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Un gesto fútil y estúpido: La historia de Doug Kenney

Por Eduardo “Tío Lalo” Pérez

Las películas cuyo inicio se antecede con la frase “basada en la vida real” me causan ruido desde antes de verlas, pues aunque siguen un patrón que las hace entretenidas y familiares, este “molde” con el que parecen estar hechas casi todas las películas del género, crea un producto pesadamente inspirador que llega a sobrepasar el límite de la credulidad: Los protagonistas son personas ordinarias, víctimas de la sociedad o de su propio contexto, que alcanzan, con esfuerzo, superación personal y una excesiva cantidad de drama y giros inesperados, alguna aspiración a la que anhelaban toda su vida. Por último y no menos importante, antes de los créditos, se muestra una leve remembranza de la vida actual del personaje y/o de su legado. El mensaje es claro: aún empezando desde abajo, puedes tener éxito si te lo propones y si superas tus propios límites. O mejor aún, un mensaje un poco más discreto: En la vida real, puedes tener éxito.

No necesitamos ver un metraje de dos horas para saber esto y, sin embargo, funciona. Todos hemos visto películas de este tipo y es innegable que mostramos una sonrisa al final del filme, pues el protagonista ha alcanzado su sueño (si no fuera así, ¿por qué hacer una película de su historia?), tuvo el éxito que anhelaba y, sobre todo, fue el héroe de un relato que parece estar muy cerca de la cotidianidad del espectador. Las cintas de este tipo son inspiradoras y sencillas de digerir, sin embargo, llegan a ser tan predecibles que dejan de ser disfrutables. A menudo, desde el comienzo de la cinta, ya sabes el final e incluso, si eres un conocedor, lo habrás sabido desde antes de que la película fuera filmada. Esto no necesariamente es un problema pues, a estas alturas, parece que hemos visto todas las tramas posibles y, lo que realmente compramos, no es una historia original, sino una forma original de contarnos la misma historia.

Es en este punto donde Un gesto fútil y estúpido: La historia de Doug Kenney, acierta demasiado. Esta película biográfica distribuida por Netflix nos cuenta la vida de Doug Kenney, un estudiante de Harvard que asciende entre las editoriales estadounidenses para convertirse en fundador de National Lampoon, la revista de humor negro y sátira más exitosa de Norteamérica. Sin embargo, el camino al éxito traerá consigo una serie de demandas por el contenido soez y polémico de sus publicaciones, así como los constantes vicios que desviarán al protagonista de sus principios morales. La trama tiene grandes parecidos con famosas biopics como Rocket Man o La Red Social, siendo esta última con la que comparte más semejanzas, por sus escenas reflexivas sobre la metamorfosis del hombre a la figura pública y el contraste entre el hambre de poder y la lealtad hacia los seres queridos.


Por esta precaria descripción, la historia podrá parecer familiar. A pesar de ello, la narrativa destaca por parodiarse a sí misma. El narrador es el protagonista en su versión adulta quien, a lo largo del metraje, reflexiona sobre su propósito, sus decisiones y el impacto de sus atropelladas relaciones en su trabajo y en su vida; al mismo tiempo que reconoce ser parte de una película, alterar la historia para dramatizar los hechos, audicionar actores sin importar su parecido con las personas a las que representan y ser parte de los clichés más comunes de este tipo de filmes. El estilo cómico está balanceado, pues rompe la cuarta pared para comunicarse directamente con el espectador y hacerlo parte de la historia, mientras retoma bromas de las más icónicas publicaciones de National Lampoon. Cabe destacar que este estilo humorístico no es para todos los públicos, pues algunos chistes pueden resultar altisonantes, desagradables y hasta ofensivos para las audiencias más conservadoras, por el alto grado de acidez e irreverencia que caracterizó al protagonista.

Otro punto a favor de la cinta es el final, del cual no pretendo dar demasiados detalles. Basta con decir que realiza una reflexión profunda sobre el verdadero legado de Doug Kenney: su capacidad de provocar sonrisas en la gente que lo rodeó. El tercer acto enfatiza la importancia de esta herencia como la máxima expresión de trascendencia humana: el humor, el gozo y la alegría. Me atrevo a decir que su mensaje supera al de las biopics tradicionales, siendo impactante y, al mismo tiempo, contundente: en la vida real, lo único que vale la pena es la felicidad que das. Aunque los guiños a la revista National Lampoon son indiscutiblemente más disfrutables si se conoce el material original, no es necesario para comprender a qué hacen referencia, pues la película te lleva de la mano a través de los varios mensajes que pretendía satirizar. Asimismo, si no conoces la historia de Doug Kenney, te recomiendo no investigarla antes de ver la película, para disfrutar los giros en la trama y la increíble narrativa.

La película es recomendable; entretiene, divierte y reflexiona. No puede evitar caer en muchos clichés, pero toma caminos adversos para hacer de esta biopic algo diferente y, sobre todo, fresco para una historia que podría resultar ya conocida. Por más discutible que pueda ser el género, está joya escondida de Netflix cumple su objetivo: dar al espectador una muestra de alegría de la vida real y, a cambio, obtener un gesto fútil y estúpido.

De Dylan a Scorsese y viceversa

Por Juan H Polanco


Innumerables opiniones, miles de artículos respecto a su obra musical y literaria acerca de ese artista que no deja de transformarse.

¿Resulta ocioso que un fan de Dylan pida la palabra después de todo lo dicho? ¿es pertinente una más?

Que un empedernido melómano coleccionista de música, hasta el fetichismo, solicite una intervención, se justifica sólo en el entendido de que hay confianza o lo que es lo mismo que está ante otros feligreses o con una flota con un padecimiento similar.

De cualquier manera, es menester ser breve en esta alocución, y breve porque para discursos pausados los de las siete de la mañana. Además, aprovecho para dedicársela a otro seguidor de Zimmerman, que se llamó Oscar López.

Dos veces conseguí asistir a un concierto de Dylan y fue en ambas ocasiones en compañía del Oscar, también con Los Lobos que acompañaron a Dylan en una de esas ocasiones. Cuando me enteré de este evento, le pedí a Carlos que moviera sus influencias para que me insertara y pudiese leer estas líneas. El motivo: La asociación entre Martin Scorsese y Bob Dylan.

Esa sinergia entre uno de los más notables cineastas estadounidenses y la obra de Dylan. Martin Scorsese, un neoyorkino descendiente de italianos, integrante de la generación conocida como el Nuevo Hollywood surgida a finales de los sesentas del siglo XX, al lado de Paul Mazursky, Casavetes, Denis Hooper, Artur Penn, Brian de Palma, Coppola; generación de directores que mandaron al carajo la mirada del cine convencional gringo para hacer un cine nuevo, egresados de escuelas de arte que utilizaron las tecnologías de su época y emergieron con una narración personal independiente y contemporánea con la música, la literatura y los movimientos sociales de esa década.

