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La nueva "Superman", no apta para masculinades tóxicas



Cinetiketas | Jaime López


La tan esperada película de "Superman", de James Gunn, en términos generales cumple con entretener a la audiencia; ahora bien, si se trata de catalogarla como un goce máximo, eso ya dependerá de los gustos, parámetros, incluso, idiosincrasia de cada espectador.

Entonces, muy probablemente las generaciones más adultas no la diafrutarán tanto, es más, aquellas que tengan pensamientos o actitudes arcaicas podrían hasta rechazarla, como consecuencia del cambio de personalidad al que fue sometido en este filme el también llamado "Hombre de acero".

Y es que Gunn, quien también se hace cargo del guion, decide alejarse de la estética sombría que Zack Snyder le otorgó al personaje, presentando en su lugar a un protagonista más vulnerable, que incluso es derrotado en distintas peleas.

Lo anterior no ha sido aceptado principalmente por el público heteronormado, que no quiere ver a su ídolo adaptado a los tiempos actuales y que, regularmente, es amante de las películas llenas de esteroides.

En contraste, hay voces que aplauden la modificación en el comportamiento de "Superman", porque sienten más identificación y porque el realizador pondera la humanidad sobre la divinidad.

Además, agradecen que la paleta fotográfica sea más colorida, pues hay secuencias que se asemejan más a la estética de los cómics.

Por otro lado, Gunn utiliza el humor ácido de su "Guardianes de la Galaxia". Humor que es gozado por una buena parte de la audiencia, pero que resulta desesperante para otro segmento del público.

En lo que sí existe un consenso positivo es en la inclusión de "Krypto", así como en la actuación de Nicholas Hoult como "Lex Luthor", el eterno némesis de "Kal-El".

El primero es la mascota o perro de la familia de "Superman", que es recreado sublimente en sus movimientos, miradas, ladridos y hasta características físicas. De hecho, debería tener una nominación en los Annie Awards, en la categoría de Mejor Diseño en Computadora para un Personaje.

El segundo tiene una grandiosa participación, en la que se destaca su mentalidad, poses y actitud, que realmente transmiten la personalidad de un tipo lleno de envidia, pero sumamente brillante en sus planes.

Por otro lado, el filme de Gunn cuenta con un elenco secundario digno de destacarse, principalmente, María Gabriela de Faría como "Angela" y Edi Gathegi como "Terrific", quienes se roban varias de las escenas en las que aparecen gracias a su carisma y fuerte presencia.



En cuanto al giro argumental que Gunn le da al propósito de "Superman" probablemente no es del todo creíble, pero se agradece el riesgo del creativo para hablar de temas como elegir la justicia y el bien de manera voluntaria y no por una imposición familiar.

Al final, la nueva película acerca de "Superman" no resulta para nada aburrida y la mayoría de sus efectos visuales, junto con su diseño sonoro, son disfrutables de principio a fin.

En cuanto a su protagonista, David Corenswet, les guste o no a las masculinidades tóxicas que insisten en ver al héroe alienígena sumamente competitivo, hace una labor decorosa.

En conclusión, la nueva "Superman" no es fastidiosa de ver y tiene momentos muy agradables, a pesar de no ser épica como "El caballero de la noche", de Nolan, en la cual el estelar también duda de su misión; además, carece de ese brillante y sólido manejo del sarcasmo característico de "El escuadrón suicida", filme del año 2021.

La importancia de llamarse Ozzy

Nicolás Salvatierra | Tripulación Sputnik


En el panteón del rock, hay nombres que se pronuncian con respeto reverencial. Luego está Ozzy Osbourne, cuyo nombre no se dice: se grita. Más que un cantante, es una figura mitológica, el tipo de artista que aparece una vez por generación y que termina moldeando a todas las que vienen después.

Nacido en Birmingham, Inglaterra, Ozzy emergió como la voz icónica de Black Sabbath, banda fundacional del heavy metal. Lo que hicieron en los años 70 no fue simplemente música pesada: fue la invención de un lenguaje nuevo. Los riffs ominosos de Tony Iommi, la batería ritual de Bill Ward, el bajo hipnótico de Geezer Butler… y la voz de Ozzy como invocación profana. Sin Sabbath, bandas como Metallica, Slayer, Iron Maiden o incluso Nirvana no existirían tal como las conocemos.

