Un 'pachuco' en libertad: Germán Valdés “Tin Tan”

“Tin Tan” se convirtió en un transgresor de aquello, llegándosele a considerar como el primer símbolo contracultural mexicano.


Por Julián Flores-Arellano y Ángel Eduardo Gómez-Oliva


A lo largo de la historia de la humanidad, han surgido diferentes interpretaciones sobre el concepto de Libertad desde muy diversas aristas. Han hablado de ella desde filósofos como Aristóteles, Tomás Moro, John Locke, Emmanuel Kant, Alexis de Tocqueville y John Stuart Mill, hasta estudiosos como Norberto Bobbio, Robert Dahl y Luigi Ferrajoli, que la han aterrizado en el campo del Derecho y de la Política; sin dejar de mencionar a John Rawls, cuyos pensamientos entorno a la Libertad y la Autonomía, están basados en la amplia multiculturalidad de la sociedades modernas de los siglos XX y XXI. Con base en los autores referidos, la Libertad “constituye uno de los presupuestos del ser humano y con base en ella, pero al lado de la dignidad humana, se ha constituido la esencia de las personas” (González Pérez, 2012).


Libertad de ser y hacer: Germán Valdés “Tin Tan”

La historia de la cinematografía nacional es inconcebible sin la presencia del histriónico Germán Valdés “Tin Tan”. Figura polémica, desdeñada, temida y amada, que en los inicios de su carrera artística, encarnó al Pachuco, es decir, a un sujeto que conjunta la ideología y cultura de dos países: México y  Estados Unidos.

Creó a un personaje más profundo que lo anterior expuesto. Forjó una “figura portadora del amor y la dicha o del horror y la abominación, (que) parece encarnar la libertad, el desorden, lo prohibido” (Paz, 1984, p. 15).

El Pachuco “Tin Tan” surge en el marco internacional de la Segunda Guerra Mundial, y en el seno de una sociedad mexicana que viene dejando atrás el periodo revolucionario, es decir, aquel que despide al Caudillismo dándole paso al orden institucional. Es el triunfo y la consolidación de un partido político oficial de Estado, siendo éste un gran referente en cuanto al autoritarismo, a la opresión y al conservadurismo se refiere.

Características como las ya citadas, no eran exclusivas de las esferas gubernamentales. La familia nacional, -perteneciente en su mayoría a la emergente clase media-, era un impedimento de libertad o de consolidación del individuo como tal; como un ser que se cuestiona constantemente sobre quién es, qué hace y hacia dónde se dirige.

“Tin Tan” se convirtió en un transgresor de aquello, llegándosele a considerar como el primer símbolo contracultural mexicano, entendido burdamente ese concepto como aquel o aquello que no está conforme o de acuerdo con la cultura oficial impuesta por el statu quo y aliados. En síntesis, fue autor de un fenómeno contracultural “en varios aspectos (que) propuso un atuendo, caló, música y baile que lo identificaba” (Agustín, 2007, p. 18).  



Una libertad exteriorizada

Las manifestaciones culturales venidas del extranjero, entre las décadas de 1940 y 1960, eran constantemente sometidas a duras críticas, siendo algo sumamente señalado, el lenguaje expresado por “Tin Tan”, o mejor dicho, la extraña mezcla que había hecho con la lengua castellana e inglesa, dando pie al surgimiento del spanglish, que “no tardó mucho en ser objeto de las críticas por parte de los intelectuales puristas (como José Vasconcelos, primer secretario de Educación Pública), que no soportaban tanta mancilla al “buen” español” (Miranda, 2017).

Si bien encontró la desaprobación arriba mencionada, también tuvo a defensores de la talla del escritor José Emilio Pacheco, mismo que en Las batallas en el desierto (1987, pp. 11-12), apunta hacia un proceso de modernización al incorporar “a nuestra habla términos que (…) insensiblemente se mexicanizaban: tenquíu, oquéi, uasumara, sherap, sorry, uan moment pliis”.

Dicha influencia sociolingüística ha traspasado la barrera generacional, y cada vez se hace más común escuchar outfit en lugar de vestimenta; party por fiesta, y daddy suplantó a papá. El legado cultural del también llamado Rey del Barrio, sigue en boga; es atemporal.   

Más manifestaciones de libertad, de poder ser y hacer, se vieron reflejadas, obviamente, a través de las proyecciones cinematográficas que lo han inmortalizado y que lo hacen un individuo único y diferenciado.

Sus películas también fueron presa de las críticas severas al ir, -muchas veces-, en contra de lo “bueno” o “bien visto” establecido por el sistema e instituciones aliadas, como la iglesia y la familia, de corte sumamente conservador y/o moralista.

Pensando en los inicios de la llamada Época de Oro del cine mexicano, la industria cinematográfica se enfoca en el rescate de las tradiciones, del enaltecimiento de la figura charra, siendo el más notorio ejemplo, el cantante y actor Jorge Negrete. Sin embargo, ante el inminente crecimiento urbano, industrial y demográfico que experimentaron las principales ciudades del país como Monterrey, Guadalajara y la Ciudad de México, la cultura popular pasó de la ruralización a la urbanización, comenzando a “sufrir el impacto del Pachuquismo protagonizado por el cómico “Tin Tan”, que es un esfuerzo por ocultar el origen rural mediante una indumentaria grotescamente urbana” (Gómez-Jara, 1990, p. 297).

Sus películas son una constante sátira sociopolítica hacia el orden tradicionalista, conservador, o Cultura oficial, que pregona el Estado. Mientras actores contemporáneos al Pachuco hacen discretas alusiones a las inestabilidades políticas, económicas, culturales y sociales emanadas del partido que gobernó México durante poco más de 70 años, “Tin Tan” fue mucho más explícito u osado.

