La importancia de llamarse Ernesto Cardenal

"Esta será mi venganza: Que un día llegue a tus manos el libro de un poeta famoso y leas estas líneas que el autor escribió para ti y tú no lo sepas"


Poeta, escultor y sacerdote jesuita revolucionario; Ernesto Cardenal nació en Nicaragua en 1925 y llegó a nuestro país cuando tenía 18 años para estudiar en las aulas de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. Mundialmente reconocido por su carácter combativo y por sus poemas a Claudia.

El político y también traductor, estuvo algunos años en nuestro país antes de continuar sus estudios en Nueva York y Europa. En 1950 se hizo guerrillero y regresó a Nicaragua para luchar contra la dictadura de Anastasio Somoza, en donde se desarrolló como artista. Volvería años más tarde a México para enclaustarse en un monasterio benedictino de Cuernavaca, Morelos, lugar que lo forjó como uno de los principales defensores de la teología de la liberación, doctrina religiosa que antepone la realidad de los más pobres como el desafío primordial de la iglesia.

“México es mi segunda patria y no tengo muchas. Sólo dos. Nicaragua y México es la segunda”.


“El amor a la belleza, me llevo al amor a dios y eso me llevó a la revolución, y ahora desarrolló mi vocación de poeta, pero una cosa es importante, México me hizo revolucionario”


Como tantos poetas de la época, Cardenal viajó a Chile para entrevistarse con el presidente Salvador Allende y la Unidad Popular. Durante los años setenta colaboró en su país de manera muy activa con el Frente Sandinista de Liberación Nacional y fue nombrado ministro de cultura el mismo día que fue derrocada la dictadura de Somoza. De hecho fue criticado severamente por la Iglesia y el Vaticano, específicamente por Juan Pablo II, quien le recriminó formar parte del gobierno revolucionario y difundir pensamientos comunistas, y en 1984 lo suspendió del ministerio "debido a su militancia política" en el FSLN.

En los últimos años, el escritor de más de treinta libros y otros tantos ensayos, centró su interés en el tema científico, "la expresión de la creación en la ciencia. Leo muchos textos de divulgación científica. Leo desde biología, antropología, etnología, física, astronomía. Me apasiona mucho, desde el cosmos y las galaxias, hasta los peces y mariposas. Para mi todo ello es también poesía, ciencia poética".

"La poesía es un arma y es revolución. La poesía es el lenguaje que nos hizo humanos y sirve para ayudar a combatir la desigualdad, la injusticia y todo el mal de la tierra”. La violencia que se vive hoy en México “es horrible”

El 17 de febrero de 2019 se dio a conocer una carta del Papa Francisco a Ernesto Cardenal informándole del levantamiento de la suspensión a divinis impuesta por Juan Pablo II. Murió el 1 de marzo de 2020 a los 95 años en Managua, Nicaragua. Un enamorado de la revolución en toda la extensión de la palabra.


      EPIGRAMA


Al perderte yo a ti,

tú y yo hemos perdido:


yo, porque tú eras

lo que yo más amaba,


y tú, porque yo era

el que te amaba más.


Pero de nosotros dos,

tú pierdes más que yo:


porque yo podré

amar a otras
como te amaba a ti,


pero a ti nadie te amará

como te amaba yo.


Muchachas que algún día

leaís emocionadas estos versos

Y soñéis con un poeta

Sabed que yo los hice

para una como vosotras

y que fue en vano.

Se cumplen 77 años de la emersión del Paricutín


Del purépecha Parhíkutini, que significa "lugar al otro lado", el Paricutín emergió de la tierra en 1943, advertido en el poblado de San Juan Paranguaricutiro por un habitante que vio brotar humo de una grieta en medio de un maizal y con el paso del tiempo dejó de ser un montículo para adquirir esa imponente forma que jamás podrá pasar inadvertida. 