“Black Sabbath lo empezó todo. Ozzy fue nuestra puerta de entrada al infierno… y al metal.”
— James Hetfield, Metallica


Ozzy: El solista visionario

Tras su expulsión de Sabbath en 1979, Ozzy fue dado por muerto (musicalmente). Pero lo que hizo fue resucitar con aún más poder. Su primer disco solista, Blizzard of Ozz (1980), fue un golpe en la mesa: brillante, oscuro, técnico. Con la incorporación del joven guitarrista Randy Rhoads, Ozzy mezcló el metal con arreglos neoclásicos, dotando a sus canciones de una sofisticación inesperada. Canciones como "Mr. Crowley" y "Crazy Train" se convirtieron en himnos de una nueva era.

“Ozzy me enseñó que el metal puede ser teatral sin dejar de ser brutal.”
— Tobias Forge, Ghost


El árbol genealógico de Ozzy

Ozzy no solo hizo historia: es el tronco del que brotan ramas que van desde el doom hasta el metalcore. Su influencia se puede rastrear en:

  • Slipknot, cuyo concepto de banda como espectáculo aterrador tiene ecos del Ozzy más performático.

  • Ghost, con una estética litúrgica satánica que bien podría ser nieta de Sabbath.

  • Avenged Sevenfold, herederos de los solos pirotécnicos y los coros grandilocuentes que Ozzy solía levantar como catedrales del caos.

  • Bring Me The Horizon, quienes fusionan metal con electrónica y pop, con la misma libertad creativa que Ozzy abrazó en su carrera.

Incluso Travis Scott ha sampleado a Black Sabbath, y Post Malone ha colaborado con Ozzy. El Príncipe de las Tinieblas no sólo ha influenciado a los que visten de negro: también ha dejado huella en quienes juegan con lo comercial y lo experimental.

“Ozzy es eterno. Estar con él en el estudio fue como grabar con una leyenda viviente, porque eso es.”
— Post Malone


Más que un personaje

Es fácil ver a Ozzy como el loco adorable de los reality shows, el tipo que mordió la cabeza de un murciélago, que hablaba entre dientes en MTV. Pero detrás de eso hay un músico que entendió algo esencial: el rock no es solo sonido, también es atmósfera, identidad, legado.

Por eso, para quienes hoy escuchan bandas como Sleep Token, Architects o Bad Omens y creen estar oyendo algo nuevo: sí lo es, pero también es un eco. Uno que comenzó hace más de 50 años con un joven tartamudo de Birmingham que encontró en el rock una forma de hablarle al mundo.

Ozzy no es pasado. Es ADN.



“Morir poquito”: ritual, placer y metamorfosis

Por Reyes Rojas | Fotos @ingravido88

“Ya no quiero buscarte,

ya no quiero gustarte.

Gracias por venir.

Aviento mis manos al placer”.


Con estas palabras arrojó ANAN su espectáculo hacia el público. Morir poquito es una ceremonia escénica donde los cuerpos, la luz y la música se entrelazan para habitar lo liminal: ¿qué hay entre la pérdida y el deseo, entre el yo que fue y el que está por venir, entre el miedo y la osadía; y, por supuesto, entre la vida y la muerte?

En este performance se amalgaman tres de mis cosas favoritas en el mundo: la danza, la música y la palabra. Las ejecutantes (Natalia Gómez y Daniela Jerez) se mueven por el recinto donde se lleva a cabo el rito (porque es más ritual que espectáculo), y juegan con luces de mano y otras herramientas de iluminación más bien limitadas y minimalistas. El espacio y el público son un personaje más, pues ningún lugar expondrá los mismos recovecos, los mismos muros y columnas; por otro lado, la afluencia y la inmersión de la gente siempre serán, también, un elemento diferenciador: Nadie es el la misma persona frente a distintos cuerpos y rostros.

