayó que cualquier película es exitosa si cuenta con una buena historia. A una semana de su estreno, "Todas menos tú" es la segunda película más vista en los cines de México, superando los 16 millones de recaudación y más de 220 mil espectadores.

De continuar con esa tendencia, se convertiría en el segundo mayor éxito nacional de lo que va de 2024, tan solo por detrás de "El roomie".



"Al son de Beno" visibiliza investigación sobre la música folclórica mexicana


Cinetiketas | Jaime López |



"Al son de Beno" es el nombre de la película documental con la que el artista plástico, Ilán Lieberman, trata de recuperar y visibilizar el legado de su padre, Baruj Lieberman Gruner, mejor conocido como "Beno", quien dedicó gran parte de su vida a la investigación y grabación de la música folclórica mexicana.

Incluyéndose a sí mismo en el relato, el licenciado en Docencia de las Artes recorre las huellas de su progenitor para mostrar sus aportes a ese género musical.

En entrevista, Lieberman señaló que las grabaciones de sus padres estaban escondidas o "bajo los escombros" por el desinterés de algunos connacionales respecto a la música que se produce en distintas latitudes del país.

Añadió que "Al son de Beno" también tiene el propósito de darle oportuno resguardo al acervo de su antecesor, que fue reconocido en 2016 como parte del programa Memoria del mundo de la Unesco.

En ese sentido, se debe señalar que las grabaciones musicales hechas por Baruj Lieberman Gruner están disponibles en la Fonoteca Nacional.



En otro orden de ideas, el cineasta explicó que "Al son de Beno" también aborda la trágica muerte de su papá, que decidió quitarse la vida a la edad de 52 años.

A pregunta expresa de esta casa editorial, admitió que experimentó una catarsis, pero no durante el recorrido o la filmación de su obra, sino hasta la etapa de edición o postproducción.

Acerca de si recrear o seguir las huellas de su padre fue una manera de revivirlo, respondió que "fue una forma de reencontrarlo".

"Al son de Beno" cuenta con la distribución de Artegios, casa productora fundada por el prestigiado cineasta Everardo González. Se estrenó en 29 pantallas del país y actualmente se proyecta en Baja California, Ciudad de México, Chiapas, Estado de México, Jalisco, Morelos, Nuevo León, Tamaulipas y Yucatán.

La película tiene como una de sus principales virtudes el rescatar las figuras de algunos exponentes regionales de la música tradicional mexicana.

De ese modo, el cineasta logra intercalar videos y fotografías de archivo con imágenes inéditas de los intérpretes y sus familias, lo que indudablemente fortalece la historia y narrativa.

Respecto al suicidio de su padre, no ahonda en el asunto y decide incluir secuencias o momentos que distraen del tema, por ejemplo, la búsqueda y encuentro con su media hermana.

"Al son de Beno" resulta un documento relevante para la promoción de la música folclórica nacional.

"Los que se quedan", nueva joya de Alexander Payne y las relaciones humanas




Cinetiketas | Jaime López |



Desde mediados de enero, varias salas comerciales del país proyectan "Los que se quedan", la nueva realización del cineasta estadounidense Alexander Payne, que tiene cinco postulaciones al premio Oscar 2024.

Con su habitual solvencia narrativa y humor, el creativo vuelve a erigir un retrato agridulce sobre la humanidad, que está ambientado en un internado de Nueva Inglaterra de los años setenta.

El protagonista es un docente de larga experiencia y amargado, interpretado por Paul Giamatti, el cual es sumamente estricto con la educación de sus alumnos.

En plena víspera de Navidad, se ve orillado a cuidar o ser el tutor de cinco jóvenes que no tienen a dónde ir en el marco de las vacaciones debido a que sus progenitores están ocupados o porque se encuentran a miles de kilómetros de sus países de origen.

Es ahí en donde conoce a "Angus", un estudiante sumamente impulsivo, con fuertes conflictos emocionales, que pone a límite la paciencia del personaje estelar.

Les acompaña "Mary", interpretada por Da'Vine Joy Randolph, la líder de la cocina o cafetería del internado, que decide quedarse con motivo de una reciente pérdida familiar en su vida.

El trío en cuestión va formando a lo largo de la trama una inesperada y bizarra relación de autoconocimiento, tolerancia y amistad, aderezada con el humor negro que caracteriza el cine de Payne.

La crítica ha elogiado las actuaciones de Giamatti y Joy Randolph, quienes sin lugar a dudas son el alma del filme y lo mejor de la historia escrita por David Hemingson.

Y es que ambos se roban las sonrisas y las lágrimas de la audiencia por sus orgánicas caracterizaciones. Los dos intérpretes logran tejer roles llenos de matices, con momentos de brillo, pero también de oscuridad.

En cuanto a la trama, "Los que se quedan" evita los diálogos simplones o repletos de cursilería, para dar paso a conversaciones punzantes, directas, sin adornos, en las que se abordan temas profundos como las huellas que deja la familia, así como el sexo y las frustraciones personales.

Payne tiene el tino de juntar de manera armónica a tres personas averiadas, que en su convivencia encuentran un poco de sanación y esperanza. Recomendable, sin lugar a dudas.



Cine mexicano comienza 2024 con posibilidades de nominación al Oscar



Cinetiketas | Jaime López


El séptimo arte nacional podría lograr una nueva nominación al premio Oscar el próximo 23 de enero cuando la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood revele las candidaturas a la categoría de Mejor Película Internacional.

Cabe recordar que para el rubro en cuestión, México seleccionó a "Tótem", el segundo largometraje dirigido por Lila Avilés.

La película referida ya superó el primer filtro de la categoría de Mejor Película Internacional, pues quedó en el shortlist anunciado el pasado 21 de diciembre.

"Tótem" se encuentra entre las 15 cintas semifinalistas que podrían suceder a la alemana "Sin novedad en el frente", que obtuvo el Oscar en 2023.

Algo que podría ayudar a la película de Avilés a colarse entre las cinco finalistas es que se trata de la única producción latinoamericana de la shortlist.

Europa es el continente que tiene más producciones en esa lista semifinal, con un total de nueve; le sigue Asia con tres y África con dos.

