Sobre el 'Opio' de Rafael Chaparro

 Venga y le cuento | Por Tuto Flórez |


Opio: “Sustancia estupefaciente, amarga y de olor fuerte, que resulta de la desecación del jugo que se extrae de las cabezas de adormideras verdes.”


Opio en las nubes es el título que el escritor colombiano Rafael Chaparro Madiedo le da a su obra publicada en 1993, este libro es el reflejo de una sociedad de los años 80 en la capital de Colombia.  Obra narrada con una fascinante descripción analógica que sumerge al lector en una ciudad de olores, sabores y sentimientos. Esta obra, casi permite que la percepción sea tan aguda hasta el punto de entender la obra literaria como un diario de cada uno de los personajes que la cuenta. Como obra literaria que mantiene una estrecha cercanía entre el lector y el narrador de la historia, el propio nombre opio, definido por la real academia española como “Sustancia estupefaciente, amarga y de olor fuerte, que resulta de la desecación del jugo que se extrae de las cabezas de adormideras verdes.”, nos invita a pensar un libro que posiblemente hable de acontecimientos que puedan ser de alguna manera estupefacientes, amargos y de olor fuerte.

El capítulo Helga, la ardiente bestia de las nieves, es sin duda alguna, muestra de la poca importancia, en su mayoría, que se le da a el tiempo espacial y temporal dentro de la historia narrativa del libro, desde el inicio con “Era lunes. O tal vez martes, no puedo precisarlo.” Se entiende como el personaje que cuenta esta historia no es consiente del día de la semana en el que se encuentra, pero que está dispuesto a contar algo que para él tiene más importancia, le da prioridad a los recuerdos, olores y hasta a las palabras exactas que se le venían a la mente. Es tal vez de bastante atractivo este hecho debido a que en la época en la cual nos encontramos ahora, es de mayor importancia el lugar y momento en el cual se desarrollan los hechos que el momento mismo en esencia. Acaso no planeamos los momentos felices en las vacaciones a otro país como Australia o Estados Unidos, sabemos el día la hora y el lugar en el cual tendremos la felicidad. Pero en este libro ese lugar, día y hora no tienen fecha de vencimiento alguna.

Tal vez el hecho de la representación en personajes jóvenes hace que la historia se sienta más duradera en el momento, de disfrutar la vida en el aquí y el ahora sin preocuparse de los prejuicios sociales. Más preocupados por los sentimientos pero no mucho por el futuro de sus vidas, se hace evidente en frases de inconformidad tales como “esto es mucha mierda”. Frases que evocan tras una lectura más detallada, a una sociedad de música rock, el sexo y porque no, la derrota como forma de vida. El alcohol y las drogas como alternativa a la vida que realmente vivían, denota una sociedad de tal vez muchas problemáticas, pero a un mismo tiempo sugiere una forma de representar el disfrute en el momento que muy posiblemente se vuelva recuerdo.

Y eran aquellos recuerdos que se volvían más rutinarios los que nos cuenta en la historia; el hecho de ir al puerto los domingos a ver los barcos blancos no parecería tener trasfondo; pero es lo que acompaña a esos días domingo lo que realmente hace que este recuerdo tome sentido. La rutina, la compañía y el “olor a hojas secas que tenía la ciudad” parecían contrastar perfectamente con el hecho de que “Amarilla […] no soportaba los domingos sin alcohol”. El simple hecho de hacer que un domingo sea símbolo de desahogo de lo que sería un olor a tristeza reflejado en el cielo y en los atardeceres, hace que el hecho de tomar todos los domingos tenga un significado más allá del simple hecho de tomar, tomar seria entonces, el recurso para hacer más llevaderos esos días tristes y grises. 


Tal como si se tratase de un cortometraje la historia se cuenta sin pausa, se ve la rapidez de la historia, o tal vez la pausa en los detalles que el lector le quiera apropiar al texto. Es notable como la falta de signos de puntuación emerge en gran manera al lector, a su interpretación, creando una interacción entre las palabras que salen desde la boca de la persona que narra la historia hasta la imagen que nos hacemos en nuestras cabezas. La falta de pausas puede ser o símbolo de un momento que transcurre rápidamente, o un efecto colateral del alto grado de embriagues que tiene quien escribe; como sea que se maneje la idea se trata ante todo, de una interpretación abierta que el lector puede hacer al texto. 

Esta pirotecnia verbal se entremezcla en cada uno de los momentos de la obra, en cada capítulo, que aunque no parece guardar conexión nos remonta gradualmente hacia un hilo conductor común, el del vértigo que produce la velocidad, velocidad al pensar, hilvanar ideas, armar frases y volver a expresar, esa pirotecnia, se presenta en la construcción de Helga, mujer bella y bellaca que sin ser el centro de esta historia de ese capítulo, remite un recuerdo, que nos transporta hacia una descripción, que emana de un olor, y de nuevo el autor y el lector se funden en un solo acto, cuando se desvanecen las fronteras entre lo leído, el contenido, quien ha escrito y quien hace el ejercicio de leer mismo, como es entonces que Helga se transforma en  la ardiente bestia de las nieves, suposiciones es todo lo que nos queda para señalar y tratar de interpretar posibles soluciones a tan extraña pregunta, Helga es ardiente por su naturaleza, Helga evoca solo una imagen, es una fotografía, es una mujer de revista o de portada según la fecha, es solo parte del imaginario erótico de los tres personajes en el capítulo, por ello mismo es ardiente, pues los remite hacia la figura femenina, les permite explorar la sutileza de la mujer desde sus curvas, de sus protuberancias y su cadencia así sea sólo imaginaria; Helga es solo un nombre para una figura, pero también habla de nieves tal vez por la región de la que procede la revista o tal vez, porque se entremezcla con otros recuerdos y otros olores, tal vez con los del personaje de vainilla, aquella chica que hace pensar y divagar al protagonista, aquella chica que siempre pide helado de ron con pasas, que acaso a los helados también no se les suele decir nieve que a lo mejor el mismo Chaparro, como creador de este mundo literario no puedo escribir vainilla la que siempre pide nieves en lugar de helado, como quiera que sea este juego ideonómico, esta ductilidad semántica nos remite a autores como Gonzalo Arango o Andrés Caicedo, si podemos especular, la obra de Rafael Chaparro, es más cerca al llamado movimiento nadaista en Colombia o la  generación beat de Estados Unidos con Jack Kerouac, William Burroughs, Allen Ginsberg o el propio Charles Bukowski, y como no habríamos de asociar a dichos autores con la obra de Chaparro, con este capítulo de Helga, si se condensa justamente la vertiginosidad del pensamiento, la celeridad en la percepción, que se sale de los estándar, de los llamados parámetros de la escritura convencional, decir nadaísmo o decir generación beat, es casi expresar lo mismo, pero en diferentes latitudes, el Norte y el Sur se encuentran en una amalgama literaria, en la que surge a flote una escritura muy particular.

