Mostrando las entradas con la etiqueta Festivales. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Festivales. Mostrar todas las entradas

Ambulante 2023 llega a Aguascalientes del 20 al 24 de septiembre


Descubre la programación en Aguascalientes

¡No te pierdas las actividades del 20 al 24 de septiembre!


Como parte de la decimoctava edición, Ambulante Gira de Documentales estará en Aguascalientes del 20 al 24 de septiembre.

Consulta la programación aquí.



Fui al Eras Tour de Taylor Swift en CDMX… ¡Y SOBREVIVÍ!

 



Por Mónica Castro Lara |

Ya sé, ya sé. Ya pasaron días de los conciertos de la güera en CDMX, pero acá esta millennial geriátrica se enfermó de gripa (mi garganta lo resintió bastante y me puse de imprudente días después creyendo que estaba como si nada) y comprenderán que no estaba al cien para escribir y compartirles un poquito de mi *inolvidable* experiencia. Además, aprovecho que hace unos días anunciaron el Eras Tour Film en cines y otra vez la euforia regresó a nuestros cuerpos cansados y gastados. Como era de esperarse, esos boletos también se agotaron en cuestión de minutos a pesar de que Cinépolis se tiró al suelo, hizo berrinche y salió con diez mil jaladas, pero bueno. Nuevamente iremos a ver el concierto, pero ahora desde la comodidad de un asiento acojinado (y no la porquería de grada del Foro Sol al cual siempre odiaré) y a tan solo minutos de casa. Como podrán comprobar, el impacto del Eras Tour de Taylor Swift en 2023 es bestial y llegó para quedarse un bueeen rato en nuestro país.

*(Tantito imaginen que es la madrugada del 26 de agosto) *. Escribo estas líneas mientras regreso de lo que es, sin duda alguna, el concierto de mi vida. Digo… tampoco es que haya ido a muchos conciertos en mi vida, pero en definitiva, éste llegó para ocupar cada rincón de mi gélido corazoncito y créanme cuando les digo que, lo que acabo de vivir el día de hoy, dudo que pueda revivirlo con algún otro artista. No sé qué tan simple sea mi historia con el concierto, pero de todos modos la voy a contar. Así como millones de personas, me registré en el Verified Fan en Ticketmaster (que también odio, por cierto) sin recibir una respuesta positiva. Mi amiga Mary fue la suertuda que recibió el muy codiciado “código” (que en realidad era un link privado) y gracias a ello pudimos comprar los boletos sin mayor problema y, sobre todo, sin la intervención de ningún revendedor horroroso o tener que buscar los boletos por otros medios (cosa que, en definitiva, no estábamos dispuestas a hacer). Escogimos una zona bastante razonable económicamente hablando (porque a pesar de la euforia, hay que medio ubicarse) y afortunadamente no tuvimos ningún otro contratiempo (tipo que se cayera la página, que no nos aceptara el pago o esas cosas nefastas que suelen pasar con Ticketmaster). Como verán, efectivamente suena muy simple (porque debería serlo), pero en verdad fuimos de las pocas afortunadas en lograr una compra exitosa y sin percances. Ese era apenas el inicio de una larga y muy emocionante travesía; como buenas poblanas, necesitábamos transporte, planear el viaje en sí, pensar, comprar o incluso diseñar nuestros outfits, hacer las famosas friendship bracelets, ahorrar lo más que se pudiera y un largo etcétera. No les miento: fue una experiencia muy, muy linda pero también de mucho derroche económico. Prefiero no entrar en ese tipo de detalles porque si me pongo a indagar, a hacer cuentas y a reflexionar un poco más, entra una en un círculo capitalista vicioso e infinito y creo que es mejor disfrutar digamos… la esencia del por qué estamos haciendo y gastando todo esto, que es a grandes rasgos, ir a ver a una de nuestras artistas favoritas en sus primeros shows en nuestro país y pasarla muy, muy bien. Y por fortuna, así fue. 

Un factor estresante (no solo para mí, sino para miles de personas) era el saber que lo más probable es que se cayera el cielo en la Ciudad de México en las cuatro fechas del concierto (porque sabemos que en agosto llueve, eh Taylor) y que lo usual en dicha ciudad y en especial, en el muy mal construido Foro Sol (sí, lo odio) es que se inunden. No sé si recuerdan, pero en 2020, justo días antes de que cerraran TO-DO por la pandemia de COVID y cuando el virus ya estaba bien instalado en nuestro país, estuve en el concierto de Billy Joel en el Foro Sol y a partir de esa muy mala experiencia, juré no volver a ir a ningún otro concierto o a algún evento en dicho lugar. Lo que no sabía es que tres años después, me iba a terminar mordiendo la lengua hasta sangrarme y que estaría asistiendo al mismo recinto que tanto me choca y al que tanto le echamos caca los mexicanos. “¿¡POR QUÉ NO LO HICIERON EN EL ESTADIO AZTECA!?” nos preguntamos varixs. ¿Será muy costoso gestionar un concierto en el Azteca? ¿O de plano los dueños del Foro Sol son más perros? Quién sabe. Lo importante aquí es que, Tláloc, al parecer íntimo amigo de Taylor Swift, nos dio tregua los cuatro días del concierto a pesar del cielo cerradísimo y nubladísimo que había. Sí nos llovió muy poquito cuando apareció la telonera Sabrina Carpenter, pero hasta ahí. Yo, como buena millennial geriátrica (sí, se los reitero), me fui muy preparada para un 25 de agosto lluvioso, es decir con botas de camping, dos impermeables (sí dos, pero solo usé uno) y la verdad es que, por cuestiones de comodidad, no planee más allá de lo que otrxs planearon, pero qué pinche bonito fue ver a un montón de gente vestida de su era favorita de Taylor Swift o de algún video musical en específico o de la letra de alguna canción. No me queda la menor duda de que la gente (y en especial lxs mexicanxs) es muy creativa, súper animada, arriesgada y que una lluvia o posible mal clima no iban a impedir que se expresaran a través de sus outfits, de sus espectaculares peinados y de las toneladas de glitter que iban a usar en sus impecables maquillajes. Así que todo mi respeto, todo mi amor y toda mi admiración a todas y cada una de esas personas que decidieron ir en contra del pronóstico del clima y del de por sí cansancio que implica el asistir a un concierto así (a la chica que vi con botas de tacón de aguja mientras caminábamos kilómetros rumbo a la entrada, quería darle un abrazo o un sape, francamente).

Estoy segura de que a estas alturas ya saben cuál es el significado o más bien el origen de las friendship bracelets que muchas hicimos y compartimos antes del concierto, así que me parece medio redundante repetirlo, pero sí quiero platicarles (porque soy una ñoñísima y se aguantan) que para mí fue relindo y de lo que más disfruté previo al evento; hacerlas junto a mi hermana Elo, con Bunny a un ladito, escuchando las canciones de Swift y estar totalmente concentrada en lo que estaba haciendo, fue inesperadamente terapéutico (¿mindfulness? ¿eres tú?). Lo que sí es que reafirmo mi nula capacidad para hacer cosas manuales y ni modo. Si a estas alturas ya se reventaron las pulseras que intercambié, pido disculpas. 

