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Rosario de casas: la apuesta por la jardinería del Museo Escárcega


Por Reyes Rojas | Fotos: Diego Ramírez


“¿Hay algún otro goce, salvo la jardinería, que pida tanto y dé tanto? No conozco otro excepto, quizá, la escritura de un poema. Son muy parecidos, incluso en la cantidad de desperdicio que hay que aceptar en aras a un casual y raro goce, en el caso de que se consiga. [...] La jardinería es una de las recompensas de la madurez, cuando la persona está preparada para una pasión impersonal, una pasión que exige paciencia, una aguda conciencia del mundo fuera de uno mismo y el poder para seguir creciendo a pesar de la sequía o la cruda nevada, hacia esos momentos de puro goce en que todos los fracasos se olvidan y florece el ciruelo.

May  Sarton


Museo Escárcega es un laberinto gozoso. Caminarlo por primera vez es casi un sueño lyncheano de portezuelas y pasillos insospechados. Único en su arquitectura, en su colección y los en motivos de su creación, su sola existencia es una prueba viviente (porque es verdad que este museo respira) de la paciencia y la pasión impersonal que menciona Sarton al comparar la jardinería con la hechura de un poema. 

El museo, se encuentra en Ezequiel A. Chávez 311, en el histórico Barrio de la Purísima. Este espacio cultural independiente, fundado y sostenido por el ingeniero Eduardo Escárcega, alberga una destacada colección de arte gráfico mexicano que el ingeniero y empresario Eduardo Escárcega, ha reunido por más de cuarenta años.  El edificio ha funcionado también como taller, foro y punto de encuentro para la creación y la memoria.

Todo empezó cuando Escárcega, su fundador, era estudiante de ingeniería en la UNAM. Ahí, por obligación, cursó una materia humanística en la Facultad de Filosofía que lo introdujo al mundo del arte, la literatura y algo más profundo: una manera de vivir.

“En la UNAM me tocó arte y literatura. Me sobrecogió todo lo relacionado con la creación, la palabra, el lenguaje. Ahí entendí que el arte toca el alma.”

A la par, ya trabajaba. Con sus primeros sueldos, se iba a la Zona Rosa de los años 70, visitaba galerías y preguntaba si podía comprar obras en abonos. Algunas veces le decían que sí. Las iba guardando en un cuartito de azotea que usaba como bodega. No pensaba en colgarlas en su sala. Su plan era mostrarlas algún día.

“Jamás pensé en tenerlas sólo para mí. Siempre imaginé compartirlas. Quería que tocaran el corazón de otros.”


Lo que crece despacio echa raíz

Hoy, el museo tiene 18 salas y más de dos mil piezas de arte mexicano, sobre todo gráfica. Muchas obras son de artistas cercanos al propio Escárcega, como Rafael Zepeda, Gabriel Macotela, Luis Filcer y Octavio Bajonero. Otras forman parte de una colección de hidrocálidos e hidrocálidas que celebra el arte local.

“Me interesa que los jóvenes reconozcan a quienes dieron todo por Aguascalientes. Que sepan quién fue Paloma Müller, por ejemplo, que conozcan su esencia y la de sus padres.”

El museo se construyó poco a poco. Primero compró una casa vieja. Luego otra justo a un lado, y así continuó durante los años, hasta armar el rosario de casas que lo conforma.

“Muchos me preguntaban cómo hice todo desde la nada. Y les digo lo mismo que decía Ernesto Sábato: unos creen que fue suerte, otros chiripada. ¿Tú crees en milagros? Yo sí.”

A diferencia de muchos proyectos culturales que buscan financiamiento institucional desde el inicio, Escárcega decidió levantar el museo de manera completamente independiente. No por falta de confianza en las instituciones, sino por una apuesta clara por la autonomía creativa. Según cuenta, ese camino permitió tomar decisiones sin presiones externas y mantener una visión personal del proyecto, cuidando cada detalle desde la restauración de las casas hasta la curaduría de cada sala. Aun así, no se aisló: colabora con museos públicos, presta obra y está totalmente abierto a convenios. Pero el control, como en un jardín cuidado a mano, nunca lo abandona.


