Elton John: he’s still standing!

Elton John ha vendido más de 300 millones de discos en sus más de 50 años de carrera y es considerado como uno de los mejores artistas del Siglo XX.

 
  
Call me old fashioned... please! | Por Mónica Castro Lara | 


Voy a comenzar mi artículo haciéndoles dos simples preguntas: la primera, ¿cuál es su canción favorita de Elton John? Porque en mi humilde opinión (y seguramente en la de muchas otras personas), es prácticamente obligatorio tener una canción predilecta de este fantástico artista. La segunda pregunta: ¿a alguien más se le enchina la piel cuando comienzan canciones como “Goodbye yellow brick road”, “Rocket man” o “Your Song”, o sólo a mí me pasa? En fin. Mientras piensan en sus respuestas, déjenme les platico que llevo días investigando y repasando la vida de Elton y estoy fascinada con ella. Me admira muchísimo que un solo artista pueda estar tan presente en la escena musical y el mundo del entretenimiento por más de 50 años y que sus constantes caídas y levantadas, hayan sido tan extravagantes y significativas como muchas de sus canciones, atuendos y presentaciones. 

Se ha vuelto casi obligatorio que les comparta cómo o cuándo fueron mis primeros acercamientos con la música de X o Y cantante y por supuesto, esta vez no sería la excepción (¡una vez más, tengo que agradecerles a mis papás por tener tan buen gusto musical!). En 1992, salió a la venta un disco llamado “The Greatest Voices” que incluía y recopilaba éxitos de Whitney Houston, Michael Bolton, Gloria Estefan etc. y que mis papás compraron por ahí del ’94. La cuestión es que, la canción número 10 de dicho CD, es la que según yo y mis cuentas, fue la primera canción de Elton John que escuché en mi vida: “Don’t let the sun go down on me” a dueto con George Michael. Qué mejor tema para conocer a dos magníficos artistas ingleses, ¿no creen? Cuando Elton se incorpora a la canción justo después del primer coro y toda la gente enloquece, en verdad es lo máximo para mí… “…I can’t find oh the right romantic line…”. Ya cuando uno crece y comienza a entender y experimentar un montón de cosas, logras apreciar la letra muy por encima de la música, me refiero a líneas como: “… but these cuts I have they need love to help them heal”. Hasta la fecha, prefiero esta versión en vivo a la original, y miren que yo soy de las que se casan con las versiones originales por siempre y para siempre.

Y quién podrá olvidar la espectacular participación de Elton en una de mis películas favoritas de Disney: “El Rey León”. No solamente le valió un Óscar, sino también la oportunidad de consolidar una nueva vida y por lo tanto, el respeto que alguna vez había perdido de sus colegas (más adelante les contaré por qué). Recuerdo que mis papás nos regalaron el soundtrack de la película gracias a la compra de unos helados Bing (me pregunto si todavía existen), pero el gran problema fue que el cassette estaba en inglés. Digo, en su momento sí fue medio frustrante porque como niñas, querías bailar y cantar las mismas canciones que escuchaste en la película, pero en realidad, nos ayudó muchísimo a aprender otro idioma desde muy pequeñas y ahora que lo pienso, nos introdujo aún más al gran Elton John. Para mí es imposible no emocionarme al escuchar “Can You Feel The Love Tonight” o “Circle of Life” y no me importa que sea ridículo o no. Unos 3 años después, en 1997, Elton también participó en la realización de “The Lion King” en Broadway y posteriormente en otras producciones como “Aida”, “Billy Elliot: the musical” y “Next Fall”. Así que su decisión inicial de participar en un musical animado, fue muy, muy acertada.



Bueno… mientras escucho “Bennie and the Jets”, éxito de 1974, comenzaré a contarles rápidamente su legendaria vida personal y profesional. Reginald Kenneth Dwight (sip, ese era su nombre original), nació un 25 de marzo de 1947 en el tranquilo Pinner, Middlesex. A la tierna edad de 4 años, aprendió a tocar el piano por sí solo, escuchando melodías en el radio y repitiéndolas lo más exacto posible; después de 3 años de hacer pequeñas presentaciones en fiestas y/o reuniones familiares, sus padres Stanley y Sheila, deciden pagarle clases particulares de piano sin imaginar que su talento lo llevaría a ganar una beca en la Royal Academy of Music con tan solo 11 años de edad. Así como yo, Elton le agradece a su madre el llevar a casa discos de artistas como Elvis Presley, que le permitieron tener un primer y significativo acercamiento con el rock and roll de la época, aunque lo que más le impactó, fue ver presentaciones de Jerry Lee Lewis por televisión y, si somos observadores, obviamente mucha de su presencia en el escenario, es igual de extravagante y alocada como la de Lewis. Durante 5 años, asistió a clases sabatinas en la academia de música, desarrollando sus habilidades, pero ese claramente no era su camino; por ningún motivo quería convertirse en pianista clásico y la decisión afectó su vida personal más de lo que habría imaginado.