De la filmografía de Scorsese, amplia y profusa, en esta ocasión me refiero en particular a la producción que ha hecho en relación con la música, que también es extensa, con una decena de películas y documentales relacionados con el blues y el rock, en especial con el rock, destacan lo que ha hecho en especial con Bob Dylan.

Autor de un testimonio fundamental en la historia del rock, productor y director en The Last Valz, que es un documental bellamente fotografiado en el 78, y es uno de los primeros superconciertos que reunieron, -con el pretexto de la última tocada de La Banda- a los amigotes de esa agrupación canadiense, entre otros aparece Dylan, Neil Young, Ringo, George, Doctor John, Joni Mitchell, entre otros.

Scorsese tiene una evidente fascinación por la música y por algunos de sus personajes, no contento con ese primer gran largometraje rockero para La Banda, ha realizado otros tantos, en el 2008 hace un magistral filme denominado Shine a Ligth, con unos Stones de primera, grabado con una calidad de audio e imagen asombrosa, un retrato de sus satánicas majestades, y sus veleidades previas a sus espectáculos, si les gustan los Rolling y no lo han visto, allá ustedes.

Destaca también el Living in the material world, documental sobre y para George Harrison en el 2011, un enorme homenaje a Harrison en ese documento de más de 4 horas y media, con material que sólo el Scorsese se consigue para sus trabajos.

Martin también participó en la integración del documental para el cincuentañero Festival de Woodstock, mítico evento de tres días de paz, amor y música. Sirva este paréntesis para destacar unas cuantas cosas de este suceso: destinado desde su inicial organización al fracaso comercial, pues no obtuvieron los permisos necesarios, así que en realidad Woodstock, no sucedió en Woodstock, no obtuvo en su convocatoria, la participación de las bandas más celebres de aquel momento, no aceptaron los Rolling, ni Zeppelin, ni Purple, ni los Doors, ni los Beatles, ni Dylan.

Su cumple es en estos tres últimos días, su 50 aniversario que no fue posible celebrarlo como se tenía pensado, y aunque en el 94 hubo un Woodstock realmente sensacional, no alcanzo la celebridad del primero. Como que sin Janis, Hendrix y Cocker, está un poco difícil.

El caso es que, además de estos filmes el tal Scorsese, cautivado por la vida y obra de Dylan realiza un par de documentales, dignísimos de su personaje, se da la licencia para brindar un par de documentos, históricos y estéticamente superlativos.

Dirige y produce el NO DIRECTION HOME, que es el primero de ellos, un relato biográfico que reúne una gran cantidad de material para ilustrar la migración de un tal Robert Allen Zimmerman a un Bob Dylan, su periplo del frío y aburrido medio-este gringo a la gran manzana, de Duluth Minesota a Nueva York, pasando por las zonas inundadas de blues, de Arlo Guthrie a Allen Ginsberg y Joan Báez.

Del country al folk, del folk al rock, de la acústica a la eléctrica y de regreso o combinado para hacer el sonido Dylan, ¿pero cuál sonido Dylan? ¿el del Freewheelin', o el del Blonde on Blonde, o el del John Wesley Harding, o el del Desire o cuál Dylan? No sólo los sonidos sino su perspectiva, bajo la influencia de los beats, de los poetas malditos, de Rimbaud y Ferlinghetti y Ginsberg, Kerouac y Dylan Tomas, para un cóctel que la da un discurso único abundante que ya sabemos lo ha cambiado algunas veces, varias veces.

Para beneplácito de algunos y para la impaciencia de otros no es precisamente consistente en sus posturas. Aunque su gran consistencia, sea precisamente en esa voluntad de cambio, su actitud contestataria y la necedad para llevar la contraria, el permanente inconforme.

A ese mosaico de los diferentes Dylan, se intenta acercar el documental que pergeñó Scorsese, filme en blanco y negro que resalta los diferentes tonos de la personalidad de este sujeto siempre listo a negar lo que de él se intenta explicar.

Quizás por eso el mismo Dylan se ha dado a la tarea de escribir su biografía, justo en ella en el prefacio aparece esta oportuna cita de Oscar Wilde: “Resulta comprensible que todo individuo notable pueda tener sus 12 apóstoles, pero por qué tiene que ser siempre Judas quien escriba su biografía”.



En Rolling Thunder Revue: A Bob Dylan History, Scorsese hace una recreación de la mítica gira donde Dylan hace de las suyas allá en la mitad de los setentas. Una gira que nunca se repetiría, faltaba más, eso no es propio de este señor, sin embargo, no contábamos con Scorsese, para recopilar los registros de hasta cuatro camarógrafos y obtener el registro de uno de los mejores Dylan’s, en un tour ¿inspirado en Kerouac?, estrenando rolas, interpretando con arreglos diferentes otras, decepcionando al público que quiere sus canciones como en el disco y eso no se va a poder porque en cada gira se reinventa y se coverea.

La celebre y mítica gira, misteriosa desde el origen de su nombre, la composición de una ecléctica banda que se va integrando con los músicos con los que recién había grabado el álbum Desire, mas las incorporaciones de Joan Baez, Roger McGuinn, T Boone Burnet, Paty Smit, Joni Mitchel. Si en cada disco el admirador de Dylan Thomas le da vuelta a la tuerca, sólo que Bob al revés, para que en cada gira apareciera un nuevo Dylan. Y en esta no es la excepción.

El pedal steel de Mansfield, el violín eléctrico de Scarlet Rivera, el glam de Manson; todos ellos generaron que A hard rain is gonna fall, o One more cup of coffe o Isis o I see may life come shinin suenen sin exagerar sensacionales, impresionantes, maravillosas y sorprendentes.

El resultado es como decía, uno de los Dylan más cabrones, inspirado, con punch, poesía y ritmo rocanrolero. Además, en esta carta de amor que Scorsese regala a la música, brinda también una mirada a los Estados Unidos de la mitad de los setentas con su crisis moral y económica, con el escándalo de Watergate y la derrota en Vietnam. Rolling Thunder Revue, con su edición hipnótica es un aporte más del maestro Scorsese al cine, a la música y a la historia de su país.

Acusado de ser uno de los músicos más influyentes; colecciona grammys, globos de oro, premios de la Academia, un príncipe de Asturias y el Nobel de Literatura que recibió en su nombre Patti Smith y cuyo discurso remata con una emotiva y emocionante interpretación: Una dura lluvia caerá.

