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El arquetipo del antihéroe según Marvel Cómics


Por Jorge Tadeo Vargas |  

 

“Aquellos que hagan daño a los demás, asesinos, violadores, psicópatas, sádicos, llegarán a conocerme bien. Frank Castle ha muerto. Llámenme…”. -The Punisher

“Bajo la lluvia todos somos Frank Castle”. -Arma X

 

La figura del antihéroe es un recurso literario que se ha utilizado desde hace décadas y que, si bien muchas veces se confunde con villanos, las características más comunes, es que dentro de estos personajes existe un cierto sentido del bien y de la justicia, los cuales tienen que prevalecer a toda costa, sin importar los métodos a utilizar para conseguirlos.

Los antihéroes generalmente se presentan como personajes con una mala actitud, antisociales, con una moral bastante retorcida, son personas muy inteligentes, aunque a veces esto no se cumple del todo, son violentos o no dudan en usar la violencia para que la justicia prevalezca.

Dentro de la literatura, novelas como “La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades” o “El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha”, entre algunas otras, son ejemplos de estos personajes. En la literatura noir es posiblemente la que usa más este recurso, tal vez porque es la que más se presta para ello.

En el cine, en la televisión, además de en los cómics, es donde estos personajes tienen más presencia y por lo tanto hay confusiones entre villanos carismáticos, encantadores, con los que el público puede sentir algo de empatía.

Ejemplos hay muchos; en las últimas décadas podemos mencionar a Tony Soprano de la serie de HBO “The Sopranos” un villano violento, sin ningún tipo de moral, egocéntrico, que se ha vuelto todo un referente de la cultura pop. También podemos mencionar a Walter White de “Breaking Bad” que, si bien al inicio de la serie comienza como un posible antihéroe, con el paso de los episodios va mostrando más características de villano, lo mismo sucede con el “Joker” de la película de Todd Phillips del mismo nombre. Todos ellos a pesar del encariñamiento de los espectadores, no dejan de ser villanos (tal vez el “Joker” sea el más ambiguo de estos ejemplos) que deciden torcer la ley para su propio beneficio.

Aquí también vale la pena incluir a Patrick Bateman de la novela de Bret Easton Ellis “American Psycho”, que posteriormente fue adaptado al cine por Mary Harron y el cual en muchas ocasiones lo incluyen como un antihéroe, cuando no lo es.

Todos estos personajes mencionados son egoístas, egocéntricos, violentos y no tienen el menor sentido de la justicia, lo cual es una característica vital cuando hablamos de antihéroes. Si no buscan el bien común, no pueden serlo, solo son villanos.

Si hablamos de personajes en el cine que cumplen con las características para ser considerados dentro del espectro de antihéroes, podemos mencionar a la mayoría de los protagonistas del género italiano “Spaguetti Western” siendo Sergio Leone y Sergio Cabucci sus mejores representantes en las décadas de los cincuenta y sesenta. También podemos mencionar los personajes protagonizados por Clint Eastwood y Charles Bronson entre los sesenta y setentas, donde representaban policías con un sentido muy retorcido de la justicia, sin ningún remordimiento a la hora de matar a los villanos.

En épocas más actuales tenemos a John McClane de la saga “Die Hard”, o las tres primeras películas de la saga de “Mad Max” como el arquetipo ideal de un antihéroe. Personas que van lidiando con sus propios demonios, pero que están convencidos que aun en un mundo apocalíptico, la justicia y la protección de los débiles es primordial para que el mundo no caiga en caos como sucede en “Mad Max”, o que la justicia va más allá de lo que dice la ley como lo vemos en “Die Hard”. Tengo que hacerlo porque nadie más lo está haciendo –dice el personaje de Bruce Willis en la cuarta entrega de este película, representando que no tiene alternativa.

El diferenciar entre un villano encantador de un antihéroe es importante para entender una historia del todo. En Watchmen, la novela gráfica escrita por Alan Moore, podemos ver esto más de cerca. El Dr. Manhattan está más cerca de ser un villano de lo que está Rorschach, a pesar de que éste último no duda en matar para proteger a los débiles. Tanto al primero como al segundo los mueven intereses distintos.

