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El astrofísico Brian May lanza sencillo dedicado a la exploración espacial


"New Horizons" es el nombre del single que Brian May, astrofísico y guitarrista de Queen, ha lanzado para rendir homenaje a la misión no tripulada de la NASA que lleva el mismo nombre, y cuyo objetivo es explorar los confines del sistema solar más allá de Plutón.

La leyenda británica ha combinado sus dos pasiones para volver al mundo de la música tras veinte años de ausencia. El último trabajo antes de New Horizons fue Why don’t we try again en 1998.



"Me encuentro en un lugar inusual porque estoy profundamente inmerso en la música, y he estado toda mi vida, pero también estoy profundamente inmerso en la astronomía y la astrofísica. Crear una canción inspirada en la maravillosa sonda de New Horizons fue una oportunidad increíble para que combine los dos", comentó May.

El pasado 1 de enero, la sonda New Horizons envió estas fotos de Ultima Thule, situada a 6 mil 600 millones de kilómetros de la Tierra, lo que la convierte en el objeto más lejano jamás visitado por una nave espacial humana.


"Realizar un tema para la misión ha sido un pequeño torbellino en sí mismo. Estoy celebrando el hecho de que la humanidad quiera hacer este tipo de aventura, quiera descubrir lo que está ahí y empujar más lejos en el universo", apuntó.

Letrinas: En el vacío (un cuento ciencia-ficción)




