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Un conejo que corre, salta y patalea: entrevista con Liliana López León
Por Antonio León | Foto: calvox&periche
Es un poemario que, sin planearlo, tiene dualidades, todas provenientes de lo que llamamos mundo natural, pero también de la ciudad y del cuerpo. Hay gratitud y también dolor. El conejo no es un animal que antes me dijera algo particularmente, por eso en el poemario aparecen más los lobos, los gatos, las cigarras, los perros, las aves y ciertas especies de plantas. Sin embargo, es el animal que persistía en mi cabeza cuando tenía estas emociones fluyendo. Luego me di cuenta que el año de su publicación, el 2023, ha sido el año del conejo de agua en el zodiaco chino, y curiosamente, este signo habla de cambios, que para mí, tal cual, ha sido el año de las transformaciones.
Después de la noticia, estuve varios días soñando despierta, pensando: un jurado conformado por poetas se tuvo que poner serio, leyeron un montón de libros, y decidieron que el mío era el ganador. Recibí felicitaciones muy cálidas y también mensajes de gente que no conocía. Quiero leer tu libro. Qué afortunada soy, ahora lo recuerdo y me vuelvo a poner contenta.
Letrinas: Poemas de Omar Méndez Sámano
Poemas de Omar Méndez Sámano
Zoo ¿lógico?
Sale el aire de un
zarpazo
de la cueva del
zoológico.
El león no sale.
Salen restos de
pelaje,
olores a encierro
que la sabana
limpiaría.
El león no sale.
Sale un rugido de
la entraña oscura,
la gente aguarda
ansiosa.
El león no sale.
Hoy, al igual que
ayer,
el león ha
decidido que los humanos
vengan a ver a los
humanos.
Al escultor
Miguel Ángel,
quita los páramos
de mi vientre,
deja zócalos en mi
torso.
Moldea esta
rodilla
que lo ordinario
pone en su mesa
y muerde cada fin
de semana.
Muele el polvo de
las nueces,
exfolia mis
inseguridades.
Confecciona la
suavidad
de los buenos
días,
mézclalos con mi
carne.
Resana mis pies,
hazlos un lugar
místico.
Haz de mi cabeza
un castillo
que jamás conozca
cañones
ni lanzas.
Baja mi mentón
de las cordilleras
más remotas,
ponle un camino de
jades
a mi frente
y te ruego
destiñas
esa maldita mancha
de timidez
que siempre vuelve
a convertirme
en un inmenso
mármol invisible.
Metamorfosis del agua
Agua triste engordada en las tinas.
No la ejercitan las jícaras,
ni la lluvia artificial
que los niños lanzaban
con sus botes de plástico.
No le veo el rostro
por ninguna parte.
Cuando mucho
una máscara lodosa
que degradó a medias un pocillo.
Ya nadie vela por ella,
por su intestino transparente,
por sus capillas de asepsia,
por el sacrificio
de purificar
suciedades ajenas.
Pobre agua,
le han quedado,
después de tantas manos lavadas,
los ecos del descuido.
Agua triste achacosa en las tinas,
aun con los colores del oprobio
yo te admiro,
pues en el más crítico estado,
en la piltrafa húmeda que queda,
en la inmundicia líquida
que un buey sediento desprecia,
nace la vida de los renacuajos.
Rolling
Detrás de mi pie izquierdo
hay muchos destinos
en el que mi talón no se
apoyará.
Seguiré anexando sitios
qué jamás volveré a
frecuentar.
Habrá platillos que me
encantarán
mas no tendré la oportunidad
de probarlos.
No conoceré lugares
lejanos
que podrían impresionarme.
Uno nunca sabe
si la palmera es para dar
sombra
o para desenterrar un tesoro.
Yo llevo mi piel tostada de
soles
y una pala por si acaso.
Plaga
Hay una plaga de mentiras,
a lo lejos puede verse
un grupo de personas
masajeando los oídos de la gente,
drenan la esperanza,
sepultan las lágrimas.
A las mentiras las respiran los
naipes
y los elogios.
Hay un porcentaje de mentira
en nuestros ojos,
en nuestros gestos,
en nuestra verdad.
Me pregunto
si mis acciones
no son los retazos de mentira
que otras personas
han ido tirando en estas calles.
Letrinas: Trinidad
Trinidad
Mar Romo
En el éter de tus caprichos, vida, me envolviste,
desde la caricia tenue hasta el éxtasis ardiente, me has roto cuantas veces
explotó una estrella y me has dado todos los colores de la luz.
Ocultas secretos hoy y yo sin ánimo de desafío
ni rostro para culparte.
