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Iván García y Los Yonkis lanzan “Baladas Tristes”, su octava y más ambiciosa producción discográfica



· El álbum doble de 30 canciones explora géneros como el folk, el rock, el country e incluso el regional mexicano.

La banda poblana Iván García y Los Yonkis estrenan este 2025 su octavo material de estudio titulado “Baladas Tristes”, trabajo que contiene 30 tracks conformadas por composiciones de Iván García y arreglos musicales de Los Yonkis. Esta nueva placa producida por Carlos Iván Carrillo y grabada en Casa Yonki, explora géneros como el folk, el rock, el country e incluso llega a experimentar con el regional mexicano.

Baladas Tristes es un álbum de larga duración que se ha cocinado durante tres años y en donde la madurez de la banda es notoria. Recientemente fue lanzado en plataformas “De vez en cuando”, el primer single del disco, junto con el video oficial de la canción, de la cual el periodista musical Juan Carlos Hidalgo expresó: “Uno de los mejores letristas del rock mexicano adelantó el primer sencillo de lo que será un álbum doble en donde conecta con el tipo de canción que ha engrandecido a Nacho Vegas”.

La presentación oficial del disco será el próximo 9 de mayo de 2025 en el foro Gato Calavera de CDMX y contará con la presencia sobre el escenario de importantes figuras del rock nacional y la canción de autor que serán revelados días antes de este concierto que promete ser especial e irrepetible. El cartel de la presentación fue obra del artista visual Roberto Iván González, creador de las populares ilustraciones “Los Románticos Pendejos”. Los boletos de acceso ya están disponibles en taquilla de Gato Calavera y en la plataforma Passline con un costo de 350 pesos.


Previamente al concierto se llevará a cabo una primera etapa de la publicación del disco a través de
Bandcamp, plataforma que ha optado por acordar una retribución más justa con los artistas independientes. Además de ser una alternativa idónea para que los fans irredentos adquieran el álbum antes que cualquier persona y de su eventual llegada al resto de plataformas.

El lanzamiento en Bandcamp está programado para el 1 de mayo del 2025 a las 22:30 horas mediante una "Listening Party" que se llevará a cabo en un foro emblemático de la ciudad de Aguascalientes, pero donde los seguidores desde cualquier parte del mundo podrán conectarse y escuchar todo el disco en una sesión exclusiva en línea donde podremos charlar en vivo con el artista sobre las canciones y comprar el álbum digital.


*En exclusiva para la tripulación de Revista Sputnik: en este LINK puedes precomprar el álbum "Baladas Tristes" de Iván García y Los Yonkis y obtienes 2 pistas ahora (streaming desde la aplicación gratuita de Bandcamp y también disponibles para descargar en alta calidad en formato MP3, FLAC y otros) y el álbum completo cuando sea su lanzamiento.


El fragante aroma britpop de Jardín Verneú

Texto y Fotos: Polo Bautista


Los compositores, productores y multiinstrumentistas oaxaqueños Robért y Danny Van, son unos apasionados de la música desde su tierna infancia. Con The Beatles, la poesía beat y el jazz como sus máximas referencias, los hermanos emprendieron el arduo sendero de la autogestión y la independencia para cristalizar sus respectivas propuestas personales en diferentes sencillos y LP’s. No obstante, actualmente sus esfuerzos confluyen en Jardín Verneú, un flamante proyecto que revive el aroma y la frescura del britpop con el halito clásico del rock. Su EP debut está próximo a lanzarse y algo se habló de eso, aunque en esta entrevista también hubo ocasión de profundizar en otros asuntos como sus primeros pasos, sus trabajos personales, el estudio que manejan, las vicisitudes que enfrentan diariamente y la fragancia de su sonido.

 

¿Cómo fueron sus inicios en la música?

Robért Van: Ese tema es justamente todo un rollo, porque no tenemos familiares directos que sean músicos o se dediquen a cualquier otro arte. Sin embargo, nuestro compromiso es con la música. Nos gusta decir que fue algo con lo que conectamos, algo propio, una búsqueda y principalmente un gusto personal, el cual desarrollamos sobre el camino sin mucha influencia de otras personas. Claro que a nuestros padres les gusta la música, pero generalmente en casa escuchábamos tríos, rondallas, música romántica; aunque el rock lo descubrimos por nosotros mismos. Realmente empezamos oyendo a The Beatles. Cuando tenía cinco años encontré la película Help! (1965), y cambió todo. De pronto quise ser como John Lennon sobre el escenario. El cuarteto de Liverpool nos condujo más tarde a The Rolling Stones y de ahí tiramos del hilo con el cual conocimos a todas esas bandas de los años setenta, ochenta, noventa, etcétera. Por otra parte, nuestros comienzos también fueron un poco raros, porque arrancamos muy chicos en los coros de la iglesia, después participamos en tunas españolas a los siete u ocho años, hasta que a los trece formamos nuestras primeras bandas de rock, que en ese entonces la mayoría eran afines al happy punk. Eso era lo que nos gustaba: beats ágiles, guitarras con overdrive y demás. Años más tarde principiamos un grupo llamado Yesterday, el cual le rinde tributo a The Beatles y justo acaba de cumplir dieciséis años este 2025. En la ciudad de Oaxaca fue el primer grupo tributo beatle y continúa hasta hoy como el único. Hemos tocado en Ciudad de México (CDMX), para distintos festivales y nos ha ido bien con ese proyecto.

Danny Van: Como empezamos muy chicos nuestros papás pensaron que pronto se nos pasaría la inquietud, pero fuimos creciendo y seguíamos en lo mismo, incluso más adentrados. Queríamos hacer nuestra propia música, así que buscamos la forma de grabar ideas y materializarlas, escribir letras y también enfocarnos en todo lo visual. No tuvimos una guía o alguien que nos orientara para que fuéramos a un estudio o siguiéramos los pasos indicados. Por lo que fue una búsqueda y progresivamente descubrimos lo que se tenía que hacer. Nuestros papás vieron que la cosa iba en serio y nosotros les decíamos que queríamos estudiar música, aprender, hacerlo bien. Desde la ejecución, la creación y la esencia. Leímos mucho acerca de las bandas que nos influyeron y todo eso queríamos para nuestros proyectos. Creo que lo hemos ido logrando poco a poco. Yo soy más chico que Robért y tenía siete u ocho años cuando formamos la primera banda. En ese entonces era el baterista. Mi hermano fue quien me incitó a escribir mis propias canciones. Componer, crear y experimentar en el estudio es lo que más disfruto. Además, desde chicos ambos coincidimos mucho y pasa que la gente a veces piensa que somos gemelos. Entonces en el estudio es muy fácil la comunicación que tenemos. Lo que pensó Robért, seguramente yo también ya lo pensé. Considero que desde que iniciamos Jardín Verneú como un grupo de rock, hemos sentado bien las bases y sobre eso intentamos brindarle a la gente sensaciones, colores, experiencias y una identidad muy auténtica.

 

Robért tengo entendido que cursaste tus estudios musicales en Xalapa, mientras que tu hermano Danny permaneció en Oaxaca y se adentró en la producción musical. ¿Cómo fue que decidiste dejar tu hogar? ¿Y de qué manera construyeron sus proyectos estando alejados?