EN EL VACÍO
Por
Carlos Gabriel


     El terror es el miedo a lo desconocido.
     Fuera, en el vacío, la cápsula que se movía ligera, en la nada, contenía varios sistemas de comunicación dentro de sí, y estaba a una distancia de varios kilómetros entre la estación de donde había salido, distancia que no tenía nada que envidiar a lo que la cápsula aún faltaba por recorrer hasta llegar a la superficie plateada de la luna, donde se apreciaba una enorme construcción metálica ennegrecida de la cual algunos trozos sueltos de metal se desprendían y acababan por flotar en la infinita nada que lo rodeaba todo.
     Había además, un hombre en la capsula, que a ojos de un turista casual en el vacío habría parecido una bala perdida, un hombre trajeado como todos los hombres del espacio eran trajeados en los cuentos del espacio de los años cincuenta. Un gran traje amarillo con ciertos compartimientos y cables, piezas metálicas y un casco con un visor cristalino-plateado que emitía miles de destellos y un buen cargamento de oxígeno para sobrevivir los tres días que estaría en órbita hasta llegar a la superficie del satélite natural de la tierra, que ahora parecía verdaderamente una urbanización futurista.
     Toda aquella situación era irreal, digna de las más alocadas fantasías de un cineasta que posteriormente presentase sus películas en las sesiones de medianoche bajo la etiqueta de “serie B”. El hombre del espacio en la capsula perdida en el vacío tenía el nombre de Richard Kelly y dormir tanto tiempo le parecía estúpido, una siesta larga no habría hecho más que aburrirlo, estaba a menos de media hora de llegar a una estación espacial intermediaria para recoger un cargamento, porque eso era él, un repartidor, y todas las mercancías que llevaba desde la estación eran directamente para la Luna, y tenía que confirmar su identidad en la estación que se encontraba justo en el punto de distancia medio.
     Y como si las más alocadas fantasías de Stanley Kubrick no fueran erróneas, a cualquier turista casual, ver la bala perdida y, a la distancia, la estación intermediaria, habría pensado instantáneamente en el movimiento lleno de quietud de ambas naves, llenas de años de investigación científica, inmersas en el más delicado baile cósmico, cuidando cada paso.
     En el interior de la cápsula había apenas espacio, una silla frente a todos los comandos y todo el cargamento en un compartimiento de la nave a modo de sótano eran la suite de lujo de Richard.
     Las luces se encendían y se apagaban, en colores azul, rojo, amarillo, naranja y verde, la nave tenía paredes blancas y estéticamente cuidadas, a diferencia de su aspecto exterior, simple y minimalista, sucio, metálico y grosero en todas las definiciones de las palabras y usando todos los antónimos de belleza. Había instrucciones y carteles por toda la nave, diseños amistosos con muñecos para determinar qué hacer y qué no hacer dentro de la nave, varias ventanas puestas alrededor de la silla plegable, giratoria y ajustable donde se sentaba Richard casi siempre, soportando los seis días de ida y vuelta que duraba el viaje, que podrían reducirse perfectamente a sólo unos relativos minutos si él decidiese dormir en una máquina al fondo de la nave, en una habitación amarillenta y tan pequeña que le causaba la más espantosa sensación de claustrofobia a todos los que alguna vez tripularon aquella nave.
     El casco de Richard era circular y se ajustaba perfectamente, el visor era oscuro, pero dejaba a Richard ver perfectamente todo el vacío desde su puesto, lo dejaba sentir en carne propia los rayos del sol y el brillo de las estrellas, podía ver más astros a lo lejos, podía ver más planetas, enormes e imponentes.
     La nave no tenía un sistema manual, y tampoco automático, sus movimientos eran controlados desde la estación lunar, lo único que Richard podía hacer era controlar la energía de la nave, así como las ventanas y otros sistemas menores dentro de ella.
     La cápsula pasaba en un punto donde la luz del sol le daba casi directamente.
     Richard levantó la vista hacia las ventanas que estaban sobre él, era una visión espectacular, algo con lo que millones soñarían y que otros tantos millones verían como lo más banal del universo entero. Las estrellas a la distancia, los enormes planetas, los anillos tan lejanos de Saturno, el gigante júpiter y la estación intermediaria a sólo unos minutos, con los sistemas de aterrizaje y de recibo listos para capturar la cápsula en cuanto se acercase.
     Richard tenía una mirada fría, pero mirar todo el vacío infinito le provocaba un vuelco en el estómago, formulándose siempre preguntas a las que prefería no especular, él sólo era un repartidos, un servicio de correos, y nada más.
     —Estoy listo para el anclaje—mencionó Richard, presionando un botón que permitía la comunicación con la estación intermediaria, pero no había respuesta.
     El protocolo sólo marcaba que Richard tenía que comunicar que estaba listo, el resto de responsabilidad recaía en la estación.
     Richard pudo ver que el puerto de anclaje estaba abierto y listo para recibir la cápsula, después de eso, lo único que debía hacer era esperar a que identificaran sus datos y tomar el cargamento de Oxígeno, que estaba, literalmente, fuera del pasillo de descompresión, sólo tenía que salir durante unos momentos, y volver a flotar.
     Sobre su pecho sentía una inmensa carga y una claustrofobia excesiva al mirar el espacio, ver que un planeta como la tierra, o un satélite como la luna eran algo fascinante, y luego descubrir que no eran absolutamente nada en un universo entero, ni siquiera hormigas, eran una serie de pensamientos desalentadores que le habían dado a Richard una actitud distante y seca con casi todos, dormía en la estación más cercana a la tierra y sentía pánico todas las noches, levantándose entre sudores y soñando con las revistas de ciencia ficción, con los cuentos del espacio de los años cincuenta.
