Mostrando las entradas con la etiqueta Poesía. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Poesía. Mostrar todas las entradas

Letrinas: ¿De qué murieron los quemados?



Por Alejandro Carrillo-


Preguntas urgentes sobre Ayotzin 
(Marque con una cruz )

Son 43 estudiantes
y 49 niños
y 52 más en un casino

y una puerta
                  del Palacio Nacional


¿de qué murieron los quemados? (marque con una cruz)

de ardor
de dolor
de miedo
de asfixia
de vergüenza


¿quién mató a los quemados? (marque con una cruz)

fue un mexicano
fue el Estado
fue un policía malintencionado
fue el que mató a Lucio y a Genaro
fuiste tú y fui yo


¿cómo mataron a los quemados? (marque con una cruz)

con un cerillo
con un garrote
con una bota de casquillo
con una cuchara sopera y una navaja
con un arma
                  -exclusiva del ejército-
con el combustible
                           de Petróleos Mexicanos


¿cuándo mataron a los quemados? (marque con una cruz)

fue hace un mes
fue en julio de hace dos años
fue hace veintiséis años
fue en 1968
fue ayer y hoy
será mañana


¿dónde mataron a los quemados? (marque con una cruz)

fue en Guerrero fue en Sonora fue en Monterrey
fue en Acteal fue en Aguas Blancas fue en Atenco
fue en Oaxaca fue en Tlatlaya fue en San Cristóbal de las Casas
fue en Tlatelolco fue en Ciudad Juárez fue en la frontera norte y en la frontera sur
fue en la cárcel de Lecumberri fue en la Universidad Autónoma de Puebla
                                                                             
fue en la televisión
fue en las urnas
fue detrás de la puerta
                                 del Palacio Nacional


¿por qué mataron a los quemados? (marque con una cruz)

porque fue una orden de arriba
porque eran estudiantes
porque eran pobres
porque nacieron en México
porque estuvieron en el lugar y momento inadecuados
porque pronto empezaría a llover


¿qué hacer por los quemados?

quemarnos
arder en las calles
en las plazas
en las fosas clandestinas y en los basureros
en los salones de clase
o en el pasto tirados
                              consumiéndonos

caminemos
sobre la hoguera
de los quemados

como brasas encendidas
-molestas y dolorosas-
consternados y rabiosos

y no dejemos que se apaguen
los quemados
lentamente -vergonzosamente-

como puerta
                  del Palacio Nacional.



El Autor: Escribidor, mecánico tornero, periodista, rockero tumbado, diputado legítimo, corredor y corredor de apuestas, revolucionario de congal, fotógrafo, cinéfilo, miembro del Proyecto Mayhem y bebedor semi-profesional. Me enamoro de todo, me conformo con nada. @alexiliado

Poesía: Escafandra [y otros artilugios]

ESCAFANDRA [y otros artilugios]-
Por Israel Miranda-


I

Verbalicé mi tristeza, la retorcí, la analicé.
Escarbé en mi ego, en el espejo,
en todo lo que (supuestamente) soy
y lo que en verdad necesito.

Evité hablarte.
Evité también morir de desconsuelo.

Me enfado conmigo.
En verdad quiero salir de esto –pienso–
sentirme menos triste.
Pero no puedo y
estoy tan cansado.

(Disloco la poca cordura que me queda)

¿Qué tan profundo se puede caer?
Supongo que esto, de alguna forma, debe terminar.
Jamás volveré a ser el mismo, lo sabemos.

Maldigo tu buena suerte, después de todo,
no estarás aquí para ver las ruinas,
los vestigios del naufragio.

Cobro (de vez en cuando) cierta fuerza, cierto coraje.
Me engaño pensando que te odio.

Me percato del absurdo y sonrío.

II

Todos abandonen el barco,  mujeres primero –pienso–
Que la banda deje de tocar y se pongan sus chalecos salvavidas.
No hay tiempo para ser heroicos, sólo queda un bote.
Mientras tanto, las ratas pueden tomar por asalto el comedor,
que nada se desperdicie.

Todos abandonen el barco, antes de que el agua les cubra los zapatos,
podrían arruinarse y no llegar íntegros al baile del fin del mundo.

Pongamos en los altavoces una selección de bonitas melodías,
sofoquemos los gritos de auxilio
con alguna canción que nos hable de amor.
No queremos que nuestra conciencia
nos traicione una de estas noches,
cuando el frío es intenso,
y empecemos a odiar a la gente que tenemos al lado
y le destrocemos la cara con una sartén.

No queremos nada que nos recuerde
que sobrevivimos a un accidente desafortunado.
Esas memorias no son buenas mientras empujamos un columpio,
o conducimos a gran velocidad.