Un taller, un foro y un camioncito

Además de las salas de exhibición, el museo tiene un taller gráfico con prensas y litografía. Antes de la pandemia, Escárcega invitaba a un artista al año para crear ahí durante 15 días o más.

También hizo un pequeño foro escénico pensado para obras teatro, música y performance.

“Hoy está en pausa, pero pronto volverá a la actividad”, comenta el ingeniero.

Una de las iniciativas más queridas del museo ha sido el camioncito, que servía para traer niños de colonias lejanas al centro de la ciudad. En el museo, los recibían recitales, charlas y actividades sobre arte.

Escárcega no mide su trabajo por el impacto inmediato. Prefiere seguir sembrando sin esperar. Dice que el museo es como un sembrador: reparte semillas y no mira atrás. Algunas no germinan. Otras florecen.

“Queríamos que vieran que ellos también podían tocar un instrumento, que podían hacer arte. Era todo. Esa semilla basta.”


Del trabajo técnico a la acción cultural

Aunque pueda parecer extraño, para Eduardo Escárcega dirigir una empresa y construir un museo tienen más en común de lo que uno pensaría. En ambos casos se requiere visión de largo plazo, atención al detalle, cuidado de los recursos y, sobre todo, una ética de trabajo basada en la responsabilidad con los otros. Su empresa, SIICA, dedicada a la seguridad industrial, fue fundada con los mismos principios con los que levantó el museo: servicio, compromiso y búsqueda constante de calidad.

Escárcega no ve al arte como algo ajeno a su formación técnica, sino como un componente esencial para desarrollar sensibilidad, incluso en los contextos más duros o estructurados. Para él, un ingeniero que escucha buena música, que ha leído poesía o que ha contemplado una buena obra, tomará decisiones con mayor conciencia, no sólo técnica sino también humana.

Con el museo, ha demostrado que el trabajo empresarial también puede traducirse en una acción cultural, si está guiado por valores claros. La gestión, la planeación y la administración —habitualmente vistas como herramientas secas— pueden volverse aliadas del arte cuando se aplican con inteligencia y sensibilidad. En este caso, no solamente para producir utilidades, sino para proteger y compartir belleza, historia y memoria.

En tiempos donde la administración pública parece mirar con total indiferencia a la cultura local —dejando museos sin presupuesto o en total abandono, bibliotecas vacías, artistas sin espacios y acceso sesgado a centros culturales—, iniciativas como el Museo Escárcega demuestran que aún es posible cultivar sin esperar a que el Estado riegue. Que la cultura florezca en la iniciativa privada, en lo íntimo, en lo afectivo, no exime a los gobiernos de su responsabilidad, pero sí señala con claridad que, incluso ante la aridez más rígida, diríamos volviendo a May Sarton, hay quienes siguen haciendo jardinería.

 


“Morir poquito”: ritual, placer y metamorfosis

Por Reyes Rojas | Fotos @ingravido88

“Ya no quiero buscarte,

ya no quiero gustarte.

Gracias por venir.

Aviento mis manos al placer”.


Con estas palabras arrojó ANAN su espectáculo hacia el público. Morir poquito es una ceremonia escénica donde los cuerpos, la luz y la música se entrelazan para habitar lo liminal: ¿qué hay entre la pérdida y el deseo, entre el yo que fue y el que está por venir, entre el miedo y la osadía; y, por supuesto, entre la vida y la muerte?

En este performance se amalgaman tres de mis cosas favoritas en el mundo: la danza, la música y la palabra. Las ejecutantes (Natalia Gómez y Daniela Jerez) se mueven por el recinto donde se lleva a cabo el rito (porque es más ritual que espectáculo), y juegan con luces de mano y otras herramientas de iluminación más bien limitadas y minimalistas. El espacio y el público son un personaje más, pues ningún lugar expondrá los mismos recovecos, los mismos muros y columnas; por otro lado, la afluencia y la inmersión de la gente siempre serán, también, un elemento diferenciador: Nadie es el la misma persona frente a distintos cuerpos y rostros.

