3 sencillas razones para ver ‘Undone’ sin caer en un bucle infinito

Call me old fashioned… please! | Por Mónica Castro Lara |


¡HE VUELTO! Y créanme cuando les digo que se siente MUY bien regresar a ‘mi casa’, a Sputnik. No crean que estos meses de ausencia pandémica fueron por pura desidia, no. Cuestiones (muy) personales, impedían mi absoluta concentración y la oportunidad de sentarme a escribir tranquilamente para ustedes; espero eso permanezca en el pasado. Quiero creer que alguien por ahí extraña las tonterías que escribo en este espacio y, siguiendo esa lógica, los saludo y les agradezco el que le hayan dado click a este texto. 

El confinamiento de este extenuante 2020, entre otras cosas, nos ha brindado a algun@s la posibilidad de ver series y películas extraordinarias en todas las plataformas de streaming existentes, ¿o no? Pues bien, hace un par de días (en lo que esperaba ansiosa el estreno de ‘The Crown’), me devoré una serie SEN-SA-CIO-NAL que me recomendó mi muy querido amigo René (si estás leyendo esto René: ¡hola, pitxín!) y que de inmediato, quise compartirla con ustedes porque en verdad, no exagero cuando digo que es una joya y vale la pena ser vista, disfrutada, compartida y reseñada, por mucha, mucha más gente. La serie de la que hablo se llama ‘Undone’ y pueden encontrarla en Amazon Prime Video.

Antes que nada, tengo que confesar que me siento un poco mal porque -como dicen por ahí- llego un poco tarde a la fiesta, ya que esta genialidad de serie se estrenó en septiembre del año pasado y yo recién la vi hace un par de semanas. Sorry! Me parece que se combinaron dos factores: 1. Que en ese entonces aún no tomaba la decisión de tener (y mantener) una cuenta Prime y por ende no tenía ni cómo ni dónde verla, y 2. Que en realidad Amazon nunca le dio la publicidad adecuada para realmente darla a conocer. Hay quienes afirman que fue una movida calculada, un afán para mantener a la serie con un estatus de ‘serie de culto’. ¿Será?


Y bien, en lo que Jeff Bezos (CEO de Amazon) continúa haciéndose trillonario, yo por otra parte voy a compartirles tres simples motivos para que vean y amen este fenómeno imperdible llamado ‘Undone’:


La trama.

¡Gracias, gracias, gracias dioses de la televisión por arriesgarse a brindarnos una historia nueva! Estoy cansada, HARTA de los refritos, de los spin-offs, del afán ridículo e insistente por ‘desblanquear’ viejas tramas, de las ‘historias basadas en’ (ya sé, acabo de caer en una contradicción por mi amor a ‘The Crown’, ¡no se atrevan a juzgarme!). Lo que ‘Undone’ me demuestra es que SÍ es posible; es posible contar nuevas, interesantes, honestas y frescas historias, con personajes complejísimos, con hilos conductores que demanden nuestra entera atención y que nos orillen, a querer ver más y más. Es una serie que expone crudamente el tema de la salud mental; la cerrazón de nuestras rutinas, lo limitado de nuestra expectativa de vida, las huellas de abandono, el dolor, las relaciones familiares, TODO bajo un lente metafísico maravilloso. Y yo, como ansiosa profesional, lo agradezco y gocé bastante.  Escrita por Kate Purdy y Raphael Bob-Waksberg (ambos creadores de la exitosa serie animada BoJack Horseman en Netflix, que precisamente toca temas de depresión, ansiedad y adicción), ‘Undone’ trata sobre una mujer latina de 28 años llamada Alma, que sufre un grave accidente automovilístico y que, a raíz de dicho trauma, desarrolla la capacidad de ‘desprenderse’ del espacio-tiempo, así como comunicarse con su ya fallecido padre con el fin de averiguar realmente cómo murió éste. 

Existe durante toda la serie, una tensión constante y palpable entre la imaginación y la realidad; entre la fantasía y lo tangente, es decir, lo que en realidad ocurre con Alma. Este efecto intencionado, nos pone a la par de nuestra complicada protagonista y nos sumerge en un espacio donde el tiempo simplemente no existe, las dimensiones chocan, la mente y nuestros cuerpos se abren y expanden, y nos ayuda a comprender y deducir que las heridas abiertas duelen y persisten en el pasado, en el presente y por supuesto, en el futuro. Asimismo, nos propone desmitificar una enfermedad mental tan nombrada como lo es la esquizofrenia y al menos, hace un esfuerzo por abrir la conversación a otras muchas posibilidades entorno a la salud mental.

Por ahí leí que ‘Undone’, es un viaje de sanación y de reconciliación con uno mismo.” Y no he encontrado una mejor descripción de la serie. No quiero describir más la trama ni hacer ningún spoiler, así que por favor ¡anímense a verla!


La animación.

“Visualmente no es un capricho como, aceptémoslo, lo es ‘Loving Vincent’. La historia no se podría construir sin la técnica y está armada a la par de ella”. Es la respuesta que me dio René (sí, de nuevo tú pixtín) cuando le conté lo fascinada que estaba con la serie. 

‘Undone’ combina dos impresionantes técnicas: la animación por rotoscopia y la animación tradicional.