Tras llegar con tiempo récord al Foro Sol, recorrer casi todos los puestos ambulantes de merch porque somos medio indecisas, mirar desconfiadas al cielo cada cierto tiempo y encontrar nuestros lugares, por fin inició el segundo concierto de Taylor Swift en México tras 17 largos años de espera. Empecé a gritar como desquiciada cuando apareció nuestra querida güera debajo de los pétalos gigantes que la escondían y ahí supe que me iba a desbordar de la emoción. A M É con locura las maratónicas tres horas y media que duró el concierto y que, además de ser increíblemente puntuales, fueron en todo momento electrizantes y francamente maravillosas. Sabemos que Taylor Swift tiene un equipo de altísima calidad y me dio muchísimo gusto que, a pesar de haber estado en gradas, vimos perfecto todo el espectáculo cuyas pantallas la dejan a una sin habla (Taylor y su equipo mandaron a quitar la cochinada de escenario que tiene el Foro Sol y nos dieron por fin, equipo de calidad). Los visuales del show son geniales, muy ad hoc a cada canción o era; el sonido brutal a pesar de la mala acústica del recinto (porque no, no la tiene) y el fueguito en “Bad Blood” nos calentó a todos bien entradas las diez de la noche. Les confieso que estoy muy, muy orgullosa de mí misma porque pude cantar (más bien gritar jejeje) las 43 canciones que se avienta la Taylor (yo sé que son 44 canciones en total, pero la canción sorpresa que me tocó –“Tell Me Why”– la he escuchado, pero no me la sé). Había visto videos en donde la gente afirmaba que, del shock, se les olvidaban las letras de las canciones, pero no fue el caso de esta ñoña que la verdad, ni es taaaan swiftie. Pero eso sí, bailé, canté, grité, lloré, berreé como nunca y me di cuenta de que justo esa era la terapia que necesitaba y que estaba ansiosa de vivir desde hace varios meses, porque si bien veía partecitas de los conciertos a través de Instagram o de YouTube, la experiencia de estar presente en el Eras Tour México es completamente distinta a lo que vemos en pantalla y mucho se debió al público mexicano. Agradezco que pude estar rodeada de personas que estaban igual de emocionadas y desbordadas que yo. O bueno, unas dos que tres no ¡já!. Obviamente en “Cruel Summer” que es LA canción del verano y la segunda que interpreta, yo ya no tenía voz. Y a la señora o chica de cubrebocas que estaba a mi izquierda adelante de mí a unos tres o cuatro lugares de distancia y que me miraba súper sacada de onda cuando estaba B E R R E A N DO durante “august”, le digo que sí, que estoy bien y que mejor deje de juzgar a la gente o andar de mirona. Aun así, no me inhibió en lo absoluto. Muchxs me han preguntado cuál fue la canción o el momento que más me gustó del concierto y he de confesarles que creo que no es uno muy habitual o que hayan mencionado mucho en publicaciones previas y así, pero yo Mónica Castro Lara sentí que el Foro Sol se desbordaba durante los 10 minutos de “All Too Well”. Es una canción compleja, larguísima, pero en verdad se me enchinó la piel de inicio a fin. Y por lo que viví, creo que a la mayoría le pega cañón.


“No sabía que te gustara tanto Taylor Swift”. Lo escuché y lo leí muchas veces antes del concierto. Resulta que hace quince años, cuando iba en la universidad, mis amigxs y yo recreábamos a modo de burla el video de “Teardrops In My Guitar” y de ahí, decidí descargar algunas canciones de Swift en mi iPod. Siento que ahí empezó todo. Pero como a la gente le encaaanta juzgar los gustos musicales ajenos y Taylor Swift es lo más blanco, lo más ñoño, lo más pop, lo más mainstream que existe, pues confieso que nunca me sentí cómoda gritándolo a los cuatro vientos. Hasta hace unos años que leí sobre lo que Dave Grohl dice de los guilty pleasures y pues… resulta que no me gusta Taylor Swift… ¡M E E N C A N T A! “I don’t believe in guilty pleasures. If you fucking like something, like it. That’s what’s wrong with our generation: that residual punk rock guilt, like, “You’re not supposed to like that. That’s not fucking cool.” Why the fuck not? Fuck you! That’s who I am, goddamn it! That whole guilty pleasure thing is full of fucking shit.” Yo sí creo en lo poderoso de sus letras; como muchxs siento que he crecido con ella y he constatado la evolución de sus canciones, la complejidad de muchas de ellas, lo bien que sabe contar una historia (porque es una extraordinaria storyteller), lo mucho que me interpela su música y lo bien que está rompiéndola en la industria musical.

Por último, Taylor es una titán en lo que hace. No solo en su carrera musical (que ha tenido miles de altas y bajas), sino en el concierto en sí. Cientos de videos hablando de qué dieta llevará, qué tipo de ejercicio debe estar haciendo para mantenerse en forma, que rinde más que los atletas más disciplinados, de cómo debe estar cuidando su voz, qué drogas debe estar inhalando/fumando/inyectándose para resistir y dar lo mejor de sí durante tres horas y media con intermedios y cambios de vestuario de menos de cinco minutos. David Harbour, nuestro Jim Hopper de “Stranger Things” no se explica cómo va al baño la Taylor o en qué momento toma agua. Así todxs, David, así todxs. Estoy muy orgullosa de la perseverancia de nuestra güera favorita, de su tour y de saber que tendremos Taylor para rato. Tú siguele facturando, mami. Factura todo lo que puedas.

Mi agradecimiento por siempre a Andy, por hacer T O D O el viaje una realidad. A Mary, por no quejarte de mis gritos horrendos mal entonados durante el concierto y vivirlo juntas. Y a mi Elo,
siempre.


Tecate Península 2022: buscando la voz de Chicano Batman (Crónica)

Por Iván Gutiérrez (alias Ay Gregorio!) | Crónica y Fotos |


INTRO

Esto empezó como una cobertura “común” de un festival musical, pero en el camino se convirtió en una crónica gonzo sin quererlo. El detonador: un gallo y un show de Chicano Batman donde no pudimos disfrutar la voz de Bardo. Pero vamos al inicio.

Tras una noche en la que no dormimos mucho pero sí disfrutamos bastante, mi amigo Alex y yo nos lanzamos de nuevo a la carretera. En Tecate habíamos visto a Mi Banda El Mexicano la noche anterior, en un show un tanto extraño, pues la energía actual del vocalista no es la que uno esperaría de la potencia festiva de esta banda. Su hijo tiene bello rostro, muchas fans quedaron encantadas con las fotos que se tomaron con él cuando bajaba del escenario, pero unas clases de canto no le vendrían mal, si (como aparentan) su objetivo es que reemplace a su padre en los próximos años. En fin, creo que por igual la gente quedó complacida con esta primera edición del FESTEM, festival musical donde también tocó Café Tacvba.

De vuelta al presente. Omeprazol, agua, un gallo, cargadores, cámara, memoria, dos lucky strikes y stickers de Ay Gregorio! son el equipaje para hoy. Tras una hora aproximada de viaje llegamos a Playas de Tijuana poco antes de las 3pm. Arriba del Escenario Tecate toca The Warning y no suena para nada mal. Me lamento por no haber alcanzado a escuchar a las Margaritas Podridas, pero pienso que ya llegará el momento de verlas en acción. Damos una ronda general por la Plaza de Toros, ubicamos escenarios, área de comida, baños y área de prensa, justo donde está por iniciar una entrevista con Bruses.

