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«¿Qué comen lxs poetas?» | Ep. #06 Ánuar Zúñiga



Host: Jorge Sosa


“¿Qué comen lxs poetas?” es un podcast que nace de la idea de que los poetas se mueren de hambre, el propósito del programa es invitar a un poeta en cada episodio para que hable de algo que le guste comer y algo más que consuma diferente a los alimentos. 

El sexto y último episodio de la primera temporada de “¿Qué comen lxs poetas?” recibió a Ánuar Zúñiga, el poeta de Ciudad de México, que nos compartió su romance con los hot dogs, su larga relación con el videojuego Fallout y leyó algunos de los poemas que ha escrito recientemente.

Éste es un fragmento de la entrevista con Ánuar que puede escucharse completa en Spotify o Apple Music.


***

Bienvenido, Ánuar, como ya sabes el tema del programa gira alrededor de esta idea de que los poetas se mueren de hambre, de que la poesía es una actividad precaria, marginal dentro del capitalismo. Lo primero que le preguntamos a todxs nuestrxs invitadxs es: ¿qué piensas de esta idea? ¿Los poetas se mueren de hambre? 


Yo creo que no. Creo que de alguna manera siempre encontramos cómo subsistir. Creo que tiene que ver más con tus papás tratando de protegerte de una carrera en la que posiblemente no vayas a ser muy próspero, que de ahí surge la cosa de que los poetas se mueren de hambre.

 


Sabemos que por lo menos no se mueren de hambre. Algo comen. ¿Qué comen lxs poetas? En tu caso, en una selección que obviamente para mí no es nada sorpresiva porque he tenido el privilegio de viajar contigo a muchas partes del país y compartir hoteles, restaurantes y muchísimos puestos callejeros, elegiste hot dogs. Cuéntanos por qué te gustan tanto.


No estoy seguro si es mi primer recuerdo, pero en todo caso es uno de los primeros recuerdos que tengo, y es que cerca de donde yo vivía cuando era niño, había una Comercial Mexicana y en el estacionamiento había un carrito de hot dogs. Entonces siempre que acompañaba a mi abuelo a hacer el súper o a comprar algo, el premio era salir y comer un hot dog en este carrito con una chaparrita. Yo creo que de ahí viene mi fascinación por los jochos. 



El hot dog es una botana interesante, que como todo lo que llamamos comida gringa, es producto en realidad de la migración. El hot dog es un caso extraño porque, según pude leer, es creado en Estados Unidos por un migrante alemán que vendía almejas en la playa, pero llegó un momento en que la gente ya no quería comida fría, quería comida caliente. ¿Tú qué piensas de esta migración? ¿Cómo lo relacionas con tu obra? Porque estoy seguro de que la gran mayoría de la gente que vaya a escuchar esto la conoce, en tu obra sí ocurren frecuentemente estas referencias a la cultura pop con cosas que vienen, entre otros lugares, de Estados Unidos. 


Tengo mucha familia en Texas y tengo mucha familia en Estados Unidos del lado paterno, porque mi abuelo era capataz en un rancho en Texas. Él como mexicano, pues. Pero en algún punto le ofrecieron la nacionalidad y la aceptó. Luego mi papá, en cuanto la pudo rechazar, la rechazó porque era antiimperialista y no le gustaba estar relacionado con la cultura gringa. Pero de todas formas, se permeó bastante en nosotros, en la familia. Mucho de lo que nos tocó a mí y a mis hermanos de niños tenía que ver directamente con la cultura gringa. Veíamos, digo, creo que como cualquier persona que vive en México, televisión gringa. De alguna manera, para nosotros los premios nunca fueron ir a los tacos o ir a las quesadillas, sino era pizza o ir al McDonald's. En fin, como que crecimos con esa cosa muy conectada a lo gringo, muy arraigada desde chavito.



La segunda parte del podcast está dedicada a hablar de algo que el poeta o la poeta invitada consuma que no sea comida. Porque sabemos que uno no se nutre y no se sostiene solamente de la comida. No solamente se puede vivir de hot dogs ni de ensaladas. Y en tu caso, elegiste el videojuego Fallout, del que eres un gran aficionado. Cuéntanos un poquito de tu historia con Fallout.