"Tótem" es un retrato sobre la pérdida familiar, el duelo y la sororidad, que tiene como principal virtud las actuaciones de todo su elenco, su estilo naturalista y su fotografía similar a la de un documental.

Hasta finales de 2023, la película de Avilés había cosechado 22 reconocimientos, tanto nacionales como internacionales, destacando su triunfo en el Festival de Morelia o en el Ecumenical Jury Prize, del Festival Internacional de Cine de Berlín.

Asimismo, obtuvo el galardón a la Mejor Directora en el Festival Internacional de Cine de Beijing.

Es oportuno agregar que, a lo largo de la historia de los Oscar, México ha sido nueve veces postulado en la categoría de Mejor Película Internacional, de las cuales solamente una ocasión se ha llevado el galardón gracias a "Roma" (2019) de Alfonso Cuarón.



Cinetiketas: entrevista con Daniel Giménez Cacho

El gran Daniel Giménez Cacho nos habla de la puesta en escena "El hijo de puta del sombrero", obra de la cual es director y se presenta por temporada especial en el Teatro Shakespeare de la Ciudad de México. 

También nos contó sobre "Familia", filme que protagoniza y se encuentra disponible en la plataforma Netflix.

 

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Con "Pole dance", Maryse Sistach regresa a la dirección y cierra trilogía feminista



Cinetiketas | Jaime López |



"Pole dance" es el nombre de la nueva película de Maryse Sistach, la prestigiada cineasta que, con "Perfume de violetas", empezó a visibilizar en pantalla grande los distintos tipos de violencia que padecen las mujeres mexicanas.

Protagonizada por Gimena Gómez y escrita por José Buil, la historia de "Pole dance" gira en torno a una joven madre, en proceso de divorcio, que comienza a ser víctima de acoso.

Cabe señalar que Sistach tenía más de una década y media sin estar al frente de una realización, debido a que no encontraba la manera oportuna de abordar su nueva producción.

En entrevista para Revista Sputnik, la directora ganadora del premio Ariel señaló que buscaba hablar del acoso, pero tardó mucho en el desarrollo de sus personajes y la manera de relacionarlos entre sí.

"Pole dance" representa el cierre de su trilogía sobre la violencia de género, la cual principió con "Perfume de violetas" en 2001 y siguió con "La niña en la piedra" en 2006.

También mencionó que, en los últimos siete años, ha percibido un incremento en las denuncias por acoso, algo que la motivó a sacar adelante su nuevo largometraje.

En cuanto a la impunidad que persiste en el país desde que se estrenó "Perfume de violetas" a la fecha, indicó que obedece a una arcaica estructura mental que debe ser cambiada poco a poco entre hombres y mujeres.

Reveló que en su nueva cinta hay un personaje del ministerio público que muestra la revictimización de la que son objeto diversas connacionales.

Cuestionada sobre la exhibición de su película, que actualmente solo puede disfrutarse en la Cineteca Nacional de Coyoacán, estuvo de acuerdo en que la distribución sigue siendo el principal talón de Aquiles del celuloide mexicano.

Por su parte, la protagonista de "Pole dance", Gimena Gómez, comunicó su alegría por formar parte del nuevo proyecto de Maryse Sistach, cuya filmografía definió como "realista a más no poder".



La intérprete añadió que la realizadora es una impulsora del feminismo y dijo que transmite un mensaje de esperanza en su más reciente creación, la cual tardó tres años en poder ser vista en la pantalla grande.

Por lo que respecta a su personaje, "Magda", señaló que es alguien en búsqueda de ella misma, que inconscientemente está eliminando estigmas acerca de lo que implica ser mujer en México:

"La madre, el objeto del deseo, el pole dance, la exmujer", apuntó.

Condenó la impunidad existente en el territorio nacional y exigió que haya políticas públicas más robustas para prevenir el acoso y casos más graves contra las mujeres.

"Tótem", la oda de Avilés a la resiliencia femenina y las despedidas inevitables



Cinetiketas | Jaime López |


¿Estamos preparados para lidiar con la muerte de un ser querido, sobre todo si dicho ser es alguien necesario para los primeros años de nuestra formación emocional? Esta es la pregunta que rondó mi cabeza a lo largo de la proyección de "Tótem", el segundo largometraje dirigido por la mexicana Lila Avilés Solís, quien recientemente obtuvo una nominación a los Spirit Awards 2024, en la categoría de Mejor Película Internacional.

Y es que la premisa que plantea la también guionista y actriz en los primeros minutos de la trama, sin lugar a dudas tiene que ver con el duelo, que es la manera en cómo reaccionamos ante la pérdida de las y los que amamos.

Con un texto que gira en torno a "Sol", una niña de siete años que espera ansiosamente la fiesta de cumpleaños de su papá, "Tótem" tiene la gran virtud de trastocar sutilmente las fibras sensibles.

En lo personal, recordé la ocasión en que le dio una infarto cerebral a mi abuelita materna, mientras ella dormía. Tenía yo 11 años, y cuando se la llevaron al hospital llené planas completas de libretas profesionales pidiéndole a Dios que no se la llevara. Mis plegarias no tuvieron éxito. En ese sentido, la segunda cinta de largo aliento de Avilés Solís se destaca por la manera brillante en que retrata las pequeñas despedidas, esas que nos dejarán marcados o marcadas para siempre.

Pero antes, la responsable de "La camarista" nos adentra en el ritual de una clásica y disfuncional familia mexicana, conformada en su mayoría por mujeres de distintos caracteres.

A diferencia de su ópera prima, Avilés Solís apuesta más por la cámara al hombro y los travellings, lo que ayuda a generar una sensación de cercanía, así como una intimidad a flor de piel.

Para esa tarea, la cineasta echa mano del talento de Diego Tenorio, el habilidoso fotógrafo del documental "Los reyes del pueblo que no existe" y de la ficción "La paloma y el lobo", quien ocupa una paleta de colores melancólicos, muy apropiados para el tono del metraje.

Por otro lado, "Tótem" es una oda a la resiliencia femenina, un retrato orgánico de las supersticiones, enojos, dolores y paciencia que tienen las tías y progenitora de "Sol", las cuales emergen por encima de los pocos hombres que aparecen en pantalla, quienes son testigos secundarios de la transformación que está padeciendo la familia.