RV: Nuestros papás han tenido que aguantar algunas cosas y otras los han puesto de cabeza, pero hemos ido descubriendo juntos este camino. A mí me tocó abandonar el bachillerato y como te imaginas, a mis padres eso no les cayó en gracia, pero lo hice para estudiar lo que quería. Dejé mi casa con rumbo a Xalapa e ingresé al Centro de Estudios de Jazz (Jazzuv). Permanecí allá unos años, pero para eso tuve prácticamente que escaparme. Cuando se dieron cuenta yo ya estaba en Xalapa y les avisé desde un teléfono público. Un año antes mi mamá me acompañó a la CDMX, porque yo estaba buscando escuelas. A comparación de Oaxaca que era y continúa siendo una escena algo chica, allá conocí muchas bandas y músicos. Entonces ir a la capital fue como una cachetada de realidad y posteriormente en Xalapa, gracias al Festival Internacional Jazzuv que convocaba a músicos de la escena neoyorquina y de otros países, fue que descubrí infinidad de géneros e influencias como la música latina, africana, por supuesto el swing o el cool jazz. Este último nos inspiró para trasladarlo al rock, en eso que llamamos “cool rock”. Admiramos el jazz de los años cincuenta, a Miles Davis e igualmente la literatura beat.

DV: Mientras Robért estaba en Xalapa, yo aún estudiaba la secundaria. Quise salir también, conocer nuevos lugares y descubrir otras músicas, pero era muy difícil para mí y tuve que quedarme en Oaxaca. No obstante, me enfoqué en la producción musical y empecé a grabarme. Probé lo que podía hacer con la computadora y los sonidos nuevos o raros que le extraía. Así compuse mi primer álbum solista y cada que Robért venía de Xalapa por vacaciones o lo que fuera, le enseñaba mi trabajo. A su vez, yo notaba sus progresos como músico y eso me alentaba a mejorar mis habilidades y conocimientos. Cuando Robért regresó definitivamente a Oaxaca, hablamos más en forma de lo que sería Jardín Verneú. Para entonces ya teníamos las condiciones establecidas: experiencia en el estudio, idea clara de cómo hacer sonar eso que teníamos en la cabeza, el mensaje que queríamos transmitir, los colores, los visuales, etcétera. Salíamos a caminar por la calle o los parques y conversábamos. Llegado el momento grabamos y armamos el espectáculo. Hasta la fecha todo ha ido bien, porque creo que la gente conecta y se adhiere a la propuesta de Jardín Verneú. Creemos que nuestra música es real y denota quienes somos. Cada presentación es especial y así hemos conocido a muchas personas.

 

Robért, Paisaje y geometría (2020) es tu disco debut el cual se decanta por un estilo más acústico, con letras intimistas y matices de bossa nova. ¿En qué te inspiraste para hacerlo?

RV: Antes de ese disco compuse muchos temas, pero ese periodo fue más bien una búsqueda identitaria y un proceso. Ir a Xalapa me mostró que había gente con cosas qué decir u ofrecer y que me nutrieron para crear mi música. En el jazz solía manejar compases compuestos, armonías y demás, pero inevitablemente llegué a un punto de saturación. Entre eso y otros asuntos de mi vida personal como el dejar mi casa, la ciudad donde crecí, terminar con relaciones que no me habían hecho bien, más mi búsqueda por saber quién era, me originaron una depresión bastante fuerte y ese disco es prácticamente una crónica de mi sanación. Hubo un tiempo durante mi estancia en la Jazzuv, que mis asuntos escolares marchaban bien, tocaba estándares de jazz y música académica, pero caí en cuenta de que el camino original que me había llevado a la música era tocar, grabar y presentar mi propia música, la cual se estaba desviando con otras cosas. El punto de quiebre vino y decidí regresar a Oaxaca, supuestamente solo por dos meses para después irme a CDMX e integrarme a algún grupo y conocer más, pero terminé por quedarme nuevamente en mi ciudad natal. Durante ese lapso compuse las canciones de Paisaje y geometría y las grabé con Danny. En lugar de meterle compases compuestos o armonías complejas, opté por algo más simple y que estuviera conectado al origen. Entonces decidí hacerlo acústico. Experimenté con grabaciones de sonidos corporales, agua de los ríos, hojas, etcétera. Me metí en un viaje medio hippie, empecé a sanar mi depresión y cuando lo terminé era completamente otra persona. Había cambiado y aprendido.

 

Los últimos sencillos que publicaste son “Abril” (2022), “Zenit” (2023) y “Canción de invierno” (2025). ¿Tienes planeado lanzar un nuevo disco o algún otro sencillo este año?

RV: Tengo compuestos varios discos que me gustaría lanzar, pero sufrimos mucho por los tiempos. Ahora estamos enfocados exclusivamente a la producción de Jardín Verneú, entonces dejamos de lado momentáneamente mi proyecto. De hecho, Danny también tiene preparado su disco para lanzarlo en cuanto sea posible. Como tenemos que trabajar en la mezcla y las producciones de todo nos cuesta trabajo administrarnos. Quisiéramos dividir el trabajo entre diez personas diferentes y poder centrarnos apropiadamente en cada proyecto. Mis discos ya están compuestos, pero obviamente falta grabarlos, producirlos, instrumentarlos y demás. A lo mejor este año lanzo algunas canciones sueltas.

 

Danny, por tu parte debutaste con los sencillos “Portal simulapsis” (2020), “Retro romance” (2021) y el LP con matices electrónicos “Encuentros inusuales” (2021). ¿Qué me puedes decir de estos trabajos?

DV: Mi proyecto es totalmente distinto al de Robért. Justo lo que dices, está más tendido hacia lo electrónico, el pop, el rock y el indie. Yo lo catalogo como música retro futurista. Desde un principio quise darle esa esencia al álbum y a mi proyecto. Tomé referencias de música ochentera que me gusta, pero al mismo tiempo quise darle un toque del porvenir, con sintetizadores y guitarras que remitieran al sonido de esa época, pero trayéndolo a la actualidad. En ese tiempo escuchaba proyectos que tenían álbumes conceptuales: The Beatles con Sgt. Peper’s Lonely Hearts Club Band (1967), Pink Floyd con The Dark Side of the Moon (1973) o The Wall (1979). Entonces, desde niño siempre quise hacer un álbum conceptual. Así concebí mi disco que trata sobre los viajes en el tiempo. Al lanzarlo investigamos si en Oaxaca existía algún trabajo previo de este tipo y nos llevamos la sorpresa de que el mío era el primero. Si bien, las canciones no están estrictamente entrelazadas musicalmente hablando, sí guardan una idéntica esencia y van sobre lo mismo. Por otra parte, en los shows en vivo implemento aspectos teatrales en tres dimensiones que resultan muy atractivos para el público. Hicimos unos vinilos de Encuentros inusuales, con código descargable, portada y todo el arte en colores y efectos RGB-3D, para que pueda apreciarse en plenitud con ayuda de unos lentes 3D, como los que uso al tocar esas canciones. Posteriormente saqué “Nicteria” (2023), que funciona como el puente de mi siguiente álbum “Hologramatic”, del cual solo he lanzado la primera canción con el mismo nombre. Tengo boceteado todo el álbum, pero como comentó mi hermano, estamos actualmente avocados en Jardín Verneú. Ambos discos LP’s forman parte de una trilogía musical que estoy preparando, pero que debo darme espacio y tiempo para terminarla y publicarla.

 

Supongo que este año tienes pensado lanzar algunos sencillos más.

DV: Esa es la idea. Después de sacar el EP de Jardín Verneú, lanzaré temas de mi proyecto personal. Asimismo, voy a programar algunas fechas, tal como hice en 2023, cuando llevamos mi espectáculo a CDMX, Monterrey, Estado de México (Edomex) y por supuesto aquí en Oaxaca. Observamos una muy buena respuesta hacia ese tipo de música. Ocurre que la gente que se adhiere a alguno de nuestros proyectos generalmente termina escuchando el resto de nuestros discos. Hay mucha música y aunque todo es distinto, nos complace ver cómo las personas se vinculan con cada parte.