Morir poquito nació como un poema sonoro, pero luego se convirtió en una experiencia sensorial íntima y viva, en una invitación al público a transitar sin mapas, a imaginar desde la penumbra, a desdoblarse suavemente mientras un personaje femenino (presumiblemente ANAN) se desdobla también en diferentes cuerpos que se alargan sobre una retahíla de melodías envolventes, oscuras y jubilosas.

En cada gesto de las bailarinas, en cada nota musical como un vapor, se sugiere una transformación, radical a veces, como la que ocurre con la muerte instantánea provocada por una bala entre la cien; o paulatina como la erosión de un bosque. Analogías tristes, ya lo sé, pero lo mismo daría si me atuviera al polo opuesto de estas metáforas: Morir poquito también es un cubetazo de felicidad fría sobre el cuerpo, una fiesta de sensualidad.

 

Al platicar con Natalia, me reveló que ella compone con el cuerpo.

“Siempre compongo como pensando en mi cuerpo, ¿como qué me hace sentir?, ¿me hace querer bailar o querer acostarme en posición fetal y que nadie me hable? ¿Me hace querer salir corriendo? Le hago caso a esos impulsos y desde ahí corren las imágenes sonoras y  poéticas”

No es para menos. Es verdad que la experiencia completa de Morir poquito se siente como entrar a una alberca. La música de ANAN, sus propuestas escénicas, son sensuales en el sentido más literal de la palabra, es decir, que invitan a saciar las demandas de los sentidos.

Luego de asistir a la puesta en escena, salí hacia la noche saboreando unas palabras de Paul Valery sobre la danza que bien valen para describir mi experiencia como espectador:

“en el Universo de la Danza el reposo no tiene sitio; la inmovilidad es algo obligado y forzado, un estado pasajero y casi una violencia, mientras que los saltos, los pasos contados, las puntas… son formas completamente naturales de estar y de comportarse”.


¿Qué escucho?

Las canciones de ANAN en Morir poquito, son al mismo tiempo un canto a lo pequeño (Cosas inútiles), una oda a lo invisible (In), a la ternura como posibilidad (I like you), y al mismo tiempo una invitación a la fortaleza (Abrir la piel) y a la rebeldía (Soy un animal). La pieza musical que da nombre al rito entero funciona como una declaración de principios: “todo cambia y yo voy primero en la fila de las metamorfosis”.

Conozco a Natalia desde hace años y tengo una idea breve de los gustos que compartimos, pero en un ejercicio de influencias no pedidas ni confirmadas, detrás de ANAN escuchó propuestas tan variadas como la Laurie Anderson de Songs from the Bardo y Big Science; a la Bjork de Homogenic; a Descartes a Kant; a Coco Rosie y a Radiohead, sólo por mencionar algunas.


¿Dónde estoy?

En esta ocasión, Morir poquito se presentó el 10 de abril en Pop Lolita, un espacio alternativo y cavernoso del centro de Aguascalientes, usualmente invadido por el perreo, la pose, la inventadez y la farandulería artística. En Pop Lolita hay exposiciones independientes, puestas en escena inter y multidisciplinarias, tragos coquetos y sobre todo, ociosa juventud.

Morir poquito es puesto en escena con participación de Natalia Gómez (ANAN) y Daniela Jerez, ambas artistas escénicas maravillosas; y con la colaboración de Remi Barrios (Hombre Árbol) en las percusiones.

Morir poquito no busca respuestas, sino espacios para sentir. Es una experiencia que abraza la incertidumbre con ternura, que convierte el tránsito en arte y la vulnerabilidad en fuerza. ANAN nos recuerda que hay belleza en el desdoblamiento y placer en lo efímero. Morir, aquí, es también volver a nacer.


«¿Qué comen lxs poetas?» | Ep. #06 Ánuar Zúñiga



Host: Jorge Sosa


“¿Qué comen lxs poetas?” es un podcast que nace de la idea de que los poetas se mueren de hambre, el propósito del programa es invitar a un poeta en cada episodio para que hable de algo que le guste comer y algo más que consuma diferente a los alimentos. 

