Mostrando las entradas con la etiqueta Cine. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Cine. Mostrar todas las entradas

"Arillo de hombre muerto", el cine como herramienta para generar empatía


Cinetiketas | Jaime López


Con "Arillo de hombre muerto", el cineasta Alejandro Gerber busca hacer una crítica a todos los sectores sociales que revictimizan a familiares de personas desaparecidas y no localizadas, ya sea de manera intencional o mediante la indiferencia.

Asimismo, trata de retratar el oportunismo y amarillismo practicados por algunos creadores artísticos, cuando abordan solo por pose la problemática en cuestión, la cual ha ido en aumento en todo el país, sobre todo en los últimos 19 años.

Filmada en un exquisito blanco y negro, el primer acierto de "Arillo de hombre muerto" es su protagonista, Adriana Paz, quien da vida a "Dalia", una conductora de metro que una noche regresa a casa solo para descubrir que su esposo ha desaparecido. 

El personaje en cuestión es una víctima de las circunstancias, que debe de lidiar con la hostilidad de su entorno laboral, la burocracia mexicana y los señalamientos de su suegra.

Aunado a esto, noche a noche, camina presurosa por el miedo de ser atacada, en algún punto del tramo existente entre el cajón de estacionamiento que habitualmente usa y la puerta de su maltrecho hogar.

Así, "Dalia" es la representación de esas mujeres que la sociedad exige que tengan un comportamiento o una vida ejemplares, a pesar de la adversidad en la que se encuentran inmersas.

Paz demuestra oficio en su interpretación, pues de manera natural transita por distintas emociones: angustia, rabia, inseguridad, fortaleza, orgullo maternal, duda, resiliencia y determinación.

Además, aprendió a conducir las unidades del sistema subterráneo de transporte colectivo, el cual juega un papel clave en la historia, lo que sin lugar a dudas es una prueba irrefutable de su compromiso actoral.

Por otro lado, "Arillo de hombre muerto" reúne nuevamente a la primer mexicana en ganar el festival de Cannes, dentro de la categoría de actuación, con Noé Hernández, su coestelar en la bien calificada "La Tirisia".

El intérprete referido personifica al interés sentimental de "Dalia", ese que está dispuesto a acompañarla en la búsqueda de su marido, pero que por momentos también resulta una presión extra para la vida de aquella. 

Acerca de los logros técnicos, la fotografía de Hatuey Viveros hace que el ojo de la audiencia no quiera perder de vista ningún detalle captado en su formato blanco y negro. 

A eso se suma su habilidad para filmar en el metro de la Ciudad de México, con cámara al hombro y muy al estilo de los documentalistas profesionales. Es oportuno señalar que grabar en ese tipo de transporte es sumamente difícil para cualquier producción, entre otras cuestiones, por los múltiples permisos gubernamentales que se requieren conseguir.

Por último, la película evoca los dramas sociales de Ken Loach, sobre todo, en su arranque y en las escenas donde existen críticas sutiles contra el actuar de las autoridades. 

Spoiler: "Arillo de hombre muerto" cierra con la mirada de la protagonista rompiendo la cuarta pared, viendo al espectador con el afán de que no invisibilice o sea indiferente a su lucha. Se trata de una secuencia magistral, en la que se resume genialmente gran parte del discurso del realizador de este filme.




"Pérdida total", otra manera de hacer comedia en el cine mexicano


Cinetiketas | Por Jaime López



De vez en cuando, la cartelera fílmica mexicana tiene un estreno modesto, del cual poco se sabe, pero que termina dando una pequeña sorpresa a la audiencia. Es el caso de "Pérdida total", el nuevo largometraje de Enrique Begné.

Se trata de un thriller cómico o una comedia contada en clave de thriller, que se va cocinando a fuego lento y que es dueña de una gran actuación por parte de Leonardo Ortizgris, el protagonista de la historia.

La trama sigue a un embustero profesional, que vende distintos productos y servicios con base en mentiras, hasta que un día la vida le tiene preparada un giro de 180 grados.

El título hace alusión al intento del estelar por cobrar el seguro de su camioneta simulando un accidente o una "pérdida total". Sin embargo, conforme avanza el metraje, dicha pérdida también puede percibirse como la crisis en la que está inmersa el protagonista.

Lo anterior debido a que toma la decisión de dejar de mentir, pero por una jugarreta del destino, se ve involucrado en un enfrentamiento entre grupos criminales.

Es a partir de ese conflicto, muy al estilo de las comedias negras hechas por los hermanos Coen, que la obra adquiere un ritmo trepidante o emocionante.

En ese sentido, se agradece el riesgo de "Pérdida total" por hacer una comedia distinta acerca de narcotraficantes, la cual evita los sensacionalismos y el abuso de palabras en doble sentido o chistes fáciles.

Asimismo, el guion coescrito por Begné y Ernesto Anaya evita la glorificación de los líderes criminales, incluso, los retrata como personajes llenos de dudas o hasta ineptos.