Las amplias cicatrices que dejó el nacimiento del Paricutín hace 77 años son recordatorio de cuán contingente es nuestro lugar en el mundo. Dos poblados completos desaparecieron bajo la lava que cubrió más de 2500 hectáreas, quedando la iglesia de San Juan Paragaricutiro como única estructura sobreviviente, reforzando desde entonces la noción del fenómeno como un mensaje místico. 



El equipo de Timelapse México se dio a la tarea de explorar este volcán que un día removió las entrañas de la tierra para asombrar por la complejidad de su estructura, hoy por hoy, es el único volcán nacido en el siglo XX del que se tenga registro preciso de la fecha y hora en que vio la luz.




Intervalos - PARHÍKUTINI from Timelapse Mexico on Vimeo.


Créditos:
Timelapse México
Fotografiado por Luis Fernando Pacheco, Carlos Cuesy, Nicolás Gutiérrez y Julián Stubbs
Editado por Julián Stubbs
Música: Orphée de Jóhann Jóhannsson
Producido por Nicolás Gutiérrez y Julián Stubbs

«A veces el amor es un cactus» de Andrea Muriel

Les presentamos una reseña sobre el primer libro de Andrea Muriel, ‘A veces el amor es un cactus’, publicado por Osa Menor. El libro se va a presentar este jueves 6 de febrero en la Ciudad de Puebla en Musa Cultura Visual, a las 8 pm.


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César Bringas
Fotos Mónica Garrido / Osa Menor

Cristina Rivera Garza dice que el amor es aquello que no sabemos que pasó sino hasta que pasó, entonces se convierte en lo anterior. Ya no recuerdo quién me dijo que la felicidad y el amor son como un ovni, todos hemos oído historias sobre ellos, o conocido a alguien que conocía a alguien que conocía a alguien que fue testigo, pero nadie de nuestro circulo cercano ha visto uno. Martha Mega dice que no existen los poemas de amor y desamor, son poemas de ardidas. Todo un nuevo campo en la poética.

Durante mucho tiempo yo escribí poemas de ardidas, yo era una de ellas, más cerca de la zarza ardiendo en el monte que a una persona. Si no me ataca la tristeza, y es un buen día podría decir incluso que yo fundé el género, antes de que Martha le pusiera nombre. Luego lo dejé, y hui, y bajé del monte, apagué mi llama e hice otras cosas, una de ellas ha sido tomar la prosa y dejar el verso.

En A veces el amor es un cactus, Andrea Muriel toma la estafeta de todos los que una vez fuimos incendio, para recordarnos que el amor y el desamor se parecen más de lo que creemos, y que un buen día también desaparecen. Aunque no nos demos cuenta. Aunque nos demos cuenta. El amor, ya lo dice la canción y lo reafirma Muriel, es una ilusión/ de tu pensamiento/ que te hace hacer cosas/ así funciona el corazón.


Más allá de las frases trilladas o el lugar común, en su libro, Muriel utiliza recursos de la poesía más contemporánea, como las redes sociales, para huir de la formalidad y no caer lo más pesado del amor/desamor como podría ser lamernos las heridas siempre con las mismas fórmulas. Haciendo uso de la imagen del cactus como alegoría del amor, nos cuenta la historia de una pareja que no sabe cuando muere la planta y cuando el sentimiento, es difícil saber ambas cosas, aunque las estemos viviendo y aunque haya bibliografía en abundancia para saberlo, a veces necesitamos recurrir a Google para confirmarlo. Debo confesar que después de leer el libro de Muriel quise ponerme a escribir. Que un libro te dé ganas de escribir es quizá como un anuncio de comida que te da hambre.



Últimamente siento que la poesía es más una biografía de la ética personal, antes que de las emociones o de los hechos, la poesía como un sistema de pensamiento, que ayude a explicar de manera más concisa el mundo. El amor, creo, es la última antigüedad que nos llegó del siglo XIX, más o menos intacto, por lo tanto pertenece al mundo, aunque sus causas y consecuencias pertenezcan más al ambiente sobrenatural y la poesía siempre nos ayudará a entender cuando se vuelva anterior.

