Por Sergio Martínez | Foto: FNSM
¿A dónde va?
La Organización Mundial de la
Salud (OMS) estima que al menos 322 millones de personas en el mundo padecen
tristeza o depresión, un 18 % más que hace una década. Según la ciencia, la opresión
en el pecho, dolor en el corazón, lágrimas y vacío en el estómago, son algunas
sensaciones corporales que reportan los síntomas de la tristeza en el cuerpo
humano.
Decía el poeta como premonición: “hubo una epidemia de tristeza en la ciudad”, pareciera que de ahí vienen 30 canciones que están por publicar Iván García y los Yonkis.
Su octava placa musical llamada Baladas
Tristes es un tour de canciones donde Iván García nos propone verlo
desnudo, vernos a nosotros mismos, ver lo que nos rodea y observar un mundo
donde la vorágine y la velocidad con que vivimos nos hace pasar de largo de
absolutamente todo, hasta de la tristeza que podemos encontrar en una esquina,
en un bar, en un hotel, en un concierto, llevarla de prendedor, o bajo una
noche estrellada.
Publicar un disco con 30
canciones en estos tiempos es un acto de valentía, el proyecto debe ser sólido
y desafiar todas las condiciones del mercado de la música emergente, y lo
principal, desafiar al escucha con una propuesta que no solo lo entretenga, sino
lo cuestione, lo confronte y le haga saber que la tristeza también influye en
la creatividad.
Para quien esto escribe Baladas
Tristes es un tríptico, no solo por las tres decenas de canciones que lo
conforman, sino por los lugares desde donde se sitúan las canciones:
Introspección del cantautor:
Baladas Tristes -que no solo le da nombre al álbum, sino es una declaración de
origen y principios-, La cantaleta, Cuando esté mejor, Perdido, Señor oscuridad,
Muñequitos de Japón, y Hey, bro; entre otras.
Baladas tristes: Despacio
y en silencio, De vez en cuando, Tiquete, Deberías, Mátame, Cinco estrellas, Winona,
Confieso, El sendero de las sombras, No te importó, Acodado y Veneno para
ratas.
Descripción densa: Donde
nadie puede, Baile, La ducha, Cuando la muerte, Estrella de karaoke, Mudarse,
No se irán, Luna, y Ataúd.
Mención aparte merece la rola que
cierra el disco: Mi ciudad, track de más de 8 minutos de duración
que abre con una declaración de amor: Vengo de una hermosa ciudad… con
aires dylanianos, nos describe los amores, andanzas, odios,
preocupaciones y vivencias del autor, no es fácil mantener la tensión narrativa
y que la música que la acompaña sea un mar navegable para el oído, está canción lo logra con creces, nos describe la
ciudad y nos acuna a la vez, …vengo de una triste ciudad, aunque me deprima,
no ve voy a mudar, aquí vine al mundo, aquí me van a enterrar, así que esta
noche brindo por mi ciudad,… cierra la canción.
Este álbum doble cuenta con siete colaboraciones: Cuando esté mejor (feat. Juana Castañeda), Señor Oscuridad (feat. Paulino Monroy), Baile (feat. Pascual Reyes), Estrella de karaoke (feat. Saúl Fimbres), Princesa (feat. Chinoy), Muñequitos de Japón (feat. Bluez Marentes) y Mi ciudad (feat. Niñovan), que le dan una dimensión peculiar al sonido Yonki.
Según la Secretaría de Salud, en
México hay 3.8 millones de personas con depresión o tristeza.
¿De dónde viene la tristeza?
¿A dónde va?
Deberíamos de atacar este
problema de salud, con música, no estaría nada mal que empezáramos a escuchar Baladas
Tristes, porque las canciones y la música siempre serán un tronco donde
sujetarnos, un bálsamo para el alma y un antídoto contra la tristeza.
Todas las canciones escritas por
Iván García.
Producido por Carlos Iván
Carrillo.
Grabado en Casa Yonki.
Arte por: Roberto Iván González
Vázquez
Puebla, México, 2025.