Para terminar, debo usar un calificativo que, a decir de José Emilio Pacheco, es la palabra más sabrosa y rica que México ha aportado a la lengua española por su alegría por versatilidad según la usemos: PINCHE DYLAN.

«El hoyo» en tiempos de encierro voluntario

Por Bertín López 


Existen viejas y nuevas costumbres, unas fastidiosas como aquellas que nos hacía voltear los ojos hacia arriba cuando éramos niños, y unas tantas buenas si somos afortunados en la administración mística del universo, pues sí, he adquirido la bonita costumbre de quedarme en la casa de mi pareja todos los fines de semana; normalmente el tiempo en ese mutuo espacio transcurre viajando por películas y charlas, hemos saltado desde “Jay and Silent Bob” – descubrimiento del que siempre le estaré agradecido –, hasta maratones de “The Office” – Ibid –, pero no todo es un intercambio de gustos culposos, de risas viejas y miedos usados, también hay exploraciones y ese voto de confianza ciego que das cuando sigues una recomendación. 

La sinceridad, y más ya con la edad, es una justificación loable y honesta que nos evita los momentos de náusea, así es que desde el principio le he comentado a mi pareja que no soy de las personas que “disfrutan” (siempre me ha parecido bizarro disfrutar el miedo, el horror, el susto, las miradas que se esconden en las esquinas) las películas de miedo, sin embargo el thriller o aquellas que te dejan con un sabor metálico en la boca son de mi agrado, aquí hablamos de “Seven”, “Irreversible”, “Pi”, etcétera. Pues el zigzagueante devenir que todos conocemos al buscar una película en Netflix nos llevó hasta “El hoyo”, una cinta española – sí lector, le tuvimos que poner subtítulos porque ese castellano es difícil de entender para cualquier hispanoparlante – que de inmediato hacía voltear las cabezas y preguntar si estaría bien ver eso que acontecía, y es que muchas veces vemos algo tan limítrofe, tan en la orilla de lo que nos convierte en seres morales que el vértigo se apodera de nosotros, como aquél libro que leímos y que nos hizo esas preguntas que todos nos hemos imaginado, no, no las voy a mencionar porque aunque de todos, también son de nadie, privadas como esos pensamientos sucios que tienes en la regadera o antes de dormir. 

Si esto fuera una reseña aquí me valdría de mil citas, referencias e interpretaciones, pero como no lo es, evitaré esto, la cinta es muy sencilla de descifrar, no creo que haya malas interpretaciones, su naturaleza ascendente y descendente nos apunta inmediatamente a la crítica de la jerarquización ya sea espiritual, económica, social o especista, tampoco creo que nuestro mundo actual nos permita ya una visión tan simplista del mundo, o estás “arriba”, o estás “abajo”, el mundo es horizontal ahora, todos vamos gateando en un desierto infinito, pero en nuestra psique principalmente católica, ir pa’rriba es mejorar, ir pa’bajo es descender al infierno.

La película tiene sus tintes gore, tuve que servir de telón muchas veces para mi pareja cuando saltaba algún miembro amputado o una tripa voladora, pero la verdad las películas sangrientas me dan un poco de risa, no hay nada más gore que ir a comprar un kilo de carne molida a la carnicería y todos lo hacemos. 

La película tiene un aspecto que cae en estos tiempos de forma más inquietante, y es que encerrados todos por esta emergencia, parece que todos estamos en El hoyo, ascendiendo y desciendo en mi casa todos los días encerrado, asciendo para ir al cuarto y dormir, desciendo para ir al comedor y comer, las personas van subiendo en su estado de pánico y las economías van descendiendo en solvencia, si bien la metáfora normalmente funciona, especialmente en este encierro parece que vamos oscilando entre niveles cada vez más inferiores y espesos, sin la certeza de qué nos encontráremos en el próximo nivel, no hagan pánico lectores, el mundo es plano y los únicos hoyos que sobreviven son los disfrutables, pero esta película nos hace de nuevo preguntarnos si estamos descendiendo, qué sorpresas apocalípticas leeremos de nuevo en internet que nos hagan esconder la mirada sospechando una escena gore. 

El tiempo transcurrirá como normalmente lo hace, y en un futuro pensaremos en este encierro y en la película con un poco de trémulo y risa, las situaciones se normalizarán y comenzaremos a temerle sólo al infierno místico del que nos hablan en misa, por el momento lectores, estamos en el hoyo, y cada quién puede contener un solo ítem, recuerden que aquello que consideramos esencial puede terminar siendo una carga también, así que soporten este encierro, este hoyo al que nos sometemos con la fiel certeza que nosotros sí podremos salir.

Las flipantes aventuras de Drácula en Netflix

Cinema Coyote | Por Alejandro Carrillo


Netflix y la BBC han lanzado una nueva y arriesgada adaptación al clásico de Bram Stoker publicado en 1857. El vampiro más famoso de la historia vuelve a escena ahora recreado por las mentes de Mark Gattis y Steven Moffat (Doctor Who, Sherlock)


¿Era necesario? ¿Qué no se ha dicho ya del Conde Drácula?

Después de tantas adaptaciones cinematográficas, teatrales y literarias resulta difícil imaginar otra historia que pudiera abonar algún elemento relevante al mito del príncipe rumano de Valaquia.



Aunque seguramente los vampiristas más recalcitrantes resultaran insatisfechos con ciertos detalles de la producción, bastan unos cuantos minutos del primer episodio para adentrarnos en una historia sombría de horror, pero con rastros de fino humor negro entre las paredes del viejo castillo transilvano.


En apenas tres episodios, la miniserie nos lleva en un viaje de varios siglos desde los orígenes del Conde Drácula en Europa del este hasta sus batallas finales con los descendientes de Van Helsing en occidente. Destaca de sobremanera el montaje audiovisual que dota a la historia de ese ambiente gótico necesario para contar al vampiro.

«La leyenda del Conde Drácula se transforma con nuevos cuentos que dan cuerpo a los sangrientos crímenes del vampiro y sacan a la luz su vulnerabilidad»


La química del Conde con la antagonista y los inesperados giros argumentales son otros de los aciertos a tomar en cuenta, además del buen ritmo de la historia, principalmente en los primeros dos episodios. Aunque la parte final tiene un inicio prometedor, queda la sensación de que el último episodio está metido con calzador y resulta un poco apresurado para el espectador. Las buenas intenciones de llevar a Drácula a un lugar nunca antes visto se vienen abajo con un final endeble y poco aventurado.


