Jurassic World: ¿valió la pena reabrir el parque?

A 22 años del estreno de Jurassic Park, Colin Trevorrow se aventura a contar un episodio inédito de la franquicia dinosáurica iniciada en los 90 por el afamado realizador Steven Spielberg.
Cinetiketas | Por Jaime López Blanco |

A 22 años del estreno de la película original, el director Colin Trevorrow se aventura a contar un episodio inédito de la franquicia dinosáurica iniciada en los 90 por el afamado realizador estadounidense Steven Spielberg. No lo hace solo. Trevorrow cuenta con la ayuda de Derek Conolly, el libretista de su ópera prima denominada “Safety not guaranteed” (cuyo argumento se hizo acreedor al Premio Walt, como Mejor Guión, en Sundance 2012). También se apoya de las ideas y escritura de Rick Jaffa y Amanda Silver, quienes son los responsables de haber renovado la historia del “Planeta de los Simios” (“Rise of the Planet of the Apes” y “Dawn of the Planet of the Apes”). Asimismo, Trevorrow, aparte de dirigir, también colabora como coguionista.

Es precisamente esa mezcolanza de diversos cuentistas lo que constituye la principal debilidad del filme en cuestión, ya que se percibe como una historia floja, que imita con poca creatividad la premisa de su antecesora y que trata de repetir, deficientemente, el discurso a favor de la diversidad de las especies propuesto en el “Planeta de los Simios, Evolución”, pero con personajes y situaciones unidimensionales.   La excepción a esto último corre a cargo del protagonista, Chris Pratt, quien además de poseer un carisma nato -demostrado desde “Guardianes de la Galaxia” y algunas series televisivas- es a quien le tocan las mejores líneas de la película. El entrenador de Velociraptors  funge como una especie de fuerza conciliadora y empática entre el hombre y los dinosaurios.  Igualmente, Jake Johnson (de la serie televisiva “New Girl”) cuenta con dos gags divertidos a lo largo del metraje y se reconoce enormemente la incursión en el cine de Hollywood del intérprete francés Omar Sy (“Intouchables”), aunque bien pudieron haberle dado más minutos en pantalla.


Lo que se agradece son los diferentes guiños u homenajes a la cinta original, “Jurassic Park”; por ahí podemos encontrar los juguetes de aquella época (visores que cambian las fotografías de manera manual); las camionetas de expedición de la primera cinta; el memorable tema musical de John Williams; el icónico plano cinematográfico donde se puede observar a un vehículo avanzando entre una manada de dinosaurios; entre otras cosas.


También es remarcable la gama de características positivas que en este nuevo episodio cinematográfico le atribuyen a los Velociraptors. En cuestión de efectos digitales, es admirable la labor realizada con los reptiles gigantes, destacando las secuencias de los dinosaurios voladores, el Mososaurio acuático y la espectacular pelea final entre el Indominux Rex y un viejo conocido de la franquicia dinosáurica.


La nueva entrega de la mítica saga ‘Jurassic Park’ ha recaudado más de 511 millones de dólares a nivel mundial.

Se puede decir que “Jurassic World” es un filme entretenido y, en ocasiones, muy vistoso. Seguramente, para los infantes y adolescentes de las nuevas generaciones, será una de sus películas veraniegas consentidas del presente año. Sin embargo,  el director Colin Trevorrow no supo inyectarle la tensión y suspenso necesarios, características que sí poseía el largometraje original. 

 
En una especie de veranómetro filmicus, “Jurassic World” me resultó más divertida que la secuela de los “Avengers” pero menos vertiginosa e inteligente que “Mad Max: Fury Road”.  Quizá “Jurassic World” hubiera construido un mejor guión si se hubiera involucrado en su planteamiento a un personaje humano creado vía inseminación artificial (para crear más empatía con los dinosaurios producidos en laboratorio) y si se le hubiere sumado un montaje paralelo que evidenciara las similitudes entre el instinto depredador del homosapiens y el instinto cazador de los nuevos animales alterados genéticamente. 

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Nota groovy: Si ya viste Jurassic World seguro que recuerdas el momento en el que Chris Pratt se mete en la jaula de los velociraptores para calmarlos. No sólo aparece en la película, también en los avances de la cinta dirigida po Colin Trevorrow. La pose que hace con las manos extendidas ha inspirado a varios cuidadores de zoológico a fotografiarse igual que el actor pero con sus animales.


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