«Un lugar seguro» de Olivia Teroba



Les presentamos una reseña sobre el primer libro de Olivia Teroba, ‘Un lugar seguro’, publicado por Paraíso Perdido. El libro se va a presentar este jueves 6 de febrero en la ciudad de Puebla en Musa Cultura Visual, a las 7 pm.


Por Rosalba Mackenzie | Fotos cortesía de Paraíso Perdido


Dice Gornick que "en la no ficción, el escritor sólo tiene el 'yo' para trabajar. [que] el escritor debe buscar en sí mismo al otro para crear movimiento y lograr una dinámica. (…) las piezas se acomodan sólo cuando el narrador no está involucrado en una confesión, sino en una especie de auto-investigación que dará movimiento, propósito y tensión dramática." Y también que, en un buen ensayo, "el lector debe creer que el narrador está diciendo la verdad."




La prosa de Olivia cumple con todo eso: a lo largo de 10 ensayos personales, nos habla de quién es, dónde creció, en qué ha creído y cómo se han transformado sus certezas. Parte de una anécdota sencilla: la relación con su hermano menor, quien acaba de mudarse a vivir con ella ahora que por fin se había adaptado a vivir sola. Este relato nos pone en su contexto, nos explica dónde está parada al comenzar a escribir el libro. La seguimos por sus visitas a Tlaxcala, donde está su casa materna, sus abuelos, parte de su identidad; por sus visitas al psicólogo, al psiquiatra y sus acercamientos a la medicina oriental; por su relación con los hongos y los bosques y el horror de la violencia; por sus viajes a Sudamérica donde reflexiona sobre ser mujer y la amistad entre mujeres; por su lectura de la obra de Elena Garro (quizá mi capítulo preferido) que conjuga en relación a lo que la autora vivió. Al llegar al último ensayo es claro que nos habla otra Olivia, alguien que ha transformado su relación consigo y con su entorno mediante una escritura a la que cuestiona todo el tiempo, una escritura introspectiva, honesta, sensible.

Yo le creo no sólo por cómo lo dice o por el proceso que la llevó a decirlo —sobre el que también abunda—, sino porque es transparente y empática. Y esto último es muy valioso, porque nos hace cómplices de esa voz que va tomando fuerza y evolucionando página tras página. No es que termine con verdades tajantes, sino que la persona que nos habla cuestiona desde nuevos lugares. 




Un rol con La Trola y su nuevo material «Inmortal»


La banda poblana de rocanrol "La Trola" ha anunciado el lanzamiento de su segundo material, titulado "Inmortal", que en palabras de los integrantes es una creación su propio entorno, "por muy hostil que este parezca".


“Saludos desde el Mictlán, desde las barricadas de esta ciudad, de unos parecidos a un maldito animal que no soportan más las insignias del oficial, porque todos los gobiernos se las gastan igual, somos testigos de que este mundo fue parido desde el infierno". 


Tras un lustro de la publicación de su primer álbum (La Trola, 2014), la agrupación regresó al estudio de grabación para entregar un disco que pretende llevarnos a dar un rol junto a un personaje autodenominado Inmortal, quien, valiéndose de dichos como "lo que no te mata te hace más fuerte", empieza a abusar de lo que algunos llamarían buena suerte, pero más bien se da cuenta de que todo es parte del mismo sistema, que no quiere matarle y cuelga de su teta.



Y es que La Trola, y la banda que nos escucha, somos eso: gran parte de la sociedad y clase chambeadora somos inmortales (incluso los que han colgado los Panam y se les han puesto sobre ellos las coronas heladas), pues hemos de aguantar las jornadas laborales impuestas de ocho horas (pero si dobleteas, ganas más, no seas güey), jubilarnos hasta los casi 70 añicos sin más pensión que la retribución que te dé un cliente de la comercial por empacarle su despensa, o sobrevivir con los salarios de mierda que asignan nuestros políticos (de izquierda o de derecha) enajenados siempre por el poder.


Podremos escuchar "Inmortal" de La Trola a partir de este 1 de febrero en las principales plataformas musicales y en formato físico en la presentación oficial del disco el próximo 14 de marzo en el Foro Hilvana de la Ciudad de México.