Por otro lado, la cinefotografía de Federico Barbabosa transmite una atmósfera asfixiante, ya que casi no tiene planos abiertos y permite que la audiencia centre su atención en las actuaciones del elenco.

Es oportuno agregar que Ortizgris demuestra su gran capacidad artística al tejer un personaje con múltiples matices, que transita del tipo cínico y sinvergüenza al ser humano arrepentido de sus decisiones, que desea redimirse.

Y como un buen thriller de humor negro, los personajes secundarios también se destacan por sus peculiares e ingenioso diálogos como los que tienen Alejandro Calva y Enrique Arreola.

Eso sí, hay algunas inconsistencias argumentales al principio que evitan que "Pérdida total" sea una joyita imprescindible en toda la extensión de la palabra, por ejemplo, la motivación o razón que lleva al estelar a cambiar radicalmente su código de valores.

No obstante, la cinta se aparta de las comedias comerciales y ofrece buenas actuaciones de distintos intérpretes, entre ellos, Jorge Jiménez, Héctor Kotsifakis, Tato Alexander y Ana Sofía Gatica.




"Memorias de un caracol", majestuoso stop motion sobre el dolor y la resiliencia humana


Cinetieketas | Jaime López



Poco a poco, "Memorias de un caracol", se ha ido posicionando como una de las películas favoritas de la audiencia mexicana en lo que va de este año, pues aproximadamente un millón de espectadores ha pagado un boleto para verla en pantalla grande.

Probablemente, parte de su éxito obedece a los temas universales que aborda, entre ellos, sobrevivir a los golpes de la vida o liberarse de las jaulas emocionales autoimpuestas

Realizada en técnica de stop motion, que consiste en crear la ilusión de movimiento de distintos objetos a través de la concatenación de fotografías, "Memorias de un caracol" tiene como primer virtud hablar con un lenguaje directo y honesto.

Lo anterior implica dejar de ver a la animación como un género para solamente contar o narrar historias infantilizadas, que regularmente suelen menospreciar la inteligencia de las y los menores de edad.

En ese sentido, el filme de origen australiano no se autocensura para versar sobre masturbación, swingers o liberación sexual, pues forman parte del contexto en el que se desenvuelve la protagonista, "Grace".

Ello con motivo de que es una persona solitaria, pero sumamente observadora, la cual va conociendo distintos personajes a lo largo de su crecimiento, entre ellos, una pareja con ciertos fetiches sexuales.

De ser una chica sumamente protegida por su hermano mellizo, "Grace" es separada de éste tras la muerte repentina de su progenitor, situación que la orilla a tener que enfrentar distintos obstáculos por sí sola.

Durante su exploración de vida, la ansiedad que hay en ella la convierte en una coleccionista extrema de caracoles con los que guarda una profunda conexión.

Y es que la obsesión de "Grace" con ese tipo de molusco se explica desde los primeros minutos de la historia cuando se menciona que eran el objeto de estudio de su madre.

Con un diseño de arte minucioso, que expresa tristeza o melancolía, los caracoles de la película son una analogía de la personalidad de la estelar, quien se protege del mundo detrás de una coraza o concha que ella misma ha creado en su imaginario.

Sin caer en revelaciones importantes de la trama, la nueva película de Elliot transita del drama al humor y la esperanza y, además, realiza un homenaje a los hacedores de arte, por ejemplo, creadores callejeros y cineastas.

Eso último le da un plus a su narrativa, que es una radiografía de lo agridulce de la existencia humana y el dolor, pero que, pese a todo, plantea un mensaje alentador.

De acuerdo con versiones periodísticas, "Memorias de un caracol" tardó ocho años en finalizarse, algo que se confirma en la pasión que le imprime el director en su guion y en la caracterización de cada personaje. Ojo a "Pinky", un verdadero tour de force.

No apto para todas infancias, se trata de un filme devastador, que sacude el alma y hace sentir empatía por quienes caminan en una espiral opuesta al común denominador de la gente. Imprescindible.



"Anora", ¿una crítica a las oligarquías y nepobabys que cosifican a las mujeres?


Cinetiketas | Jaime López


En apariencia, "Anora", la más reciente ganadora de cinco premios Oscar, tiene como punto de partida una convencional historia de amor, que algunas voces definen como una versión moderna de "Mujer bonita", la obra que en los años noventa lanzó al estrellato a Julia Roberts.

Sin embargo, el filme dirigido por el cineasta independiente Sean Baker contiene una serie de elementos que la convierten en una propuesta más profunda.

Para empezar, no recurre a figuras conocidas de Hollywood con la finalidad de tener una mejor corrida comercial o más ingresos en taquilla. Al contrario, el realizador se mantiene fiel a su estilo, pues continúa echando mano de artistas emergentes que le brindan más naturalidad a sus historias.

