7NN: XXXII

Me fui a los 16 años, un número significativo porque 1 + 6 da 7, que es el número sagrado, es el centro de uno mismo, como era el centro de mi renacimiento, 16, la mitad del camino al 32; como los 32 rumbos que tiene una brújula, yo vagué por la ciudad hasta que encontré mi sitio, como las 32 sonatas de Beethoven.

XXXII
Por Mauricio Caballero


Hola, te prometo que esta es la última carta. Entiendo que te aterra saber quién las envía, pero ya no escribiré más. Como te prometí en la carta anterior, aquí lo aclaro todo.

Doy clases de arte moderno, digamos que la vida me llevó a esta profesión. Me gusta, desde joven me interesé sobre algo muy particular y me di a la tarea de conocer todo lo que pueda sobre ello, descubrir lo que hay detrás, su misticismo, su relación con otras cosas.

Mi afán por ver sus conexiones me llevó a investigar cientos de cosas; estudié la biblia, la masonería, la numerología y terminé por adentrarme en el arte, sin duda un mundo lleno de misterios. Actualmente estoy estudiando una maestría y es de lo más fascinante que te puedas imaginar, a los artistas les encanta dejar mensajes ocultos en sus obras.

1Cuando Jacob emprendió nuevamente su viaje, llegaron ángeles de Dios a encontrarse con él. 2Al verlos Jacob exclamó: «!Este es el campamento de Dios!». Por eso llamaron a aquel lugar Mahanaim. No soy digno de todo el amor inagotable y de la fidelidad que has mostrado a mí, tu siervo.
Genesis 32:1-2


¿Lo conoces? Se encuentra en el primer libro, le puse un separador en la biblia que te regalé hace unos meses. Yo soy como Jacob. El Genesis 32 relata como Jacob emprende un viaje y llega al lugar que nombra Mahanaim que quiere decir dos campamentos, como yo, que tengo dos casas; la de mi infancia y la de ahora.

10Cuando salí de mi hogar crucé el río Jordán, no poseía más que mi bastón, ¡pero ahora todos los de mi casa ocupan dos grandes campamentos!

Genesis 32:10


¡Si!, así empecé yo. Sali de mi casa sin nada, crucé la ciudad, porque no quería estar cerca de mi primer hogar, aunque aún suelo visitarlo. He de confesar que me la pasé muy mal al inicio, pero nada de lo que no pudiera soportar. Solo luchando y esforzándome he llegado hasta donde estoy. Doy gracias por ello.

Quiero decirte que vivo aquí mismo, pero al otro extremo de la ciudad. De este lado se me aprecia más, realmente se valora mi trabajo, recibo una buena paga, mayor reconocimiento y mejores oportunidades. Incluso me han ofrecido trabajos importantes en otros estados, pero les he rechazado, tengo cosas pendientes aquí, aunque eso está por terminar.

De hecho, hoy me libero de mi pendiente y en dos días me marcho de aquí. Me iré de vacaciones por Europa, a Bélgica para ser exactos, visitaré museos y me empaparé de arte. En especial quiero ver una pintura; Número 32 de Jackson Pollock, quiero verla con mis propios ojos. Te dejé una foto en este sobre, ¿la ves?, esa obra me recuerda mucho a mi niñez, fue algo complicada, podría jurar que veo 32 personas en la pintura.

Por cierto, él le debe su estilo a David Alfaro Siqueiros, quien le enseño la técnica de action painting y dripping. Pollock murió en un accidente con su coche; se estrelló frente a un árbol casi al llegar a su casa. Algo como lo que te pasó a ti años atrás, se puede decir que tuviste un choque a la Pollock. Lo sé por los periódicos locales, fue un 3 de febrero, te sorprenderá lo que puedes conseguir desde una computadora.

Sabías que hasta hace algunos años los procesadores eran de 32 bits, y las computadoras con dichos procesadores tienen el problema del año 2038, esto es porque la variable entera donde se guarda el tiempo tiene un valor límite de 2,147,483,647; que corresponde a la fecha de 19 de enero de 2038, a las 4:14 pm con 7 segundos. Un segundo después el tiempo regresará a la fecha de 13 de diciembre de 1901 o 1 de enero de 1970. Como sea, habrá personas que no lleguen a comprobar esto.