Coronavirus: películas para ver durante de la pandemia

Cinema Coyote | Por Alejandro Carrillo 


El coronavirus o la neumonía de Wuhan ha desatado una alerta sanitaria a nivel global que mantiene en cuarentena a más de 40 millones de personas en distintas ciudades alrededor del mundo.


Recientemente la Organización Mundial de la Salud anunció que la epidemia ya es una emergencia internacional.


ACTUALIZACIÓN: La OMS declara oficialmente la pandemia. El número total de casos globales ha superado los 118 mil.


El virus ya ha cobrado la vida de cientos de personas en China y se calcula que al cierre de esta edición haya cerca de 8 mil casos de contagio. Es muy probable que el problema atraviese nuestras fronteras, y aunque -de momento- el riesgo de contagio es relativamente bajo, no podemos dejar de pensar en todas esas historias apocalípticas que nos ha regalado el celuloide sobre pandemias y zombis. 

El argumento todos lo conocemos, es aterrador y uno de nuestros favoritos: en un país lejano y exótico brota una enfermedad que no tiene cura y se propaga con gran facilidad, rebasando todos los esfuerzos por contenerla y exterminando sin control a gran parte de la población, mientras los protagonistas luchan por sobrevivir y encontrar la cura del virus. 

En tanto la realidad supera la ficción, te dejamos algunas películas que deberías ver antes de la pandemia. No olvides vacunarte, usar tapabocas y evitar ser mordido en los próximos días... o meses.



10. Tren a Busán (2016)

Una de las películas surcoreanas más taquilleras de la historia. Un virus se desata en aquel país asiático justo cuando un padre y su hija toman un tren con destino a Busan. Atemorizados los pasajeros ven cómo en el exterior los zombis atacan a las personas. Naturalmente uno de los infectados logró abordar el convoy de alguna manera.





9. La amenaza de Andrómeda (1971)

Película basada en la novela homónima de 1969, escrita por escrita por Michael Crichton. Tras la caída de un satélite en Piedmont, Nuevo México, se libera un germen de origen extraterrestre que acaba práticamente con toda la población de la ciudad, salvo dos personas. Un grupo de científicos tendrán la encomienda de frenar a "Andromeda" antes de que sea demasiado tarde. 

Un clásico de la ciencia-ficción y una de las primeras producciones en abordar la temática de los virus mortales.






8. Planet Terror (2007)


Dirigida por Robert Rodríguez. Una pareja de médicos descubren que el ejército es el culpable de esparcir un gas sobre la ciudad que infecta a las personas convirtiéndolos en horribles zombis hambrientos de carne humana. Un grupo de personas intentarán hacer frente a los infectados, salvar sus vidas y llegar al único lugar seguro sobre el planeta: Tulum, México.

Quizá esta película no debería estar en esta lista, pero meh, nos encanta. Además cuenta con las actuaciones de Rose McGowan, Josh Brolin, Fergie, Bruce Willis y hasta Quentin Tarantino. Un filme de culto sin lugar a dudas.





7. Niños del hombre (2006)

La historia es una distopía de 2027 situada en el Reino Unido. La humanidad ha perdido la capacidad de reproducirse debido a una pandemia de gripe sucedida 18 años atrás. La inminente extinción de la raza humana tiene al mundo sumergido en un caos y el gobierno de la Gran Bretaña, uno de los pocos países medianamente organizados, ha impuesto una dura política contra los inmigrantes. Una de esas refugiadas está embarazada del que podría ser el primer ser humano nacido en décadas y tendrá que encontrar la manera de sobrevivir. 

Tremendo filme dirigido por Alfonso Cuarón, obtuvo tres nominaciones de la Academia (guion adaptado, fotografía y montaje).




6. Ceguera (2008)

Adaptación cinematográfica de la obra de José Saramago, "Ensayo sobre la ceguera", dirigida por Fernando Meirelles y protagonizada por Julianne Moore, Mark Ruffalo y Gael García. 