Tras un par de minutos empieza el cuestionario en vivo con la joven compositora, quien este año fue nominada a dos Grammys tras 11 años de carrera artística independiente. Su maquillaje está impresionante, me recuerda al David Bowie del Aladdin Sane.

“Estamos muy contentos por estas nominaciones. Es difícil mantenerse independiente, pero se siente genial no tener que vender tu alma a una disquera por un adelanto mediocre, y sentimos que esto es prueba de que hay otros caminos para los artistas. Hace poco logré empezar a apoyar a mis padres económicamente, eso para mí es un verdadero éxito, porque mi familia es de clase trabajadora, y me siento muy contenta de poder regresarles un poco de todo lo que me han dado”.

Bruses comparte que se siente muy feliz de regresar a Tijuana, su ciudad natal, y comenta que a su parecer la industria musical se encuentra en un punto muy interesante para quienes crean música en su cuarto, pues las plataformas digitales y redes como TikTok permiten que uno conecte y construya una comunidad en línea como nunca se había podido hacer: “Con Internet las oportunidades están ahí. Nosotros como Bruses no seríamos nada sin el fandom. Gracias a ellos estamos donde estamos”, concluye la joven tijuanense.



GONDWANA Y CAMILO SÉPTIMO: RECUERDOS DE OTROS TIEMPOS

Gondwana empieza y me llegan recuerdos de cuando los vi hace años en el Parque Morelos de Tijuana, en una ocasión en que un amigo metió un gallo gigante entre sus rastas, mismo que roló entre decenas de asistentes. Armonía de amor sale de los speakers y es coreada por el público. Cae algo de neblina que refresca la tarde. La gente ondula. Morras con los ojos cerrados bailan con “Felicidad” de fondo y cantan “ya no estoy triste”.

Terminan los argentinos y a los pocos segundos se escuchan los gritos de “¡Camilo!, ¡Camilo!, ¡Camilo!” en el Escenario Tecate. El público clama por una de las bandas de indie pop mexicano que más seguidores han conseguido en los últimos años, y la respuesta llega pronto. Se encienden las luces y sale a escena la voz impresionante de Manuel Coe, vocalista de Camilo Séptimo.

Cuando inicia “No Confíes en Mí” vuelven algunos recuerdos de cierta aventura amorosa muy caótica, por allá de 2017, en aquellos tiempos cuando tendía a vincularme con personas conflictivas sin pensar mucho en las consecuencias, muy ad hoc con el tema de Séptimo. “No confíes en mí; Aún puedes escapar; Aún puedes librarte; De conocerme más”.

Manuel se desenvuelve muy bien en el escenario, juega con el deseo que despierta en el público: los hace aplaudir y gritar. Los visuales también están chidos, y los bajos se escuchan potentes, con una base funky que te pone a mover las caderas. Pienso que es música para coger y enamorarse, para dejarse llevar un rato por las energías intensas del amor.

Terminan los Camilos y me encamino a la rueda de prensa con Chicano Batman. Las áreas de la Plaza de Toros antes vacías comienzan a llenarse poco a poco. La tendencia es clara: esto va a reventar en las próximas horas.



SEN SENRA Y CALIGARIS: UN POCO DE LO BUENO NUEVO Y LO BUENO VIEJO

Al llegar al área de prensa se nos revela que fue cancelada la entrevista con Chicano. Pregunto por qué, pero no encuentro muchas respuestas. Saludo a una colega cachanilla que viene cubriendo el evento para Revista Machin y platicamos un rato de esto y aquello. Nos vamos juntos a ver el show de Sen Senra, músico español que me recuerda a compositores como Rosalía y C. Tangana (con quien ya tiene una colaboración), esa nueva ola de músicos ibéricos que están creando (y exportando) sonidos pop que se nutren del R&B, el trap, el Hip Hop, la canción de autor y demás géneros varios.

El Escenario Monumental es el más pequeño de los tres. Tiene forma circular y está rodeado por gradas. Empieza el show y Sen Senra se adentra al escenario caminando lentamente. Empieza un beat sensual y una guitarra con delay que le pone una textura espacial a la base armónica. Los gritos de las fans reflejan que es uno de los músicos que más prenden a esta generación.

El músico de 26 años se mueve muy bien por el escenario. Baila, toma el stand del micrófono y lo balancea mientras se sujeta el pantalón negro tumbado. Lleva el número diez en la espalda y unas gafas oscuras para ocultar la mirada. Varias chavas que están recargadas sobre la valla metálica bailan y gritan bajo las luces guindas.

Termina el segundo tema (Baby no me sueltes más) y al fondo gritan con euforia "¡Sen Senra, Sen Senra!". Lo acompaña una batería con una caja de beats que le dan ese toque hiphopero-trapero a la música, y una guitarra que toca acordes de un solo rasgueo prolongado con su necesario delay, poniéndole el toque seductor a la música. En cierto momento el músico se avienta un solo vocal imitando una trompeta, que con el auto-tune suena bastante bien. Me despido del español tras un par de canciones más, decidido a encontrar un buen lugar para ver a la banda que más me emociona de este festival: Chicano Batman.


Camino al Escenario Tecate me toca escuchar unas buenas rolitas de los Caligaris, justo cuando un rayo de luz logra filtrarse entre la nubosidad de los últimos días, coincidiendo perfecto con la música festiva de la banda argentina. El público que está frente a la banda está en pleno éxtasis.

“Vos sos esa simple razón, por la que volví a sonreír, por la que levanto la vista y veo lindo el cielo, aunque esté todo gris…”. Para terminar de hacer más cursi la imagen hay un arcoíris atravesando el cielo. "Queremos que todos cierren los ojos, respiren y piensen en esa razón que los hace estar acá”, dice Martín Pampiglione por el micro. “¡Estos son los recuerdos que no se olvidan nunca! ¡Gracias por este enorme regalo, a cambio les vamos a dejar este hermoso momento!", dicen los pibes con la cara pintada de payaso, antes de reventar la fiesta como solo ellos saben. La raza agita camisetas en el aire, baila y disfruta como nunca.



CHICANO BATMAN: LA DESILUSIÓN

El show de Los Caligaris lo presencio desde el Escenario Tecate, pues he decidido adelantarme para agarrar buen espacio en el show de Chicano Batman. La emoción se siente en el aire. Todo show en vivo de un artista que uno admira siempre condensa la magia de todas esas veces que lo escuchaste en diferentes momentos, planos y estados emocionales de tu día a día. Y bueno, si se trata de Chicano Batman, es bien sabido que escucharlos en vivo es otro pedo.

Se prenden las luces (yo prendo un gallo) y salen a escena los Chicanos. El público grita de emoción. Camarógrafos nos aventamos frente al escenario para hacer nuestro trabajo. Entonces inicia la catástrofe. Hay fallas en el audio y la voz no se escucha para nada como debería. Pareciera que algo falla, que el micro o las bocinas o el auto-tune fallan, dando como resultado un efecto muy raro en la voz, como un auto-tune mal ajustado que sube y baja el volumen de Bardo y que no permite que se entienda nada de lo que dice. El resultado es un sonido terrible, ininteligible.