 


¿Cómo y cuándo nació Jardín Verneú? ¿A qué se refiere su lema: “El nuevo aroma del rock”?

RV: No tenemos una fecha precisa, pero creo que la idea comenzó aproximadamente desde el dos mil quince o dieciséis, cuando todavía estaba en Xalapa. Desde entonces pensábamos en algo con las características que ahora ostenta Jardín Verneú, pero sentíamos que todavía necesitábamos crecer en muchos sentidos para transmitir o plasmar lo que realmente deseábamos. Nos fuimos preparando, trabajamos, generamos conceptos y poco a poco se nutrió el proyecto. Revisamos demos y canciones que ya teníamos. Después empezamos a montarlo y la primera vez que tocamos fue en el 2023, al lado de una banda que vino de CDMX. A partir de ahí, empezamos a presentarnos en vivo y salieron oportunidades de tocar fuera de Oaxaca. Con respecto al lema de la banda, resulta que colaboramos con gente que se dedica a lo visual, el diseño gráfico, el cine y todas las artes en general.

Pero algo importante que queríamos infundirle a Jardín Verneú era una esencia aromática u olfativa. De esa forma llegamos a la conclusión de que queríamos hacer un grupo de rock que fuera similar a una fragancia.

DV: Que oliera a éxtasis de rock.

RV: Me gusta plantearlo como la experiencia de atravesar el pasillo departamental de una perfumería y enseguida percibir ese aroma fresco, el cual incita a la libertad, el momento, el querer comerse al mundo, el sentirse bien con uno mismo y darle sentido a la vida. Que pese a lo que dicten las tendencias uno pueda hallar su propio ritmo y ruido.

 

¿El nombre de la banda encierra alguna connotación especial?

RV: El nombre nació sin un significado y se lo añadimos posteriormente. Verdaderamente queríamos un título que fuera auténtico y propio. Sin embargo, la palabra “jardín”, más que su acepción concreta, lo que visualmente nos gustó fue su grafía, la cual encierra el aura de una banda de rock y de los rockstars.

DV: Es lo que la palabra te provoca. Despierta mucho la imaginación y las percepciones.

RV: Ya teníamos “jardín”, pero quisimos complementarla con algo más. Como siempre nos ha gustado la poesía existencialista, la literatura beat y los poetas malditos, optamos por otra palabra que de solo verla u oírla le añadiera un cariz francés o inglés. “Verneú” salió de un juego de palabras. En ese sentido, también la estética que manejamos en el grupo proviene o se inspira en esta onda beatnik.

 

¿Quiénes más los acompañan en este proyecto?

RV: Danny y yo siempre nos hemos sentido bien trabajando como dupla, pero queríamos que esto fuera una banda de rock, ya que consideramos que se ha perdido gran parte de esa esencia. Por eso está con nosotros nuestro amigo David Tormenta en el bajo y Alfonso Lobera en la batería. Este último es originario de la CDMX y anteriormente tocaba con Los Dee-pers. Alfonso fue un hallazgo, porque nosotros lo conocimos con su banda en la primera presentación de Jardín Verneú y posteriormente coincidimos en otro compromiso dentro del Edomex. En ese entonces realmente no teníamos músicos, por lo que platicamos con él y primero entró como tecladista, para luego pasarse a la batería. David, Danny y yo vivimos en Oaxaca, pero a Alfonso lo vemos cuando tenemos compromisos fuera, como al que acudimos recientemente a Guadalajara.

 

¿Qué dinámica de composición utilizan?

RV: Solemos vernos como una sola persona, porque nos complementamos. Anteriormente mencioné que nos fascina The Beatles y nos gusta pensar que somos una especie de Lennon-McCartney. Es decir, somos un dueto donde a veces no se sabe quién compuso más que el otro, pero que a fin de cuentas tenemos el mismo producto. En mi disco acústico, Danny grabó varias guitarras y percusiones. Igualmente, yo en su disco grabé guitarras, bajos y aporté ideas. Por lo general, cada quien lleva toda la pieza hecha, pero los riffs, la batería y el resto lo vemos en el proceso. Sucede también que a veces yo tengo una melodía y Danny le pone la letra.

DV: Si Robért tiene una idea empezamos a trabajar sobre ella. Lo mismo en mi caso, si yo tengo una canción que considero podría funcionar para Jardín Verneú la abordamos. A veces uno aporta más que el otro, pero sin duda ambos cooperamos para el mismo resultado. Entonces no vemos este asunto como si alguno fuera el compositor principal. Eso sí, Robert canta las canciones que propone y yo las mías, pero siempre intentamos elaborarlas entre los dos. Ahora nos dividimos el trabajo a causa del poco tiempo, ya que no nos abastecemos para hacer todo lo que quisiéramos. Yo me encargo de la mezcla, el audio y las grabaciones. En tanto Robért se ocupa más de los aspectos visuales, las portadas de los sencillos y los videos.

 


Veo el gran esfuerzo y la completa dedicación que le imprimen a sus proyectos. Lanzar y promover todo lo que implica Jardín Verneú desde la independencia o la autogestión es muy complicado. ¿Además de la falta de tiempo qué otros obstáculos tienen que sortear?

RV: Creo que mencionas una parte muy interesante, porque desde el principio y por nuestras circunstancias familiares hemos tenido varias bardas que saltar.  Abrazamos la cultura del “hazlo por ti mismo”, ya que no tuvimos otra opción. Si queríamos producir nuestras ideas no había otra manera más que ir echando a perder algunas cosas y aprender en el camino. Todavía tratamos de observar y crecer junto a otros proyectos que tienen más experiencia. Pese a que requiere bastante dedicación hacer esto, no nos vemos en otra cosa y realmente lo disfrutamos. No contamos con un “Plan B”. Efectivamente, nosotros también tenemos grupos de covers y tocamos todos los fines de semana. Vivimos de la música desde hace años. Lo desconocido a veces supone equivocarse, pero lo importante es hallar nuevamente el camino y no quedarse estancado. No obstante y volvemos al punto, por el momento el inconveniente más grande es el tratar de darnos el tiempo para todos los proyectos que queremos hacer. Otra complicación relativa es el vivir en la ciudad de Oaxaca, pues indudablemente es un estado culturalmente rico y aporta mucho a las tradiciones como la música regional, la Guelaguetza, etcétera. 

Sin embargo el rock está un poco en el subterráneo. El público y la gente que goza con este ámbito está totalmente ajena de las cuestiones gubernamentales. Las oportunidades que hemos tenido de viajar a otras entidades las recibimos de apoyos diferentes o externos, más que de aquí. Es saltar la barrera de lo tradicional. No quiero decir que se quite, sino que se enriquezca con otras tendencias que se hacen desde la electrónica, el rap, el rock, el indie, etcétera. Tenemos suerte de tocar en otros lados y expandirnos.

 

¿Alguna vez han considerado instalarse en CDMX para posicionar mejor su música?

RV: Estamos dispuestos a dirigirnos hacia donde nos lleve el proyecto. Aquí en Oaxaca tenemos nuestro estudio. Yo ya estuve algunas temporadas en CDMX y Xalapa, pero si debemos movernos lo haremos en algún momento.

DV: Otra posibilidad es hacer temporadas fuera de Oaxaca. Ahora estamos ocupados en los nuevos sencillos y en cuanto terminemos queremos seguir girando. Es complicado ya que tenemos aquí las herramientas, los instrumentos y todo. Afuera nos sentimos un poco desarmados, porque solo podemos llevar nuestras mochilas y las guitarras. Por eso queremos terminar este EP y después lo que venga, trasladarnos a donde sea.

 

¿Cuál es el nombre de su estudio y cómo lo armaron?

