“The Revenant”: destino a la deriva

"The Revenant" parece tener ecos del cine de Terrence Malick; de Werner Herzog; del producto de Kevin Costner denominado "Danza con lobos".

Cinetiketas | Por Jaime López Blanco |



Seguramente, muchos se me van a ir a la yugular por lo que voy a escribir. "The Revenant", el nuevo metraje del realizador mexicano Alejandro González Iñárritu (y el más ambicioso), no me parece el mejor logrado de su filmografía, ni tampoco el que contenga la mejor actuación de la carrera de DiCaprio. Eso NO significa que se trate de una producción mala. Técnicamente es una obra muy valiosa. La grabación del sonido directo; el diseño de arte; el maquillaje y; los efectos visuales constituyen una meritoria pieza de entretenimiento. De hecho, en esta ocasión es cuando Iñárritu recurrió más al CGI. En "Birdman" ya había coqueteado con ello, y aquí lo utiliza como parte medular de su creación. ¿La escena del oso? Impecable. Asimismo, es prodigioso el plano secuencia del primer enfrentamiento entre la tribu de los blancos y una de las comunidades nativas.
 "The Revenant" parece tener ecos del cine de Terrence Malick; de Werner Herzog; del producto de Kevin Costner denominado "Danza con lobos"; y hasta del hilo conductor emocional de "Gladiador" (por la forma en que se nos presenta a la familia del protagonista). La segunda mitad goza de un mejor ritmo que la primera parte. La fotografía de Emmanuel Lubezki es impresionante (le puede valer su tercer Oscar consecutivo); las contrapicadas y planos abiertos de la naturaleza, con luz no artificial, hacen que se admire la misma con  respeto, deleite y sensibilidad.

Aunque Tom Hardy está cumplidor, su personaje en distintas partes peca de mala dicción y parece evocar el timbre de voz empleado para su rol de "Bane" (en "The dark Knight rises"). Algo falta en la construcción de su identidad. Por momentos representa, de manera convincente, a un psicópata fanático religioso, pero en otros instantes luce acartonado y raya en el estereotipo del antagonista malvado que sólo se mueve por mundanos intereses. Hardy es uno de los cinco nominados a Mejor Actor de Reparto en la 88va. edición de los premios Oscar. Luego entonces, hubiera preferido ver en su lugar a Benicio del Toro, ya que éste posee un mejor papel en el filme "Sicario", el cual desarrolla de mucho mejor manera, con mayor cantidad de matices, y también funge como una especie de antagonista. Pero es cuestión de gustos.

La interpretación de DiCaprio es regular. No se puede negar que tiene buenos momentos, pero el control que hace de su cuerpo herido no luce natural, se le percibe muy mecanizado. A su arrastre de piernas le hace falta mayor vigor y un mejor “feeling”, por lo que su actuación no es epidérmica. Lo mismo pasa con su conmoción ante la pérdida de un ser querido; no alcanza ese estallido emocional que produzca la asunción plena del personaje.

El misticismo que Iñárritu intenta imprimirle a su relato no llega a cuajar del todo. En distintos momentos lo olvida. Quizás ésto último es el mejor resumen de la falla de la película: “The Revenant” es una obra de momentos, no es un todo sólido. La parte conceptual no está al mismo nivel que la parte visual. Varios de los temas abordados o referenciados (genocidio; lo pequeño que es el ser humano ante el universo) pudieron ser más profundizados, ser exhibidos de manera memorable, pero el director mexicano desperdicia la oportunidad y opta por dejarlos a la deriva, al igual que el cruel destino de su personaje central.

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