Termina la primera canción y tanto público como prensa le intentamos avisar a Bardo de la situación, pero trae puesto un earphone y no capta nuestros mensajes (o eso parece). Considero la opción de arrojarle una botella de agua que traigo en la mochila para avisarle que no se escucha, pero pienso que por ello podrían sacarme del concierto antes de alcanzar a decirle algo.

Pasan tres canciones igual. Inconforme con lo que pasa le digo a un sujeto que está en el backstage que no se escucha el vocalista. Asiente, como saliendo de la esterilidad de no saber si esa falla en la voz era real o venía de su imaginación. Dice que irá a avisar. Bardo sigue entregándolo todo, a pesar de que en los speakers delanteros no se escucha absolutamente nada, solo gritos ahogados. Me pregunto si en los speakers de atrás se escuchará igual de mal.

Empieza el bajeo característico de Freedom is Free y todos gritamos de emoción, pero parece que no podremos disfrutar el tema como quisiéramos, pues el problema de la voz persiste, si bien Bardo se mueve en guitarra y piano con toda la actitud: es un verdadero rockstar, como demostrará dentro de poco cuando se quite la camisa a pesar del tremendo frío que debe hacer allá arriba. De fondo se escucha la voz de la otra vocalista, quien rescata un poco (pero muy poco) la situación.

Bardo pregunta entonces “Do you hear me?”, a lo que la gente a mi alrededor grita que no, luego le pregunta a los del otro lado y todos gritamos que no, entonces dice: “Les dije que subieran el volumen del micro, pero no hacen caso, ¡pero vamos a seguir este show!”. Los californianos prosiguen con Run, y es una verdadera lástima porque la música es realmente buena, la batería, la guitarra, los synthes, todo se escucha estupendo, pero necesitamos esa voz acariciándonos el alma.

Revienta la parte final de Run y los synthes te perforan el corazón. Empieza a llover y Bardo dice que tiene algo que compartimos. Se sienta al borde y empieza “Invisible People”, una canción de resistencia al sistema con esa vibe nostálgica muy Chicano Batman. No sé si soy yo proyectando mi interior alrededor, pero siento que en el ambiente hay una emoción de tristeza (obvio por el vibe de la rola) pero también de desilusión por las fallas en la voz de Bardo.

Empieza Itotiani y no nos queda más que cantar todos juntos a pesar de que nos falta la guía, pero con esta canción es imposible no navegar por la chicano-vibe. “¡Ella tiene aire a Teotihuacán, su piel tiene el color del mazapán!”. Bardo toma los synthes, checa que el amplificador esté bien modulado y empieza a improvisar en la parte final de la canción mientras sube el ritmo, ¡esto es un jamm y ahora sí se siente la música llegar hasta el fondo del alma! Se acaba la rola y el grito del público se siente diferente, más vivo.

“¿Quieren una canción en español?”, pregunta Bardo por el micro. El guitarrista pasa al frente para iniciar “Manzanita” y milagrosamente sí se escucha su voz al cantar. Bardo se queda al fondo tocando el bajo de espaldas al público al lado de la batería. “¿Significa esto que todo este tiempo Bardo no tuvo voz y solo fingieron una falla técnica?”, me pregunto, pensando en el por qué no intentaron cambiarle de micrófono. Me siento confundido ante la incógnita, y pensarla solo me llena de coraje por la posibilidad de que sea cierta.  “Quizás se enfermó de último momento… y por lo mismo fue que cancelaron la rueda de prensa”, medito mientras el show continúa.

Bardo se quita la camiseta y empiezan los teclados de Black Lipstick. “This is our favorite song! Are you having a good time over there?”, consulta Bardo al público. “Can we have some fucking volume on this microphone over here?!”, exclama, conectando nuestros sentires con el suyo. Empieza la música y nuevamente la falla técnica. Hay un sentimiento que quiere salir y conectar, pero no está el puente: la voz. Es como algo muy bello que pudo ser, pero no fue; otra desilusión más a la lista. En ese momento Bardo hace un último intento por hacernos vivir una gran experiencia: baja del escenario y se entrega al público, que lo abraza sin dudarlo.

Tras un minuto el vocal chicano sube de nuevo al escenario y dice “we have a last song for you and its called Magma!”. Bardo comienza a cantar y el sonido de nuevo es una enorme decepción. Estamos a un paso del éxtasis, pero nos quedamos a eso, a una voz de distancia. Chicano Batman cierra con un jamm potente, destructivo, performático. Dicen algo como “¡Adiós Tijuana!” y concluyen. Después el silencio.



EN BUSCA DE RESPUESTAS

Concluido el show sólo puedo pensar que, a mi manera de ver, Chicano Batman nos debe un concierto. No sé si por culpa del Tecate Península, por culpa de la banda o por culpa de algún ingeniero. Lo que sí sé es que mi pulso periodístico está ávido de descubrir la verdad, así que comienzo a recabar algunos testimonios de desconocidos y confirmo lo (casi) obvio: falla técnica, hubo.

Mis amigos no conocen a la banda y me comentan que pensaron que se escuchaba de esa manera porque así era el estilo. Caminando en búsqueda de respuestas me encuentro a un colega de Ensenada, quien me comenta que Chicano no traía ingeniero de sonido, que él lo conoce (porque es de Ensenada) y nunca lo vio al lado de los ingenieros.

Me acerco a los ingenieros en una base ubicada en la parte trasera de la zona VIP. Me dicen que el ingeniero de Chicano no está chido, que ahí estuvo la bronca (ah caray, ¿no que no había estado presente?). Otro dice que solo yo escuché las fallas, que para ellos todo se escuchó perfecto. Empiezo a sentir que se quieren desentender de la responsabilidad porque olfatean que soy reportero y no quieren meterse en problemas. Al salir de la zona VIP un morro dice que allá sí se escuchaba la voz, pero que a ratos se le bajaba el volumen. En el otro escenario Justin Quiles empieza a cantar sobre culear y fumar marihuana en un trap latino sabroso. Yo sigo aferrado: ¿Qué carajo pasó con Chicano Batman?

Pienso que es hora de ir a prensa. Nadar por el mar de gente comienza a ser una experiencia turbulenta; se siente subir la afluencia de público ante la proximidad de los Fabulosos Cadillacs en escena. En el área de prensa platico con una colega y me comenta que en la parte trasera sí se escuchó Chicano bien. “Solo adelante no había sonido… pero traen un cagadero con los ingenieros de sonido en todo el festival”. Otro colega periodista me dice que también traen un desmadre con las ruedas de prensa, pues aparte de Chicano, también canceló Camilo, y Sublime va tarde. “Chicano Batman no quiso rueda de prensa, que mejor hacían una prueba de sonido”, dice una morra del staff luego de preguntarle sobre por qué no hubo entrevista con los californianos. Bueno, ¿entonces qué pasó con esa prueba de sonido? ¿Qué pasó en Chicano?

Bueno, ahora sé que atrás hubo sonido bueno, enfrente nada. Pero la duda persiste, ¿de quién fue la maldita culpa de que cientos no disfrutáramos este concierto? Todo apunta a que hubo un ingeniero que no hizo bien su trabajo. Se empiezan a agotar las fuentes informativas al alcance para encontrar respuestas, pero me niego a quedarme con la duda. Se me ocurre entonces una idea.