Fallout ocurre en un universo distópico donde tiene muchos paralelismos con nuestro universo. La divergencia se da porque en el universo de Fallout nunca se inventa el transistor. Exactamente ahí se vuelve un universo paralelo al nuestro, donde ocurren otras cosas. Como no se inventa el transistor, pues toda la tecnología sigue evolucionando a partir del bulbo. Por lo tanto, toda la estética de los juegos de Fallout es retrofuturista. Todo ocurre en el futuro, pero es un futuro como el futuro que imaginaba la cultura occidental en los 50.


Todo a partir de los bulbos, todo con esta estética muy nuclear, como Art Deco, etc. Incluso la música de los juegos es música de la época, es música de Sinatra, de Aretha Franklin, de Dean Martin, Big Band y Jazz y de la época, de los años 30, los 40 y un poquito los 50 también. Hay una guerra nuclear entre China y Estados Unidos. Mientras ocurre esto, está esta compañía que empieza a vender espacios en ciudades subterráneas tipo búnkeres gigantes. Todos los personajes de cada franquicia del juego emergen o tienen algún contacto directo con estos refugios subterráneos. Yo conocí Fallout a partir de Fallout 3, que fue el primero que salió para PlayStation, y lo jugué por primera vez en casa de Rodrigo. Lo que me atrapó desde el segundo uno fue la toma de decisión. Tú diseñas a tu personaje, escoges desde su género, su raza, su edad, su complexión, sus habilidades y luego tienes la posibilidad de tomar decisiones cada paso del camino y cada decisión que tomas, afecta el outcome final del juego y eso a mí me parecía gigante. Terminar una partida larguísima y luego decir: voy a empezar otra pero esta vez voy a tomar este otro tipo de decisión, en fin, las posibilidades narrativas del juego se me hicieron abrumadoras y eso fue lo que me atrapó y desde ahí he sido consumidor de cada secuela Fallout que han sacado hasta el día de hoy.

 


La última parte del podcast trata de que nuestros invitados nos lean algo de lo que escriben. Creo que conozco quizá la totalidad de tu obra. Para mí ha sido algo bonito crecer al lado de autores como tú, como Andrei, como Jorge, y ver cómo cambia. Lo primero que te quiero preguntar es, ¿qué estás escribiendo? 


Justo estoy escribiendo, bueno, terminé de un proyecto que me tomó bastante tiempo, que se trata de personajes de cómic. Y terminé ese proyecto hace poquito, hace unos meses. Últimamente he estado escribiendo, tengo una idea para un proyecto nuevo, que justo tiene que ver con Fallout. Pero ahorita en realidad estoy escribiendo lo que se me ocurre como sin un gran plan. Y lo he estado disfrutando mucho, como que llevaba mucho tiempo escribiendo para cumplir con los pasos de un plan que ya tenía. Y ahorita estoy escribiendo sin ninguna otra meta ulterior que escribir, me la he estado pasando bien. Han estado saliendo poemas que creo que justo van en el camino de este otro proyecto de Fallout en el que estoy pensando a futuro. Pero sí, traje algunos poemas de eso y es lo que he estado haciendo últimamente.



¿Y tu agenda como escritor, tus planes, tu agenda se ha cumplido en el gran esquema de las cosas? 


Sí, yo creo que estoy más lejos en mi carrera de lo que jamás pensé que iba a llegar nunca en mis fantasías más salvajes cuando decidí que quería escribir. Me gusta, he conocido gente increíble y muy interesante. He conocido lugares que seguramente de otra manera no hubiera conocido. He ido a ciudades que jamás estuvo en mis planes conocer y fue una cosa a la que me llevó estar en esto y estar escribiendo y que ciertamente ha enriquecido mi vida muchísimo. Sí, diría que en el gran esquema de las cosas, mi agenda se ha cumplido e incluso ha llegado un poquito más lejos o se ha ido por lugares por donde yo no esperaba. Pero sí, estoy contento con eso.

 


Pues léenos unos poemas para cerrar esta primera temporada ¿Qué comen lxs poetas? 


