Mi cosa favorita de ser amigo de Antonio León

Antonio León (Ensenada, Baja California) escribe poesía y crónica. Los poemas que aparecen en esta selección se extraen de sus libros y publicaciones

Selección y texto de presentación: Ánuar Zúñiga Naime
Foto: Elma Correa

 

Mi cosa favorita de ser amigo de Antonio León es la facilidad con la que convierte una salida a comer tacos en un evento de gala, una excursión al oxxo en un desfile, una visita al karaoke en un baile de máscaras; y los poemas en que habla de gremlins y monitos de videojuego.

Mi otra cosa favorita de ser amigo de Antonio León es su capacidad de reírse de las cosas más tristes y los poemas donde la adolescencia se extiende como una carretera que atraviesa el desierto.

Mi otra cosa favorita de ser amigo de Antonio León son las salidas a visitar edificios viejos, iglesias, casas venidas a menos donde vivieron poetas a quienes todo les importaba mucho o muy poco y robarnos las puertas. También los poemas donde Ben Affleck es el protagonista que fracasa inevitablemente.

Mi otra cosa favorita de ser amigo de Antonio León es que tiene el súper poder de transformar los eventos culturales en fiestas con mariachi y uñas negras y rímel corrido. Y también los poemas, por supuesto.

Ánuar Zúñiga Naime

 

 

detergente

 

pequeñas canciones de la comida

los humanos son hormigas sin ensortijar

 

si se reúnen

se llamarán amigos

pero también van a ignorar las pláticas

en que se habla

de la belleza

y dirán que es estúpida la belleza

:

en películas antiguas se lavan manteles con detergente

los tendederos que doblan la vista

parecen autocinemas silvestres

 

y en la última función

se aparecen fantasmas que prefieren los exteriores

:

mi madre tuvo alergia a las manos rajadas del Ariel

no hay un mantel que cubra

los guantes de carne molida

 

la belleza será

entonces

un recibo por algún servicio que se pueda comprobar

un amanecer en que pudimos hablar de otros asuntos

 

si se edita una antología de manos antiguas

en marcos que ostentan molduras

cubiertas por hoja de oro

aparecerá

un mantel

 

 

 

Érica Vexler

 

Desde niño fui de diamantina prensador de cielos canos

 

quería alcanzar velocidades de superhéroe en una serie

del canal seis

 

ir en avión privado, transmisiones en vivo la televisión

horario vespertino: su santidad la Mama, Erica Vexler

y Valentina Alazraki justo a tiempo para la homilía del te

 

de espaldas a la pared trece años, redondos y sin soltar

los maestros madrugaban para arengar estupideces en el

tiempo libre nos prohibían movernos en exteriores por

las armas químicas, patines en línea, camisa manchester

 

es que decían guerra del golfo, luego líneas verdes como

rayos de esmeralda

 

de espaldas a la pared encerronas de fantasía, la ascendencia queer

el rímel de todos los Robert Smith del nuevo rock patrio.

 

Que no digan:

temprana muy temprana la huida en tacones, la venida en tinieblas,

la mojarrita en caldo al borde de ninguna parte si de todas formas

nos vamos a morir en esta guerra o en otra.

 

Por disposición oficial del fin del mundo

prohibido fallecer antes de salir del closet.

 

Aviones se aproximan en la guerra televisada

George Bush madre contra Madame Hussein este es un ataque nuclear

repito

nuclear.

 

 

 

Galerón

 

mis amigos y yo

nos encerrábamos a odiarlo todo al fondo de un galerón

pocos muchachos en aquel espacio para flotar sin antena

 

las reglas eran simples

:

podíamos tocarnos siendo machos cabríos

pero sin desear de verdad

 

cuando alguien latía más fuerte

era pasado por tierra o por un mar de puños

como pasar un bacalao eviscerado a otra era

 

calientes desde la sangre en oquedades y naves industriales

incluso cuartos fríos que transmutaban en salas de calderas

 

al regresar a clase

yo era el único que recordaba el incidente

 

yerto en la afonía del aula

sudaba por el lápiz

imaginaba la tarde floja de las piernas

 

fiebre reumática la tarde

con menores de edad que se comían el cuello unos a otros

 

todo lo recordaba

 

 

mamars poética

 

este es mi poema de ir a la mierda en bobsled

en la olimpiada del cambio climático

o en la prueba de salto con pértiga en campo minado

junto a pacientes con el cielo negro

chicos de cabeza rota a punta de mimos

lo escribo

      en madrugadas de poco sueño

      en sillas voladoras de la feria municipal

con ideas que robé en foros de opinión

acerca del cine porno

entre políticos de izquierda y derecha

       al recortarles el odio como saliva de uso

       vuelan pavesas negras en la habitación

*

este es mi poema de quedarme en cama

en el voguing imaginario de las gordas

durante los paseos familiares

al campo

*

lo escribí desde la época de la vieja casa de madera

en que mi padre guardaba una pistola

hasta que un día entró un ladrón

a llevarse las cajas de balas

los bienes tangibles de la balística

toman el rumbo del mejor de sus alumnos

el arma es ahora un hueco vítreo

en casas vacacionales de extranjeros

fantasma de hierro con erecciones amartilladas

*

conté mi primera mentira hace treinta años

en un patio en que había juguetes

palabras que deseaban terminar

su ministerio de estrabismo

en el gatillo blando de las cosas

*

una vez saqué el arma del escondite paterno

que parecía un ataúd de lana en color marrón

bajé la bragueta al rayado del cañón

y me la puse en la boca

       la impotencia hace fila

       varias veces

       en la ruta de plástico

       de los juguetes nuevos

puja hacia arriba su arado de anodinos perros

este es mi poema del frío en el rostro

        cuando se atora una bala

 

  

Antonio León (Ensenada, Baja California) escribe poesía y crónica. Los poemas que aparecen en esta selección se extraen de los libros :ríos (cetys Universidad), Drowner (Secretaria de Cultura de Baja California), Consomé de piraña (Carruaje de pájaros / Instituto Sinaloense de Cultura) y publicaciones electrónicas.

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