¿Cuántas veces atestiguaste mi humanidad sin siquiera
pronunciar palabra?
¿Cuántas veces mi figura se tornó felina mientras
se desgarraba mi piel?
¿Cuántas veces fui un ave y me rompieron las alas?
Vida, sórdida adversaria y amiga sagrada,
dualidad que da razón al ser,
trinidad absoluta que compone el universo; que
la bestialidad del mundo no diluya el fuego,
que jamás olvide porque al dolor me hiciste más
fuerte,
y que por cada gota de sangre que corrió por la
espada de Teseo, brotaron rosas fragantes y saturadas de color.
Han viajado desde lejos miles de guijarros
que creen poder enseñar al océano cuántas formas
puede tomar. Ahora entiendo porqué un espectro de luz más vasto vislumbro,
todos los colores he visto con cada uno de sus gradientes.
Desafías mi paciencia en un mundo lejano a una
tormenta azul, mientras me observas desde luces y sombras entrelazadas.
Ofreces a manos llenas y retiras con ventaja,
caminas feral con tu sonrisa pícara,
arrastrándome contigo entre tus piernas que son
las mías.
¿Será que se cansó la bestia de ser feroz?
Hasta que mis ojos se sequen por haberlo visto
todo,
te amo porque eres la villana y heroína de esta
comedia tóxica de mierda
¿Será vida, que eres demasiado arrogante para ofenderte
cuando estalle el volcán y la lluvia se convierta en piedra ceniza?
Los sueños dejaron de ser placenteros hace
tiempo, seguido prefiero permanecer ciega durante las noches.
Al mirar por el balcón, el tiempo es mío, a veces
sostengo la esperanza del "será"
Tantas veces he recordado y he preferido quedarme
allí por temor al amanecer.
Cada día me levanto viendo el fuego que se apaga
a mediodía. He dejado de creer en cualquier cosa, casi a un punto nihilista.
Vida mía, en mi linaje el miedo no existe,
porque me he quemado viva y me he ahogado en la
inmensidad del mar, sin embargo no quiero preguntarme cuál es el límite para el
dolor
porque sé bien cuál es la respuesta y también sé
que no la he conocido.
Duele demasiado el cauce de los ríos del magma
eterno de un volcán,
cual lágrimas ardientes que queman y surcan la
piel moldeando al minotauro de Borges. La bestialidad siempre ha permanecido
afuera, te transmutas amorfa para poder sobrevivir.
Blandiste tu espada sobre mi séptima luz y me mostraste
que la tormenta solo se calma cuando la dejas llover.
Miré a los ojos a esa criatura de piel blanca por
primera vez, le tuve miedo, pero la enfrenté, me miró como yo habría querido
mirarla, fue un honor estar ante su majestad. Su cuerpo destrozado se inclinó
ante mí y casi rugiendo me dijo: "¡Eres tungsteno despierta!, no te culpes
por no poder estar. Regresa y deja todas las constelaciones que cargas entre
los brazos, es de cobardes querer vivir solo de sueños y no llevarlos a la
realidad. Eres guerrera y tus armas están hechas para pelear". Ella ocultó
de nuevo el plan y sinceramente yo no estaba lista para saberlo. Se enderezó y se
fue a bailar entre pequeños girasoles que crecían de la tierra. Bajo la luz de
la aurora boreal, la vi por primera vez tan hermosa. En un espejo sin marco, su
mirada me encontró y me miró con desdén para invitarme a bailar con ella. Solo
cuando bailamos logramos ser la misma.
—¿En cuántas piezas has roto la sombra? —Me
preguntó burlona. —Aún en medio de la oscuridad, lo que hace ser a la luna y a las
estrellas es la luz radiante que reflejan, en las tinieblas infinitas somos la
victoria.
—Pero tú también estás rota —exclamé.
—Es el precio de la dualidad y tú como el universo mismo, son producto de ella.
Poemas del libro «Cuaderno de Courtney Love», de Antonio León
Courtney Love
novios rubios y bajitos, callosidades en el talento
visible.
los tutores de nadie señalan diversos rasgos, aunque ya
no hacen más comentarios acerca de cuerpos infantiles.