Por otro lado, su protagonista, Mikey Madison, quien da vida a una stripper de la que poco se sabe, es uno de los casting más acertados en los años más recientes de la industria fílmica estadounidense.

Ello debido a que la actriz muestra distintas facetas y emociones a lo largo de la película, lo cual confirma su talento nato para tejer personajes complejos y llenos de matices.

Su "Anora" pasa de ser la joven dura y aparentemente "cool" que medio mundo admira o quiere conocer a un ente sensible que no está de acuerdo en ser invisibilizada, sobre todo, por dedicarse al trabajo sexual.

Es en ese último rubro en donde la película de Baker tiene una sutil crítica a la clase acomodada o la oligarquía, que en este caso es representada por el chico migrante ruso, hijo de una familia adinerada, con el que se ilusiona la estelar.

El "nepobaby" o "junior" europeo, muy bien interpretado por Mark Eidelstein, es el epítome de los egoístas y superficiales hombres que solo perciben a las mujeres como objetos o entes para satisfacer sus placeres sexuales.

Sin apartarse de la vis cómica que ha caracterizado su cine, Baker también erige un señalamiento sumamente inteligente contra la sociedad machista que menosprecia a los sectores vulnerables como las trabajadoras sexuales.

Y es que en su historia, "Anora" nunca es tratada como igual por casi ninguno de los personajes con los que se cruza en su camino, empezando por su interés romántico, "Vanya", quien sólo la instrumentaliza para no aburrirse.

De ahí le siguen los trabajadores al servicio de los padres de "Vanya", un sacerdote y un guardaespaldas armenios, que se la pasan insultando y estigmatizando a la protagonista por su oficio.

Solamente se salva "Igor" (Yura Borisov), un supuesto "porro" contratado para retener a la protagonista debido a que sus jefes no están de acuerdo en que se haya casado repentinamente con el ya mencionado junior ruso.



(Alerta de spoiler)
Poco a poco, el "porro" en cuestión va mostrando que es el único verdaderamente interesado en conocer a la persona que está detrás de esa coraza que se hace llamar a sí misma como "Ani".

Y es el único que trata de respetar su dignidad como ser humano, que ve en "Anora" a una mujer luchando por ser escuchada y vista en un mundo plagado de superficialidad y viejos rancios.

Así que el filme ganador de Sean Baker no es una convencional historia del Hollywood como "Mujer bonita", que acabó romantizando y siendo indulgente con la clase empresarial. "Anora" merece ser vista por transformar elementos clásicos del séptimo arte en un potente discurso en favor no solo de las trabajadoras sexuales, sino de las mujeres y las clases sociales menospreciadas.

"Qué huevos, Sofía", más que una simple comedia y una portentosa Giovanna Romo


Cinetiketas | Jaime López



Para quienes han visto los trabajos fílmicos de Carlos Santos, sabrán que sus propuestas tienen un giro sorpresa que no se aprecia en los avances promocionales, mejor conocidos como "tráilers".

Es el caso de su ópera prima, "Chilangolandia", que parecía una simple comedia de enredos, pero terminó siendo una entretenida radiografía del mosaico de personalidades que cohabitan la Ciudad de México.

O qué decir de su segundo largometraje, "Señora influencer", que sin esperarlo es una reflexión sobre la salud mental, tópico poco abordado en la vida real y en la industria del entretenimiento.

Ahora, con su tercer filme, "Qué huevos, Sofía", el realizador calla la boca a quienes pronosticaban una comedia insulsa con poco valor artístico o intelectual.

Si bien es cierto que su título no es el más atractivo y representaba un riesgo por su doble sentido, también lo es que Santos demuestra una vez más que tiene varios ases bajo la manga.

El más relevante de ellos es su protagonista, Giovanna Romo, que algunos identifican por su participación en la serie de "Backdoor" o programas de Telemundo.

Siendo su primer papel estelar para la pantalla grande, la intérprete nacida en la capital del país entrega una actuación apabullante, que retrata a una mujer atormentada con el espíritu roto.

Pero eso último se va revelando poco a poco, conforme avanza la trama y mediante la calculada edición del director.

Romo trasmite diversos sentimientos en el metraje, conmoviendo a flor de piel, pues su "Sofía" no solo lucha con sus demonios internos, sino también con el sistema patriarcal y el abuso laboral a su alrededor.

En ese sentido, la película también construye una crítica social dirigida a los viejos rancios capitalistas que premian a las personas recomendadas, no así a quienes verdaderamente se han esforzado por sacar adelante sus emporios.

El único problema de "Qué huevos, Sofía" es que su antagonista, Sergio Mayer, no muestra algo diferente a lo que ha caracterizado su carrera, pues vuelve a interpretar a un machista, egocéntrico, controlador, que tiene como principal lema de vida anular a su competencia.