Por su parte, el danés Claes Bang nos regala el vampiro clásico con su capa, comillos y hambre de torrentes sanguíneos. Narcisista y seductor por algunos momentos; socarrón y desvergonzado por algunos otros, pero siempre brutal, perverso y amenazador. Con guiños a los dráculas de Christopher Lee y Bela Lugoso, aunque lejos del drácula Gary Oldman.


Aunque la mayor parte del tiempo, la historia resulta entretenida, sentimos que las flipantes aventuras del Drácula de Netflix se quedaron cortas, tomando en cuentas los numerosos pasajes y referencias de la obra de Bram Sotker que pudieron ser y no fueron.


“Bird box” y “The ballad of Buster Scruggs”: ¿Netflix, nueva capital del buen cine?


Cinetiketas | Por Jaime López | 

TW: @JaimeComunidad3


Sin lugar a dudas, las generaciones contemporáneas -con posibilidad de acceder a las plataformas digitales- han encontrado en Netflix una nueva manera de consumir entretenimiento, lo que incluye séptimo arte y diversas series.

En ese sentido, los contenidos fílmicos exhibidos de esa forma han mejorado notablemente durante el último año, gracias a la calidad de las producciones estrenadas, así como por la participación de prestigiados realizadores, por ejemplo, Alex Garland ("Aniquilación" y "Ex Machina") o Bong Joon-ho ("Okja" y "El expreso del miedo").

Ahora, Netflix presenta un par de películas orquestadas por un trío de creadores laureados con el Oscar y ampliamente reconocidos a nivel mundial: Susanne Bier y los hermanos Coen.

La primera (alabada por las cintas "En un mundo mejor" y "Después de la boda") dirige a Sandra Bullock en "Bird box: A ciegas", un drama de corte apocalíptico en donde las personas están siendo mermadas y extinguidas por un ente invisible, que las motiva a suicidarse o cometer homicidios.

Si bien es cierto que dicho metraje nos recuerda a propuestas similares como "El fin de los tiempos" o "La niebla", la historia escrita por Eric Heisserer logra establecer sólidamente su propio universo y reglas, en el que utilizar la vista se vuelve una sentencia de muerte.

Aunado a ello, la protagonista entrega una actuación digna y creíble (mejor que la brindada en "Ocean's 8: Las estafadoras), con un conflicto emocional de por medio ciertamente complejo: una mujer que rehúye la maternidad y que, aparentemente, no quiere establecer ningún lazo emocional con los infantes a los que custodia (a los que de manera indiferente llama "niña" y "niño").

En resumen, "Bird box: A ciegas" es una película entretenida, dueña de una premisa inquietante. Eso sí, cuenta con un par de detalles poco "reales" (salidas fáciles del guion), pero no trata de explicar ni dar solución a su antagonista, algo que se agradece en una época plagada de filmes complacientes y espectadores pasivos. De hecho, el desenlace de dicha pieza pudo haber sido más cursi y hollywoodense, pero evitó ello.



Pasando a la nueva producción de Joel y Ethan Coen, "La balada de Buster Scruggs" (por su título en español), se trata del homenaje que la magnética dupla creativa le rinde -una vez más- al género western, ese que han abordado anteriormente en su filmografía ("Temple de acero" y "Sin lugar para los débiles"), y al que le inyectan nuevos bríos, gracias a un sexteto de refrescantes cuentos escritos por ellos mismos.

De ese modo, resulta maravilloso lo que dichos cineastas hacen con personajes habitualmente secundarios en ese tipo de propuestas (ojo a la historia que involucra un banquero, “Señor sartén”) o el modo en que revierten algunos convencionalismos del género. Ejemplo de esto último es el episodio liderado por Tim Blake Nelson, en donde el protagonista no tiene un físico de ensueño (aunque sí derrocha mucho carisma), cuyo final es inesperado.

Ahora bien, no queda en tela de juicio la hermosa cinefotografía del francés Bruno Delbonnel (quien demuestra su oficio para los tonos azulados, ocre y verdosos, además de construir cuadros que parecen postales), ni el cuidado diseño de arte a cargo de Jess Gonchor (habitual colaborador de los Coen). Ambos aspectos (para nada acartonados) denotan con creces profesionalismo y calidad, que hacen ver al Viejo Oeste como un lugar idílico donde vivir, a pesar de las atribuladas o melancólicas situaciones que alberga.

Finalmente, los hermanos favoritos de Hollywood demuestran su don para orquestar lacónicos relatos, así como argumentos ágiles (que oscilan entre la comedia y la acción) o capítulos pausados repletos de diversos simbolismos visuales. Es decir, confirman que son unos ases de la dirección y unos referentes imprescindibles de la actual industria cinematográfica.

Yalitza Aparicio: Yo también fui trabajadora del hogar


Cinetiketas | Por Jaime López | 

TW: @JaimeComunidad3


Su voz emana un aire de dulzura, muy similar al que transmite con su personaje de "Cleo" en el más reciente filme de Alfonso Cuarón: "Roma"

La manera en que se dirige de "usted" y no de "tú" con quien suscribe este texto hace recordar esa educación forjada en las comunidades alejadas de las grandes urbes del país. Un símbolo de respeto, que hace sentir honrado a cualquiera y que, además, evidencia su humildad.

Es Yalitza Aparicio, la intérprete revelación del momento, que está recibiendo la atención de la comunidad cinéfila mundial por su genuina representación de una trabajadora del hogar, capaz de derrochar cariño y devoción desinteresados, así como de proteger a los hijos de su patrona como si fueran de su propia sangre.

"Yo en algún momento fui una trabajadora doméstica, para solventar los gastos de mi escuela, igual, en alguna ocasión fui a trabajar con mi mamá a donde ella iba, y desde siempre he considerado que las trabajadoras del hogar deben tener los mismos derechos que cualquier otro trabajador: tener derecho a un aguinaldo, tener derecho a un seguro", responde la joven -que esta semana cumple 26 años- originaria de Oaxaca cuando se le cuestiona sobre sus conceptos acerca de las empleadas domésticas antes y después de filmar "Roma".


Las palabras de Aparicio cobran mayor relevancia cuando uno atestigua el documento visual de Alfonso Cuarón, pues la también educadora de preescolar logra apropiarse de su papel con mucha veracidad, producto de conocer directamente las necesidades de un sector constantemente invisibilizado o estereotipado.


"Yo creo que (la película) muestra esta labor; no se dan cuenta que también son seres humanos, aparte siempre están ahí apoyando y entregando todo lo mejor en su trabajo", expuso. 