Me meto a los baños de prensa, me lavo la cara y me veo al espejo: me siento seguro de quien soy. Me quito el gafete de prensa. Me recuerdo músico. Salgo del baño y entro con total normalidad al área de los artistas. Traigo el outfit. Traigo la energía. Traigo la vibe. Me mezclo. Soy uno de ellos y ellos son de los míos.

Pido lumbre para un cigarro. Hablo con el guitarrista de Bruses un momento. A la sorda busco la carpa de Chicano Batman. Paso al lado de Sen Senra, quien está platicando con algunos compas. El guitarrista de no sé qué banda dice que se irá a practicar unas rolas antes de salir a escena. Me acerco a un par de músicos jóvenes que están por ahí, pero no conocen a Chicano, no saben quiénes son. Otro sujeto me apunta en cierta dirección, diciendo que por allá está su carpa.

Paso a lado de la carpa de Siddhartha. Escucho que ya es hora, que faltan diez minutos para el show. No encuentro la carpa chicana por más que busco y busco. Me resigno un momento y me siento. No quiero parecer desesperado y que alguien me identifique como prensa. A fin de cuentas, traigo cargando la mochila de mi cámara en el costado y una pulsera color rosa que me identifica como tal.

Me paro y sigo. Me hago pendejo cerca de Sen Senra. Veo de nuevo al tipo que antes me indicó donde estaba Chicano y le pregunto de nuevo, me apunta la dirección otra vez, pero ahora la veo bien, le digo bromeando que me disculpe, que estoy ciego, a lo que se ríe y se va. Por fin llego y ahí está Bardo afuera de su carpa, platicando con un wey de los Caligaris que lleva rastas; la voz de Bardo se escucha impecable, así que descarto aquella idea de que estuviera enfermo. El músico de la banda argentina dice que mañana tendrán otro show en Guadalajara, ese de dos horas, que ahí sí van a desquitar.

Terminan su conversación y me preguntan si les puedo ayudar tomándoles una foto. Les digo que claro que sí. Tras la foto llega el momento de improvisar. Le digo a Bardo que soy guitarrista de otro proyecto que tocó más temprano, uno que se llama Sen Senra, de España, pero que yo soy de aquí de Tijuana, y que también tengo un proyecto solista que se llama Ay Gregorio! Le doy un sticker del Otro Caguamón a Bardo. “Es de folk, indie folk-punk. ¿Conoces a Juan Cirerol?”. Y así vamos platicando hasta que llegamos al “¿andan de gira ahorita? ¿Cómo viste este show? Yo los vi desde enfrente, y como que no se escuchaba muy bien fíjate…”, le comento.

“Pues no paré, no paré, a veces uno no siente a la gente, pero uno tiene que seguirle” …, dice Bardo.

“¿No crees que haya sido por lo del sonido?, le pregunto.

“Puede ser, puede ser…”, dice, “¿no se escuchaba la voz?”, me pregunta curioso.

En eso el wey que anteriormente me apuntó la carpa de Chicano aparece y yo siento que ya se dio cuenta de que soy prensa y me cago porque estoy a un paso de descubrir que pasó. Para mi suerte el tipo dice “Bueno, ya que te dije donde estaban estos cabrones, ¿nos puedes tomar una foto?”, y pues va la foto con su celular. Sigo la plática con Bardo; todo apunta a que fue culpa del ingeniero de sonido del festival.

“Ah te decía, no se escuchaba nada, se subía y bajaba el volumen, no se entendía… hasta pensé que estabas enfermo de la garganta”, le comento.

“Jajajaja, no para nada. Sí me di cuenta después, de hecho sí te vi desde el escenario, que me hacías señas, y la gente me lo dijo, y yo dije en el micrófono que le subieran al volumen, pero los cicles (o algo así, ininteligible en el audio que grabé) no estaban conectados, y pues ya arriba en medio del show no había mucho que hacer”.

Siento una especie de éxtasis correr por mi columna. Comprendo que el error fue técnico, aunque no me queda del todo claro si fue responsabilidad del equipo del festival o de la banda. Seguimos platicando un rato más. Bardo me cuenta que ahora están dando shows grandes en Nueva York, para 5-10 mil personas. En eso recuerdo que traigo los restos del gallo que prendí cuando comenzaron a tocar y le pregunto si quiere un poco. Me dice que él no pero quizás el bajista sí. Pasamos dentro de su carpa y les ofrece a los chicos y ellos dicen que simón. Nos saludamos y de nuevo me presento como el guitarrista de Sen Senra, de aquí de Tijuana. Fumamos el bajista, una morra con sombrero y yo.

“¿Cómo están, cansados?”, les pregunto para romper el hielo. “Pues una madre”, dicen. Empiezan a hablar de cuánto han dormido. Uno de ellos me ofrece unas uvas, “recién lavadas, bro”. Las acepto con agradecimiento. Hablamos en español. Les digo que el show que (en teoría) di con Sen Senra estuvo chido, que el escenario es más pequeño, “más íntimo”, dice el bajista, y yo digo que simón, que se siente la gente más cerca. “Claro, allá en los otros es como un mar de gente”, comenta.

Decido que es momento de partir: ya tengo lo que buscaba. Antes de eso les regalo un par de stickers del Otro Caguamón y los invito a escuchar las rolas gregorianas en Spotify. Nos despedimos y me siento liberado, esa libertad que te ofrece la verdad. 


SIDDHARTHA Y LOS FABULOSOS: YA ES HORA DE CERRAR 

Salgo a la multitud y me siento algo abrumado, en parte por la desvelada y toda la energía que implica cubrir un festival como éste, en parte por tanta gente, en parte por el psicoactivo circulando en mi cabeza. Pienso que lugares como los festivales son perfectos para perderse en el caos: es una experiencia de perderse, buscarse y encontrarse en la música, en los escenarios, en la fila del baño, en el “ya me cansé pero aquí voy a seguir hasta que salgan los Cadillacs alv”.

Me dirijo al Escenario Tecate a ver lo que resta del show de Siddhartha, a quien ya he visto en dos ocasiones previas (publicando en su momento una crónica de ello acá), y pienso que es interesante ver cómo va madurando y envejeciendo un músico, y uno con él, por supuesto.

Empieza “Ser Parte” y una chica se pone a bailar frente a uno de los puntos de venta de Tecate, fluyendo al ritmo de Siddhartha. Me sonríe y se da otra vuelta. Ya es esa hora de la noche al parecer. La cerveza y la música han hecho su efecto.

“¡Esta noche estamos aquí para pasarla bien, están todos invitados a bailar con nosotros!”, nos dice Jorge Ibarra, quien siempre logra hacerte sentir que estás en una noche especial. Me pregunto por dónde estarán mis amigos, pero bueno, tratar de encontrar a alguien en el mar de gente sin una mediación digital es toda una odisea. Pienso entonces que la forma más fácil de medir la energía de un concierto es a través de la dificultad para internarse entre el público hacia la parte delantera; en esta ocasión, está bastante complicado el asunto. “¡Gracias Tijuana, sean felices, nos vemos hasta la próxima!”, concluye el músico jalisciense. 