artistas o fantasmas breves de cintura, ella ha dejado el
tema
porque nadie espera a niñas que dicen mentiras vistosas
mentiras que se vuelven la única opción de ir a espacios
públicos
o la única verdad posible durante la sesión con la
doctora
Smitherson
:
ella dice que nadie la obliga a un carajo pero
recuerda Olympia y después dice Aberdeen como decir
cuerpo de agua dulce o mar de galilea
decir una estrella de rock que gime luz
y se interna en los mantos freáticos de la audiencia
una de nosotras fue al frente en aquella guerra a patadas
regresó desde el sol de zapatillas Emily −aunque no ilesa
y nos dijo
que al final del arcoíris de leña no había más roadies
más
músicos insolentes
más terapias
de conversión
a la heteronorma
más patanes con playeras en que se promueve la muerte
de las ideas
cada vez que ella se cuelga la guitarra los barbudos
temen
−prefieren torso sudoroso, menos tetas de azafrán o
labios
pintados en los que nunca ocurrió
cada vez que vuelve a gritar salvaja
se abre la veda del odio,
sitios como Malibú, Londres, Las Vegas o Mexicali
salas de ensayo donde aprendió a dejarse ir llevando púas
en lugar de encaje
vestidos de abuela triste de quince años
un río de plata cruje en su garganta, pero nadie se
oculta en
la lluvia
durante el sexo oral
Polonia
nos pusieron en el barco aquella tarde
Hermitage se llamaba el barco
diario morían personas a bordo
y no había panteones en el mar
o una losa para llorar por fuera
yo recuerdo cuando vertían cadáveres al océano
aquel sonido
yo lo tengo tan presente
podría estar de vacaciones en una alberca
y reconocerme en el sonido de cuerpos
que entran al agua después de morir
yo era una niña de ojos verdes
pero recuerdo los pasos de olmo
la línea de clavos al fondo de zapatos
que tuvieron dueños distantes
y recuerdo los cadáveres del mar
las sonrisas en improbable duelo de dulces
traídos de Polonia
porque la felicidad es un simulacro de pieles hendidas
por el verano
en que el mar me llevó a otra parte
guitarra fácil
todos han visto el engaño, pero les gusta
no nací guapa de las hebras del río
guapura del cabello
¿las has visto?
algunas bailarinas así aterrizan
seguir arriba con la coreografía del pelo,
sobre las tablas de la casa de los viejos
sin darle tiempo al padre de largarse
como una modelo de cianuro ibérico,
mejoro mi engaño con mejores hombres
y aunque tengo cierta edad, sigo en el mundo
de los berrinches y las melodías digeribles
en que no es necesario tañir una
vela
o ver hacia el horizonte
tampoco es necesario el perfil de guitarrista virtuoso
que pierde el tesoro en un episodio
de quebrazón de brazos en la ensambladora de autos
el cabello largo ayuda
las botas con brillantes falsos
:
es la cultura de la juventud.
todas las semanas aparecen las mismas revistas
de gente disociada que se muerde las mejillas por dentro
pero ya le avisaron su inutilidad si no es hermoso
si no tiene brazos, si no es menor de veintisiete
Antonio León. Maneadero, Baja California. Poeta y cronista. Es editor de poesía en la revista El Septentrión y autor de los libros Busque caballos negros en otra parte (2015) :ríos (2017), Consomé de Piraña (2019) y Drowner (2021). En 2016 fue el ganador del Premio Estatal de Literatura de Baja California, en la categoría de poesía, con el libro El Impala rojo. En 2018 fue becario del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA) en la categoría Creadores con Trayectoria. Actualmente se desarrolla en el ámbito de la promoción de la lectura y promoción cultural universitaria. Es integrante del equipo organizador del encuentro Tiempo de Literatura, en Mexicali. Cuaderno de Courtney Love (y otros poemas), editado por pinos alados ediciones, es su libro más reciente.
Los guitarristas de rock también presentan libros
Por Luis Daniel Pulido
La
abuela está en la casa porque he visto su voz hace, primero, de luz que se cuela por la puerta, de
trópico tuxtleco, es el crucifijo más alto donde la abuela, enorme, da sombra a
sus nietos: siete. Segundo: hace también de espejos, y los espejos, ante la
muerte, desbordan soldados que se mueven y hacen grupos de amigos donde cada
uno va enumerando recuerdos e historias. Fernando Trejo tiene las propias, y
las construye con una de las tradiciones heredadas de su familia: La poesía. Y
en esa ruta no codifica, no le importa el misterio, los vericuetos lingüísticos;
pareciera que no busca un lugar en una biblioteca prestigiosa, decorar la
siesta del más sesudo de los poetas, se salta la verificación científica y
arroja los dados desde la revelación religiosa, el cuerpo medio iluminado de
los fantasmas, fantasmas queridos que se manifiestan o nunca se han ido.
