Mostrando las entradas con la etiqueta Colaboradores. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Colaboradores. Mostrar todas las entradas

Cinetiketas: entrevista con Valentino Alonso de "La Sociedad de la Nieve"



En esta entrega de Cinetiketas charlamos con el talentoso actor argentino Valentino Alonso quien interpreta a Pancho Delgado en la multipremiada película española "La Sociedad de la Nieve".

En esta entrevista de largo aliento, el histrión bonaerense nos narra la dificultad y la preparación física y mental necesaria para lograr ciertas escenas del filme dirigido por J.A. Bayona, nominado al Oscar como Mejor Película Internacional.



Para más charlas cinéfilas suscríbete a nuestro canal de YouTube: Revista Sputnik.

Un conejo que corre, salta y patalea: entrevista con Liliana López León


Por Antonio León | Foto: calvox&periche




Liliana López León es una escritora bajacaliforniana que combina su pasión por la narrativa, el urbanismo y las iniciativas de consumo sustentable. Después de una temporada larga como académica, leva anclas para probar otras experiencias. Una de ellas es la de la escritura de poesía, en la que deja ver su forma de establecer una lógica propia, un amor por los pequeños detalles y los corredores llenos de recuerdos. A la distancia de su nuevo domicilio ubicado en algún lugar de Barcelona, desde el que se transporta a todos lados en bicicleta, nos enfrascamos en la siguiente charla.

***

AL: ¿Cómo es la Liliana López que deja de lado la escritura académica para adentrarse en la literatura?

LL: Una Liliana decidida que abraza la ternura, la sensibilidad, el poder de la ficción. En un mundo donde abunda el cinismo, la crueldad, la saturación, creo que es algo valiente. Ahora tengo mayor confianza en la palabra, tanto en la mía como la de mi gremio. Me siento conciliadora, quizá por eso no siento que haya dejado la escritura académica, aunque tenga ya un par de años sin escribir algún ensayo académico. El otro día me invitaron a escribir sobre moda sostenible en la revista de un museo, y dije que sí, vamos a ver si la oferta sigue en pie. Pienso que todo se entrelaza, y que el rigor y esas formas de escritura relacionadas con la ciencia y la producción, a veces se asoman para ayudarme a crear, y procuro domarlas para que no saboteen mi estilo.


Dorothea Lasky dice que la poesía no es un proyecto, hay quien aborda la escritura de poesía como una investigación rigurosa ¿en qué punto te ubicas tú?

Justo he citado a Dorothea Lasky a finales de año porque en eso estoy. Hasta ahora no he hecho ningún proyecto de poesía, todo ha surgido porque necesitaba escribirlo. Suena a lugar común, pero puedo decir que el poema llegaba a mí y era yo quien lo recogía sin buscarlo mucho. Sin embargo, como te decía antes, ahora me ubico en un momento en el que soy más conciliadora, veo posibilidades. Por lo que estoy intentando hacer una especie de proyecto, o prefiero llamarle hilo conductor, de unos poemas sobre los sueños de mis amigas, veremos si logro algo interesante o que resuene.


Anteriormente te conocimos como narradora, ahora inicias una andadura como poeta ¿en qué registro te sientes más plena?

Qué interesante pregunta. Creo que no hay respuesta, sobre todo porque me siento muy plena con ambas formas, solo que de diferente modo, igual que con el ensayo. Podría decir, jugando un poco, que estos géneros son como aspectos de mi persona: la Liliana del ensayo es como la profesora universitaria que he sido; la narradora es la Liliana amiga, que cuenta cosas en voz alta, la que especula situaciones, que se ríe e inventa personajes o escenarios; y Liliana poeta es la que escucha a una voz particular que habla bajito al oído, con voz firme y fluida. Si llegara a escribir una novela, ya te contaré que aspecto tiene esta Liliana.


Este vientre es un conejo de carbón, pero más que carbón, hay otras superficies y querencias entre la luz y la oscuridad. 

Cuando estaba creando el poema que le da título al libro, pensaba en el centro de mi cuerpo como un espacio lleno de movimiento, de energía. Un conejo que corre, salta y patalea, y al ser de carbón también se convierte en fuego. Si lo piensas bien, somos máquinas de vapor, comemos carbohidratos, carbono, y lo transformamos en palabras, sueños, calor.

Es un poemario que, sin planearlo, tiene dualidades, todas provenientes de lo que llamamos mundo natural, pero también de la ciudad y del cuerpo. Hay gratitud y también dolor. El conejo no es un animal que antes me dijera algo particularmente, por eso en el poemario aparecen más los lobos, los gatos, las cigarras, los perros, las aves y ciertas especies de plantas. Sin embargo, es el animal que persistía en mi cabeza cuando tenía estas emociones fluyendo. Luego me di cuenta que el año de su publicación, el 2023, ha sido el año del conejo de agua en el zodiaco chino, y curiosamente, este signo habla de cambios, que para mí, tal cual, ha sido el año de las transformaciones.

En tu libro hay una nostalgia de quien dice adiós continuamente ¿en qué sentido te refleja?

Creo que uno de los aprendizajes más valiosos en mis últimos diez años o más, ha sido aceptar el miedo y el dolor que conlleva decir adiós. Entre viajes, trabajos, ver estudiantes llegar e irse, alejarme o acercarme a personas, a confrontar la muerte de gente querida, he estado diciendo adiós continuamente, y he descubierto para mi sorpresa, que de tanto agitar la mano decir adiós se convierte en un saludo también. Me he desapegado de ideas, de cosas. Esto es en parte la libertad. Eso sí, me sigue costando decir adiós.


Ganaste el Premio Estatal de Literatura de Baja California, en poesía, con este libro. Vives fuera del país desde hace algún tiempo ¿Cómo tomaste esta noticia?, ¿a qué te compromete enlistarte en las fuerzas de la poesía?

Fue una grata sorpresa. La noticia la recibí caminando por la calle, rumbo a mi casa. Aquí era ya medianoche, y en Mexicali aún era de día. Por supuesto que grité, de felicidad. Me sentí un poquito poeta de boina y cigarrillo, porque cuando me dieron la noticia estaba yo recitando un poema de memoria, un poema ajeno. Sentí como que, entre el trabajo, el billete del metro, pensar en la cena, los pies cansados, se infiltraba algo fuerte y poderoso: que soy poeta. No me gusta la palabra poetisa, suena terrible, solo la usaré cuando quede para un chiste.

