Urbanismo sonoro

Colaboraciones entre las voces de la ciudad y tres compositores únicos: Rubén Blades, Morrissey y Damon Albarn.
Por Irving Montero Campos 


El murmullo subterráneo de Nueva York y un panameño protestando contra las dictaduras latinoamericanas, mineros ingleses furiosos y un seguidor apasionado de Oscar Wilde, el reencuentro de un hombre solitario con los sonidos de su infancia; estas son colaboraciones entre las voces de la ciudad y tres compositores únicos. 


Mientras duerme la ciudad 

Rubén Blades se define a sí mismo como un cronista de la música, haciendo honor a esta profesión y gracias a su constante observación de la vida en la calle grabó la canción “GDBD” (Gente Despertando Bajo Dictadura); inicialmente fue un cuento corto escrito por el panameño inspirado en una nota de periódico y con el paso del tiempo se convirtió en una canción que incluyó en el álbum “Buscando América”, uno de sus trabajos más controvertidos debido a la presencia de cuestionamientos políticos y tintes de protesta social. 

La canción que narra la rutina matinal de un supuesto agente de la policía secreta no cuenta con arreglos musicales y fue improvisada en una sola toma -él mismo confiesa que desafina un par de veces durante la grabación- en los estudios de Eurosound en Nueva York; la ciudad hace su aparición entrada la madrugada mientras Blades caminaba hacia la estación del metro, una especie de zumbido que provenía desde el subsuelo llamó su atención, pensó que podía utilizarlo para su experimento musical y regresó con una grabadora al día siguiente. Buscó por todos lados un generador de luz pero para su sorpresa el ruido que le da el tono para cantar GDBD proviene de una escultura sonora instalada por el artista Max Neuhaus en la calle 46 y Broadway, en pleno corazón de Times Square. 

La instalación fue activada en 1977 y se encuentra bajo una rejilla para desague, consiste en una serie de bocinas y generadores de sonido caseros que desde entonces no ha dejado de emitir un rumor apenas audible para algunos e imperceptible para otros; Jon Fausty (legendario ingeniero de sonido de Fania Records) fue el encargado de realizar el loop que acompaña los 3:36 minutos que dura la canción, narrada en segunda persona y con un final inesperado. Este encuentro fortuito entre cantautor y una pieza tan singular despertó su interés por la experimentación en el género tropical y tres años más tarde grabó “Agua de Luna”, quizás su obra más atrevida y vanguardista.




Carbón y flores 

La huelga de mineros del Reino Unido realizada entre 1984 y 1985 fue la disputa laboral más violenta en la nación durante el siglo XX: se registraron seis muertes y más de once mil personas arrestadas. El conflicto surgió luego de que el gobierno de Margaret Thatcher pusiera en práctica un controvertido programa de reconversión debido a la falta de rentabilidad en el sector, realizara despidos masivos y anunciara el cierre de pozos; en el fondo, representó una lucha entre el poder de los sindicatos y el puño de hierro del gobierno británico. 

Dos años después de la derrota de las uniones mineras, The Smiths se encontraban por grabar el que sería su último álbum de estudio (“Strangeways, here we come”) en medio de tensiones entre sus miembros y desencuentros por el sonido que debía tomar la banda. Morrissey no había ocultado su aversión hacia la controvertida primera ministra llamándola tirana y dictadora; así, decidió utilizar un extracto de sonido de las protestas proveniente de un álbum de efectos de sonido de la BBC para la introducción de la canción “Last night I dreamt that somebody loved me”, el registro histórico fue conservado en la versión de estudio y con el paso del tiempo se convirtió en la canción favorita del repertorio de The Smiths del compositor y del mismísimo David Bowie, a quien conoció en 1990 y con quien compartió escenario durante algunas giras.



Estanques vacíos 

“Everyday robots” es el trabajo más personal de Damon Albarn, en sus quince canciones retrata la infancia del compositor en el este de Londres y su miedo ante el aislamiento que traen consigo los avances tecnológicos; para grabarlo vistió los lugares donde creció y realizó una serie de samples y videos con su iPad. 

La canción “Hollow Ponds” recorre eventos clave en la vida del líder de Blur y Gorillaz, como la ola de calor y sequía de 1976 que azotó gran parte del Reino Unido, sus viajes al lago artificial ubicado en el área que da nombre a la canción y la estación de Leytonstone, en donde grabó el sonido de tren subterráneo que acompaña sutilmente el inicio y el final de la pista. El resultado de esta combinación es un melancólico viaje al pasado y un signo de interrogación hacia el futuro, inquietante y brumoso como nuestro reflejo cotidiano (y cada vez más recurrente) en las pantallas LCD.

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