La forma de ver, sentir y expresar la ciudad en este tipo de literatura me recuerda a la pirotecnia verbal que en su época hizo el propio Andrés Caicedo en su obra Cali-Calabozo, que mejor que resaltar un pequeño fragmento del cuento titulado Infección, que compone la obra de Caicedo en mención, cita:
“Odio la Avenida Sexta por creer encontrar en ella la bienhechora importancia de la verdadera personalidad. Odio el club campestre por ser a la vez un lugar estúpido, artificial e hipócrita. Odio el teatro Calima por estar siempre los sábados llenos de gente conocida. Odio al muchacho contento que pasa al lado, perdió al fin del año cinco materias, pero eso no le importa, porque su amiga se dejó besar en su propia cama. Odio a todos los maricas por estúpidos en toda la extensión de la palabra. Odio a mis maestros y sus intachables hipocresías. Odio las malditas horas de estudios por conseguir una buena nota. Odio a todos aquellos que se cagan en la juventud todos los días). [1]

Se trata en los propios términos de los personajes del capítulo de Helga, la ardiente bestia de las nieves, de “Palabras acuáticas, liquidas y Húmedas” Pág. 60.
Palabras que por su naturaleza dan cuenta de cómo, cita:  

“LOS OLORES SON ESE TEJIDO INVISIBLE QUE CONECTA TODOS LOS RECUERDOS Y LOS DÍAS”. [2]





[1] Tomado de: Cali Calabozo, de Andrés Caicedo Estela, Editorial Norma. 2003. Hipertexto, disponible en http://books.google.com.co/books?id=YPp8LVycD8UC&printsec=frontcover&hl=es&source=gbs_ge_summary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false

[2] Tomado de: Opio en Las Nubes. Rafal Chaparro Madiedo. Pág. 62.
Disponible en: http://www.slideshare.net/LuisaRueda2/opio-en-las-nubes-13166026

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El autor: Tuto Flórez, nacido en el departamento de Santander, en la caótica y convulsionada, pero hermosa tierra del suramericano país llamado Colombia. Melómano consumado, amante del rock, de la música hecha con sentido, sobre todo de los años noventa y la cultura underground. Cinéfilo por convicción. Crecí entre los textos, de Henry Miller, Charles Bukowski, Allan Stewart Königsberg más conocido como Woody Allen, H. P: Lovecraft y Allen Ginsberg. tuto201333

Seguiremos esperando a Superman


Por Rocío Hernández Carrillo |


¿Cuántas veces has escuchado alguna variante de la frase “Estudia para ser alguien en la vida”? Al menos yo, sí he crecido con muchas frases de este tipo pero, ¿y si te dijeran que muchas de las escuelas en realidad son fábricas de fracaso donde sólo un bajo porcentaje de los egresados están capacitados para iniciar una licenciatura?


“Waiting for Superman” es un documental dirigido por Davis Guggenheim (ganador del Óscar por Una verdad inconveniente) y nos habla sobre la baja calidad de la educación pública en los Estados Unidos, donde nos plantea los principales factores que la tienen estancada y las estrategias que se han llevado a cabo para levantarla. Nos da cifras bastante duras y el panorama de la educación a través de las historias paralelas de cinco niños prometedores que en un futuro se enfrentarán a los obstáculos del sistema educativo de su país.


El documental tiene muchos puntos importantes, el principal es que en Estados Unidos la escuela pública está fallando mucho a pesar de todas las políticas que se han implementado para mejorarla, nos presenta a algunos personajes que se han propuesto cambiar esta situación, todos ellos tienen algo en común, son vencidos por el sistema que pretenden derrocar; entre sus principales enemigos se encuentran los sindicatos que a veces, en vez de ayudar, parecen ser un grave problema social.


Este peligroso sistema de educación tiene a los niños estadounidenses en los puestos más bajos en las estadísticas de matemáticas y ciencias de los países desarrollados. Este sistema ha convertido a las escuelas públicas en fábricas de desertores, que a pesar del constante aumento en el gasto educativo, no parece que vaya a cambiar, pues sólo un bajo porcentaje de estos niños demuestra tener habilidades en matemáticas. Los lugares con menos recursos de Estados Unidos tienen las cifras más altas en deserción, la mayoría son chicos sin aspiraciones ni metas, son muy pocos los que logran terminar la preparatoria y ni hablar de los que llegan a la universidad, tristemente la mayoría de los que no pudieron acceder a una licenciatura terminan en la correccional.


También nos muestra qué son las charter schools, escuelas públicas que tienen un alto nivel educativo donde ingresar es muy difícil por la larga fila de solicitantes. Para elegir a los de nuevo ingreso someten a los aspirantes a un sorteo, que en mi opinión es un tanto inhumano, ya que tener educación de calidad no debería ser cuestión de suerte. Cualquiera podría pensar que el documental está en contra de la escuela pública, pero no creo que sea así; simplemente es una realidad que enfrentan muchos países. La educación privada muchas veces nos ofrece mayores oportunidades para nuestro futuro porque el número de escuelas públicas de calidad es muy pequeño, o al menos así sucede en México y Estados Unidos, aunque no en todos los niveles educativos.


Hay muchas personas interesadas en cambiar esta situación; profesores preocupados por sus alumnos, padres preocupados por sus hijos, alumnos preocupados por su futuro, pero también esta preocupación es fugaz; un día pensamos que todo está mal, que el sistema debe cambiar y al siguiente somos nosotros mismos los actores principales de la película “La educación que merecemos” producida por “El sistema que nos quiere idiotas films” y dirigida por “nuestra flojera infinita”.


El sistema educativo estadounidense tiene muchas cosas en común con las fallas del sistema educativo mexicano, con la diferencia de que nuestro país está en los puestos bajos de la lista de países en vías de desarrollo. Cambiar las cosas no depende sólo de profesores y estudiantes, es un asunto de gobierno, directivos, padres y alumnos, todos deben actuar con decisiones firmes y asumiendo las obligaciones que les corresponde, cada uno debe asumir su papel y sólo así se logrará un cambio.


Pero mientras, cada uno puede hacer lo suyo y sobresalir ante los demás, pues el rezago educativo seguirá ahí, destruyendo naciones y creando personas mediocres. Porque nadie hará nada por nosotros, ni siquiera Superman.

Charles Baudelaire y su jardín maldito

Obra gráfica de Fiona Morrison para Las flores del mal (Vaso Roto).

 

 Charles Baudelaire, el máximo exponente del simbolismo


Hace 194 años nació Charles- Pierre Baudelaire, considerado como uno de los máximos exponentes del simbolismo e iniciador de la poesía moderna, Hijo del ex sacerdote Joseph –Francois Buadelaire y Caroline Dufayis, nació en París el 9 de abril de 1821, su padre falleció el 10 de febrero de 1827 y su madre se casó al año siguiente con el militar Jacques Aupick; Baudelaire nunca aceptó a su padrasto como figura paterna y tuvo conflicto familiares con él, durante su infancia y adolescencia.

En el año de 1831, se trasladó junto con su familia a Lyon y en 1832 ingresó al Colegio Real, donde estudio hasta el año de 1836, año en que regresaron a París donde continuó sus estudios en el Liceo Louis-le- Grand y fue expulsado por indisciplina en el año de 1839 , más tarde se matriculó en la Facultad de Derecho de la Universidad de París, y se introdujo en la vida bohemia, conociendo autores como G de Nerval y H. De Balzac y poetas jóvenes del Barrio Latino, durante esa época conoció a Sarah Louchette, una prostituta que se convirtió en su fuente de inspiración para algunos de sus poemas , y la misma que le contagió de sífilis enfermedad que años más tarde acabaría con su vida.

Aupick su padre adoptivo, se encontraba descontento con la vida liberal y a menudo libertina que llevaba el joven Baudelaire, lo envió a un largo viaje con el objeto de alejarlo de sus nuevos hábitos y embarcó el 9 de junio de 1841 rumbo a la India, pero luego de una escala en la isla Mauricio, regresó a Francia, se instaló de nuevo en la capital y volvió a sus antiguas costumbres desordenadas. Siguió frecuentando los círculos literarios y artísticos y escandalizó a todo París con sus relaciones con Jeanne Duval, la hermosa mulata que le inspiraría algunas de sus más brillantes y controvertidas poesías.

Como ya era mayor de edad, reclamó la herencia paterna, pero su vida de dandy le hizo dilapidar la mitad de su herencia, lo que indujo a sus padres a convocar un consejo de familia para imponerle un tutor judicial que controlara sus bienes. El 21 de septiembre de 1844 la familia designó un notario para administrar su patrimonio y le asignó una pequeña renta mensual, situación que profundizó sus conflictos familiares.