Después de la noticia, estuve varios días soñando despierta, pensando: un jurado conformado por poetas se tuvo que poner serio, leyeron un montón de libros, y decidieron que el mío era el ganador. Recibí felicitaciones muy cálidas y también mensajes de gente que no conocía. Quiero leer tu libro. Qué afortunada soy, ahora lo recuerdo y me vuelvo a poner contenta.

¡Me encanta lo de “enlistarme en las fuerzas de la poesía”! Me compromete bastante el premio, no como un corset ni nada que se sienta obligatorio. Más bien me da un impulso, el premio es una luz. Aunque tengo que decir, que desde que empecé a escribir poesía de nuevo (porque antes la escribía de niña y de adolescente), supe que había encontrado un refugio permanente como lo digo en la solapa del libro. Un cuento, un ensayo, o cualquier otro texto puede bloquearse o no culminar. Con el poema no me pasa eso, el poema ya nace completo y yo siento que solo voy moldeando su forma.


¿Cuáles son tus proyectos a mediano plazo?

Sigo escribiendo cuentos, cada mes escribo dos o tres. Así he terminado otro libro, que ojalá pueda ver la luz pronto. Estoy creando el poemario sobre los sueños que comenté antes. Hay un libro colectivo cocinándose para este año, pero no puedo decir mucho hasta que esté terminado. Fuera de la literatura estoy trabajando en equipo en un proyecto hermoso sobre cine y bicicletas: vamos a proyectar películas en escuelas, parques y otros espacios públicos de Barcelona, utilizando la energía eléctrica generada al pedalear en bicicletas adaptadas. He hecho la curaduría de películas y cortometrajes y me encanta. La idea es poder replicar el proyecto a cualquier ciudad del mundo.


¿Sueñan las poetas con conejos de carbón?

Soy yo, literal. Es la mejor pregunta que me han hecho. Te quiero, Antonio.

***

NOTA: El libro "Este vientre es un conejo de carbón" Premio Estatal de Literatura de Baja California 2022 está disponible para su lectura en ESTE LINK. Gracias por difundir.

Aunque tú no lo sepas: una charla con Karina Galicia

 

Un episodio más de 'Aunque tú no lo sepas' con la talentosa cantante, compositora y arreglista poblana Karina Galicia

Charlamos sobre sus procesos de composición, influencias, estilo y nuevos lanzamientos para este 2024.



Para más entrevistas suscríbete al canal de YouTube de Casa Yonki.

"Al son de Beno" visibiliza investigación sobre la música folclórica mexicana


Cinetiketas | Jaime López |



"Al son de Beno" es el nombre de la película documental con la que el artista plástico, Ilán Lieberman, trata de recuperar y visibilizar el legado de su padre, Baruj Lieberman Gruner, mejor conocido como "Beno", quien dedicó gran parte de su vida a la investigación y grabación de la música folclórica mexicana.

Incluyéndose a sí mismo en el relato, el licenciado en Docencia de las Artes recorre las huellas de su progenitor para mostrar sus aportes a ese género musical.

En entrevista, Lieberman señaló que las grabaciones de sus padres estaban escondidas o "bajo los escombros" por el desinterés de algunos connacionales respecto a la música que se produce en distintas latitudes del país.

Añadió que "Al son de Beno" también tiene el propósito de darle oportuno resguardo al acervo de su antecesor, que fue reconocido en 2016 como parte del programa Memoria del mundo de la Unesco.

En ese sentido, se debe señalar que las grabaciones musicales hechas por Baruj Lieberman Gruner están disponibles en la Fonoteca Nacional.



En otro orden de ideas, el cineasta explicó que "Al son de Beno" también aborda la trágica muerte de su papá, que decidió quitarse la vida a la edad de 52 años.

A pregunta expresa de esta casa editorial, admitió que experimentó una catarsis, pero no durante el recorrido o la filmación de su obra, sino hasta la etapa de edición o postproducción.

Acerca de si recrear o seguir las huellas de su padre fue una manera de revivirlo, respondió que "fue una forma de reencontrarlo".

"Al son de Beno" cuenta con la distribución de Artegios, casa productora fundada por el prestigiado cineasta Everardo González. Se estrenó en 29 pantallas del país y actualmente se proyecta en Baja California, Ciudad de México, Chiapas, Estado de México, Jalisco, Morelos, Nuevo León, Tamaulipas y Yucatán.

La película tiene como una de sus principales virtudes el rescatar las figuras de algunos exponentes regionales de la música tradicional mexicana.

De ese modo, el cineasta logra intercalar videos y fotografías de archivo con imágenes inéditas de los intérpretes y sus familias, lo que indudablemente fortalece la historia y narrativa.

Respecto al suicidio de su padre, no ahonda en el asunto y decide incluir secuencias o momentos que distraen del tema, por ejemplo, la búsqueda y encuentro con su media hermana.

"Al son de Beno" resulta un documento relevante para la promoción de la música folclórica nacional.

Cine mexicano comienza 2024 con posibilidades de nominación al Oscar



Cinetiketas | Jaime López


El séptimo arte nacional podría lograr una nueva nominación al premio Oscar el próximo 23 de enero cuando la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood revele las candidaturas a la categoría de Mejor Película Internacional.

Cabe recordar que para el rubro en cuestión, México seleccionó a "Tótem", el segundo largometraje dirigido por Lila Avilés.

La película referida ya superó el primer filtro de la categoría de Mejor Película Internacional, pues quedó en el shortlist anunciado el pasado 21 de diciembre.

"Tótem" se encuentra entre las 15 cintas semifinalistas que podrían suceder a la alemana "Sin novedad en el frente", que obtuvo el Oscar en 2023.

Algo que podría ayudar a la película de Avilés a colarse entre las cinco finalistas es que se trata de la única producción latinoamericana de la shortlist.

Europa es el continente que tiene más producciones en esa lista semifinal, con un total de nueve; le sigue Asia con tres y África con dos.

"Tótem" es un retrato sobre la pérdida familiar, el duelo y la sororidad, que tiene como principal virtud las actuaciones de todo su elenco, su estilo naturalista y su fotografía similar a la de un documental.