En El Rey del Barrio (1949) del director Gilberto Martínez Solares, lanza críticas a “la pujante clase política y empresarial que se enriquece de forma inexplicable” (Nájar, 2015), al decirle a su carnal Marcelo, “¡mire nomás cuánto ratero millonario anda por ahí!” En Los Tres mosqueteros y medio (1957), dirigida también por el director mencionado, hace mofa del cierre de cabarets y “Casas de mala nota” impulsado por el entonces regente del otrora Distrito Federal, Ernesto P. Uruchurtu, llamado también Regente de Hierro, funcionario al que “Tin Tan” tardó en saludar en una visita que hizo a los estudios de San Ángel Inn de la capital mexicana (Ajenjo, 2015).       

Y en la música, “Tin Tan”, según el intérprete Roco, vocalista del grupo La Maldita Vecindad, considera al Pachuco como Padre del Rock mexicano, dada la fusión de diversos géneros musicales que llevó a cabo el alter ego de Germán Valdés. (Quijano, 2005). Cabe recordar la parodia que hace del éxito musical del conjunto británico The Beatles, I want to hold your hand (Quiero estrechar tu mano), que en la versión tintanesca pasó a llamarse Quiero rascarme aquí, cuyos créditos rezan Lennon-McCartney-Tin Tan.



Impacto sociocultural: un genio en libertad

La libertad de ser y hacer, le ayudó a consolidar a un personaje adelantado a su época; mientras la sociedad estadounidense, principalmente sus jóvenes, encontraron en James Dean y Marlon Brando, a un par de símbolos contraculturales, para México ese ícono contracultural y de liberación lo fue Germán Valdés “Tin Tan”.

Gracias, en gran medida, al avance de las innovaciones científicas y tecnológicas, casi cada ciudadano en el mundo, tiene al alcance de su mano el legado social, artístico y cultural del actor mexicano. Sus películas fueron taquilleras en América Latina y causaron admiración en los diferentes festivales del llamado Séptimo Arte alrededor del planeta. En Francia, por ejemplo, aquel interesado que desea incursionar en la farándula, la obra del Pachuco es esencial en la formación de futuros histriones.

En nuestro país, en el año 2005, salió el disco titulado Viva Tin Tan (Sony International), donde se aglutinan grupos y solistas de la tercera oleada del Rock mexicano como La Maldita Vecindad, Botellita de Jerez, Café Tacuba, María Barracuda, por mencionar unos cuantos, que rinden tributo a un símbolo de libertad e identificación como Germán Valdés.

En suma, “Tin Tan” rompió y creó otro paradigma que evidenció las carencias y debilidades socioculturales de un sistema sumamente moralista, que se resiste al cambio, y opresor también, en aras de la formación identitaria de sus individuos. Además puso al descubierto problemáticas en cuanto a la corrupción, denigración del ser humano y migratorios se refiere.

Su ideología y forma de ser, que en un principio fue sumamente criticada por gran parte de la sociedad mexicana, hoy en día es admirada, extrañada y hasta necesaria.

Ante la ausencia de símbolos de tal magnitud, el Pachuco en cuanto a osadía, rebeldía, creatividad, oposición y libertad alude, es el ícono contracultural y antihéroe por excelencia a seguir, por parte de una juventud nacional que se identifica con su vida y obra.


Fuentes consultadas

·       Agustín, José (2007). La Contracultura en México. México. Ed. De bolsillo.

·       Ajenjo, Manuel (septiembre de 2015). Germán Valdés, Tin Tan. Obtenido el 17 de diciembre de 2020, en: https://www.eleconomista.com.mx/opinion/German-Valdes-Tin-Tan-20150916-0004.html

·       Gómez-Jara, Francisco (1990).Sociología. México. Ed. Porrúa S.A. 

·       González Pérez, Luis Raúl (julio-diciembre de 2012). La Libertad en parte del pensamiento filosófico constitucional. Obtenido el 15 de diciembre de 2020, en:   https://www.redalyc.org/pdf/885/88525239005.pdf

·       Miranda, Antonio (septiembre de 2017). La pelea desconocida entre Tin Tan y José Vasconcelos. Obtenido el 15 de diciembre de 2019, en:  http://www.unionedomex.mx/articulo/2017/09/15/cultura/la-pelea-desconocida-entre-tin-tan-y-jose-vasconcelos

·       Nájar, Alberto (septiembre de 2015). Tin Tan, el comediante mexicano que popularizó el espanglish. Obtenido el 17 de diciembre de 2020, en:  https://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/09/150919_mexico_cine_tin_tan_german_valdes_an  

·       Pacheco, José Emilio (1987). Las Batallas en el desierto. México. Ed. ERA. 

·       Paz, Octavio (2000). El laberinto de la soledad. México. Ed. FCE.   

·       Quijano, Luis (noviembre de 2005). Maldita Vecindad defiende al Pachuco. Obtenido el 16 de diciembre de 2020, en:  https://archivo.eluniversal.com.mx/espectaculos/66123.html    

Autores

Julián Flores-Arellano. Docente de la E.N.M.H. del Instituto Politécnico Nacional; titular de las asignaturas de Historia y Filosofía de la Medicina y Sociología Médica y Antropología Médica.

Ángel Eduardo Gómez-Oliva. Tesista de la Licenciatura en Sociología, con especialidad en el área de Sociología de la Vida Cotidiana, por la U.N.A.M.

Correos electrónicos: chinojulian182@hotmail.com; aegomoezo@outlook.es

© Copyright | Revista Sputnik de Arte y Cultura | México, 2022.
Sputnik Medios