A principios de 1845 empezó a consumir hachís y se dedicó a la crítica de arte, publicando Le Salon de 1845, un ensayo elogioso sobre la obra de pintores como Delacroix y Manet, entonces todavía muy discutidos. Ante los primeros síntomas de la sífilis y en medio de una fuerte crisis afectiva, intentó suicidarse el 30 de junio de ese año.

En el año de 1846 publicó Le Salon y colaboró en revistas con artículos y poemas. Buena muestra de su trabajo como crítico son sus Curiosidades estéticas, recopilación póstuma de sus apreciaciones acerca de los salones, al igual que El arte romántico (1868), obra que reunió todos sus trabajos de crítica literaria.

Además fue pionero en el campo de la crítica musical, donde destaca sobre todo la opinión favorable que le mereció la obra de Wagner, que consideraba como la síntesis de un arte nuevo. En literatura, los autores Hoffmann y Edgar Allan Poe, del que realizó numerosas traducciones (todavía las únicas existentes en francés), alcanzaban, también según Baudelaire, esta síntesis vanguardista; la misma que persiguió él mismo en La Fanfarlo (1847), su única novela, y en sus múltiples esbozos de obras teatrales.

Para el año de 1856 el 30 de diciembre Baudelaire había vendido al editor Poulet-Malassis un conjunto de Poemas, bajo el título “Las flores del mal” poemas que trabajo minuciosamente durante ocho años y que marcaron un hito en la poesía francesa, el poemario se presentó hasta el 25 de junio de 1857 y provocó escándalo entre algunos críticos. Gustave Bourdin, en la edición de Le Figaro del 5 de julio, lo consideró un libro “lleno de monstruosidades”, y once días después la justicia ordenó el secuestro de la edición y el proceso al autor y al editor, quienes el 20 de agosto comparecieron ante la Sala Sexta del Tribunal del Sena bajo el cargo de «ofensas a la moral pública y las buenas costumbres». Sin embargo, ni la orden de suprimir seis de los poemas del volumen ni la multa de trescientos francos que le fue impuesta impidieron la reedición de la obra en 1861. En esta nueva versión aparecieron, además, unos treinta y cinco textos inéditos.

Las flores del mal está dividido en seis secciones: Spleen e Ideal, Cuadros parisienses, El vino, Flores del mal, Rebeldía y La muerte, donde le autor muestra el riguroso dibujo de un poema que ilustrase la historia de un alma en sus sucesivas manifestaciones.

Baudelaire pronunció una serie de conferencias en Bélgica (1864), adonde viajó con la intención de publicar sus obras completas, aunque el proyecto naufragó muy pronto por falta de editor, lo que lo desanimó sensiblemente en los meses siguientes. La sífilis que padecía le causó un primer conato de parálisis (1865), y los síntomas de afasia y hemiplejía, que arrastraría hasta su muerte, aparecieron con violencia en marzo de 1866, cuando sufrió un ataque en la iglesia de Saint Loup de Namur, donde se le trasladado urgentemente a una clínica de París, y permaneció sin habla pero lúcido hasta su fallecimiento. Charles Baudelaire es considerado el padre, o, mejor dicho, el gran profeta, de la poesía moderna. (Vía Siempre!)



La gracia y el abismo

La primera edición de 'Las flores del mal' de Baudelaire en 1857, ocasionó un proceso judicial que acabó en condena y escándalo
 
Algunos hechos marcaron para siempre la vida de Baudelaire (1821-1867) y, sin duda, contribuyeron a que forjara una visión sombría de la existencia que, a su vez, penetró en todos los intersticios de su poesía. Se quedó huérfano de padre a los 6 años y, a partir de entonces, estableció una profunda e intensa relación con su madre que duró hasta que esta decidió casarse de nuevo. Este hecho supuso para él el fin del idilio, cuyo causante fue su padrastro, al que vio, sin duda, como el peor ladrón, el intruso más intolerable, el más bárbaro Atila que arrasó con su infancia dorada e irrecuperable.

A partir de aquí empieza el descalabro, la mala vida, el lujo inmoderado, los burdeles oscuros, la bohemia de altura, el dandismo más exaltado y la poesía más original, descarnada, profunda y anhelante que quepa imaginar. Se puede decir que de esa grieta existencial incurable nació el remedio doloroso de su poesía, que empezó a escribir pronto, “con paciencia y con furia”, y a la que le puso distintos títulos —Las Lesbianas, Los limbos— hasta de que acabara siendo Las flores del mal.

La primera edición tuvo lugar en 1857, con el consiguiente proceso judicial que acabó en condena y escándalo. Baudelaire tuvo que quitar seis poemas de su libro en la reedición de 1861, entre ellos el magnífico Mujeres condenadas (es decir, lesbianas), por no hablar del portentoso Una mártir, que termina de una manera tan escabrosa que, sin duda, tuvo que horrorizar a los jueces que lo condenaron. Estos poemas excluidos reaparecieron en la edición de 1866, hecha en Bruselas por el gran escudero del poeta, su editor Auguste Poulet-Malassis. A esta edición le siguió la de 1868, ya póstuma y con nuevos añadidos a los que ya se habían producido en la 2ª edición, la de 1861.

La traducción y la edición que celebramos ahora se apoya en esas dos ediciones, la del 61 y la del 68. El diseño como tal es rompedor, atrevido, fantasioso y recuerda a una caja multicolor, con los bordes (el canto) rojos, en cuyo interior se encuentra ¡ese regalo, esa joya!, los poemas gloriosos de Baudelaire. El diseñador es Quim Díaz y la fotógrafa, Fiona Morrison, autora de las fotos que entrelazan la figura mayéstatica y dandística de Baudelaire, junto con unas floraciones multicolores que expanden la mirada del poeta a ¿sus paraísos artificiales?

Y luego está la traducción del citado Manuel J. Santayana, que ha apostado por la métrica y la rima más estrictas. Para calibrar esa audaz opción —llenas de peligros— hay que mirar los resultados y los resultados son excelentes, con muchos aciertos brillantes, con un respeto escrupuloso por el sentido del original, con muy pocas cabriolas —o ninguna— que lo desfiguren en favor de las geniales ocurrencias del traductor de turno.

Su patrón métrico básico es el alejandrino, siguiendo al alejandrino francés, pero también usa el endecasílabo, el heptasílabo, el eneasílabo, siempre según la pauta marcada por el original. A este estricto rigor métrico se suman las rimas, siempre consonantes, con una disposición que calca la del poema baudelairiano. El esfuerzo es, sin duda, titánico y los resultados son regularmente buenos, sin los temibles ripios al acecho, o esas otras componendas ridículas que, para facilitar la rima, se convierten en horrísonas patochadas, que afectan tanto al sonido como al sentido. Poemas fabulosos como Moesta et Errabunda (Tristes y errantes), La campana quebrada, Paisaje, Las viejecitas, A una que pasaba o El cisne —entre otros— están fenomenalmente traducidos y suenan muy bien cuando se leen en voz alta.

A veces resuena Rubén Darío, o a cualquiera de sus discípulos hispanos, como en este fragmento del poema La Belleza: “Yo reino en el azur, esfinge postergada;/mi blancura es de cisne y mi corazón, nieve;/porque enreda las líneas, odio lo que se mueve/y no río jamás y no lloro por nada”. Otras, sin más, se oye, en español —¡milagro de las buenas traducciones!—, esa voz baudelairiana del desgarro moderno, como ocurre en el maravilloso A una que pasaba: “Un fulgor…¡y la noche! Fugitiva beldad,/cuyo mirar me ha hecho nacer una vez más,/¿no te veré ya nunca, sino en la Eternidad?"/Lejos de aquí! ¡Muy tarde! ¡Quién sabe si jamás!/Pues tú ignoras mi rumbo, yo no sé adónde irías,/¡tú, a quien yo hubiera amado, oh tú, que lo sabías!”.

Cada época debe traducir a los grandes de otras lenguas para sentirse viva. Este Baudelaire vive a lo grande en español. ¡Bienvenido sea!

