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Letrinas: 2009




2009

Sentí la necesidad de marcarte hoy, pero advertí que ya no contestarías el teléfono nunca más.

Sentí la necesidad de ir contigo a una cafetería; cual sería mi sorpresa que aquél café lo tomaría siempre de aquí en adelante… sola.

Quería escuchar tu voz y sólo conservo una grabación, esto para que no se me olvidé lo dulce o dura que llegaba a ser cuando te disgustabas.

Te vas y no te fuiste hace mucho y te traigo a veces pues me estremece el hecho de que me abandones, no obstante me hago tonta yo sola.

¿Cómo se revive a un muerto con recuerdos cuando se anhela en carne y hueso? ¿Cómo se trae a ese alguien en sueños para que su espectro no te atraviese la piel?


Hoy telefoneé de nuevo, nadie contestó del otro lado del conmutador - ¿Hola? sólo esperaba decirte, te extraño y no puedo dejarte ir.

Letrinas: Reflexiones


Los blancos pensamientos de las luces | Por Gabriela Jackman Bolaños |


Reflexiones



Mentiras que se dicen, 

verdades que lastiman, 

estas son las situaciones que se tienen.

Horas, días, analizando todavía,

mi corazón y sus estrías.

He vuelto como pájaro a su nido, 

pensando nuevas cosas y estrenando una vida.





Por él


Pasan los minutos por mi existencia, caballos salvajes de laderas, nubes que son ovejas.

Vendaval recorriendo leguas, agua inundando pastizales, tempestades que el corazón atraviesa tratando de ahogar las penas.

Ojos que miran, océanos de lágrimas intensas, que en mis mejillas se deslizan cuando en mí no te encuentras.

Selva en la que estoy perdida en donde no hay salida, sólo al verte salir de ella puedo.







Sentir 



Sólo estos versos pueden expresar el alivio de que todo ha terminado. 

Un corazón late minuto a minuto, en silencio su lúgubre canción. 

Recapacito el motivo de este acto, que no es más que un trago amargo. 

Y mi cuerpo sólo siente tus caricias pasajeras, cual playa inerte cuando vienen las mareas.






Soledad 



Lo veo en el viejo reloj, y en el corredor mis pasos, ecos de lo que pasó. 

Por eso miro a la ventana para contar las gotas al caer, gotas que parecen llantos, lágrimas de mí perecer. 

La tristeza me invade, hoy no soy feliz, mi flama ya no arde y éste corazón tiene cicatriz. 

El amor se ha apagado por completo, la ilusión de mi vida congelada, y en mi cabeza retumba la sombra de mi actual soledad.

Letrinas: Se fue


Los blancos pensamientos de las luces | Por Gabriela Jackman Bolaños |


Se fue



Sin que él me mirara y yo a él por última vez.

Sin darle un beso de despedida o caricia que él me diese.

Se fue, como el viento hace vibrar a los árboles, como el río que cruza por las anchas praderas, como el ciervo libre corriendo por las montañas o el gorjeo de la blanca paloma.

Se fue, mi corazón se estremece al pensarlo y no se resigna de haberlo perdido.

En mi mente, hay un pensamiento que me indica que nunca lo olvidaré, y no será la rama abandonada, sino que también estará presente en mí

Letrinas: Olvido



Los blancos pensamientos de las luces | Por Gabriela Jackman Bolaños |


Olvido



Me olvidé de amar, porque no puedo soportar la propia levedad que llevo dentro, y que mi voz impide divulgar.

Me olvidé de vivir, porque no tiene sentido haber creído cuando ya no importa más.

Me olvidé de soñar, porque si lo hago es un castigo peor que la misma muerte.

Me olvidé de mí, porque estar en este mundo, es lo mismo que un ángel sin alas o un pez sin agua.

Me olvidé de hablar, porque sólo son palabras arrastradas por el viento, murmullos que no entiendo y cada día hieren más.

Me olvidé de sonreír, porque no sirve sin que yo esté bien, sin que sea yo y me pregunte ¿Quién soy? 

Me olvidé de la felicidad, porque la alegría acabada, se encuentra amarrada, en un sitio donde a la gente reír no le hace gracia.



Me olvidé de todo, porque es mejor estar sola, donde nadie me hace daño en el inmenso mar de lo olvidado, donde soy una sombra en un lugar gris y desolado.