"Días Borrosos", la peculiar visión de Marie Benito acerca de la intimidad e interacciones humanas


Cinetiketas | Jaime López



Ella está tratando de concebir vida en el marco de la pandemia provocada por el nuevo coronavirus. Cuenta con un trabajo estable y es dueña de una autosuficiencia digna de admirarse.

Él se encuentra en el ocaso de su existencia y parece estancado entre la soledad, los recuerdos relacionados con su esposa fallecida y el autoexilio.

Sus nombres son "Emilia" y "Felipe", dos seres que habitan el mismo edificio, que provienen de distintas generaciones y comienzan a forjar un extraño vínculo.

Lo anterior forma parte de la premisa de "Días borrosos", el primer largometraje de Marie Benito, egresada del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), con amplia experiencia como continuista.

Con un ritmo pausado y diversas tomas fijas, el filme en cuestión presenta una inusual reflexión, invitando al espectador a interesarse por los demás, a voltear a ver al otro, como lo ha señalado en diferentes ocasiones la realizadora.

Ese mensaje es reforzado por la atmósfera pandémica y la incertidumbre en la que habitan sus protagonistas, interpretados por Sophie Alexander y Enrique Barruel.

Ambos se apoyan en el inteligente guion escrito por Benito y Paula Markovitch para brindar acertadas actuaciones, conformadas por una variedad de expresiones que no cualquier artista puede encarnar con autenticidad.

Sumado a ello, "Días Borrosos" aborda una visión feminista sobre la maternidad, en donde se rompe con paradigmas arcaicos acerca del acto de procrear.

Asimismo, la profesión de "Emilia", quien es una bióloga especializada en la preservación de especies en peligro en extinción, sirve como metáfora para explicar más la personalidad de dicha protagonista.

Se trata de una mujer preocupada por los seres sintientes frágiles, los cuales tienen un alto riesgo de desaparecer. De hecho, en la cinta, se le muestra cuidando a un par de ajolotes.

En semejanza con esos anfibios, "Emilia" tiene una evidente madurez sexual, así como un envidiable poder de autoregenerarse.

Justamente, el desarrollo de su personaje, junto con el de "Felipe", un tipo anclado en sus pensamientos caducos, son la principal virtud de "Días borrosos".

Eso solo es posible gracias a un argumento sólido, bien escrito y brillante, que no cae en obviedades, logrando profundizar en la complejidad de la especie humana, así como de las interacciones personales.



Los hijos de los hijos de Adán

Ahí te void | Reyes Rojas


Los hijos de Adán | Abel Amador

Esta es la historia del primer asesinato. Al menos eso nos cuenta la Biblia. El relato de Caín y Abel, abundantemente conocido, ha sido objeto de varias interpretaciones sobre las razones del primero para matar a su hermano y, por lo tanto, de las intenciones aleccionadoras del texto, propias de todo aparato religioso. 

Entre las explicaciones más populares y simplistas del pasaje bíblico, se atribuye el motivo a la envidia y a las malas intenciones de Caín. Sin embargo, el texto original, de sólo 25 versículos, apenas abunda en la profundidad de los personajes y no da pistas concluyentes sobre esta problemática. 

Caso contrario es la reelaboración del relato que lleva a cabo Abel Amador en su nuevo cortometraje “Los hijos de Adán”. En este, Abel y Caín viven en un pueblo pequeño con su madre, una mujer autoritaria y tradicional. El padre, como el dios católico, ¡vaya sorpresa!, está ausente. Abel, el más pequeño de los hermanos, es todavía un niño de apariencia inocente e ingenua; por otro lado, Caín roza la adolescencia y se muestra más cercano a pasiones como la lujuria, la avaricia y la mentira.

El corto de Abel parece poner el dedo sobre uno de los puntos más discutidos del relato bíblico: la inclinación de la naturaleza humana hacia el bien o hacia el mal. Amador no da una respuesta sencilla.

En la Biblia se cuenta que, para evitar que Caín evada con la muerte la condena debida al fratricidio, Yahvé le imprime una marca que, paradójicamente, lo protege: 

“14. Hoy me has arrojado de la superficie de la tierra, y de Tu presencia me esconderé, y seré vagabundo y errante en la tierra. Y sucederá que cualquiera que me halle me matará. 15 Entonces el SEÑOR le dijo: ‘No será así, pues cualquiera que mate a Caín, siete veces sufrirá venganza.’ Y el SEÑOR puso una señal sobre Caín, para que cualquiera que lo hallara no lo matara.”  (Génesis, 4).

Los personajes principales de “Los hijos de Adán” son arquetípicos. En este sentido, es fácil adivinar los perfiles morales, al menos en  apariencia, de Abel y Caín. Sin embargo, las maldiciones de Dios son antiguas, al igual que los hábitos que arrastran. Abel, el director, explota el privilegio de la costumbre y, haciendo eco del poema de Baudelaire sobre la tragedia fratricida, se pegunta junto con el poeta francés “Raza de Caín, tu suplicio / ¿Tendrá un final alguna vez?”.