BIENES INVALUABLES GANADOS EN VIDEOJUEGOS QUE HEREDARÉ A MIS AMIGOS CUANDO MUERA


no volar sino pisar ladrillos suspendidos 


una caída callada y hospital


la capacidad de postergar la fecha durante 200 años


un espejo que muestra cómo te verías 

de haber estudiado administración de empresas


zapatos llenos de arena 


palabras escritas con lodo un veneno 

que provoca olvidar el nombre 

de una canción de los carpenters


WAR NEVER CHANGES


ahora mismo no tengo

trabajo no estoy 

en mi mejor momento 


me gustaría 

nos viéramos de nuevo 

de preferencia en el futuro 

post apocalíptico donde seré 

dueño de un búnker 

subterráneo tabletas

de yodo y una ducha 

química que elimine 

hasta el 85% 

de la radiación residual


HENRY ROLLINS LE DIO LIKE A MI COMENTARIO


antes yo era como usted


:


un niño que va persiguiendo 

un globo y termina en el centro 

de un campo minado


HYDRAULIC PRESS


paso la mitad del día 

mirando videos de aplanadoras


:


aplanadora vs penca de plátanos

aplanadora vs botella de shampú 

aplanadora vs ojos de vidrio

aplanadora vs pilas duracel 


siento que es mi deber

estar del lado de la resistencia


el resultado es casi siempre 

una maraña de alambres o una pasta 

o un montículo de polvo


pero a veces


cuando estoy a punto 

de abandonar la pelea


una lata de fijador

estalla y ennegrece

los bordes de la máquina



GOTHAM 


te metes a un trabajo así porque tienes 

una madre moribunda 

un hijo en el hospital 

una mala racha en los caballos


te metes porque conoces a alguien

que conoce a alguien

porque la ciudad es 

una trampa de oso 

de la que intentas liberarte


te metes porque no logras 

mantenerte al día con las cuentas

porque no sabes 

porque no puedes

hacer otra cosa


porque a veces tienes que arriesgarte 

a que  un hombre adulto 

vestido de murciélago 

emerja de las sombras y te deje

con tres costillas rotas

y un pulmón perforado


***

El resto de la conversación con Ánuar Zúñiga lo puedes escuchar en en Spotify o Apple Music.


Si quieres saber si algún día habrá otro episodio, sigue a @jorge_kfgc en Instagram.


«¿Qué comen lxs poetas?» | Ep. #05 Minerva Reynosa



Host: Jorge Sosa


“¿Qué comen lxs poetas?” es un podcast que nace de la idea de que los poetas se mueren de hambre, el propósito del programa es invitar a un poeta en cada episodio para que hable de algo que le guste comer y algo más que consuma diferente a los alimentos. 

El quinto episodio de “¿Qué comen lxs poetas?” recibió a Minerva Reynosa, la poeta regiomontana que nos compartió su experiencia preparando dumplings y leyó con nosotros algo de su libro de poemas más reciente.

Éste es un fragmento de la entrevista con Minerva que puede escucharse completa en Spotify o Apple Music.

***

Como sabes, Minerva, el podcast, ronda alrededor de esta idea de que los poetas se mueren de hambre. De que en el arte te mueres de hambre, esa sería la idea general. Pero si en el arte te mueres de hambre, imagínate los poetas que ocupan un escalón un poco menor respecto a comercialización que otro tipo de artistas. ¿Qué piensas tú de la idea de que los poetas se mueren de hambre? 

  

A mí me encanta la frase. Y la idea no me encanta que se ha convertido en el prejuicio. A mí esa frase me persiguió toda la universidad. Sobre todo, mi papá, no me la decía abiertamente, pero siempre sí hay referencias muy específicas sobre “te vas a morir de hambre”. Porque mi biblioteca se iba agrandando, ¿no? Y él era el que hacía el gasto, pero a mí lo que me parece maravilloso es que en un país como México, donde tenemos esta idea de “donde come uno, comen dos” o que siempre hay alguien ofreciéndote un plato caliente de comida, definitivamente los poetas yo creo que no nos morimos de hambre. Somos súper inventivos, al menos podemos comer las hojas de nuestros libros.


Me gusta mucho este tema que has planteado a lo largo de estos episodios y cómo cada poeta lo ha abordado y recordar todas esas reflexiones en torno a morirse de hambre, la poesía, en este momento en el capitalismo rampante y feroz. Por cierto, quiero hacer aquí el comercial que también podemos dar un clavado al libro de la Sisi, de Xitlalitl Rodríguez, a propósito del tema sobre las “Prositas de amor contra el SAT” donde hace esta reflexión poética de esta ansiedad de los poetas sobre: de qué vamos a vivir. Y también, no sé si viste la historia de Instagram de esta poeta joven que dice “la poesía es el nuevo punk”, es lo más anticapitalista que pueden hacer, y pues sí. Tal vez no vivamos en la opulencia, pero no nos morimos de hambre, creo que no. Yo soy una persona muy optimista ante el futuro y ante las situaciones. No nos vamos a morir de hambre ni tampoco nos vamos a aburrir, nunca.