Letrinas: Ausencia/Esperanza


Los blancos pensamientos de las luces | Por Gabriela Jackman Bolaños |



Ausencia 


Mi perla se ha roto, sus pedazos volaron por la casa y quedaron regados en mis lamentos. 

Poco a poco, juntándolos formaron tu risa grabada en mis oídos, cuando en el puerto nos volvamos a encontrar.









Esperanza


Tal vez, en el interior exista una luz que desvanezca aquella esperanza ennegrecida, acogida en las profundidades de mi ser.

Tal vez yo tenga un fundamento del cual yo me entrego a lo inesperado, al hermoso engaño de mi inestable juicio.

Tal vez sea una desequilibrada que corre al anochecer, completamente sola, con una pizca de felicidad, que no quiere aceptarlo en la desesperación de mi llanto.

Letrinas: En el espejo de los no muertos | C/S


Los blancos pensamientos de las luces | Por Gabriela Jackman Bolaños |



“En el espejo de los no muertos” 




Es una noche agitada y sombría en donde las almas caminan, y los espíritus claman su libertad. 

Noche envuelta en misterio, dibujado en los muros que se esfuman a través de los siglos. 

El silencio, la fantasía, el amor eterno y todo ello separado por un talud. 

El día llegará, los mundos se apartarán, la vida y la muerte otra noche compartirán.





C/S 




Hemos estado juntos desde el momento de la concepción, compartimos el vientre de nuestra madre con dos hermanos más, sin embargo fuiste tú quien entrelazó mi mano con la tuya. 

Nacimos de igual forma, en un mundo a punto de colapsar; quizá no tengamos semejante el color de cabello, pero físicamente somos dos gotas de agua. 

Desde niño has tenido esos ojos dulces que ponen a cualquiera de rodillas, una sonrisa tan sincera y no olvidemos esas gafas de armazón negro donde al ponértelas pareces otra persona. 

Crecimos en el seno de una familia numerosa en la granja del abuelo, alejados de los secretos escondidos en el sótano hasta que tuviésemos edad para sernos rebelados y comprenderlos. 

Recuerdo los viajes en el autobús, el armario del conserje donde solíamos escondernos de un mundo tan ruidoso, observable, diferente. Ese día mirando a través de una ventana de la cocina como descolgabas una cobija rojo carmesí y la amarrabas a tu cuello queriendo volar. 

Extraño ver por el telescopio las estrellas desde el segundo piso del granero y ahí nos preguntábamos si existía vida en otros planetas, tu cara al espiar a la vecina la cual siempre te rompió el corazón, los bailes de graduación, etc. 

Admiro tu nobleza, ese corazón compasivo y justo que das sin ninguna reviviscencia, pese al descontento general hacia ti; en ocasiones das demasiado aun cuando no lo necesitan o merecen. 

Estando bien o mal, agua y mar, somos los dos. Antes de parpadear, contigo voy a estar, antes que nadie estoy unida a ti. Pero al llegar el día de la perdición, aquél en el que moriste, llevé tu cuerpo al bastión para devolverte la vida una vez más y así pudieses devolver la esperanza al mundo entero.

Letrinas: Déjame u ódiame



Los blancos pensamientos de las luces | Por Gabriela Jackman Bolaños |


Esta es la historia que casi pudo ser nuestra, pero quedo a medias porque no tenías visión  del mundo.
Pretendiendo ser perfecto, aunque eras menos que eso. Si pensaste que esto sería utópico, por favor no intentes regresar.

Déjame u ódiame

No importa que es lo que quieras de mí, ni pienses que continuaré siendo un fantasma. De cualquier manera no sabes amar, pues no tienes la menor idea de lo que es.

Jamás te pedí un idilio complicado, porque lo único que necesitaba se fue; en las noches estoy en mi habitación buscando a la persona que antes solías ser.

Ve, encuentra a la siguiente, yo me rebelaré contra ti. Vive disperso, mientras el tiempo  se te resbala entre los dedos.

Déjame u ódiame

Un día estarás solo, rogando ser alguien, espero que  al mirarte al espejo te arrepientas de  las mil y un mentiras que has dicho.

Déjame u ódiame

No te extrañaré, y si me buscas, la respuesta seguirá siendo no ya que nunca te pedí que fueses mío.

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