El sexto y último episodio de la primera temporada de “¿Qué comen lxs poetas?” recibió a Ánuar Zúñiga, el poeta de Ciudad de México, que nos compartió su romance con los hot dogs, su larga relación con el videojuego Fallout y leyó algunos de los poemas que ha escrito recientemente.

Éste es un fragmento de la entrevista con Ánuar que puede escucharse completa en Spotify o Apple Music.


***

Bienvenido, Ánuar, como ya sabes el tema del programa gira alrededor de esta idea de que los poetas se mueren de hambre, de que la poesía es una actividad precaria, marginal dentro del capitalismo. Lo primero que le preguntamos a todxs nuestrxs invitadxs es: ¿qué piensas de esta idea? ¿Los poetas se mueren de hambre? 


Yo creo que no. Creo que de alguna manera siempre encontramos cómo subsistir. Creo que tiene que ver más con tus papás tratando de protegerte de una carrera en la que posiblemente no vayas a ser muy próspero, que de ahí surge la cosa de que los poetas se mueren de hambre.

 


Sabemos que por lo menos no se mueren de hambre. Algo comen. ¿Qué comen lxs poetas? En tu caso, en una selección que obviamente para mí no es nada sorpresiva porque he tenido el privilegio de viajar contigo a muchas partes del país y compartir hoteles, restaurantes y muchísimos puestos callejeros, elegiste hot dogs. Cuéntanos por qué te gustan tanto.


No estoy seguro si es mi primer recuerdo, pero en todo caso es uno de los primeros recuerdos que tengo, y es que cerca de donde yo vivía cuando era niño, había una Comercial Mexicana y en el estacionamiento había un carrito de hot dogs. Entonces siempre que acompañaba a mi abuelo a hacer el súper o a comprar algo, el premio era salir y comer un hot dog en este carrito con una chaparrita. Yo creo que de ahí viene mi fascinación por los jochos. 



El hot dog es una botana interesante, que como todo lo que llamamos comida gringa, es producto en realidad de la migración. El hot dog es un caso extraño porque, según pude leer, es creado en Estados Unidos por un migrante alemán que vendía almejas en la playa, pero llegó un momento en que la gente ya no quería comida fría, quería comida caliente. ¿Tú qué piensas de esta migración? ¿Cómo lo relacionas con tu obra? Porque estoy seguro de que la gran mayoría de la gente que vaya a escuchar esto la conoce, en tu obra sí ocurren frecuentemente estas referencias a la cultura pop con cosas que vienen, entre otros lugares, de Estados Unidos. 


Tengo mucha familia en Texas y tengo mucha familia en Estados Unidos del lado paterno, porque mi abuelo era capataz en un rancho en Texas. Él como mexicano, pues. Pero en algún punto le ofrecieron la nacionalidad y la aceptó. Luego mi papá, en cuanto la pudo rechazar, la rechazó porque era antiimperialista y no le gustaba estar relacionado con la cultura gringa. Pero de todas formas, se permeó bastante en nosotros, en la familia. Mucho de lo que nos tocó a mí y a mis hermanos de niños tenía que ver directamente con la cultura gringa. Veíamos, digo, creo que como cualquier persona que vive en México, televisión gringa. De alguna manera, para nosotros los premios nunca fueron ir a los tacos o ir a las quesadillas, sino era pizza o ir al McDonald's. En fin, como que crecimos con esa cosa muy conectada a lo gringo, muy arraigada desde chavito.



La segunda parte del podcast está dedicada a hablar de algo que el poeta o la poeta invitada consuma que no sea comida. Porque sabemos que uno no se nutre y no se sostiene solamente de la comida. No solamente se puede vivir de hot dogs ni de ensaladas. Y en tu caso, elegiste el videojuego Fallout, del que eres un gran aficionado. Cuéntanos un poquito de tu historia con Fallout.


Fallout ocurre en un universo distópico donde tiene muchos paralelismos con nuestro universo. La divergencia se da porque en el universo de Fallout nunca se inventa el transistor. Exactamente ahí se vuelve un universo paralelo al nuestro, donde ocurren otras cosas. Como no se inventa el transistor, pues toda la tecnología sigue evolucionando a partir del bulbo. Por lo tanto, toda la estética de los juegos de Fallout es retrofuturista. Todo ocurre en el futuro, pero es un futuro como el futuro que imaginaba la cultura occidental en los 50.