¿Por qué te digo esto? Me di cuenta de algo, si multiplicamos 19 x 1 x 2038 x 4 x 14 x 7 nos da 15,179,024, y si luego sumamos cada número por separado: 1 + 5 + 1 + 7 + 9 + 0 + 2 + 4 da 29. Y si sumamos las cifras individuales de la misma fecha 1 + 9 + 1 + 2 + 0 + 3 + 8 + 4 + 1 + 4 + 7 nos da 40, si sumamos 4 + 0 da 4. Sumando al final el 29 + 4 da 33, y si a esto le quitamos el segundo que marca el retroceso del tiempo, nos da 32. Todo está relacionado, te das cuenta, el mundo está lleno de sutiles relaciones que se revelan. Solo para quien las busca.

Retomando. Seguro te alegra saber esto, no hablo de las fechas, de los números, ni de Pollock, hablo de que seguro te alegra saber que me voy. Por eso quiero despedirme con esta última carta, para que descanses, sé que me he portado mal, que para ti he sido un fastidio y quiero dejarte en paz. Liberarnos uno del otro.

1Dichoso aquel
                a quien se le perdonan sus transgresiones,
               a quien se le borran sus pecados.
2Dichoso aquel
                a quien el SEÑOR no toma en cuenta su maldad
               y en cuyo espíritu no hay engaño.

La dicha del perdón. Salmo de David. 32:1-2


Éste es el inicio del salmo 32, del libro de los Salmos, también te lo marqué en la biblia. Es la hora de pedir perdón, dejar los engaños, develar los misterios, hoy es el día de revelar toda mi maldad.


3Mientras guardé silencio,
               mis huesos se fueron consumiendo
               por mi gemir de todo el día.

La dicha del perdón. Salmo de David. 32:3


Esa era yo de pequeña, no tenía voz, no era escuchada, era empujada de un lado a otro, como un estorbo, como una carga. Solo me quedaba llorar, por dentro, para no molestar, para intentar ser una niña buena, pero cada vez me fui sintiendo menos. Cómo existir si nadie te llama por tu nombre.


Tú lo sabes bien, te quedaste sola a los 32 años, tu adicción a las drogas y alcoholismo te dejaron sin nada, vacía, entraban hombres a tu casa, pero jamás te llamaron por tu nombre, solo eran una visita de paso y te quedabas vacía. Perdiste todo y yo también lo perdí; perdiste tu juventud, y yo también la perdí; perdiste tus amantes, yo perdí a quien deseaba que me amara; perdiste tu nombre, yo nunca escuché el mío.

11Oh señor, te ruego que me rescates de la mano de mi hermano Esaú. Tengo miedo de que venga a atacarme a mí y también a mis esposas y a mis hijos.

Génesis 32:11


Esa fue mi infancia, tenía miedo de que Esaú llegará a mi cuarto y me atacara, mi esposa e hijos eran los muñecos que me encontraba en la calle, no tenía a nadie más a mi lado.


24Entonces Jacob se quedó solo en el campamento, y llegó un hombre y luchó con él hasta el amanecer. 25Cuando el hombre vio que no ganaría el combate, tocó la cadera de Jacob y la dislocó.

Génesis 32:24-25

Nos quedamos solas, hablo de ti y de mí, ambas nos quedamos solas, pero cada una en su campamento, valiéndonos por nosotros mismos.

Hace 5 años un hombre entró a tu casa, te golpeó y te dislocó la cadera. Dejaste de caminar, dejaste de usar tus extremidades inferiores. ¿Sabías que tenemos 32 huesos en las extremidades superiores? Que no te sorprenda que sepa esas cosas. Como también sé que desde entonces tomas pastillas para la presión alta, te convendría saber los efectos secundarios de la Hidralazina.