DV: Cuando comenzamos a registrar los primeros demos hace más de diez años, por ahí de dos mil diez, fue Robért quien descubrió un programa para grabar en multipista.

RV: Al iniciar nuestras composiciones nos tocó esa etapa de cuando las disqueras estaban cuesta abajo. En algún momento yo dude si invertir mi dinero en comprar equipo para grabarme o ir a un estudio. Recuerdo que en un cumpleaños mi mamá me regaló una grabadora de reportero. Grababa alguna cosa, cantaba y tocaba el bajo encima. Entonces, buscando por internet me topé con un programa súper básico de edición de audio. Lo descargué y grabé la batería, el bajo, las guitarras y la voz. Admito que quedó todo feo, pero me sentí muy contento al escucharlo, porque era la primera vez que estaba todo en una pista. Fue como si hubiéramos descubierto el fuego. De hecho, quemé el puerto de mi computadora, porque no sabía que necesitaba una interfaz de audio y conecté directamente los instrumentos.

DV: No conocíamos nada de ese mundo y así iniciamos. Como dije antes, yo me involucré un poco más y en mi cuarto monté un home studio, que en realidad solo era mi computadora, un micro y una interfaz. Pasaron varios años y fuimos aprendiendo a grabarnos mejor. Después pensamos que ya era hora de formalizar el estudio e infundirle un sello propio que identificara todos nuestros proyectos. Invertimos en equipo y logramos formalizarlo hace tres años. Finalmente teníamos un espacio dedicado especialmente a nuestra música. Se llama Van Records Studios.

RV: Una temporada tocamos bastante con muchas bandas de los años sesenta y setenta (La Resurrección, El Gruhpo y Los Beethoven’s), acá en Oaxaca. Nos empezaron a jalar como bajistas o guitarristas y nos fue bien. Tocábamos toda la semana y nuestra paga la invertimos en el equipo. Nos gusta mucho las sonoridades de los instrumentos sesenteros y setenteros. Prácticamente eso es lo que grabamos en Jardín Verneú, lo que le da parte de su identidad sonora.

 

Jardín Verneú tiene tres sencillos lanzados: “Mañana”, “Error” y “Cada día”. ¿Cuál es su próximo sencillo en publicarse?

RV: Desde el año pasado ya casi lo teníamos listo, pero por estar de gira lo aplazamos. En este momento nos encontramos trabajando dos nuevos tracks, más el próximo sencillo y con eso completamos el EP. Adicionalmente en unas semanas estrenaremos el videoclip de “Cada día”. Es una propuesta visual que abraza un redescubrimiento de nuestra mexicanidad y lo divino. Lo vamos a presentar con un show acústico aquí en Oaxaca. Antes de que acabara el año pasado lamentablemente nos quedamos roncos, se nos fue la voz y eso retrasó los planes, pero sirvió para aprovechar el tiempo en el estudio. Lo único que nos falta del siguiente sencillo es grabar unas partes de la voz, pero estamos esperando a que Dany se componga para que pueda cantar. En un mes o mes y medio estará listo e inmediatamente después lanzaremos el EP.

 


¿Qué detalles pueden adelantar sobre el EP debut de Jardín Verneú? ¿Planean una edición en formato físico?

RV: Sigue la línea de lo que se ha escuchado hasta ahora, la misma esencia, guitarras con overdrive, sintetizadores y también cierta influencia de música francesa. Nos recuerda al cine galo de los setenta, en blanco y negro y al género noir. Las letras están inspiradas en la poesía beat, con alusiones celestiales o divinas. Solo podemos adelantar eso, el nombre está encaminado hacia tales temas y una vibra britpop.

DV: Las pocas personas que ya escucharon el próximo sencillo dicen que les ha gustado mucho. Que de todas las canciones de Jardín Verneú, es su favorita y en vivo seguramente irradiará abundante energía. En efecto, estamos considerando lanzarlo también en formato físico, ya que apreciamos el arte que contienen los discos. Escucharlos mientras uno observa el contenido.

 

¿Además del EP qué otros planes tienen para este año?

RV: Con el lanzamiento del videoclip vamos a estrenar nueva mercancía: playeras, posters, etcétera. Durante las giras a veces no podemos llevar mucho, pero vamos a preparar nuevos souvenirs centrados en los lanzamientos. También planeamos salir de gira y presentarnos en donde haya espacio para la nueva música. Igualmente quisiéramos participar en algunos festivales. Buscamos ampliar los escenarios, que la gente conozca nuestra música y lo que pasa en la escena oaxaqueña.



«Love You», la vida es buena



Por Gato Arrabalero |

En enero de 1977, Brian Wilson, antiguo líder de los Beach Boys, pasaba el día recostado en cama, tenía la barba enredada, el cabello grasoso y obesidad en aumento, sólo se levantaba para sacar algo del refrigerador o traer una botella del mejor vino que tuviera dentro de su tienda de licores; aspirar cocaína o fumar sus ocho cajetillas diarias de cigarros podía hacerlo desde la comodidad de su amplio colchón mientras veía el programa de entrevistas de Johnny Carson. De vez en cuando prendía la radio, pero le habían dejado de interesar las estaciones que compartían música; ningún artista usaba armonías vocales, el mundo estaba interesado en la experimentación a través del uso de los novedosos sintetizadores o en las guitarras estruendosas.

Los Beach Boys marcaban al teléfono de Brian para pedirle ayuda con nuevo material para publicar, necesitaban cumplir con el contrato de su disquera. No ayudaba la mala racha que traían en ventas y en crítica, pero el mayor de los hermanos Wilson estaba harto de la música: desde 1966, la presión por componer decenas de canciones, así como la competencia contra sus contemporáneos, hacían más fuertes a sus problemas mentales. Por ello, desde mediados de los setenta, se propuso apagar su cerebro. Valía la pena ignorar las llamadas de sus preocupados hermanos, la noticia del fallecimiento de su abusivo padre, incluso el abandono de su esposa e hijas por la indecencia de Brian: ofrecer un cuadro de LSD como entretenimiento a una de las niñas de ocho años.

Para ayudarse a ignorar las situaciones de su vida, Brian prendía la radio y cambiaba de frecuencia, esperando encontrar algo medianamente interesante. Un día dio con un programa que transmitía canciones que para ese año ya eran consideradas como clásicas, le sorprendió escuchar Be My Baby de las Ronettes, ese grupo mítico de su juventud. Brian desempolvó algunos vinilos y se puso a escuchar clásicos del rock 'n' roll y del doo wop: Chuck Berry y The Four Freshmen. De pronto, sintió una fuerte necesidad de contactar a sus antiguos compañeros de la secundaria. Encontró los nuevos números de algunos y les pidió que salieran «como si fuera 1959», que se arreglaran con trajes o chamarras negras de piel para los chicos y vestidos largos para las chicas. Algunas personas nunca respondieron al contacto, otras sí, una de ellas fue Carol Mountain, su más grande amor de la adolescencia. A partir de ese día se pusieron al corriente de lo que había sido de ellos durante conversaciones muy largas, hubo ocasiones en que Brian marcaba a Carol a las tres de la mañana sólo para platicar. A Carol no le molestaba la situación, pero sí le parecía extraño. Después de unos días, esos viejos amigos y conocidos, incluyendo a Carol, dejaron de atender las insistencias telefónicas del beach boy retirado; a diferencia de él, todos tenían cosas que hacer en su vida. Brian olvidó la idea de salir con ellos, pero algo había despertado dentro suyo. Volvió a su piano que estaba sobre una enorme caja de arena, sintió las diminutas piedras entre los pies y, con sus recuerdos adolescentes en la cabeza, empezó a componer como lo hacía a los quince años; estructuras sencillas de cuatro acordes, melodías repetitivas y letras que evocan al amor idealizado y fantasioso de la juventud.