Morir poquito nació como un poema sonoro, pero luego se convirtió en una experiencia sensorial íntima y viva, en una invitación al público a transitar sin mapas, a imaginar desde la penumbra, a desdoblarse suavemente mientras un personaje femenino (presumiblemente ANAN) se desdobla también en diferentes cuerpos que se alargan sobre una retahíla de melodías envolventes, oscuras y jubilosas.

En cada gesto de las bailarinas, en cada nota musical como un vapor, se sugiere una transformación, radical a veces, como la que ocurre con la muerte instantánea provocada por una bala entre la cien; o paulatina como la erosión de un bosque. Analogías tristes, ya lo sé, pero lo mismo daría si me atuviera al polo opuesto de estas metáforas: Morir poquito también es un cubetazo de felicidad fría sobre el cuerpo, una fiesta de sensualidad.

 

Al platicar con Natalia, me reveló que ella compone con el cuerpo.

“Siempre compongo como pensando en mi cuerpo, ¿como qué me hace sentir?, ¿me hace querer bailar o querer acostarme en posición fetal y que nadie me hable? ¿Me hace querer salir corriendo? Le hago caso a esos impulsos y desde ahí corren las imágenes sonoras y  poéticas”

No es para menos. Es verdad que la experiencia completa de Morir poquito se siente como entrar a una alberca. La música de ANAN, sus propuestas escénicas, son sensuales en el sentido más literal de la palabra, es decir, que invitan a saciar las demandas de los sentidos.

Luego de asistir a la puesta en escena, salí hacia la noche saboreando unas palabras de Paul Valery sobre la danza que bien valen para describir mi experiencia como espectador:

“en el Universo de la Danza el reposo no tiene sitio; la inmovilidad es algo obligado y forzado, un estado pasajero y casi una violencia, mientras que los saltos, los pasos contados, las puntas… son formas completamente naturales de estar y de comportarse”.


¿Qué escucho?

Las canciones de ANAN en Morir poquito, son al mismo tiempo un canto a lo pequeño (Cosas inútiles), una oda a lo invisible (In), a la ternura como posibilidad (I like you), y al mismo tiempo una invitación a la fortaleza (Abrir la piel) y a la rebeldía (Soy un animal). La pieza musical que da nombre al rito entero funciona como una declaración de principios: “todo cambia y yo voy primero en la fila de las metamorfosis”.

Conozco a Natalia desde hace años y tengo una idea breve de los gustos que compartimos, pero en un ejercicio de influencias no pedidas ni confirmadas, detrás de ANAN escuchó propuestas tan variadas como la Laurie Anderson de Songs from the Bardo y Big Science; a la Bjork de Homogenic; a Descartes a Kant; a Coco Rosie y a Radiohead, sólo por mencionar algunas.


¿Dónde estoy?

En esta ocasión, Morir poquito se presentó el 10 de abril en Pop Lolita, un espacio alternativo y cavernoso del centro de Aguascalientes, usualmente invadido por el perreo, la pose, la inventadez y la farandulería artística. En Pop Lolita hay exposiciones independientes, puestas en escena inter y multidisciplinarias, tragos coquetos y sobre todo, ociosa juventud.

Morir poquito es puesto en escena con participación de Natalia Gómez (ANAN) y Daniela Jerez, ambas artistas escénicas maravillosas; y con la colaboración de Remi Barrios (Hombre Árbol) en las percusiones.

Morir poquito no busca respuestas, sino espacios para sentir. Es una experiencia que abraza la incertidumbre con ternura, que convierte el tránsito en arte y la vulnerabilidad en fuerza. ANAN nos recuerda que hay belleza en el desdoblamiento y placer en lo efímero. Morir, aquí, es también volver a nacer.


Iván García y Los Yonkis lanzan “Baladas Tristes”, su octava y más ambiciosa producción discográfica



· El álbum doble de 30 canciones explora géneros como el folk, el rock, el country e incluso el regional mexicano.