Vamos por partes porque no es nada sencillo: la rotoscopia consiste principalmente en dibujar encima de un fotograma para imitar el movimiento o, dicho de manera más simple, calcar/dibujar una película real para convertirla a un medio animado. Dicha técnica, fue creada por Max Fleischer (autor de la muy famosa ‘Betty Boop’) por allá de 1914. La serie en este caso combina la rotoscopia y la animación tradicional, sobre fondos que no son otra cosa más que extraordinarias pinturas al óleo.

El procedimiento para la creación de ‘Undone’, fue el siguiente: primero, las actrices y actores grabaron todas las escenas con fondos de pantalla verde (y a veces, ni siquiera eso); segundo, dichas grabaciones se enviaron a un primer estudio de animación donde artistas dibujan encima de dichas filmaciones, convirtiendo a l@s protagonistas en versiones animadas. Tercero, dichas animaciones se enviaron a un tercer estudio donde un equipo de artistas expertos en pintura al óleo y animación 2D y 3D, colorearon a los personajes y escenarios donde se desarrolla la trama. Un trabajo extenuante de año y medio con extraordinarios resultados.

Todo este trabajo y combinación de técnicas de animación, enaltecen la trama y la enriquecen, dando una absoluta libertad creativa a los creadores y guionistas con un presupuesto mucho más asequible. Las técnicas nos permiten experimentar justo lo que vive, piensa y siente Alma durante los ocho capítulos que dura la serie, al romper constantemente las barreras entre la fantasía y la realidad. 



Las actuaciones.

En ningún momento, la animación ‘le gana’ a la trama y mucho menos a las actuaciones. Lo que hace Rosa Salazar, la actriz de ascendencia peruana, ¡es simplemente sorprendente! Cada gesto, cada palabra, cada movimiento nos regalan a una Alma de carne y hueso, llena de dudas existenciales como las hemos tenido tod@s en algún momento de nuestras vidas; una mujer con traumas e inseguridades, que reúne la fortaleza suficiente y necesaria para hacer viajes al pasado y enfrentarse a sus episodios más dolorosos en búsqueda de respuestas que den un poco de sentido a la ‘locura’ que está viviendo, todo con un acento latino bien marcado sin caer en la caricaturización que la mayoría de las veces, se les da a los personajes latinos en series gringas. La química que tiene con el buen Bob Odenkirk (sí, nuestro querido Saul Goodman de ‘Breaking Bad’ y ‘Better Call Saul’) es grandiosa; el dúo padre-hija se goza y se sufre al mismo tiempo. Lo mismo con Angelique Cabral (Becca, la hermana de Alma), Constance Marie (Camila, la madre) y Siddhart Dhananjay (Sam, el novio). Cada ‘performance’ de las actrices y actores, añade toques de genialidad a esta de por sí, grandiosa serie al darnos la posibilidad de empatizar con los personajes y sentirlos muy propios.

Así que ya saben: ‘Undone’ es LA serie que deben devorarse un fin de semana. Sus ocho capítulos de veinte y pico minutos de duración, son una absoluta delicia sensorial. Les prometo que no se van a arrepentir.

“En casa” Iván García y Los Yonkis lanzan “Ciudad Soledad”

De la mano de un segundo sencillo, Iván García y Los Yonkis lanzan al mercado su nueva producción discográfica: Ciudad Soledad. Tras la publicación de “Cenicero” a inicios de noviembre, la agrupación estrena el single “En casa”, tema referente al confinamiento y la situación de emergencia que hemos vivido durante este año. 

“De haberse publicado esta canción en otra época tendría un significado completamente diferente. El enclaustramiento al que fuimos confinados derivó en muchas cosas tanto positivas como otras de origen más oscuro, como la ansiedad o la depresión”.

Este 1 de diciembre se estrena “En casa” en las principales plataformas musicales, dedicada a todos aquellos que permanecieron en cuarentena lejos de los seres amados. Cabe resaltar que a partir de esta fecha también se podrá adquirir la versión digital del disco “Ciudad Soledad” a través de las redes sociales de la banda. El material en formato físico estará disponible a partir del 7 de diciembre con envío a toda la República Mexicana. 

“Habemos personas que no percibimos la realidad en medio de cuatro muros. Necesitamos salir a la calle y recorrer las callejas más antiguas de la ciudad… Esta canción se gestó en casa y esperamos suene en la suya”.

“Ciudad Soledad” es el resultado del trabajo de los difíciles meses de contingencia y representa el quinto álbum de estudio de Iván García y Los Yonkis. Fue grabado, mezclado y masterizado en Casa Yonki y producido por Carlos Iván Carrillo. El arte del disco corrió a cargo de Israel Díaz “Chk Dsg”. 

Momentáneamente no hay una fecha definida para la publicación del disco completo en las plataformas digitales.