     Un golpe, fuera de la cápsula.
     Richard llevó toda su atención a ese golpe, sólo pasarían 10 minutos antes de anclarse a la nave, y tenía que saber qué era eso, sólo era posible que fuera alguna basura perdida en el infinito, pero en aquella área, tan cercana a la estación intermediaria, era imposible. Sólo podía ser…
     Otro golpe, seguido de otro. Tres golpes. En secuencia.
     Tantos pensamientos recorrieron la cabeza de Richard en unos segundos que le parecieron eternos, casi tanto como el tiempo, y como el universo.   
     De nuevo, una secuencia de tres golpes, un TOC TOC TOC fuera de la cápsula que sonaba aterrador, sonaba como si examinasen la nave, como si alguien tocase a la puerta de una casa.
     Richard se sintió mareado, el sudor corría a raudales por su rostro y los golpes seguían una y otra vez.
     Cerró inmediatamente las ventanas de la cápsula desde los comandos de la nave. Las planchas metálicas pasaron por las ventanas y dejaron la cápsula entera ennegrecida, después y casi de manera instantánea, se encendió una luz artificial color rojo que tranquilizaba a Richard, le recordaba al vivo color del cabello de su esposa, quien era trabajadora también en la estación espacial y esperaba un hijo suyo. Si aquel bebé naciese en el espacio, ¿Tendría algún tipo de nacionalidad?
     No terminó de divagar, porque la sucesión de tres golpes se repitió fuera de la nave y desencadenó otra serie de pensamientos, los golpes no podían ser basuras, tampoco podían ser trozos de metal o tornillos sueltos de la estación intermediaria, parecían tener un patrón, y si algo había allá afuera que fuese lo suficientemente inteligente para examinar algo en medio de la nada…
     Tres golpes más.
     Que dios le ayudase.
     Una gota cayó e hizo a Richard levantar la cabeza de nuevo, cerca de la plancha metálica que se había cerrado para no dejar pasar nada en la ventana, era negra y aún con el casco puesto, Richard supo que olía espantoso, algo podrido se filtraba por el cristal del casco, un área de la cápsula estaba totalmente ennegrecida y estaba humeando, lo mismo ocurría en el suelo blanco de aquella cápsula, en donde había caído aquella gota, que en realidad parecía un diminuto gusano sin una sola extremidad o punto reconocible, Richard se levantó de la silla, se quitó el cinturón y comenzó a flotar por la cápsula, aquel gusano comenzó a moverse y de sí mismo, otro gusano más salió, y después otro, una verdadera metamorfosis espacial se producía ante los ojos de Richard, una silueta deformada, que parecía de todo, menos un hombre, había sido concebida ahí mismo, cientos de gusanos erráticos posibilitaban el movimiento de un todo vivo, un todo espantoso y que tenía una forma humanoide, pero Richard dedujo, que si aquello tenía las extremidades y parecía un hombre, era porque él era lo único vivo en aquella cápsula y los gusanos lo habían tomado como ejemplo.
     Richard flotó hasta uno de los extremos de la cápsula, allá, en donde había guardado por más de cinco años un arma letal, un lanzallamas de tal potencia que asesinaría a cualquier ser vivo con una dosis justa.
     Tomó el lanzallamas sin vacilar ni un poco, y lo apuntó a la cosa que había estado antes funcionando como una maquinaria movida por millones de empleados, pero –aquella cosa- ya no estaba realmente ahí, ahora sólo estaba él, sólo un hombre extra en la cápsula, los gusanos habían hecho otra figura humana frente a él y no parecían dar señales de hostilidad, ¿Qué era?, ¿Qué buscaba?, fueron las preguntas que cruzaron su mente como un rayo, tan rápido que casi no se da cuenta de que la criatura se empezó a mover erráticamente hacia él, alargando sus extremidades, y desprendiendo el mismo olor a podrido que antes.
      Richard inmediatamente presionó el gatillo del arma, soltando una infernal ráfaga que iluminó con unas sombras alargadas y ridículas todo el interior de la nave, empezó a asesinar a la criatura que estaba frente a él, decidió que moriría con sencillez, se encogió muy rápidamente hasta que quedó disminuido a un gusano solamente, y después, el único sonido de la habitación era el de su propia mente, hostigándolo, interrogándole quién era el para decidir que una criatura con esas capacidades moriría, pero Richard hizo callar aquella voz, hasta que lo único que escuchó fue como las fibras en aquel gusano se desintegraban, pudo escucharlo gritar.
     La nave estaba anclándose a la estación intermediaria, Richard se puso el lanzallamas en la espalda con la correa que tenía y flotó de nuevo hasta su silla, la silla en donde le gustaba imaginar que era un rey en el espacio, quien decidiese si algo moría o algo vivía.
     Y sin dejar de pensar en la criatura, recordó sus propios pensamientos, la recordó gritando, oliendo a podrido.
     La nave se ancló completamente a la estación intermediaria, Richard fue directamente hasta la compuerta que lo llevaba al pasillo de descompresión, después salió al pasillo principal, pero todos los remordimientos que pudo tener se desvanecieron cuando entró al pasillo principal, donde los cargamentos de oxígeno lo esperaban como cajas apiladas y con un diseño casi excéntrico, pudo ver que todo el lobby de la estación estaba humeando, había muchas personas cuyos cuerpos estaban ennegrecidos, y había manchas negras por todo el pasillo y lobby.
     Pensó en la criatura, pensó cómo había entrado en su nave. Pensó en sí mismo y en el fuego.
     Pudo recordar en el sonido que hacía el gusano mientras las llamas lo tragaban.
     Pudo escucharlo gritar.