 


Cada vez que invitamos a un poeta al podcast, le pedimos que nos diga un platillo que le guste comer para combatir esta idea de que nos morimos de hambre. En tu caso, escogiste los dumplings con carne de cerdo. ¿Cuál es tu experiencia con los dumplings? ¿Por qué los quieres?


Cuando me hiciste la pregunta me causó mucho revuelo porque yo soy así bien tragona, me gusta comer muchas cosas y también tengo unas ideas muy fijas sobre lo que debe de ser la comida. Pero los dumplings los conocía de algunos viajes, de ir a ciertas ciudades. Por ejemplo, Mexicali, donde está la comida china o Ciudad de México. Yo ahora estoy al sur del estado de Guanajuato, no venden dumplings aquí cerca.

 

Uno de mis acercamientos fue cuando comencé a hacer tortillas de harina en el 2020. Ya saben, estábamos en la pandemia y yo tuve mi momento nostálgico, melancólico. La neta sí me agüité porque no veía a mis papás. Mis papás son personas mayores. Empecé a recordar a mi abuela. Yo solamente tuve una abuela, mi abuela materna, y ella era una máquina para hacer tortillas de harina. Era cocinera, ella cocinaba comida regional, tenía una tienda y vendía comida, y bueno, la comida que yo recuerdo de mi abuela era así súper rica. Cabrito, el huevito así revuelto, los tamales, pero sobre todo el momento del día, que era como alrededor de las siete de la noche, donde nos hacía tortillas de harina. O cuando se iba la luz en mi casa y mi mamá nos hacía huevo con chorizo, nos daba café con azúcar y nos hacía tortillas de harina y era como la cosa más maravillosa.

 

Empecé a hacer tortillas de harina y conforme pasaron así los meses, me dio por experimentar con los dumplings porque me gustan mucho. Ahorita estaba leyendo que el dumpling es con harina de arroz, más bien sería como el wontón porque es con harina de trigo. Pero da lo mismo, a todo lo que va relleno con ese dobladito, pues le podemos decir dumplings, yo le digo dumplings.

 

Entonces llegué a los dumplings porque hicimos un viaje aquí en la casa. A mi hija que tiene ahora 11 años, le gustaron mucho y “mamá, por favor, cocínalos”. Nos compramos en Temu una maquinita que se aplasta, le pones la sabanita de la masa ya aplastada, paloteada, y te hace el dumpling. Yo no puedo porque le pongo mucha fuerza, entonces ella es como la ideal porque su fuerza no arruina el dobladito. Empezamos a hacer dumplings en equipo y en realidad es un platillo bastante noble. Comparten mucho con la tortilla de harina porque yo puedo hacer tortillas de harina con manteca, sal, la harina obviamente, trigo y el agua o a veces cuando la cosa está muy precaria que no tengo manteca, nada más lo hago con sal, agua y la harina. El dumpling nada más es harina y agua porque no lleva sal. Y son muy sencillos. A mí la verdad es que me conecta mucho cada vez que lo hago porque, aunque es una receta muy bondadosa, muy sencilla, está ese rollo para mí de amasar. Yo me compré ahora en el COVID una stand mixer así de esas fresas, pero últimamente hago el amasado a mano, porque también tengo una onda del recuerdo de mi abuelita.

 

Mi abuelita me decía que yo tenía brazos de panadera. Me decía, tú tienes muy buen brazo para amasar. A mí me ponía así de niña como yo ahora pongo a mi hija a amasar o hacer el dumpling.

 

Hacer el dumpling es súper barato, no te mueres de hambre, si tienes 50 pesos te alcanza para hacer, no sé, al menos unos 50 dumplings. Haces la masa, el relleno, el típico, yo se los recomiendo que lo pongan de carne de cerdo, con un montón de jengibre así ralladito, soya, cebollín, zanahoria, repollo y polvos, los que tengan. Y ya los cierras. Lo haces ahí como dios te dé a entender o se compran esta maquinita de Temu. Obviamente es más caro si es de carne, pero yo soy vegetariana, entonces de vegetal es el que caiga y sale bien barato. Y ya nada más los pones ahí en la lumbre, con agua, no necesitas nada sofisticado. Es bien rico y te entretienes un chingo y ya cuando uno come ya está súper cansado de haber hecho los dumplings. Sí es muy trabajoso, la verdad, pero una vez que ya le agarras la onda, ya te salen. Yo hago así en cantidades industriales, los congelo y van saliendo. A la niña le encantan. Y a mí la verdad es que hay como un rollo de acá, de mis ancestras que me conectan. Me pongo muy melancólica. Y es parte del proceso, por eso me gusta.