Manitas rojas de dulce: poemas de Antonio León

Por Antonio León | Foto: Nisuke Martínez

Para Ale Librada Torres Salcedo



cuatro breves poemas culeros

 

1.

me inscribí en el registro municipal

de imitadores de andrés pasavento

y los culeros dicen que no aparezco

 

2.

el poeta que te odia es el pokemon de

la poesía es un arma cargada de futuro

y escribe como en 1965

 

3.

he abandonado el chiste de

no tengo maestría

¡pero qué tal estría!

me lo vuelven a pedir

en las mesas de lectura de poesía

cada que alguien menciona las palabras

piedra

enhiesto

hojarasca

 

4.

este poema siempre no vino

estaba muy culero

 

 

el príncipe adam abre cuenta en grindr

 

podría llorar en menta y lavanda en el festival de los estereotipos

o anunciar la fiesta de compromiso

en que sólo admitiré fantasmas de mis primos muertos

o de los peones con que me revolqué

en cobertizos de fiestas patronales

 

podría anunciar el fin del reinado del padre que nunca sale en la foto

porque ser el rey de un tipo que usa mallas

o peor aún       ser su padre

es un ejercicio que ya no quiso llevar en vida

 

aunque nadie conoce el domicilio de ese muerto coronado como muela muerta

 

podría escribir un mejor perfil que

príncipe de buenas maneras

pasea a bordo de tigre pusilánime

 

gusta de llevar el corte de cabello bob del sastrecillo valiente

heredero de una piedra de lana sobre las piernas

y por enemigo tiene un costal de huesos

 

tela de hacer olas el muslo izquierdo que ya incluye cámara

por las noches el príncipe gusta de ir a un club leather

a jugar a los espadazos del fin del mundo mientras patea cabezas

y se reúne con un grupo de medusas a bufar sabroso

 

ninguna de esas historias

aparece en la descripción que antecede a la foto

de hijo blanco

del trono que tiene forma de galleta

 

el muslo izquierdo incluye dígitos de carne

 

llamadas hacia el fondo de la depresión

en castillos de dudosa medievalidad

 

 

calendario

 

vuelve a ser de día en el fuselaje

de la basura en voz alta

 

porque nadie lee sus derechos

como en antiguos concursos de poesía coral

en escuela pública

 

o una noche en que los pájaros

se fueron a dormir temprano o siempre

en el sur de una ciudad como ésta

que todo lo resuelve con más polvo

y nadie ha querido a un aspirante a vagón trizado

malo como una diabetes

pero enunciativo hasta el logro de amaneceres narrados

en primera persona

 

qué amarga es la forma en que

de origen

fueron dibujados

los aviones que calcinan durante el despegue

las voces bajan hasta el volumen cero

y otras posibilidades de la recta numérica

 

no hay lenguaje de señas que sea suficiente

morfemas como paletas manitas rojas de dulce

que adivinan la suerte

 

 

además de micrófono hay cosas que un desodorante roll on

no es

 

luis miguel está en la pantalla del pasado

otra vez su padre nos dijeron que un sátrapa de melismas pop

 

luis miguel cantaba hasta el cielo borrascoso de los jeans edoardos

también tenía un disfraz de corsario

 

en los bailes frente a la cámara que vienen

en la caja del lenocinio en minoría de edad

o la gracia que siempre se va

 

un rubiecito infame que se relamía los dedos frente a la bocina

alzaba el cuello en los agudos

un gallo con espolones hattori hanzo Steel

 

se trataba —creo— de una decisión importante y de no pensarlo más

voz en punta cabello húmedo en el rostro de principito perdido en

el desierto

 

no lo pienses más decídete

aun si unos niños revientan mascotas a golpes

y no sabes cómo rematar tus mentiras

 

nos preocupan las horas perdidas pero también nos gustan

las mesas de novedades editoriales

con libros que no podemos comprar

 

decídete no sigas en facebook o crowdfunding

nadie votará por ti niño mimado voz piara de ángeles

pelo lacio en pasta dura

muchacho de la crítica especializada

 

decídete poeta sin cursar el plan flexible

en letras hispánicas

decídete y haz la prueba del cáncer de próstata

y piensa en la raíz de todas las palabras

 

 

 

 

Antonio León es un poeta nacido en Ensenada, Baja California. Reside en Mexicali desde 2014, donde se desarrolla en distintos ámbitos de la promoción cultural universitaria. Es autor de los libros Caricia del velocímetro, Busque caballos negros en otra parte (pinosalados) y :ríos, dentro de la colección Ojo de Agua, editada por CETYS Universidad . En 2016 fue el ganador del Premio estatal de literatura (poesía) en Baja California, con el libro El Impala rojo. En 2018 fue becario del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico en la categoría Creadores con trayectoria. Consomé de Piraña, editado por Carruaje de pájaros y el Instituto Sinaloense de Cultura, es su libro más reciente.

Vaquero del mediodía: buscando al poeta ausente


Cinema Coyote | Por Alejandro Carrillo

@alexiliado


En el año 2008 se perdió el rastro de Samuel Noyola, uno de los poetas más inspirados de su generación de acuerdo con el mismo Octavio Paz, con quien llevó una relación fraternal, hasta la muerte del Nobel. Con el paso de los años la figura de Samuel Noyola se fue perdiendo entre la ansiedad, la depresión y las calles de la colonia Narvarte en la Ciudad de México.