Súbitamente la población de una ciudad queda completamente ciega, lo que supone el colapso de las estructuras sociales y el sistema político. La única persona no afectada por la epidemia intentará organizar a los ciegos para sobrevivir.




5. Doce Monos (1995)

Filme de culto en donde Bruce Willis es un recluso que vive en un mundo postapocalíptico azotado por una devastadora epidemia que obliga a la humanidad a vivir bajo tierra debido a un terrible virus liberado por una organización terrorista conocida como el Ejército de los Doce Monos.

Ante los fallidos intentos para encontrar la cura, los expertos determinan que la única salida es enviar a Bruce Willis al pasado para prevenir la epidemia y cambiar la historia del mundo. Joyita.







4. El fin de los tiempos (2007)


Mark Wahlberg protagoniza esta interesante película en donde aparentemente un agente bioquímico ambiental está orillando a los habitantes del área de Nueva York y la costa este a cometer suicidio de manera repentina. Los ciudadanos intentarán huir de las grandes metrópolis a lugares más inhóspitos para ponerse a salvo pero pocos lo lograrán.




3. Soy Leyenda (2007)

Una de las cintas más populares de los últimos tiempos, narra la historia del virólogo Robert Neville (Will Smith), sobreviviente de una pandemia propagada por el virus del sarampión modificado genéticamente con la finalidad de curar el cáncer.

De manera inesperada todo sale mal y el virus sufre una mutación provocando que personas y animales infectados se conviertan en una especie de zombis-vampiros. El protagonista y su perro intentarán sobrevivir, ayudar a otros supervivientes y encontrar un antídoto al mismo tiempo. La película está basada en el libro homónimo de Richard Matheson, publicado en 1954.

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2. 28 días después (2003)

Conocida en América Latina como "Exterminio", fue una de las primeras películas cuyos zombis tienen su origen en un virus de laboratorio y no en el regreso de la muerte. El director Danny Boyle nos regala esta película obligada para los amantes del género en donde un grupo de ambientalistas liberan a monos cautivos en un centro de investigación sin saber que los animales son portadores de un virus letal e incurable. Quedan pocos sobrevivientes que deben buscar la manera de ponerse a salvo y lejos de los zombis.





1. Contagio (2011)

El versátil director Steven Soderbergh y un gran elenco (Matt Damon, Jude Law, Kate Winslet, Laurence Fishburne, Marion Cotillard, Gwyneth Paltrow, Bryan Cranston) plasman en esta historia de la manera más realista y perturbadora, la propagación repentina de una enfermedad viral que surge en Asia y que se extiende rápidamente a todos los rincones del mundo, causando millones de muertes, mientras los gobiernos, incapaces de poder controlar la situación, dejan en manos de la medicina la última esperanza para encontrar una vacuna. Para lograrlo, los protagonistas deberán seguir los pasos del paciente cero hasta encontrar el origen de la infección (sí, es un animal), mientras miles de personas mueren cada minuto. Ficción incómoda para los tiempos modernos. 

Una calle de la ciudad, llamada ‘Ponent 29’

Call me old fashioned… please! | Por Mónica Castro Lara |


Una vez que Alex Carrillo –nuestro editor- me comenta cuáles son los hilos conductores de esta primera antología (la muerte y la ciudad), comenzó a retumbar en mi cabeza una historia bastante peculiar y terrorífica que escuché cuando tuve la oportunidad de estar en Catalunya hace un par de años y que me llevó, casi de manera obsesiva (obsesión que por supuesto rayaba en morbo), a buscar toda clase de información que existiera en torno a ella.

El cuento que abordo en ‘Ponent, 29’ se inspira en hechos reales de la vida de Teresita Guitart, una niña secuestrada en la Barcelona de 1912, que siendo adulta vive asediada por su propia tragedia personal al inicio de la ola de violencia y opresión desencadenada por la dictadura franquista, uno de los hechos más desafortunados en la historia contemporánea española.