Lo siguiente que le preguntamos a los poetas es que nos hablen de algo más que les guste consumir, que no sea comida, porque no nada más de comida vivimos, ¿verdad? En tu caso, es la primera vez que en el podcast surge otro poeta, Haroldo de Campos. Me gustaría que nos contaras un poquito de cuál es tu relación con su poesía, con su obra, qué es lo que te gusta de leerlo, qué es lo que te ha impactado a ti, tanto en tu vida personal como en tu creación.


Quiero decir que cuando me dijiste: ¿qué otra cosa haces? Bueno, como toda la gente, hago muchas cosas, pero yo te dije: es que soy bien monotemática. Y la neta sí dije, ¿como qué? En ese momento en que tú me preguntaste, había regresado de Tijuana con la Yohanna del Caracol. Este año que pasó, fue más austero, digamos, el festival fue petit comité. Y se realizó uno de mis sueños en la vida. Una obsesión que yo tengo. Soy una entusiasta de la poesía brasileña. 


Lo que he conocido a lo largo de los años de poesía es porque ha sido un acercamiento, digamos, bastante emocional, emocionante, y un poco insistente de mi parte. O sea, sí podemos conseguir traducciones de poesía brasileña en Ciudad de México. Se hacen muy pocas traducciones aquí, a diferencia, no sé, de lo que hacen en Argentina o Perú, pero conforme ahí, como Dios me va a entender, me he ido acercando, y yo llegué a Haroldo de Campos cuando yo empecé a escribir, yo escribía mis poemas así teens, mis poemas juveniles. De repente ahí tomé un taller con José Kozer y me recomendó a los poetas neobarrocos. A principios de los 2000. Y fue cuando en la, no sé si tú la conozcas, yo creo que sí, la paradigmática antología del Medusario, que hizo Jacobo Sefamí, José Kozer, que son los poetas neobarrocos, viene Lezama Lima, no sé, Gerardo Deniz, mexicano, Tamara Kamenszain, Marosa, Leminski, y viene Haroldo de Campos.


Años después, por fortuna, conseguí aquí Las Galaxias, y bueno, fue un intelectual brasileño muy importante. Él es parte de este grupo llamado los Noigandres, que es la vanguardia concretista brasileña, como la primera vanguardia, digamos, desde Latinoamérica, después del mole de guajolote, los Estridentistas. Ellos tuvieron distintas etapas. Él trabajaba con su hermano, que sigue vivo, Augusto de Campos, y Décio Pignatari, ellos eran profesores universitarios, Décio Pignatari era profesor de urbanismo, de diseño, de arquitectura y poeta además, y los hermanos Haroldos pues poetas, traductores, así unas figuras de intelectuales súper top. 


Una parte de la obra de Haroldo de Campos tiene su momento concretista, que es esta onda de conservar el poema como un ente visual, verbal y vocal. Muy allegados también a la idea de ese momento histórico, a lo de los medios masivos de comunicación como estos guiños, a que se popularice mediante estos tres preceptos. Que la poesía llegue así, que se expanda. Luego llega otro momento, que es el momento de las Galaxias. Las Galaxias, está bien padre la manera en que se crea. Son poemas por entregas que empezaron en los años 60 durante la dictadura militar y los publica hasta el año 84, el año pasado se cumplieron los 50 años, por eso fuimos a Tijuana. Llegó ahí un investigador de Brasil, especialista en poesía contemporánea brasileña, entre esas, las Galaxias, yo estaba así como, ¡ay, qué emoción! Y pues nada, es un libro que las primeras críticas que podemos encontrar es que es un libro de proliferación lingüística súper barroco, es un libro hiperbólico, todo lo que a mí me encanta de un libro de poesía, estas alteraciones lógicas, la mixtura, lo vertiginoso, la proliferación, así toda la exacerbación, que un poco es esta onda de lo barroco. 