Pongamos en los altavoces canciones de amor,
pero del bonito.
No queremos deprimir a los futuros náufragos.
Podrían venirles recuerdos tristísimos.
Se sentarían a babor,
o a estribor
o donde sea
y esperarían a que el mar
resuelva sus penas. No,
queremos que la mayoría sobreviva.

Así que, por favor, todos abandonen el barco,
las colas en los supermercados aún los necesitan
y la televisión todavía transmite lindas golosinas.

Todos abandonen el barco,
aún están a tiempo para llegar a la última función,
y hoy regalan chocolates en la compra de un supercombo.

Abandonen el barco,
pues la felicidad espera desnuda
en una habitación desordenada. Dispuesta,
y suele aburrirse pronto
y largarse con el primer sujeto crediticio.

Abandonen el barco,
de eso depende el sosiego de sus almas,
la tranquilidad de la quincena
y una comida en restaurante Italiano.

Todos abandonen el barco,
pues pronto se llenará de fantasmas mutilados
que comerán y beberán de nuestra tristeza
y nos obligaran a habitar
dentro de una ridícula escafandra.

Abandonen el barco,
pues pronto no habrá más que oscuridad.

Abandonen el barco antes de que empiece a cantarles
mi canción favorita,
lo lamentarán, se los aseguro.

Todos abandonen el barco,
antes de que empiece a recitarles
unos bonitos poemas,
antes de que les cuente la historia más fantástica.

Todos abandonen el barco
y lleven suficientes provisiones.
El camino a casa es largo.

Abandonen el barco,
salten,
naden,
aférrense a un trozo de madera
o a un recuerdo tibio.

Abandonen el barco,
mujeres (principalmente mujeres) primero,
aquí sólo hay instrumentos de tortura unitalla,
así que más vale apresurarse.

Todos abandonen el barco,
que el semen de los ahogados
no fecunda más que nonatos.

Todos abandonen el barco,
salvo aquellos que crean que todo está perdido.

(Repaso lo que escribo.
Algún día reiré a solas)

III

Sé algunas cosas,
como que no soy (tan) mal tipo,
no soy tan aburrido, ni tan estúpido.
Sé (también) que mi casa necesita (ya) una limpieza.
Ordenar mi habitación.
Sé, por ejemplo,
una infinita cantidad de cosas inútiles
(nombres de actores, datos absurdos,
letras de canciones románticas)
Sé que pronto será tiempo de inscribirse
a algún curso sabatino,
o al gimnasio,
o a reducir el peso.

Sé que pronto será menester reunirse con algunos amigos
para que me recuerden que, en algún tiempo,
el sol salía más seguido.

Lo que no sé es qué hacer contigo, con tu recuerdo.
No sé qué hacer cada día a las once de la noche
(al terminar el noticiero).
No sé qué hacer para que nadie
me pregunte por tí y desate mi tristeza.
(Pensé en colgarme un letrero de
Favor de NO preguntar por Claudia,
pero creo que no daría resultado)

A pesar de lo que parezca,
del desvelo,
de la abulia,
estoy más tranquilo.

(Lo que sí sé es que ya son las tres de la mañana y debo,
como todas las noches, librar una batalla contra el insomnio)

Polaroids (2006, poemario). Volumen 2 de la Colección DESTOS DEME DOS, 48 páginas. -AGOTADO-

Polaroids (2006, poemario). Volumen 2 de la Colección DESTOS DEME DOS, 
48 páginas. -AGOTADO-

*******
Israel Miranda ha escrito algunos libros de poesía: Polaroids, Muro de silencio, El monstruo de arriba de la cama y Porno para perdedores y otros sucios hábitos; además de uno de narrativa: Palabras de Sabiduría. Además de escribidor, 'el Miranda' es músico, diseñador, maestro y filósofo.

Letrinas: Fragmentos I



Fragmentos I-
Por Alex Castillo-

Las mariposas vuelan mientras beso al colibrí. Me vino un recuerdo, un pulso eléctrico cerebral que detonó mis sentidos. 

Soy el lector de almas, escucho el sonido de tu corazón, hice una canción y la canté todo el día; estoy empapado en rojo carmesí. Hay un fuego ardiendo en mi espíritu y apagarlo es imposible. Escribo tu nombre con rosas, pétalos, espinas y raíces; y en las nubes cargadas miro tu reflejo que se abalanza. 

Luciérnaga, faro, antorcha mía, no me falles porque mi esperanza es tu estela de luz. Puedes apostar todas tus inversiones, pero el cielo susurra nuestros caminos. Me quedé con tus suspiros y yo te regalo mil flores, mientras la lluvia pellizca mi piel y  tu sonrisa dibuja un cometa en la faz de tu rostro. 