La considerada por la revista Time como la mejor intérprete del año definió a su "Cleo" como una mujer fuerte, que entrega el corazón en lo que hace y que es "increíble", como la persona en la que el director nacional basó su historia.

Igualmente, añadió que el éxito de "Roma" radica en retratar la fortaleza de las féminas ante las adversidades que se les presentan, así como en mostrar varias realidades con las que la audiencia nacional puede identificarse.


Talento y sinceridad innatos 

Durante la entrevista concedida a esta casa editorial, la nominada a los Critic's Choice Awards no teme admitir su escaso acercamiento al séptimo arte mexicano, pues explica que, antes de involucrarse en ese ámbito, su vida estaba enfocada en trabajar y estudiar, además de que no había cines en su comunidad de origen.

"(Mi vida) siempre era salir de la escuela e ir a trabajar, salir de trabajar e ir a la escuela, así que creo no era nada (cinéfila)", acotó.

Asimismo, cuando se le preguntó si cree que existe una segunda Época de Oro del cine tricolor, contestó entre risas: "Supongo que sí".

Eso sí, destacó que la tierra del águila y el nopal cuenta con grandes talentos de la lente, por lo que desea que la sociedad mexicana disfrute y conozca más su propio cine. 

Por otra parte, la novel artista mostró prudencia (y nobleza) respecto a los comentarios discriminatorios y racistas que se han vertido en contra de ella, limitándose a subrayar su esperanza de que "Roma" concientize a la gente de que todos somos iguales y que todos deben apoyarse mutuamente.

Finalmente, la ganadora del New Hollywood Award confesó no saber si continuará trabajando en el mundo del celuloide, pues explicó que está tratando de disfrutar el momento (consejo que ha recibido de muchas personas) y de las atenciones generadas por la película.

Reconoció que haber trabajado con Cuarón le ha permitido descubrir y experimentar cosas nuevas. En esta dinámica, comentó no estar preocupada por ser postulada al Oscar; abundó que el "regalo mas grande" para ella es el impacto que está teniendo la cinta en varias partes del mundo.

"Muchas gracias a usted" es la expresión con que Yalitza da por concluida la entrevista con este reportero, develando parte de las razones por las que Cuarón la eligió como su estelar: su humildad a flor de piel, algo que exuda cada vez que aparece a cuadro, convirtiendo a "Roma" en una obra inolvidable.

“Hasta los dientes”: el escape fílmico de la bestialidad


Cinetiketas | Por Jaime López | 

TW: @JaimeComunidad3 |


Vivimos en la era de las noticias y de las denuncias efímeras, en donde los clamores sociales tienen pronta fecha de caducidad por la inmediatez que caracteriza a las dinámicas de la mayoría de los medios informativos. La época de las bestias y de la memoria a corto plazo. Así, las y los asesinados de este país son nombres que se olvidan rápidamente o estadísticas que se arrumban en los fríos archivos institucionales.

Justo ahí es donde el séptimo arte documental juega un papel fundamental, pues las víctimas dejan de ser cifras, y la audiencia puede sentir como suya la tragedia plasmada en pantalla grande.

“Hasta los dientes”, la ópera prima de Alberto Arnaut, es una muestra clara de cómo el cine puede comunicar profunda y dignamente (sin “amarillismos” en el camino) un lamentable suceso, y al mismo tiempo crear una conexión emocional directa con quien lo esté viendo.

Estrenada en el marco de la primera Fiesta del Cine Mexicano, dicha película indaga en el asesinato de Jorge y Javier, dos estudiantes del Tecnológico de Monterrey, que aspiraban a convertirse en exitosos profesionistas, y cuyo mayor pecado fue haber estado en el lugar y momento equivocados.

¿Los culpables de su homicidio? Integrantes de las fuerzas armadas regiomontanas, quienes confundieron a los alumnos con sicarios, y que tras el evento trataron de encubrir su error.

De eso y más va “Hasta los dientes”, una obra que conmocionó a la comunidad que la presenció en la reciente edición de Ambulante, y que sin lugar a duda es uno de los documentales imprescindibles de revisar este año por diversas razones: ya sea por la crítica que le hace al Estado fallido que padece el territorio azteca, ya sea por la manera en que usa al celuloide como un vehículo para combatir la impunidad o ya sea por su hábil narrativa con la que redignifica a las víctimas. 



“Creo que ‘Hasta los dientes’ demuestra que el ejército no está preparado para realizar las labores de seguridad pública. Una de las escenas más importantes de la película es cuando se narra lo que sucedió esa noche, y creo que una cosa muy clara es que todas las personas que estaban en el Tecnológico de Monterrey en ese momento corrían peligro, es decir, de que el ejército haya estado combatiendo en las calles, en ese momento, ponía la vida de todas y todos en peligro”, señalo el realizador.

Durante una entrevista concedida a esta casa editorial, Arnaut admitió no haber cambiado su percepción respecto a las fuerzas castrenses luego de filmar su documental, pues relató que ya conocía aspectos negativos de aquellas, por ejemplo, estar involucradas en la desaparición de ciertas personas o el asesinato de algunos activistas. Sin embargo, dijo tenerle respeto a todas las personas que trabajan por necesidad en ese tipo de institución.

Sobre si ha sufrido algún tipo de amenaza o censura luego de dar a conocer su primera creación de largo aliento, el director respondió que no. Pero reconoció que existe un sentimiento de temor entre comunicadores, activistas y documentalistas porque “estamos en un país que se matan periodistas por hacer su trabajo”. 

Cuestionado por la que manera en que plantea su historia, adentrándose notablemente en la cotidianidad de las familias de los estudiantes asesinados, el egresado de Comunicación Social de la Universidad Autónoma Metropolitana explicó que le parecía importante usar un “background emocional” para generar empatía entre los espectadores.

Por otro lado, informó que, a ocho años del crimen en turno, no habido una sentencia en contra de los militares involucrados; dijo que las fuerzas armadas deben permanecer en los cuarteles y manifestó su preocupación por las declaraciones de la próxima administración federal de que el ejército seguirá en las calles sin marcar una ruta mientras es sustituido poco a poco por la policía federal.

“Hasta los dientes” puede verse por estas fechas en aproximadamente 400 salas de México. Posteriormente, se estrenará el 14 de septiembre en 8 Cinépolis de Guadalajara, Xalapa, Ciudad de México y Monterrey, así como en algunas cinetecas estatales, según su orquestador. Además, buscará ser seleccionada en la próxima entrega del Ariel, algo que seguramente logrará por lo pertinente de su tema, así como por su ardua investigación periodística y su extraordinaria narrativa.

