“El insulto” en México, ¿una radiografía fílmica sobre los fraticidios?

Una escalada de venganza y rencor, esto y más es “El insulto”, que logra recordar una de las caras más vergonzosas del ser humano: la de la intolerancia.

Cinetiketas | Por Jaime López |


“Ojo por ojo, y el mundo acabará ciego” fue una de las frases emitidas por el político de la India, Mahatma Gandhi, la cual parece sustentar el conflicto dramático de “El insulto”, película libanesa que hace algunos meses compitió por la estatuilla dorada en la categoría de mejor cinta extranjera, y que este fin de semana arribó a las pantallas de México.

Básicamente, dicha obra (dirigida por Ziad Doueiri) utiliza el conflicto suscitado entre un mecánico cristiano y un trabajador palestino para erigir un retrato sobre el odio irracional vigente en el Oriente Medio, odio que ha sido motivado y alimentado por los fundamentalismos religiosos y diferencias por origen étnico tan presentes en dicha región.

Así, el derramamiento - ¿accidental? - de agua sobre la cabeza de un refugiado político, acompañado de la exclamación “¡Maldito idiota!” que aquel le lanza al responsable de dicho derramamiento, bastan para revivir esa animadversión histórica entre libaneses adeptos al cristianismo y musulmanes.

Una escalada de venganza y rencor, esto y más es “El insulto”, que logra recordar una de las caras más vergonzosas del ser humano: la de la intolerancia.



¿Didáctica y algo melodramática, como han opinado ciertos analistas? Quizás, pero nunca al grado de esas producciones hechas en Hollywood, plagadas de falsa ética o hipócrita moralismo. Al contrario, las buenas actuaciones de sus protagonistas (una de ellas fue reconocida en el pasado Festival de Venecia), así como la habilidad narrativa de su orquestador, convierten a “El insulto” en una propuesta interesante de analizar en estas fechas. 

Además, su argumento posee varias reflexiones y un par de giros que elevan aún más el interés de los espectadores, algo que, sin duda, se agradece, sobre todo en una época en la que muchos puristas del séptimo arte alaban más la técnica que el contenido de las películas. 

En ese sentido, a Doueiri no le interesa que algunos de sus encuadres adolezcan de una profundidad de campo sobreexpuesta (“tomas quemadas”, para el argot de los fotógrafos), sino todo lo que transmiten o expresan los diálogos y acciones de sus protagonistas.

“Ojalá Ariel Sharon los hubiera asesinado a todos”, “Nadie tiene el monopolio del sufrimiento”, “Los palestinos son taimados”, así como “Y no soy Jesucristo para poner la otra mejilla”, son algunas de las frases que emanan punzantemente en el argumento coescrito por el propio director y Joelle Touma, que, de manera efectiva, evidencian la manera en que las diferencias ideológicas pueden abrir esa caja de pandora llamada sectarismo.


¿Mejor que “¿Sin amor”, “The square” y “Una mujer fantástica”? No, pero sí muy recomendable de ver esta semana, más si se compara con los estrenos gringos, que son poco sólidos, nada llamativos. 

“El insulto” es distribuida por Zamora Films y Alameda Distribución. Puede ya disfrutarse en varios complejos de la capital del país, así como de Puebla, Querétaro, Monterrey, Jalisco, Yucatán, Morelia, Cuernavaca, entre otros. 


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