La banda poblana Iván García y Los Yonkis estrenan este 2025 su octavo material de estudio titulado “Baladas Tristes”, trabajo que contiene 30 tracks conformadas por composiciones de Iván García y arreglos musicales de Los Yonkis. Esta nueva placa producida por Carlos Iván Carrillo y grabada en Casa Yonki, explora géneros como el folk, el rock, el country e incluso llega a experimentar con el regional mexicano.

Baladas Tristes es un álbum de larga duración que se ha cocinado durante tres años y en donde la madurez de la banda es notoria. Recientemente fue lanzado en plataformas “De vez en cuando”, el primer single del disco, junto con el video oficial de la canción, de la cual el periodista musical Juan Carlos Hidalgo expresó: “Uno de los mejores letristas del rock mexicano adelantó el primer sencillo de lo que será un álbum doble en donde conecta con el tipo de canción que ha engrandecido a Nacho Vegas”.

La presentación oficial del disco será el próximo 9 de mayo de 2025 en el foro Gato Calavera de CDMX y contará con la presencia sobre el escenario de importantes figuras del rock nacional y la canción de autor que serán revelados días antes de este concierto que promete ser especial e irrepetible. El cartel de la presentación fue obra del artista visual Roberto Iván González, creador de las populares ilustraciones “Los Románticos Pendejos”. Los boletos de acceso ya están disponibles en taquilla de Gato Calavera y en la plataforma Passline con un costo de 350 pesos.


Previamente al concierto se llevará a cabo una primera etapa de la publicación del disco a través de
Bandcamp, plataforma que ha optado por acordar una retribución más justa con los artistas independientes. Además de ser una alternativa idónea para que los fans irredentos adquieran el álbum antes que cualquier persona y de su eventual llegada al resto de plataformas.

El lanzamiento en Bandcamp está programado para el 1 de mayo del 2025 a las 22:30 horas mediante una "Listening Party" que se llevará a cabo en un foro emblemático de la ciudad de Aguascalientes, pero donde los seguidores desde cualquier parte del mundo podrán conectarse y escuchar todo el disco en una sesión exclusiva en línea donde podremos charlar en vivo con el artista sobre las canciones y comprar el álbum digital.


*En exclusiva para la tripulación de Revista Sputnik: en este LINK puedes precomprar el álbum "Baladas Tristes" de Iván García y Los Yonkis y obtienes 2 pistas ahora (streaming desde la aplicación gratuita de Bandcamp y también disponibles para descargar en alta calidad en formato MP3, FLAC y otros) y el álbum completo cuando sea su lanzamiento.


Los hijos de los hijos de Adán

Ahí te void | Reyes Rojas


Los hijos de Adán | Abel Amador

Esta es la historia del primer asesinato. Al menos eso nos cuenta la Biblia. El relato de Caín y Abel, abundantemente conocido, ha sido objeto de varias interpretaciones sobre las razones del primero para matar a su hermano y, por lo tanto, de las intenciones aleccionadoras del texto, propias de todo aparato religioso. 

Entre las explicaciones más populares y simplistas del pasaje bíblico, se atribuye el motivo a la envidia y a las malas intenciones de Caín. Sin embargo, el texto original, de sólo 25 versículos, apenas abunda en la profundidad de los personajes y no da pistas concluyentes sobre esta problemática. 

Caso contrario es la reelaboración del relato que lleva a cabo Abel Amador en su nuevo cortometraje “Los hijos de Adán”. En este, Abel y Caín viven en un pueblo pequeño con su madre, una mujer autoritaria y tradicional. El padre, como el dios católico, ¡vaya sorpresa!, está ausente. Abel, el más pequeño de los hermanos, es todavía un niño de apariencia inocente e ingenua; por otro lado, Caín roza la adolescencia y se muestra más cercano a pasiones como la lujuria, la avaricia y la mentira.

El corto de Abel parece poner el dedo sobre uno de los puntos más discutidos del relato bíblico: la inclinación de la naturaleza humana hacia el bien o hacia el mal. Amador no da una respuesta sencilla.

