“The gift” y “Krampus”: Terror psicológico y terror kitsch

"The gift" se distingue por su buen ritmo y manejo del suspenso. "Krampus" es disfrutable en 40 de sus 98 minutos.
Cinetiketas | Por Jaime López Blanco | 

El multifacético actor australiano, Joel Edgerton (“Warrior”; “The great Gatsby”; “Exodus”; “Black mass”) hace su debut en la silla de director con la cinta “The gift” (“El regalo”), la cual también escribe y coprotagoniza. “The gift” fue una de las modestas agradables sorpresas, en taquilla y para la crítica, del verano pasado y actualmente se puede rentar tanto en videocentros como en plataformas digitales.

Con una premisa sencilla, Edgerton nos adentra de manera efectiva -una dirección que se distingue por su buen ritmo y manejo del suspenso- en una historia permeada por los errores del pasado, las apariencias y las disyuntivas morales. Se agradece un argumento inteligente, con atractivos giros de tuerca, que vuelve al terror psicológico su mayor fortaleza, y que también tiene las correctas actuaciones de sus protagonistas (un Jason Bateman que se sale de su zona de confort y una Rebeca Hall que, de manera honesta y natural, irradia dulzura e integridad), así como la inquietante interpretación del propio realizador (su tenebroso rol de “Gordo” está cargado de matices tan sutiles y enriquecedores que hacen difícil catalogar su personaje dentro de una sola emoción).

“The gift” posee ecos de películas como “One hour photo” (de Mark Romanek), “The reunion” (de Anna Odell) o hasta de “The box” (de Richar Kelly); ésta útlima por aquello de los extraños regalos y la irresponsabilidad al afrontar las consecuencias de nuestras decisiones. Sin embargo, se erige como una propuesta interesante y novedosa en medio de una inmensa “bola” de metrajes del género de terror y suspenso que únicamente utilizan fórmulas y recursos cansinos, sobreexplotados.

     

Por otra parte, en algunas salas cinematográficas de nuestro país sigue en exhibición “Krampus, el terror de la navidad”, del director Michael Dougherty, la cual explora el subgénero de la comedia de horror, al estilo de los filmes ochenteros (también denominados de serie B) comandados por Joe Dante (“Gremlins”), para presentarnos el relato de una típica familia disfuncional estadounidense que ha extraviado el espíritu de camaradería y de unión navideños, provocando con ello que aparezca la sombra de Santa Claus (el “Krampus” del título), la cual los acecha y les da una aterradora lección.


“Krampus” es disfrutable en 40 de los 98 minutos que dura, sobre todo en aquellas secuencias en las que aparece el ejército de sus aliados. “Shrek” seguramente se quedaría boquiabierto al enterarse de la maldad  y el sadismo que han desarrollado las galletitas de gengibre que aparecen en esta cinta. Asimismo, “Pedrito” Fernández nunca imaginó que su muñeca de las “Vacaciones de terror” sería superada tan fácilmente por un ente de características similares que acompaña a la repugnante estrella de esta historia. En términos generales, “Krampus” se goza sólo si se le entiende y ve como una parodia de terror, aunque cae en varios convencionalismos del género y posee un final injustificadamente largo, poco satisfactorio. 


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