Desde
el título: La abuela está en la casa porque he visto su voz, el poeta se
apropia de los hallazgos; es el que llega primero, es el primero que llega
también a la otra orilla del espejo y alza la mano en señal de que lo sigan. La
casa que habitamos de niños se ilumina desde afuera y los encuentros y los ecos
y las correspondencias forjan la bitácora de los viajes emprendidos junto a los
fantasmas y su soledad marina. Hay aventuras mínimas, un edificio apostado en
la herrumbre y el escombro de una ciudad tomada por mercaderes y que nos ubica
en nuestra condición de memoria, donde lo atlántico va del corredor a la
cocina, donde los fantasmas son parte de nosotros y se sientan a la mesa.
Fernando
Trejo parte y regresa a la familia; y el origen no repara en ambiciosos árboles
genealógicos ni en profundas afiliaciones ideológicas, son los objetos y los
momentos en que se hicieron presentes, la honda y pesada fragilidad del ser
humano. La abuela está en la casa porque ha visto su voz, y la ha visto porque
en el silencio se estima la altura de lo que escuchamos, el murmullo de las
cortinas, el ladrido de los perros, los libros que se cierran.
La
poesía como hecho instintivo y que retumba al interior de la casa vacía: amigos
que se jugaron la vida, el ejército de primos que ya no está completo.
Pero
los fantasmas danzan cuando crepita la madera y el fuego se mantiene a ras de
tierra y el poeta se une a las sombras. Y la abuela desde algún lugar observa.
Luis Daniel Pulido. Ha publicado
los libros Pollito Card, UNICACH; También de dolor se derrotan zombis
mutantes, Cohuiná Cartonera; Intencionalmente náufrago, Editorial
Carámbura; Prohibido degollar patos, Editorial Almada Broders; Nunca
sonrías a Optimus Prime, Espejitos de papel Editores, Puerto Rico; El
apetito de los ciegos, Editorial Public Pervert; Bruce Wayne y la
generación X (un concierto de rock para Chulpan Khamatova), Editorial
Popotito 22; Baxter Memories (vida y obra de Víctor Von Doom), Tu
Kung Fu no es poderoso (Gran Jefe Apache escribe poemas de fertilidad), Prohibido
degollar patos, Porterear, escribir, Tifón Editorial; ¿Qué sé yo
de nadie? Editorial Arboleda, San José, Costa Rica.
Letrinas: Mundialista XXII
A Leo Messi, argentino; con el número diez en la espalda y el brazalete de capitán, llevó a su selección a ganar la Copa del Mundo; ganó, además, el trofeo al mejor jugador del torneo.
Con el rayo, con la fuerza de los galgos hambrientos todas
leguas recorridas de Rosario a Catar,
todas posibles latitudes pintadas de fútbol,
todos corazones marcados por los sueños de uno
que sueña lo que todos quieren: el amor en tiempos de ceniza.
el olor quemado, su sabor como fuego
tallar madera con las uñas a pesar de la sangre,
en levantarte de los goles
y los golpes asestados en tu contra.
Difícil camino porque no existe:
¿quién contra los árabes diría la derrota?
Si bien sufrido es el torneo que señala la grandeza,
¿no el dolor, por contraste, acrecienta la victoria?
que se posa en la rama de un naranjo:
levando temperaturas
y sudores a ras de cancha:
ojo que es el mismo de entonces y de ahora, infalible testigo
de los cuerpos yacidos en Malvinas, de la voracidad trasatlántica
que aquellos anglos profesan envilecidos:
¿cuánto sur se llevarán al norte?
¿Cuántas almas apenas retoñando
El sol, estelar estatua,
vio secarse la carne perforada de balazos
en precios que se elevan
o a utilizarla en el vicio de la soda;
secándose, como los cuerpos de mis hermanos argentinos
se vio al diez argentino tomar el balón
desde esa pobreza ultrajada
que es común en nuestro pueblo,
y dribla en control orientado a uno,
y los ingleses no lo alcanzan,
un poco más a la derecha
y le quiebran el tobillo pero no importa
si no al dulce corazón
¿Qué es ese movimiento de la red
que van a la mina, a la oficina,
en fin, que congregan la razón del hambre
para marcharse al laburo
e iniciar de nuevo esa negra melodía
que componen el quebrantamiento de huesos
en una repetición idiota.
Y quizá también alguno de esos hombres,
pueda confundir en la cancha
la sonrisa, el éxtasis de estar vivo,
el paréntesis en medio de la sangre y la escasez
que también es la tarde,
después del colegio y los deberes,
en que los niños salen a jugar al fútbol,
y las inventadas del barrio,
con las alineaciones imperfectas
y el balón y los botines que en el juego
y escriben en la remera, con rotulador indeleble,
su nombre y número específicos.