A la ecuación de ese universo empoderado y vulnerable se suma la actriz Teresa Sánchez, que colaboró con la directora en su primera cinta y que ahora es una de las encargadas de entrelazar al elenco de su nueva realización.

Aplausos para Marisol Gasé, Montserrat Marañón y Lazua Larios, quienes logran una amalgama de emociones a la N potencia, mientras que la protagonista infantil, Naíma Sentíes, la "Sol" referida en líneas anteriores, es una estrella que se merece todos los galardones como la mejor revelación de este año fílmico, por la manera en cómo transmite su abatimiento, pero también su fe y ganas de explorar el mundo.

"Wish: el poder de los deseos", descafeinada y sin melodías memorables



Cinetiketas | Jaime López


No hay mucho que decir sobre la nueva película de Disney, "Wish: el poder de los deseos", recientemente estrenada en pantallas de todo el globo terráqueo, incluyendo las de México.

Ello debido a que su historia es una de las más débiles que ha presentado la casa del ratón y que, a lo largo de sus 95 minutos de duración, no cuenta con una sola canción "pegajosa" o sumamente inolvidable tipo "Encanto" o "Frozen, una aventura congelada".

Narrada en clave de cuento de hadas, el guion se centra en "Asha", una joven que acaba de cumplir 18 años de edad, que ansía en convertirse en aprendiz del rey, porque quiere ayudarle a guardar los deseos más profundos de su comunidad.

El interés en el puesto referido no tiene malas intenciones, sino todo lo contrario, ya que ella es un ser idealista, que cree en la bondad de sus vecinas y vecinos, la cual pretende convertir en realidad el sueño de su abuelo.

A los pocos minutos de conocer al rey, se da cuenta de una amenaza poderosa y de las mentiras sobre las que se ha cimentado su comunidad, el Reino de Rosas.

A partir de ese momento, "Asha" se confronta consigo misma, ya que está en la disyuntiva entre revelar la verdad o callar lo que ha descubierto, pues esto último pone en jaque sus convicciones.

Lo triste es que el desarrollo de la trama no es sólido ni sorprendente, incluso los antagonistas caen en estereotipos que se pensaban superados en la actualidad.

En cuanto a los guiños o referencias de "Wish: el poder de los deseos" a otras producciones de Disney, destacan los de "Blancanieves", 'Peter Pan" y "Maléfica", pero esto no es suficiente para sostener una endeble historia.

Por otro lado, es una lástima que en México no se pueda disfrutar de las voces originales de la película, en especial, la de la ganadora del Oscar y protagonista, Ariana DeBose ("Amor sin barreras").

De acuerdo con versiones hemerográficas, "Wish: el poder de los deseos" fue realizada con motivo del 100 aniversario de Disney, pero el homenaje a dicha casa productora se siente descafeinado y metido a calzador.



Spike Lee: cine, violencia racial y orgullo afroamericano



Jorge Tadeo Vargas |


“El arte tiene el poder de provocar cambios sociales”

Spike Lee
 

En mis años de preparatoria, fue cuando me inicié en el activismo; lo hice de la mano del anarquismo y su relación con el movimiento/escena punk que tuvo en la década de los noventa su momento más intenso y activo. Fue una década coyuntural para los movimientos sociales, se gestó el movimiento por la justicia global y todo el altermundismo que se traducía en aquella idea de “otro mundo es posible”. Desde ahí fue que me involucré en distintas movidas, siempre desde el anarcopunk.

Como todo lo que pasaba dentro de ese movimiento, mis inicios fueron bastante dogmáticos y rechazaba todo lo que no fuera anarquismo, con la música hacia ciertas excepciones, lo cual me permitió explorar otras ideas y formas de pensar, especialmente lo relacionado con el rap y fue así que conocí a los Black Panthers y su idea política más cercana al marxismo, y con Eldridge Cleaver me di cuenta que las ideas cuando se llevan a la acción no pueden caer en dogmas o actos de fe, sino al cuestionamiento y la autocrítica.

En esos años mi gusto por el cine se iba desarrollando; así que gracias a mi acercamiento a la cultura afroamericana conocí a Spike Lee, que si bien no fue con el que aprendí la ecuación cine + activismo, si fue quien me enseñó que la cultura pop es un medio muy interesante y efectivo para hacer propaganda social y no solo de mercado.

La primera película que vi de Spike Lee fue “Jungle Fever” (1990) con la que este director intenta darles una vuelta a las comedias románticas que a inicios de esa década comenzaban a ponerse de moda; desde la idea del romance, Lee decide hablar de racismo, de violencia, de ciudades dividas por formas de pensar, de actuar, donde el amor no todo lo puede, al contrario, es la razón por la que todo se va al carajo. Una película repleta de carga sexual, de dogmas religiosos que prefieren exiliar a los hijos e hijas que reconocer lo que esta mal. En la subtrama de esta película se hace una denuncia a la entrada del crack a las comunidades afroamericanas como método de control.

Aunque “Jungle Fever” recibió duras criticas por parte de la comunidad italoamericana, ofendidas por el supuesto cliché violento y racista en que los convierte Spike Lee, el director se defendió argumentando que el guion se basó en la historia de un afroamericano asesinado por salir con una chica del área italiana del barrio de Bensonhurst en la ciudad de Nueva York, por lo que no estaba haciendo nada más que contar una historia lamentablemente muy normalizada en esa ciudad y en esos barrios.

Después del golpe de realidad que significo “Jungle Fever” busqué algunas de sus primeras películas. Era común que estos filmes no estuvieran exhibidos en los videoclubs de mi pequeña ciudad norteña, así que gracias a la buena voluntad de mis amigos de la capital del país, pude ver -y aumentar mi videoteca- “Mo' Better Blues” (1990) donde entendí la intensidad con la que la comunidad afroamericana vive la música y la importancia que tiene para ellos; también descubrí que para Spike Lee, la música es una parte esencial de su filmografía -Jungle Fever tiene una banda sonora compuesta por Stevie Wonder por citar un ejemplo-. También vi su ópera prima “She's Gotta Have It” (1986) una película adelantada a su tiempo, mostrando a una mujer que tiene el control de su vida, principalmente en el tema sexual, donde ella decide vivirlo a plenitud sin importarle nada más.