Una de las características de Marvel Cómics con respecto a las otras editoriales, es que cuando inició buscaba que sus personajes no fueran el clásico superhéroe impoluto, de una moral intachable, con un fuerte sentido de la ley y el orden. Para Stan Lee sus personajes debían tener todo en contra. Desde los “Fantastic Four” hasta “Spiderman” pasando por “Hulk” y los “X-Men”; eran personajes que no tenían la aceptación de los ciudadanos, atacados por los medios de comunicación, en muchos casos eran proscritos, faltos de popularidad, por lo que la figura del antihéroe cobraría mayor fuerza en esta editorial, o al menos sería mucho más marcada, y es que aunque aún está el debate de si Batman es o no un antihéroe, si lo comparamos con “The Punisher” le falta al murciélago más violencia y oscuridad. Marvel de cierta forma marcó la pauta de cómo serían estos personajes en los cómics de los “hombres en malla”.

Si bien los primeros personajes creados por Stan Lee, ya fuera con Steve Ditko o Jack Kirby, no entraban en la categoría de antihéroes, con los “X-Men” ya comenzaban a perfilar a estos personajes, con lo que para mediados de los setenta, Chris Claremont retoma a una figura que un año antes había aparecido en “The Incredible Hulk” para darle todas las características de un antihéroe.

Soy lo mejor en lo que hago, pero lo que hago no es muy agradable. Porque el mundo no es tan lindo fuera de tu torre de marfil.

Es la frase más común de Wolverine, que ha aceptado desde siempre que es la última línea de defensa contra los villanos y no tienen problemas en matar cuando es necesario. Es pues el mutante más famoso de la casa editorial y uno de sus primeros antihéroes.

Aunque podríamos decir que el primero de este tipo fue “Blade”. Mitad humano, mitad vampiro, es la primera línea de defensa contra los “chupa sangre” y todo aquel que se atraviese en su camino poniendo en peligro a los humanos. Creado en 1973 por Marc Wolfman y Gene Colan, no solo era un antihéroe, sino fue de los primeros personajes afroamericanos que aparecieron con su serie propia.

Regresando a los “X-Men” existen varios personajes además de “Wolverine” quien ha ido evolucionando hasta llegar a su mejor momento cuando Marc Millar escribió la novela gráfica “Old Man Logan” donde pone al personaje en el lugar que se merece. Junto a Logan aparece otro de los antihéroes más complejos e infravalorados de todo Marvel Cómics, como lo es “Hawkeye” quien desde siempre se ha mantenido en una línea muy delgada entre la disyuntiva de ser un héroe o un villano, una línea que tiene muy claro no cruzar, aunque cuando se convirtió en “Ronin” paso por una etapa muy oscura y mucho más violenta.

Otros mutantes que están dentro de esta categoría, es “Gambit” que, aunque fue criado para ser un villano, por el “Club de los Ladrones” con el paso del tiempo se convirtió en un “X-Men”. Aunque en algunos momentos ha sido un supervillano, es más el tiempo que ha estado del otro lado, por lo que es un antihéroe en toda la extensión. Sabe muy bien cómo estirar esa delgada línea sin perderse. "Cable" es otro de los antihéroes que vale la pena mencionar. Un mutante que viene de un futuro apocalíptico, distópico, donde la moral de nuestros tiempo no se entiende, es distinta.


Cable cuando llegó a nuestro presente formó “New Mutants”, desde donde han surgido algunos villanos y/o héroes o antihéroes, como “Sunspot”, “Domino” o “Cannoball”, y que además con el paso del tiempo, este grupo se fue retorciendo hasta terminar siendo “X-Force”, el único grupo de antihéroes en todo el universo, por el cual han pasado personajes como el propio “Wolverine”, “Archangel”, “Psylocke” y por supuesto, el mayor antihéroe de todos los mutantes (aunque todavía existe el debate de si lo es o no) “Deadpool”, un personaje que se define a sí mismo como un mercenario con un fuerte código de ética, que mientras lidia con sus demonios personales, no tiene empacho con lidiar con los demás, al grado de tener una amistad con “Spiderman” o “Cable”. Este personaje es posiblemente el que mejor refleja las características que debe tener alguien dentro de esta categoría.

Si bien podemos reconocer que esta casa editorial tiene un amplio grupo de antihéroes con grandes superpoderes como es el equipo que forma “Guardians of Galaxy” para encontrar muchos que cumplen con las características. “Drax el Destructor”, “Gamorra”, “Rocket Racoon”, el mismo “Starlord” y por supuesto “Venom”, un antihéroe que merece todo un capítulo por lo que representan tanto el humano que porta el simbionte, como el simbionte mismo. Se hace llamar “The lethal protector”, y es que este personaje no tiene empacho alguno en usar todos los niveles de violencia necesario para acabar con las villanos desde una lógica muy retorcida, pues en algunos momentos, “Spiderman” ha sido considerado por “Venom” como culpable por ser tan tibio y ha intentado asesinarlo.