Respiración, temblor y las miradas hablando por nosotros. El colibrí aleteando, regalándome la vibración de su sonido, tengo dos mil razones para estar aquí y en un minuto me derrito en el hedor del ambiente.

Viento, lluvia, bichillos ¿luna en cuarto menguante?; soy el lector de almas, entre ellas la tuya.


Poesía: A letter to Elise


A LETTER TO ELISE-
Por Israel Miranda-


I

¿Recuerdas el Wish, los trapos oscuros,
las botas pesadas
y el nido de cuervo en mi cabeza?

Todas las tardes
esperábamos sentados en las escaleras
a que algo grande nos sucediera
y nunca pasaba nada,
sólo la vida.

Y nunca teníamos dinero,
pero eso no nos inquietaba
pues teníamos los libros
y los discos
y las cervezas
y los antidepresivos
que encontramos en el abrigo favorito de tu madre
una de esas tardes en que jugábamos a ser
estrellas de rock.

(Tú eras Nina Hagen,
yo desde luego, Robert James Smith)

Nunca teníamos dinero,
pero teníamos calles
y conversaciones interminables.
Teníamos tiempo
y una maliciosa inconstancia
para eso de las clases y los horarios.
Teníamos un stereo nuevo
y todos los discos de The Cure.

Nunca teníamos dinero,
pero de alguna forma siempre te las arreglabas
para conseguir tequila y naranjada
que solíamos beber en los puentes,
mientras abajo el tráfico
nos hablaba de un mundo
profundamente fastidioso
y despreciable.

II

Íbamos a conciertos
(que en esos tiempos eran pocos)
con el dinero que le estafábamos
a nuestros amigos.
Así, vimos a Depeche
con los fondos obtenidos
por una guitarra que vendimos tres veces,
y que ni teníamos,
y a Tears for fears
con lo adquirido de botear
(según nosotros)
en respaldo al CEU.
-Apoya la huelga compañero,
estamos luchando por tus derechos-
les decíamos ceremoniosamente.

En esa ocasión nos alcanzó hasta para las cervezas.

III

Estoy (casi) seguro de que recuerdas el Wish,
lo robamos de una tienda de discos
que estaba en el Centro.
Corrimos como si en ello se nos fuera la vida
y cuando nos sentimos a salvo
no paramos de reír.
Lo dejamos sobre la mesita
y lo contemplamos durante una hora
antes de siquiera abrirlo.

Sonó el primer acorde de Smith,
y luego un clásico fraseo
en el bajo de Simon Gallup
y todos nuestros demonios
se desataron.

Afirmábamos que The Cure
nos hablaba a nosotros ¿recuerdas?
Lloramos inconsolablemente con Apart
(aún me sigue sucediendo),
después bailamos hasta rompernos,
sin darle importancia a cosas como los pies.

Y simplemente sucedió.
No pudimos evitarlo.
Lo arruinamos todo con saliva y sudor y jadeos.
Se acabaron las sonrisas,
las estafas,
hasta las conversaciones largas
y las tardes sentados en las escaleras de la escuela.

A cambio vinieron horas y días enteros
de sexo enardecido,
de cicatrices,
de celos.

Pronto ya no quedó nada de nosotros,
sólo la promesa de asistir juntos
a un concierto de The Cure
(siempre The Cure),
aunque esto significara
atravesar el mismo infierno.

No volví a saber nada más de ti.

IV

Te vi en el concierto,
ibas con un oficinista.
Yo iba con el mejor de mis amigos.
Ya no eras Nina Hagen
y hace mucho que el cuervo en mi cabeza
emprendió el vuelo.

Al verme me saludaste con ese gesto de
“sabía que estaríamos aquí”.
Te perdiste entre la gente.

Cuando la banda hizo sonar
los primeros compases de Open
comencé a bailar,
seguramente tú hiciste lo mismo.
Es algo que no podemos evitar.

Mi amigo bailaba y lloraba emocionado.
(Ahora estoy seguro de que recuerdas el Wish)

Nunca supimos a dónde fue
todo lo que alguna vez deseamos.

(A veces extraño al tipo que era
cuando estábamos juntos)
*******
Israel Miranda ha escrito algunos libros de poesía: Polaroids, Muro de silencio, El monstruo de arriba de la cama y Porno para perdedores y otros sucios hábitos; además de uno de narrativa: Palabras de Sabiduría. Además de escribidor, 'el Miranda' es músico, diseñador, maestro y filósofo.





Poesía: XI [Necesitas terapia]

XI [Necesitas terapia]-
Por Israel Miranda-

Vemos televisión y entiendo que te amo.
Entiendes que te amo
y recargas tu calor en mi regazo. Te quedas dormida
y un ruido callado de agua es tu sueño.