Ángel Rupérez. Escritor y crítico literario.

A 126 años de Gabriela Mistral

 
Hace 126 años nacía en Vicuña, Provincia de Elqui, Región de Coquimbo (Chile), Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga, mujer que pasaría a la historia de las letras bajo el seudónimo de Gabriela Mistral, única latinoamericana premiada con el Premio Nobel de Literatura, galardón con el que fue distinguida en 1945, el mismo año en el que el mundo ponía el punto final a seis años de la barbarie que supuso la II Segunda Guerra Mundial.


Gabriela Mistral tomó su nombre artístico de sus dos grande pasiones: la naturaleza y la poesía. Ella misma contó que nació de la admiración que sentía por el autor de Mireya, Federico Mistral. También por el viento, el mistral, que azotaba los campos y barría las nubes al sur de Francia, tal y como recoge Francisco Fernández del Riego en un artículo publicado en las páginas de La Voz.


Gabriela Mistral fue la hija de un profesor, que a pesar de haber abandonado el hogar cuando ella solo tenía tres años, Mistral lo defendió, e incluso confesó que unos versos que encontró en un «papelito» firmados por él despertaron su «pasión poética».



En 1904 Gabriela Mistral empezó a trabajar como profesora en la Escuela de la Compañía Baja en La Serena y a publicar artículos, en calidad de colaboradora, en los diario locales El Coquimbo y La Voz de Elqui. Cuatro años más tarde se dedicó a la enseñanza en La Cantera, y después, en Los Cerrillos.

En 1914 logró su primer premio con Sonetos de la Muerte, que conquistó al jurado de los Juegos Florales, fecha desde la que empezó a utilizar el seudónimo de Gabriela Mistral. Tres años más tarde Gabriela Mistral ya aparece dentro de Selva Chilena, la antología poética de Chile más importante hasta la fecha, aunque bajo el nombre de Lucila Godoy. Parece que la última vez que empleó el mismo. Desde entonces, no paró de conseguir galardones en el mundo de las letras.

La condición humilde de su familia le privó de haber estudiado magisterio, pero mediante una convalidación de sus conocimientos logró el título oficial de Profesora de Estado, y por tanto, la capacidad para dar clases en nivel de secundaria. Trasladada a Santiago, y oposición mediante, logró el puesto de directora del Liceo Nº 6 de la capital del país, aunque parece que no fue bien recibida por su «falta de estudios».

En 1923 fue contratada por el Gobierno de México para formar parte de un equipo que sentó las bases para una reforma universitaria en el país, modelo que medio siglo más tarde permanece vigente. Viajó por Europa y Estados Unidos interesándose por los distintos sistemas educativos. A su regreso a Chile, Gabriela Mistral tuvo que salir del país apresuradamente debido a la tensa e inestable situación política que se vivía. A partir de 1933 fue cónsul de su país en distintas ciudades, tanto europeas como de América Latina. También en Nueva York, en donde mantuvo una estrecha relación con la escritora estadounidense Doris Dana.


Gabriela Mistral falleció en 1957 a los 67 años. En su testamento ordenó que todo el dinero recaudado por las ventas de sus obras en América Latina debía destinarse a los niños más desfavorecidos de Montegrande, y la recaudación de las ventas en el resto del Mundo, en beneficio de los niños pobres del resto del país.


Desde junio de 1981 la imagen de Gabriela Mistral aparece en los billetes de 5.000 pesos chilenos. Este martes Google le dedica el doodle a la escritora chilena más celebrada de la historia. Y hasta el momento, la única que ha logrado el Nóbel de Literatura en lengua castellana.  (Vía La Voz de Galicia)

 

Dame la mano y danzaremos...



«Dame la mano y danzaremos, 
dame la mano y me amarás. 
Como una sola flor seremos, 
como una flor, y nada más. . .
El mismo verso cantaremos, 
al mismo paso bailarás. 
Como una espiga ondularemos,
como una espiga, y nada más.
Te llamas Rosa y yo Esperanza, 
pero tu nombre olvidarás, 
porque seremos una danza 
en la colina y nada más...»

Festival Internacional de Cine de la UNAM llega a Aguascalientes





Desde su primera edición en 2011, el Festival Internacional de Cine UNAM se ha distinguido por incluir en su programación películas que normalmente se encuentran fuera del circuito comercial. Alrededor del 95% de los trabajos que se proyectan —documental, ficción e híbridos— no cuentan con el apoyo de una distribuidora en México. Por tanto, el Festival no sólo funciona como una importante ventana de exhibición en el país para películas independientes, sino como un espacio abierto a la investigación y exploración académica del cine.


Aunque quizá lo que principalmente distingue al FICUNAM de otros festivales de cine en México es el minucioso cuidado que tienen los programadores al realizar la selección de los trabajos, pues ésta no se respalda únicamente por su categoría, es decir, por ser documentales o cortometrajes, sino que favorece el corte autoral independiente, además de la propuesta narrativa y los modelos de producción de cada pieza.



La Gira FICUNAM es un ciclo itinerante de cine conformado por películas representativas de la programación del Festival Internacional de Cine de la UNAM. A través de la Gira, el festival lleva lo mejor de su programación a otros estados de la república.


Para Aguascalientes, la selección incluye largometrajes y cortometrajes que estuvieron participando en la quinta edición del festival, realizada precisamente en este año 2015, dentro de diferentes secciones como: Competencia internacional, Ahora México, Aciertos. Encuentros de escuelas de cine, y El porvenir.


Algunos de los filmes que se proyectarán fueron galardonados dentro del festival, como es el caso de “Cuento proletario de invierno” que obtuvo el Premio del Público, “La corte” fue acreedora de Mención Especial en la sección Competencia Internacional, “El regreso del muerto” que ganó el premio Puma México, y “La despedida” que fue distinguido como Mejor cortometraje.



Programa del 6 al 10 y del 13 al 17 de abril
Universidad Autónoma de Aguascalientes -Auditorio Dr. Pedro de Alba.
Funciones: 5:00 y 7:00 p.m.
Acceso sin costo






101 años de Octavio Paz, 101 frases



Para celebrar 101 años del nacimiento de Octavio Paz, te presentamos 101 frases que describen la vida del escritor mexicano, desde su infancia, sus amores, y su curiosidad por la chingada y la "inmortalidad" que le dieron el premio Nobel de literatura.


La familia

1. Mis palabras, al hablar de la casa, se agrietan. Cuartos y cuartos habitados sólo por sus fantasmas, sólo por el rencor de los mayores habitados. Familias, criaderos de alacranes: como a los perros dan con la pitanza vidrio molido, nos alimentan con sus odios y la ambición dudosa de ser alguien. (Poema Pasado en claro)

2. En Mixcoac, pueblo de labios quemados, sólo la higuera señalaba los cambios del año. La higuera, seis meses vestida de un sonoro vestido verde y los otros seis carbonizada ruina del sol de verano. (en el poema La higuera incluído en Águila o sol, Paz hace referencia al pueblo donde vivió su niñez en la Ciudad de México)

3. Mi madre, niña de mil años, madre del mundo, huérfana de mí, abnegada, feroz, obtusa, providente, jilguera, perra, hormiga, jabalina, carta de amor con faltas de lenguaje, mi madre: pan que yo cortaba con su propio cuchillo cada día. (Poema Pasado en claro)

4. Del vómito a la sed, atado al potro del alcohol, mi padre iba y venía entre las llamas. Por los durmientes y los rieles de una estación de moscas y de polvo una tarde juntamos sus pedazos. (Entre los recuerdos que plasma Paz en Pasado en claro no podía faltar la muerte de su padre quien sufría de alcoholismo)

5. Mi abuelo, al tomar el café, me habla de Juárez y de Porfirio, los zuavos y los plateados. Y el mantel olía a pólvora. Mi padre, al tomar la copa, me habla de Zapata y de Villa, Soto y Gama y los Flores Magón. Y el mantel olía a pólvora. (Poema Interminencia del oeste. Octavio Paz era nieto de Irineo Paz, periodista muy cercano al gobierno de Porfirio Díaz)


La escencia del mexicano en Paz

En 1950, Octavio Paz publicó su ensayo El laberinto de la soledad en el que se adentra al pensamiento y la identidad del mexicano, y que a través de los años continúa siendo un referente en las obras del escritor: 
6. Un poeta me dijo algo muy divertido: que yo había escrito una elegante mentada de madre contra los mexicanos (en Vuelta a El laberinto de la soledad).