Hasta finales de 2023, la película de Avilés había cosechado 22 reconocimientos, tanto nacionales como internacionales, destacando su triunfo en el Festival de Morelia o en el Ecumenical Jury Prize, del Festival Internacional de Cine de Berlín.

Asimismo, obtuvo el galardón a la Mejor Directora en el Festival Internacional de Cine de Beijing.

Es oportuno agregar que, a lo largo de la historia de los Oscar, México ha sido nueve veces postulado en la categoría de Mejor Película Internacional, de las cuales solamente una ocasión se ha llevado el galardón gracias a "Roma" (2019) de Alfonso Cuarón.



Con "Pole dance", Maryse Sistach regresa a la dirección y cierra trilogía feminista



Cinetiketas | Jaime López |



"Pole dance" es el nombre de la nueva película de Maryse Sistach, la prestigiada cineasta que, con "Perfume de violetas", empezó a visibilizar en pantalla grande los distintos tipos de violencia que padecen las mujeres mexicanas.

Protagonizada por Gimena Gómez y escrita por José Buil, la historia de "Pole dance" gira en torno a una joven madre, en proceso de divorcio, que comienza a ser víctima de acoso.

Cabe señalar que Sistach tenía más de una década y media sin estar al frente de una realización, debido a que no encontraba la manera oportuna de abordar su nueva producción.

En entrevista para Revista Sputnik, la directora ganadora del premio Ariel señaló que buscaba hablar del acoso, pero tardó mucho en el desarrollo de sus personajes y la manera de relacionarlos entre sí.

"Pole dance" representa el cierre de su trilogía sobre la violencia de género, la cual principió con "Perfume de violetas" en 2001 y siguió con "La niña en la piedra" en 2006.

También mencionó que, en los últimos siete años, ha percibido un incremento en las denuncias por acoso, algo que la motivó a sacar adelante su nuevo largometraje.

En cuanto a la impunidad que persiste en el país desde que se estrenó "Perfume de violetas" a la fecha, indicó que obedece a una arcaica estructura mental que debe ser cambiada poco a poco entre hombres y mujeres.

Reveló que en su nueva cinta hay un personaje del ministerio público que muestra la revictimización de la que son objeto diversas connacionales.

Cuestionada sobre la exhibición de su película, que actualmente solo puede disfrutarse en la Cineteca Nacional de Coyoacán, estuvo de acuerdo en que la distribución sigue siendo el principal talón de Aquiles del celuloide mexicano.

Por su parte, la protagonista de "Pole dance", Gimena Gómez, comunicó su alegría por formar parte del nuevo proyecto de Maryse Sistach, cuya filmografía definió como "realista a más no poder".



La intérprete añadió que la realizadora es una impulsora del feminismo y dijo que transmite un mensaje de esperanza en su más reciente creación, la cual tardó tres años en poder ser vista en la pantalla grande.

Por lo que respecta a su personaje, "Magda", señaló que es alguien en búsqueda de ella misma, que inconscientemente está eliminando estigmas acerca de lo que implica ser mujer en México:

"La madre, el objeto del deseo, el pole dance, la exmujer", apuntó.

Condenó la impunidad existente en el territorio nacional y exigió que haya políticas públicas más robustas para prevenir el acoso y casos más graves contra las mujeres.

La única versión de “Silent Night” que necesitas escuchar



Call me old fashioned... please! | Por Mónica Castro Lara |


“Silent Night” no es una buena canción navideña. Es una GRAN canción navideña. Es casi casi el epítome de las canciones navideñas (siento que ya escribí mucho “canciones navideñas” pero entienden el punto). Es lo suficientemente sencilla y delicada y cuya letra, es un tierno y amoroso relato del nacimiento del hijo de Dios y la paz y la alegría que vinieron con su llegada (dejemos tantito a un lado nuestra afiliación espiritual/religiosa).

Parte del problema del que no nos percatemos realmente de lo bella que es esta canción (compuesta en 1818 por el maestro Franz Xaver Gruber y escrita por el sacerdote católico Joseph Mohr), es porque actualmente, la época navideña es todo menos taciturna. Una vez que termina Halloween y los gringos descongelan a Mariah Carey desde el 1 de noviembre, resulta difícil evitar los villancicos y las canciones de navidad en los centros comerciales, en las tiendas, en la televisión, etc. y no es queja, eh. Ustedes ya saben de mi amor y mi fanatismo por la música navideña. Pero claro, para algunas personas que quieren hacérsela de Grinch, se ha convertido en un pasatiempo de temporada el quejarse amargamente del leitmotiv decembrino, de lo horrible e intrusivo que es y de que, en realidad, son las mismas canciones solo que en géneros musicales variados dependiendo del artista que las interprete (en esto último, estoy de acuerdo). En ese sentido, parece que todos los que hacen su propia versión de “Silent Night”, tienen la obligación de agregar más cosas: más voces, más cuerdas, un gran crescendo, un tempo más lento o rápido. A diferencia de la clásica “White Christmas”, que se beneficia de una grabación original espléndida de Bing Crosby, “Silent Night” se ha convertido en un lienzo en blanco sobre el que los productores musicales hacen un dripping a la Jackson Pollock.

Hace un año, a modo de cierre del 2022, les compartí una canción que recién había descubierto gracias a una estación de radio irlandesa de Navidad (bien random mi historia ¡já!). Dicha canción, era nada más y nada menos que el mashup de “Peace On Earth / Little Drummer Boy” de Bing Crosby y David Bowie y que, en definitiva, forma parte de mis ya de por sí ñoñísimas playlists navideñas. En esta ocasión, estuve pensando y repensando (lo cual se me da muy bien) qué canción o álbum navideño podía recomendarles. Estuve a nada de escribir este artículo sobre la muy alegre “That Holiday Feeling!” de Eydie Gormé y Steve Lawrence (que les juro, la primera vez que la escuché, pensé que era el mismísimo Frank Sinatra por el tremendo vozarrón) y que relanzaron Seth MacFarlane y Liz Gillies en su nuevo y sensacional álbum “We Wish You The Merriest” (ya ven que de por sí Seth es mi súper crush, pero de verdad se los recomiendo muchísimo, sus álbumes navideños siempre le quedan relindos). Pero, la verdad es que hay otra canción que se adueña de mi corazón en estas significativas fechas y supongo que, por mis larguísimos párrafos introductorios, ya se habrán dado cuenta de cuál es.