Con la finalidad de esclarecer el caso, pero sobre todo de no olvidar el legado de Samuel Noyola en un país desmemoriado por naturaleza, el realizador Diego Enrique Osorno emprendió desde 2010 una investigación que fue documentando a lo largo de los años con pesquisas policiales, testimonios de amigos y enemigos, trabajo de campo, ciencia forense y hasta clarividencia. El resultado es un largometraje nominado al Ariel que narra la búsqueda infatigable de un poeta, pero sobre todo de un amigo entrañable.

La contracultura es una esencia y Noyola es contracultura. El siglo pasado le dio la espalda y el siglo XXI sería absolutamente intolerante con él.

Vaquero del mediodía es el mote que el infrarrealista Mario Santiago Papasquiaro le asignó a Noyola cuando lo conoció en el famoso Café La Habana, por su peculiar modo de vestir con botas y sombrero. El sobrenombre fue retomado por Diego Enrique Osorno para el documental que reúne todo tipo de personajes entre las calles y cantinas de la Ciudad de México, Monterrey y Nicaragua.

En Vaquero del mediodía (2019) encontramos un trabajo completo y complejo sobre la vida y obra del autor de Tequila con calavera (1993) quien además de poeta fue artista plástico, diseñador y guerrillero del Frente Sandinista de Liberación Nacional; y que a pesar de su talento y su pluma prodigiosa, libraba una guerra contra sí mismo de la cual no pudo escaparse, aunque al final nos muestre que desaparecer también puede ser un acto poético al no encontrar alternativa.

Vaquero del mediodía (ya disponible en Netflix) es un material necesario y obligatorio para cualquier miembro de la comunidad literaria de nuestro país, y un esfuerzo pertinaz para rememorar a, quizá, uno de los últimos -perdone usted la palabrota- poetas malditos de este agujero llamado México.

El poeta no tiene lugar en la sociedad contemporánea. O nace rico, o se pone a trabajar en la burocracia cultural. Entonces o se suicida o se vuelve un estúpido. S. N.



Si tiene alguna información que pueda llevar al paradero de Samuel Noyola puede comunicarse con su familia a través de www.samuelnoyola.com

Vacunas contra la poesía: narrativa redentora desde Mexicali


La Secretaría de Cultura de Baja California a través del Fondo Editorial "La Rumorosa", ha publicado una nueva antología de cuento como parte de su colección dedicada a difundir las letras y el talento emergente de dicha entidad en materia literaria.

Vacunas contra la poesía reúne cuentos de que intentan salir del estereotipo: no quieren ser literatura del norte ni de la frontera, quieren ser literatura nada más, aunque sean del norte y también de la frontera; quieren ser una literatura que trascienda su circunstancia geopolítica

La escritora Elma Correa fue la encargada de coordinar la antología, producto de un taller literario impartido por la misma autora y que reúne los textos de Zulma Rodríguez, Hiram de la Peña, Karla Michelle Canett, Saúl Martínez, Zeth Arellano y Vladimir Galindo.

Aunque la edición impresa de “Vacunas contra la poesía. Antología de relato corto” está próxima a salir, ya podemos descargar sin costo alguno la versión digital de la obra desde este enlace para leer, disfrutar y difundir el extraordinario trabajo de estos autores fronterizos que llevan al perrito Cheems y a la perrita Laika como estandartes literarios.

Aquí hay seis opciones sobre uno de los motivos literarios que me resulta más entrañable: Laika, esa perrita a la que solo la literatura es capaz de dar otro destino o por lo menos de traer de vuelta un momento que, mientras ocurra la lectura, será imperecedero. —¿Por qué Laika? —Porque yo soy la profe.

Elma Correa

Iván García y Los Yonkis lanzan la canción «Cenicero»


La agrupación poblana de rock “Iván García y Los Yonkis” ha dado a conocer el lanzamiento de “Cenicero”, sencillo que representa el primer adelanto de su nuevo material discográfico titulado “Ciudad Soledad”. La canción estará disponible a través de todas las plataformas digitales y redes sociales de la banda a partir de este 6 de noviembre.

“Cenicero” también se encontrará en YouTube con un videoclip rodado en el Teatro Cholula Ciudad Sagrada de San Pedro Cholula. El sencillo en su formato audiovisual estuvo dirigido por Manuel Duarte de Overclocked Productions.

Por su parte, “Ciudad Soledad” se encumbra como el quinto álbum de estudio de la banda conformada actualmente por Iván García, Carlos Iván Carrillo, Jhu Camero y Alberto Ambriz; y es el trabajo de los difíciles meses de contingencia que todos hemos lidiado durante el año, pero que para la comunidad musical y artística de nuestro país ha representado un duro golpe no sólo en el ámbito social y productivo sino también en su modus vivendi.

Por lo anterior y con la finalidad de hacer frente a la difícil situación, el nuevo disco de “Iván García y Los Yonkis” se lanzará oficialmente el 1 de diciembre de 2020, únicamente en su formato físico, mismo que se podrá adquirir a través de las redes oficiales de la banda con envío a cualquier parte del territorio nacional.