A últimas fechas que he estado conviviendo con este investigador y que, pues obviamente hay una lectura de la tradición más de cerca, cosa que yo no tengo porque no conozco la historia del Brasil, apenas estoy un poco adentrándome, también las Galaxias tienen esa parte. Hay una preocupación obviamente estética, ética, pero también hay una intención de hacer crítica del estado de las cosas en ese momento de la dictadura militar. A mí, este libro me dice muchas cosas, se ha convertido en uno de mis libros tutelares porque es un libro que conforma una idea de poesía que no atiende a la moda, que no atiende a la facilidad. Aunque pareciera que este juego de palabras y esta exageración tiene que ver con un apremio, como estar antes de algo, es en realidad lo contrario. Es un libro que creo que dice mucho entre la vastedad pero al mismo tiempo es un libro que puede interpretarse, obviamente porque es poesía, pero que puede interpretarse a partir de las lecturas de la persona, del lector, que es como la universalidad. El lector entiende el texto a partir de sus referentes. Y este libro, aunque sea un libro súper experimental, porque bueno, sí lo es, aunque sea un libro de poemas súper experimentales y desconcertantes, al final son poemas que hablan de amor, de la tristeza, del viaje. Bueno, la tesis del libro es que son libros de viaje, de los traslados geográficos. Es un libro que habla de los grandes temas de la literatura, del arte, y que cierra estas capas. 


Como tú decías, estas capas, estos recovecos en los que uno se va perdiendo, en mi caso, se va perdiendo entre cada palabra. Como los ladrillitos de una casa. A mí no me emocionan los ladrillos ni pintar ni nada de eso, pero ver la conformación del poema como si fuera un rompecabezas y que tenga esta locura, esta locura libre. Ahí es cuando yo me siento libre porque pienso: a ver, estamos llenos de estructuras todo el tiempo. Yo como mujer sobre todo, tienes que ser esto, tienes que ser lo otro, tengo que cuidar a la niña, tengo que hacer mi chamba y luego tienes que ser mujer, las mujeres deben ser así y de repente encontrarme con este libro que me dice cosas estéticas, formales, el contexto histórico, pero además a mí me da una oportunidad como salirme de la caja, salirme del encierro de la vida cotidiana. No sé cómo decirlo, tampoco es que viva en una jaula, no crean, no soy una persona reprimida ni nada, ni en opresión, pero es un libro que además me emociona muchísimo y va llenando este hueco existencial.


¿Qué queremos de los poemas? Yo no sé qué quiero de los poemas, pero hay algo que me nutre y que los voy leyendo y digo: no, no puede ser, qué cosa más hermosa, cómo se oye, cómo se lee. Además es un libro que, como ya te diste cuenta, se considera como una babel de lenguas, hay muchos idiomas porque Haroldo de Campos hablaba muchos idiomas y hacía ejercicios de traducción creativa. Esta libertad de que yo puedo leer este alemán como yo quiera, sin esta idea de que: no, el poema se debe leer así o esta palabra en inglés se dice de tal forma. No, aquí no, aquí es como totalmente la libertad creadora que tú también participas del texto. 


La tercera parte del podcast, que como sabes consiste en que nuestros invitados puedan leernos algo de su obra. Estoy muy contento de poder haber leído Mammut & Jinba-Ittai, que es este libro de Minerva Reynosa que acaba de ser reeditado. Me gustaría que nos hablaras de tu libro y si te gustara, leernos algunos textos. 


El libro se editó en el 2018 por la UANL en un formato plaquette. Es un libro bastante breve. Ahora se reeditó en una coalición Guanajuato-Argentina en Leí Bailemos Ediciones, que es una editorial artesanal muy linda de dos editoras maravillosas, y Edición La Rana, que es de la Secretaría de Cultura de Guanajuato con Mauricio Hernández. Se hizo y ahora sale también otra vez en la en la Autónoma de Nuevo León, pero en una colección de poesía mexachicana, sale bilingüe en inglés español.


Es un libro de dos partes, una más anecdótico, que es el de Mammut, son como postales. Cuando viví en, yo viví en Rhode Island, en Providence, unos años. Ahí es donde nació mi hija, es muy memorable. Y estas son postales de la Nueva Inglaterra, Boston, por allá, Rhode Island, Nueva York. 