¿Cómo perpetuar ese instante de paz y esplendor infinito?
Muchas veces me he sorprendido
estrechando la almohada. Acechando.
Sería tan fácil darnos un remanso.

(Jamás entenderás que tu verdadera belleza
descansa en el accidente afortunado de tu silencio)

Abres los ojos y me descubres con la almohada entre las manos.
Adviertes  mi intención. Bostezas.
–Necesitas terapia– dices mientras te diriges al baño.

Aprieto los dientes tratando de ahogar
esta emoción que me vence,
pero soy un río desbocado.
Construyo diques que pronto son insuficientes
y me anego más de lo que quiero.

(Siempre he tenido una extraña facilidad
para arruinarlo todo)

Respiro profundo,
al principio funciona.
Respiro y resuenas en mis rincones.

Mi cabeza es un laberinto.

(Odio esta maldita manía de escribirte
cuando todo se me cae)



Polaroids (2006, poemario). Volumen 2 de la Colección DESTOS DEME DOS, 48 páginas. -AGOTADO- 

Polaroids (2006, poemario). Volumen 2 de la Colección DESTOS DEME DOS, 
48 páginas. -AGOTADO-

*******
Israel Miranda ha escrito algunos libros de poesía: Polaroids, Muro de silencio, El monstruo de arriba de la cama y Porno para perdedores y otros sucios hábitos; además de uno de narrativa: Palabras de Sabiduría. Además de escribidor, 'el Miranda' es músico, diseñador, maestro y filósofo.

Poesía: IX [Avioncitos de unicel]


IX [Avioncitos de unicel]-
Por Israel Miranda-

Era una mañana hermosa.
Llevabas puesta la sonrisa de las grandes ocasiones.
Yo me sentía (sospechosamente) bien.

Y era un día de esos raros
en que la Fatalidad que (normalmente) radica en (todas) las cosas
decide darte una tregua.

(Un amigo comentó alguna vez
que él tenía claro que la vida era algo más
que este maldito infortunio
y su continuo desencanto.
Que el amor no tenía por qué desvanecerse tan rápido,
para luego convertirse en lágrimas
y sangre
y estupidez.
Confiaba plenamente en que
“los buenos tiempos” existían,
sólo que a él aún no le habían tocado.
A mí tampoco.
Y de haber sucedido no lo habría notado.)

Escuchábamos música y bebíamos cerveza en el Puerto.
El sol inflamaba mis terribles ganas de amarte.

Compraste un alhajero y un llavero de conchitas.
Yo compré un avioncito de unicel.
Nos tomaban una polaroid (de a $25.°°)
cuando el aire descompuso tu cabello
y mi avioncito emprendió un vuelo prematuro, silencioso,
para luego hundirse en las sucias aguas del Golfo.

Mientras, el sol
incendiaba los cascos de los barcos
en el malecón.




Polaroids (2006, poemario). Volumen 2 de la Colección DESTOS DEME DOS, 48 páginas. -AGOTADO- 

Polaroids (2006, poemario). Volumen 2 de la Colección DESTOS DEME DOS, 
48 páginas. -AGOTADO-

*******
Israel Miranda ha escrito algunos libros de poesía: Polaroids, Muro de silencio, El monstruo de arriba de la cama y Porno para perdedores y otros sucios hábitos; además de uno de narrativa: Palabras de Sabiduría. Además de escribidor, 'el Miranda' es músico, diseñador, maestro y filósofo.

Poesía: En busca de un buen trago





I

¿quieres escribir?
sal a la calle y que te pase algo
bebe
arma un gran alboroto
enamórate en cada estación
provoca más peleas de las que puedas librar
increpa a la autoridad
activa las alarmas contra incendios
y corre
corre
corre

entonces
respira profundo
y vuelve a beber
olvida pagar los tragos
olvida si estás solo o no
si tienes el cuerpo deshecho
o el alma en vilo
no importa
anda a devorarte la ciudad
la vida

una vez al borde
salta

regresa entonces a la pluma
y al papel y arrójalos lejos
las letras ya llegarán
o tal vez no
no importa
escribir es un mero accidente
vivir no

y de lo que se trata
es de vivir
descarada y displicentemente
hasta agotar las botellas
las historias
las mujeres
transitar por calles
callejones
cantinas
corazones
en busca de un buen trago
de un buen verso