“El álbum musicalmente será un homenaje a nuestros héroes del rock como Bob Dylan, Neil Young, Quique González y Tom Petty, entre otros. Letrística y conceptualmente va con dedicatoria a todos aquellos que se llevó la pandemia, a los que se quedan y a nuestra ciudad que se desoló durante semanas enteras”

Conformado por 13 composiciones de Iván García, “Ciudad Soledad” fue grabado, mezclado y masterizado en Casa Yonki y producido por el propio Carlos Iván Carrillo. El arte del disco corrió a cargo de Israel Díaz “Chk Dsg”; Santa María Récords colaboró en la producción ejecutiva de la nueva placa musical. 

De momento no hay una fecha definida para la publicación del material en las plataformas digitales.

Una de cal: un cuento de Luis Zapata

Ha partido el fascinante escritor, traductor y cineasta Luis Zapata, uno de los autores más prolíficos de la literatura homoerótica mexicana, conocido principalmente por el clásico "El vampiro de la colonia Roma" de 1978.

Compartimos este cuento del narrador guerrerense que incluso se llegó a adaptar en un cortometraje de 1982 dirigido por Edgardo Resendiz.


Una de cal

 Luis Zapata


¿QUE POR qué lo hice? Pues no le sabría decir correctamente el porqué. Nomás fue una necesidad ¿ve? No, no lo veía como algo malo, sino más bien como algo ¿cómo le diré? justo ¿no? algo que tenía que pasar a huevo, perdonando la expresión. Algo que tenía que empezar y seguir creciendo hasta que me detuvieran… pero no sé, a lo mejor otras gentes lo hacen por otros motivos. Es decir, para mí no era importante robar ¿ve? sino sólo emparejar las cosas.

¿Que cómo me decidí? Pues verá ¿Quiere que le cuente desde el principio, o sea lo que estaba haciendo yo antes de eso? Estaba trabajando en una fábrica de aparatos eléctricos ¿quiere que le diga el nombre? ¿no es necesario? Bueno, era un trabajo muy pesado; digo, se suponía que estábamos trabajando ocho horas, pero qué ocho horas; había días en que trabajábamos las veinticuatro horas del día; no le exagero, palabra, ¿qué caso tiene ahora exagerar? Bueno, nos pagaba horas extras, pero era una miseria; de por sí el sueldo era miserable. Como armador ¿ve usted? No era ni el salario mínimo. Yo no sé si la ley esté enterada de eso, pero el caso es que no nos pagaban ni el salario mínimo; aunque, lo que sea de cada quien, el patrón sí era buena gente con nosotros. No nos tenía asegurados, pero, si alguien se enfermaba, él pagaba de su bolsillo las consultas y las medicinas del doctor; inclusive si había que internar a alguien, pues no lo desamparaba ¿no? le daba una ayudadita, aunque, naturalmente, no le pagaba todos los gastos. Pero no era de eso de lo que estaba hablando ¿verdad? Le decía que trabajábamos muchísimas horas y en un ambiente muy aglomerado ¿no? lleno de gentes y el cuarto muy chico y el aire… casi no se podía respirar porque el cuarto no tenía ventanas y hacía mucho calor; pero… ese… bueno, los primeros días si estaba contento, porque ya llevaba mucho tiempo que no trabajaba y iba a buscar trabajo y en ningún lugar me daban ¿no? porque en todas partes le piden que la secundaria, que la preparatoria, que estudios comerciales, la primaria de perdis; yo, pos no había estudiado más que hasta cuarto y no tenía certificado de primaria; digo, eso si quiere usted conseguir un trabajo decente, que deje dinero, porque si no, está el campo ¿no? pero ¿quién cree que se va a ir al campo? No, el que llega aquí, pos como que ya se queda aquí de por vida, ya se acostumbró, ya tiene su familia o su ambiente, digamos. Los amigos, mi familia, pues sí me ayudaban, me daban a veces dinero, pero era vergonzoso ¿no? Digo, para mí.

¿Que cómo fue la primera vez? Pues le digo iba yo saliendo del trabajo y necesitaba dinero porque mi mujer acababa de perder un niño y estaba grave ¿no? de que la llevaran al hospital, y el patrón no me quería prestar porque decía que él sólo se responsabiliza de los accidentes que pasan en el trabajo, que lo demás ya no le… le tocaba; eso era ya nuestro cuento; si podíamos arreglarnos con lo que ganábamos, bien, y si nno, ni modo ¿no?