El resto es silencio | Verónica Marín

El efecto Trevi: un hombre abusa de un grupo de jovencitas aprovechando su rol de productor y sus presuntos contactos con los grandes del espectáculo en los ochenta y noventa… ¿Qué pasa que al comenzar este texto en lugar de pensar el nombre de Sergio Andrade, mis manos recurrieron a la gloria del pelo suelto y del psiquiatra que le mira las piernas? 

Mi cultura popular y el mainstream en general, condenamos pública y continuamente a Gloria. De Sergio, ni nos acordamos. Esto no quiere decir que Trevi no haya tenido responsabilidad, pero el punto ahora es señalar el foco de atención o, su contraparte, el silencio que ha quedado. 

Este es el tema que trata el nuevo corto de Verónica Marín: “El resto es silencio”. El film acude a una familia “tradicional” mexicana que comienza su día. El esposo, profesor universitario, es una tremenda figura autoritaria con su hijo, su hija y su esposa. 

Esa mañana, el padre impone su decisión al organizar una salida al cine. El mismo día se viraliza una denuncia de acoso sexual contra el dictador. A partir de entonces comenzamos a esperar: esperamos a que la hija del dictador, la primera en enterarse, reaccione; esperamos a que la esposa del dictador, también profesora universitaria, reaccione. Esperamos a que algo pase, pero siempre con el foco puesto en las mujeres que rodean al acusado. 

En la trama hay por lo menos dos víctimas: la madre y la chica que denuncia el acoso, sin embargo, como espectador yo no pude dejar de exigirles que hagan algo, que griten, que se desmoronen, que enfrenten al marido y no permitan que el silencio continúe. 

En el trabajo de Marín no sobra la tensión. Con tomas ligeramente claustrofóbicas y encuadres insistentes en los rostros, la directora establece un juego entre miradas en el que nos hace partícipes como espectadores. Justo como sucede cuando en nuestras cercanías sucede lo mismo (¿a quién no le ha pasado hoy en día?).

 

Los hijos de Jubal

Entre la descendencia de Caín, el relato bíblico menciona a tres de sus tataranietos: Jabel, padre de los que habitan en cabañas y cuidan rebaños; Jubal, padre de los que tocan la cítara y la flauta; y Tubal-Caín, quien forja toda clase de herramientas en cobre y hierro. Cada hijo es una clara referencia a actividades fundamentales de la civilización.

La sangre de Jubal, quien representa a los artistas, camina sobre la tierra y se manifiesta aún en la obra de Verónica y Abel. Ambos cortometrajes, “El resto es silencio” y “Los hijos de Adán” se proyectaron, por primera vez, el martes 18 de febrero en Sala Alternativa. A la proyección asistieron las y los realizadores, el cast, el crew y algunos patrocinadores. 

Felicidades a Verónica Marín y a Abel Amador por su gran trabajo creativo y de difusión del cine local, incluyendo el propio. Esperemos que sus nuevas criaturas encuentren el mejor camino.


"Efímera", fresca propuesta sobre disfrutar el presente



Cinetiketas | Jaime López


"Emilia" es una joven que se la pasa sobrepensando su futuro académico, pues desea ingresar a una prestigiada universidad de Guadalajara para convertirse en arquitecta.

Su rutina transcurre entre desvelarse leyendo los textos que le dejan de tarea y acudiendo continuamente a la biblioteca a solicitar dichos textos. En su día a día no hay cabida para el ocio o las amistades.

O al menos eso parece hasta que conoce a "Renata", una adolescente con la que se encuentra en el lugar menos esperado: el funeral de un compañero de ambas.

Poco a poco, "Emilia" va cambiando su manera de percibir el mundo, aunque esconde un don o maldición que la atormenta emocionalmente, que consiste en ver "brillar" a la gente a la que le queda poco tiempo de vida.

De eso se trata "Efímera", película en donde la convivencia entre las dos jóvenes se convierte en una profunda relación de enseñanza personal, que el director y guionista debutante, Luis Mariano García, aborda de manera realista.

Inscrita en el género de las y los adolescentes que se ven obligados a madurar por la situación a su alrededor (coming-of-age, por su denominación en inglés), el relato resulta una opción sumamente recomendable.

Ello debido a que está exento de dramones innecesarios, así como de situaciones ajenas al común denominador de las juventudes mexicanas contemporáneas.

En ese sentido, la "Emilia" de "Efímera" puede recordar a la audiencia parte de sus vivencias mas recónditas, por ejemplo, el primer amor y el miedo de perder a un ser querido.

Además, el guion tiene interesantes reflexiones sobre la vida, pues mientras la protagonista está interesada en construir obras que perduren para siempre, su interés romántico piensa que lo más importante es aprovechar el hoy.

Aplausos para las dos estelares, Danae Reynaud y Carla Adell, quienes hacen una mancuerna de antología, repleta de una química genuina y buenas vibras.