Falcon Heavy: Inicia la verdadera conquista del espacio


Misiones tripuladas o pruebas de su nave espacial Mars: el presidente ejecutivo de SpaceX da algunos detalles sorprendentes durante la victoria obtenida en el lanzamiento del Falcon Heavy.

POR
ERIC MACK,
CÉSAR SALZA




Tras el exitoso lanzamiento del Falcon Heavy de SpaceX desde el Centro Espacial Kennedy en Florida el martes, el fundador (y personaje de cómic de la vida real) Elon Musk respondió a las preguntas de los reporteros sobre el logro y sus planes para el futuro.

Musk restó importancia a errores en el aterrizaje y resaltó el espectáculo que significó la toma de contacto casi simultánea de los impulsores laterales gemelos. Y después de esto, decidió revelar una serie de detalles importantes sobre la misión y lo que sigue con Space X.


¿Cuánto costó el Falcón Heavy?

La inversión total de la compañía en Falcon Heavy fue "mucho más de lo que me gustaría admitir", dijo Musk, y agregó que SpaceX consideró cancelar el programa tres veces porque era muy difícil y planteó importantes desafíos de diseño.

Musk supuso que más de medio billón de dólares o "probablemente más" se habían gastado en Falcon Heavy, lo cual es una locura tanto porque es mucho dinero como porque es mucho menos que el costo de la NASA para desarrollar el Saturn V, que fue de más de US$6,000 millones en los 70.





¿Qué tan lejos puede ir el Falcon Heavy?


La misión de demostración de Falcon Heavy terminó esencialmente después de que el refuerzo de la segunda etapa dio al Tesla Roadster de Musk conducido por "Starman" un último empujón hacia Marte, el martes por la noche.

Pero Musk dijo a los periodistas que Falcon Heavy puede ir mucho más lejos. Dijo que el cohete podría "lanzar cosas directamente a Plutón y más allá, no necesita detenerse. Ni siquiera necesita una asistencia de gravedad".


Sobre el Tesla Roadster

Cuando las preguntas se dirigieron a su Tesla Roadster y su controlador ficticio, Musk descubrió un pequeño huevo de pascua escondido en el auto.

"Si te fijas en el tablero, hay un pequeño Roadster con un pequeño hombre espacial", dijo Musk, refiriéndose a una pequeña versión de Hot Wheels del Roadster montado en el tablero. "Es un poco tonto y divertido, pero creo que las cosas tontas y divertidas son importantes ... Creo que las imágenes son algo que hará que la gente se entusiasme en todo el mundo. Aún así me estoy volviendo loco".

Al cierre de esta edición el Tesla Roadster lanzado por el Falcon Heavy se alejaba de nuestro sistema solar más de lo planificado. La idea original era acercarlo a la órbita de Marte, sin embargo el cohete que lleva al vehículo se aleja de su trayectoria y ha colocado al auto en el margen del cinturón de esteroides entre Marte y Júpiter.


Y sobre el conductor "Starman"

Musk dijo que Starman no es un simple piloto ficticio. Tiene un traje espacial real y funcional. "Ese es el verdadero negocio", dijo Musk. "Nos tomó tres años diseñar ese traje espacial ... puedes simplemente saltar en una cámara de vacío con él y estarás bien".


La segunda SpaceX Dragon está casi lista

Elon Musk no se quiso guardar ningún detalle sobre planes futuros. Así que aseguró que la segunda versión de la nave espacial reutilizable SpaceX Dragon que puede llevar tripulación humana al espacio está casi lista. "Estamos aspirando poner a volar a un equipo para que orbite a finales de este año", dijo Musk. Conocido por dar fechas imprecisas que luego no se cumplen.





Un bote espacial salvavidas para la SpaceX Dragon

Musk, lució durante el lanzamiento una camiseta negra con una especie de dron, que resultó ser una embarcación en la que está trabajando SpaceX para poder recuperar a Dragon y el cono de la nariz que cubre la carga de los vuelos no tripulados.

"Tenemos un bote especial para atrapar el cono de la nariz ... es como el guante de un catcher gigante en forma de bote ... Creo que podría hacer lo mismo con Dragon", aseguró.


SpaceX Mars: la nave avanza

La nave Mars, también conocida como "BFR", avanza a buen ritmo, según Musk. Las pruebas podrían comenzar a finales de año en las instalaciones de la compañía en Texas, con vuelos cortos que le permitan viajar varias millas dentro de la atmósfera y volver de nuevo a su posición inicial.