¿Qué me concrete a los hechos? Pos es que esos son los hechos, señor. Salí del trabajo ese día. Ya era tarde y tuve que caminar porque ya no había camiones e iba caminando por una calle grande y oscura. Estaba un coche estacionado ¿no? una pareja. Yo venía bien cansado, veía todo nublado; no nublado exactamente, pero algo así; como que no podía respirar bien; mareado, no había comido en todo el día, y yo siempre cargo mi navaja porque, allá en el barrio, usted sabe, nunca falta quien le busque a uno bronca. Estaban fajando, muy en lo oscurito, y que le toco en el cristal de la ventana. Él, bien trajeado, elegante, con corbata y todo, y ella, una muñeca, rubia, parecía artista, con sus pestañas  largas y bien pintada; demasiado pintada, diría yo. Se quedaron azorados. Han de haber pensado que era de la Judicial o algo así, digo, en el primer momento, porque ya después de que me vieron bien, ya no. Y que me dice él, el señor: qué quieres. Y yo: deme un cerillo ¿no? y ha de haber sospechado algo porque yo no traía cigarro en la boca ni nada, y que dice: lárgate, no tengo. Tratándome mal ¿no? Le digo: présteme su encendedor, caray, no sea ojete; y cuando le dije ojete se me quedó viendo de una manera muy rara, como enojado; no, más bien yo creo que era miedo; que me dice: no tengo, vete. Y encendió el motor, de seguro para irse ¿no? y que hago como que me voy. Entonces volvió a apagar el coche y quién sabe qué le dijo a la güera: estos quien sabe qué, y me dio más coraje ¿no? que me viera menos. No, pero no fue por eso. Entonces que voy y que agarro una piedra, grandota, deveras, no sé ni cómo me la aguanté, y que se la voy a estrellar en la ventanilla del carro; ni tiempo le di de que la arrancara. Rompió el cristal; le di con tanta fuerza, que hasta a él le pasó a tocar; le empezó a salir mucha sangre de la cabeza. La muchacha estaba rete asustada; él ya no se movía y ella estaba como muerta, sin poderse mover; después me empezó a gritar cosas ¿no? asesino, nomás así, cosas; de los puros nervios ni siquiera pensaba lo que decía o lo que debía de hacer, y que agarro y abro la puerta del carro y le doy tres puñaladas en el pecho a él y ella empezó a gritar pidiendo auxilio, ya no gritándome a mí; peor nadie venía  por la calle.

No, le digo que no sentí nada; digo ¿yo por qué había de odiarlo si no me había hecho nada directamente? Nomás veía como se hundía en su pecho la navaja, mientras ella gritaba, pero yo sin sentir nada. Sentía como que tenía que pasar eso, pues; y a ella no se le ocurrió abrir la portezuela, sino que nomás gritaba, y en ese momento sí pensé. Digo, sentí lástima por ella ¿no? tan bonita, tan güerita. Era muy blanca. Pero dije, o más bien razoné: si la dejo ir, al día siguiente ya estoy sentenciado, si no es que muerto ¿verdad? dependiendo de quién fuera el difunto ¿no? algún influyente o algo así, figúrese. Y ni modo, también a ella le tocó; manoteaba, me arañaba la cara, pero ya ve usted que el hombre es superior a la mujer, y no pudo contra mí. Al ratito estaba ahí los dos muertos, ella todavía movía una mano o un pie, pero ya sin respirar, y ya me iba, cuando me acuerdo de que se me había olvidado lo que quería. El dinero. Me regresé y lo que saqué de su cartera: ochocientos pesos. Yo me imaginaba que iba a traer más, pero no; nomás ochocientos pesos, que de todos modos ni sirvieron porque mi mujer se murió esa misma noche. Mientras yo me cargaba a esos dos, ella se moría, a la misma hora, según me dijeron después; pero sirvieron para pagar parte de los gastos del entierro. Sus papas y unos amigos acompletaron para para la caja y el servicio. Ese día no fui a trabajar, no me sentía con ánimo; no por lo que había hecho, sino por la muerte de mi señora, y mis hijos estuvieron chille y chille todo el día; ahorita ya están con sus abuelos, ellos los están cuidando, y yo ya sin poder hacer nada. Hasta al otro día fui a trabajar. El asunto ya había salido en el periódico y sentí no sé qué. No arrepentimiento, otra cosa. Luego vi que decía que ya andaban tras la pista del asesino y me dio risa. Para mí, las cosas seguían siendo iguales: el mismo trabajo, el mismo trato con los demás hombres que trabajaban allí, todo igual; ya no tenía nada de los ochocientos pesos. Otra cosa que me dio risa fue que en el periódico dijeron que habían robado dos mil quinientos pesos y el radio del coche, figúrese, el radio del coche; yo, con la apuración que tenía de largarme de ahí, iba a estar levándome el radio. De seguro lo agarró otro vivales que pasó por ahí, pues, según dicen, los descubrieron hasta  como a las seis de la mañana; a lo mejor uno mismo de los que hicieron la investigación ¿no cree? Ya después de haber hecho lo mismo varias veces, fíjese qué curioso, a todos los había matado de tres puñaladas en el pecho; digo, yo no las estaba contando en esos momentos, pero así fue. Y, le decía, después de haberlo hecho varias veces, me di cuenta de por qué lo hacía. Era como una especie de venganza ¿no? Como ya le dije, sentía que era algo que tenía que pasar, yo no me sentía criminal, como ponían en los periódicos, ni nada por el estilo… y… este…, algunas de las personas que tuve el gusto, bueno, no el gusto, se oye feo, ¿cómo le diré… la oportunidad; la oportunidad de asesinarlas, eran gentes que salían de un cabaré que quedaba cerca de donde  yo trabajo, o bueno, trabajaba, y siempre pasaba por ahí; gentes que tenían posibilidades económicas ¿no? Yo los veía salir de allí, bien borrachos, bien vestidos, bien contentos y siempre con buenas viejas con pieles y pelucas ¿no? y entonces pensaba que no era dinero, buenas viejas y todo y uno no tuviera nada. Que ellos estaban tirando el dinero que a nosotros nos hacía falta, que ya no encontraban la forma de malgastarlo, y sentía que no tenían derecho de seguir viviendo y entonces los seguía, y lo mismo; de tres puñaladas, como dijeron los periódicos. Sólo las dos primeras veces robé, pero ya después le juro que no toqué un pinche quinto; digo, no iba a ser un vulgar ladrón: solamente estaba haciendo justicia, según yo creo. Y, pues…

¿No quiere que le cuente cómo me agarraron? Tiene razón, ya lo sabe todo el mundo; salió en todos los periódicos, también. También salió todo lo que había robado en todas esas veces, pero no fue cierto; ya ve que los periódicos  inventan cosas para que se vendan más. De veras, yo sólo robé las dos primeras veces.