En la Biblia se cuenta que, para evitar que Caín evada con la muerte la condena debida al fratricidio, Yahvé le imprime una marca que, paradójicamente, lo protege: 

“14. Hoy me has arrojado de la superficie de la tierra, y de Tu presencia me esconderé, y seré vagabundo y errante en la tierra. Y sucederá que cualquiera que me halle me matará. 15 Entonces el SEÑOR le dijo: ‘No será así, pues cualquiera que mate a Caín, siete veces sufrirá venganza.’ Y el SEÑOR puso una señal sobre Caín, para que cualquiera que lo hallara no lo matara.”  (Génesis, 4).

Los personajes principales de “Los hijos de Adán” son arquetípicos. En este sentido, es fácil adivinar los perfiles morales, al menos en  apariencia, de Abel y Caín. Sin embargo, las maldiciones de Dios son antiguas, al igual que los hábitos que arrastran. Abel, el director, explota el privilegio de la costumbre y, haciendo eco del poema de Baudelaire sobre la tragedia fratricida, se pegunta junto con el poeta francés “Raza de Caín, tu suplicio / ¿Tendrá un final alguna vez?”.


El resto es silencio | Verónica Marín

El efecto Trevi: un hombre abusa de un grupo de jovencitas aprovechando su rol de productor y sus presuntos contactos con los grandes del espectáculo en los ochenta y noventa… ¿Qué pasa que al comenzar este texto en lugar de pensar el nombre de Sergio Andrade, mis manos recurrieron a la gloria del pelo suelto y del psiquiatra que le mira las piernas? 

Mi cultura popular y el mainstream en general, condenamos pública y continuamente a Gloria. De Sergio, ni nos acordamos. Esto no quiere decir que Trevi no haya tenido responsabilidad, pero el punto ahora es señalar el foco de atención o, su contraparte, el silencio que ha quedado. 

Este es el tema que trata el nuevo corto de Verónica Marín: “El resto es silencio”. El film acude a una familia “tradicional” mexicana que comienza su día. El esposo, profesor universitario, es una tremenda figura autoritaria con su hijo, su hija y su esposa. 

Esa mañana, el padre impone su decisión al organizar una salida al cine. El mismo día se viraliza una denuncia de acoso sexual contra el dictador. A partir de entonces comenzamos a esperar: esperamos a que la hija del dictador, la primera en enterarse, reaccione; esperamos a que la esposa del dictador, también profesora universitaria, reaccione. Esperamos a que algo pase, pero siempre con el foco puesto en las mujeres que rodean al acusado. 

En la trama hay por lo menos dos víctimas: la madre y la chica que denuncia el acoso, sin embargo, como espectador yo no pude dejar de exigirles que hagan algo, que griten, que se desmoronen, que enfrenten al marido y no permitan que el silencio continúe. 

En el trabajo de Marín no sobra la tensión. Con tomas ligeramente claustrofóbicas y encuadres insistentes en los rostros, la directora establece un juego entre miradas en el que nos hace partícipes como espectadores. Justo como sucede cuando en nuestras cercanías sucede lo mismo (¿a quién no le ha pasado hoy en día?).

 

Los hijos de Jubal

Entre la descendencia de Caín, el relato bíblico menciona a tres de sus tataranietos: Jabel, padre de los que habitan en cabañas y cuidan rebaños; Jubal, padre de los que tocan la cítara y la flauta; y Tubal-Caín, quien forja toda clase de herramientas en cobre y hierro. Cada hijo es una clara referencia a actividades fundamentales de la civilización.

La sangre de Jubal, quien representa a los artistas, camina sobre la tierra y se manifiesta aún en la obra de Verónica y Abel. Ambos cortometrajes, “El resto es silencio” y “Los hijos de Adán” se proyectaron, por primera vez, el martes 18 de febrero en Sala Alternativa. A la proyección asistieron las y los realizadores, el cast, el crew y algunos patrocinadores. 