Así como Frank Zappa hizo en Cruising with Ruben & the Jets o como los Beatles en Let It Be, Brian decidió volver a sus raíces y en ellas encontró la inspiración. Compuso un puñado de canciones olvidándose de cualquier presión, sólo siendo él mismo. Su banda volvió a comunicarse y en esta ocasión tenía nuevo material. Ellos quedaron fascinados cuando lo oyeron, en parte por la necesidad de un nuevo disco y en parte porque, de manera genuina, les gustó ese compilado creativo que decidieron titular Love You. El disco salió al mercado en abril del 77 y no causó algún impacto en la música del momento. Las ventas volvieron a ser bajas, pero las críticas fueron, en lo general, positivas. Sin embargo, el pequeño éxito no fue significativo para ningún integrante de la banda. Brian volvió a su rutina de la cama y pasaron al menos quince años antes de que su salud física y mental mejoraran. Entonces se le preguntó cuál consideraba que era el mejor trabajo de los Beach Boys; en vez de contestar con su aclamada obra maestra, Pet Sounds, dio una respuesta concisa: «Love You». Brian ve en Love You a un tímido adolescente alto, delgado y rapado que no es bueno en la escuela, pero es capaz de memorizar el más mínimo detalle de algunas materias con tal de que Carol le pida ayuda y lo invite a su casa a estudiar; ve a un adolescente que sólo conoce los acordes de Re, Do, Sol y Si7 y trata de sorprender a la chica con eso; ve a un adolescente al que nunca le importó que esa porrista del equipo de fútbol supiera sus sentimientos, lo único que le importaba era encontrar un pretexto para estar cerca de ella y disfrutar su compañía.

Love You es la nostalgia de un hombre de casi cuarenta años, nostalgia que suele estar idealizada, pero Love You sostiene que de vez en cuando es bueno escapar del presente hacia un pasado donde la chica de nuestros sueños está viendo una película con nosotros en un autocinema, junto con otros amigos, tomando una malteada y recordándonos que debe regresar a las nueve a su casa, mientras la radio anuncia que estamos en 1959 y pone el más reciente éxito de las Ronettes. Love You nos dice que tenemos quince años, que la vida es buena.




Cristopher Yael Esquivel Muñoz. Egresado del Colegio de Literatura Dramática y Teatro de la UNAM, se ha desarrollado principalmente en medios audiovisuales como escritor y director. Ha recibido el apoyo de la convocatoria “Colectivos Culturales Comunitarios 2023”, en su primera emisión para el desarrollo de un documental. Recientemente, su guion cinematográfico “Estrellas” fue beneficiario de uno de los apoyos de R7D para su producción dentro de la convocatoria “Haz + Cine 2023”.

Cantos Gregorianos Renacidos: indie-folk-punk para conectar vidas alternativas


La música, ese bello arte que nos lleva a expresar las emociones que a veces nos ahogan. Es en las canciones donde muchos encontramos la libertad para darle salida a nuestros sentires. No pocas veces las letras que acompañan a un instrumento se funden con nuestra identidad, pues narran historias que nos identifican, ya sea de romances que terminan, amores que nos vuelven locos, martirios existenciales que nos angustian o problemas que la vida cotidiana nos arroja.

Si de letras finas se trata, los compositores de folk siempre han tenido la pluma bien afilada. Así lo demuestra el músico ensenadense Ay Gregorio!, quien en días recientes ha publicado su nuevo álbum “Cantos Gregorianos Renacidos”, un total de siete canciones que describen historias de influencia beatnik inspiradas en un estilo de vida alternativo que busca la poesía en lo cotidiano.

Con influencias diversas como Johnny Cash, Chavela Vargas, Juan Cirerol, Leonard Cohen y Nacho Vegas, este músico bajacaliforniano toma inspiración de géneros tan diversos como la balada romántica, la música ranchera, el indierock, el bolero y la tradición rupestre, dando como resultado una fusión contemporánea de country-folk alternativo.

Ya sea para celebrar que la pandemia no pudo con nosotros, para prenderse un gallo que nos haga olvidar lo abrumador de la existencia o para sentir la melancolía de un amor que termina, los Cantos Gregorianos Renacidos brillan por su sencillez y autenticidad, pues con tan solo guitarra y voz Gregorio nos va llevando por relatos llenos de nostalgia, locura, euforia, amor y mucha, mucha sinceridad.  

Bueno, ¿pero por qué estos cantos llevan el adjetivo de “Renacidos”? De acuerdo al autor, esto se debe a que las composiciones del álbum ya habían sido grabadas previamente en una “sesión casera amateur” que en su momento llegó a compartir en plataformas. A tres años de esta primera publicación, y siguiendo el consejo de su amiga Andrea Razo (quien participa en dos temas de este álbum), decidió “renacer” estas composiciones para retratarlas con mejor calidad, trabajando para la ocasión con Jesús Guerrero, productor tijuanense y vocalista de la agrupación Ramona.


El músico porteño agrega que por igual le ha gustó la idea de jugar con referencias de la literatura religiosa, empezando por el término cantos gregorianos —un estilo de canto de origen católico—: 

“Siempre me han dicho que por el pelo largo parezco Jesucristo. Entonces se me ocurrió que, al igual que el mismo Jesús, estas canciones están teniendo su propia resurrección, su renacimiento. Y si bien es un juego, también dice mucho de mí y de mis raíces familiares (al igual que el nombre del proyecto), incluso la foto de portada la hicimos basándonos en una cruz arriba de una montaña cerca del barrio donde crecí, entonces hay simbolismos por ahí que son parte quien soy”.

Gregorio comparte que el lanzamiento de su álbum viene acompañado de varias presentaciones en Ciudad de México en lo que ha denominado el “Renacido Tour”, gira promocional que inició en marzo —visitando entidades como Sonora, Guadalajara, Veracruz y Puebla— y que se extenderá hasta septiembre, con miras a visitar estados como Hidalgo, Guanajuato, Morelos y el Estado de México.

“La idea es conectar con la mayor gente posible, porque eso es lo que más disfrutamos de este proyecto: el poder que tiene la música para conectar con la gente. Podemos ser completos extraños y de repente una canción nos hermana, y esa sensación me parece extraordinaria, porque nos lleva a empatizar, a conectar, a crecer y aprender a través del otro”.

Seas o no escucha frecuente del folk, la nueva entrega de Ay Gregorio! por seguro se pondrá entre tus estrenos favoritos de este verano, pues sus cantos gregorianos son la compañía perfecta para un viaje lleno de buenas vibras, emociones intensas y sobre todo, historias que sentirás como tuyas.


“Rezo por vos”: un canto a la introspección y a la universalidad



Call me old fashioned... please! | Por Mónica Castro Lara |


Y sí, tras una laaaarga ausencia de escritos en mi columna de Sputnik, ¡he vuelto! Y caigo en la cuenta de que, en definitiva, me siento mucho más cómoda escribiendo que entrevistando gente. No sé si tenga algo que ver con sentirme media expuesta o el hecho de tener el síndrome de la impostora aunado al de Sir. Fitzwilliam Darcy, pero nada se compara con la comodidad y seguridad de escribir un texto sin tanta presión (siempre autoimpuesta, por supuesto). Pero bueno, haciendo a un lado mis propias inseguridades, claro que lo disfruté un montón y aprendí muchas cosas en el proceso. Acá esto me suena a sesión de terapia, así que mejor corto, pero no quería desaprovechar el espacio y agradecer de corazón las lindas palabras que me hicieron llegar en estos meses a raíz de las entrevistas en “Cinetiketas” (¡incluso unas re lindas desde Australia!).

