Desde los escondrijos más agrestes,
sórdidos y perniciosos de la capital poblana, ha surgido un nuevo proyecto
altamente fragoroso y vehemente, el cual se distingue por intercalar los
sonidos potentes del garage punk y el surf. Los culpables de semejante
estruendo, son tres jóvenes pendencieros: el guitarrista y vocalista Aimar
Sandoval (aka “Aimar Problema”), el baterista Iván Delgado (aka “Iván
Problema”) y el bajista Antonio Rosales (aka “Hule”). Juntos se hacen
llamar Los Problema y además de cimbrar los escenarios, instigar el slam y
desatar a su paso verdaderos jaleos, actualmente se encuentran de plácemes con
el lanzamiento independiente de su primer EP homónimo.
La banda surgió a comienzos de
2020, primeramente como un dueto, cuando el guitarrista y el baterista emprendieron
sus incipientes ensayos, pero el designio venía de tiempo atrás y germinó
progresivamente. Al respecto, Delgado cuenta:
“Aimar y yo nos conocimos hace seis o siete años, por algunos amigos en común y las fiestas que se hacían en el centro de Puebla. Resultó que coincidimos en la música que nos gustaba y rápidamente hicimos camaradería. De ahí surgió poco a poco la idea de formar el grupo, pero en ese entonces yo estaba en otro proyecto llamado Los Jerks. Aimar colaboró con nosotros un par de ocasiones, pero no fluyó bien y después decidimos hacer Los Problema, cuando Los Jerks se disolvieron recién iniciada la pandemia”.
Pese a que la pareja encontró naturalmente
su estilo y un sonido muy particular, no le fue igualmente sencillo cuando se
trató del título con el que quería darse a conocer. Uno que verdaderamente reflejara
la intensidad sonora y el entorno desbordado que producían (“Antes nos hicimos
llamar como una banda chilena: Los Cuchillos; pero nadie lo tomó en cuenta,
hasta que al terminar una tocada dijimos: ‘¡Nosotros somos Los
Problema!’. Todos se quedaron serios. Creo fue ahí cuando empezaron a valorar
nuestro trabajo”, cuenta Sandoval).
No obstante, Los Problema alcanzaron
verdaderamente su estampa y estridencia con la integración de Rosales:
“Me uní a finales de 2021. Al igual que Iván, yo tenía otra banda llamada Un mexicano. Antes debo aclarar que, independientemente de la música, también me dedico a las artes plásticas y durante una exposición que tuve en diciembre de aquel año (“Dialéctica del dolor”), coincidentemente cayó ese mismo día el cumpleaños de un elemento de mi grupo y le propuse que hiciéramos su fiesta en la exposición. Él quiso llevar a unos amigos que le gustaban como tocaban (Los Problema). Entonces llegó Aimar, empezamos a hablar, me invitó a tocar, me eché como tres rolas y desde ese día sigo acá”.
Propuesta que, en el transcurso
de sus casi tres años de existencia, se ha destacado no solo por reforzar la
creciente escena underground angelina, sino también a su perseverancia sobre
los escenarios y sus habituales interpretaciones desenfrenadas e irreverentes. Acerca
del estilo musical que dominan, aunque emparentado principalmente con las
formas del surf, este alberga en su interior la actitud provocadora, sucia,
agresiva y veloz del garage punk. Asimismo, la tercia se rige bajo las formas
colectivas de creación:
“Algunas rolas ya las tenía trabajadas de tiempo atrás. Son letras que hice en mis tiempos libres e inclusive las probé con algunas bandas de Oaxaca, ya que yo soy originario de allá”, dice el guitarrista. “Pero cuando empecé a ensamblar la banda de garage punk aquí en Puebla, metí nuevamente mis líricas y observé que podían funcionar a otra velocidad y con otros acordes. Ahí formalizamos o estructuramos las letras del grupo. Yo me encargo de escribirlas junto con la base, pero realmente es complemento de los tres”. A todo lo dicho, Iván agrega: “Creamos las canciones en base a un jam de improvisación y vamos uniendo las partes como si fuera un rompecabezas. Cada quien realiza un fragmento distinto. Con el tiempo las vamos puliendo; por ejemplo, los tres cortes que conforman el EP, están más trabajados porque fueron los primeros”.
“La Fuga”, es el tema inaugural
del disco y comienza con los rasgueos violentos de Sandoval, a los cuales se le
incorporan luego la batería y el bajo. Las maniobras combinadas del conjunto
forman una marcha veloz, tosca y robusta, fustigada rítmicamente con toques a
los platillos y la tarola. Entonces el cantante comienza sus ásperas vociferaciones:
“Llevo días buscando cómo escapar / De la nube gris, salir de la ciudad / Día
que pasa ya no vivo / Día que pasa sobrevivo / Ya no puedo ni conmigo estar /
No, no, no, no / Salir de aquí / Salir de aquí / Salir de aquí / Fuga de aquí”.
De pronto, la estridencia aminora por unos instantes y solo el golpeteo sordo
de las baquetas y el pedal contra la caja del bombo, dan lugar a un corto
respiro, para después retomar el feroz ritmo y cerrar la canción.
En “Playa crimen”, el rápido redoble
ejecutado por Delgado, sirve como preludio a los ágiles punteos de sus
compañeros, quienes presurosamente recrean los sonidos y las imágenes
provenientes del surf y el delirio (“Esa canción versa sobre un viajecito que
combina el rock and roll con las drogas. Nosotros no estamos exentos del cotorreo
y es un poco nuestro día a día”, cuenta el cantante). Enseguida, la lírica acomete
furiosa: “Lleva ya un rato sin llegar a su cantón / Le gusta el after-after, la
droga y el rock and roll / Frecuenta un lugar que le dicen el Nahual / Se
sienta en la puerta, comienza a alucinar / Y no era él no, no / No era él no,
no, no / No venía con él / Venía solo”.
Para Los Problema, esta primera
placa homónima es un pequeño adelanto del sonido y el repertorio que buscan ampliar
y perfeccionar: “Nuestra tirada es grabar en un estudio más formal. Eso tendrá
que pasar en algún momento, aunque aún no tenemos muy claro cómo llegar a ese
punto. Entre tanto, este año queremos registrar el resto de canciones que nos
gustan y no alcanzaron a entrar en este disco, como es el caso de “Pálido”,
“Oírte gritar”, “Come on baby”, “Psyco”, “Ciudad en llamas” y otras más. No hay
fecha como tal, pero es cuestión de acondicionar un espacio y empezar a darle”,
concluye Rosales.