Entre la conversación con un par de compas descubro que al parecer Snow Tha Product reventó, que subieron gente al escenario y la pusieron a bailar, y que la vocalista le escupió brandy o whisky o algo de una botella a la gente. Otros compas me comentan que para ellos Los Caligaris se robaron el festival. “Esa madre con el sol y el pinche arcoíris fue otro pedo wey”, dice uno ellos.

En el Escenario Viva Aerobús toca Sublime With Rome, mientras miles aguardan la presentación de Los Fabulosos en el Escenario Tecate. Pienso que es interesante como un proyecto puede resurgir con otro vocalista. Supongo que crea muchos sentimientos encontrados entre los seguidores, pero de acuerdo a lo que leí en prensa, si bien se trata de las mismas canciones de Sublime, Rome Ramírez le mete un estilo totalmente diferente.

Termina Santeria y se empieza a sentir la efervescencia por los Cadillacs. Hay gritos que convocan a pasarla bien todos juntos. El festival está a reventar. Pienso que también me hubiera gustado ver a Sabino en vivo, pero bueno, uno no puede partirse en dos: hay que saber decidir.


Empiezan los Fabulosos y la música nos absorbe. Ver de tan cerca a artistas tan legendarios siempre me recuerda que, a fin de cuentas, se trata de seres humanos como nosotros. Claro, seres humanos con mucha magia y talento en el espíritu.

Empieza Siguiendo la Luna bajo la lluvia y se desliza el sentimiento Cadillac por los acordes menores. El coro es un llanto impresionante, liberador, como las gotas que nos arropan. Me acuerdo entonces de la vez que terminé en la cárcel por fumarme un gallo afuera del París de Noche con un compa. Me acuerdo mucho de las strippers bailando Siguiendo la Luna al compás de Vicentico.

Ondulando al ritmo de la canción decido internarme de nuevo a la marea de gente y sentir esa bella experiencia de conectar en vivo con desconocidos a través de un sentimiento musical en común. Porque si algo saben hacer los Cadillacs es crear comunión. Corrección: si algo saben hacer los músicos al tocar en vivo, es conectarnos. Me siento agradecido de estar aquí, y me voy siguiendo la luna.

“Siguiendo la Luna no llegaré lejos
Tan lejos como se pueda llegar
Son casi las cuatro de la madrugada
Mi casa brillaba
Cruzando ese mar”.


PUNTO FINAL

Cubrir un festival implica prepararse para ir en busca de lo que ese día será excepcional. A veces es una adivinanza: no puedes saber con certeza quien dará EL SHOW. Pero puedes informarte sobre quienes están sonando en ese momento, preguntarte en qué punto de su carrera está el artista. En esta ocasión, mi visión se centró en Chicano Batman por la expectativa que tenía, y finalmente el asunto resultó como resultó. Entiendo que no todos los shows serán buenos, y así como yo no pude disfrutar su show, seguro las personas en la parte trasera sí lo hicieron; a fin de cuentas, esta crónica fue sólo una de miles de perspectivas que se vivieron en este evento masivo.

El Tecate Península me parece un festival que es nuestro, de los bajacalifornianos, donde podemos escuchar bandas que de otra manera no llegarían a la península. Por lo mismo se agradece todo el esfuerzo que hay detrás. Dicho esto, también hay que apuntar que, según lo que pudimos investigar, hubo un problema técnico que fue responsabilidad del festival, que como podrá haber figurado el lector, no permitió vivir la experiencia chicano como se esperaba.

El vocalista suele ser el alma de muchas bandas, es el que refleja cómo está la energía vital de la agrupación; cuando ya no funciona como antes el instrumento vocal, es difícil disimularlo, mucho menos reemplazarlo, porque cada voz es única (claro, hay excepciones en que se logra una adaptación del grupo, ejemplo que pudimos ver con Sublime). Por eso cuando quitas la voz dejas sin cabeza a bandas como Mi Banda El Mexicano, los Fabulosos Cadillacs o, en este caso, Chicano Batman.

Somos de la idea de que un periodismo musical crítico debe hacer un análisis del show e ir más allá del fanatismo (algo que no es fácil y que en realidad seguimos trabajando). Para ello siempre sirven las preguntas. ¿Cómo se siente el show? ¿Qué transmite la banda? ¿Están bien ensayados? ¿Cómo se escucha la voz? ¿Cómo está cantando el vocal? ¿Y los demás instrumentos? ¿Cómo es la interacción con el público? Para la ocasión pusimos algunas de estas incógnitas en marcha, y aquí tienen el resultado.

Esperamos que esta pequeña aventura sirva para cuidar más los detalles de futuros festivales y que los organizadores no se lo tomen a mal, sino por el contrario, se motiven a seguir creando estas grandiosas experiencias para los miles de amantes de la música en vivo. ¡Hasta pronto y nos vemos en el siguiente!



POSDATA

Un par de semanas después de este festival tuve la oportunidad de conversar con una amiga de la Ciudad de México, quien también asistió en esta ciudad a un concierto de Chicano Batman. Su testimonio fue muy parecido, por no decir igual al que aquí compartimos, lo que me lleva a pensar que, o el problema técnico no fue responsabilidad del Tecate (ups), o Bardo está teniendo complicaciones con los efectos que le ponen a su voz, o quizás, sólo quizás (y citando a mi amiga), “al vocalista le quedaron grandes los músicos”. ¿Ustedes qué piensan? ¡Los leo!

Casa Yonki: 5 años de producir y difundir la música independiente


Fotos: Gema Moreno / Babe Hernández


Casa Yonki es un espacio dedicado a la producción, distribución y difusión de la música independiente en México. En específico en géneros y propuestas cercanas al rock y a la canción de autor. Desde 2018, la casa productora y estudio de grabación, cuyo centro de operaciones trabaja desde San Pedro Cholula, Puebla; ha realizado un trabajo musical y de difusión que ha impactado directamente en un tercio del territorio nacional y otras latitudes como Estados Unidos, Chile, Argentina, Brasil y Colombia.

Durante estos cinco años se ha trabajado con exponentes nacionales e internacionales de la música independiente, autogestiva y que va siempre a contracorriente; y de la misma manera, desde la trinchera de Casa Yonki se apoya e impulsa el trabajo de los músicos poblanos para la difusión de su obra a través de plataformas y canales tanto físicos como digitales.

En particular, el canal de YouTube de Casa Yonki se ha convertido en una herramienta de suma importancia en donde se publican discos, canciones, sesiones en vivo, entrevistas y contenido musical interesante y atractivo para músicos, seguidores y melómanos. Algunas producciones inéditas que aloja este canal y que se han creado de la mano de artistas, músicos y compositores han tenido un recibimiento especial y se han convertido ya en clásicos que corea el público poblano.



Sabedores de la importancia del trabajo solidario en la autogestión, Casa Yonki ha realizado alianzas con foros, marcas, espacios culturales, medios de comunicación y diversos promotores y gestores artísticos, con la finalidad de llevar la música independiente a más personas

Además, se ha colaborado con exponentes de otras ramas del arte en la elaboración de materiales de difusión de la literatura y la cultura en general.

En gratitud al público y a todos los que han enarbolado en conjunto este proyecto, el próximo 25 de noviembre de 2022, se celebrará el V Aniversario de Casa Yonki con un festival musical que tendrá lugar en el Beat 803, uno de los foros culturales más importantes del estado de Puebla.