Desafortunadamente, este 2023 perdimos a la maravillosa y contestataria cantante irlandesa Sinead O’Connor, la mezzosoprano de la generación X. El medio deliberadamente decidió opacar su excepcional voz y talento y poner los reflectores durante décadas en sus “escándalos” y controversias, como su famoso “FIGHT THE REAL ENEMY” en Saturday Night Live, mientras rompía la fotografía del papa Juan Pablo II. Podría escribir y escribir sobre la vida de O’Connor, pero hoy quisiera enfocarme en la que yo considero es la mejor versión de “Silent Night” que existe.

Acá entre nos, me da un poco de cringe platicarles cómo es que descubrí la interpretación de “Silent Night” de Sinead, pero a veces las cosas más random nos llevan a acontecimientos extraordinarios y por eso voy a contarles: hace cuatro años, justo antes de que el mundo se paralizara por la pandemia, mi curruñis Hugo compró en súper oferta una de esas películas navideñas gringas sinsentido para pasar el rato. El nombre de la peli es “Fred Claus” y la protagonizan Vince Vaughn, Paul Giamatti y Rachel Weisz. Aunque yo estaba reacia al principio, tras un poquito de insistencia decidí verla y ¡oh sorpresa! Nunca imaginé llorar tanto en una película de ese tipo; la escena donde aparece la canción es el clímax del film y es B E L L Í S I M A. Sientes que descubres y entiendes casi casi el verdadero significado de la Navidad y todas esas ñoñeces. Honestamente, no recuerdo casi nada de la película excepto esa inolvidable escena. Y bueno, como era de esperarse, agregué “Silent Night” de inmediato a mi Spotify y es un must desde entonces.

No hay mucha información acerca de “Silent Night” de O’Connor para serles franca y ahora que lo pienso, creo que es mejor así. Tras mucho buscar, encontré 3 datos en total: 1. que la grabó en 1991, 2. que la produjo su on and off Peter Gabriel y 3. que él mismo toca el teclado. No más. No se necesitó nada más que un teclado y la voz casi angelical de Sinead para hacer la mejor versión de “Silent Night” que existe hasta ahora y no doy pie a debate. Un verdadero orgasmo auditivo; jamás una canción navideña me había transmitido semejante e inexplicable paz. Y me encanta. Para algunos, es curioso o hasta contradictorio el hecho de que Sinead haya grabado una canción prácticamente religiosa tras sus constantes encontronazos con la iglesia católica y, en palabras de Mariana Enriquez (sí, sí, LA Mariana Enriquez): “[…] ella no era antirreligiosa. Al contrario. Siempre buscó la trascendencia, Dios, la fe. Por eso también su rabia con una Iglesia que no daba amor. La gente diciendo todo el tiempo que se contradecía y era controvertida – claro que se contradecía es NORMAL. Y no, la controversia la inventan los demás cuando tratan de disciplinar a la gente y decirle cómo vivir”.

El video de la canción, una cosa ahí medio bizarra, nos muestra a Sinead vestida de la época victoriana y a un hombre que la persigue atraído por su voz (o bueno, al menos así lo interpreto yo). Es raro verla en esos close ups maquillada y con peluca, pero ella divina siempre.

 

Existe también una versión larga de “Silent Night” inspirada en la historia real del ceasefire que tuvo lugar en la víspera de Navidad de 1914 durante la Primera Guerra Mundial. Los soldados alemanes e ingleses bajaron las armas y llevaron a cabo una tregua temporal, celebrando la Navidad juntos en donde se dice, compartieron canciones, algunos regalos y uno que otro partido de fútbol. Sinead también grabó esa versión extendida de la canción, la cual tiene uno que otro párrafo extra.

Con el mundo hecho una mierda, espero que por escasos cuatro minutos y acompañados de la legendaria Sinead, tengamos y sintamos una auténtica “Noche de Paz” en este cierre del 2023. Les quiero.

Spike Lee: cine, violencia racial y orgullo afroamericano



Jorge Tadeo Vargas |


“El arte tiene el poder de provocar cambios sociales”

Spike Lee
 

En mis años de preparatoria, fue cuando me inicié en el activismo; lo hice de la mano del anarquismo y su relación con el movimiento/escena punk que tuvo en la década de los noventa su momento más intenso y activo. Fue una década coyuntural para los movimientos sociales, se gestó el movimiento por la justicia global y todo el altermundismo que se traducía en aquella idea de “otro mundo es posible”. Desde ahí fue que me involucré en distintas movidas, siempre desde el anarcopunk.

Como todo lo que pasaba dentro de ese movimiento, mis inicios fueron bastante dogmáticos y rechazaba todo lo que no fuera anarquismo, con la música hacia ciertas excepciones, lo cual me permitió explorar otras ideas y formas de pensar, especialmente lo relacionado con el rap y fue así que conocí a los Black Panthers y su idea política más cercana al marxismo, y con Eldridge Cleaver me di cuenta que las ideas cuando se llevan a la acción no pueden caer en dogmas o actos de fe, sino al cuestionamiento y la autocrítica.

En esos años mi gusto por el cine se iba desarrollando; así que gracias a mi acercamiento a la cultura afroamericana conocí a Spike Lee, que si bien no fue con el que aprendí la ecuación cine + activismo, si fue quien me enseñó que la cultura pop es un medio muy interesante y efectivo para hacer propaganda social y no solo de mercado.

La primera película que vi de Spike Lee fue “Jungle Fever” (1990) con la que este director intenta darles una vuelta a las comedias románticas que a inicios de esa década comenzaban a ponerse de moda; desde la idea del romance, Lee decide hablar de racismo, de violencia, de ciudades dividas por formas de pensar, de actuar, donde el amor no todo lo puede, al contrario, es la razón por la que todo se va al carajo. Una película repleta de carga sexual, de dogmas religiosos que prefieren exiliar a los hijos e hijas que reconocer lo que esta mal. En la subtrama de esta película se hace una denuncia a la entrada del crack a las comunidades afroamericanas como método de control.

Aunque “Jungle Fever” recibió duras criticas por parte de la comunidad italoamericana, ofendidas por el supuesto cliché violento y racista en que los convierte Spike Lee, el director se defendió argumentando que el guion se basó en la historia de un afroamericano asesinado por salir con una chica del área italiana del barrio de Bensonhurst en la ciudad de Nueva York, por lo que no estaba haciendo nada más que contar una historia lamentablemente muy normalizada en esa ciudad y en esos barrios.