 

Pues bien, como en otras ocasiones en que me ausento y regreso de manera intermitente, anduve pensando y repensando (algo que se me da muy bien, obvi) sobre qué quería abordar en este legendario retorno a las letras (legendario para mí, déjenme soñar) y como siempre, cada momento de mi vida pareciera tener un leitmotiv bien específico y justo ahora, suena a puro rock argentino (¿tendrá algo que ver que mis entrevistados hayan sido argentinos? ¿o con la bella conexión que siempre hemos tenido con la Argentina?). Anyway. Me dispongo a contarles un poco acerca de la canción que en estos momentos, invade cada espacio de mi cabeza: “Rezo por vos”, compuesta e interpretada por dos de los músicos más influyentes de la historia del rock argentino, los maravillosos Charly García y Luis Alberto Spinetta. Y no sé bien si es por la letra, la música, la interpretación o el hecho de que es una extensión directa de la mente de este icónico dúo, pero algo hermoso tienen estos más de cuatro minutos que me gustaría compartir con ustedes, ya sea que estén familiarizados con el tremendo temazo o no mucho.




La canción nace en 1985, en un momento clave de la trayectoria, tanto de Charly como de Spinetta. Ambos ya eran figuras reconsolidadas del rock argentino, con una extensa y hermosa discografía a sus espaldas. Charly García, por un lado, ya había conocido y saboreado las mieles del éxito masivo con las bandas “Sui Géneris”, “La Máquina de Hacer Pájaros” y “Serú Girán” en la década de los 70s y continuaba explorando nuevos sonidos, tanto en solitario como en distintas colaboraciones. Por su parte, “El Flaco” era considerado uno de los compositores más talentosos y visionarios del llamado rock nacional, habiendo liderado bandas icónicas como “Almendra” y “Pescado Rabioso”. Es en este contexto que “Rezo por vos” surge como la gran colaboración entre dos artistas que, si bien ya compartían una amistad y admiración mutua, provenían de trayectorias y estilos musicales bastante diferentes. Mientras García se destacaba por su música más directa y vanguardista, Spinetta era conocido por su propuesta más introspectiva y poética.

 

La canción se enmarca digamos que en un momento especial de transición y búsqueda espiritual para ambos artistas; tanto Charly como Spinetta, se encontraban explorando nuevos caminos creativos, lo cual se refleja en la temática y en el tono bastante melancólico, reflexivo y hasta existencialista de “Rezo por vos”.

 

Antes de empezar a analizar un poquito la canción en sí, cabe mencionar que hay tres versiones de ella: la de Charly que aparece en el álbum “Parte de la religión” del ‘87, la del Flaco que encontramos en el álbum “Privé” del ‘86 y la que presentaron juntos en un par de ocasiones, como por ejemplo en el 2009 en el Estadio Vélez Sarsfield. Voy a centrarme más en la primera y en la tercera versión, porque es mucho más fiel al demo que sacaron en un inicio y porque la de Spinetta es MUY Spinetta (siento que hasta merece un artículo aparte). Pero bueno. La canción inicia con un delicado y evocador riff de guitarra eléctrica acompañada de unos golpeteos de batería (probablemente generados en una caja de ritmos), que de inmediato enganchan y nos marcan el ritmo de los siguientes cuatro minutos y cachito. Luego, los teclados y sintetizadores junto con la voz de Charly (por momentos abrumadoramente desgarradora, sobre todo en el puente) se hacen presentes, acompañando y entonando esas letras profundas y emotivas que, en todo momento, transmiten una sensación de vulnerabilidad y espiritualidad (no en vano escogieron ese título, ¿verdad?). De acuerdo con el sitio Letras.com (sí, me pareció una buena fuente y se callan) la letra “[…] refleja un viaje espiritual y emocional, donde la transformación es el tema central en la canción; en su conjunto, es un himno a la resiliencia y la esperanza, a pesar de las adversidades y la soledad”. Y si bien la lírica aborda temas personales y existenciales, creo que la canción trasciende lo individual y se convierte en una reflexión sobre la condición humana en su conjunto, logrando combinar la introspección y a su vez, la universalidad. A lo largo de la canción y hablando en específico de la versión que interpretan ambos, la voz de Spinetta se fusiona con la de Charly, creando una armonía conmovedora que refuerza la intimidad y la conexión entre ambos artistas llegando incluso a generar confusión sobre quién está cantando qué estrofa, lo cual me parece que es una sensación instaurada a propósito. A mí lo que verdaderamente me mata, es el puente, con su: “…y curé mis heridas y me encendí de amor, de amor sagrado”. Uff. Pienso que ahí es donde se abre la canción y florece para entregárnoslo todo y así poder llorar en unísono.

 

“Rezo por vos” se convirtió rápidamente en una de las canciones más emblemáticas del rock argentino. Su profundidad lírica y la colaboración entre dos de los artistas más respetados del género, la convirtieron en un hito de la música nacional argentina.


Y así como yo, seguramente ustedes también se preguntarán por qué no existen más colaboraciones entre Charly y Spinetta siendo justo eso, el gran Charly García y el maravilloso Luis Alberto Spinetta, que pudieron regalarnos discografías enteras de genialidad, irreverencia y argentinidad pura. Pues bien, resulta que durante la grabación y presentación de la canción en el programa de televisión “Cable a Tierra” conducido por Pepe Eliaschev, ocurrió un incidente curioso y contundente. Mientras ambos, hermosamente vestidos (el Flaco tiene unas botitas amarillas sensacionales), estaban al aire presentando el tema, García recibió una llamada informándole que su departamento se estaba incendiando. Para empeorar las cosas, el incendio había sido causado o por un cortocircuito de la videograbadora, que según se dice, casualmente estaba grabando el programa en ese momento o también está la versión de que dejaron todo conectado (amplificadores, cajas de sonido, etc.) previo al programa y se generó un cortocircuito fulminante. Después del incidente, García y Spinetta tuvieron una fuerte discusión, con García molesto por la “actitud paranoica” de Spinetta y es que el Flaco tomaba como presagio la letra “y quemé las cortinas y me encendí de amor” (que incluso decide eliminar en su versión) y al parecer se culpabilizó por el incendio. En un momento de tensión, García llegó a tirarle un cenicero a Spinetta, algo ya clásico en Charly, pero fue la gota que derramó el vaso. Ambos artistas reconocieron que el incidente los había “quemado” y asustado mucho y decidieron no continuar con el álbum que tenían pensado hacer y que tenía varios demos ya medio elaborados.  Además de eso, sus personalidades eran dimensionalmente distintas; Charly siendo Charly, no tenía limitaciones en sus horarios y le hablaba a Luis Alberto descaradamente a las dos de la mañana con ideas y casi con la exigencia de grabar en ese momento. Y Spinetta, por otro lado, padre de familia y con rutinas de trabajo más disciplinadas, básicamente lo mandaba al diablo. El álbum iba a llamarse “Cómo conseguir chicas” y García usaría dicho nombre para un álbum propio un par de años después.

 

Háganse un favor y escuchen todas las versiones, disfrútenlas, llórenlas, compárenlas y satúrense de ellas como ya lo hice yo. Les dejo el videíto de la presentación porque es relindo e interesante ver cómo creaban música emblemática juntos.

Desde Mexicali, "Cuerpo Cortado" lanza dos nuevos sencillos: "Dualidad" y "Clarividente"




La banda de post-grungegaze Cuerpo Cortado estrena “Dualidad” y “Clarividente”, dos canciones de sonidos contrastantes. Después de haber lanzado “Imagen” y pasar todo el 2023 tocando en escenarios de toda la región, el grupo regresa de lleno a la producción de su primer material de larga duración.