El segundo, que es el Jinba-Ittai, es un poema documental en partes sobre un documento forense de la muerte del papá de mi esposo. Cuando ya nos íbamos a Estados Unidos, estábamos limpiando ahí la casa y salió el documento y le dije al Benjas: oye, ¿qué onda con esto? No, pues ya tíralo. Y yo, ¿pero qué es? No, es el documento forense de mi papá. Y yo, ¿pero cómo lo vamos a tirar? No, pues ya tíralo, mi papá ya murió. Y yo, no, Benjas. Entonces me lo quedé y en ese entonces, era como el 2000, como el 2011, no sé si tú te acuerdas, pero hubo una ondita de la poesía conceptual. Vanessa Place había venido, bueno, llegó hasta Mexicali, pero estábamos leyendo ahí las cosas del Kenneth Goldsmith y la Vanessa Place y las notas sobre el conceptualismo. Lo acababa de traducir Cristina Rivera Garza ahí en el Conaculta. Ay, no, esto ya es el Pleistoceno, hace muchísimos años.


Es un libro que tardó muchos años, la construcción de los poemas tardó, es un libro muy largo en tiempo de escritura, y al final pude trabajar el texto en un taller que dio Cristina en Ciudad Victoria, y les voy a leer de Jinba-Ittai. Bueno, el accidente fue automovilístico y era un Mazda deportivo MX-5. Mazda tiene esta filosofía, no sé si has visto los comerciales de Mazda, pero son: está el carro y el fulano así agarrando la palanca de los cambios y va así veloz. Y en Japón tienen este concepto del jinete y su caballo, si has visto los jinetes que van en el caballo, que es una imagen de lo medieval, y los japoneses también tienen, es un deporte, pero en japonés es Jinba-Ittai, según Mazda, porque la Mazda utiliza esa metáfora para hablar del coche y el hombre en el siglo XX, XXI.

 

A mí se me vino esa idea y porque era un coche Mazda deportivo, todo lo que representa, bla, bla, bla, bla, bla. Ahí les va. 



pocas son las sensaciones que equiparan la

adrenalina de conducir un auto deportivo

pocas son las sensaciones que nos confronta hacia

una fuga feroz del cuerpo hacia adentro

pocos son los autos

deportivos

que rivalizan con el decorado hacia paredes 

menos textuales

pocas son las sensaciones que nos confronta hacia

una fuga feroz del cuerpo

hacia adelante el auto mismo

hacia paredes menos textuales


-


lo que nos confronta aquí

es la emoción diástole alegría

el movimiento

el lenguaje

no puede hacer sístole

la vaca que ronda que cruza al camino

la vaca sonríe al curvar la vuelta

el camino sístole el disparo sístole

veloz la fuga

la regresión eterna

hacia paredes menos textuales


-


dispárate a través y

se muere siempre afuera

y disfruta el placer de

se muere siempre afuera

afuera siempre afuera

el placer de no llegar

se muere siempre afuera

sonríe porque sí

se muere siempre

se muere siempre afuera


-


pocas son las sensaciones que equiparan la

impotencia de ver un cuerpo disparado hacia

adelante en la fuga feroz del cuerpo expulsado

desde un coche

porque sí

sonreír es imposible


-


pocas son las sensaciones que equiparan al cuerpo

en la fuga feroz regresiva decorada y abismal

al ver el cuerpo expulsado por un coche

el cuerpo del padre que deja de ser hijo

para que el hijo hable inicialmente:


-


hermoso es el hombre en su auto deportivo


algo se escuchó por dentro carcasa

algo se quebró por dentro

algo delicado expiró sin risas en la invertida sala

de partos

algo se desliza por la borrachera o el pavor


¿se acuerda doctor que casi se le escapó un niño

entre los dátiles de aquella navidad?


candiles

quirófanos

declarantes

civiles con sus cráneos niponizados en las

defensas de sus otros coches

bultos sonoros cartilaginosos siempre


-


me lo merecía

me dicen

me dirán que después de las audiencias

las risas de aquellos niños

me marchitan

la sala de partos invertida un agujero

detenido

frente a las otras defensas de los coches

traduciendo

no sabes lo que detona

no sabes

lo más lejano a la oscuridad


son las palabras del profeta escritas en los muros


-


al trabajar conjuntamente con la psicóloga decidí

con el pasado

ajustar la marcha

lanzar mis flechas


la muerte

ajustó la marcha

lanzó sus flechas

se lanzó


hermoso es el hombre en su auto deportivo


volé caí me resquebrajé

fue la diversión al conducir

como se muere siempre afuera


***


El resto de la conversación con Minerva Reynosa lo puedes escuchar en Spotify o Apple Music.


Si quieres saber cuándo sale el próximo episodio, sigue a @jorge_kfgc en Instagram..
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