Con “She's Gotta Have It”, Lee tomó por asalto una industria que no estaba preparada para un cineasta como él: contestatario, confrontativo, irreverente y con una fuerte declaración de principios. Además sorprendió a la industria con su propia productora a la que le dio un nombre muy provocativo: “40 Acres and a Mule Filmworks”.

Si tomamos en cuenta que el nombre de su productora hace sugerencia a lo que era entregado a los esclavos cuando terminó la esclavitud como compensación, no deja de ser una transgresión a la industria de Hollywood.

La cuarta película que vi fue justamente la que lo llevó a la popularidad que mantiene hasta hoy. “Do The Right Thing” (1989). Un filme que es propaganda pura de esa urbanidad racista en la que se mueven muchos de los barrios estadounidenses, mostrando un día en esos lugares, un día de los más calurosos y como en un solo momento todo puede terminar con un caos y un asesinato a manos de la policía. “Do The Right Thing” muestra un barrio dividido entre ítalo y afroamericanos que conviven en una tensión diaria, pero que por una circunstancia muy simple, esa tensión puede ceder y dar pie a mucha violencia. Aquí Lee hace ya una crítica directa al actuar de la policía y aunque para muchos, esta puede ser una forma de invitar a la violencia y a los disturbios, para el director era una forma de mostrar lo que se vive día a día en cualquier barrio, de cualquier ciudad de los Estados Unidos. Habrá que recordar que esto fue muchos años antes del “Black Lives Matter” y que la polémica que se dio en torno a la película fue mucho más perjudicial que benéfica, al menos en esos años.

Para 1992 llega su primera película por encargo. Le piden que tome el lugar de Norman Jewison en la dirección, lo cual hace no sin antes cambiar la dirección de la historia, hacer una revisión aún más a profundidad de las ideas políticas y religiosas de Malcolm X y pasando de las teorías conspirativas a la realidad del asesinato del líder político. Esto le causó muchos problemas a Lee en todo el rodaje, pero al final, se tradujo en su primera película masiva, con éxito en la taquilla y en los premios, siendo la primera nominación de Denzel Washington al Oscar.

La década de los noventa ha sido la época más prolífica de Spike Lee, que, aprovechando las coyunturas globales de esos años, se permitió hacer de su cine una propaganda política y social contra el trato hacia los afroamericanos en los Estados Unidos. Esto se puede ver en películas como Crooklyn (1994), una historia semibiográfica, donde muestra lo que implica crecer dentro del racismo gringo y las luchas que tiene que librar para poder sobresalir en la creación artística. O en la comedia “Girl 6” donde da un giro a “She's Gotta Have It” mostrando los peligros y la violencia con la que viven las mujeres, especialmente las afroamericanas. También fue mucho más directo en su propaganda y crítica como en “Get on the Bus” (1996), donde tomando como punto de partida la marcha del millón para presentar la diferencia que existe en los afroamericanos dentro de Estados Unidos según la clase social, la comunidad en que viven y su religiosidad. Una fuerte crítica a las diferencias entre los propios afroamericanos. También muestra su amor por el deporte, principalmente por el básquetbol y en “He Got a Game” (1998) hace una crítica a la industria del deporte que convierte a los jóvenes en esclavos, en mercancía al mejor postor.

Cierra esa década con dos películas por encargo que muestran su capacidad como cineasta más allá de la propaganda política. Retomando un proyecto rechazado por Martin Scorsese y que Lee pasó de convertirlo en una historia policiaca a una historia más cercana al gueto y lo que se vive en él. “Clockers” (1995) es la semilla de lo que después veríamos en series como “The Wire”. Basada en la novela de Richard Price, quien contribuyo con Lee para armar el guion y entregar para la pantalla grande una historia de corrupción, crímenes y violencia racial.

“Summer of Sam” (1999) fue la película con la que cerró el siglo XX. También por encargo, pero dándole su toque, por primera vez sale del gueto afroamericano y muestra la vida entre los italoamericanos, donde va mostrando el prejuicio y la violencia, teniendo como escenario el verano más caluroso de Nueva York, y como protagonista al asesino en serie conocido como “El hijo de Sam” y a la mejor temporada de béisbol que vivió Reggie Jackson, la única referencia afroamericana de toda la película. Las estupendas actuaciones de Mira Sorvino, John Leguizamo y Adrien Brody son un ejemplo de que Spike Lee es un director capaz de salir de su zona de confort para darnos muy buen cine.

En este siglo, a pesar de que su producción filmográfica se mantiene, la calidad ha disminuido bastante, salvo contadas excepciones como “25th Hour” (2002), una estupenda crítica al sistema penitenciario, “Inside Man” (2006), otra de sus películas por encargo que muestra su capacidad como cineasta, “BlacKkKlansman” (2018) con la que fue nominado de nuevo a los Oscares, basada en una historia real, donde desenmascara cómo funcionan los supremacistas blancos desde la década de los setenta a la fecha. Más allá de esto sus otras películas son prescindibles. Tal vez “Bamboozled” (2000) merece reconocimiento, pues al ser una película con la que Lee trató de experimentar con la cámara, termina perdiendo de vista la historia que es bastante buena, pero no es capaz de desarrollarla a tope o “Chi-Raq” (2015) que basada en la comedia griega “Lisístrata” intenta hacer una crítica a la violencia de pandillas que se vive en Chicago. Por otro lado, películas como Da Sweet Blood of Jesus” (2014) o la desafortunada adaptación por encargo de “OldBoy” (2013) no vale la pena ni mencionarlas.

Hay que aclarar que Spike Lee no es un director político, al menos no lo es desde la lógica de Ken Loach, pues, aunque su cine está lleno de denuncias sociales, al final es un afroamericano privilegiado, que usa su arte para denunciar prácticas racistas, claro desde el sistema, pero tampoco es que quiera cambiarlo de raíz, solo busca que el pastel capitalista se comparta de otra forma. Esto es claro si vemos cómo su productora no tiene empacho en trabajar en el mundo de la publicidad haciendo comerciales para empresas como Nike, Converse, Levi's, Taco Bell, entre otras muchas marcas que son responsables de muchas de las prácticas racistas y segregacionistas en todo el mundo.


