"Tótem", la oda de Avilés a la resiliencia femenina y las despedidas inevitables

"Tótem" de la realizadora Lila Avilés es un retrato orgánico de las supersticiones, enojos, dolores y paciencia de las protagonistas.


Cinetiketas | Jaime López |


¿Estamos preparados para lidiar con la muerte de un ser querido, sobre todo si dicho ser es alguien necesario para los primeros años de nuestra formación emocional? Esta es la pregunta que rondó mi cabeza a lo largo de la proyección de "Tótem", el segundo largometraje dirigido por la mexicana Lila Avilés Solís, quien recientemente obtuvo una nominación a los Spirit Awards 2024, en la categoría de Mejor Película Internacional.

Y es que la premisa que plantea la también guionista y actriz en los primeros minutos de la trama, sin lugar a dudas tiene que ver con el duelo, que es la manera en cómo reaccionamos ante la pérdida de las y los que amamos.

Con un texto que gira en torno a "Sol", una niña de siete años que espera ansiosamente la fiesta de cumpleaños de su papá, "Tótem" tiene la gran virtud de trastocar sutilmente las fibras sensibles.

En lo personal, recordé la ocasión en que le dio una infarto cerebral a mi abuelita materna, mientras ella dormía. Tenía yo 11 años, y cuando se la llevaron al hospital llené planas completas de libretas profesionales pidiéndole a Dios que no se la llevara. Mis plegarias no tuvieron éxito. En ese sentido, la segunda cinta de largo aliento de Avilés Solís se destaca por la manera brillante en que retrata las pequeñas despedidas, esas que nos dejarán marcados o marcadas para siempre.

Pero antes, la responsable de "La camarista" nos adentra en el ritual de una clásica y disfuncional familia mexicana, conformada en su mayoría por mujeres de distintos caracteres.

A diferencia de su ópera prima, Avilés Solís apuesta más por la cámara al hombro y los travellings, lo que ayuda a generar una sensación de cercanía, así como una intimidad a flor de piel.

Para esa tarea, la cineasta echa mano del talento de Diego Tenorio, el habilidoso fotógrafo del documental "Los reyes del pueblo que no existe" y de la ficción "La paloma y el lobo", quien ocupa una paleta de colores melancólicos, muy apropiados para el tono del metraje.

Por otro lado, "Tótem" es una oda a la resiliencia femenina, un retrato orgánico de las supersticiones, enojos, dolores y paciencia que tienen las tías y progenitora de "Sol", las cuales emergen por encima de los pocos hombres que aparecen en pantalla, quienes son testigos secundarios de la transformación que está padeciendo la familia.

A la ecuación de ese universo empoderado y vulnerable se suma la actriz Teresa Sánchez, que colaboró con la directora en su primera cinta y que ahora es una de las encargadas de entrelazar al elenco de su nueva realización.

Aplausos para Marisol Gasé, Montserrat Marañón y Lazua Larios, quienes logran una amalgama de emociones a la N potencia, mientras que la protagonista infantil, Naíma Sentíes, la "Sol" referida en líneas anteriores, es una estrella que se merece todos los galardones como la mejor revelación de este año fílmico, por la manera en cómo transmite su abatimiento, pero también su fe y ganas de explorar el mundo.

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