II

no se trata de escribir ebrio
no escribes ebrio
con unas cuantas copas sí
puede que hasta con un toque
o dos
pero borracho perdido no
simplemente no se puede
follar sí
es mecánico
alcoholizado podrías follarte
hasta un neumático
pero no escribir

escribir no 

ser borracho no te hace más listo
ni más atractivo
ni más divertido
ni más valiente
ni más elocuente
no te hace escritor

ser borracho sólo te hace
más borracho

III

escribir es una carrera de resistencia
una pelea demasiado larga
como para tomársela en serio

¿quieres escribir?
le preguntas al tipo equivocado
pero
podrías empezar
por no hacerme caso
a fin de cuentas
sólo soy un ebrio endemoniado
que en ocasiones
en busca de un buen trago
se encuentra con un buen verso
el cual
la mayoría de las veces
lamentablemente
olvida



Porno para perdedores y otros sucios hábitos (2011, poemario). Volumen 27 de la Colección DESTOS DEME DOS, 96 páginas. -AGOTADO-
Porno para perdedores y otros sucios hábitos (2011, poemario). Volumen 27 de la Colección DESTOS DEME DOS, 96 páginas. -AGOTADO-

 *******
Israel Miranda ha escrito algunos libros de poesía: Polaroids, Muro de silencio, El monstruo de arriba de la cama y Porno para perdedores y otros sucios hábitos; además de uno de narrativa: Palabras de Sabiduría. Además de escribidor, 'el Miranda' es músico, diseñador, maestro y filósofo.

Poesía:VIII [Adiós al Paraíso]

 
VIII [Adiós al Paraíso]-



Estaba con un amigo escuchando el Bends.
Fumábamos hierba y bebíamos cerveza
tumbados sobre unos almohadones que había en el suelo.
En ese tiempo (cuando las tardes eran largas e interesantes)
no tenía muebles.

-Creo que pronto diremos adiós al paraíso- le dije.
-¿Y eso?
-Estuve con ella el fin de semana. Decidimos quedarnos aquí. Subí la tele de mi hermano. Pedí a mi abuela su video y vimos películas toda la tarde. Comimos chatarra, pollo frito hormonado, refresco de cola, malteada de fresa, pastelillos de limón. El fin de semana perfecto según Ella.
-Pues, suena bien.
-¿No lo entiendes? Le gustó, y eso únicamente significa una cosa: Entrar al Juego.

Ahora necesito una tele, muy buena,
de otra forma no vale la pena la inversión.
Comprar un DVD.
Pero lo que más veremos son películas, entonces un Home Theater.
No puedo poner todo eso en el suelo. Necesito un mueble.
Un sofá para ver las películas recostados.
Una mesa de centro para subir los pies
y poner las pizzas durante la proyección.
Un mueble para mi (preciado) equipo de sonido
y mis discos. No pueden seguir en el piso.
Modificaciones a la casa para no asfixiarme.
Una lámpara en la esquina, y algo donde ponerla.

Será más cómodo y Ella se quedará más tiempo.
Necesitaré otro juego de sábanas. Un colchón.
Un espejo grande.
Un mueble para sus cosas de verse bonita.
Otro para su ropa.
La tapa del escusado.
Artículos para baño. Una tina.
Microondas. Refri.
Una mesa y sillas.

Empezaremos a engordar.
Entonces una caminadora, bicicleta fija,
productos para bajar de peso.

Gastaremos menos en condones y más en postres.
Y mi vida será absolutamente miserable. Vacía.
Y trataré de llenarla con cosas.
Un auto. Membresías.
Supermercados.
Una cámara de video para los grandes momentos
(que cada vez serán menos).
Tarjetas de crédito.
Y no será bastante.

Entonces me drogaré y me emborracharé por desesperación
y las tardes no serán tan hermosas.
Me convertiré en lo que siempre he odiado.
Ella se irá con alguien que sea como yo
antes de toda esta estupidez.

-¿Cuándo compras la tele?

-Mañana.


Polaroids (2006, poemario). Volumen 2 de la Colección DESTOS DEME DOS, 48 páginas. -AGOTADO- 

Polaroids (2006, poemario). Volumen 2 de la Colección DESTOS DEME DOS, 
48 páginas. -AGOTADO-

*******
Israel Miranda ha escrito algunos libros de poesía: Polaroids, Muro de silencio, El monstruo de arriba de la cama y Porno para perdedores y otros sucios hábitos; además de uno de narrativa: Palabras de Sabiduría. Además de escribidor, 'el Miranda' es músico, diseñador, maestro y filósofo.