El trío mexicalense nos muestra con Dualidad su lado más sensible y contemporáneo hasta la fecha, con guitarras oníricas que acompañan a un bajo que evoca sonidos provenientes del post-punk. Por otra parte, Clarividente nos devuelve a los orígenes de la banda trayendo influencias del rock alternativo clásico, envolviéndonos en un muro de distorsión y disonancias.



Cuerpo Cortado está conformado por Israel (Guitarra / Voz), Gabriel (Batería) y Fernando (Bajo / Voz) con una propuesta de rock experimental y alternativo con ritmos diversos, letras ambiguas, ruido y todo aquello fuera de lo convencional. Su sonido proviene del grunge, shoegaze, post-hardcore y emo; es a través de esta mezcla que la banda crea una propuesta única en la que convergen las distorsiones, gritos y melodías atmosféricas.



Aunque tú no lo sepas: una charla con Chetes



Charlamos con el gran Luis Gerardo Garza Cisneros, mejor conocido mundialmente como Chetes. Leyenda de la avanzada regia y pieza fundamental del rock nacional, nos platica sobre los adelantos de su nuevo material discográfico, de la mano de la banda norteamericana Calexico.


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Sputnik Fanzine #04 para leer y descargar


Llegamos al 9o. B de la mano de Charly García. Cormac McCarthy, el Post-Estridentismo, The Cure siempre The Cure y las letras de Ana Nicholson. Gracias a todos los autores, colaboradores y entusiastas de la contracultura que nos han acompañado e impulsan cada uno de nuestros proyectos. Larga vida a Revista Sputnik que cumple 9 años en órbita. SAY NO MORE.


Aunque tú no lo sepas: una charla con Santiago Tavella del Cuarteto de Nos


Nueva entrega de 'Aunque tú no lo sepas' con el bajista, cantante y fundador del Cuarteto de Nos. Charlamos con Santiago Tavella sobre la gira de la banda por México, su participación en el Tecate Comuna y de su proyecto paralelo 'Otro Tavella & Los embajadores del buen gusto' que también se presentará en Puebla en Beat 803.


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Now and Then: The Beatles forever



Por Adrián Rivera | 


Hasta el 3 de noviembre de 2023, mantuve la esperanza de ver algún tipo de anuncio espectacular acerca de ver a los Beatles tocando juntos nuevamente. Cuando me enteré que Peter Jackson estaba trabajando en material de las filmaciones del documental ‘Let it Be’, pensé que era cuestión de tiempo para ver algún tipo de experimento con inteligencia artificial, algo como un deepfake de altísima calidad mejor que el video de Paul McCartney de 2021, ‘Find My Way’, donde aparece rejuvenecido en el cuerpo de Beck.

A fines de noviembre de ese año, finalmente se lanzó una nueva versión del documental, ahora titulado 'Get Back', con una duración mayor y una calidad de imagen y sonido sorprendente. Se reveló que se utilizaron diversas técnicas de restauración, incluyendo la separación de voces e instrumentos mediante inteligencia artificial. Aunque la edición de Jackson aportó un enfoque más optimista a las penúltimas sesiones de los Beatles, no introdujo material radicalmente nuevo.

¿Qué tal si se emplearan esas innumerables horas de material de las sesiones de grabación para entrenar una inteligencia artificial que nos brinde nuevas interpretaciones de los Fab Four? Sin duda, Peter Jackson sería el candidato ideal para llevar a cabo este proyecto, ya que cuenta con todas las herramientas necesarias en su compañía de efectos especiales, Weta Digital. Incluso podría considerar la participación de Andy Serkis para llevar a cabo la captura de movimiento de los cuatro músicos.

En cambio, para el video de la supuesta última canción del cuarteto de Liverpool, 'Now and Then', tenemos una versión refinada de un nuevo collage nostálgico como a los que nos han acostumbrado desde que lanzaron 'Free as a Bird', pasando por 'Real Love', 'Glass Onion', 'Here Comes the Sun', etc. Algunos de esos acompañamientos visuales han sido mejores que otros. En lo personal, me gusta mucho cómo animaron el póster del Álbum Blanco para crear el video de 'Glass Onion'.

Los Beatles fueron pioneros en la adopción de muchas tecnologías para crear su música. Sin embargo, en sus últimas creaciones, tuvieron que mantenerse dentro de ciertos límites para garantizar el éxito comercial. En mi opinión, una de las innovaciones más notables en mucho tiempo fueron los remixes realizados por Giles Martin para el espectáculo de Cirque du Soleil, 'Love'.



Y no es de extrañar que así sea, desde que Paul y Ringo estaban trabajando en una nueva canción, se especuló que podrían estar usando inteligencia artificial para crear una versión sintética de la voz de John Lennon y los más puristas se alarmaron. Aun así, otras personas han explorado por su cuenta esta posibilidad con resultados nada desdeñables. Parece que la alternativa más viable para satisfacer mi curiosidad por la 'nueva' música de los Beatles es explorar más de estos lanzamientos no oficiales.

'Now and Then' es solo la última de las versiones avaladas por los Beatles y sus familias. Podríamos decir que es el nuevo cierre canónico, sustituyendo a lo que nos dejaron en 'The End', de Abbey Road, con el solo de batería de Ringo y el duelo de requintos de John, Paul y George, narrado magistralmente por Geoff Emerick, su ingeniero de grabación, en su libro 'Here, There and Everywhere: My Life Recording the Music of the Beatles'.

El video del nuevo sencillo nos va llevando hacia atrás en el tiempo, y al final de la canción, en las plataformas de música disponibles, regresamos al origen con 'Love Me Do', el primer sencillo de los Beatles. Tenemos un cierre circular, un Uróboros, el anhelado regreso al origen, Get Back, ahora sí.

“Nunca hubo un tiempo en el que Yo no existiera, ni tú, ni todos estos reyes; y en el futuro, ninguno de nosotros dejará de existir.”

― Anónimo, Bhagavad Gita

Sobre el libro «200 discos chingones del rocanrol mexicano»




Por Sergio Martínez |


Diversas investigaciones rastrean el origen de la palabra chingar del dialecto védico, al sanscrito aterrizando al caló romaní; el diccionario gitano de 1867 define: chinga y chingari como disputar y pelea. Además, define al verbo chingarar, para describir: una disputa, una riña o una acción de guerra. Fue en la conquista que chingar se introduce en el nuevo mundo como palabra para describir las acepciones citadas. Hoy chingar es un mexicanismo verbal que tiene una gran polisemia, depende del contexto y la emocionalidad con que se dice, su significado; sirve para ofender o alabar a alguien o algo. Según la RAE, chingón es: Dicho de una persona: Competente en una actividad o rama del saber.

¿El rock mexicano está documentado?, ¿Cuántos libros hay sobre el tema?


200 discos chingones del rocanrol mexicano es un libro que compila lo que a los oídos de David Cortés y Alejandro González Castillo, son las mejores placas que han escuchado en los últimos años; “Aquí se recogen doscientos discos que consideramos chingones para entender la música […] chingones en la forma clásica en la cual los mexicanos definimos aquello que posee un carácter superlativo y deseamos presumir en una palabra”. “Este libro no aborda estrictamente la historia del rock en México, pero reúne importantes fragmentos de ella” nos dicen en la presentación del volumen.

En sus más de cuatrocientas páginas podemos encontrar 200 propuestas musicales que se han editado en los últimos 60 años, y que de alguna manera convergen en el rock en sus diferentes vetas. Escritas por músicos, melómanos y periodistas, las diferentes reseñas abordan algunos datos de grabación, los músicos participantes, anécdotas, algún dato curioso, así como el contexto social, musical e histórico del momento en que fue publicado el disco.