7. Nuestro culto a la muerte es culto a la vida, del mismo modo que el amor que es hambre de vida es anhelo de muerte.

8. El mexicano puede doblarse, humillarse, "agacharse" pero no "rajarse", esto es, permitir que el mundo exterior penetre en su intimidad.

9. Su inferioridad (de la mujer mexicana) es constitucional y radica en su sexo, en su "rajada", herida que jamás cicatriza.

10. La imagen del padre se bifurca en la dualidad de patriarca y de macho. El patriarca protege, es bueno, poderoso, sabio. El macho es el hombre terrible, el chingón, el padre que se ha ido, que ha abandonado a la mujer e hijos. La imagen de la autoridad mexicana se inspira en estos dos extremos: el Señor Presidente y el Caudillo.

11.
 Toda la historia de México desde la Conquista hasta la Revolución puede verse como una búsqueda de nosotros mismos, deformados o enmascarados, con instituciones extrañas y de una forma que nos exprese.

12. La mexicanidad es una manera de no ser nosotros mismos, una reiterada manera de ser y vivir otra cosa.

13. La muerte mexicana es el espejo de la vida de los mexicanos. Ante ambas el mexicano se cierra, las ignora.

14. Los campesinos son cultos aunque sean analfabetos. Tienen un pasado, una tradición, unas imágenes (en Vuelta a El laberinto de la soledad).

15. En México el poder es más codiciado que la riqueza. Si es usted millonario, le será difícil —casi imposible— pasar de los negocios a la política. En cambio puede usted pasar de la política a los negocios.

16. Viejo o adolescente, criollo o mestizo, general, obrero o licenciado, el mexicano se me aparece como un ser que se encierra y se preserva: máscara el rostro y máscara la sonrisa. 

17. La resignación es una de nuestras virtudes populares. Más que el brillo de la victoria nos conmueve la entereza ante la adversidad.

18. El cristianismo condena al mundo; el indio sólo concibe la salvación personal como parte de la del Cosmos y de la sociedad.


Sobre la chingada…

19. ¡Viva México, hijos de la Chingada! Verdadero grito de guerra, cargado de una electricidad particular, esta frase es un reto y una afirmación, un disparo dirigido contra un enemigo imaginario, y una explosión en el aire.

20. El que chinga jamás lo hace con el consentimiento de la chingada.

21. Es un verbo masculino, activo, cruel: pica, hiere, desgarra, mancha … lo chingado es lo pasivo, lo inerte, lo abierto.

22. Para el mexicano la vida es una posibilidad de chingar o de ser chingado.

23. El Macho es el gran Chingón. Una palabra resume la agresividad, impasibilidad, invulnerabilidad, uso descarnado de la violencia…


Un poeta

24. Insiste, vencedora/ porque tan sólo existo porque existes, / y mi boca y mi lengua  se formaron / para decir tan sólo tu existencia. (Un poema de Paz dedicado a La poesía)

25. Antes sólo la muerte me había parecido tan rotunda tan totalmente ella misma, quizá porque en lo que llamamos vida hay siempre trozos y partículas de no-vida (en el poema Trabajos del poeta de Águila o sol)

26. La nube preñada de palabras viene dócil y sombría, a suspenderse sobre mi cabeza, balanceándose, mugiendo como un animal herido.

27. Lo más fácil es escribir una palabra. A veces los fragmentos siguen viviendo con vida frenética, feroz, monosilábica.

28. Vómito de palabras, purgación del idioma infecto, comido y recomido por unos dientes cariados, basca donde nadan trozos de todos los alimentos que nos dieron en la escuela y de todos los que, solos o en compañía, hemos masticado desde hace siglos.

29. Abolida la distancia entre el hombre y la cosa, nombrar es crear, e imaginar, nacer (en Un poeta de Águila o sol)

30. En las aguas heladas del cálculo egoísta, eso es la sociedad, por eso el amor y la poesía son marginales (en Vuelta a El laberinto de la soledad).

31. El escritor debe soportar la soledad, saberse un ser marginal. Que los escritores seamos marginales es más una condenación que una bendición.

32. Para mí la poesía y el pensamiento son un sistema de vasos comunicantes. La fuente de ambos es mi vida; escribo sobre lo que he vivido y vivo (en La llama doble).

33. La poesía nos hace tocar lo impalpable y escuchar la marea del silencio cubriendo un paisaje devastado por el insomnio (en La llama doble).

34. La relación entre erotismo y poesía es tal que puede decirse, sin afectación, que el primero es una poética corporal y que la segunda es una erótica verbal.

35. Cada poema es único. En cada obra late, con mayor o menor grado, toda la poesía. Cada lector busca algo en el poema. Y no es insólito que lo encuentre: Ya lo llevaba dentro.

36. Escribí poemas, no poesía, porque se puede discutir interminablemente sobre la segunda mientras que no es difícil convenir en el significado de la palabra poema: un objeto hecho de palabras, destinado a contener y secretar una substancia impalpable, reacia a las definiciones, llamada poesía (en La otra voz).

37. El acto mediante el cual el hombre se funda y revela a sí mismo es la poesía (en El arco y la lira).

38. La concepción de la poesía como magia implica una estética activa; quiero decir que el arte deja de ser exclusivamente representación y contemplación: también es intervención sobre la realidad. Si el arte es un espejo del mundo, ese espejo es mágico: lo cambia (en La casa de la presencia).

39. El árido mundo actual, el infierno circular, es el espejo del hombre cercenado de su facultad poetizante. Se ha cerrado todo contacto con esos vastos territorios de la realidad que se rehúsan a la medida y a la cantidad, con todo aquello que es cualidad pura, irreductible a género y especie: la substancia misma de la vida (en El arco y la lira).

40. El hombre quiere ser uno con sus creaciones, reunirse consigo mismo y con sus semejantes: ser el mundo sin cesar de ser él mismo. Nuestra poesía es conciencia de la separación y tentativa por reunir lo que fue separado.

41. La recitación poética es una fiesta: una comunión. Y lo que se reparte y recrea en ella es la imagen (El arco y la lira).

42. El poeta, el escritor, es el olmo que sí da peras (escribió Paz en el ensayo sobre Sor Juana Inés de la Cruz o Las trampas de la fe).

43. Un autor no leído es un autor víctima de la peor censura: la de la indiferencia. Es una censura más efectiva que la del índice eclesiástico.

44. Golpean mis pechos tus fantasmas, despiertas a mi tacto, hielas mi frente, abres mis ojos (La poesía)


Un hombre político… y el partido único

45. Lo que a mí me parece inaceptable es que un escritor o un intelectual se someta a un partido o a una iglesia (en Vuelta a El laberinto de la soledad).

46. (En México bajo el régimen del PRI) Ha habido violencia estatal y violencia popular, pero nada parecido al terrorismo ideológico del nazismo y el bolchevismo.

47. Los presidentes mexicanos son dictadores constitucionales, no caudillos.

48. Las revoluciones son las encarnaciones modernas del mito del regreso a la edad de oro.

49. El progreso ha poblado la historia de las maravillas y los monstruos de la técnica pero ha deshabitado la vida de los hombres. Nos ha dado más cosas, no más ser (en Postdata de El laberinto de la soledad).