Spike Lee se siente cómodo con el capitalismo, siempre y cuando este sea desde su óptica del “color correcto” y hacer esta mención, esta crítica a su persona, más que a su cine, al menos para mí es relevante, pues al final fue parte importante de mi formación activista y de mi cuestionamiento al modelo económico y sus formas de destruir a las poblaciones más vulneradas.

Vale la pena mencionar que Lee es un difundidor de la música afroamericana, no solo invitando a músicos con compromiso a participar en su banda sonora, como lo ha hecho con Public Enemy, Aretha Franklin o Stevie Wonder; sino también ha dirigido videos musicales de artistas a los que considera valiosos en la difusión de su identidad. Es una forma de contribuir a la expansión de una cultura musical que ha recibido muchos atracos a lo largo de la historia estadounidense.

Spike Lee pertenece a una generación de directores que en la década de los noventa apostaron por mantenerse al borde de la industria cinematográfica de Hollywood, pero sin alejarse del todo, conservando cierta independencia creativa a la hora de contar historias y llevarlas a la pantalla grande. Esta fue una generación de directores, escritores, actores que buscaban que sus películas representaran algo, que dijeran algo, una especie de declaración, un manifiesto. Lee lo usó como un medio propagandístico que sin comprometer su calidad como cineasta, logró llevar a cabo una labor de denuncia muy loable.



Desde el exilio en Ankh-Morpork

Jorge Tadeo Vargas; activista, escritor, anarquista, pero sobre todo panadero casero y padre de Ximena. Desde hace años construye una caja de herramientas para sobrevivir.

A veces viaja a Mundodisco.

"Sonido de libertad", lucro y simulación




Cinetiketas | Jaime López


Dudaba en escribir una crítica acerca de "Sonido de libertad", filme producido por el actor ganador del Oscar (venido a menos), Mel Gibson, y el mexicano Eduardo Verástegui, aspirante a la presidencia de México por la vía independiente.

Lo anterior en virtud de que no me interesaba hablar sobre una cinta que ha tenido un éxito taquillero inesperado en el mundo, pero que es engañosa y manipuladora.

No obstante, los insistentes sueños políticos guajiros de Verástegui me han motivado a redactar algunas líneas, quizá en un afán de contrarrestar dichos sueños.

Si bien la producción de la película no es mala, pues no tiene una fotografía tipo novela chafa de esas en las que aparecía el mexicano en sus inicios, echa mano de una problemática perturbadora, la trata infantil, para hacer negocio.

Eso último encuentra sustento en que, al final de cada función, el productor de "Sonido de libertad" aparecía pidiendo a las y los asistentes que compraran más boletos y se los donaran a quienes no tenían recursos extras para ir al cine.

Lo anterior iba acompañado de una lágrima falsa, que recuerda sus nefastas interpretaciones de antaño, y la frase "los niños de Dios no están a la venta".

El mismo mensaje y modus operandi se realizaba en las pantallas de Estados Unidos y Canadá, solo que ahí aparecía Jim Caviezel, protagonista del metraje, en lugar de Eduardo Verástegui.

En su momento lo expresé y ahora mantengo la misma postura: si los productores y actores de "Sonido de libertad" estaban tan interesados en difundir su mensaje contra la trata infantil, podrían hacerlo sin pedir dinero a la gente, sobre todo, cuando son creativos que tienen abundantes cuentas en el banco.

Por lo que respecta a la historia, el guion tiene un arco circular, lo que significa que inicia y concluye en la misma locación. Esto no es algo malo por sí mismo, mucho menos cuando se sabe que la idea se basa en un "héroe" de la vida real y, por tanto, se conoce su desenlace.

Si bien es cierto que el desarrollo de la premisa tiene buen ritmo, también lo es que ciertas secuencias resultan predecibles y poco creíbles.

Lo más rescatable de "Sonido de libertad" es su elenco infantil y Bill Camp, quien da vida a "El vampiro", un ser que busca redimirse por su oscuro pasado.

Lo malo es que actrices como Mira Sorvino, ganadora del Oscar, son invisibilizadas. Al final, todo se reduce a exaltar la supuesta heroicidad del hombre blanco heteronormado con valores religiosos, que escucha a "Dios" y que es capaz de salvar a las y los latinoamericanos. Un mensaje colonialista y racista.

A eso se le agrega la investigación en contra del agente en el que se basa la cinta, Tim Ballard, quien fue acusado de conducta sexual inapropiada. En resumen, este servidor no recomienda ver la película, ni siquiera por morbo.



‘Barajas’: deconstruyendo el azar a cuarenta años de la tragedia



Blue Street | Hugo Ernesto Hernández Carrasco


En general, podemos intuir la intensidad de las obras artísticas, las expresiones y construcciones narrativas, entre ellas el documental, por todo aquello que agita en nuestra imaginación, por las reflexiones o quiebres que provocan en nosotros. Barajas, el documental de Javier Izquierdo que hilvana con esa intensidad a los cuatro autores fallecidos el 27 de noviembre de 1983; recupera su voz, sus imágenes, las ideas, los pesares, los efectos y los dilemas de estas cuatro figuras (Rama, Scorza, Traba e Ibargüengoitia) claves para el pensamiento intelectual latinoamericano.

El documental es un grito seco en medio de un mundo canónico que muestra sorpresa, morbo y a lo mucho, una lamentación sectorizada, es decir, es un grito en medio de países que casi siempre lloran la pérdida de la figura específica y no del conjunto de personalidades que América Latina perdió. Ha habido esfuerzos literarios y conversacionales, pero no audiovisuales hasta ahora.

Barajas interpela a los retazos de las obras y las voces para dimensionar aquello que se frustró con el fatídico accidente del vuelo proveniente de París, con destino a Bogotá. Genera para ello un diálogo (que en el documental señalan como rompecabezas) entre las obras de Jorge Ibargüengoitia, Marta Traba, Manuel Scorza y Ángel Rama.

