Elvira, te daría mi vida pero la estoy usando

"Elvira, te daría mi vida pero la estoy usando", protagonizada por Cecilia Suárez, es el tercer largometraje de Manolo Caro.

Cinetiketas | Por Jaime López Blanco |


Detrás de cada gran Elvira hay un gran guionista


El planteamiento es sencillo: un marido que advierte a su esposa que va de compras, por cigarrillos, pero que nunca regresa. Sin motivos obvios, sin explicaciones, sin vuelta atrás. Lo que viene después es la búsqueda incesante de una mujer por encontrar al amor de su vida, que se vuelve también una búsqueda de sí misma (otro verdadero amor). Y ésta es la principal virtud del guión original que Manolo Caro escribió para dar forma a su tercer largometraje, “Elvira, te daría mi vida pero la estoy usando”, el cual igualmente dirige.

“Elvira...” se inscribe dentro del género de la dramedia, un melodrama recargado con varias situaciones y diálogos revestidos de comedia, con un timing ágil y acertado. Esto último se  debe al buen argumento que la historia posee, la cual nunca pierde de vista la importancia de la protagonista y, a la vez, va nutriéndose de diversos personajes que enriquecen el relato en cuestión. Quizás el único rol que peca de poco natural es el interpretado por Luis Gerardo Méndez, a quien se le olvida quitarse la papa de la boca característica de su popular “Javi Noble”. El resto del elenco funge a la perfección como apoyo y beneficio de toda la película. Las apariciones especiales generan una enorme sonrisa en el rostro del espectador, siendo la más notable la de Carlos Bárdem, quien sigue demostrando su capacidad para ejecutar buenos papeles dentro de la cinematografía mexicana. El Gustavo de Bárdem es necesario, doloroso y muy complejo; algo que Manolo Caro entiende con madurez para no dejarlo solamente como un antagonista sin escalas de grises.


Lo más obvio y alabable es la grandiosa y versátil actuación de Cecilia Suárez, quien goza y sufre a su personaje desde la primera hasta la última escena. Su Elvira puede pasar a la memoria del cine mexicano como uno de los mejores roles femeninos de los que se tenga recuerdo. 

Asimismo, la Elvira de Suárez es una metáfora exquisita del camino hacia el empoderamiento recorrido por las amas de casa abnegadas e ignoradas. 

La tercera cinta de Manolo Caro brilla por sentirse completa en su manufactura y honesta en  su tratamiento; evita caer en ridículas exageraciones, a pesar de tener grandes dosis de tragedia, construyendo una historia común o cercana a la audiencia. Esto último te  hace valorar al cineasta, por su buen ojo para edificar adecuadamente la historia, desde la concepción del montaje o la edición de la misma; al mismo tiempo, te hace admirarlo y reconocerlo aún más como el escritor y hombre inteligente que está detrás de un argumento que posee varios subtextos de gran reflexión social. La Elvira de Manolo Caro es amena, fácil de digerir y ciertamente conmovedora; un filme que no se le puede abandonar fácilmente. A ésta Elvira sí le doy mi vida aunque la esté usando.   
  
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