Courtney Love
novios rubios y bajitos, callosidades en el talento
visible.
los tutores de nadie señalan diversos rasgos, aunque ya
no hacen más comentarios acerca de cuerpos infantiles.
artistas o fantasmas breves de cintura, ella ha dejado el
tema
porque nadie espera a niñas que dicen mentiras vistosas
mentiras que se vuelven la única opción de ir a espacios
públicos
o la única verdad posible durante la sesión con la
doctora
Smitherson
:
ella dice que nadie la obliga a un carajo pero
recuerda Olympia y después dice Aberdeen como decir
cuerpo de agua dulce o mar de galilea
decir una estrella de rock que gime luz
y se interna en los mantos freáticos de la audiencia
una de nosotras fue al frente en aquella guerra a patadas
regresó desde el sol de zapatillas Emily −aunque no ilesa
y nos dijo
que al final del arcoíris de leña no había más roadies
más
músicos insolentes
más terapias
de conversión
a la heteronorma
más patanes con playeras en que se promueve la muerte
de las ideas
cada vez que ella se cuelga la guitarra los barbudos
temen
−prefieren torso sudoroso, menos tetas de azafrán o
labios
pintados en los que nunca ocurrió
cada vez que vuelve a gritar salvaja
se abre la veda del odio,
sitios como Malibú, Londres, Las Vegas o Mexicali
salas de ensayo donde aprendió a dejarse ir llevando púas
en lugar de encaje
vestidos de abuela triste de quince años
un río de plata cruje en su garganta, pero nadie se
oculta en
la lluvia
durante el sexo oral
Polonia
nos pusieron en el barco aquella tarde
Hermitage se llamaba el barco
diario morían personas a bordo
y no había panteones en el mar
o una losa para llorar por fuera
yo recuerdo cuando vertían cadáveres al océano
aquel sonido
yo lo tengo tan presente
podría estar de vacaciones en una alberca
y reconocerme en el sonido de cuerpos
que entran al agua después de morir
yo era una niña de ojos verdes
pero recuerdo los pasos de olmo
la línea de clavos al fondo de zapatos
que tuvieron dueños distantes
y recuerdo los cadáveres del mar
las sonrisas en improbable duelo de dulces
traídos de Polonia
porque la felicidad es un simulacro de pieles hendidas
por el verano
en que el mar me llevó a otra parte
guitarra fácil
todos han visto el engaño, pero les gusta
no nací guapa de las hebras del río
guapura del cabello
¿las has visto?
algunas bailarinas así aterrizan
seguir arriba con la coreografía del pelo,
sobre las tablas de la casa de los viejos
sin darle tiempo al padre de largarse
como una modelo de cianuro ibérico,
mejoro mi engaño con mejores hombres
y aunque tengo cierta edad, sigo en el mundo
de los berrinches y las melodías digeribles
en que no es necesario tañir una
vela
o ver hacia el horizonte
tampoco es necesario el perfil de guitarrista virtuoso
que pierde el tesoro en un episodio
de quebrazón de brazos en la ensambladora de autos
el cabello largo ayuda
las botas con brillantes falsos
:
es la cultura de la juventud.
todas las semanas aparecen las mismas revistas
de gente disociada que se muerde las mejillas por dentro
pero ya le avisaron su inutilidad si no es hermoso
si no tiene brazos, si no es menor de veintisiete
Antonio León. Maneadero, Baja California. Poeta y cronista. Es editor de poesía en la revista El Septentrión y autor de los libros Busque caballos negros en otra parte (2015) :ríos (2017), Consomé de Piraña (2019) y Drowner (2021). En 2016 fue el ganador del Premio Estatal de Literatura de Baja California, en la categoría de poesía, con el libro El Impala rojo. En 2018 fue becario del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA) en la categoría Creadores con Trayectoria. Actualmente se desarrolla en el ámbito de la promoción de la lectura y promoción cultural universitaria. Es integrante del equipo organizador del encuentro Tiempo de Literatura, en Mexicali. Cuaderno de Courtney Love (y otros poemas), editado por pinos alados ediciones, es su libro más reciente.