ACTUALIZACIÓN: Disponible en Netflix.

‘El Chapo’ de Netflix retrata las tropelías de Peña y Calderón

Cinema Coyote | Por Alex Carrillo 


Hace unos días Netflix liberó los trece capítulos de lo que será la tercera y última temporada de El Chapo, serie que narra el camino que siguió Joaquín Guzmán Loera para convertirse en el narcotraficante más poderoso del continente.

Más allá del entretenimiento que pudiera brindar la producción al adentrarnos en el submundo criminal del narco mexicano, como ya lo han hecho infinidad de series, telenovelas y películas; la verdadera aportación de El Chapo se encuentra precisamente en la radiografía que hace del poder político y de ciertos episodios de la vida pública del país.

Si no has visto la serie y piensas hacerlo, deberías dejar de leer aquí.




¿Política-ficción?

Aunque en la segunda temporada de El Chapo se revela de manera un tanto superficial que la campaña de Felipe Calderón fue financiada en parte por el Cartel de Sinaloa para evitar que ya sabes quién llegara a la presidencia; en esta última entrega se hacen más que evidentes los nexos del crimen organizado con el gobierno federal.

Si bien es cierto que la serie hace especial hincapié en que muchos de los sucesos y personajes han sido creados de manera ficticia para crear un efecto de mayor dramatismo, no hay que ser un genio para reconocer el contexto real de diversas situaciones.

Para empezar una de las principales hipótesis de la serie es el pacto tácito entre EPN y El Chapo para llegar a la presidencia a cambio de inmunidad. El día de la elección el Cartel de Sinaloa operó a favor del PRI (PTI en la serie) para que su candidato Enrique Peña (Esteban Prieto en la serie) ganara de forma masiva en la zona del triángulo dorado (Chihuahua-Durango-Sinaloa).

Ante el escenario de la derrota, la figura de Felipe Calderón habría llegado a un acuerdo con el PRI para evitar nuevamente la llegada de la izquierda y con ello evitar también un posible juicio político por las miles de víctimas de su guerra contra el narco.

Hay referencias directas al uso de tarjetas Monex que repartió el PRI durante la elección y se alude a personajes como "La Gaviota" ("La Paloma" en la serie) y al innombrable Carlos Salinas de Gortari, personaje omnipresente a lo largo de las tres temporadas, orquestador de todo espectro político de la trama.

La serie toca puntos de las diversas crisis del gobierno de Peña Nieto, como el escándalo de la Casa Blanca y la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, hasta llegar al descenlace situado en la última gran fuga de Joaquín Guzmán Loera, suceso que desembocaría en su recaptura y final extradición a los Estados Unidos.

En términos generales El Chapo vale la pena como producto de entretenimiento y cuenta con actuaciones destacadas de histriones con larga carrera en el medio. También ayuda a comprender un poco de la vida pública -y criminal- de México en las últimas décadas, desde los zapatos de los carteles y los grandes capos de la droga en México.

¿Política-ficción?

Otras 7 razones para ver –ahora- la segunda temporada de ‘Queer Eye’ en Netflix


Call me old fashioned… please! | Por Mónica Castro Lara |

‘You’re strong, you’re a Kelly Clarkson song, you got this.’
-Jonathan Van Ness-


Desde que me enteré de la fecha de estreno de la segunda temporada de ‘Queer Eye’, enseguida la anoté cuidadosamente en mi agenda porque en definitiva, ansiaba ver los nuevos casos y analizar qué de nuevo tenían que ofrecernos nuestros consentidos ‘Fab5’ y resulta que de la emoción, sólo me bastaron cinco días para ver la temporada completa. Investigando un poco (o más bien stalkeando a los chicos en sus redes sociales), descubrí que ambas temporadas –la primera y la segunda- fueron filmadas ‘back to back’ es decir, de corrido, por eso no vemos taaaantas propuestas diferentes o cambios en la estructura de la serie. Sin embargo, el formato es el mismo del que nos enamoramos y nuevamente funciona bastante bien, haciendo que nuestras emociones se descontrolen capítulo tras capítulo, aunque aquí entre nos, sentí mucho más emotiva la primera temporada (lloré más, pues). Aquí les van mis nuevas siete razones para ver los nuevos episodios de esta increíble serie:



1.      Nuestros 5 mejores amigos, están de regreso.
Admítanlo, ya hacía falta ver a nuestros ‘Fab5’ haciendo de las suyas en pantalla contagiándonos con sus personalidades extravagantes y haciéndonos sentir que forman parte de nuestro grupo incondicional de amigos. Karamo (que en estos cuatros meses se comprometió ya con su novio de 8 años Ian), Tan, Jonathan, Antoni (quien está abriendo su propio restaurante en Nueva York) y Bobby regresaron para hacernos reír, llorar, a sentir pena ajena y a tomar nota de sus amplios conocimientos. Algunos conservaron sus estilos de manera intacta (Karamo… ¡por favor ya saca tu propia línea de bomber jackets!), mientras otros añadieron ciertos toques distintos que en lo personal, me gustaron bastante (Antoni y sus pañuelos alrededor del cuello… ¡wow!). Los cinco se notan cada vez más compenetrados en lo personal y en lo profesional y nos queda claro que la química entre ellos es auténtica. Me imagino que cada uno de nosotros tiene un ‘queer’ favorito; yo me siento incapaz de elegir nada más a uno… ¿y ustedes?




2.      Tammye Hicks
‘Miss Tammye’, ‘Mama Tammye’ o simplemente ‘Mamma’, fue la gran revelación de esta segunda temporada. Habitante del pequeño pueblo ‘Gay’ en Georgia, Tammye fue la encargada de hacernos derramar el primer mar de lágrimas y no sé qué tanto estábamos preparados para ello. ‘Todos necesitamos una Tammye en nuestras vidas’ he leído en incontables tweets y no podría estar más de acuerdo. Con mucho amor, apertura, paciencia y aceptación, esta señora sureña le abrió las puertas de su casa y de sus problemas a los ‘Fab5’; con una historia bastante conmovedora y el deseo constante de ser para los demás, ‘Mamma Tammy’ se ganó nuestros corazones y nos hace creer que verdaderamente existen personas buenas en el mundo y es aún más notable porque es la primera mujer a la que ayudan en toda la historia de ‘Queer Eye’. Finalmente, es quien más hizo llorar a Antoni con su discurso final así que TIENEN que verlo.