Si algo me admira de Elton John como artista y ser humano, es lo fácil que puede hablar y reflexionar sobre sus problemas del pasado. En incontables entrevistas, ha manifestado que la mayoría de sus problemas personales, se deben a la dura infancia que vivió al lado de su padre; ambos eran muy estrictos con él, pero en especial su papá. Stanley constantemente se ausentaba al ser teniente de aviación en la Royal Air Force y por lo tanto, le importaba poco la vida de su hijo. Aunque cuando regresaba, siempre le exigía demasiado y era su peor y más severo crítico. 

“Estuve muy solo en mi niñez buscando la aprobación de mi padre, fue muy doloroso. Siempre buscaba la aprobación y el cariño de mi padre, no podía hacer nada sin buscar su aprobación. Quería que se sintiera orgulloso de mí y jamás lo logré. Mi personalidad se forjó gracias a ello… al distanciamiento entre nosotros. Yo era un chico gordo que usaba lentes gruesos porque creía que era cool y mi padre lo odiaba. Él quería que me dedicara a la música clásica o a ser banquero y obviamente eso no era lo que yo quería, lo que causaba que mis papás se estuvieran peleando constantemente. Como hijo único, encontré que la música era mi mejor amiga. Tenía primos o amigos del colegio, pero no era lo mismo que con la música. Cuando mis papás se pelaban, yo corría a mi cuarto a encerrarme por horas y sólo escuchaba la radio.” 

Creo que se necesitan varios años de terapia para deducir y concluir algo tan fuerte, pero al parecer Elton lo logró y se lo aplaudo con mucho fervor.

Finalmente a los 15 años, sus padres se divorcian y 2 años más tarde, Elton decide abandonar la academia para formar su propia banda, a la que llamó “The Corvettes” y posteriormente “Bluesology”, que tocaba un poquito de música R&B, un poquito de jazz, un poquito de blues, un poquito de pop y así. El caso es que le dio a “Reggie” (o sea Elton) la oportunidad de descubrir el mundo al que estaba destinado a estar. Le gustaba irse de gira, tocar el piano, compartir el poco dinero que tenían, viajar, etc. etc. etc. Fueron escalando de a poco y algunos de sus grandes logros, fueron ser la banda de artistas gringos como Pati LaBelle y The Isley Brothers; durante 5 años se mantuvieron así, de gira con otros artistas y grabando uno que otro single exitoso, como “Mr. Frantic”. Lo curioso es que, cuando grabaron sus primeras canciones y se dieron cuenta que alguien tenía que cantarlas, a Reggie no le quedó otra opción más que hacerlo él mismo y se dio cuenta que era bueno haciéndolo y que no le desagradaba del todo, así que con algo de resignación fue así como nació la estrella que es hoy en día. Cuando se aburrió de la banda y estaba ávido de experiencias nuevas, decide dejarlos no sin antes inspirarse con los nombres de 2 miembros de Bluesology: Elton Dean y John Baldry; así es como surge su nombre artístico y actual.

En 1967, cuando el ahora Elton respondió a un anuncio de la revista New Musical Express en donde decía que la disquera Liberty Records andaba en búsqueda de un letrista, su vida cambió por completo. Es ahí donde conoce al buen Bernie Taupin, con el que crearía una dupla fantástica que ha durado 49 años (y contando), 30 álbumes exitosos, premios y sobre todo, una amistad sincera. John siempre ha agradecido y reconocido el trabajo de Taupin, dándole el lugar que le corresponde: el letrista de todas esas canciones que tanto amamos y que sin su ayuda y colaboración, la carrera de Elton simplemente no existiría. Ojo, no todos los artistas son capaces de corresponder de esa manera… El chiste es que se acoplaron bastante bien en el trabajo y también en lo personal: mientras Bernie escribía una letra en una mañana o tarde, Elton componía la música en una media hora (eso es un don de los dioses); mientras el mundo de la música inglesa exigía personas con personalidades fuertes y extrovertidas, Bernie y Elton, ambos tímidos, callados, tranquilos, hijos únicos e introvertidos, se encontraron compartiendo muchos de sus miedos e inseguridades a través de una linda amistad y por supuesto, de la música.