El festival contará con músicos invitados de importante presencia y trayectoria en la escena de la música independiente del país, y convergerán con propuestas locales, nacionales e internacionales de la nueva generación. Todos ellos guardan una estrecha relación con el trabajo que Casa Yonki ha realizado durante estos cinco años y que pueden disfrutar y consultar en los medios oficiales y el canal de YouTube del estudio que a la fecha cuenta con más de 50 mil visitas.




Los invitados para esta fiesta son:

● Carlos Arellano: Insignia del rock poblano (CDMX- Puebla)

● Rafael Catana: Músico, poeta y co-fundador del movimiento rupestre. (Veracruz)

● Gerardo Enciso: Cantautor icónico del rock mexicano. (Jalisco)

● Iván García y Los Yonkis: Banda poblana con más de 10 años de trayectoria. (Puebla)

● Fernando Medina “Ictus”: Rolero y cantautor rebelde. (Jalisco)

● Yegua: Banda de rock directo y engreído. (Puebla)

● Chaneqes: Banda de rock electrónico experimental. (Puebla)

● Bluez Marentes: Cantante y compositora regiomontana. (Monterrey)

● Philly Reid: Acid Bluegrass estadounidense. (USA)

● Invitado sorpresa que se publicará en los primeros días de noviembre.

Los boletos ya se encuentran a la venta y se pueden adquirir en la plataforma web BOLETIA.COM, Todo Rock Puebla y Colectivo Records Puebla.




Huracán 'Elma' sacude la Feria del Libro de Aguascalientes 2022



Por Alejandro Carrillo | Foto: Miguel Gámez


Desde hace mucho tiempo queríamos traer las letras y el vigor de Elma Correa a tierras hidrocálidas y fue el pasado fin de semana cuando por fin llegó el huracán de risas, anécdotas e historias increíbles para deleitar y contagiar a los lectores de la 54 Feria del Libro de Aguascalientes 2022.

Agradezco a la querida Elma, todos sus esfuerzos para compartir con nosotros su magnífica obra, ganadora del Premio Nacional de Cuento Juan José Arreola 2021: Mentirás que no te conté, agradezco también sus esfuerzos para volver en una pieza a Mexicali (larga historia), y también agradezco profundamente a la organización de este magno evento literario, en especial a Paco Camacho y a todos los que abarrotaron la sala y agotaron los libros.  

Quienes seguimos a Elma como autora y más aún como promotora literaria, conocemos todas las actividades que realiza en favor de la literatura desde la frontera norte y más allá. Los que nos ufanamos de ser sus amigos a veces no dimensionamos el trabajo que hace y el talento que tiene para escribir historias, actividad que realiza prácticamente en sus ratos libres, que no son muchos.

La mayor parte de su tiempo se va en seguir aprendiendo y también en enseñar, da talleres a un sinfín de escritores emergentes de diversas latitudes, hace presentaciones a lo largo y ancho del país, y también fuera de México. Está inmersa en una gran cantidad de proyectos editoriales con diversas editoriales y universidades. Cada año compila varias antologías increíbles y disruptivas. Hace comunidad con otras artistas de todo el mundo a través de su proyecto Habitaciones Propias en Instagram. Y por si fuera poco coordina uno de los encuentros literarios más plurales e incluyentes del país, y con el que siempre estaremos agradecidos, que es Tiempo de Literatura desde la ciudad de Mexicali.

Se da tiempo de atender a sus seres queridos y a sus gatos, por supuesto, y es entonces, después de todo esto, que Elma se da tiempo de escribir y ganar premios nacionales. Como dice el poeta Antonio León: me gusta esta nueva tradición de los veranos que es la de anunciar un premio para tu escritura.

‘Mentiras que no te conté’, es el premio que recibió el año pasado, porque el de este año, que es el Premio Bellas Artes de Cuento Amparo Dávila, apenas se está cocinando y el libro está próximo a salir. 

Los ocho cuentos que conforman ‘Mentiras que no te conté’, hablan esencialmente de morras, de amigas, de mujeres inmersas en historias en torno a la realidad fronteriza contemporánea. Si bien es cierto que el libro tiene esa multiculturalidad, no deja de ser un libro universal para cualquier lector, como debiera ser un ganador nacional de narrativa, sin más pretensión que contar historias y contarlas bien. Y esto es manifiesto desde los primeros renglones que te enganchan a situaciones trágicas y divertidas, pero nunca distantes a la realidad del ciudadano promedio. No se logra distinguir si son personas comunes en lugares equivocados o si los lugares equivocados alojan a personas comunes.

Retratos de personas que se niegan a morir pero hacen todo por lograrlo, jóvenes inmersas en vórtices de romance y violencia que horrorizan y enternecen por igual, enredos amorosos entre tijuanenes y santeros michoacanos. Romances entre levantones y narcos. A lo Ibargüengoitia, Elma nos narra la tragedia con esa misma sorna y humor que solo las plumas finas logran sin llegar a caer lugares ridículos. Todo aderezado, como es costumbre, entre un sinfín de referencias de la cultura pop de cierta generación, que también hace que los más jóvenes corran a guglear quien fue el guapo de Wolf Ruvinskis, cómo es la nariz de Carmen Campuzano y la carita de Ana Patricia Rojo o Susana Dosamantes.

Elma escribe para sus amigos, sobre sus amigos y sobre la amistad que es un tópico recurrente y fundamental en la vida obra de la autora. Más allá de su talento y prosa dinámica, su generosidad con los demás es la verdadera ganadora de premios. Su generosidad literaria y sus personajes incomprendidos, melancólicos, outsiders, pero al igual que Elma, siempre generosos, siempre buenos amigos.

Se agradece también que las historias de Elma no tienen que trasladarse a las grandes urbes literarias y lugares comunes que tantos autores utilizan. Sus personajes no van, ni quieren ir a Barcelona, Madrid, Buenos Aires, Praga o París, ni siquiera a la Ciudad de México. Las historias ocurren en la realidad que ve la autora todos los días, y para los que añoramos acabar con el centralismo literario y cultural, agradecemos que Elma nos hable de la frontera, del muro que separa Mexicali de Caléxico, de cómo bajar La Rumorosa en punto muerto, de las montañas de Tecate, de los bares de Tijuana y las fiestas hasta el amanecer en las playas de Ensenada. Se celebra que se premie la literatura con otros acentos, otras latitudes y otros usos horarios y costumbres. Ya que esto en verdad democratiza y abre las puertas a un universo de creadores de todo el país.

Elma es vanguardia, farol de la calle y luz estroboscópica de su casa.

Para terminar me gustaría citar algunas enseñanzas que textualmente nos regala el libro y que seguramente nos servirán en alguna conversación y en la vida diaria:


- Los bares de los hoteles nunca cierran.

- Los zombis vienen de Haití.

- En silencio es más sencillo sobrellevar el hambre.

- Siempre hay cosas que los hombres prefieren no saber.

- A partir de billetes y cocaína se puede ser feliz.

- Procesión giroscópica es el fenómeno que hace volver a los búmerans.

- Los astronautas vuelven más altos a la Tierra.

- A veces los pelícanos se desploman en el desierto.

- Al banco HSBC y a los de Nortec no les va a gustar este libro.