Con ‘Ponent, 29’,  busco que esta ansiedad que provoca leer historias de hace un siglo, sacudan porque nos enfrentan al mito de la gran ciudad, en este caso Barcelona, una ciudad próspera, cosmopolita, dinámica y que sigue siendo así, pero que se encuentra, como muchas otras, anclada a su propia violencia estructural espectacularizada, y que, además, arrastra los traumas de su pasado. Bajo esta premisa, las narrativas de mi cuento son funestas: se cierran círculos auto-narrativos y al mismo tiempo se van abriendo otros que no se sabe si terminarán en una tragedia aún más grande. Es decir, nosotros, construidos por los hechos de nuestra historia personal, somos reclamados por un destino colectivo más grande, quizá intempestivo, que nos impide, en la cotidianidad, poder vislumbrar qué día despertaremos con un Franco en el poder.

Así, ciudad y persona son una misma. La historia personal de cada uno de nosotros es a su vez la historia de la ciudad en la que se vive, y así como uno tiene muchas etapas en la vida (uno muere y renace simbólicamente interminables veces en una sola vida), la ciudad también. Por eso, la narrativa propia junto con la narrativa de la ciudad, se interpelan, se funden en una sola, y se hacen historia. Aquellos que me conocen bien saben de lo mucho que me apasiona la historia y que soy una fiel creyente de que la creación literaria nos ayuda a rellenar todos esos espacios vacíos que tiene la llamada ‘historia oficial’.

A su vez, ‘Ponent 29’, es un homenaje a esas identidades que nos da la ciudad: el lenguaje, la forma de percibir el mundo, la forma de llorar, de besar una cruz, de prepararnos una tila, etc, entonces, las identidades son moldeadas y forjadas por lo que la ciudad es. Pero también, mi cuento es un homenaje a esa Barcelona que siempre ha luchado por la identidad arrebatada, como la de muchos pueblos, porque aunque nos parezca muy lejana, España, como México, no es una sola. Quise hablar de eso porque lo sentí propio cuando estuve ahí.

La historia de Teresita que escribí para ‘La Ciudad de los Ahorcados’ tiene prácticamente 100 años, y ahora, un siglo después, inevitablemente me surge la pregunta: ¿qué tipo de tragedias nos atraviesan actualmente en esta infinita tensión ciudad-personas?




«Que parezca un accidente», de Elma Correa

Por Elisa Corona Aguilar


Entre las multitudes turbulentas que copian y pegan, que se reúnen, se comentan unas a otras y se vinculan en las redes sociales, vi por primera vez la portada del libro de Elma Correa, Que parezca un accidente, y pensé para mí misma que era un grandioso título narrativo, pues sugería intenciones secretas de personajes en conflicto, historias cómicas y a la vez siniestras, además de anticipar un tono irónico y autoconsciente respecto a los lugares comunes que todos amamos y odiamos a la vez: la escena del crimen, sea este menor o mayor, sea una broma, una venganza o un desventurado giro del destino.

Todo esto me sugirió tan solo el título de la obra, y ahora, después de haberla leído, pienso en éstas y más cosas sugeridas, insinuadas en estas breves historias de jóvenes y viejos, de enfrentamientos y escapes, de amantes y antagonistas, de adicciones y renuncias, de amigos y enemigos. Esta es una de las grandes virtudes del libro, la variedad improbable de los personajes que congrega, donde ninguno se parece al anterior. Y con esta variedad de personajes surge también una amplitud de tramas que pocos libros de cuento abarcan con éxito y sin perder la integridad que hace que los lectores sepamos que se trata de un mismo libro.

En “Buena caza, hermano scout”, Elma Correa retrata de manera vívida la intensidad, la rabia y la confusión propias de la infancia, donde una guerra por una casita en el árbol se convierte de pronto en un golpe de realidad, en una encrucijada donde los códigos infantiles se encuentran con el mundo de los adultos, del dolor y la posibilidad de la muerte. De un tono similar es el cuento para mí más triste, más desolador, “Diez arribistas”, donde una niña llora y come pastelitos y poco a poco descubrimos el por qué de su desgracia y su derrota.