Después del golpe de realidad que significo “Jungle Fever” busqué algunas de sus primeras películas. Era común que estos filmes no estuvieran exhibidos en los videoclubs de mi pequeña ciudad norteña, así que gracias a la buena voluntad de mis amigos de la capital del país, pude ver -y aumentar mi videoteca- “Mo' Better Blues” (1990) donde entendí la intensidad con la que la comunidad afroamericana vive la música y la importancia que tiene para ellos; también descubrí que para Spike Lee, la música es una parte esencial de su filmografía -Jungle Fever tiene una banda sonora compuesta por Stevie Wonder por citar un ejemplo-. También vi su ópera prima “She's Gotta Have It” (1986) una película adelantada a su tiempo, mostrando a una mujer que tiene el control de su vida, principalmente en el tema sexual, donde ella decide vivirlo a plenitud sin importarle nada más.


Con “She's Gotta Have It”, Lee tomó por asalto una industria que no estaba preparada para un cineasta como él: contestatario, confrontativo, irreverente y con una fuerte declaración de principios. Además sorprendió a la industria con su propia productora a la que le dio un nombre muy provocativo: “40 Acres and a Mule Filmworks”.

Si tomamos en cuenta que el nombre de su productora hace sugerencia a lo que era entregado a los esclavos cuando terminó la esclavitud como compensación, no deja de ser una transgresión a la industria de Hollywood.

La cuarta película que vi fue justamente la que lo llevó a la popularidad que mantiene hasta hoy. “Do The Right Thing” (1989). Un filme que es propaganda pura de esa urbanidad racista en la que se mueven muchos de los barrios estadounidenses, mostrando un día en esos lugares, un día de los más calurosos y como en un solo momento todo puede terminar con un caos y un asesinato a manos de la policía. “Do The Right Thing” muestra un barrio dividido entre ítalo y afroamericanos que conviven en una tensión diaria, pero que por una circunstancia muy simple, esa tensión puede ceder y dar pie a mucha violencia. Aquí Lee hace ya una crítica directa al actuar de la policía y aunque para muchos, esta puede ser una forma de invitar a la violencia y a los disturbios, para el director era una forma de mostrar lo que se vive día a día en cualquier barrio, de cualquier ciudad de los Estados Unidos. Habrá que recordar que esto fue muchos años antes del “Black Lives Matter” y que la polémica que se dio en torno a la película fue mucho más perjudicial que benéfica, al menos en esos años.

Para 1992 llega su primera película por encargo. Le piden que tome el lugar de Norman Jewison en la dirección, lo cual hace no sin antes cambiar la dirección de la historia, hacer una revisión aún más a profundidad de las ideas políticas y religiosas de Malcolm X y pasando de las teorías conspirativas a la realidad del asesinato del líder político. Esto le causó muchos problemas a Lee en todo el rodaje, pero al final, se tradujo en su primera película masiva, con éxito en la taquilla y en los premios, siendo la primera nominación de Denzel Washington al Oscar.

La década de los noventa ha sido la época más prolífica de Spike Lee, que, aprovechando las coyunturas globales de esos años, se permitió hacer de su cine una propaganda política y social contra el trato hacia los afroamericanos en los Estados Unidos. Esto se puede ver en películas como Crooklyn (1994), una historia semibiográfica, donde muestra lo que implica crecer dentro del racismo gringo y las luchas que tiene que librar para poder sobresalir en la creación artística. O en la comedia “Girl 6” donde da un giro a “She's Gotta Have It” mostrando los peligros y la violencia con la que viven las mujeres, especialmente las afroamericanas. También fue mucho más directo en su propaganda y crítica como en “Get on the Bus” (1996), donde tomando como punto de partida la marcha del millón para presentar la diferencia que existe en los afroamericanos dentro de Estados Unidos según la clase social, la comunidad en que viven y su religiosidad. Una fuerte crítica a las diferencias entre los propios afroamericanos. También muestra su amor por el deporte, principalmente por el básquetbol y en “He Got a Game” (1998) hace una crítica a la industria del deporte que convierte a los jóvenes en esclavos, en mercancía al mejor postor.

Cierra esa década con dos películas por encargo que muestran su capacidad como cineasta más allá de la propaganda política. Retomando un proyecto rechazado por Martin Scorsese y que Lee pasó de convertirlo en una historia policiaca a una historia más cercana al gueto y lo que se vive en él. “Clockers” (1995) es la semilla de lo que después veríamos en series como “The Wire”. Basada en la novela de Richard Price, quien contribuyo con Lee para armar el guion y entregar para la pantalla grande una historia de corrupción, crímenes y violencia racial.

“Summer of Sam” (1999) fue la película con la que cerró el siglo XX. También por encargo, pero dándole su toque, por primera vez sale del gueto afroamericano y muestra la vida entre los italoamericanos, donde va mostrando el prejuicio y la violencia, teniendo como escenario el verano más caluroso de Nueva York, y como protagonista al asesino en serie conocido como “El hijo de Sam” y a la mejor temporada de béisbol que vivió Reggie Jackson, la única referencia afroamericana de toda la película. Las estupendas actuaciones de Mira Sorvino, John Leguizamo y Adrien Brody son un ejemplo de que Spike Lee es un director capaz de salir de su zona de confort para darnos muy buen cine.

En este siglo, a pesar de que su producción filmográfica se mantiene, la calidad ha disminuido bastante, salvo contadas excepciones como “25th Hour” (2002), una estupenda crítica al sistema penitenciario, “Inside Man” (2006), otra de sus películas por encargo que muestra su capacidad como cineasta, “BlacKkKlansman” (2018) con la que fue nominado de nuevo a los Oscares, basada en una historia real, donde desenmascara cómo funcionan los supremacistas blancos desde la década de los setenta a la fecha. Más allá de esto sus otras películas son prescindibles. Tal vez “Bamboozled” (2000) merece reconocimiento, pues al ser una película con la que Lee trató de experimentar con la cámara, termina perdiendo de vista la historia que es bastante buena, pero no es capaz de desarrollarla a tope o “Chi-Raq” (2015) que basada en la comedia griega “Lisístrata” intenta hacer una crítica a la violencia de pandillas que se vive en Chicago. Por otro lado, películas como Da Sweet Blood of Jesus” (2014) o la desafortunada adaptación por encargo de “OldBoy” (2013) no vale la pena ni mencionarlas.