¿Que si me importa? ¿Qué? ¿Estar aquí? No. En este momento ya no me importa nada. Nada. Me siento como más tranquilo; siento que ya cumplí, en cierta forma, con lo que tenía que hacer. Tampoco me preocupa cuántos años voy a pasar aquí, y además… no sé cómo decirle; como que ya no soy el mismo Rubén de antes ¿sabe? hasta me he vuelto famoso y  esto empareja las cosas. Todos los periódicos han sacado un chorro de veces mi nombre y hasta fotografías. Está bien ¿no cree?

Ándele, sí. Que le vaya bien. Nomás no vaya a aumentarle nada ¿eh?

Letrinas: 6 poemas de Angel Acecam


Silente


Que tu silencio
te bese los labios
con la dulzura
de los anónimos,
que te queme la piel
con un gélido viento invernal,
que te lleve tu amargo sino
al yermo donde habita medusa
entre miel,


¿A que sabe el destierro?
Ocultas tus amantes
en la cara oscura de tu alma
que se precipita al hades,
probaste las migajas que eros
dejaba en tu alcoba
pasada tu muerte
y así saciaste
tu hambre atroz,


hiciste cenizas a los deudos del nirvana
que moraban cerca de tus pupilas
y no fuiste capaz
de llorar tu tragedia,
un torbellino de inocuos demonios
los llevaran al desierto
de tu oprobio para perderlos
eternamente,


diestra mentirosa,
engañas a los ángeles
que se posan en tus cabellos
y les atas las alas con ellos
para entregarlos a los verdugos
que los devoran a prisa,


cosecharas las viandas
del apocalipsis donde
tu soledad hará de colchón
en los insomnios sobrados
de lágrimas ensangrentadas
que llorara tu alma,


y pasada una década
las llevaras al troje
de la casualidad
echando raíces de amargura,
y ahí, se convertirán en semillas
de locuaz tormento,
para ser sembradas en tu cuerpo,


las regaras entre estatuas
y abejas,
con tu llanto inmenso
para agonizar en ese yermo
que será tu cementerio.



Kúñu nuevo


De la nada apareces
entre el bullicio de los muertos
que añoran resucitar,
clandestina imitas
sus plegarias y los haces
participes de tu bondad,


¿De dónde vienes?


Tu primicia es cándido manjar
que entre idolatrías se posa
para amamantar a sus vástagos,
es tragicomedia que sale
a escena apenas pasada
la luz por sus cadenas,


inicia su ritual benigno
para saciar sus deseos
entre llanto y oscuridad,
le llaman con ahínco
y ella responde a su paso
sin tregua,


les dará el regalo o
les negara la dicha
según su sino,
abrirá las ventanas y dejará
pasar la aurora para mostrar
los escombros que volverá a edificar,


y después, cantará embriagada
la canción que hará germinar
el amor o la cólera,
es su menester amasar el tiempo
para dirimir los abrazos con la eternidad
tardía que sorda no le atiende,


y ahí sigue, entre la pira y la noria,
entre las cenizas y el agua, esperando
el milagro que traiga delante la luna o el sol,
esperando, siempre esperando
inicia la vida
y resucitan los muertos,


como testamento sempiterno escrito
con estrellas de tierra, agua y fuego
sacude los tedios del pasado o del hostil futuro,
y así llega presuroso o pausado,
envilecido o enamorado
el génesis inesperado.




Hora equivocada


Esta noche nada late,
no late el viento arrebatado
que arranca las flores del cerezo,
no laten los ladridos de los canes
en la terraza del carnicero,
esta noche nada baila,
no bailan las luces de la plaza
que acostumbran en el quiosco,
tampoco lo hace el viejo reloj
de la iglesia con la música del coro,


esta noche nada canta,
no canta el cucurri posado
en el pino que creció junto a mi casa,
ni las luciérnagas que vuelan alrededor
del camposanto como almas dulces
esta noche nada fluye,
no fluye la sangre de mi vida
que se escurre entre tus pies,
menos la inspiración del hades
que atormenta hasta llegada el alba,


esta noche nada llora,
no llora la mujer que busca a sus hijos
por donde nace el rio, ni el cielo con nubes cargadas
de lágrimas, esta noche nada duerme,
no duermen los párvulos cansados de tanto jugar,
mucho menos los caballos que no dejan de relinchar,
esta noche es diferente a otras, nació al meridiano,
y las aves de granja fueron a su gallinero
los borregos y los rumiantes a sus corrales,
pero la hora miente, es una noche prematura,


no es ensayo del tiempo,
es un dulce momento que atesora mi futuro,
azul cargando a cuestas la oscuridad
sin ser esclavo aun de su veleidad,
la noche se va así nada más y el sol
al meridiano vuelve a despertar,
todos salen de su hogar,
solo han pasado unos minutos quizá
y así, el eclipse se despide
porque en mucho tiempo no volverá.