Aunado a lo anterior, Hernán Mendoza se luce como el padre viudo bonachón de "Emilia", que evita la sobreprotección o los regaños moralinos. El intérprete realza el filme cada vez que aparece, pero sin robarle foco a las jóvenes.

Finalmente, el relato evita que el aprendizaje de la estelar llegue desde su antecesor, pues muestra que ella misma es la que toma conciencia sobre las ideas que la marginan o alejan de su propia felicidad.





"Lluvia", ambiciosa ópera prima que recupera el género de las historias cruzadas


Cinetiketas | Jaime López



La ópera prima de Rodrigo García Saiz, "Lluvia", es una película coral en la que un taxista, una maestra de inglés, una pareja distanciada, un asaltante, una migrante oriental, una enfermera y una trabajadora sexual son unidos por sucesos inesperados, así como por una tromba aparentemente interminable.

Escrita por la prestigiada Paula Markovitch, su secuencia inicial nos proporciona un buen indicativo del tipo de sentimientos que se generarán a lo largo del filme, pues se muestra a un hombre atrapado en la monotonía y la soledad, que no sabe cómo reaccionar con una jugarreta del destino.

Son justamente el azar y los acontecimientos extraños los que dotan a "Lluvia" de una atmósfera inquietante y absorbente, que harán que la audiencia quiera saber cómo concluyen los distintos relatos que la integran.

Destaca el de la docente interpretada por Arcelia Ramírez, la cual queda en una especie de disociación luego de ser víctima de un ilícito en el recorrido a su casa, hecho con el que se podrán identificar muchas y muchos capitalinos.

El episodio en cuestión sirve para presentar otros personajes juveniles, que deambulan entre la redención, la esperanza, la decadencia individual y el enamoramiento.

Dueña de una fotografía excelsa, que acentúa la mirada melancólica del realizador, "Lluvia" es una grata sorpresa en la cartelera comercial, pues es positivamente ambiciosa en distintos rubros.

Primero, porque echa mano de un elenco multipremiado, en el que hay artistas prestigiados como Cecilia Suárez, Bruno Bichir, la ya mencionada Arcelia Ramírez, Martha Claudia Moreno, Dolores Heredia y Mauricio Isaac.

Segundo, porque su producción fue compleja en términos de locaciones y requerimientos técnicos. Acerca de esto último, el equipo ocupó aspersores verticales de gran altura para generar el efecto de lluvias a lo largo de toda la filmación.

Por si eso no fuera poco, hay una secuencia final que parece producto de un oportuno uso de efectos visuales, en el que se recrea la quema de un árbol a causa de un rayo.

Se trata de probablemente la escena más poética de "Lluvia", en la cual se propone una reflexión acerca de un beneficio del caos: obtener un poco de luz o liberación.

Eso sí, como muchas películas corales, hay algunos relatos que se sienten menos trascendentales en comparación con otros. Sin embargo, es evidente el compromiso y profesionalismo de los intérpretes en cada uno de ellos.

Ojo a la historia de "Angi", la enfermera personificada por Martha Claudia Moreno, que tendrá un vuelco en su vida luego de conocer a un joven herido de bala. Con pocos diálogos, la actriz transita de la rutina emocional a la zozobra y la ilusión.

Esa es la magia de "Lluvia", pues transmite de manera eficaz una amalgama de emociones en medio de la tragedia.

Además, recupera el subgénero fílmico de las historias entrecruzadas, que fue consolidado por creadores como Robert Altman, Paul Thomas Anderson, Quentin Tarantino o el mexicano Jorge Fons. Este último vía "El callejón de los milagros".



"Déjame estar contigo", entre el primer amor y un homenaje a la #CDMX



Cinetiketas |  Jaime López


Inscrita en el género o subgénero de la comedia romántica juvenil, "Déjame estar contigo" es el segundo y nuevo largometraje del ganador del premio Ariel, Isaac Cherem, responsable de esa joya llamada "Leona".

Con una historia escrita por Fernanda Eguiarte, guionista de las series "Ana" y "La flor más bella", el filme estrenado en pantallas mexicanas el 30 de enero resulta un retrato ágil y fresco del primer amor, así como una oda a la Ciudad de México.

Es ahí en donde "Déjame estar contigo" tiene el primer punto a su favor, pues se siente el entendimiento o la conexión entre la creadora del libreto y el realizador.

De hecho, Cherem ha expresado en algunas entrevistas que se identificó y quedó fascinado con la historia desde la primera lectura, pues aborda varios tópicos que le interesan genuinamente.

Uno de ellos es la Ciudad de México y la manera en que está conformada por una amplia diversidad de familias y personalidades.

Eso último se refleja de manera orgánica en el metraje, que comienza con Aksel Gómez, el protagonista masculino que da vida a "Bruno", siendo deportado de tierras estadounidenses.

Por azar, el joven de 18 años se cruza con "Lucía", una aspirante a veterinaria, que ama la vida y la capital del país, pero la cual tiene sus días contados por un problema de salud.

