Con "Frankenstein", Guillermo de Toro echa mano del monstruo para reflexionar sobre la condición humana

Del Toro reimagina Frankenstein con una mirada gótica y emotiva donde las cicatrices del pasado iluminan una historia de dolor, belleza y renacimiento

Cinetiketas | Jaime López


Las dos ocasiones en que un servidor ha podido ver en pantalla grande "Frankestein", la nueva película dirigida por Guillermo del Toro, hubo espectadores que terminaron llorando después de leer la cita textual con la que el realizador tapatío cierra su propuesta.

Se trata de un fragmento de la poesía de Lord Byron, quien fue el que desafió a la prestigiado Mary Shelley, dramaturga británica y creadora de "Frankestein", a escribir un texto de terror.

La cita habla sobre los corazones rotos y su supervivencia en un mundo hostil, que justamente captura la esencia de lo que quiso transmitir Mary Shelley y Del Toro.

Con su característico estilo visual gótico, el "Frankenstein" del creador mexicano plantea una historia acerca del perdón y de tomar la decisión de continuar existiendo a pesar de nuestras heridas personales o familiares.

Para quienes no conocen la sinopsis, el protagonista de la historia, "Víctor Frankenstein", decide rebasar los límites de la ciencia y crear vida como si fuera un Dios moderno, debido a un episodio doloroso que tuvo en su infancia.

Dicho episodio fue provocado por el yugo de su padre, un médico extremadamente frío que estaba más preocupado por su imagen y el legado de su apellido, que por el bienestar de su vástago.

A partir de ese argumento, y capturando el espíritu de la novela de Mary Shelley, Del Toro propone un discurso sobre el rechazo, pero también sobre la capacidad de las personas para seguir teniendo esperanza y amor, a pesar de la violencia que hay a su alrededor.

Todo esto sin apartarse de su estilo lleno de fantasía, así como sin prescindir de sus escenografía y musicalización góticas.

Además, el cineasta no tiene temor en mostrar secuencias sangrientas, que contrastan con la elegancia de sus decoraciones, pero que visualmente hacen más atractiva su paleta fotográfica.

En cuanto a las actuaciones, Jacob Elordi logra rebasar las limitaciones del maquillaje para entregar una actuación llena de una sensibilidad epidérmica con su "Criatura", mientras que Mia Goth interpreta majestuosamente a "Elizabeth", metáfora de la inteligencia emocional o de la compasión en la historia.

Acerca de Oscar Isaac he leído opiniones encontradas, pero cumple con su personaje, aunque no resulta memorable, algo que se lamenta, porque es el que tiene la mayor parte de la historia en sus hombros.

No obstante, el "Frankestein" de Del Toro es una de las mejores propuestas fílmicas que se ha estrenado este año, la cual evidencia que, pese al paso de los siglos, las heridas y dolores personales siguen definiendo la condición humana.


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