Felicidades a Verónica Marín y a Abel Amador por su gran trabajo creativo y de difusión del cine local, incluyendo el propio. Esperemos que sus nuevas criaturas encuentren el mejor camino.


#Aguascalientes | Lanzan taller gratuito de poesía para crear, aprender y generar comunidad


Taller gratuito de poesía: un espacio para crear, aprender y generar comunidad


El Taller Comunidad de Escritura Libre abre su convocatoria a todas las personas interesadas en explorar su creatividad a través de la escritura de poesía. Este espacio fomenta el aprendizaje, el intercambio y la construcción colectiva de conocimiento.

El taller no tiene costo y está diseñado para quienes desean compartir sus textos, recibir retroalimentación y fortalecer su voz literaria en un ambiente horizontal y seguro.

Objetivos del taller

El taller busca promover la escritura como una práctica de exploración personal y colectiva. Algunos de sus principales objetivos incluyen:

      Fomentar la escritura como herramienta de expresión y autoconocimiento.

      Crear un ambiente inclusivo, sin jerarquías, donde todas las voces sean escuchadas.

      Brindar análisis crítico de textos propios y ajenos para fortalecer la capacidad de retroalimentación.

      Explorar la literatura no solo como un producto final, sino como un proceso continuo de conocimiento.

      Impulsar la identidad literaria de cada participante dentro de su propio contexto cotidiano.

      Generar redes de apoyo y crecimiento mutuo entre las y los asistentes.

¿Quiénes pueden participar?

El taller está dirigido a personas mayores de 16 años, sin importar su nivel de experiencia en la escritura. Se convoca a quienes deseen mejorar sus habilidades, compartir sus textos y formar parte de una comunidad creativa.

Metodología y forma de trabajo

Las sesiones del taller se desarrollan de manera presencial y con un enfoque participativo. La coordinación facilita la interacción y la integración de todos los asistentes mediante:

 Discusión y análisis de textos creados por los participantes.

  Lecturas sugeridas para ampliar el conocimiento literario y estimular nuevas referencias.

  Ejercicios de escritura creativa, dinámicos y colectivos.

●  Un ambiente seguro y de respeto, donde se prohíbe la grabación de sesiones sin consentimiento expreso.


Fechas, horarios y sede

Las sesiones se llevarán a cabo todos los viernes de 20:00 a 22:00 h en Casa Muluk, ubicada en Pedro Parga #206, en el centro de la ciudad. A partir de 07 de febrero de 2025.

Cada sesión se estructura en tres partes:

1. Lectura y análisis

Se presentan textos de diversos autores para reflexionar sobre estilos, estructuras y temáticas.

2. Presentación e intercambio

Los participantes comparten sus textos y reciben retroalimentación en un ambiente de respeto y crecimiento mutuo.

3. Cierre y reflexión

Se proponen ejercicios para la siguiente sesión y se consolidan los aprendizajes del día.

Coordinación y acompañamiento

La coordinación del taller juega un papel activo y facilitador. Más que dirigir las sesiones, fomenta el intercambio, la inclusión y el estímulo creativo.

El enfoque del taller se centra en el aprendizaje y crecimiento, no en la evaluación. Cada participante encontrará apoyo en su proceso de escritura.

Construcción de comunidad

Más allá de la escritura, este taller busca construir un espacio de confianza y compañerismo. A través de la lectura y el diálogo, los asistentes podrán conocerse mejor y establecer lazos creativos.

La invitación está abierta para quienes deseen escribir, leer y compartir experiencias en un entorno participativo e inclusivo.

Información adicional

El taller es convocado por:

      Arlette Luévano

      Diego Reyes

Para más información, acude a Casa Muluk o comunícate con los coordinadores al número 2282105438. ¡Únete a esta experiencia de escritura libre y colectiva! 