Poesía: Beber solo




hay quienes piensan que beber solo
es para perdedores
tal vez tengan razón

a mi me gusta beber solo
supongo que es mi naturaleza

me gusta la vieja ceremonia de
caminar el centro de la ciudad
refugiarse en una de las pocas cantinas silenciosas
que aún resisten el paso enardecido
de los nuevos tiempos

acodarse a la barra
y esperar pacientemente el primer trago
o la primera cerveza
ver cómo en el cristal
se deslizan las primeras gotas
igual que en pétalos de flor prohibida

los ojos se nos iluminan
(después de todo
beberse un buen trago
es como beberse al amor)

brindar contigo mismo en el espejo
a la salud de los buenos tiempos
éstos y los otros y los que vendrán
no vale la pena hacerlo
por otra cosa
excepto
por los labios de una mujer

nunca postergues un brindis
por los labios de una mujer

el cantinero es tu amigo
el mesero es tu amigo
incluso el tipo fúnebre del baño
(que después de que has terminado de acicalarte
te pasa servilletas y un peine) es tu amigo
saben perfectamente lo que necesitas
lo que el alma y el cuerpo
de una bestia nocturna necesita

alcohol y silencio

por eso me gusta
beber solo


Porno para perdedores y otros sucios hábitos (2011, poemario). Volumen 27 de la Colección DESTOS DEME DOS, 96 páginas. -AGOTADO-
Porno para perdedores y otros sucios hábitos (2011, poemario). Volumen 27 de la Colección DESTOS DEME DOS, 96 páginas. -AGOTADO-

 *******
Israel Miranda ha escrito algunos libros de poesía: Polaroids, Muro de silencio, El monstruo de arriba de la cama y Porno para perdedores y otros sucios hábitos; además de uno de narrativa: Palabras de Sabiduría. Además de escribidor, 'el Miranda' es músico, diseñador, maestro y filósofo.

Poesía: III [El último día de otoño]

Por Israel Miranda-

Lo primero que hicimos al llegar a casa
fue destapar otro par de cervezas.
Puse el Plastic Ono Band
y se vio sorprendida.
–Nunca había escuchado a Lennon– dijo,
–es hermoso… suena tan… triste–

Comenzó a bailar y a desnudarse.
Yo la miraba (sentado en el suelo)
y me sentía el descubridor de América.
Jamás vi a Dios tan de cerca y lo maldije.
–No puede durar– pensé.

Apuré mi cerveza y la besé.
Era húmeda, cálida. Tenía al trópico en la lengua
y lo desató en mi boca.
Tenía al trópico en medio del cuerpo,
y también lo desató.
Y yo era el descubridor de América.
(Eran casi las cuatro de la madrugada.)
Nos fuimos a dormir.

Ella quiso lavarse los dientes pero no había agua. (A veces el grifo se tapa y necesita un poco de presión. Así que abrimos ambas llaves para ver si funcionaba pero no, no había agua). Nos fuimos a dormir.

Me despertaron las malditas ganas de orinar y descargar la tripa. Me dolía la cabeza. Me senté a la orilla del colchón, que estaba en el piso. Aún sigue en el piso. Cuando mis pies tocaron suelo se congelaron. Me levanté y escuché el agua cayendo del lavabo.
–¡Nos estamos inundando!– le grité. Estaba sumergido hasta los tobillos. Corrí hacia la sala para cerciorarme de que mis discos estaban a salvo (los guardaba en una caja de cartón a ras de suelo), por fortuna habían sobrevivido. Cerré las llaves.
Ella seguía dormida sobre el colchón empapado.
–Estamos inundados– le dije.
Se frotó los ojos, se sentó a la cama
y cuando puso los pies en el suelo gritó.
Yo reía.
–¡Estamos inundados!–
decía mientras se secaba los pies con las cobijas.

Subimos el colchón a la azotea.
Era un día caluroso, el ultimo de otoño.
Arreglamos la casa.
Nada que en verdad valiera la pena
se había arruinado.

Al mediodía el colchón estaba seco.
Subimos unas cervezas
y algunos libros, era un día caluroso
y esperamos a que cayera la tarde,
recostados.


Polaroids (2006, poemario). Volumen 2 de la Colección DESTOS DEME DOS, 48 páginas. -AGOTADO- 
Polaroids (2006, poemario). Volumen 2 de la Colección DESTOS DEME DOS, 48 páginas. -AGOTADO-


*******
Israel Miranda ha escrito algunos libros de poesía: Polaroids, Muro de silencio, El monstruo de arriba de la cama y Porno para perdedores y otros sucios hábitos; además de uno de narrativa: Palabras de Sabiduría. Además de escribidor, 'el Miranda' es músico, diseñador, maestro y filósofo.

Más de la poesía de Nery Barranco

Por Nery Barranco-

SE ME ANTOJA

Silencio
y cuarto vacío
fuentes secas
piernas cansadas
sueños mutilados
a través de la ventana

Se me antoja

Caminar de puntitas
a orillas del infierno
desde esté mi cielo
que de lejos contempla
las líneas amarillas del asfalto

en una de esas
salto
muy muy alto
y logro treparme en una
estrella
o de la orilla del vestido
de luna
mi hermosa luna
¿qué hay debajo del vestido
de la luna?