Todo a partir de los bulbos, todo con esta estética muy nuclear, como Art Deco, etc. Incluso la música de los juegos es música de la época, es música de Sinatra, de Aretha Franklin, de Dean Martin, Big Band y Jazz y de la época, de los años 30, los 40 y un poquito los 50 también. Hay una guerra nuclear entre China y Estados Unidos. Mientras ocurre esto, está esta compañía que empieza a vender espacios en ciudades subterráneas tipo búnkeres gigantes. Todos los personajes de cada franquicia del juego emergen o tienen algún contacto directo con estos refugios subterráneos. Yo conocí Fallout a partir de Fallout 3, que fue el primero que salió para PlayStation, y lo jugué por primera vez en casa de Rodrigo. Lo que me atrapó desde el segundo uno fue la toma de decisión. Tú diseñas a tu personaje, escoges desde su género, su raza, su edad, su complexión, sus habilidades y luego tienes la posibilidad de tomar decisiones cada paso del camino y cada decisión que tomas, afecta el outcome final del juego y eso a mí me parecía gigante. Terminar una partida larguísima y luego decir: voy a empezar otra pero esta vez voy a tomar este otro tipo de decisión, en fin, las posibilidades narrativas del juego se me hicieron abrumadoras y eso fue lo que me atrapó y desde ahí he sido consumidor de cada secuela Fallout que han sacado hasta el día de hoy.

 


La última parte del podcast trata de que nuestros invitados nos lean algo de lo que escriben. Creo que conozco quizá la totalidad de tu obra. Para mí ha sido algo bonito crecer al lado de autores como tú, como Andrei, como Jorge, y ver cómo cambia. Lo primero que te quiero preguntar es, ¿qué estás escribiendo? 


Justo estoy escribiendo, bueno, terminé de un proyecto que me tomó bastante tiempo, que se trata de personajes de cómic. Y terminé ese proyecto hace poquito, hace unos meses. Últimamente he estado escribiendo, tengo una idea para un proyecto nuevo, que justo tiene que ver con Fallout. Pero ahorita en realidad estoy escribiendo lo que se me ocurre como sin un gran plan. Y lo he estado disfrutando mucho, como que llevaba mucho tiempo escribiendo para cumplir con los pasos de un plan que ya tenía. Y ahorita estoy escribiendo sin ninguna otra meta ulterior que escribir, me la he estado pasando bien. Han estado saliendo poemas que creo que justo van en el camino de este otro proyecto de Fallout en el que estoy pensando a futuro. Pero sí, traje algunos poemas de eso y es lo que he estado haciendo últimamente.



¿Y tu agenda como escritor, tus planes, tu agenda se ha cumplido en el gran esquema de las cosas? 


Sí, yo creo que estoy más lejos en mi carrera de lo que jamás pensé que iba a llegar nunca en mis fantasías más salvajes cuando decidí que quería escribir. Me gusta, he conocido gente increíble y muy interesante. He conocido lugares que seguramente de otra manera no hubiera conocido. He ido a ciudades que jamás estuvo en mis planes conocer y fue una cosa a la que me llevó estar en esto y estar escribiendo y que ciertamente ha enriquecido mi vida muchísimo. Sí, diría que en el gran esquema de las cosas, mi agenda se ha cumplido e incluso ha llegado un poquito más lejos o se ha ido por lugares por donde yo no esperaba. Pero sí, estoy contento con eso.

 


Pues léenos unos poemas para cerrar esta primera temporada ¿Qué comen lxs poetas? 


