Batman vs Superman: El cuestionamiento de los dioses

“Batman vs. Superman” es un filme que se destaca por su entretenido tremendismo visual, sello característico de su realizador Zack Snyder.

Cinetiketas | Por Jaime López Blanco |


¿Por qué la gente tiene la necesidad de creer en héroes, en entes que han elevado a la categoría de dioses? ¿Será porque siempre es muy atractivo un ser impoluto, poderoso, salvador infinitamente bondadoso? Quizá la respuesta a lo anterior es que el ser humano no confía en su propia clemencia; o el vivir en tiempos tan oscuros, fragmentados y desesperanzadores, lleva a muchos a una búsqueda continua de lo luminoso. 

La mezcla de los mencionados factores, realidades y anhelos son suelo fértil para el éxito de los grandes superhéroes, quienes lo mismo pueden ser personas encapuchadas con sofisticados aparatos anticrimen o alienígenas con disfraces de humanos que se han enamorado de las pocas cosas buenas que tiene la vida terrenal.

Sin embargo, los absolutos son peligrosos y los dioses algún día deben de sangrar. Al menos así lo creen Zack Snyder, junto con su equipo de colaboradores (Christopher Nolan en la producción ejecutiva; David S. Goyer y Chris Terrio en la elaboración del guión), quienes se encargan de cuestionar, o pretenden hacerlo, la eterna compasión de los protagonistas de “Batman vs. Superman: El origen de la justicia”.

A pesar de que se sabe que ese encuentro –tardío- entre los dos personajes más admirados del universo de DC Comics obedece a razones mercantiles, no se pueden negar las buenas intenciones de los escritores y creadores para introducir señalamientos hacia la naturaleza caritativa que, supuestamente, siempre deben poseer los superhéroes y, además, abordar el vacío de gran parte de la sociedad, el cual se manifiesta en una fe voluble y manipulable hacia entes que representan la mejor versión de algo que muchas personas quieren ser pero que no pueden.

“Batman vs. Superman” es un filme que se destaca por su entretenido tremendismo visual, sello característico de su realizador Snyder, quien desde “Dawn of the Dead” y “300” ha introducido los acentuados planos detalles de las acciones, junto con los fotogramas en cámara lenta, para imprimir mayor espectacularidad a sus relatos, y así cautivar más.

Luego entonces, como ya se apuntó, existen esbozos interesantes para poner en entredicho el “benévolo” actuar, tanto del “hombre de acero” como del “hombre murciélago”, quienes combaten el mal utilizando métodos debatibles, como las invasiones a otras naciones y la tortura, respectivamente, signos muy particulares de la filosofía de guerra de los gobiernos estadounidenses.

Lo malo es que la historia de “Batman vs. Superman” se siente, por momentos, alargada, lo que hace que el ritmo caiga en diversas ocasiones. Asimismo, la introducción de la “Mujer Maravilla” se percibe “metida a calzador”, usándola como un forzado eslabón que proporciona adelantos sobre los demás personajes que integrarán el resto de la Liga de la Justicia (cuya producción se planea estrenar a finales de 2017). Eso sí, Gal Gadot es una actriz con una belleza elegante, que le otorga un grato porte a la “Princesa de las Amazonas”. 

Por otro lado, no ayuda mucho a esta nueva película de Warner Brothers aquella escena en que se estereotipa a la sociedad mexicana, usando a gente con bigote, chal y sombrero, quienes alaban la intrepidez de “Superman” (esto fácilmente se puede malinterpretar, considerar un simbolismo de cómo desean los gringos que los veamos). 

Igualmente, las actuaciones de ciertos histriones de prestigio se sienten desperdiciadas; por ejemplo, las de Laurence Fishburne, Diane Lane, o Jeremy Irons (su línea más memorable es referirse a Bruce Wayne como “señorito”). 

¿Qué pasa con Jesse Eisenberg y su “Lex Luthor”? Digamos que le falta cierta madurez para alcanzar la sofisticación e inteligencia de los “Luthors” interpretados por Kevin Spacey y Gene Hackman. 


En una escena de la película, “Lex Luthor” expresa sus dudas acerca de la benevolencia de los dioses, mencionando que los dioses no pueden ser, al mismo tiempo, todopoderosos y generosos. 


En cuanto a las expectativas, mayormente negativas, de ver a Affleck en el traje del “Guardián Nocturno”, indiquemos que no se trata del peor “Batman” en la historia del celuloide, pero tampoco del más inolvidable. Lo que le ayuda es tener entre sus manos a un personaje complejo, muy rico en emociones: un antihéroe atormentado, con el alma condenada, a quien no le importa perecer, debido a que no le encuentra sentido a su vida desde la muerte de sus padres. Y sin embargo, este fúnebre ser es el que se proyecta como el líder de la futura Liga de la Justicia.


“Batman vs. Superman…” es una obra que no merece ser castigada al grado que lo han hecho sitios web como “Rotten Tomatoes” o “Metacritic” (hay peores cosas, como los “Transformers” o la nada novedosa “Avengers 2”), aunque no alcanza el gran nivel del discurso social emitido en la trilogía del “Caballero de la Noche”, de Christopher Nolan, ni la profundidad de la dialéctica entablada en la incomprendida “Watchmen” –también comandada por Snyder- en la cual se habla del cuestionamiento y desecho de los superhéroes. 

Es una película que emociona a medias, pero que al menos se atreve a juzgar, o poner en la polémica, los valores y arquetipos sagrados de los filmes de superhéroes.
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