No hay dos sin tres: en el ruedo con Sabina y Serrat

Los pajarracos S&S presentan la tercera parte de la saga que inició con Dos pájaros de un tiro.
Por Sergio Martínez

Según Fernando González Lucini en su libro Y la palabra se hizo música, canción de autor en España, “La canción de autor española nace en París en 1956, entre el exilio y la inmigración, cuando Paco Ibáñez pone música y voz a una letrilla de Góngora, La más bella niña, bajo la influencia del que sería luego su amigo y maestro Georges Brassens”. Son los tiempos del franquismo en España y una de las armas de los republicanos españoles en el exilio ─incluso dentro de España─ será la canción de autor, género reivindicativo que crítica las injusticias sociales, pero que también incluye en la temática de sus letras el amor, la cotidianidad o la crónica urbana. De esta corriente musical emanan las figuras de Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat.


Paseíllo

El concierto inicia con un video donde una voz en off (Ricardo Darín), cuenta sobre las aves migratorias y sus vuelos, un avión con los heraldos de Sabina y Serrat (S&S) vuelan en una avioneta en medio de varias bandadas, la nave cae, pero lo hace en el lugar correcto, explota, los heraldos quedan desplumados, ahí empieza la corrida, S&S salen al escenario cobijados cada uno por su cuadrilla de músicos.


Primer tercio

Esta noche contigo al alimón, ovación estruendosa para el de Úbeda, palmas efusivas para el de El Pueblo Seco, aplausos para ambos al terminar la canción. S&S quieren presentarse, justificar esta tercera versión de lo que inició con Dos pájaros de un tiro (2007), y continuó con Dos pájaros contraatacan (2012). Diálogo insulso que desemboca en la lírica de: No hago otra cosa que pensar en ti y Aves de paso; regresarán los diálogos que pretenden ser chistes que hablan sobre la amistad, el primer puyazo lo da Sabina con la autobiográfica: Lo niego todo, el respetable brinda palmas efusivas y varios gritos de admiración y cariño, Joaquín disfruta. Regresan una vez más los diálogos, rapidez mental de Sabina para ir bordando lo que se espera sea un buen chiste que queda en nada, Joan no sabe hacer chistes… mejor que canten pienso en voz alta: Pero que hermosas eran, La Magdalena y Serrat nos aguijonea con: Es caprichoso el azar, al alimón con Sofi Mohamed, que impresiona a los escuchas con una voz tersa, clara y potente. Por el boulevard de los sueños rotos y 19 días y 500 noches, cierran el primer tercio.

"Si aquí le han dado asilo a Evo Morales, también nos podrían dar a nosotros"


Segundo tercio

Serrat pone sus banderillas: Tú nombre me sabe a hierba, Nanas de cebolla-Romance del curro el palmo, Sabina sale al tercio y se rifa guitarra en mano: Peces de ciudad, ovación general para él. Cantares a dos voces nos emociona a todos, palmas efusivas para los dos cantautores. Lucia nos mete a la textura del cariño hecho canción; Serrat se pone serio, nos habla de la migración, nos da una pequeña lección socio histórica sobre el Mediterráneo, suscribe su origen. Terminan este tercio por todo lo alto, nos vuelven a banderillear: La del pirata cojo, Princesa y Señora.


Tercer tercio

Siguenlosdiálogoslosdiálogoslosdiálogossupongoquesonchistesalgoquenosquierendecirynosabencómodecirnos. Muleta en mano Serrat canta Un mundo raro, Sabina con pase natural entona Y sin embargo, el público se entrega, canta un encore de una par de estrofas de la canción. Hoy puede ser un gran día nos invita Joan Manuel, entre los dos: Noches de boda-Y nos dieron las diez. Se despiden, sus respectivas cuadrillas los flanquean. El respetable pide más, los toreros no se hacen del rogar: Contigo, Paraules d'amor, Aquellas pequeñas cosas y Fiesta cierran el concierto con estocada certera; palmas de pie y pañuelos blancos para los toreros. Por la reacción del público, orejas para Serrat, salida en hombros por la puerta grande para Sabina.

Sabina es un primer espada que, cuando Serrat toma el micrófono, se convierte en un mozo de espadas. Serrat… es Serrat. No desmerece esta tercera versión de los pajarracos, quien se queje de que son las mismas canciones, deja de ver que estamos siendo testigos de la historia, asistimos al testimonio musical de dos de los tres compositores (el otro es Luis Eduardo Aute) más grandes del idioma castellano, tipos que con su lírica musical le pusieron banda sonora a la vida de, por lo menos, cuatro generaciones en Hispanoamérica. La música de Joaquín es transgeneracional, quizá la de Serrat no lo sea tanto. Ver a estos pajarracos en el escenario es ser testigo de un testimonio en canciones que en sus interpretaciones llegan a ser poesía.[

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