"Días perfectos", una oda a la paz interna y el regreso de Wim Wenders

Un atractivo más de "Días perfectos", producida por Japón, es su banda sonora, que se conforma por clásicos de Lou Reed y Nina Simone.



Cinetiketas | Jaime López |


Sencilla, pero entrañable narrativa sobre la cotidianidad, que contagia un enorme sentimiento de esperanza a las y los espectadores, así podría definirse en unas cuantas líneas a "Días perfectos", la nueva película de Wim Wenders, que representa su regreso a la dirección después de un lustro sin actividad.

Postulada en la categoría de Mejor Película Internacional de los recientes premios Oscar, el filme en cuestión sigue la rutina de un hombre de mediana edad, que es feliz aseando los baños públicos de Tokio.

Ello se percibe a través de la pasión y detalle que le imprime a su oficio, pues se ha hecho dueño de un enorme kit de limpieza para dejar radiante cada espacio de su itinerario de trabajo.

En su rutina, el protagonista tendrá una serie de encuentros fortuitos que le producirán una amalgama de sentimientos con los cuales la audiencia podrá identificarse fácilmente.

He ahí la clave de Wenders para causar una emotividad a flor de piel entre el público, pues su más reciente producción renuncia a cualquier artilugio o recurso barato para provocar empatía hacia la historia contada, una que puede protagonizar cualquier persona.

A eso hay que sumarle el tino del realizador y su coguionista, Takuma Takasaki, por crear un protagonista parsimonioso o silencioso, que funge como una especie de observador y filósofo del mundo a su alrededor.

Interpretado magistralmente por Koji Yakusho, el estelar de "Días perfectos" es reflejo de la filosofía Zen, aquella corriente budista que exalta la meditación.

De ese modo, el personaje central disfruta la danza de los árboles que tiene cerca de él cuando degusta su almuerzo o no tiene empacho en ocultar su sonrisa cuando ve a su "crush" cantar o ama cada sorbo que le da a su soda cada vez que sale a trabajar.

En resumen, la "perfección" que Wenders traza en su trama no tiene que ver con una falsa búsqueda de la felicidad eterna o con la toxicidad positiva que actualmente se promueve en la cultura occidental.

Es un concepto más profundo, que tiene que ver con disfrutar los momentos únicos de la vida, el día a día, el ahora, porque como dice el estelar en un diálogo de la película, nunca se sabe cuándo será la próxima vez.

Un atractivo más de "Días perfectos", producida por Japón, es su banda sonora, que se conforma por clásicos de Estados Unidos, entre los que destaca la melodía homónima de Lou Reed o la emblemática "Feeling good", de Nina Simone.

Finalmente, los personajes secundarios, como el ayudante del estelar o su sobrina, son un plus en la película de Wenders, que le aportan una frescura innegable. Su aparición representa a esos seres que se cruzan en nuestra existencia para hacerla más dichosa.




© Copyright | Revista Sputnik de Arte y Cultura | México, 2022.
Sputnik Medios