BIENES INVALUABLES GANADOS EN VIDEOJUEGOS QUE HEREDARÉ A MIS AMIGOS CUANDO MUERA


no volar sino pisar ladrillos suspendidos 


una caída callada y hospital


la capacidad de postergar la fecha durante 200 años


un espejo que muestra cómo te verías 

de haber estudiado administración de empresas


zapatos llenos de arena 


palabras escritas con lodo un veneno 

que provoca olvidar el nombre 

de una canción de los carpenters


WAR NEVER CHANGES


ahora mismo no tengo

trabajo no estoy 

en mi mejor momento 


me gustaría 

nos viéramos de nuevo 

de preferencia en el futuro 

post apocalíptico donde seré 

dueño de un búnker 

subterráneo tabletas

de yodo y una ducha 

química que elimine 

hasta el 85% 

de la radiación residual


HENRY ROLLINS LE DIO LIKE A MI COMENTARIO


antes yo era como usted


:


un niño que va persiguiendo 

un globo y termina en el centro 

de un campo minado


HYDRAULIC PRESS


paso la mitad del día 

mirando videos de aplanadoras


:


aplanadora vs penca de plátanos

aplanadora vs botella de shampú 

aplanadora vs ojos de vidrio

aplanadora vs pilas duracel 


siento que es mi deber

estar del lado de la resistencia


el resultado es casi siempre 

una maraña de alambres o una pasta 

o un montículo de polvo


pero a veces


cuando estoy a punto 

de abandonar la pelea


una lata de fijador

estalla y ennegrece

los bordes de la máquina



GOTHAM 


te metes a un trabajo así porque tienes 

una madre moribunda 

un hijo en el hospital 

una mala racha en los caballos


te metes porque conoces a alguien

que conoce a alguien

porque la ciudad es 

una trampa de oso 

de la que intentas liberarte


te metes porque no logras 

mantenerte al día con las cuentas

porque no sabes 

porque no puedes

hacer otra cosa


porque a veces tienes que arriesgarte 

a que  un hombre adulto 

vestido de murciélago 

emerja de las sombras y te deje

con tres costillas rotas

y un pulmón perforado


***

El resto de la conversación con Ánuar Zúñiga lo puedes escuchar en en Spotify o Apple Music.


Si quieres saber si algún día habrá otro episodio, sigue a @jorge_kfgc en Instagram.


"Entrevista de trabajo", el próximo libro de poemas de Jorge Sosa



¿Apoco si muy triste? Una lloradita y a mandar currículums, porque se viene la factura de la luz, la factura del internet, ya casi no hay nada en el refri. Invéntate un par de habilidades, súbele otro 10% al nivel de inglés, atízale que trabajas bajo presión, que trabajas incluso bajo el agua, que te gusta mucho trabajar en equipo, que aquí vamos a sufrir todos parejo, faltaba más; y dale enviar a esa vacante en Computrabajo con la intención de que no te llamen y si te llaman, que en la entrevista de trabajo puedas responder con honor, con sinceridad, con poesía; que el trabajo es un absurdo.

Más absurdo aún cuando eres poeta, escribidor. El trabajo bien remunerado y la literatura no se llevan. En este mismo espacio nos hemos preguntado “¿Qué comen lxs poetas?”Por eso resulta interesantísima la premisa del próximo poemario del autor Jorge Sosa. 

"Entrevista de trabajo" es el próximo libro de poemas de Jorge Sosa, dividido en cinco partes, cada una con respuestas posibles a preguntas comunes hechas en entrevistas de candidatos en recursos humanos, será editado y publicado por Sindicato Sentimental.

Compartimos un adelanto del poemario y agradecemos al autor y a la editorial la disposición para compartir en Revista Sputnik dicho trabajo, que ya queremos leer por completo.

Sigan sus redes:
Sindicato Sentimental:
Jorge Sosa:


***

(Pregunta: ¿cuál es tu peor defecto?)


1.5

Un auto me persigue.


Perdón,

quiero decir

que se estaciona

cerca del lugar donde me bajo

del transporte público

o afuera del restaurante

donde estoy comiendo.


Mi esposo

me ha señalado

que se trata del modelo y color

más vendidos en el país.


Perdón,

quiero decir

que él piensa

que es mi imaginación.


A veces me acerco

intentando

no llamar la atención,

pero el conductor

enciende el motor

y se aleja de nuevo.


Lo he seguido

varios kilómetros.


Así he llegado a lugares

que nunca hubiera conocido.