Pasaron un par de años así, en donde se dedicaron a escribir y componer canciones para otros artistas sin tener realmente mucho éxito, hasta que en el 69 y bajo la aprobación de varios productores, decidieron grabar el primer álbum de Elton llamado  “Empty Sky”, que obtuvo buen éxito en Inglaterra pero hasta ahí; querían que su música traspasara el charco así que se pusieron a trabajar más y más duro. Fue entonces que en 1970, grabaron el segundo álbum titulado “Elton John” y que tiene una portada bastante peculiar diría yo, ya que reflejaba mucho de la personalidad del cantante en esa época. Luego vemos portadas como la que hizo con David LaChapelle y bueno… es algo completamente diferente. Su segundo álbum fue un éxito total y rotundo, teniendo como hit single nada más y nada menos que “Your Song”, esa que tanto nos gusta y que ha sido covereada por varios artistas a lo largo de los años. He de confesar que de esos covers, mi favorito es el de Ewan McGregor en el soundtrack de “Moulin Rouge”. El éxito al fin había brincado el charco y el martes 25 de agosto de ese mismo año, Elton John daba su primer concierto en Estados Unidos, en el “Troubadour” de Los Ángeles. Críticos, productores, cantantes y ejecutivos de la música, coinciden en que fue una presentación legendaria y que es gracias a ella, que Elton despegó de manera desbordante en Estados Unidos y toda América. Con decirles que el telonero fue NEIL DIAMOND, ¡mí Neil Diamond! que en esa época ya tenía fama y canciones en las listas de popularidad, pero como le gustó tanto lo que escuchó en el álbum de John, quiso estar ahí para introducirlo al público gringo. Imagínense qué increíble debió ser ese día.



A partir de este momento, surgen álbumes consecutivos exitosísimos (casi 2 por año), las inagotables giras, canciones como “Daniel”, “Tiny Dancer”, “Honky Cat”, “Crocodile Rock”, “Rocket man”, “Candle in the Wind”, “Friends” y la maravillosa “Goodbye Yellow Brick Road” (inspirada en “El Mago de Oz”), entre otros éxitos por supuesto. Como dato adicional personal, ¡estoy obsesionada con todas! En especial con “Goodbye Yellow Brick Road”; estoy segura que todos hemos entonado el: “the blueeeees… aaahhhh… ahhh” aunque nos salga súper desentonado. Con todo esto, también llegaron las drogas, el alcohol, trajes extravagantes, la compra de su equipo favorito de futbol, 2 intentos de suicidio, la bulimia y su primera relación homosexual con su manager John Reid, que es genialmente interpretado por Paul Reubens (mejor conocido como Pee-Wee Herman) en el video "This Train Don't Stop There Anymore" del 2001, en el que Justin Timberlake interpreta a un joven Elton también de manera excelente. Y por cierto, la canción también es estupenda. La relación sentimental de Elton y John, duró unos 5 años, mientras que su relación profesional duró 28. La banda de Elton y otras personas allegadas a él, sabían perfectamente sobre su homosexualidad, pero jamás dijeron nada a nadie.

La droga favorita de Elton era la cocaína y en alguna ocasión dijo que le encantaba porque lo transformaba en una persona completamente diferente: podía hablarle a los demás sin miedo, era divertido, extrovertido y le permitía trabajar sin perder mucho la conciencia. En el ´74 trabaja al lado de John Lennon y lo acompaña al Madison Square Garden para hacer historia, por eso su muerte le pegó aún más que al mundo entero y decide grabar la canción “Empty Garden (Hey, Hey Johnny)”. No les voy a mentir, justo estaba por escribir acerca de la canción “Don’t go breakin’ my heart” y se puso aleatoriamente en el audio recopilatorio que estoy escuchando. ¡Me encantan este tipo de casualidades! Bueno, el caso es que en el ´76, este fue el éxito más grande que tuvo al lado de Kiki Dee. ¿Han visto el video? El traje y los movimientos de Elton son contagiosos. Hablando de los trajes, es bien sabido que las excentricidades de John en el escenario a mediados de su carrera se debían más que nada a sus trajes llenos de plumas, brillantes, zapatos de plataforma, lentes alocados con colores despampanantes; él jura que hacía eso 1) para divertirse y dar de qué hablar 2) para que la gente pudiera ubicar exactamente dónde estaba en el escenario, muy parecido a la idea de Neil Diamond ¿recuerdan? y 3) para esconderse detrás de todas esas capaz de ropa. Elton se justifica diciendo que no era un sex symbol como Bowie, Mick Jagger o Freddie Mercury y que, al cantar y tocar el piano al mismo tiempo, no quería que la gente se aburriera viéndolo nada más sentado, así que quiso tomar cartas en el asunto.