Un diálogo que da cuenta de la postura amplia de cada uno de los autores, las circunstancias e historicidad que les atravesaron; lo perturbador de las coincidencias, la recuperación de su memoria íntima pero también de su voz pública.


Barajas es la vindicación de su recuerdo y con ello, de la reconstrucción de la idea circundante y aparentemente inconexa de ‘lo latinoamericano’ que puede construirse a través de ellos, de cómo sus existencias meteóricas confluyeron, y aunque terminadas antes de tiempo, la subsistencia de sus ecos persisten en el presente potencial: el humor de Ibargüengoitia, el talante crítico de Marta Traba, la lucha social a través de la ficción de Manuel Scorza y la problematización de la realidad literaria latinoamericana de Ángel Rama. Izquierdo logra que la magia de la confluencia le otorgue al documental no solo su coherencia narrativa sino su potencia afectiva.

La reflexión más contundente que nos deja el documental, es la sensación de que, salvo a Ibargüengoitia; a Scorza, Traba y Rama, les cobró la vida el exilio.


Y es que es imposible no pensar que tantas personalidades críticas no coincidieran en este accidente como resultado de un viaje de vuelta a América Latina a la que los autores pudieron interpelar para volver pacíficamente, en medio de las opciones acotadas de movimiento y acción a las que las condiciones de precariedad y persecución les sometió el exilio. El documental repasa estas condiciones desde el testimonio de los protagonistas. Por tanto, las reflexiones íntimas y públicas de los autores, diseccionan las complejidades históricas de nuestro continente pero también, las complejas circunstancias personales que les atravesaron y cuya voz, visibiliza sus incertidumbres y desalientos, llegando probablemente con ello, a generar un lazo emocional con la audiencia. En este sentido, el documental alcanza su cénit ahí donde se abre la lectura de algunos fragmentos del diario personal de Ángel Rama.

Finalmente, queda repensar cómo a pesar de que hace más de cuarenta años la entrevista a Scorza en París develaba las dificultades económicas y políticas de los latinoamericanos, estas reflexiones bien pudieran ser parte de un podcast o caber perfectamente en algún espacio noticioso o en algún programa de opinión. Queda pensar que las reflexiones del mismo Rama no envidian en nada al ensayo moderno sobre las condiciones de los escritores y de la literatura latinoamericana (en su temática, en su profundidad y vigencia). Pensar en lo inacabado de los circuitos y estudios de arte frente a las problemáticas que planteaba Traba, y también, lo mucho que queda por descubrirla como crítica y como autora de ficción. Repensar, releer, la utilización de la ironía y el sarcasmo de Ibargüengoitia como una especie de metodología para radiografiar y desmitificar la realidad latinoamericana. En el documental, el narrador se pregunta -no sin razón- que cuánto ha cambiado América Latina en cuarenta años. La vigencia de la obra y voz conjunta de los autores que nos muestra Barajas, nos da luz para responderla.



Documental: Barajas

Javier Izquierdo / 2022 / 1h03m / Ecuador
Guion y dirección: Javier Izquierdo
Producción: Tomás Astudillo
Montaje: Ana María Prieto
Sonido: Franz Córdova

(En orden: segundo documental)


Cinetiketas: entrevista con el documentalista Everardo González



Jaime López | Cinetiketas 

Charlamos con el gran realizador mexicano Everardo González sobre el estreno de su obra Una Jauría Llamada Ernesto: un viaje de exploración a las entrañas del eslabón más frágil de la cadena: los niños.

El documental sigue el camino de los jóvenes llamados colectivamente “Ernesto” que en un momento determinado de sus vidas tuvieron acceso a un arma, la usaron para matar y pronto se convirtieron en parte de las muchas piezas del crimen organizado.


Para más charlas con cineastas mexicanos, suscríbete a nuestro canal de YouTube: Revista Sputnik.

Ofelia Medida: la comunidad cinematográfica mexicana es muy fuerte



Cinetiketas | Jaime López


A finales de octubre pasado, la prestigiada actriz mexicana, Ofelia Medina, estrenó el largometraje documental titulado "La llevada y la traída", en el que se muestra la devoción a la Virgen de Zapopan, en el estado de Jalisco.

La obra en cuestión es una oportunidad idónea para constatar el talento de la artista y ganadora del premio Ariel como narradora y realizadora, pues ella misma la dirige.

Estrenada en salas selectas del país, la película se adentra en una de las tradiciones culturales y religiosas más importantes de Jalisco, la Romería.

"Es un documental, un largometraje documental, sobre el ciclo ritual de La Virgen de Zapopan, en Jalisco", expresó.


Medina habló sobre el proyecto en cuestión en el marco de la presentación de la cinta "Frida, naturaleza viva" en la nueva Cineteca Nacional de las Artes, espacio inaugurado en agosto de este año.

Ahí, la actriz y activista también manifestó su opinión sobre el trato que le ha dado la denominada Cuarta Transformación al celuloide nacional.

En ese sentido, si bien dijo que atraviesa una situación complicada, en semejanza con otras disciplinas artísticas y el ámbito educativo, resaltó el quehacer fílmico en distintas latitudes del país.

"Pasa por momentos a veces angustiosos, pero la comunidad cinematográfica mexicana es muy fuerte, es además floreciente, hay muchos jóvenes y jóvenas haciendo cine y hay mucho cine independiente y hay mucho cine en los estados", apuntó.

Medina abundó que ella ha participado en largometrajes con sede en el interior de la República Mexicana, remarcando su alegría por la autonomía o independencia de varios creadores.

También destacó el avance de las mujeres cineastas, que, en la más reciente edición del premio Ariel, obtuvieron muchas nominaciones.

"La mujer ve otro lado de la realidad, pero es esta realidad durísima", indicó.

Cabe agregar que la nueva Cineteca Nacional de las Artes tiene una sala con el nombre de la intérprete, con la finalidad de homenajear su trayectoria y aporte al séptimo arte local.

