Perdidas con la Ola

El primer EP de Ola Magenta, «Estamos Perdidas», ya está disponible en todas las plataformas musicales.


Cumbia norteña | Por Antonio León | Fotografía: Armando Ruiz |


Nos regalan monedas para poner canciones de Paulina Rubio, Britney Spears y Valentín Elizalde. Las caguamas están frías de verdad y valoran nuestra presencia como parroquianas distinguidas. Nos dejan amontonar tantas sillas como necesiten nuestras bolsas de gatitos y nuestros traseros norteños. La chica de la barra es nuestra homegirl y nos incluyó en el grupo de Whatsapp de habituales del lugar. El Washington es un finísimo bar en el centro de Mexicali, un sitio al que nos hemos mudado en la nueva normalidad buscando espacios con menos gente y baños que no parezcan el de la película Trainspotting.

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Cuando hablo en plural, es porque fui adolescente en los noventa y me mamaba la onda groupie. En aquel entonces no me dejaban entrar a los bares, pero iba a tocadas infames con músicos de talento medidito que se atascaban de jarabe Benadrex con soda de limón -dicen que otra vez está de moda-. La verdad es que Ola Magenta es una sola morra: Caro Yee, nuestra amiga.

Antes de ser Ola Magenta, Caro estuvo haciendo música con varias bandas de nombres como de estética unisex. Indie pop surferito, como de ir de buenas por la existencia, como si no se estuviera acabando el agua con la que hacen nuestras cervezas. Bandas de veinteañeros que, según lo he visto, mantienen a flote el negocio de los tenis rojos de lona, las camisas hawaianas y las gorritas normiecores de alguna cosa supuestamente irónica de la que no me entero. Será que soy quince o veinte años más grande y estoy llegando a una época en que tanta indolencia juvenil me encabrona.

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Ola Magenta es la frontgirl de una banda en el fin de cursos de película gringa. Caro Yee nos trae el pop de guitarras con todo el encanto del verano de palmeras con el que la gente sueña en este verano de calor de radiador en la jeta. Es la heredera natural de las Kim Deals, las Liz Phairs y, ya en plan más reciente, las Best Coasts y las DIIVs del mundo.

Ola Magenta llega a un espacio aún dominado por señoros y se hace unas canciones en las que el humor adolescente convive con las vicisitudes de tener que ir a trabajar al día siguiente. Trabajar después de los ensayos, de los novios, de los afters, del perreo oligofrénico y de manejar por horas para hacer cualquier cosa.



Hace un par de días vio la luz Estamos perdidas, el primer EP de Ola Magenta. Es una colección de temas que nacieron entre bromas y referencias al humor de internet. Cinco canciones en YouTube, en Spotify y en cuanta cosa haya disponible para girar.

Ser testigo de la forma en que Caro Yee trabaja nos conmueve y emociona. Hemos ido –otra vez en plural- a bares de señores funados a los que juramos no volver, solo para verla brillar a ella. Nos hemos parado en salones de fiestas como de La risa en vacaciones para escucharla entonar estos temas. Nos sabemos los títulos y la parte en la que la guitarra toma más fuerza. Estar perdidas, Caro y nosotras, sus amigas. Estar perdidas y regresar al Washington por otra caguama. Porque de estos nosotras se compone la vida, y las amigas son la más dulce de las Olas.

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