50. Ni el temple del pueblo mexicano es revolucionario ni lo son las condiciones históricas del país. Nadie quiere una revolución sino una reforma: acabar con el régimen de excepción iniciado por el PNR hace 40 años. (en Vuelta a El laberinto de la soledad)

51. Una reacción exagerada o excesiva delata, en cualquier organismo vivo, miedo e inseguridad; y la esclerosis no sólo es signo de vejez sino de incapacidad para cambiar (escribe Paz sobre la matanza de estudiantes en Tlatelolco ordenada por el gobierno mexicano en 1968 en Postdata de El laberinto de la soledad).

52. La enajenación consiste, fundamentalmente, en ser otro dentro de uno mismo. Esa enajenaciones el fondo de la naturaleza humana y no de la sociedad de clases. (en La vuelta a El laberinto de la soledad Octavio Paz reitera su posición lejana a la ideologías como el marxismo)

53. Nadie puede entender a México si omite al PRI.

54. Las masas humanas más peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del miedo… del miedo al cambio.

55. Ningún pueblo cree en su gobierno. A lo sumo, los pueblos están resignados.

56. La arquitectura es el testigo insobornable de una sociedad… las pirámides y templos mesoamericanos; las iglesias, conventos y palacios novohispanos; la chabacana y pesada arquitectura —megalomanía estatal y espíritu de lucro de la burguesía mexicana— del siglo XX.

57. Una sociedad sin imágenes es una sociedad puritana. Una sociedad opresora del cuerpo y de la imaginación.

58. Nuestro irreflexivo culto al progreso y los avances mismos de nuestra lucha por dominar a la naturaleza se han convertido en una carrera suicida (Aseguró el poeta mexicano al recibir el Premio Nobel de Literatura en 1990).

59. Defender a la naturaleza es defender a los hombres.


Un Octavio Paz "cósmico" que habla de la muerte y el tiempo

60. Prometo ser breve —aunque desde que el tiempo es elástico, me temo que van a escucharme por unos 180 muy largos segundos. (La figura del tiempo no podía quedar fuera del discuroso de Paz al recibir el Nobel de Literatura)

61. Al cabo de tantos años de vivir… aunque siento que no he vivido nunca, que he sido vivido por el tiempo, ese tiempo desdeñoso e implacable que jamás se ha detenido, que jamás me ha hecho una seña, que siempre me ha ignorado (en poema Antes de dormir de Águila o sol).

62. Así yo: no tengo nada que decirle al tiempo. Y él tampoco tiene nada que decirme.

63. La definición del hombre como un ser que trabaja debe cambiarse por la del hombre como un ser que desea (en Postdata de El laberinto de la soledad).

64. El sentimiento de soledad, nostalgia de un cuerpo del que fuimos arrancados, es nostalgia de espacio … ese espacio no es otro que el centro del mundo, el "ombligo" del universo. (El laberinto de la soledad)

65. Mejor ser lapidado en las plazas que dar vuelta a la noria que exprime la sustancia de la vida, cambia la eternidad en horas huecas, los minutos en cárceles, el tiempo en monedas de cobre y mierda abstracta (en poema Piedra del Sol).

66. Puerta del ser: abre tu ser, despierta/aprende a ser también, labra tu cara/trabaja tus facciones, ten un rostro/para mirar mi rostro y que te mire/para mirar la vida hasta la muerte. (en Piedra del Sol)

67. Dios existe. Y si no existe debería existir. Existe en cada uno de nosotros, como aspiración, como necesidad y, también como último fondo, intocable de nuestro ser.

68. La muerte es un espejo que refleja las vanas gesticulaciones de la vida. Toda esa abigarrada confusión de actos, omisiones, arrepentimientos y tentativas —obras y sobras— que es cada vida, encuentran en la muerte, ya que no sentido o explicación, fin. (El Laberinto de la soledad)

69. Los bichos de la tierra, entre las piedras, bajo la luz idéntica, eran piedras (en poema El pájaro).

70. La manifestación más pura e inmediata del tiempo es el ahora. El tiempo es lo que está pasando: la actualidad. (Paz sobre los simbolistas en Cuadrivio)

71. Perder nuestro nombre es como perder nuestra sombra; ser sólo nuestro nombre es reducirnos a ser sombra.

72. Es grande el cielo/y arriba siembran mundos/Imperturbable/prosigue en tanta noche/el grillo berbiquí (el poema que el escritor mexicano leyó en su discurso de recepción del Nobel en 1990).

73. El mito es un pasado que también es un futuro. Pues la región temporal en donde acaecen los mitos no es el ayer irreparable y finito de todo acto humano, sino un pasado cargado de posibilidades, susceptible de actualizarse (en El arco y la lira).

74. Cola de pavo real el universo entero/miríadas de ojos/en otros ojos reflejados/modulaciones reverberaciones de un ojo único/un solitario sol oculto/tras su manto de transparencias/su marea de maravillas. (Vrindaban, un poema lleno de elementos de la India donde Paz fue embajador de México en la década de 1960)

75. El hombre no es solamente fruto de la historia y de las fuerzas que la mueven … El hombre, me parece, no está en la historia: es historia (El laberinto de la soledad)

76. Todo es presencia, todos los siglos son este presente (el lema que se lee en la moneda conmemorativa que el gobierno mexicano emitió en 2010 en honor a Octavio Paz)

77. El hombre es un desterrado del fluir cósmico y de sí mismo (en El arco y la lira).

78. La memoria no es lo que recordamos, sino lo que nos recuerda. La memoria es un presente que nunca acaba de pasar.

79. El Nobel no es un pasaporte a la inmortalidad. La relativa inmortalidad de las obras literarias y artísticas la da la calidad (las palabras de Paz cuando supo que había ganado el premio Nobel de literatura en 1990)


El sexo, el amor y el erotismo

80. Mis primeros poemas fueron poemas de amor y desde entonces este tema aparece constantemente en mi poesía (entre sus últimas obras, Octavio Paz dedicó un ensayo sobre el amor con La llama doble)

81. El homosexualismo masculino es tolerado, a condición de que se trate de una violación del agente pasivo (la violencia en la sexualidad del mexicano es otro de los puntos que el poeta toca en El laberinto de la soledad).

82. Yo creo que la actitud del creador frente al lenguaje debe ser la actitud del enamorado. Una actitud de fidelidad, y, al mismo tiempo, de falta de respeto al objeto amado. Veneración y transgresión (en Vuelta a "El laberinto de la soledad").

83. Los dos se desnudaron y se besaron/porque las desnudeces enlazadas/saltan el tiempo y son invulnerables/nada las toca, vuelven al principio (en Piedra del Sol).

84. Voy por tu cuerpo como por el mundo/tu vientre es una plaza soleada/tus pechos dos iglesias donde oficia/la sangre sus misterios paralelos.

85. El mundo nace cuando dos se besan

86. (El amor) no es un remedio físico, no es una vacuna: es un paradigma, un ideal de vida fundado en la libertad y en la entrega (Paz veía al amor como la cura a una pandemia como el sida en La llama doble).

87. Aunque el amor sigue siendo el tema de los poetas y novelistas del siglo XX, está herido en su centro: la noción de persona.

88. Para reinventar al amor como pedía el poeta, tenemos que inventar de otra vez al hombre.

89. El amor es una de las respuestas que el hombre ha inventado para mirar de frente a la muerte.

90. (El amor) No nos regala la eternidad sino la vivacidad, ese minuto en el que se entreabren las puertas del tiempo y del espacio: aquí es allá y ahora es siempre.

91. El erotismo es un ritmo: uno de sus acordes es separación, el otro es regreso, vuelta a la naturaleza reconciliada.

92. El sexo es la raíz, el erotismo es el tallo, el amor es la flor. ¿Y el fruto? Los frutos del amor son intangibles. Éste es uno de sus enigmas.

