Tren Bala y ¡Nop!, diversidad, nostalgia hollywoodense y entretenimiento puro

Ambas producciones confirman el buen oficio de sus realizadores y son estelarizadas por ganadores del premio Oscar.


Por Jaime López | Cinetiketas |


En el más reciente verano fílmico, en donde predominan las obras de gran presupuesto provenientes del vecino país del norte, hubo dos películas que destacaron ya sea por la calidad de su elenco actoral o por sus hazañas técnicas y narrativas: Tren Bala y ¡Nop!

La primera de ellas está dirigida por David Leitch, quien anteriormente se desempeñaba como doble de las escenas de riesgo de diversas estrellas de Hollywood, pero que durante los últimos años se ha consagrado como un gran realizador y productor del séptimo arte de acción.

Como su título lo indica, la historia transcurre en su mayoría dentro de un tren de alta velocidad en Japón, en el marco del enfrentamiento de cinco asesinos profesionales, que a lo largo de la trama van descubriendo que están detrás del mismo objetivo.

Protagonizada por el ganador del premio Oscar, Brad Pitt, y con un presupuesto de 90 millones de dólares, la cinta de Leitch es un bálsamo para el alma, porque echa mano del absurdo, el sarcasmo y el humor negro para retratar las imperfecciones de su protagonistas.

Lo anterior enmarcado en un universo repleto de violencia y entretenidas coreografías de acción, que sin lugar a dudas muestran lo aprendido por el cineasta a lo largo de su trayectoria.

En similitud con sus anteriores trabajos, Leitch explora las habilidades físicas de su elenco y deja en segundo plano las secuencias creadas por computadora, quizá con la finalidad de recordar aquella manera de producir cine de acción en los años noventa.

Aunque la trama no es del todo regular, resulta sumamente divertido ver a Pitt y compañía insultándose o intercambiando improperios en medio de discursos irreverentes o hasta reflexivos.

Si bien es cierto que lo mencionado no es un elemento innovador, sobre todo porque es parte del sello del celuloide orquestado por Quentin Tarantino, Tren Bala tiene a su favor las buenas escenas de pelea entre sus personajes.

Además, un rubro interesante de resaltar es la conjunción de un reparto multicultural, que no ensalza a sus protagonistas de raza blanca; otro atractivo más, en especial, para las nuevas generaciones, es la inclusión del cantante Bad Bunny.



En cuanto a ¡Nop!, se trata de la nueva realización de Jordan Peele, actor, comediante y director afroestadounidense que, en el año 2018, obtuvo el premio Oscar de mejor guión original por ¡Huye!, obra aclamada por la crítica y dueña de una contundente crítica contra el racismo.

Aunque el creador recurre nuevamente a los géneros de suspenso y horror para plantear su historia, ahora su mensaje no está enfocado en una problemática social, al menos no del todo, ya que el director se adentra en la nostalgia del celuloide con el que creció.

Tratando de no hacer un spoiler de la historia, ¡Nop! examina los elementos que se han perdido a raíz del apogeo de las nuevas tecnologías, tomando como pretexto el fenómeno de los Objetos Voladores No Identificados (OVNI).

Igualmente, devela parte de los errores de la industria del entretenimiento a través de un manejo del terror digno de reconocerse.

Vale la pena poner atención a la secuencia en la que está involucrado un simio, que no necesita ser explícita o gráfica para generar una alta tensión en la audiencia.

Por otro lado, ¡Nop! destaca por el talento de sus protagonistas, Daniel Kaluuya y Emerald Haywood, quienes dan vida a un par de hermanos con personalidades sumamente diferentes, pero que, para bien o para mal, se complementan.

El primer histrión referido fue galardonado por la Academia de Hollywood con motivo de su actuación en Judas y el mesías negro, dando pruebas de su versatilidad al encarnar a un hombre arisco, de pocas palabras, que se transforma en un aventurero cazador de alienígenas.

Ahora bien, ¡Nop! tiene otras dos virtudes que la convierten en un producto muy recomendable para disfrutar en pantalla grande, siendo la primera de ellas el giro que se le da al fenómeno alienígena, pues lo transforman en un ente devorador de especies.

Asimismo, se agradece que los personajes estelares reúnan a gente de diferentes latitudes del mundo, por ejemplo, el coreano Steven Yeun (Minari) y el latino-filipino, Brando Perea.

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