“Plantas carnívoras” me hizo reír en voz alta al contrastar el mundo de los académicos sin escrúpulos con el de los bohemios alternativos que igual salvan perros callejeros que secuestran niños del Perú: dos mundos desiguales unidos por vínculos familiares, por amistades cómplices y encuentros sexuales, más que amoríos fracasados. Así también, de amistades cómplices, de amoríos tan solo a medias, “Nos reiremos cuando acabe” nos convierte en los amigos del malo del cuento, nos coloca en el lugar de quien escucha una confesión terrible, sin saber qué seguirá.  En “La intimidad de las abejas” asistimos a una noche de adolescencia – y pos-adolescencia – una cuasi-piyamada divertida y también escalofriante, de juegos en apariencia inocentes que dejan corazones rotos al ritmo de Amy Winehouse.

En “Tres veces”, el escenario más sencillo, en apariencia el menos digno de convertirse en noticia de televisión – una pastelería en horas de cierre – nos muestra envidias salvajes y mordidas ocultas en los pasteles decorados con muñequitos de boda y cubiertas con merengue. “Señor bigotes”, con similares antojos culinarios, es un cuento muy cuento, tan redondo como su personaje, con un cambio de tono que para el lector es la diferencia entre comenzar riéndose de la protagonista y sentirse al final atrapado, como un gato por el olor del salmón.

Los motivos detrás de los actos de estos personajes nos son revelados poco a poco, pero solo parcialmente - como en las buenas historias – donde es el lector quien debe imaginar, adivinar, escribir su propia versión, el antes y el después, el de dónde vienen y a dónde van. Así se construye el cuento, así se quedan los personajes con nosotros por más tiempo, incluso después de haber cerrado el libro.

Al terminar cada historia volvía yo al título y buscaba una relación particular con él. Imaginé otros subtítulos para cada cuento: Que parezca un rescate. Que parezca un evento sobrenatural. Que parezca una prueba de amor. Que parezca un acto de sororidad, de caridad, de justicia.

Me quedan al final un par de preguntas para la autora. El primer cuento, “Kamikaze”, al menos a mí me insinúa una novela, ¿es este solo un deseo mío o será que esos personajes cobrarán nueva vida más adelante en otros proyectos narrativos? Me surge este deseo, este antojo, también un poco con el cuento Wild in the country, con ese remate final, demoledor, que nos abre tantos desenlaces posibles, también tanto pasado para esas mujeres que en un auto robado intentan cruzar la frontera. Quizá en el fondo estoy preguntando sobre tu proceso de escritura; dicen que los poemas, como los libros, no se terminan, se abandonan, ¿cuándo decides tú terminar, abandonar el cuento y a sus personajes? ¿cuándo les perdonas la vida y les das continuidad? Una pregunta más, ¿te has enfrentado a la crítica que sanciona los actos de tus personajes como si se tratara de los tuyos propios, de seres de carne y hueso y no de personajes ficticios? No me refiero tanto a los actos más salvajes y desalmados, como enterrar vivos a dos viajantes de carretera, o estafar y abandonar a un compañero de cárcel – asumo que quien te conoce sabe que no se trata de ti – , sino a los actos más sutiles, como abandonar a unos cachorros callejeros, o burlarse de los vegetarianos, o enamorar a una niña inocente y después romperle el corazón sin remordimientos. Para mí estos actos, en el contexto de estos cuentos, el contexto de la ficción donde todo se vale, resultan aciertos de lo más irónicos y dan un impulso a la narración que, como diría Margaret Atwood, tiene que ver con el juego mismo de la escritura: dice Margaret Atwood, “crea un personaje bueno y crearás uno insoportable.” Porque al menos para mí la ficción se trata, entre otras cosas, de divertirnos, de jugar a ser otros, de planear crímenes como si fuéramos criminales, o de sublimar a ese criminal que todas llevamos dentro, se trata de no dejar rastro y atar todos los cabos para que al final parezca un accidente.

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