93. El estratega desea alcanzar la victoria, el poeta componer un himno de insuperable belleza, el ceramista fabricar ánforas perfectas, el comerciante acumular bienes y dinero. ¿Y qué desea el amante? Busca la belleza, la hermosura humana.  

94. El amor nace de un flechazo; la amistad del intercambio frecuente y prolongado. El amor es instantáneo; la amistad requiere tiempo.

95. En todo encuentro erótico hay un personaje invisible y siempre activo: la imaginación.


…Y sus amores

96. El pájaro caído/entre la calle Montalambert y la de Bac/es una muchacha/detenida/sobre un precipicio de miradas (en el poema Viento entero, Paz rememora el momento en que conoció a su esposa Marie José Tramini en estas calles parisinas).

97. El temor que nos sobrecoge es un temblor sagrado. Un hombre ama a una mujer y la besa: de ese beso nace el mundo (antes de conocer a Tramini, el poeta mexicano estuvo enamorado de la escritora Elena Garro a quien dedicaba estas palabras que después formaron parte de Piedra del Sol).

Sus contemporáneos

98. (Alfonso) Reyes fue fiel al lenguaje y en este aspecto fue admirable. Claro que el hombre tuvo debilidades morales. Quizá fue demasiado obsequioso con los poderosos.

99.El arte público de México es un arte estatal, hinchado como un atleta de circo.

100. Musito el nombre de Pablo Neruda y me digo: lo admiraste, lo quisiste y lo combatiste. Fue tu enemigo más querido (Neruda y Paz se conocieron durante la Guerra Civil española, aunque después por cuestiones ideológicas se distanciaron). (Vía CNNMéxico)

101. ...

Letrinas: Guernica

 Derivas Situacionalistas | Por Liliana Chávez |


 Guernica


Cuando me interné en el denso ambiente psicodélico, no estaba preparada para la revolución que ya se había iniciado. Había un inquietante clima de vaga paranoia, un trasfondo de rumores, fragmentos de conversación que anticipaban la futura revolución.

Me quedaba allí sentada, intentando entenderlo todo, con el aire cargado de humo de marihuana, lo cual puede explicar mis nebulosos recuerdos. Deambulaba por una tupida telaraña de conciencia cultural que no sabía que existía.


De pronto la gravedad me golpeó de tal modo que colocó mis pies nuevamente sobre el suelo. Mientras me disponía a salir del bar, intentando reordenar la maraña en mi cabeza, me encontré a mí misma 16 años después de pie en la misma posición sobre aquella esquina. Vinieron a mi mente aquellos recuerdos a los que hace tanto no aludía, los primeros de mi infancia, donde al fondo de la plaza se alzaba un edificio y aquel hombre fornido y de sonrisa ancha me llevaba de la mano por la Calle Mayor.


Recordé como me paseaba por su casa de arriba abajo mientras él dormía, yo chocaba contra las paredes como una paloma solitaria presa en los estrechos confines de una caja de Joseph Cornell. Ese hombre me había traído antes a los pies del Museo del Prado, acudíamos allí seguido, siempre con el mismo objetivo: El Guernica.


Relatándome cada vez la misma historia –Sabéis que Picasso no se encerró en su concha cuando bombardearon su querido País Vasco. Reaccionó creando una obra maestra en el Guernica para recordarnos las injusticias cometidas contra su pueblo- .


Me sentaba delante del Guernica y me pasaba horas pensando en el caballo caído y el ojo de la lámpara que brilla sobre los tristes escombros de guerra. Fue quizá la presencia de mi bisabuelo en mi vida la que en gran medida hizo surgir en mí el deseo por convertirme en artista.


Decidí entonces esperar a que abrieran el museo, me refugié en un café, soñando con los muertos y los siglos que llevaban desaparecidos.


Fue entonces cuando conocí a Marcel, quien nació en martes y fue un niño travieso cuya despreocupada juventud estuvo teñida de una exquisita fascinación por la belleza. Pasó delante mío en dirección a la caja, donde una camarera le esperaba. Le observé mientras caminaba, ágil, con las piernas un poco arqueadas. Me fijé en sus manos mientras se golpeteaba los muslos con los dedos. Nunca había visto a nadie como él. Se giró para verme y sonrió, al poco volvió con un café y una baguette en mano que la camarera le había regalado, me miró y replicó –Yo no utilizo mi belleza. La utilizan otras personas-, y se sentó en mi mesa.


Compartimos muchos cafés desde aquel entonces, mientras observábamos la marea de turistas, poetas y cantantes folk pasar delante de aquel café. Sobre servilletas y tinta azul me dedicaba unos versos que nos representaban como a la gitana y el loco donde uno creaba el silencio y el otro escuchaba el silencio con atención. En la ruidosa vorágine de nuestras vidas, aquellos papeles se invertían muchas veces…


En la época en la que le conocí, Marcel comenzaba a indagar en la fotografía. Fui su primera modelo. Se sentía cómodo conmigo y necesitaba tiempo para definir su técnica. Tenía una cámara Polaroid con la cual hacía un rápido movimiento de muñeca para tomar las fotografías. Lo mejor era el chasquido al sacar la fotografía y la expectación, sesenta segundos para ver cómo había quedado. La inmediatez del proceso se adecuaba a su carácter. Hicimos incontables fotografías, de las cuales me quedé sólo con una que considero de entre las peores, algo así como una mala copia muy al estilo de Carla Bruni, esa fotografía enmarca la composición de esa época tan densa, sublime y oscura, periodo que recuerdo siempre que paso sobre esa esquina, al pararme en la misma posición de antaño, Marcel, mi Guernica.



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La autora: Pensadora, fotógrafa, programadora y pintora empírica, a veces arquitecta.

En el camino: El país del fútbol

 En el Camino | Por Omar Dávila Márquez |


PAÍS DO FUTEBOL
El país del fútbol, país donde nació un rey que a una corta edad prometió secar las lágrimas de su padre tras la derrota de su país en la final del mundo de Brasil 1950, para ocho años más tarde cumplir su promesa, en la edad de la inocencia y de los errores -como bien dicen los Ángeles Azules, los casi 17 años-, tenia 16.

Para un aficionado al fútbol el asistir a un mundial es una máxima, para un servidor amante de la cultura brasileira (música, idioma, alegría), era la oportunidad de una vida; después  de veinte años el mundial regresaba al continente de los latinos, del continente de un tal Diego y de Chicharito.

Por alguna razón y faltando menos de un mes para la contienda, el que ahora redacta desde la tierra hidrocálida, logró obtener un pasaje al Río de Janeiro de Zé Pequeño y la Garota de Ipanema.


TÁ COMIGO TÁ COM DEUS (Están conmigo, están con dios)
La llegada a tierras brasileiras se dio en el aeropuerto de Sao Paulo, se perdió el vuelo que hacia conexión para Río y me lo pospusieron cuatro horas, mientras tanto había que calmar el hambre y junto a mis primeros amigos en aquellas tierras -una pareja de colombianos- decidimos ir por una pizza; ellos no hablaban portugués, yo tenia en mis espaldas la responsabilidad de dos semestres aprendiendo ese idioma, todo quedó en mi manos, y bien, la oportunidad llegó… el cielo se me vino abajo, no entendía un carajo de lo que hablaba la mesera, me quedé plasmado, avergonzado, intenté con el inglés, la mesera no hablaba ingles, al fin y al cabo no nos quedamos sin comer, pero mi confianza a la hora de comunicarme se tambaleó.


 
THIS IS BRAZIL!
El sentimiento de ver al Cristo Redentor en la cima, una vez de haber arribado a tierra carioca, fue abrumador, no me cayó el veinte, lo mismo al ver banderas brazucas colgando en las ventanas de los apartamentos de tantos edificios, al percibir las favelas, las brasilerias, sus calles, Río de Janeiro. 