Sin caer en dramas innecesarios o exagerados y evitando las situaciones caricaturizadas, Cherem conduce la película con mano firme y segura y, de paso, aborda asuntos como las familias homoparentales y el crecimiento personal.

Un factor que es imprescindible para dotar a "Déjame estar contigo" de credibilidad y jovialidad es la elección de sus estelares, el ya mencionado Aksel Gómez, quien hace su debut en el séptimo arte, y Andrea Sutton, que, a su corta edad, ya ha participado en varias películas.

Ambos hacen recordar a la audiencia la experiencia del primer amor, ese que se mete en las entrañas y la razón, y que nos hace soñar despiertos.

En cuanto a las locaciones, Cherem dijo a esta casa editorial que evitó grabar secuencias en lugares turísticos de la Ciudad de México a fin de tener una obra auténtica.

Lo anterior se agradece como espectador, porque justamente el día a día de los capitalinos suele transcurrir entre el transporte público, las taquerías y los trabajos "Godínez".

Por otro lado, el creativo vuelve a hacer énfasis en las dinámicas familiares para desarrollar a sus personajes centrales, los cuales son apoyados por un sólido reparto con amplia experiencia en la industria mexicana: Mónica del Carmen, Silvia Navarro, Johana Murillo y Regina Blandón.

Acerca del soundtrack de la cinta, Cherem reveló que combinó éxitos de su generación con bandas actuales o contemporáneas, que son sumamente escuchadas por las juventudes.

Al final, su nueva producción es dinámica y ampliamente recomendable, porque, además de entretener, tiene momentos de diversión y una que otra frase que harán suspirar a más de una persona.



Corina: una reflexión sobre la empatía y la integridad



Cinetiketas | Jaime López


El respeto a la integridad artística, la empatía por la gente diferente y la superación de los miedos personales, son parte de los temas abordados en "Corina", la ópera prima de Urzula Barba Hopfner, que también es el primer estreno fílmico mexicano de este año.

Grabada en Guadalajara, la obra en cuestión fue presentada el pasado 7 de enero en la capital del país con una gran respuesta por parte de los medios de comunicación.

En su guion, también se habla sobre las correcciones que constantemente realizan los seres humanos en sus existencias.

Cabe recordar que la protagonista es una correctora de estilo que tiene que salir de su comodidad después de cometer un error en la editorial en donde trabaja.

Protagonizada por Naian González Norvind, "Corina" se centra en una joven de 28 años que lleva dos décadas recorriendo la misma cuadra por un trauma que desarrolló desde la infancia.

Sin embargo, la vida le tiene deparada una disyuntiva moral y ética, que la obliga a cruzar sus fronteras o limitantes imaginarias, así como dejar atrás su rutinas, esas que le brindaban cierta seguridad.

Con algunas secuencias de comedia, "Corina" goza de un buen ritmo narrativo debido a la experiencia de su realizadora en el área de edición. Además, tiene una oportuna paleta de colores fotográfica y un gran dirección de arte que nos transporta al año 2000.

A lo anterior, se suma una de las voces en off más afables de los últimos tiempos, que encaja correctamente con el tono de fábula que la directora quiere transmitir a la audiencia.

De acuerdo con lo expresado por el equipo de "Corina", la cinta tuvo que ser rodada en apenas cuatro semanas, lo que significó un enorme reto.

Sin embargo, Urzula Barba destacó que hubo un trabajo amoroso por parte del elenco, así como de la producción, que le ayudó a cumplir con las metas de la filmación.

En tanto, Nain González Norvind estuvo de acuerdo en que la película no sólo muestra acertadamente parte de los síntomas de una persona que tiene fobia a los espacios abiertos, sino que, además, logra transmitir la idea de que el mundo está harto de visiones pesimistas.

"Corina" obtuvo cuatro galardones, incluyendo Mejor guion y Mejor actriz, en la Gran Fiesta de Cine Mexicano en Jalisco, y está disponible desde el 9 de enero en 350 complejos a nivel nacional, incluyendo estados como Puebla y Aguascalientes.

A decir de sus creadores, su historia está contada con una perspectiva diferente que se robará el corazón de la audiencia mexicana.



"Flow" o cómo se nos metió un gato negro en los ojos



Cinetiketas | Por Jaime López



Sin diálogos y repleta de múltiples sinbolismos, "Flow" es una de las películas más redondas y brillantes que actualmente se puede disfrutar en la cartelera comercial de México.

Así, sin meterla en ninguna categoria, porque aunque se trata de una animación, su guion y elementos artísticos la hacen trascender más allá de un género.

Producida en Letonia y dirigida por Gints Zilbalodis, la historia inicia con su protagonista felino viéndose reflejado en un charco y, posteriormente, tratando de encontrar alimento.