3.      Los nuevos héroes.
¡HAY UN MEXICANO ENTRE LOS NUEVOS CASOS! Sí, inevitablemente me emocioné bastante desde que vi el tráiler y vi a este dude con una playera que dice ‘Hecho en México’ y su acento francamente me encanta. Cada uno de los nuevos héroes y heroína, tienen mucho que cambiar pero también mucho que enseñarnos. Son personas que, como nosotros, tienen sus problemas, sus deficiencias y necesitan una ayudadita para poder salir delante de la mejor manera posible; buscan un objetivo que obviamente se cumple y nos hacen reflexionar acerca de nuestras propias metas a mediano plazo y nuestros rollos personales. Uno de los casos más representativos en esta nueva temporada y que realmente me causó un gran impacto, fue el de un chico transgénero llamado Skyler. Uno está informado, respeta, acepta y ama, pero nunca lucha por los demás, nunca se comprende totalmente el sufrimiento que padece la comunidad transgénero y los pequeños grandes detalles que hacen la diferencia en su cotidianidad. Seamos más humanos y hermanos y comprometámonos en luchar por el otro. 



4.      Más y más y más tips para todos.
Desde arreglar/organizar nuestros cuartos, mandar a entallar nuestra ropa, usar protector solar siempre, cocinar rápidamente una ensalada vegetariana y aprender a socializar de manera más natural, todos los tips que nos comparten los ‘Fab5’ son 100% útiles para la vida diaria. Si bien hay algunas recomendaciones que ya conocíamos gracias a la temporada pasada, hay otras que valen la pena aprenderse y ponerlas en práctica.



5.      Todos necesitamos potencializar nuestros talentos.
Siento que cada uno de nosotros debería tener a un Karamo que nos haga despertar del letargo en el que a veces nos encontramos y verdaderamente ponernos a trabajar en aquello que realmente nos apasiona y que sabemos, somos buenos en ello. Yo tengo varias cosas en mente y estoy segura que ustedes también. El trabajar de manera individual y colectiva, sin duda nos hará vivir en mejores condiciones y esta segunda temporada nos lo deja bien claro.




6.      Te hará reír más de la cuenta.
Como bien les dije, en MI opinión la primera temporada fue mucho más emotiva y me hizo llorar en cada capítulo; la segunda, me hizo reír muchas más veces gracias al ingenio, las frases y las situaciones en las que se vieron inmersos los ‘Fab5’. Tan en particular, me regaló un inolvidable momento que hizo que riera escandalosamente como suelo hacerlo cuando algo verdaderamente me causa gracia.



7.      Antoni Porowski. Sí, otra vez.
Nuevamente Antoni aparece en esta lista y no me importa en lo absoluto. Me encanta Antoni y, si bien esta temporada nos enseña a cocinar comida iraní, a hacer pasta desde cero, a arreglar una mesa para nuestros invitados… admitámoslo sin pena, su sección es de las más ‘simples’ por así decirlo pero, su gran personalidad y su precioso aspecto (sí, sí, es muuuuy guapo), lo hacen una vez más merecedor de un lugar en mi lista. Cada vez podemos conocer más cómo es en realidad, así como esos tintes medio mamones que a veces se carga pero, también es muy honesto, emocional, gracioso, empático y sobre todo, servicial. ¡Te queremos Antoni! Amamos tus ‘bandanas’ nuevas y tus ya constantes playeras de ‘The Strokes’. Por cierto, hay un capítulo donde aparece con delineador en los ojos y bueeeno… ¡mamma mía!



Aquí estuvieron otras siete razones para animarlos a ver ‘Queer Eye’; les prometo que no se van a arrepentir con esta nueva temporada y que sacarán buen provecho de ella. Como se los dije en el artículo pasado: está dirigida a gays, hetosexuales, bisexuales, hombres, mujeres, niños, abuelos… ¡todos tienen que ver esta serie! y empezar a proyectarnos para tomar cartas en el asunto.






¡ACTUALIZACIÓN Queer!

Recientemente ‘Queer Eye’ sacó un nuevo episodio de 20 minutos de duración filmado en un pueblito de Australia llamado ‘YASS’… ¡Sí, literal! YASS QUEEN! El capítulo está genial, chéquenlo:




La Autora: Publirrelacionista de risa escandalosa. Descubrió el mundo del Social Media Management por cuenta propia. Gusta de pintar mandalas y leer. Ácida y medio lépera. Obsesionada con la era del jazz. Llámenme anticuada… ¡por favor!



7 razones para ver (y amar) ‘Queer Eye’ de Netflix


Call me old fashioned… please! | Por Mónica Castro Lara |


‘The original show was fighting for tolerance. Our fight is for acceptance’

-Tan France-

Recuerdo muchísimo que en la secundaria y preparatoria, a mi entonces amigo Alex y a mí nos encantaaaaba la serie ‘Queer Eye For The Straight Guy’ en donde cinco chicos gays especializados en temas como moda, cuidado del cabello y decoración de interiores, transformaban casi por completo, la vida de un heterosexual promedio. Carson, Ted, Kyan, Thom y Jai llenaban la televisión con sus personalidades extrovertidas y nos hacían pasar un excelente y divertido rato. Eso fue hace ¡15 años! Sí… quin-ce-a-ños, lo cual para serles bien sincera, me hace sentir algo vieja, pero bueno.

A principios de este 2018, me enteré que harían en ‘reboot’ de dicha serie y que el encargado sería nada más y nada menos que mi querido Netflix. Pues bien, acá entre nos, no le tenía taaaanta fe a la serie porque para empezar, sería con otros 5 expertos y no con mis añorados Fab5 de principios de los años dos mil, así que no le di tanta importancia hasta que en todas mis redes sociales, comenzaron a aparecer reseñas de lo genial que es y me quedé bastante intrigada, hasta que hace un par de semanas por fin decidí darle el ‘sí’ y en tan sólo un ratito, vi los primeros cuatro capítulos de jalón en compañía de mi mamá y mi hermana. Me fascinó y obsesioné tanto con la serie que de inmediato decidí hacer una pequeñísima reseña e invitar a que más personas la vean y lloren tanto como lo hice yo, así que aquí les van mis 7 razones para que vean ‘Queer Eye’ versión 2018, ASAP (as soon as possible, pues):

1.      Los nuevos Fab5.
Si veías la serie en 2003 y creías que Carson era excéntrico y escandaloso, no conoces a Jonathan Van Ness; es EL chico gay que necesito actualmente en mi vida porque sí, yo solía tener muchos amigos gays y me hacían muy feliz; ahora no tengo ninguno pero con Jonathan en mi pantalla (y en mis redes sociales) me basta y sobra. Tan France encargado de moda, Antoni Porowski en comida, Karamo Brown como experto en cultura, el talentosísimo Bobby Berk experto en diseño de interiores y Jonathan Van Ness como experto en ‘grooming’ (es decir, corte de cabello y cuidado de la piel) son los nuevos Fab5 que con sus personalidades auténticas, han encantado a muchísima gente –incluyéndome obviamente-. Cada quién se enfoca en los aspectos que he mencionado previamente, adaptándose por completo a cada individuo que consultan. Me encanta la química que hay entre ellos y lo geniales y sinceros que son a la hora de trabajar y hacer sentir bien a su ‘protegido’, no sólo ‘cambiándole’ lo exterior, sino también lo interior. Awww. Todos son fabulosos, todos son talentosos, todos visten increíble, nadie opaca a nadie y todos trabajan por un mismo objetivo: la aceptación.




