Un 'Harry Potter' cornudo; un vecino 'putañero' parecido a Bill Murray y la última de Robin Williams

Cinetiketas al 3x1: Cuernos, St. Vincent y la tercera Noche en el Museo; reseñadas por nuestro experto cinéfilo.


Cinetiketas | Por Jaime López Blanco |

“Cuernos, desata tus demonios” (Horns, 2013)

Sinopsis al estilo Cinetiketas: Daniel Radclifee deja la varita por el tridente; abandona a Emma Watson, la otrora “Hermione”, para irse a enamorar de Juno Temple en la más reciente cinta de Alexandre Aja. El exmaguito de Hogwarts jamás se imaginó que su historia de amor fuera interrumpida por el terrenal asesinato de su novia, señalándosele como el principal sospechoso y desatando su lado más oscuro y – supuestamente - vengativo.


Lo mejor: Las buenas intenciones del realizador y guionista para combinar un triller dramático con elementos de fantasía basados en la novela de Joe Hill. Los efectos visuales son correctos mientras que el maquillaje y el ritmo del metraje son más que aceptables. Película que entretiene e interesa. Sus partes más divertidas son cuando se manifiesta lo peor de los personajes.

Lo peor: Ser demasiado predecible en sus dos principales giros de tuerca argumentales. Evitar ser más subversiva, tanto a nivel formal como a nivel guión; un poco más de creatividad y debate, para hablar sobre la dualidad moral judío-cristiana del individuo, le hubieran otorgado a este drama puntos extras o la hubieran hecho una película más recomendable.. 

“St. Vincent” (2014)


Sinopsis al estilo Cinetiketas: “Karate Kid” pero con un “Miyagi” gruñón, alcohólico, apostador y gustoso de proteger a teiboleras embarazadas. Es la historia de un niño sensible, con espíritu de adulto reservado, que conoce a su vecino, un hombre mayor y peculiar, con el que inicia una relación que va de la conveniencia comercial (para uno) al complemento emocional (para ambos).

Lo mejor: Las actuaciones de todos los implicados. Bill Murray disfruta de su rol y se le puede ver en un reto actoral más exigente, especialmente cuando le ocurre algo serio a su personaje. El niño, Jaeden Lieberher, es muy bueno con lo que hace y la dinámica con su coprotagonista se percibe natural, convincente y llena de mucha química. Melissa McCarthy ofrece un rango diferente a lo que nos tiene acostumbrados, ya que deja de hacerse la chistosa para entregar un personaje más dramático. Y Naomi Watts, al contrario de Mc Carthy, busca “bordar” a su trabajadora sexual rusa con elementos cómicos, los cuales no había experimentando con ninguno otro de sus roles.

Lo peor: Una trama demasiado convencional y moralina. Previsible, sobre todo si se ha visto su trailer antes de presenciar la película completa. Realizar una historia emotiva de opuestos que se complementan no debería significar, en automático, quitarle cinismo y atrevimiento a los diálogos y a las situaciones. No se trata de inventar el hilo negro, sino de saber redescubrirlo con ingeniosas palabras y buen estilo.   

“Una noche en el museo 3: El secreto de la tumba” (2014)



Sinopsis al estilo Cinetiketas: La misma historia de la primera parte pero desarrollada en escenarios británicos y sumando al reparto a Lancelot y a Sir Ben Kingsley.

Lo mejor: Intentar el enlace con la historia original mediante un argumento que le otorgue un cierre digno a la trilogía museográfica. Así mismo, que el guión permita que Ben Stiller se burle de su condición de actor de comedia a través de los diálogos de un nuevo personaje. Además, no existe nada que reprocharle a los efectos digitales y el ritmo del montaje es más ágil y entretenido que otras películas estrenadas durante fechas decembrinas. Mención aparte para el cameo inesperado de una estrella de Hollywood y para la actuación final - frente a las cámaras cinematográficas - de Robin Williams.  

Lo peor: Le falta fuerza a la trama filial incorporada al guión de la cinta. Suele ser reiterativa con algunos gags, los cuales se incluyeron desde el primer filme de la saga. Varios de los mejores chistes de la película se cuentan en el trailer de la misma. Se desperdicia la aparición de un grandioso actor como Ben Kingsley. Y finalmente, es algo irritable el acento inglés paródico de Rebel Wilson, mediante el cual su personaje trata de emular o hacer una sátira de  la forma como hablan los habitantes de la Gran Bretaña.

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