Pulsos y Ambulantito: documentales para todas las edades en la Gira Ambulante 2022




Ambulante continúa develando avances de la programación de la Gira 2022. Recientemente se anunció la selección de Pulsos y Ambulantito, secciones que por una parte contemplan producciones mexicanas y por otra, una selección de cine animado dedicado a las infancias.

Este año Pulsos reúne quince películas, diez largometrajes y cinco cortometrajes con temas y estilos que evidencian la producción actual en nuestro país. El 50% de la programación de la sección fue seleccionada a través de una convocatoria abierta. Destacan los filmes provenientes del sureste, que revelan cosmovisiones indígenas y afro. Como contrapunto, varios trabajos nos transportan a diferentes rincones del territorio norte.

Entre las temáticas abordadas tienen una presencia central el mundo rural, las comunidades tradicionales, los desastres naturales, la migración, las búsquedas personales y los lazos familiares, la memoria y lo onírico.

En palabras de Antonio Zirión, programador de Ambulante: “La selección de películas que este año conforman Pulsos es resultado de largos procesos de descentralización, de formación y de desarrollo de cinematografías regionales en diversos territorios de nuestro país. Al mismo tiempo es reflejo de la gran diversidad étnica y lingüística, y de los diálogos interculturales que se suscitan en el México contemporáneo. En cada película encontramos un tipo de cine muy propio, con raíces e identidades bien firmes, pero que al mismo tiempo dialoga con los estilos y las tendencias actuales de la producción documental a nivel mundial”.

Participan en la sección los siguientes títulos:


● Nos hicieron noche | Dir. Antonio Hernández | México | 2021
● Comala | Dir. Gian Cassini | México | 2021
● Noche blanca | Dirs. Tania Ximena Ruiz y Yollotl Gómez Alvarado | México | 2021
● Luz viaje oscuro | Dirs. Tin Dirdamal y Eva Cadena | México, Vietnam | 2021
● Vaychiletik | Dir. Juan Javier Pérez | México | 2021
● Junk'olal | Dirs. Fabiola Manyari y Diego Moreno Garza | México | 2022
● Mamá | Dir. Xun Sero | México | 2022
● Las colonias | Dir. Luis Lazalde | México | 2022
● Temporada de campo | Dir. Isabel Vaca| México | 2021
● Mi casa está en otra parte | Dirs. Carlos Hagerman y Jorge Villalobos | México | 2022

Programa de cortos:

● Hacia la niebla | Dir. Ricardo del Conde | México | 2021
● Piedra | Dir. Salvador Martínez | México | 2021
● Entre ellas | Dir. Roxane Florin | México | 2020
● Boca de Culebra | Dir. Adriana Otero Puerto | México | 2020
● La fuga | Dir. Kani Lapuerta | México | 2021




Destaca la presencia de dos estrenos mundiales: Junk'olal de Fabiola Manyari y Diego Moreno Garza, que relata la historia de desplazo de la comunidad maya chuj tras el genocidio en Guatemala en los años ochenta y Las colonias de Luis Lazalde, retrato de una comunidad menonita en el norte de México que ve amenazadas sus tradiciones ancestrales. La sección también incluye el documental Nos hicieron noche, que mediante la tradición oral narra los sucesos desencadenados después del paso del ciclón Dolores por el pueblo de Charco Redondo en Oaxaca, en 1974. La película recibió la Beca Afro de Ambulante con la Fundación W.K. Kellogg, un esfuerzo de la organización para impulsar y fortalecer nuevas narrativas en torno a la población afromexicana del país.

En los próximos días se darán a conocer otras secciones de la programación que incluyen más títulos de producción mexicana. Entre ellas, Coordenadas agrupará largometrajes y programas de cortometrajes exclusivos para cada estado, que abordan problemáticas y manifestaciones culturales regionales. Con esta sección se propicia un espacio de encuentro entre espectadores y creadores con preocupaciones locales compartidas para intercambiar experiencias y saberes.

Ambulantito

Ambulantito, una de las secciones más entrañables de la Gira de Documentales, vuelve en esta edición con tres programas de cortometrajes dirigidos a las infancias, un largometraje y una función musicalizada especial en la Ciudad de México.

En palabras de Lucía Cavalchini, programadora: “Ambulantito nos hace descubrir el mundo con nuevos ojos, afina nuestros sentidos y nos abre un universo de combinaciones inesperadas para jugar y descubrir el mundo que habitamos. Es el país de Nunca Jamás al que todes queremos viajar”.


Con más de treinta títulos, alrededor del 60% de la programación de Ambulantito fue seleccionada a partir de una convocatoria abierta a principios de año. Estos son los programas que conforman la sección:

Programa 1. Hacernos juntas

Construir juntas experiencias de comunidad, jugar en grupo, compartir recuerdos, ayudarse y construir alianzas porque juntas la vida suena mejor, se vive mejor, e irrumpe la alegría. Esta selección nos empuja a la colectividad, a la colaboración, a las familias (también las improvisadas) como un espacio de paz y seguridad donde el recuerdo dispara increíbles imágenes.

Programa 2. A ritmo de la fantasía

Un homenaje al poder de la música, las melodías, al canto y las voces. Pero también a los elementos naturales, sus ritmos y su poder de evocación.

Programa 3. Cosmofolia

¿Dónde se esconden los secretos del mundo natural? ¿Cómo los escuchamos? ¿Cómo nos habla la naturaleza? Si prestamos atención al espacio que nos rodea, a las pequeñas manifestaciones vitales, podemos construir un mundo más justo, habitable y lento. Podemos inventar un nuevo cosmos. Cosmofolia es este espacio invisible que existe dentro de cada uno de nosotros de naturaleza exuberante, escucha atenta y ritmos vitales.

Programa 4. Buenos días, mundo (largometraje)

● Buenos días mundo | Dir. Anne-Lise Koehler, Éric Serre | Francia | 2019


¡Oídos a la vista! Musicalización en vivo en CDMX

Con una selección de cortometrajes de animación del multipremiado artista mexicano Raúl “Robin” Morales, ofreceremos en CDMX una función musicalizada en vivo por la Orquesta Sinfónica Juvenil de Naucalpan; un viaje a través de la música y el cine para descubrir nuevas combinaciones para vivir las historias. El evento, para grandes y pequeños, tendrá lugar el 3 de septiembre a las 12:00 y 14:00 hrs en la Biblioteca Vasconcelos.

Ambulante Gira de Documentales viajará a cinco estados entre el 31 de agosto y el 9 de octubre de 2022: Ciudad de México (del 31 de agosto al 4 de septiembre), Michoacán (del 7 al 11 de septiembre), Aguascalientes (del 21 al 25 de septiembre), Chihuahua (del 28 de septiembre al 2 de octubre) y Veracruz (del 5 al 9 de octubre). De manera paralela al recorrido territorial de la Gira y retomando el formato híbrido, la programación también estará disponible de manera digital para usuarios y usuarias en toda la república mexicana a través de www.ambulante.org. La programación es mayoritariamente gratuita.

Finalmente, parte de la programación de la Gira 2022 estará disponible en televisoras nacionales como Canal Once y Canal 22, así como en televisoras locales.

© Copyright | Revista Sputnik de Arte y Cultura | México, 2022.
Sputnik Medios