La transmutación en el cine de David Cronenberg


 Jorge Tadeo Vargas |

 

"Pretendo noquear al espectador con cada nueva imagen".
David Cronenberg

 

Al revisar el cine de David Cronenberg queda más que claro que no podemos verlo como piezas separadas o como etapas que este cineasta ha ido pasando en toda su trayectoria. Su cine es un todo, un conjunto al que podríamos llamar “el proyecto Cronenberg” y es que cada una de sus películas es una pieza fundamental para entender la obsesión, los miedos, las filias y las fobias que este canadiense tiene con el cuerpo humano y las posibilidades de transmutar, de convertirlo en algo diferente, distinto, en algo más de lo que es.

Cronenberg ha creado un estilo muy personal de terror, cercano al corporal, a la ciencia ficción desde donde explora la conexión y la interrelación que tenemos con nuestro cuerpo que vamos conformando con el paso del tiempo.

Su estilo de terror parte de su fascinación, el morbo, la traición corporal de envejecer para llegar a la transmutación en otra que incluso va más allá de lo humano, de lo tangible, para desde ahí partir a la exploración del horror a lo diferente. Una visión tan retorcida que se va normalizando cada vez más. Lo vemos con esas personas que deciden modificar parte de su cuerpo de diversas maneras. La idea de transmutar de este director es algo con lo que de cierta forma hemos convivido desde hace décadas, solo que Cronenberg lo presenta desde una visión mucho más retorcida.

David Cronenberg nació en una familia judía, en Toronto, Canadá. Hijo de un escritor, periodista, editor y una pianista, paso su infancia rodeado de libros y música, por lo que no fue nada extraño que al momento de entrar a la universidad se decidiera por literatura, donde puso énfasis en autores como William S. Burroughs, Vladimir Nabokov entre otros escritores que en sus libros siempre han dejado claro su filia con el cuerpo, su envejecimiento y como ir retrasándolo, impidiéndolo. Sin embargo su camino hacia el cine estaba formándose, la película amateur “Winter Kept us Warm” lo llevó a buscar en el cine la forma de expresar sus sentires, sus miedos, sus pasiones.

Con la idea de convertirse en director se muda a la ciudad de Nueva York e influenciado por toda la escuela underground que se estaba dando a finales de la década de los sesenta, es que sin ningún conocimiento técnico decide filmar sus dos primeros cortometrajes, con historias escritas por él.

Filma “Fincher” (1966) que es un diálogo entre un psiquiatra y un expaciente y “From the Brain” (1967) también en forma de diálogo pero esta vez entre dos veteranos de guerra. Estos dos cortometrajes ya van mostrando las obsesiones de Cronenberg con respecto a la decadencia corporal, mental, el envejecimiento como algo de lo que no podemos escapar.


En 1969, filma su ópera prima “Stereo” donde desde la ciencia ficción comienza a vislumbrar su estilo característico de terror corporal, donde los protagonistas son intervenidos quirúrgicamente para quitarles el habla, desarrollando con esto habilidades telepáticas. Con “Stereo”, Cronenberg presentaba sus primeros indicios de transmutación en sus personajes como parte fundamental de sus historias, de las obsesiones que presentan y que los hacen ser quienes son.

Con su segunda película “Crimes of the Future” (1970) apuesta por hacer una dura crítica a la sociedad conservadora de su país natal. Cuestiona ideas preconcebidas desde lo políticamente correcto. “Crimes of the Future” causó bastante polémica por esa apología a la pederastia que hace, para lo cual Cronenberg respondió que lo que intentaba hacer con la película era mostrar a una sociedad hipócrita, falsa, conservadora, a la par de perversa.


“Shivers” (1975) es con la que logra la proyección necesaria para convertirse en un cineasta de autor, más allá de un simple director de cine de terror/ciencia ficción. Sin embargo se mantiene siendo un director reconocido en el circuito de ese género, ganando el premio al mejor director en el aclamado Festival de Sitges. En “Shivers” ya se perfilan sus principales obsesiones dentro del terror corporal. El sexo explícito, el gore, la violencia, dando los primeros pasos a lo que se convertiría en su sello característico.

Cabe mencionar que esta es la primer película de Cronenberg en la que delega la dirección de fotografía y la cámara a alguien más, dando como resultado mucha mayor libertad para que él se dedique a la dirección, lo que le da una mayor madurez y seguridad, que se muestra en “Rabid” (1977) en la que incluye otra de sus filias como son los coches y las motocicletas. Esta fue un éxito en taquilla, además que se convirtió de inmediato en una película de culto dentro del subgénero gore, aunque habrá que decir que estaba muy alejado de lo que los directores especialistas estaban haciendo en ese momento. Cronenberg estaba dibujando una delgada línea entre el género del terror y el cine de autor, al cual pocos autores en esos años estuvieron caminando.

En 1979 decide sacar dos películas que de cierta forma presentan de forma muy acertada a David Cronenberg en esos años. Con “Fast Company”, su única de encargo en toda su filmografía, hace un primer acercamiento a su filia con los autos, la velocidad y los accidentes automovilísticos. A pesar de que es un filme de encargo tiene el estilo del canadiense, quien además ha dejado claro que aceptó hacerla por dos razones, la primera por su gusto por los coches y las carreras, y para poder financiar “The Brood”, uno de sus proyectos más personales.

Desde sus miedos infantiles relacionados con la enfermedad degenerativa de su padre es que deja ver desde una visión bastante retorcida los traumas infantiles y como estos nos van marcando.

Es a la fecha una de sus mejores películas, además de presentar un punto de inflexión, un antes y un después en su carrera, al menos en lo que a presupuesto se refiere, pues con “The Brood” los grandes estudios voltean a verlo, logrando así tener un mayor apoyo económico lo que se traduce -contradictoriamente- en una mayor libertad de crear, de llevar a cabo sus visiones.


Entre mediados de los ochenta y principios de los noventa, plasma sus mayores éxitos comerciales, logrando así no solo consolidarse como un referente dentro del cine del terror, principalmente de los subgéneros del horror corporal y el gore, sino también como un director de cine de autor; pues la estética de sus películas, así como el tratamiento de sus historias, que en eso años habían mejorado mucho, le permiten entrar en esa categoría, incluso Andy Warhol dijo sobre “Videodrome” que era “A Clockwork Orange” de los ochenta.