Hay que aclarar que Spike Lee no es un director político, al menos no lo es desde la lógica de Ken Loach, pues, aunque su cine está lleno de denuncias sociales, al final es un afroamericano privilegiado, que usa su arte para denunciar prácticas racistas, claro desde el sistema, pero tampoco es que quiera cambiarlo de raíz, solo busca que el pastel capitalista se comparta de otra forma. Esto es claro si vemos cómo su productora no tiene empacho en trabajar en el mundo de la publicidad haciendo comerciales para empresas como Nike, Converse, Levi's, Taco Bell, entre otras muchas marcas que son responsables de muchas de las prácticas racistas y segregacionistas en todo el mundo.


Spike Lee se siente cómodo con el capitalismo, siempre y cuando este sea desde su óptica del “color correcto” y hacer esta mención, esta crítica a su persona, más que a su cine, al menos para mí es relevante, pues al final fue parte importante de mi formación activista y de mi cuestionamiento al modelo económico y sus formas de destruir a las poblaciones más vulneradas.

Vale la pena mencionar que Lee es un difundidor de la música afroamericana, no solo invitando a músicos con compromiso a participar en su banda sonora, como lo ha hecho con Public Enemy, Aretha Franklin o Stevie Wonder; sino también ha dirigido videos musicales de artistas a los que considera valiosos en la difusión de su identidad. Es una forma de contribuir a la expansión de una cultura musical que ha recibido muchos atracos a lo largo de la historia estadounidense.

Spike Lee pertenece a una generación de directores que en la década de los noventa apostaron por mantenerse al borde de la industria cinematográfica de Hollywood, pero sin alejarse del todo, conservando cierta independencia creativa a la hora de contar historias y llevarlas a la pantalla grande. Esta fue una generación de directores, escritores, actores que buscaban que sus películas representaran algo, que dijeran algo, una especie de declaración, un manifiesto. Lee lo usó como un medio propagandístico que sin comprometer su calidad como cineasta, logró llevar a cabo una labor de denuncia muy loable.



Desde el exilio en Ankh-Morpork

Jorge Tadeo Vargas; activista, escritor, anarquista, pero sobre todo panadero casero y padre de Ximena. Desde hace años construye una caja de herramientas para sobrevivir.

A veces viaja a Mundodisco.

Now and Then: The Beatles forever



Por Adrián Rivera | 


Hasta el 3 de noviembre de 2023, mantuve la esperanza de ver algún tipo de anuncio espectacular acerca de ver a los Beatles tocando juntos nuevamente. Cuando me enteré que Peter Jackson estaba trabajando en material de las filmaciones del documental ‘Let it Be’, pensé que era cuestión de tiempo para ver algún tipo de experimento con inteligencia artificial, algo como un deepfake de altísima calidad mejor que el video de Paul McCartney de 2021, ‘Find My Way’, donde aparece rejuvenecido en el cuerpo de Beck.

A fines de noviembre de ese año, finalmente se lanzó una nueva versión del documental, ahora titulado 'Get Back', con una duración mayor y una calidad de imagen y sonido sorprendente. Se reveló que se utilizaron diversas técnicas de restauración, incluyendo la separación de voces e instrumentos mediante inteligencia artificial. Aunque la edición de Jackson aportó un enfoque más optimista a las penúltimas sesiones de los Beatles, no introdujo material radicalmente nuevo.

¿Qué tal si se emplearan esas innumerables horas de material de las sesiones de grabación para entrenar una inteligencia artificial que nos brinde nuevas interpretaciones de los Fab Four? Sin duda, Peter Jackson sería el candidato ideal para llevar a cabo este proyecto, ya que cuenta con todas las herramientas necesarias en su compañía de efectos especiales, Weta Digital. Incluso podría considerar la participación de Andy Serkis para llevar a cabo la captura de movimiento de los cuatro músicos.

En cambio, para el video de la supuesta última canción del cuarteto de Liverpool, 'Now and Then', tenemos una versión refinada de un nuevo collage nostálgico como a los que nos han acostumbrado desde que lanzaron 'Free as a Bird', pasando por 'Real Love', 'Glass Onion', 'Here Comes the Sun', etc. Algunos de esos acompañamientos visuales han sido mejores que otros. En lo personal, me gusta mucho cómo animaron el póster del Álbum Blanco para crear el video de 'Glass Onion'.

Los Beatles fueron pioneros en la adopción de muchas tecnologías para crear su música. Sin embargo, en sus últimas creaciones, tuvieron que mantenerse dentro de ciertos límites para garantizar el éxito comercial. En mi opinión, una de las innovaciones más notables en mucho tiempo fueron los remixes realizados por Giles Martin para el espectáculo de Cirque du Soleil, 'Love'.



Y no es de extrañar que así sea, desde que Paul y Ringo estaban trabajando en una nueva canción, se especuló que podrían estar usando inteligencia artificial para crear una versión sintética de la voz de John Lennon y los más puristas se alarmaron. Aun así, otras personas han explorado por su cuenta esta posibilidad con resultados nada desdeñables. Parece que la alternativa más viable para satisfacer mi curiosidad por la 'nueva' música de los Beatles es explorar más de estos lanzamientos no oficiales.

'Now and Then' es solo la última de las versiones avaladas por los Beatles y sus familias. Podríamos decir que es el nuevo cierre canónico, sustituyendo a lo que nos dejaron en 'The End', de Abbey Road, con el solo de batería de Ringo y el duelo de requintos de John, Paul y George, narrado magistralmente por Geoff Emerick, su ingeniero de grabación, en su libro 'Here, There and Everywhere: My Life Recording the Music of the Beatles'.

El video del nuevo sencillo nos va llevando hacia atrás en el tiempo, y al final de la canción, en las plataformas de música disponibles, regresamos al origen con 'Love Me Do', el primer sencillo de los Beatles. Tenemos un cierre circular, un Uróboros, el anhelado regreso al origen, Get Back, ahora sí.

“Nunca hubo un tiempo en el que Yo no existiera, ni tú, ni todos estos reyes; y en el futuro, ninguno de nosotros dejará de existir.”