2.      Te proyectarás en más de una ocasión, te lo aseguro.
Pues sí. Imposible no proyectarse con los casos que nos presentan. ¿Por qué? Pues porque cada quién tiene sus puntos débiles, sus problemas personales y de autoestima y cuando ves que todo eso puede cambiar radicalmente en un par de días gracias a la ayuda de los Fab5, pues te da mucha más esperanza a seguir trabajando por ti mismo en lo externo y lo interno; en lo personal y profesional, y comenzar a balancear las cosas que te gustan y que no te gustan de ti mismo para poder generar un cambio sustancial. De repente sentirás que Karamo te habla sólo a ti y te darán ganas de abrazarlo y pedirle muchos más consejos, o que lleguen los Fab5 a invadir tu vida y a indicarte qué es lo que anda fallando mediante sus maravillosas personalidades. Las personas que realmente me conocen, sabrán que no me gusta el contacto físico y adoro que respeten mi espacio personal. Si ya vieron la serie o están a punto de verla, sabrán exactamente con quién me proyecté y se reirán conmigo por laaaargo tiempo, créanme.



3.      Los tips.
No son tips para homosexuales, no son tips para heterosexuales, no son tips para hombres en exclusiva. Son consejos para cualquier persona, sobre cómo vestir, cómo proteger tu piel, cómo cocinar cosas ricas y saludables, cómo organizar tu casa o tu espacio de trabajo y cómo empezar a quererte un poquito más todos los días. Todos los consejos son útiles e interesantes y te mantienen muy alerta para anotarlos y seguirlos al pie de la letra. No son cuestiones superficiales; tu imagen y el cómo te proyectas ante los demás, no deben ser consideradas como cosas banales, sino al contrario. No tiene absolutamente nada de malo querer lucir bien cuando también por dentro te sientes bien; cuida tu cuerpo, ten un buen peinado, unos atuendos que te queden bien y voilá. Aplausos para todos aquellos que piensan como yo. Por ejemplo, estoy segura que mi papá y mi cuñado Hugo han estado tomando apuntes sobre ropa y poniéndolos en práctica, a pesar que de por sí se visten muy bien.  



4.      ¿Te gusta la mezcla de emociones? Tendrás todas ellas.
Vas a llorar, a reír, te dará hambre, querrás empezar tu propio negocio, renovar tu armario, construir muebles para tu casa, cortarte el cabello… ¡TO-DO! Yo lloré y reí en los 8 episodios de la primera temporada y en verdad no lo esperaba en lo absoluto. Es increíble lo que estos 5 hombres pueden hacer con sus ‘protegidos’ y lo mucho que impactan sus historias personales con las de los demás. Bobby nos dice que a final de cuentas, todos somos seres humanos MUY SIMILARES, quienes queremos ser amados y amar de vuelta. Tan simple como eso. Si no te sale una lagrimita en cada episodio, quiere decir que tienes un corazón gélido y no eres merecedor de tan bonita serie. Buuu.



5.      Supo adaptarse a nuevos tiempos sin perder su autenticidad.
Estamos hablando de un formato de serie de hace quince años, cuando no todo el mundo era abierto a ver homosexuales en televisión y mucho menos a aceptarlos como compañeros de escuela o de trabajo, por ejemplo. Es increíble darse cuenta que a pesar de ello funcionó y funcionó muy bien en aquella época, pero a la vez, sentó algunas bases y clichés de cómo se representarían a los homosexuales en los medios de comunicación que consumimos regularmente. En esta versión del 2018, 'Queer Eye’ rompe con esos estereotipos y estigmas y nos demuestra quiénes y cómo son los verdaderos homosexuales de hoy en día, sin hacer de lo afeminado su carta de presentación. Además, los casos de los ‘protegidos’ a quienes ayudaron durante estos 8 capítulos, son personales REALES, con problemas y deficiencias reales de la época en la que vivimos.

 


6.      Te hará reflexionar muchísimo. Harto.
Además de todo lo que ya mencioné, los capítulos de la serie no nada más nos muestra problemas ‘superficiales’, sino también problemas colectivos como el racismo, la homofobia y la falta de apertura e información que hay en el sur de Estados Unidos. Hay muchísimos momentos de tensión y también otros de una aceptación pura, lo cual me parece es el gran encanto que tiene ‘Queer Eye’. Sonará bieeeen estúpido/utópico/ingenuo/inocente pero, me cuesta mucho trabajo creer que en pleno 2018, a la gente le cueste trabajo aceptar su propia orientación sexual y aceptarse y quererse tal y como es, debido a los grados tan grandes de violencia e intolerancia que hay en el mundo en torno a estos temas. Aplaudamos y reconozcamos la gran diversidad sexual que existe y hagamos que este ‘proceso’ sea más fácil para todos aquellos que lo consideran difícil y hasta traumático. Basta de términos homofóbicos y de encerrar a la gente en clósets.



7.      Antoni Porowski.
Lo siento mucho, pero Antoni merece su propio número en esta lista. ¿Por qué? Porque me encanta y punto. Es tierno, inteligente, talentoso, guapo, chef, actor, ama a ‘The Strokes’ (sus múltiples playeras ¡duh!) y, aunque muchos desconfíen y crean que es sólo un modelo haciéndola de chef, en realidad fue alumno de Ted Allen, el original experto en comida y vinos de ‘Queer Eye Fort he Straight Guy’ del 2003. Síganlo en Instagram, sus posts son tan maravillosos como su carita. Ayñ.



Ahí tienen mis 7 fugaces razones para sentarse a ver maratónicamente esta serie y amarla con todo el corazón. ¿La mejor noticia de finales de mes? ¡¡Acaban de renovarlos para una segunda temporada!! Yeeeiiii es momento de cantar todos juntos: ‘[…] all things just keep getting bettaaaaaaaa…’




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