Siguiendo esta idea o concepto que puso en marcha Stan Lee desde que tomó el mando de Marvel Cómics, de tener héroes que con todo en contra se mantuvieran lo más rectos posibles, aunque esto no quiere decir que fueran súper al estilo del “Captain America”, y fue así que desde la década de los setenta fueron usando este recurso para muchos de sus héroes más "terrenales", por llamarlos de alguna forma.

Desde aquí es que surge “Daredevil” un héroe ciego, que lucha por la justicia contra el crimen organizado, con un alter ego que es abogado, por lo que siempre está en la disyuntiva de hacia dónde moverse, si hacia una ley y orden que no son funcionales o ser un vigilante violento, agresivo.


Frank Miller con la novela gráfica “Born Again” lo lleva hasta el límite, donde tiene que luchar contra todos para mantenerse cuerdo, de igual forma lo hace Kevin Smith cuando escribió “Diablo Guardian”, es pues quien a pesar de todo se mantiene dentro de esa línea que le permite esta categoría. Hace un par de años se hizo un live action de este antihéroe, que es posiblemente de lo mejor que se ha hecho en este género.

Pero si alguien cumple con todas las características que se necesitan para ser un antihéroe, este sería Frank Castle, mejor conocido como “Punisher” quien representa cabalmente todo lo que este concepto significa. Castle es un ex militar, con una inteligencia excepcional, con experiencia con todo tipo de armas y de combate, que cuando su esposa e hijos quedan en un fuego cruzado entre dos cárteles y son asesinados, él toma la decisión de acabar con todos los que estuvieron involucrados en la muerte de su familia. Con el paso del tiempo, al darse cuenta de que la justicia tradicional no funciona, se convierte en un vigilante al servicio de los más débiles.

Frank Miller en algunos momentos es quien mejor maneja estar características de este antihéroe, quien además ha pasado por las manos de Garth Ennis no solo en la novela gráfica “Punisher Kills the Marvel Universe” sino también en historias originales.

Y si de antihéroes que vigilan el vecindario hablamos no se puede dejar fuera a Luke Cage, uno de los primeros héroes afroamericanos que se mantiene en el barrio, protegiéndolo de supervillanos, el crimen organizado y hasta la policía. Es de los pocos “hombres en malla” que desea dejar todo atrás y convertirse en padre de familia. Lamentablemente no puede hacerlo. Es mayor su sentido de la justicia.

Tampoco podemos dejar fuera a Jessica Jones, una detective privado, con superfuerza e invulnerabilidad, que además es alcohólica, que muy a su pesar cumple con lo que ella siente que tiene que hacer. Tal vez nunca pelee contra Thanos, pero su aportación es mayor. Un personaje que va cargando con su culpa, sus poderes y un sentido de justicia que no la deja en paz. Jessica Jones es posiblemente uno de los personajes más oscuros de todo el universo Marvel.

El concepto de antihéroe influye mucho más sobre la sociedad en la que vivimos que lo que lo puede hacer cualquier “súper”. Es más fácil identificarte con “Wolverine” que es odiado, perseguido, criminalizado, que con “Batman” y todos sus millones. Es más fácil sentir empatía por Frank Castle y su reacción contra los villanos que con “Superman” y su honestidad a prueba de fuego. Marvel Cómics lo sabe y por eso siempre ha apostado por ello.


Jorge Tadeo Vargas, es escritor, ensayista, anarquista, a veces activista, pero sobretodo panadero casero y padre de Ximena.
Está construyendo su caja de herramientas para la supervivencia.

Doom Patrol: marginados contra lo establecido


Por Jorge Tadeo Vargas |

 Desde este día celebraremos el absurdo total de la vida, el birlibirloque gigante de la existencia. ¡Desde hoy que reine la sinrazón!”


-Mr. Nobody


En 1963, las dos grandes casas editoriales de comics books en los Estados Unidos publicaron un par de series que tenían superhéroes similares y con las que comenzaban a crear una nueva clase de héroes; una que no era ni admirada, ni respetada sino que por el contrario eran marginados, rechazados, perseguidos.

Distintos al resto de los seres humanos y por supuesto a los demás protagonistas que en ese momento estaban en la edad de oro del comic. Eran odiados, atacados por más veces que salvaran al mundo. Eran los marginados que ni siquiera llegaban a la categoría de antihéroes que tenían otros personajes.