Letrinas: Post-Estridentismo
Post-Estridentismo
Alejandro Barrón
hay un teléfono público
-sin auricular / lo han arrancado brutalmente-
con un mensaje escrito muy grande a rotulador:
QUITEN ESTE ESTORBO
¿Quién escucha la radio?
Los habitantes del Panteón de Dolores
¿Quién mira la TV?
Los foros están vacíos, desmantelados
las risas enlatadas duermen su justo
descanso rellenando algún parque de Ciudad Neza
acompañadas por manos huesudas de cadáveres desconocidos
traídos desde los derrumbes de la memoria
Los hilos del telégrafo fueron cortados, amontonados
en la bodega polvorienta de un edificio del Centro
que se derrumbó durante el terremoto del 85,
o que fue demolido después del terremoto del 85,
o que no se derrumbó ni fue demolido, y fue seccionado,
y alberga en sus entrañas un pasaje comercial,
o consultorios, u oficinas, o habitaciones improvisadas para
organilleros, vendedores callejeros de libros y asesinos solitarios
¿Quién escribe cartas?
Maples Arce, Vela y List Arzubide hace mucho tiempo que
ya no andan incendiando las calles
Bolaño y Santiago Papasquiaro, tampoco:
A Papasquiaro lo atropellaron y
a Bolaño le debemos un hígado
En una barda de Copilco alguien escribió:
LA DECADENCIA JAMÁS PASARÁ DE MODA
y luego se tiró de un puente
¿Quién lee los periódicos?
¿Adónde se fueron los voceadores?
manos marchitas manchadas de tinta
De vez en cuando gente anónima deja
ramos de flores a medio marchitar,
a un lado de cualquier carretera solitaria de Sonora,
en memoria de Cesárea Tinajero y de Nellie Campobello
De madrugada la voz del Gallo de Oro
suena en alguna lejana e infecta bodega fronteriza y
retiembla en sus centros la tierra
[La ciudad es otra
la ciudad tiene vida propia
la ciudad sucumbe
muere y renace a diario,
con cada semáforo en verde
El ruido está adentro
viene de abajo
y
explota ruge grita
su algarabía es lavada por la lluvia
el agua moja los cables chamuscados
del vagón del metro inservible
convertido en chatarra por
el último estallido
Sus fantasmas piden una moneda
en cada esquina
para comprarse un café
y un boleto de trolebús
para volver a los sitios
a los que nunca pertenecieron]
El local donde estaba el Café de Nadie
es ahora un restaurante de hamburguesas
que sólo alimenta al monstruo gentrificador
Quetzalcóatl viaja en metro y
en horas pico
Las cenizas de Cantinflas llevan años
fugándose por un orificio de su urna apolillada
dentro de aquella cripta imponente
que nos sobrevivirá a todos;
los bustos de bronce de Pedro Infante y de María Félix
han sido robados o han tratado de ser robados de sus tumbas
para ser vendidos por kilo
La Llorona viaja en el último pesero exhausta
no le da la no-vida para andar apareciéndose
en tantos videos virales
Tanto temblor algún día hará emerger
de sus clandestinas fosas
todas las pirámides
todos los adoratorios
todos los dioses
-todos los cráneos atravesados por obsidiana o arcabuz-
gloriosos habitantes de la vieja ciudad
cuyo corazón
late más fuerte que nunca.
El mole de guajolote hace mucho que se enfrío y
se echó a perder,
pero ahí están las Kekas de Doña Mary,
en República de Brasil esquina con República de Cuba,
que no se rajan.
OK Google.
Donostia-San
Sebastián, abril de 2023
Alejandro Barrón (Tepic, Nayarit, 1987) es narrador, poeta y editor. Estudió Comunicación. Ha publicado las plaquettes de microrrelatos Patrañas (2014), Desquiciados (2016) y Mozalbetes (2017), así como los libros de narrativa breve Pinche Malena (2016) y Tragedia en cinco actos (2018) e Inventario de máquinas inútiles (2021). Su trabajo narrativo y poético ha sido difundido a través de antologías, revistas, diarios y sitios electrónicos de México, Chile, Perú, Colombia y España, tales como Letralia, Elipsis, Playboy México, Punto en línea (UNAM), Diario Sur de Málaga, Papenfuss, Brevilla, La Vanguardia, Letras de Chile, Plesiosaurio, El Espectador y Estación Poesía (Universidad de Sevilla). Como editor ha creado e impulsado las plataformas editores suicidas y BUCARELI, las cuales están enfocadas en la difusión de autores noveles. En 2018, tras residir más de siete años en la Ciudad de México, decidió mudarse al País Vasco.