¿Qué es la muerte?


¿Y qué es la muerte?
sino un polizón
atado al pecho de destino,
un druida que alienta
la vida a consumirse
entre tristezas, risas
y tragos de tequila.


Un bravío astado atravesando
un campo lleno de mirasoles para llegar
a un solitario yermo,
¿Qué es? Sino una milpa de zacate
abrazada por el fuego causado
por una luciérnaga que cayo
precipitada de un sueño.


Como no llamarle en los atroces
momentos que arrebujan los deseos
de echarse a sus brazos fríos, y así
aliviar un alma contrariada,
no es sino el final que el tecolote
canta en la morada del indio
como diría mi madre.


No es sino la inexorable casualidad
que enamoro el tiempo y convirtió
por su amor en testamento eterno,
no es sino la que alivia las penurias
de un terminal enfermo que sonriente
le da la bienvenida como un paliativo
beso que consume su aflicción.


no es sino la visita inesperada
que llega de día, noche o madrugada
a tus vitales para devorarlos,
no es más que un silencio
que se adhiere confundido a
las notas de la soledad
que la acoge al terminar tus días.


No es sino la amante eterna
esperando tus besos tibios
detrás del telón de tu tragicomedia,
y eso es la muerte, todo lo que lleva vida,
lo que sueñan y descubren la luna y el viento
tanta muerte en tantos días, de cementerios
y efímeros suspiros llenos de destrozados egos.




Medusa


Entre los infiernos de mi soledad
sueles esconderte,
apaciguando mis ganas de llamarte
me seduce el olvido
que se cuela entre
demonios,


¿Dónde aprendiste a jugar así?
Siento desfallecer
atado al sino moribundo
que borra Mis huellas
de tu áspera
piel blanca,


tú, miras detrás de satanás
tus sucios deseos convertirse
en mi dolorosa realidad,
¡Moriré! Sonríes tomándolo de la mano
mientras mis querubines tratan de levantarme
de mi lecho mortecino,


¿Escuchaste mis plegarias?
Cientos de bolseritos
tejieron un aposento par mi alma
con musgo y ocochal
para que duerma en la suavidad
de sus complacencias,


asi no llegara al hades
precipitada por tu desamor,
en la aurora los gallos cantaran
mi despedida, como un himno
que suena a lamento de la natural
tierra que hambrienta espera mi cuerpo,


polvo inunda las lágrimas de mis deudos
que ojerosos despiden los recuerdos
que gritan tregua al tiempo,
madera y cristal engalanan
mi despedida al aposento
de mis huesos,


sucios intentos fallidos
por volver a mí el génesis
que late en mi sepultura,
entre ellos habitas
medusa de mi eterna soledad
y te escondes para asesinarme.




Pintora

A Alfonsina Storni



Es preciso disipar la angustia
atorada en mi pecho
desde que te fuiste a colorear el mar,
divina pintora llevaste tus oleos
a la galería eterna,
ahí, dibujaras sus quimeras
que te pertenecieron desde la madrugada
de su primicia,
hasta el ocaso de tu soledad infinita
por un momento,


azul y verde llevas en tus pinceles
listos para dar vida a la suave piel
de tu amante eterno,
celosa no llevas café ni dorado,
aquellos que engalanarían
a su fiel compañera y lo harían
olvidarse de ti,
ella, que gloriosa sabe los secretos
que esconde desde su brillante manto
donde juegan las gaviotas,
hasta su alma en penumbra
que iluminan especies fluorescentes,


ella, a quien con cada ola que llega a la costa
busca besar prometiéndole retornar
esas caricias por la eternidad,
ella, a quien con paciencia le canta
a través de una sirena
esa embrujada melodía
que lo enamorara inevitablemente,
lirios y peces multicolor
son sus mensajeros que te arrebatan
esos dulces sueños de tenerlo solo para ti,


llegado el ocaso como peregrino
sonrojara su rostro y pasado este,
en compañía de la luna llena
subirá hasta tus labios con la marea
y solo ahí podrás besarle,
así, en tertulia hablarle de tus amores,
después, entre reflejos como luciérnagas
te arrojaras a sus brazos
sin importarte que así perecerás.
Pintora;
es preciso disipar esta angustia atorada en mi pecho
y hundirla en el mar.


   

Angel Acecam Cloneoser


 

Angel Acecam Cloneoser (Nicolás Romero, México, Marzo 1985) Es un hito enterrado profundo licenciado en administración, sus textos tratan principalmente de la muerte, la soledad, y el desamor, ha participado con poesía para las revistas, Nocturnario, Monolito, Engarce, Poetómanos, gaZeta, Ibídem, Letrantes, Primera Página, Collhibri, Tintasangre, Perro Negro de la Calle, también para editoriales como Elementum y Letras Rebeldes, así como en fanzines, actualmente cursa la maestría en tecnología educativa.

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