Marvel publicó el primer numero de los X-Men, que aunque costó que los fans los aceptaran, el resultado con el paso del tiempo ya todos los conocemos. Una de las series más exitosa de la Casa de las Ideas, que ha contribuido hacer grande todo el Universo Gráfico de esta editorial, creando a otros equipos (X-Force, X-Factor, Excalibur, New Mutants, Deadpool, entre otros) además de haber entrado con éxito a las series live-action, películas y muchas series animadas. Marvel consiguió convertir a su grupo de marginados en un grupo que si bien en las historias se mantienen con el rechazo, en el mundo real lograron avanzar más allá. Y es que no es lo mismo, un Niño Bestia que Wolverine. Hay una enorme diferencia.

DC por otro lado toma un camino mucho más arriesgado. Con Bob Haney como escritor y Arnold Drake dibujando, apuestan por formar un grupo mucho más extraño que los mutantes de Marvel, por lo que su grupo de marginados es mucho más atípico; las historias se convierten en una suerte de viñetas de lo más bizarro e ilógicas que se han publicado hasta la fecha.

La rareza de sus personajes -protagonistas y antagonistas por igual- ha convertido a Doom Patrol -el nombre que le dieron a este equipo- en un grupo atípico, que a la par se convirtió en una serie de culto. Sin el éxito de los X-Men pero con mucha mayor libertad creativa para sus creadores y los que siguieron explorando hasta donde podían llegar con este equipo.


En términos de ventas, Doom Patrol no ha sido el mayor éxito de DC, al contrario, desde su creación a inicios de los sesenta que se publica de forma regular, ha pasado por un periodo de cancelación en cada década hasta llegar a este siglo XXI. Digamos que el mercado le da un descanso de tiempo en tiempo para que regrese mucho más irreverente, político -aunque sea incorrecto pero lo es- y con más fans que presionan para que la serie regrese. Algo que siempre consiguen.

La época más larga de publicación fue entre la década de los 80s y 90s cuando de la mano de un joven Grant Morrison que después de saltar al éxito gracias a su novela gráfica Arkham Asylum comienza una nueva época con estos marginados llevándolos a tope de sus comportamientos que no tenían nada que ver con lo que se esperaba ni de un grupo de superhéroes, ni de personas “normales” para la sociedad.

Con Morrison al mando, Doom Patrol comienza a perfilarse en lo que se convertiría en esos años: un espacio para que desde lo políticamente incorrecto se pusieran en la mesa de discusión, al menos en el ámbito del arte gráfico, comics y novelas, temas como la homofobia, la transfobia, el racismo, la salud mental. Todos ellos visto desde una verdadera corrección política, es decir, sin caer en la burla o el cliché, pero sin dejar de ser políticamente incorrectos.

En los cinco años que Morrison estuvo como escritor, la serie exploro temas que difícilmente se abordaban en otras series. El Joker puede estar loco, pero nunca se habla de por qué o el problema de la salud mental que lo lleva a ser lo que es, Morrison lo hizo, desde este comic denuncio al sistema de salud, al sistema patriarcal, a la falta de apertura con los diferentes. Fue justo aquí donde inicio su crítica a la hegemonía de los héroes en mallas.

En Doom Patrol, la característica de todos los personajes que aquí aparecen es que de una forma u otra son marginados, viven en la frontera de la normalidad, sobreviven desde el rechazo de la sociedad, no encajan en las normas establecidas por el sistema. Sus poderes, que no son tan grandiosos como los de otros son los causantes directos de sus problemas tanto personales, como colectivo y con la sociedad.

Ellos no pretenden cambiar al mundo. Su lucha no es por hacer de este un lugar mejor. No están buscando ser aceptados, responden ante villanos que los atacan ya sea directa o indirectamente. Y estos, los villanos, tampoco están tratando de dominar al mundo. Solo quieren -tanto los primeros como los segundos- ser aceptados, ser felices, que parafraseando a los X-Men podríamos decir que quieren serlo en un mundo que les teme, los odia y los rechaza.

Los personajes sobreviven más allá de sus poderes y no siempre gracias a ellos. Hay una enorme diferencia -por citar un ejemplo- entre Mr Fantastic de los Fantastic Four, que gran parte de quien es se lo debe a su poder y Rita Farr (Elastic Girl) que perdió todo lo que tenia y quien era cuando obtuvo su poder, del que se avergüenza, lo que hace además que le sea imposible controlarlo, viviendo entonces en una ansiedad que la lleva casi a la locura, a pesar de su instinto maternal de proteger al equipo. O entre Vision y toda su seriedad, sobriedad que implica ser robot, y la ira, la violencia, el enojo, la desesperación de RobotMan que no le permite “alcanzar su potencial como héroe”.