Sí, he estado cerca de ti, en tu campamento. Te confieso que he entrado algunas veces, porque también fue mi campamento. Lo abandoné el día de mi cumpleaños, pero tú no sabías eso, no te diste cuenta hasta dos días después cuando por fin saliste de tu cuarto. Fue hasta después de un mes que te importó mi partida, que te molestó la soledad.


28Tu nombre ya no será Jacob —le dijo el hombre—. De ahora en adelante, serás llamada Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.

Génesis 32:28


Yo vencí a Esaú, vencí al hombre, y me gané un nuevo nombre, ese fue el inicio de mi camino, de la vida que ahora tengo y amo. Reconozco que al inicio fue difícil, pero te agradezco que me hayas dado la fuerza y motivos para hacerlo.

Me fui a los 16 años, un número significativo porque 1 + 6 da 7, que es el número sagrado, es el centro de uno mismo, como era el centro de mi renacimiento, 16,  la mitad del camino al 32; como los 32 rumbos que tiene una brújula, yo vagué por la ciudad hasta que encontré mi sitio, como las 32 sonatas de Beethoven que escucho cada que veo una pintura, como las 32 casillas del ajedrez que he jugado mentalmente hasta el día de hoy, 32 como el promedio de dientes que tenemos los adultos, como los grados de aumento que tenía Galileo en su último telescopio y con los que pudo ver los cráteres de la luna, las manchas del Sol, los satélites de Júpiter y los anillos de Saturno. 32 como las quemaduras de cigarros que tengo en el cuerpo, tantas como la misma cantidad de baños que hay en la Casa Blanca, tantas como las veces que me golpeaste, como el documental que habla de 32 salmones que nadan contra corriente, como yo tuve que hacerlo. 32 como las parejas que te conté mientras yo vivía ahí, y que algunas de ellas después entraban a mi cuarto y me decían que calladita me veía más bonita, como las 32 notas que tiene un saxofón que tocaba uno de esos hombres, 32 como las páginas del pasaporte que acabo de sacar, igual que los 32 estados de nuestro país, 32 como el código telefónico de Bélgica, como su nieve que se crea por debajo de los 32 grados Fahrenheit, que es el punto de congelación del agua, 32, igual a la edad que tengo hoy. Tú eras Esaú y yo solo quería huir de ti.


5Pero te confesé mi pecado,
             y no te oculté mi maldad.
Me dije: «Voy a confesar mis transgresiones al SEÑOR»,
             y tú perdonaste mi maldad y mi pecado.
10Muchas son las calamidades de los malvados,
             pero el gran amor del SEÑOR
            envuelve a los que en él confían.

La dicha del perdón. Salmo de David. 32:5,10


Esta es mi última carta, mi confesión de la última transgresión, te confieso mi pecado. Hoy es el día especial para cerrar el círculo, para darte mi perdón y para pedirte tu perdón. Hoy estoy en paz, conmigo y contigo, porque ya no hay nada que te quiera ocultar; hoy te irás de tu campamento.

Sé que ya tomaste tu pastilla para la presión, te la tomas siempre cada mañana acompañada de dos vasos de leche. Te diré que el vaso que usas es de 16 onzas, solo haz cuentas, 16 x 2 da 32, como la misma cantidad de pastillas que molí en tu bote de leche.

Me siento bendecida y agradecida por las pruebas que me envió Dios. Por favor lee por última vez el Salmo de David, 32:11. Mi corazón es justo, mi corazón descansa.

Adiós mamá, adiós mamá, adiós mamá, adiós mamá, adiós mamá, adiós mamá, adiós mamá, adiós mamá, adiós mamá, adiós mamá, adiós mamá, adiós mamá, adiós mamá, adiós mamá, adiós mamá, adiós mamá, adiós mamá, adiós mamá, adiós mamá, adiós mamá, adiós mamá, adiós mamá, adiós mamá, adiós mamá, adiós mamá, adiós mamá, adiós mamá, adiós mamá, adiós mamá, adiós mamá, adiós mamá, adiós mamá.

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