John se declara abiertamente bisexual en una entrevista con la revista Rolling Stones en 1976, lo cual obviamente afectó sus ventas y le dio fama de “degenerado” por varios años. Eso no le importó cuando, 8 años más tarde, se casa en Australia con la ingeniera en sonido Renate Blauel, matrimonio que obviamente se desmoronó 4 años después. Fue más o menos por el ’87 que se vio inmiscuido en una serie de noticias escandalosas y falsas, donde la prensa inglesa lo atacaba de tener orgías con muchachitos menores de edad a los que ofrecía drogas y alcohol durante días. Todas estas historias fueron falsas y tras una pelea legal, Elton recibió una compensación de 1 millón de libras + una disculpa pública en la portada del periódico The Sun. Pero el daño ya estaba hecho: era un drogadicto alcohólico deprimido y luchando secretamente con la bulimia. Lo que puedo rescatar de todo este periodo, es que surgieron más canciones emblemáticas: “Nikita”, “Sorry seems to be the hardest Word”, “I guess that’s what they call it the blues”, “I’m still standing” (¡BUENÍSIMAAAA!), “Sad songs (say so much)”, “Someone saved my life tonight” (que tiene que ver con los intentos suicidas que tuvo sin realmente querer quitarse la vida, sino sólo para pedir ayuda), “Blue eyes" y “Sacrifice”.

En 1990, e inspirado en la muerte de su amigo Ryan White (un adolescente de 18 años que fue contagiado de VIH por una transfusión de sangre), Elton decide sacudirse todas las adicciones, los miedos, los excesos y la inmadurez, y entra a un periodo de rehabilitación que dura más o menos 1 año. Es gracias a esta decisión, que tenemos Elton John para rato. Reaparece en los medios con un nuevo álbum, luciendo muy sereno y con ganas de tomarse aún más en serio su carrera, añadiendo a que crea la Fundación Elton John contra el VIH, siendo la más prolífera del mundo. Es aquí cuando llega lo de “El Rey León” y conoce al gran amor de su vida: David Furnish. Han estado juntos desde el ´93, tienen 2 hijos juntos y uno de los matrimonios gays más estables y famosos del mundo. A pesar de toda esta renovación mental, física, espiritual y hasta sexual, en el verano de 1997 pierde a dos de sus amigos más queridos y cercanos: el diseñador Gianni Versace y a la Princesa Diana. Nadie podrá olvidar la interpretación de “Candle in the wind” que hizo John en el funeral y que reescrita especialmente para “Lady Di”; llegó a ser el single más vendido en toda la historia y generó 30 millones de dólares en ventas, todo destinado a las fundaciones favoritas de la princesa.

En abril del año siguiente, la Reina Isabel lo nombra Caballero de la Corte Inglesa, siendo ya su nombre oficial Sir Elton Hercules John. Le siguen otros éxitos que me encantan: “Written in the Stars” junto a Leann Rimes, “Someday out of the blue” (de la película animada “El camino hacia El Dorado”), “Something about the way you look tonight” (que ¡AAAAHHHH! es de mis favoritas de toda la vida, en verdad me encanta y la he estado escuchando días enteros), “The One”, “Song for Guy”, “Believe” y “I Want Love” que, déjenme decirles que si creen que Robert Downey Jr. se ve sexy como Ironman o es más guapo conforme le pasan los años encima, es porque claramente nunca han visto el video de esa canción, es impresionantemente bueno.



Me reconforta escuchar a Elton cuando dice que tiene la energía de un chico de 20 años y que la paternidad le ha servido para seguir trabajando y sentirse inspirado por nuevos artistas y nueva música. A pesar de sus constantes y famosos berrinches o “tantrums”, él dice que está muy viejo como para callarse la boca y no decir exactamente lo que piensa, así que dejémoslo seguir así, tan irreverente y diva como siempre lo ha sido. Basta que vean el “Carpool Karaoke” de James Corden junto a Elton para que se den cuenta lo fantástico que es y lo bien que le ha sentado la vida en estos últimos años.


¿Se dan cuenta la cantidad de canciones que mencioné en este artículo? Todas me encantan, ¡TODAS! lo cual me dice que sí es de mis artistas favoritos y que ha sabido evolucionar con el tiempo con una calidad muy alta. Elton John ha vendido más de 300 millones de discos en sus más de 50 años de carrera y es considerado como uno de los mejores artistas del Siglo XX, ahora ya saben el por qué.


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La Autora: Publirrelacionista de risa escandalosa. Descubrió el mundo del Social Media Management por cuenta propia. Gusta de pintar mandalas y leer. Ácida y medio lépera. Obsesionada con la era del jazz. Llámenme anticuada… ¡por favor!


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