― Anónimo, Bhagavad Gita

La transmutación en el cine de David Cronenberg


 Jorge Tadeo Vargas |

 

"Pretendo noquear al espectador con cada nueva imagen".
David Cronenberg

 

Al revisar el cine de David Cronenberg queda más que claro que no podemos verlo como piezas separadas o como etapas que este cineasta ha ido pasando en toda su trayectoria. Su cine es un todo, un conjunto al que podríamos llamar “el proyecto Cronenberg” y es que cada una de sus películas es una pieza fundamental para entender la obsesión, los miedos, las filias y las fobias que este canadiense tiene con el cuerpo humano y las posibilidades de transmutar, de convertirlo en algo diferente, distinto, en algo más de lo que es.

Cronenberg ha creado un estilo muy personal de terror, cercano al corporal, a la ciencia ficción desde donde explora la conexión y la interrelación que tenemos con nuestro cuerpo que vamos conformando con el paso del tiempo.

Su estilo de terror parte de su fascinación, el morbo, la traición corporal de envejecer para llegar a la transmutación en otra que incluso va más allá de lo humano, de lo tangible, para desde ahí partir a la exploración del horror a lo diferente. Una visión tan retorcida que se va normalizando cada vez más. Lo vemos con esas personas que deciden modificar parte de su cuerpo de diversas maneras. La idea de transmutar de este director es algo con lo que de cierta forma hemos convivido desde hace décadas, solo que Cronenberg lo presenta desde una visión mucho más retorcida.

David Cronenberg nació en una familia judía, en Toronto, Canadá. Hijo de un escritor, periodista, editor y una pianista, paso su infancia rodeado de libros y música, por lo que no fue nada extraño que al momento de entrar a la universidad se decidiera por literatura, donde puso énfasis en autores como William S. Burroughs, Vladimir Nabokov entre otros escritores que en sus libros siempre han dejado claro su filia con el cuerpo, su envejecimiento y como ir retrasándolo, impidiéndolo. Sin embargo su camino hacia el cine estaba formándose, la película amateur “Winter Kept us Warm” lo llevó a buscar en el cine la forma de expresar sus sentires, sus miedos, sus pasiones.

Con la idea de convertirse en director se muda a la ciudad de Nueva York e influenciado por toda la escuela underground que se estaba dando a finales de la década de los sesenta, es que sin ningún conocimiento técnico decide filmar sus dos primeros cortometrajes, con historias escritas por él.

Filma “Fincher” (1966) que es un diálogo entre un psiquiatra y un expaciente y “From the Brain” (1967) también en forma de diálogo pero esta vez entre dos veteranos de guerra. Estos dos cortometrajes ya van mostrando las obsesiones de Cronenberg con respecto a la decadencia corporal, mental, el envejecimiento como algo de lo que no podemos escapar.


En 1969, filma su ópera prima “Stereo” donde desde la ciencia ficción comienza a vislumbrar su estilo característico de terror corporal, donde los protagonistas son intervenidos quirúrgicamente para quitarles el habla, desarrollando con esto habilidades telepáticas. Con “Stereo”, Cronenberg presentaba sus primeros indicios de transmutación en sus personajes como parte fundamental de sus historias, de las obsesiones que presentan y que los hacen ser quienes son.

Con su segunda película “Crimes of the Future” (1970) apuesta por hacer una dura crítica a la sociedad conservadora de su país natal. Cuestiona ideas preconcebidas desde lo políticamente correcto. “Crimes of the Future” causó bastante polémica por esa apología a la pederastia que hace, para lo cual Cronenberg respondió que lo que intentaba hacer con la película era mostrar a una sociedad hipócrita, falsa, conservadora, a la par de perversa.


“Shivers” (1975) es con la que logra la proyección necesaria para convertirse en un cineasta de autor, más allá de un simple director de cine de terror/ciencia ficción. Sin embargo se mantiene siendo un director reconocido en el circuito de ese género, ganando el premio al mejor director en el aclamado Festival de Sitges. En “Shivers” ya se perfilan sus principales obsesiones dentro del terror corporal. El sexo explícito, el gore, la violencia, dando los primeros pasos a lo que se convertiría en su sello característico.

Cabe mencionar que esta es la primer película de Cronenberg en la que delega la dirección de fotografía y la cámara a alguien más, dando como resultado mucha mayor libertad para que él se dedique a la dirección, lo que le da una mayor madurez y seguridad, que se muestra en “Rabid” (1977) en la que incluye otra de sus filias como son los coches y las motocicletas. Esta fue un éxito en taquilla, además que se convirtió de inmediato en una película de culto dentro del subgénero gore, aunque habrá que decir que estaba muy alejado de lo que los directores especialistas estaban haciendo en ese momento. Cronenberg estaba dibujando una delgada línea entre el género del terror y el cine de autor, al cual pocos autores en esos años estuvieron caminando.

En 1979 decide sacar dos películas que de cierta forma presentan de forma muy acertada a David Cronenberg en esos años. Con “Fast Company”, su única de encargo en toda su filmografía, hace un primer acercamiento a su filia con los autos, la velocidad y los accidentes automovilísticos. A pesar de que es un filme de encargo tiene el estilo del canadiense, quien además ha dejado claro que aceptó hacerla por dos razones, la primera por su gusto por los coches y las carreras, y para poder financiar “The Brood”, uno de sus proyectos más personales.

Desde sus miedos infantiles relacionados con la enfermedad degenerativa de su padre es que deja ver desde una visión bastante retorcida los traumas infantiles y como estos nos van marcando.

Es a la fecha una de sus mejores películas, además de presentar un punto de inflexión, un antes y un después en su carrera, al menos en lo que a presupuesto se refiere, pues con “The Brood” los grandes estudios voltean a verlo, logrando así tener un mayor apoyo económico lo que se traduce -contradictoriamente- en una mayor libertad de crear, de llevar a cabo sus visiones.


Entre mediados de los ochenta y principios de los noventa, plasma sus mayores éxitos comerciales, logrando así no solo consolidarse como un referente dentro del cine del terror, principalmente de los subgéneros del horror corporal y el gore, sino también como un director de cine de autor; pues la estética de sus películas, así como el tratamiento de sus historias, que en eso años habían mejorado mucho, le permiten entrar en esa categoría, incluso Andy Warhol dijo sobre “Videodrome” que era “A Clockwork Orange” de los ochenta.