Por ejemplo:

un prado bellísimo

detrás de la vieja fábrica de botellas,

en un terreno rodeado

por bardas con grafitis

a favor de la abolición

de la policía.




(Pregunta: ¿cuál es tu peor defecto?)


1:8

Fumé un cigarro

un martes de junio

en la parada del autobús

que me llevaba

de la escuela secundaria a casa.


Era el primero,

aunque mi amigo Iván no lo sabía.

Le aseguré

que ya era un experto.


Compré una cajetilla

de John Player Special,

de color negro

y más grande que las demás.

Pensé que no me la venderían.


Al encenderlo, esperaba

una asfixia súbita

como en el cine

pero el humo recorrió

mi boca, garganta y pulmones,

como una música familiar.


Después vinieron

miles de cigarros más.

pero el primero

lo prendí con los ojos cerrados

esperando que un rayo justiciero

me lo arrebatara de la mano.




(Pregunta: ¿cuánto quieres ganar?)


4:8


(Pregunta: ¿cuál sería tu trabajo ideal?)


5:1

ya nadie quiere leer tontos ****** de pájaros y no los culpo la verdad uno se cansa de

tanta palabra acerca de sus misteriosos vuelos conjuntos de la envidia mezquina por su capacidad de alejarse del suelo a voluntad de las constantes reflexiones acerca de su hábito desconcertante de pararse en cables de luz aunque casi nadie menciona la herencia de sus antepasados dinosaurios y todos sabemos que hasta la belleza cansa lo dice la canción un ***** de pájaros es el equivalente a un tatuaje de taz un error de juventud del que te arrepientes demasiado tarde porque nadie quiere realmente hablar de pájaros y cuando crees que sí en realidad quieres decirle algo a tu ex o a tus papás pero te da miedo y por eso siempre van a hacer falta algunos ****** de pájaros para las personas que necesiten recordar que todos tenemos miedo de hablar con nuestros ex y con nuestros papás aunque los ****** sean malos alguien tiene que hacerlos


***



Jorge Sosa (Ciudad de México, 1981) autor de It was a dark and stormy night (Pitzilein Books), Pony (Sikore en México y Liliputienses en España) y Yoghurt con cenizas (Niño Down en México y Liliputienses en España). Textos suyos aparecen en las recopilaciones “Efectos secundarios” (Ediciones Liliputienses) y “Blickwinkel: momento futuro” (Pitzilein Books y Goethe-Institut Mexiko).

Miembro fundador de Los KFGC desde 2009, un colectivo de arte multimedia que explora diferentes formas de presentar la poesía y sus límites con otras disciplinas, creado bajo la premisa de la muerte del autor y la posibilidad de una escritura conjunta. Durante la trayectoria del colectivo, participó en la creación de los libros “No use las manos”, “Manual de guerrilla táctica para terminar un noviazgo” y “1994”, además del volumen recopilatorio “Palabras que son átomos de un gas venenoso” publicado por Ediciones Liliputienses, que reúne la mayor parte del trabajo poético de los primeros diez años del colectivo; es cocreador de Mapa del Tiempo Perdido, un artefacto que presenta un territorio emocional a través de una topografía hecha con poemas; participó en el proyecto de creación de frases para las camisetas del equipo femenil de futbol amateur “Mininas Ferales”; colaboró en la presentación del acto de spoken word de Los KFGC en diferentes festivales como Caracol Tijuana, Verbo y el Festival del Libro y la Rosa de la UNAM; es coautor de la serie audiovisual de poesía Los Fotocopiadores, producida por Mónera, y guionista en varios de sus capítulos.

Creó el bot de Telegram “Ola Sucia” que conjunta poemas de distintos autores que se replican de manera aleatoria a través de la interacción de los usuarios; recientemente desarrolló un sistema adivinatorio de tarot con su propia obra que permite obtener un poema impreso a través de la elección al azar de un arcano mayor y es el anfitrión del podcast “¿Qué comen lxs poetas?”, realizado en conjunto con Revista Sputnik, en el que entrevista a autores acerca de sus gustos culinarios.
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