De fácil y ágil lectura, este prontuario sónico documenta y nos brinda un pulso del panorama actual del rock mexicano, tal vez faltan y sobran algunos, solo el tiempo nos dirá cuantos de estos discos pasan la prueba del añejo.



 

Los Problema: entre el surf, la rebeldía y el garage punk


Polo Bautista | Fotos: Ivonne Domínguez |

Desde los escondrijos más agrestes, sórdidos y perniciosos de la capital poblana, ha surgido un nuevo proyecto altamente fragoroso y vehemente, el cual se distingue por intercalar los sonidos potentes del garage punk y el surf. Los culpables de semejante estruendo, son tres jóvenes pendencieros: el guitarrista y vocalista Aimar Sandoval (aka “Aimar Problema”), el baterista Iván Delgado (aka “Iván Problema”) y el bajista Antonio Rosales (aka “Hule”). Juntos se hacen llamar Los Problema y además de cimbrar los escenarios, instigar el slam y desatar a su paso verdaderos jaleos, actualmente se encuentran de plácemes con el lanzamiento independiente de su primer EP homónimo.

La banda surgió a comienzos de 2020, primeramente como un dueto, cuando el guitarrista y el baterista emprendieron sus incipientes ensayos, pero el designio venía de tiempo atrás y germinó progresivamente. Al respecto, Delgado cuenta:

“Aimar y yo nos conocimos hace seis o siete años, por algunos amigos en común y las fiestas que se hacían en el centro de Puebla. Resultó que coincidimos en la música que nos gustaba y rápidamente hicimos camaradería. De ahí surgió poco a poco la idea de formar el grupo, pero en ese entonces yo estaba en otro proyecto llamado Los Jerks. Aimar colaboró con nosotros un par de ocasiones, pero no fluyó bien y después decidimos hacer Los Problema, cuando Los Jerks se disolvieron recién iniciada la pandemia”.

Pese a que la pareja encontró naturalmente su estilo y un sonido muy particular, no le fue igualmente sencillo cuando se trató del título con el que quería darse a conocer. Uno que verdaderamente reflejara la intensidad sonora y el entorno desbordado que producían (“Antes nos hicimos llamar como una banda chilena: Los Cuchillos; pero nadie lo tomó en cuenta, hasta que al terminar una tocada dijimos: ‘¡Nosotros somos Los Problema!’. Todos se quedaron serios. Creo fue ahí cuando empezaron a valorar nuestro trabajo”, cuenta Sandoval).



No obstante, Los Problema alcanzaron verdaderamente su estampa y estridencia con la integración de Rosales:

“Me uní a finales de 2021. Al igual que Iván, yo tenía otra banda llamada Un mexicano. Antes debo aclarar que, independientemente de la música, también me dedico a las artes plásticas y durante una exposición que tuve en diciembre de aquel año (“Dialéctica del dolor”), coincidentemente cayó ese mismo día el cumpleaños de un elemento de mi grupo y le propuse que hiciéramos su fiesta en la exposición. Él quiso llevar a unos amigos que le gustaban como tocaban (Los Problema). Entonces llegó Aimar, empezamos a hablar, me invitó a tocar, me eché como tres rolas y desde ese día sigo acá”.

Propuesta que, en el transcurso de sus casi tres años de existencia, se ha destacado no solo por reforzar la creciente escena underground angelina, sino también a su perseverancia sobre los escenarios y sus habituales interpretaciones desenfrenadas e irreverentes. Acerca del estilo musical que dominan, aunque emparentado principalmente con las formas del surf, este alberga en su interior la actitud provocadora, sucia, agresiva y veloz del garage punk. Asimismo, la tercia se rige bajo las formas colectivas de creación:

“Algunas rolas ya las tenía trabajadas de tiempo atrás. Son letras que hice en mis tiempos libres e inclusive las probé con algunas bandas de Oaxaca, ya que yo soy originario de allá”, dice el guitarrista. “Pero cuando empecé a ensamblar la banda de garage punk aquí en Puebla, metí nuevamente mis líricas y observé que podían funcionar a otra velocidad y con otros acordes. Ahí formalizamos o estructuramos las letras del grupo. Yo me encargo de escribirlas junto con la base, pero realmente es complemento de los tres”. A todo lo dicho, Iván agrega: “Creamos las canciones en base a un jam de improvisación y vamos uniendo las partes como si fuera un rompecabezas. Cada quien realiza un fragmento distinto. Con el tiempo las vamos puliendo; por ejemplo, los tres cortes que conforman el EP, están más trabajados porque fueron los primeros”.

“La Fuga”, es el tema inaugural del disco y comienza con los rasgueos violentos de Sandoval, a los cuales se le incorporan luego la batería y el bajo. Las maniobras combinadas del conjunto forman una marcha veloz, tosca y robusta, fustigada rítmicamente con toques a los platillos y la tarola. Entonces el cantante comienza sus ásperas vociferaciones: “Llevo días buscando cómo escapar / De la nube gris, salir de la ciudad / Día que pasa ya no vivo / Día que pasa sobrevivo / Ya no puedo ni conmigo estar / No, no, no, no / Salir de aquí / Salir de aquí / Salir de aquí / Fuga de aquí”. De pronto, la estridencia aminora por unos instantes y solo el golpeteo sordo de las baquetas y el pedal contra la caja del bombo, dan lugar a un corto respiro, para después retomar el feroz ritmo y cerrar la canción. 

En “Playa crimen”, el rápido redoble ejecutado por Delgado, sirve como preludio a los ágiles punteos de sus compañeros, quienes presurosamente recrean los sonidos y las imágenes provenientes del surf y el delirio (“Esa canción versa sobre un viajecito que combina el rock and roll con las drogas. Nosotros no estamos exentos del cotorreo y es un poco nuestro día a día”, cuenta el cantante). Enseguida, la lírica acomete furiosa: “Lleva ya un rato sin llegar a su cantón / Le gusta el after-after, la droga y el rock and roll / Frecuenta un lugar que le dicen el Nahual / Se sienta en la puerta, comienza a alucinar / Y no era él no, no / No era él no, no, no / No venía con él / Venía solo”.


El disco finaliza con “Susy la sucia”. Corte que, tras una seguidilla de fugaces acordes de guitarra, la tercia arremete fuertemente al unísono y mantiene el estrepitoso trote, en tanto Sandoval exclama:
“Antes de que te vayas o te quieras ir / Déjame pedirte un último favor / Algo incomparable, único y mutante / No lastima ni es punzocortante / Yeee… / Nena, nena, nena no te pongas loca / Nena, nena, nena, nena, nena, no / Recógete el cabello / Recógete el cabello”. Acto seguido, los instrumentistas realizan un breve interludio, para luego reanudar el duro ciclo sonoro y lírico: “Tal vez suene loco, idiota o atrevido / Pero de tus labios es mi delirio / No dejaré que te vayas con tu ego / Hasta que no te termines mi veneno / Quiero que me hagas el amor con la boca / Quiero que me hagas el amor con la boca”. Entonces, por última vez el trio ejecuta los acordes del preludio y súbitamente remata la pieza.

Para Los Problema, esta primera placa homónima es un pequeño adelanto del sonido y el repertorio que buscan ampliar y perfeccionar: “Nuestra tirada es grabar en un estudio más formal. Eso tendrá que pasar en algún momento, aunque aún no tenemos muy claro cómo llegar a ese punto. Entre tanto, este año queremos registrar el resto de canciones que nos gustan y no alcanzaron a entrar en este disco, como es el caso de “Pálido”, “Oírte gritar”, “Come on baby”, “Psyco”, “Ciudad en llamas” y otras más. No hay fecha como tal, pero es cuestión de acondicionar un espacio y empezar a darle”, concluye Rosales.

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