Letrinas: Minificciones II de Franco García

Franco García (Guerrero, 1987). Ha publicado en Punto de partida, Punto en línea, Ágora, Opción, Mono, La otra voz y Revista Sputnik entre otros.


Minificciones II

Por Franco García


De economía local a nacional

Todos los días en el río de Coyuca de Benítez, Guerrero, aparecen cadáveres humanos. Algunos desmembrados, otros baleados. Pero los pobladores y las autoridades ya no dicen nada ni los reclaman; sólo les echan cal y les dan la bendición. Lo curioso de todo esto es que también han aparecido cuatetes alimentándose de los restos humanos. Y eso, sin duda alguna, ha sido una bendición porque hacía muchos años que nos los veíamos en el río. Desde luego que los pescadores están felices por tal milagro. Ahora mi tierra es el principal exportador de cuatete a nivel nacional.

 

Tarde oscura

La última tarde que nos vimos fue en un bar de Coyoacán. Tomamos vino, whisky, ron, mezcal y cerveza oscura. Entre copa y copa nos dio por hablar de cine, novelas, política fiscal, guerras, viajes, alimentos transgénicos y humanoides. También recordamos la ocasión que visitamos el zoológico y nos echamos a reír por lo estúpido que se veían los chimpancés apareándose. No dejaba de escucharte. Tu boca era un enorme volcán escupiéndolo todo. Hacía falta, dijiste y exhalaste hondo, como si dejaras escapar tu alma a propósito. Entones sequé tus delgadas lágrimas con una servilleta y te dije que ya era hora de marcharnos o no alcanzaríamos abierto el Metro. Pero afuera estaba oscuro, callado, desértico. Y nos quedamos absortos, inmóviles, tomados de la mano como si jamás nos fuéramos a separar.

 

Único

Qué hombre tan torpe, tan sucio, tan vacío, tan falto de educación. No sé cómo pude soportarlo tanto tiempo. ¡Pero Dios, ninguno cogía como él!

 

Fitnees girl

Soy una chica apasionada por la vida que disfruta al máximo cada instante. Amo mantenerme sana y cuidar mi figura. Como chica modelo, el éxito consiste en disciplina. No lo olviden. Amigas mías que sufren de sobrepeso: les aconsejo que después de comer vayan al baño a vomitar. A mí me funciona.

 

Amuleto de la suerte

Lo encontré a mitad de camino, rumbo a la escuela. Ni temor ni asco me provocó. Lo levanté como si nada y lo guardé en mi mochila. ¡Mi amuleto de la suerte!, dije. A la hora del recreo se los mostré a mis amigos. Algunos vomitaron, otros gritaron; yo sólo me reí. Unas compañeras me acusaron con la maestra y de inmediato me llevaron a la dirección. El director y la maestra no podían creerlo y me ordenaron deshacerme de él o me traería graves consecuencias conservarlo. ¡No, es mío!, les grité. Ambos me amenazaron con expulsarme de la escuela si no lo hacía. En respuesta les mostré en señal obscena el dedo medio que me había encontrado en la calle y les solicité mis papeles cuanto antes.

 

De nuevo en casa

Nació en un estado violento y en un hogar pobre. Nació homosexual y aspiró a ser gay. Se marchó a la Ciudad de México para cumplir su sueño de ser millonario mas nunca lo logró. Después de tantos años regresó a su tierra con el corazón y trasero rotos.

 

Sobre advertencia no hay aviso

Disculpen que siempre me contradiga. Resulta que mis yoes nunca se ponen de acuerdo.

 

Tenga para que aprenda

Por lujurioso, mi corazón fue castigado con todas las de la Ley de la Vida: amarás sin ser amado.

 

Partir con valor

Quitarme la vida no me hace cobarde. Sólo me adelanto valientemente hacia lo desconocido.

 

A quien corresponda

Por medio de la presente

informo a usted

que renuncio a la poesía.

Sucede que me aburro de los rockstars,

de las tribus urbanas, de los cazarrecompensas

y lingüistas adoctrinadores.

Tampoco tuve talento para comediante.

Así que, por favor,

no me vuelvan a invitar a sus lecturas en voz alta.

La paga era una miseria

y hacer corajes o berrinches

sólo me ocasionaba diarreas y migrañas.

Le recuerdo, una vez más, que ni sádicos,

ni románticos, ni futuristas poemas

destacaron más en mi lista.

Me retiro a tiempo por

prescripciones médicas,

ya que podía terminar

internado en un hospital psiquiátrico

o enjaulado en un zoológico.

Usted disculpe mis ratos

de rabia y melancolía,

pero ya no estoy para

semejantes trotes infantiles,

ni para pasar noches enteras en vela

y fumando marihuana.

En pocas palabras: perdí la fe en la poesía.

Tengo que saldar mis deudas con el banco

o me embargarán la casa.

Además me urgen vacaciones

y mi automóvil necesita neumáticos nuevos.

También he de confesarle que 

hace un mes me dejó mi esposa por un abogado.

Ojalá me comprenda.

Quedan en el escritorio la computadora, los lapiceros,

los libros firmados y mi vieja libreta de apuntes.

Ésta última le ordeno que la tire

a la basura o la queme cuanto antes.

No se preocupe por la liquidación,

suficiente tengo con la venta

de ropa usada en el mercado.

Sin otro particular por el momento,

reciba mis más sinceras condolencias.

 



Franco García (Guerrero, 1987). Ha publicado en Punto de partida, Punto en línea, Ágora, Opción, Mono, La otra voz, Trinchera, Acapulco Cultura, Minificción, Monolito, Rankia, Palabrerías, Zompantle, Capote, Enpoli, Sputnik, Periódico Poético, Revista Noche Laberinto, Letras y Voces, Irradiación, Campos de Plumas, entre otras. Parte de su obra ha aparecido en antologías de minificciones y cuentos.


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