Ummagumma: 14 años siendo el refugio de los solitarios


Por Jonatan Frías |


Durante 14 años el Ummagumma ha sido para mí algo más que el lugar de los encuentros: ha sido refugio, ha sido referencia: ha sido identidad. No voy ahí porque sea el lugar de moda o en el que sirvan los mejores tragos, voy ahí porque lo siento mío, al igual que lo hacen todos los demás que de tanto vernos las caras hemos terminado por conocernos por nombre. Vamos a refugiarnos de las vanguardias y de las modas; vamos a sentarnos a ver cómo abren y cierran lugares mientras este rincón de fachada verde permanece.

Hemos envejecido con él, porque aquellas primeras personas que empezamos a ir desde aquel diciembre de 2010, celebrando que por fin teníamos un lugar en donde escuchar a The Cure, a Bowie, a Bauhaus, a Joy Division, a Depeche Mode, seguimos siendo las mismas personas que estamos ahí. También nosotros nos caemos a pedazos y también a nosotros nos hace falta una modesta restauración. Algo no ha cambiado: el gusto que tenemos por la música todos los que vamos. Serían incontables las veces en que, ya puestos a discutir sobre algún disco, se juntaron más de dos mesas de perfectos desconocidos para determinar de una buena vez y para siempre, quién tenía la razón.

Lejos quedan ya los jueves en que iba yo a sentarme a programar durante algo más de dos horas la misma música que sigo poniendo en mi casa: Radiohead, Sonic Youth, Patti Smith. Llegaba con Vico a la misma mesa donde siempre lo encontramos y pedía una cerveza y un mezcal, conectaba mi vieja computadora azul y nos poníamos a indagar en la memoria no sólo las viejas canciones, si no las distintas versiones que podíamos encontrar de cada una de ellas. Esa historia duró poco más de un año, pues los caminos me llevaron a mudarme a otra ciudad en la que en vano agoté los lugares buscando encontrar un espacio que remplazara al Ummagumma. Eso evidentemente nunca ocurrió.

Regresé y aunque podía pasar temporadas muy largas sin poner un solo pie ahí, algo de paz se respiraba en el ambiente con sólo saber que el Ummagumma seguía en pie y que era cosa de un día cualquiera pasarse por Carranza para poder escuchar, como siempre, las mejores propuestas de música; porque si algo distingue a este lugar en el que la Música es identidad, es que nunca ha traicionado su visión de descubrir, apoyar y promover proyectos de altísima calidad. No son pocas las bandas que hoy dominan la escena indie y alternativa del país que hicieron algunas de sus primeras presentaciones ahí.

Por eso es algo más que el lugar de los encuentros, el refugio de los solitarios, la elección de los que aman la música, la opción incuestionable de los que quieren descubrir nuevas propuestas, el búnker de la resistencia. El Ummagumma cumple 14 años y los que hemos estado ahí desde el inicio, los que hemos sido testigos de sus distintas etapas, sabemos plenamente todo lo que nosotros le debemos. Larga vida al Ummagumma.

Sputnik Fanzine #05 para leer y descargar


Celebramos 13 años del Ummagumma Alt Rock Pub, la casa de la contracultura en Aguascalientes con una edición monstruosa de nuestro fanzine. 

Las letras de Antonio León plasmadas en el 'Cuaderno de Courtney Love', los trazos de Oliver Nevarez aka El Queso Prohibido, Barajas: el documental, La ciudad de los suicidas by Los Yonkis y muchas luces calientes por doquier.


Ambulante 2023 llega a Aguascalientes del 20 al 24 de septiembre


Descubre la programación en Aguascalientes

¡No te pierdas las actividades del 20 al 24 de septiembre!


Como parte de la decimoctava edición, Ambulante Gira de Documentales estará en Aguascalientes del 20 al 24 de septiembre.

Consulta la programación aquí.



Síndrome de Greta: «est-ética» y «creactividad» en tres actos




Por Alejandro Carrillo | Fotos: Feria del Libro de Aguascalientes / Universidad de las Artes | 


Como parte del programa de la 54 Feria del Libro de Aguascalientes 2022 el gran músico, productor, compositor y multiintrumentista argentino Gonzalo Aloras, llevó a cabo una serie de actividades musicales, pedagógicas y literarias en donde compartió con jóvenes de la Universidad de las Artes su experiencia en materia de composición de canciones.