BraMex
El ser mexicano, el ser del país de Chaves (Chavo del 8), el país donde Brasil consiguió la copa del mundo con la mejor selección de fútbol que ha existido, es lo que una estrellita a Mario Bros para un mexicano en Brasil, las cosas son más fáciles, el saludo se te da con más alegría, la cerveza también, la hospitalidad en general; incluso cuando al verte con una máscara de Místico, te griten “¡Mucha Lucha!”… nadie es perfecto.

Junto con mis compañeros de viaje -los cuales llegaron antes que yo- tuve la dicha de ser recibido por la familia de una amiga la cual había estado viviendo seis meses antes del mundial en México, es una familia de cracks, nos recibieron como si fuésemos seleccionados nacionales, como si fuésemos paisanos.

Iniciaba el mundial para la sele, el fan fest lleno de mexicanos listos para ver el partido de La Selección vs Camerún, tantos personajes clásicos de los de "Vendo mi auto para ir al mundial”, a los que yo admiraba cuando los veía destacar por su colorido y picardía en la tv durante años, el cantar el himno nacional tan lejos y tan cerca de tu patria, el festejar un gol con la raza en aquellos lares, son cosas que de tatúan el alma.

Con el triunfo de la selección en el primer partido del mundial, solo daba para una cosa, armonizar Lappa, una de las tantas colonias de fiesta total en Río con el Cielito Lindo, y ya estando ahí, advertir a los aficionados croatas del potencial de los verdes y no hablo de los dólares. 

La clase que te da el clásico sombrero de paja con los colores  verde, blanco y rojo; te convierten en un artista, aparecí en tantos muros de Facebook de tantos países, incluso en Nueva Zelanda, una locura.

Tocó el día de jugar contra los de casa, y como dice el Cochiloco, “Una cosa es una cosa, y otra cosa es otra cosa”. Los brasileiros por más que tuvieran afinidad por los mexicanos, no iban a dejar de apoyar a su país, rieron cuando les comentaba que no la tenían fácil. El fan fest de Copacabana con mayoría de locales, pero el barrio Mexa presente y bien presente -abarrotamos una tercera parte del lugar-, la historia ya la sabemos, gracias San Ochoa, daba para otra noche de fiesta en Río.



LA VIDA BRASILEIRA
Pese a la incertidumbre que se creó con relación a las posibles protestas anti mundial, yo no aprecié tal cosa, aunque hablando con la gente en general, el clima en cuanto al ámbito político era gris. En Brasil la corrupción es un problema de años, las favelas también, pese a que se ha llegado a lograr un control con la pacificación de muchas de ellas -no de todas-, Rio cuenta con aproximadamente 700 favelas, siendo Cidade de Deus la más peligrosa de todas, y la cual se dice fue la primera en ser pacificada. Las noticias que se reciben de aquella parte del continente muestran que la violencia sigue apareciendo en esos lugares a donde a los turistas no se les recomienda entrar, pese a esa curiosidad de tantos de conocer las entrañas del Río de la gente de barrio. 

Se labora por la mañana y se bebe cerveza, o se va a la playa por la tarde, una rutina tan carioca. La magia del carioca es especial, su acento tan marcado, la forma en jugar al fut-volei un martes cualquiera, la forma de sambar.

He tenido la idea de que las formas del paisaje en el que vives influye de cierta manera en la forma de ser de las personas; Río, con su Pan de Azúcar, su Cristo Redentor, sus playas, sus miradores, su Maracaná, tiene paisajes de otro mundo.

 

MISCELANEOUS
Igual que El Tri, yo también tuve la oportunidad de hacer mi parte para llegar al quinto partido, tuve a unos metros al autor del gol que causó tanta pena en nuestra nación. Si tan sólo le hubiera pateado la rodilla a ese Huntelaar.

SAUDADE
Sólo en el idioma portugués se puede encontrar una palabra capaz de definir un sentimiento que aparece cuando sientes que alguna cosa o momento se perderá, no volverá a pasar, la saudade, esa saudade que también significa extrañar lo que ya fue, esa saudade que provoca Río de Janeiro.

González, Falsos Profetas: El apellido de la decadencia

 Cinetiketas | Por Jaime López Blanco |

Las encrucijadas personales, la marginación, la soledad, la ignorancia y la necesidad de creer en algo que represente una especie de salvación (fe), son los más efectivos señuelos de los que echan mano los grupos religiosos para atrapar a sus fanáticos adeptos. Son también algunos de los elementos que utiliza Christian Díaz Pardo, director y coguionista, para construir al protagonista y al argumento central de su debut en largometraje, “González, Falsos profetas”; película que, a pesar de haber obtenido el Premio a Mejor Actor en el Festival de Morelia 2013, apenas encuentra distribución comercial durante este año.


El González del título, interpretado acertadamente por Harold Torres (“Norteado”, 2009), es la representación sólida de un gran sector de la sociedad mexicana, desesperanzado y atrapado entre las deudas económicas y morales, pero “hambriento” y necesitado de un gran cambio en su vida. González no es un héroe ni villano como tal, más bien funge como un antihéroe, víctima del sistema económico y familiar que lo somete y esclaviza.


La historia de Díaz Pardo nos introduce en el mundo del protagonista de forma oportuna: entre la pantalla de televisión que cuida con mucho sigilo; las llamadas incesantes de una madre emocionalmente ausente y convenenciera; la torta como dieta diaria y; el traje pardo que porta para salir a buscar empleo. El color y textura del traje sirve como una gran metáfora del estado de ánimo del protagonista: sin brillo, sin glamour, sin buen color.


A partir del planteamiento del personaje central, el realizador agregará, a la rutina diaria de González, un coprotagonista que servirá como modelo aspiracional y guía de ese ser grisáceo con el que el director nos hace sentir cierta identificación desde el principio. Se trata del Pastor Elías, contraparte de González, con personalidad desenvuelta, expresiva, carismática y exitosa, todo lo que González no es y que le gustaría ser. Dicho Pastor Elías es interpretado brillantemente por Carlos Bardem, a quien ya habíamos disfrutado en otra gran actuación en la película mexicana “Días de Gracia”, de Everardo Gout. El Pastor Elías puede recibir una lectura más allá de lo cinematográficamente argumental; histórica y sociológicamente retrata a dos de los países de América Latina con más altos índices de pobreza y analfabetismo y, a la vez, con mayor fervor religioso, Brasil y México; además, nos recuerda la conquista de México, por parte de los españoles, valiéndose de la manipulación religiosa.


“González, Falsos Profetas” sorprende por desmarcarse del nuevo boom de comedias genéricas, insípidas y repetitivas imperante, hoy en día, en el cine de nuestro país. Es válido que se pretenda generar una industria cinematográfica mexicana que se sustente por sí sola, pero eso no significa ignorar, o despreciar, propuestas como la de Díaz Pardo, la cual se distingue de “la bola” por su buena premisa; una gran manufactura; un ritmo in crescendo y; maravillosas actuaciones como las de Harold Torres (discreto y sutil en su personificación, pero que se luce cuando se muestra efervescente), Carlos Bardem (oscuro y manipulador) y; Olga Segura (frágil, maleable y ciertamente algo infeliz con su existencia). 


Es directa la crítica al agandalle u oportunismo de los hombres de traje (otra vez el traje, ahora percibido como el símbolo del engaño y la corrupción sin escrúpulos) que lideran a las religiones; seres que, a través de una pirámide de promesas-espejismos y discursos chantajistas, engañan a sus víctimas para así, sin pudor alguno, adueñarse de las escasas posesiones de éstas. 

“Piden a Dios tantas cosas, pero que poco le ofrecen”.  

El cinismo y las mentiras como epítome de la crisis de valores que vivimos en este mundo. Un simple González, sin nombre exacto ni necesidad de ello, porque ahí podemos caber todos, víctimas y victimarios de nuestra actual decadencia económica y moral. 

           
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