En una de esas
abro mis alas

y al fin emprendo el vuelo
más ligero
y me pongo a maniobrar
a través de las nubes
y te cuento si es que
saben a dulce algodón,
a chocolate blanco,
a turrón

O bien, ya de
a jodido
me estrello en
el asfalto
y cabeza aplastada
se deja de tanta mamada
de tanto mal viaje

Mis brazos,
desde siempre ya desechos
mis alas rotas
mi vientre seco
rojo
ardido
vacío
infinitamente vacío

Al fin
    accidental
    suicidio




A PUÑO CERRADO

Yo hubiera preferido
rompernos la madre


Así
a puño limpio
y cerrado
al fin tengo
dos manos
y harta
rabia que escupir,
a escuchar
los pretextos
que siempre
fueron muchos
y variados

Hubiera sido
menos drama
menos dolor

Seguro
me hubiera
partido
la cara
pero me sentiría
mas aliviada
mas liberada
mas menos
jodida

Hubiera metido
las manos
hubiera
dado batalla

Le hubiera estampado
en la banqueta
los besos
las miradas
la carita
sangrada

Le hubiera
puesto
uno " knockout "
con todo
el amor que le
tuve.

¡ T o d o !

Estaría
felizmente
destrozada

Siempre
lo di todo

Todo.






Sobre la Autora: Si de mí dependiera iría por las calles aventando hojas a diestra y siniestra por ahí, con poemas dedicados a ti, a tú, a él,  correría  rápidamente entre la gente, arrojando ¡el te amo!, ¡el te quiero!, ¡el te extraño!, como confeti en pleno desfile de cinco de mayo,  y no conforme con eso  iría gritando también todas aquellas palabras que se escaparan de repente entre el tumulto… MNery

Poesía: Sentidos Cósmicos




HolographicUniverse-

Por Ana Vela-

Mirarte es como pertenecer
al dulce misterio de tu cuerpo...
Es alucinar frente al espejo
y sentir tu mirada en mi reflejo.

Es una fantasía inimaginable
cuando me miras a los ojos
es disfrutar de la magia de tus pupilas
iluminarme frente a ti...

Déjame mirarte, para pertenecerte
adentrarme más a tu vida
sentir que es parte de la mía
y no tener miedo a besarte.

Pero ¿qué comparación hay
entre besarte y mirarte,
si mirarte me apetece más?

Porque no hay mejor misterio que tus ojos
que penetran en mi alma como la canción silenciosa
que vibra dentro
y afuera se retiene... para esperar el momento.

No vaciles en decir que miento
si mirarte para mí es el más precioso regalo
no puede existir mejor halago
que posarme entre tus ojos para sentirme viva.

Deseo con tanto anhelo
que la noche se vuelva de día
para mirar tus ojos a la luz del sol
y sentirlos míos... toda la vida.

No puedo parar de mirarte
porque es como una alucinación cósmica
como un mandato divino
que me hace soñar con las estrellas.


Poesía: Rockstar

Por Israel Miranda-



Llevaba casi dos años desperdiciando la vida,
defraudando a la gente que me rodeaba.
Pasaba las mañanas durmiendo,
viendo pornografía,
esperando a que mi chica llegara de la escuela
para follármela igual que en las pelis.
Por las tardes aullaba rock,
leía, dormía otro poco
hasta que llegaba la chica de un amigo
y también me la follaba. Benditos tiempos.

En casa se enfadaron así que tenía pocas opciones, trabajar o tocar rock. Nunca fui buen músico, pero tampoco estaba dispuesto a trabajar y mucho menos a seguir órdenes de cualquier pendejo. Entonces, entré a una banda. (Sin embargo, poco después igual tuve que empezar a trabajar y seguir órdenes, efectivamente, de un pendejo.)

Pasamos semanas ensayando, drogándonos,
armando canciones, drogándonos,
buscando el nombre adecuado para la banda,
DROGÁNDONOS,
la vestimenta adecuada, alcoholizándonos.
El corte perfecto. De hecho
pasábamos más tiempo frente al espejo
y drogándonos
que sobre los instrumentos.

El Gran Día llegó.
Nos invitaron a tocar en un antrucho
al oriente de la ciudad. Esperamos
nuestro turno drogándonos
pacientemente. Las bandas eran infames.
Subimos al escenario, no sin antes revisar
que nuestros peinados siguieran en su lugar.
Al guitarrista le cayó sudor y delineador en los ojos
y comenzó a lagrimear. Cuando volteé a verlo
parecía mesera del Dos Naciones.