Gonzalo, quien ha colaborado con referentes musicales de la talla de Litto Nebbia, Charly García, Luis Alberto Spinetta y Fito Páez, por citar solo algunos, brindó también un recital en el escenario del Foro Trece, en donde presentó algunos de los temas más representativos de su carrera y además, en otra jornada literaria se dio también el tiempo para presentar su libro 'Síndrome de Greta' (Spinoza, 2021).

Agradezco a Gonzalo y a la organización de la feria la invitación para comentar este interesantísimo trabajo, junto al maestro Juan Vázquez Gama. Para mí es un gusto y un honor poder charlar con artistas de la talla de Aloras, quien lleva su trabajo al nivel de sus convicciones y viceversa. Figuras firmes de discurso y lejanas de la tibieza son necesarias en tiempos convulsos como los que vivimos. Reproduzco a continuación el texto que preparé para la ocasión.

***

Síndrome de Greta es un ensayo, un manifiesto y una declaración de principios conformado por texto, canción y video que se inspira en el activismo y los diferentes movimientos sociales de la última década, y que plantea la necesidad de hacer un cambio radical de paradigma para vivir de otro modo en este mundo.

Síndrome de Greta, el libro, tiene su génesis en “Greta”, la canción. Obra de libre distribución en Internet, que además es acompañada por un trabajo visual excepcional y disruptivo, y que lleva como bandera el activismo de la joven sueca Greta Thunberg, quien además tiene Síndrome de Asperger, ese trastorno del espectro autista que afecta principalmente las interacciones sociales y de comunicación, pero que por otro lado les permite a las personas una gran capacidad de concentración y focalización de intereses que puede crear expertos en sus estudios y campos de trabajo.


Quizá la principal virtud del texto de Gonzalo es resignificar todos los prejuicios entorno al Síndrome de Asperger, enfocándose en las cualidades del mismo síndrome, desde su origen como un modo de resistencia y sublevación a lo establecido. Como una guía, un mapa, una llave que pudiera cambiar el paradigma. Esta sensibilidad ya es manifiesta en jóvenes y ciudadanos del mundo que se han liberado de la alienación y la sujeción individualista. Movimientos en contra del racismo alrededor del orbe, movimientos estudiantiles, manifestaciones contra la violencia y a favor de la igualdad de género, son algunos ejemplos de lo que plantea Gonzalo y que rebasan cualquier sentido nacionalista. Estas batallas ya no las libran las naciones, sino las comunidades y los movimientos contra el gran capital. Son luchas heterogéneas con sentido plenamente social.

De acuerdo con Gonzalo, la principal asignatura pendiente es hacer frente a la crisis medioambiental, social y mental para cambiar el paradigma en una carrera a contrarreloj que actualmente se libra entre la represión y las violaciones a los derechos humanos. Adquirir el Síndrome de Greta es algo impostergable y urgente. Modificar los sistemas de producción, reinventar la finalidad del trabajo en función de propósitos no ligados al consumo, crear desde nuestras trincheras contra la norma, y en favor de la diferencia.

Implicar la ética inherentemente a toda creación, impulsar la contracultura y concebirnos como parte de un cuerpo común es necesario para para cambiar los sistemas de producción a escala planetaria, porque el capitalismo requiere individualizar para poder controlar y cada vez lo hace de maneras más sofisticadas, ahora vivimos en una esclavitud digital.

En síntesis, Síndrome de Greta nos invita a no abandonar la utopía y plantea ejes y acciones concretas, comunitarias e individuales para intentar frenar el colapso socioambiental.

Es un documento que en estos tiempos convulsos se agradece, más aún cuando viene de un artista consciente de su rol social dentro y fuera de los escenarios, las giras y las salas de grabación. Un gran honor para los que estamos aquí poder escuchar a Gonzalo en recitales musicales y ahora literarios, con este libro entre las manos, tan estridente y poderoso como su propia guitarra.



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