Su rutina se caracteriza por descansar en una peculiar morada, ubicada en una loma de gran altitud, y el agobio de ser perseguido por otras especies, en este caso, un grupo de perros.

Sin embargo, su existencia dará un giro de 180 grados cuando el mundo en el que vive comienza a colapsarse a causa de una inundación, que en el guion no tiene explicación alguna como varios de los hechos que ocurren sobre la faz de la tierra.

De tener una vida cómoda y segura, el felino comienza a tomar consciencia de su supervivencia e irá conformando un grupo de amigos tan disímiles entre sí, entre ellos, uno de los caninos que antes lo perseguía y un capibara dormilón y discreto.

A ellos se suma un lémur de cola anillada, fanático de coleccionar chácharas aparentemente inservibles, pero que él percibe como un gran tesoro, y un ave que probablemente es el mejor personaje secundario del filme.

Ello en virtud de que retrata la empatía hacia los diferentes, a pesar de que sus actos la llevan a pagar un costo muy alto: ser exiliada de su manada. En este sentido, "Flow" expresa y transmite muchas emociones con sus imágenes concatenadas y sin la presencia de humanos o animales parlantes.

Todos los elementos en la cinta van fluyendo como la vida misma: la tensión a la que se enfrentan los personajes, los momentos de alegría y la camaradería.

Por otra parte, el guion destaca porque evita las obviedades y es una analogía de la convivencia sin prejuicios que debería existir en el universo, así como de la amalgama de emociones que hay en nosotros: resiliencia, aprendizaje y miedo al cambio.

Eso último está muy presente en la mirada del estelar, en especial, al principio de la obra, pero va modificándose a raíz de que debe de "fluir" para mantenerse vivo.

Coescrita por el realizador y Matīss Kaža, "Flow" es una de la dos obras favoritas para llevarse el Oscar a Mejor Película animada de 2024 y no es para menos, pues su narrativa es magistral de principio a fin, al grado que se convertirá en un clásico contemporáneo al paso de los años.


"Un lago" plantea una reflexión sobre las relaciones humanas y el poliamor



Cinetiketas | Por Jaime López


Desde el pasado 23 de enero, más de 30 pantallas del país proyectan "Un lago", la ópera prima de Rafael Martínez, que aborda distintos tópicos, entre ellos, la crisis creativa y el poliamor.

En cuanto al primer tema, el realizador narra la historia de "Richi", un hombre de 30 años que padece un bloqueo al tratar de escribir su nueva producción.

Con el objetivo de hacer fluir sus pensamientos, decide pasar un rato en la casa de su progenitor, ubicada alrededor de la Laguna de Tequesquitengo, en el estado de Morelos.

Sin embargo, el tiempo se le escapa entre su falta de inspiración, autopruebas de natación e ingerir bebidas alcohólicas con sus conocidos, hasta que se topa con "Dani", una joven de 24 años con la que empieza a ilusionarse.

En entrevista, Rafael Martínez dijo a este reportero que "Un lago" retrata temas que involucran a las nuevas generaciones, así como las barreras que uno se pone frente a dichos temas.

Estuvo de acuerdo que la Laguna de Tequesquitengo es una analogía de las emociones que va teniendo el protagonista a lo largo de la trama, pues conforma avanza esta, tiene que definir si acepta o no tener sexo grupal con tal de conectar con la chica que le gusta.

"El lago es el gran símbolo de la película; quizás narre un poco más el mensaje de la película, que las mismas situaciones o conversaciones", manifestó.

Martínez hizo énfasis que "Un lago" genera identificación en la audiencia por los asuntos actuales que aborda, pues expresó que vivimos en un mundo frenético en el que hay diversas presiones al alcance de los celulares.

En otro orden de ideas, detalló que su ópera prima se escribió en enero del 2021 y se filmó tres meses después de esa fecha, aprovechando la agenda libre de todas las personas involucradas.

Por cuestiones de presupuesto y seguridad sanitaria, el creador mexicano señaló que, desde la concepción del guion, el Lago de Tequesquitengo siempre fue la única opción para grabar.

Invitó a la gente a conocer su propuesta, la cual definió como una alternativa al cine comercial que acapara la exhibición fílmica y como un trabajo de autor hecho con mucho cariño y esfuerzo.

Para quien suscribe este texto, "Un lago" es una obra de ritmo regular, que goza de un mejor trabajo fotográfico en las escenas nocturnas.

En cuanto a su trama, el guión mejora a partir de la aparición de "Dani", interpretada por Camila Acosta, que pondrá en jaque el universo emocional de "Richi", así como el de distintos espectadores.

En ese sentido, las personas más liberales verán en su rol a una chica libre, que no "futurea", sino que trata de disfrutar su día a día y su periodo de asueto. Mientras que los seres más propensos a la monogamia podrían enojarse con sus actitudes hacia su par masculino. Cuestión de enfoques.




© Copyright | Revista Sputnik de Arte y Cultura | México, 2022.
Sputnik Medios