Esta película que combina los elementos clásicos de Cronenberg como son la transmutación corporal, el gore, la violencia y el sexo con una crítica hacia la televisión, en una década plagada de excesos capitalistas, donde el consumismo fue lo que marcó a toda una sociedad, dando la pauta de lo que nos convertimos en la actualidad.

Queda claro en esta película que toda la violencia, los excesos, la forma de verlos, en televisión o ahora en las llamadas redes sociales, Cronenberg se estaba adelantando a lo que podríamos decir que es lo que vivimos en la actualidad y que Claudia Alarcón llama “Sociedad Snuff”. “Videodrome” es uno de los filmes más excesivos visualmente de Cronenberg, donde no hace ninguna concesión a la censura, ni personal, ni de los estudios.

Previo, en 1981, filma “Scanners” en la que con un mayor presupuesto logra mostrar visualmente de forma mucho más cercana a su idea, la violencia, el sexo explícito, los cambios corporales; es decir, todo lo que significa el “Proyecto Cronenberg”. Con esta también se permite ir creando esa estética visual cercana al ciberpunk que será usada en sus demás películas.

Cierra la década de los ochenta con sus tres películas más taquilleras a la fecha, además de ser el momento en que toma la decisión de apostar por la adaptación de libros, ya sea novelas o relatos, antes de que las historias originales.


Con “The Dead Zone” (1983) adaptada de la novela homónima de Stephen King y su película con mayor presupuesto hasta ese momento, muestra un lado mucho más psicológico en su forma de representar el horror. con “The Fly” (1986) misma que terminó de establecerlo como un director rentable para los grandes estudios y que además lleva la transmutación hacia otros niveles mucho más perturbadores y perversos.

“The Fly” ha trascendido al nivel de convertirse en parte de la cultura pop, con múltiples parodias, referencias, memes, entre otras formas de homenaje actual. Cerrando con “Dead Ringers” (1989), una de las películas más incomprendidas de su filmografía pasando de ser duramente criticada a ser considerada la sexta mejor película en toda la historia del cine canadiense. 

Para los noventa se dedica exclusivamente a adaptar novelas y obras de teatro, iniciando con “Naked Lunch” adaptada de la novela del mismo nombre de William S. Burroughs, incluyendo algunos relatos y pasajes biográficos del escritor. El caos estético y secuencial de la novela son fielmente plasmados en la película dejando ver la influencia que este escritor ha tenido en el cine de Cronenberg. Ésta es posiblemente la película que lo lleva a la cumbre como director de cine de autor, alejándolo un poco de la categoría del terror/horror y es así como para 1993, filma “M. Butterfly”, adaptada de la obra de teatro del mismo nombre escrita por David Henry Hwang. Aquí se aleja por completo de su estilo y sus obsesiones y miedos los convierte en un drama psicológico de alto nivel, con un Jeremy Irons en el papel principal, interpretado de forma magistral.


El año1996 lo alcanza filmando “Crash”, de nuevo adaptada de una novela, esta vez de J.G. Ballard y es justo con la que alcanza a llevar al cine en una sola película todas sus obsesiones, desde los cambios corporales, el terror, los miedos, los coches (accidentes incluidos), el sexo. Es posiblemente la obra cumbre de Cronenberg, la que mejor retrata sus filias y fobias. La polémica que tuvo fue un factor detonante no solo para que la critica especializada la viera con otros ojos, sino también detuvo una mayor distribución, deteniendo la proyección masiva de una de sus mejores películas.

Cierra la última década del siglo con “eXistenZ, adaptación libre de la novela “The Three Stigmas of Parker Eldrich” (lo cual sigue negando Cronenberg pero el parecido en la historia es innegable). Aquí de nuevo hace una crítica a las nuevas tecnologías, al uso que se les da para la alieneación y control de las personas. La sutileza para mantener el gore de una forma muy fina y elegante son la mayor sorpresa de este filme. Cronenberg comenzaba a entender que necesitaba pulir sus técnicas para solventar la censura.


En este siglo se ha mantenido apostando por las adaptaciones más que por las ideas originales, tal vez por su (de)formación como escritor o reconociendo que Cronenberg es más un artesano que un artista, su formación es totalmente empírica con respecto a las técnicas cinematografías y eso tal vez juega a su favor -junto a su título en literatura- para hacer el cine que hace, apostando por las adaptaciones.

Desde la revisión a un paciente mental en “Spider” (2002), pasando por “A history of Violence” (2005) basada en la novela gráfica del mismo nombre de John Wagner y Vincent Locke, donde hace varios guiños al cine noir, que mantiene en “Eastern Promises”, con la que va conformando una relación de trabajo con Viggo Mortensen que mantiene hasta la fecha, el regreso al thriller psicológico con “A Dangerous Method” (2011) adaptada de la obra de teatro del mismo nombre, con “Cosmópolis” (2012) basada en la novela del mismo nombre de Don DeLillo, con la que regresa a una de sus obsesiones regulares: el sexo como una forma de escape, de liberación, para después regresar al cine independiente, arriesgado, complicado en sus historias como lo fue “Maps to the Stars” para luego tomarse un descanso de casi diez años y regresar con “Crimes of the Future” (2022) que no es un remake de la película con el mismo nombre de 1970, aunque guardan ciertas similitudes especialmente con respecto al sexo y las transformaciones corporales. Después de un tiempo alejado de su estilo con “Crimes of the Future”, regresa a su estilo inicial, aunque mucho más fino y elegante que en sus primeras películas.

David Cronenberg se mantiene en constante diálogo consigo mismo, de la misma forma en que su estética dialoga entre sí con cada película, moldeándose en las diversas formas de ver las realidades y desde ahí dialoga con nosotros como espectadores de su proyecto, al que nos invita a transmutar y entender que la realidad puede verse desde muchas ópticas.


Desde el exilio en Ankh-Morpork


Jorge Tadeo Vargas, escritor, ensayista, anarquista, a veces activista, pero sobre todo panadero casero y padre de Ximena. Está construyendo su caja de herramientas para la supervivencia. En sus ratos libres coordina el Observatorio de Emergencias Socio-Ecológicas
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