Empezamos a tocar.

A media canción flashes y gritos
llegaban hasta el escenario. El vocalista,
entendiendo que era su momento,
comenzó a cantar realmente inspirado,
absorto. Se acercó una cámara de video
y empezó a moverse frente a ella,
seductor, como un verdadero rockstar.
De pronto se encendieron las luces
-¡POLICÍA JUDICIAL! ¡Operativo cabrones!
¡Y usté pinche puto, déjese de mamadas
y bájese de ahí!-
El vocal estaba desconcertado,
como perro cuando le echan agua fría
a media cogida.

Contra la pared,
vampiros de todos tamaños y espesores eran cateados,
a otros les arruinaban el peinado a jalones
rumbo a las patrullas.
Al día siguiente las fotos salieron
en la prensa sensacionalista
y el video en un noticiero conducido
por unos gemelos subnormales.

Jamás estuvimos tan cerca de la fama.



Muro de silencio (2010, poemario). Volumen 20 de la Colección DESTOS DEME DOS, 64 páginas. -AGOTADO- 
Muro de silencio (2010, poemario). Volumen 20 de la Colección DESTOS DEME DOS, 64 páginas. -AGOTADO-


 *******
Israel Miranda ha escrito algunos libros de poesía: Polaroids, Muro de silencio, El monstruo de arriba de la cama y Porno para perdedores y otros sucios hábitos; además de uno de narrativa: Palabras de Sabiduría. Además de escribidor, 'el Miranda' es músico, diseñador, maestro y filósofo.



Poesía: Dos poemas de Nery Barranco para incitar al vuelo


Por Nery Barranco-

SOBRE MI ESPALDA-

Siempre que me besas así
no puedo evitar preguntarme:
¿A qué se debe?


Entonces,
mientras juegas ajedrez sobre mi pecho,
adivino tu próximo  movimiento.
mi espalda desnuda,
el camino de tus dedos.


He guardado una vela para
cualquier ocasión. Por si vienes,
por si me extrañas,
por si recuerdas mi nombre.


¿Por  qué me besas?
¿Son acaso mis piernas que se tensan?
¿Las mordidas en mis labios?
¿Todo de lo que ya te he despojado?


Deja vu,
dulce dolor que adoro repetir.


Constancia,
imperfección de mi,
                        en mi,
                        te pierdes.



Se me antoja,
te me antojas.

Estoy gustosa de insistir
en  las mordidas,
los intentos de mi huida,
el dolor en mis rodillas,
los besos,
los muchos besos y caricias.


Pero
¿Por qué me observas  así? 
Me desconciertan tus miradas
no  digas nada;
no lo arruines con  palabras.


Prefiero  tus labios
                      otra vez
                      sobre mi espalda.
 


 Líneas & Versos para incitar al vuelo 
Pag 69. Compilación dirigida por R Israel Miranda

 
******

PALABRAS DE ALIENTO

Cuando las manzanas caigan al piso
y los pétalos de todas las flores  hayan
desfallecido…


¿has visto la  forma en cómo se abre la tierra
al dar un pequeño paso?
¿has visto  caer las nubes   hasta
formar  sobre tu cabeza un
hermoso sombrero?


No  guardo conmigo palabras de aliento.
Ayer termine vomitando la última
por el excusado, jale de
la manija y se escabullo con los cadáveres de
todos los peces dorados, ha de estar
ahora con ellos en el paraíso


“Un paraíso de peces dorados “


Nadie puede sentir nostalgia ajena
quien diga que si,  seguramente, muy
seguramente  que miente



Cuando el amor sobreviva
ya sabes, levantarte
e insistir por los cigarrillos
por los tragos amargos,
por los viajes al nirvana
por los versos
por el sexo enardecido sin
amor
(aunque de eso no tengas ni puta idea)


Cuando pese a tu aliento
putrefacto,
decidas  comenzar el día
a sabiendas de que
te duele hasta el alma
(por razones que no importan ahora)
sabrás que  has sobrevivido
( sabrás que ¡ya chingaste!)
y llevarás un punto más a
tu favor


Solo
un punto más.




















******



Sobre la Autora: Si de mí dependiera iría por las calles aventando hojas a diestra y siniestra por ahí, con poemas dedicados a ti, a tú, a él,  correría  rápidamente entre la gente, arrojando ¡el te amo!, ¡el te quiero!, ¡el te extraño!, como confeti en pleno desfile de cinco de mayo,  y no conforme con eso  iría gritando también todas aquellas palabras que se escaparan de repente entre el tumulto… MNery


© Copyright | Revista Sputnik de Arte y Cultura | México, 2022.
Sputnik Medios