Musk no detalló ninguna línea de tiempo para posibles misiones a la Luna o a Marte, pero dijo que una prueba en órbita terrestre de BFR puede durar de tres a cuatro años.

Los sonidos más espeluznantes captados por la NASA


La lista está compuesta por sonidos recogidos por sondas espaciales a lo largo de sus viajes, entre los que se incluyen misiones a Júpiter, Saturno y otros cuerpos celestes en los confines del Sistema Solar.

Si bien los sonidos en realidad no se escuchan en el espacio porque no hay una atmósfera que pueda llevar las ondas sonoras, los instrumentos de las naves tienen la habilidad de captar las emisiones de radio de estos cuerpos, que luego se traducen en ondas sonoras una vez en la Tierra.

"Cuando los científicos convierten estas señales de radio en ondas sonoras, los resultados son escalofriantes", dice la NASA en su página.

El sonido con el que comienza la lista captura el momento en el que la sonda Juno atraviesa los límites del inmenso campo magnético de Júpiter.

La sonda grabó estos sonidos durante dos horas el 24 de junio de 2016.

También podemos escuchar en la lista olas de plasma, que crean una cacofonía rítmica que puede oírse por el espacio.

Estas olas fueron captadas con el instrumento EMFISIS, a bordo de las zondas de la NASA Van Allen.

60 años del Sputnik 1, el primer gran salto en la carrera espacial



Hace 60 años, el satélite ruso Sputnik 1 fue colocado en órbita y comenzó a enviar señales de radio a la Tierra.

Esta increíble hazaña está considerada por muchos como el evento que dio inicio a la carrera espacial entre Estados Unidos y Rusia, que querían convertirse en el primer país en poner un pie en la Luna y dominar el campo de la exploración interestelar.

El satélite emitía una señal continua que podía escucharse por radio operadores en todo el mundo.

Los estadounidenses se esforzaron por decodificar ese “bip” que en realidad no contenía mensaje alguno.

La señal se mantuvo por 21 días, hasta que se acabaron las baterías del transmisor.

El Sputnik 1 fue el primero de varios satélites lanzados por la Unión Soviética en su programa Sputnik, la mayoría de ellos con éxito. Le siguió el Sputnik 2, como el segundo satélite en órbita y también el primero en llevar a un animal a bordo, una perra llamada Laika.

Aquí toda la historia:


Plutón será bautizado por la 'cultura friki'



El equipo de la misión New Horizons eligió nombres de ciencia ficción para bautizar regiones; la propuesta ahora debe ser analizada por la Unión Astronómica Internacional.
 
El equipo de la misión New Horizons, que sobrevoló el planeta enano este mes, sacó su lado más geek y propondrá bautizar sitios del planeta y de su luna mayor, Caronte, en honor a algunas de las mayores creaciones de la ciencia ficción. 

El portal Mashable tuvo acceso a los mapas que el equipo de New Horizons enviará a la Unión Astronómica Internacional (IAU, por sus siglas en inglés), el organismo que se encarga de nombrar los objetos celestes. 

Los nombres de las regiones incluyen referencias a Star Wars, Star Trek, Doctor Who, Firefly, Alien, El señor de los anillos y los trabajos del escritor H.P. Lovecraft

Cthulu, una deidad ficticia de Lovecraft, y Balrog, de JRR Tolkien, figuran en regiones de Plutón que se distinguen por sus colores oscuros, señala Mashable.
 
Pero será Caronte el que tendría los nombres más maravillosos para los amantes de la ciencia ficción con cráteres llamados Vader, Skywalker y Leia Organa, por Star Wars

Así como la planicie Vulcano, en la que se encontrarían los cráteres Spock, Kirk, Sulu y Uhura. También están el cráter Ripley y la depresión Nostromo en referencia a Alien.
 
Así como dos manchas en el satélite, una llamada Gallifrey, en honor a Doctor Who y otra llamada Mordor por El Señor de los Anillos.

“Tenemos una probabilidad decente de que estos nombres sean aprobados”, aseguró Mark Showalter, científico planetario de la misión New Horizons a Mashable. 
 
“La IAU tiende a favorecer los nombres que han aparecido hace tiempo, Star Trek tiene casi 50 años y Star Wars tiene 40”, dijo
 
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