Esta película que combina los elementos clásicos de Cronenberg como son la transmutación corporal, el gore, la violencia y el sexo con una crítica hacia la televisión, en una década plagada de excesos capitalistas, donde el consumismo fue lo que marcó a toda una sociedad, dando la pauta de lo que nos convertimos en la actualidad.

Queda claro en esta película que toda la violencia, los excesos, la forma de verlos, en televisión o ahora en las llamadas redes sociales, Cronenberg se estaba adelantando a lo que podríamos decir que es lo que vivimos en la actualidad y que Claudia Alarcón llama “Sociedad Snuff”. “Videodrome” es uno de los filmes más excesivos visualmente de Cronenberg, donde no hace ninguna concesión a la censura, ni personal, ni de los estudios.

Previo, en 1981, filma “Scanners” en la que con un mayor presupuesto logra mostrar visualmente de forma mucho más cercana a su idea, la violencia, el sexo explícito, los cambios corporales; es decir, todo lo que significa el “Proyecto Cronenberg”. Con esta también se permite ir creando esa estética visual cercana al ciberpunk que será usada en sus demás películas.

Cierra la década de los ochenta con sus tres películas más taquilleras a la fecha, además de ser el momento en que toma la decisión de apostar por la adaptación de libros, ya sea novelas o relatos, antes de que las historias originales.


Con “The Dead Zone” (1983) adaptada de la novela homónima de Stephen King y su película con mayor presupuesto hasta ese momento, muestra un lado mucho más psicológico en su forma de representar el horror. con “The Fly” (1986) misma que terminó de establecerlo como un director rentable para los grandes estudios y que además lleva la transmutación hacia otros niveles mucho más perturbadores y perversos.

“The Fly” ha trascendido al nivel de convertirse en parte de la cultura pop, con múltiples parodias, referencias, memes, entre otras formas de homenaje actual. Cerrando con “Dead Ringers” (1989), una de las películas más incomprendidas de su filmografía pasando de ser duramente criticada a ser considerada la sexta mejor película en toda la historia del cine canadiense. 

Para los noventa se dedica exclusivamente a adaptar novelas y obras de teatro, iniciando con “Naked Lunch” adaptada de la novela del mismo nombre de William S. Burroughs, incluyendo algunos relatos y pasajes biográficos del escritor. El caos estético y secuencial de la novela son fielmente plasmados en la película dejando ver la influencia que este escritor ha tenido en el cine de Cronenberg. Ésta es posiblemente la película que lo lleva a la cumbre como director de cine de autor, alejándolo un poco de la categoría del terror/horror y es así como para 1993, filma “M. Butterfly”, adaptada de la obra de teatro del mismo nombre escrita por David Henry Hwang. Aquí se aleja por completo de su estilo y sus obsesiones y miedos los convierte en un drama psicológico de alto nivel, con un Jeremy Irons en el papel principal, interpretado de forma magistral.


El año1996 lo alcanza filmando “Crash”, de nuevo adaptada de una novela, esta vez de J.G. Ballard y es justo con la que alcanza a llevar al cine en una sola película todas sus obsesiones, desde los cambios corporales, el terror, los miedos, los coches (accidentes incluidos), el sexo. Es posiblemente la obra cumbre de Cronenberg, la que mejor retrata sus filias y fobias. La polémica que tuvo fue un factor detonante no solo para que la critica especializada la viera con otros ojos, sino también detuvo una mayor distribución, deteniendo la proyección masiva de una de sus mejores películas.

Cierra la última década del siglo con “eXistenZ, adaptación libre de la novela “The Three Stigmas of Parker Eldrich” (lo cual sigue negando Cronenberg pero el parecido en la historia es innegable). Aquí de nuevo hace una crítica a las nuevas tecnologías, al uso que se les da para la alieneación y control de las personas. La sutileza para mantener el gore de una forma muy fina y elegante son la mayor sorpresa de este filme. Cronenberg comenzaba a entender que necesitaba pulir sus técnicas para solventar la censura.


En este siglo se ha mantenido apostando por las adaptaciones más que por las ideas originales, tal vez por su (de)formación como escritor o reconociendo que Cronenberg es más un artesano que un artista, su formación es totalmente empírica con respecto a las técnicas cinematografías y eso tal vez juega a su favor -junto a su título en literatura- para hacer el cine que hace, apostando por las adaptaciones.

Desde la revisión a un paciente mental en “Spider” (2002), pasando por “A history of Violence” (2005) basada en la novela gráfica del mismo nombre de John Wagner y Vincent Locke, donde hace varios guiños al cine noir, que mantiene en “Eastern Promises”, con la que va conformando una relación de trabajo con Viggo Mortensen que mantiene hasta la fecha, el regreso al thriller psicológico con “A Dangerous Method” (2011) adaptada de la obra de teatro del mismo nombre, con “Cosmópolis” (2012) basada en la novela del mismo nombre de Don DeLillo, con la que regresa a una de sus obsesiones regulares: el sexo como una forma de escape, de liberación, para después regresar al cine independiente, arriesgado, complicado en sus historias como lo fue “Maps to the Stars” para luego tomarse un descanso de casi diez años y regresar con “Crimes of the Future” (2022) que no es un remake de la película con el mismo nombre de 1970, aunque guardan ciertas similitudes especialmente con respecto al sexo y las transformaciones corporales. Después de un tiempo alejado de su estilo con “Crimes of the Future”, regresa a su estilo inicial, aunque mucho más fino y elegante que en sus primeras películas.

David Cronenberg se mantiene en constante diálogo consigo mismo, de la misma forma en que su estética dialoga entre sí con cada película, moldeándose en las diversas formas de ver las realidades y desde ahí dialoga con nosotros como espectadores de su proyecto, al que nos invita a transmutar y entender que la realidad puede verse desde muchas ópticas.


Desde el exilio en Ankh-Morpork


Jorge Tadeo Vargas, escritor, ensayista, anarquista, a veces activista, pero sobre todo panadero casero y padre de Ximena. Está construyendo su caja de herramientas para la supervivencia. En sus ratos libres coordina el Observatorio de Emergencias Socio-Ecológicas
© Copyright | Revista Sputnik de Arte y Cultura | México, 2022.
Sputnik Medios