Doom Patrol poco a poco se fue ganando un espacio entre los más freaks de los freaks y fue así como se fueron convirtiendo en un símbolo de ciertas luchas, al menos de ciertos grupos en algunos movimientos de resistencia. Los personajes, incluso los villanos se prestan para eso; para convertirse en voceros de luchas. Claro, siempre hasta donde la editorial lo permite. La serie también ha sido una marginada, por lo que quienes pasan por ella saben que tienen que lidiar con esto, sabiendo que tienen el apoyo de muchos.


Liderados -en algunos casos creador/dador de los poderes- por un científico con una moral un tanto extraña, que parte de la lógica de “por todos los medios necesarios” y que además tiene una hija con un amigo imaginario que ella controla y que puede acabar con todo el mundo si se lo pide; este grupo va desde una actriz de la década de los cincuenta venida a menos -Rita Farr- un joven que puede convertirse en cualquier animal que conozca -Niño Bestia-, un robot con el cerebro de un piloto de carreras con serios problemas de manejo de la ira -RobotMan-, una joven con sesenta y cuatro personalidades, cada una con un poder distinto -Crazy Jane-, hasta un gay que tiene dentro de él a un ser radioactivo que lo mantiene vivo -Negative Man-. Los villanos no son muy distintos, un coleccionista de mariposas que se cree un dios -Red Jack-, un cazador que persigue y encuentra a sus presas comiendo vello facial -The Beard Hunter- o aquellos que no quieren conquistar al mundo sino convertirlo en un lugar más feliz, claro, desde su retorcida lógica de la felicidad -Mr Nobody-.

Los personajes secundarios mantienen estas rarezas. Una calle que es un ser vivo que se esconde moviéndose de un lugar a otro, pero que además se identifica como un ser No Binario y que sirve de refugio a seres como él; ya sean transexuales, género fluido, homosexuales, cualquiera que sea atacado por sus preferencias tiene un espacio con Danny The Street. Flex Mentallo que su superpoder radica en con solo flexionar sus músculos logra orgasmos colectivos en cualquier espacio en el que se encuentre.

Esta es una serie que incluso en estos tiempos y el significado que tiene para algunos, esta condenada a ser de pocas ventas, por lo que su duración es limitada. Sus personajes aunque entrañables, son demasiado cercanos y nos recuerdan mucho del mundo actual. No son esos grandes superhéroes como Thor, Superman, que nos recuerdan la grandeza, o antihéroes como Batman, Punisher que nos recuerdan ese lado oscuro que tenemos. Aquí vemos personajes que aunque más extraños son más reales, por lo menos sus problemas y la forma de lidiar con ellos en el día a día.

En el 2019, HBO junto a DC decidieron filmar un live action apostando por el boom actual de estas series y películas con resultados que ni ellos esperaban. Retomando la idea primaria de Grant Morrison, esta serie acomoda a los personajes en un mundo que con toda la corrección política que en teoría existe, los marginados siguen luchando por su vida; sin dejar de ser políticamente incorrecta y especialmente sin la necesidad de caer en panfletos sin sentido, van haciendo referencias a muchas de las resistencias actuales. La vida de los live action es corta, pero ya vemos en los medios que al menos Doom Patrol pasó a la historia por atreverse hablar de lo que no todos hablan y lo hace de forma correcta. Sin ofender, pero sin caer en paternalismos absurdos.

Contradiciendo a Alan Moore y sus a veces acertadas criticas a los live action de hombres en mallas -¿podemos clasificar a Doom Patrol en este lógica? No lo sé, juzguen ustedes- el acierto de esta serie es que no infantiliza, no vende grandeza inexistente, irreal, al contrario, nos invita a reflexionar sobre las luchas individuales y colectivas que todos llevamos en el día a día, a sentir empatía hacia todos aquellos que reciben/recibimos el rechazo continuo. Lo hacen sin caer en la falsa corrección política actual y sin dejar fuera el humor políticamente incorrecto tan necesario en estos tiempos.

Desde el exilio en Ankh-Morpork




Jorge Tadeo Vargas: Escritor, ensayista, activista, anarquista pero sobre todo, panadero casero.

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