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Kevin Smith: ascenso y descenso de un eterno adolescente




Por Jorge Tadeo Vargas |

“A la gente le gusta poner el listón alto. A mí me gusta poner el listón en el suelo y apenas pasarlo. Me gusta mantener las expectativas muy bajas”

Kevin Smith

 

Tratar de definir a Kevin Smith solo como director de cine, es quedarse corto con lo que significa para la cultura pop en los últimos veinte años. Incluso cuando se habla con él, la dirección de cine es lo último que considera a la hora de hablar de su trabajo.

Es mucho más que eso, a la par de que gracias a su trabajo en la dirección es que se convirtió en lo que es, al mismo tiempo que para muchos representa el sentir de aquellos mediados de los noventa y toda una movida alternativa que estaba entre la contracultura y la resaca de la década de los ochenta. Su cine y sus historias representaban la ironía, el sarcasmo, pero sobre todo el hartazgo disfrazado de apatía ante una sociedad que no ofrecía nada, ni siquiera las drogas, eso ya se habías superado unos años atrás.

Si revisamos todo lo que ha hecho desde 1993, año que comenzó a trabajar en “Clerks”, la cual para mucho es un retrato calcado de la clase media más allá de los Estados Unidos, así como toda la influencia de la cultura pop en lo que hacemos (¿Quién no hace referencias en el día a día de Star Wars, Los Simpson, Malcolm, entre otras?) desde hace casi treinta años.

Pero antes de escribir sobre su cine hagamos un repaso por todo lo que Kevin Smith aporta, desde esa hiperactividad que lo tiene siempre haciendo algo. Desde escribir donde su blog “My Boring Ass Life” fue hasta el 2015 el espacio en el cual nos contaba su día a día, haciéndolo de una forma bastante divertida, entretenida, sin censura y dejándonos ver esa parte creativa, desde donde sale todo su trabajo.

Su paso por el mundo de los comics no solo fue por el par de programas de televisión que tuvo, ni el podcast que armo con varios de sus amigos, tampoco la tienda que compro con su hermano de otra madre como el define a Jason Mewe. su paso se define como escritor, desde donde elaboró algunos arcos para Spider Man, Green Arrow, Green Hornet, y las exitosas Batman: Cacophony (2008) y Daredevil: Guardian Devil (1999) con la que le dio nueva vida al antihéroe de Hell's Kitchen y le hicieron ganar el respeto en la industria. O su fracaso como productor de la serie de Netflix “He-Man: Master of Universe” donde un intento muy mal logrado de corrección política echó por tierra todo el proyecto.

Por último, sus conferencias o Stand Up Comedy que viene haciendo de forma regular desde hace algunos años con un formato que le permite dialogar con la audiencia sin tapujos, contando anécdotas, historias y respondiendo preguntas. Este formato de sus conferencias/stand-up le permite hacer lo que mejor hace, un tributo a sí mismo, desde la burla y la ironía.

Sin embargo, nada de esto hubiera sido posible sin su llegada al cine, haciéndolo desde la influencia que tuvo para muchos de sus contemporáneos Richard Linklater con “Slacker” (1991), donde se conjugaba una forma de expresar sentires de un cierto sector de la juventud de esos años, con una estética poco atractiva, menos artística pero que encajaba bien en esta idea alternativa de que menos, es más.



Así con su opera prima Smith, donde le da voz a cierto sector residual de la Generación X con un excelente guion y poco presupuesto da un repaso a los sinsabores de ser un joven en esos años, de todo el desencanto, de pasar los días sin un propósito mayor que juntarnos a discutir sobre la cultura pop, sobre aquello con lo que crecimos viendo, leyendo, una parte residual que seguía siendo outsider, la antítesis de Patrick Bateman, a los que apenas nos alcanzaba para discutir sobre pornografía, donde las novias iban siendo esa semilla del feminismo actual, curiosamente desde una perspectiva mucho más amplia y conciliadora.

A muchos que estábamos en la transición de la preparatoria a la universidad, “Clerks” nos pateó directo en la cara. La historia representaba mucho de nuestro día a día, de nuestras relaciones de amistad entre hombres, muy cercano al “bromance”, o la presencia femenina que a fuerzas de estar cobra sentido y empoderamiento en cada una de las películas de Kevin Smith y que define parte de sus historias.

Con “Clerks” se ganó toda una legión de jóvenes desadaptados, sin futuro que fueron los que a pesar de las críticas lo han mantenido haciendo cine y los que le permitieron hacer su segunda película con la que se ganó un lugar como cineasta de culto.

Con “Mallrats” (1995) Smith se posiciona como icono de la cultura pop al concentrar en la película referencias de mucho de lo que forma esta cultura que tiene ciertos rasgos contestatarios o al menos confrontativos con el adultocentrismo. Aquí se habla de cómics, de películas, de “talk shows”, de pornografía, de mariguana, todo esto desde el humor característico de Kevin Smith donde presenta un día a día de la rutina de una generación que no encuentra su lugar, que está -de cierta manera- esperando que los tiempos cambien y los hippies tengan razón, que la frivolidad de los ochenta no los permeé con su cinismo, donde esos centros comerciales que George Romero mostraba como parte de la alienación, forman parte del desencanto aderezado con mucha ironía. Entre chiste y broma nos va mostrando que la adultocracia es parte de la lucha de los jóvenes en un momento de desencanto. Los Beastie Boys son ejemplo de esto cuando dicen: “You Gotta Figth, for you Rigths to Party”. Mallrats es eso y más.

Para 1997, Kevin Smith ya comenzaba a mostrar que sus prioridades iban madurando, que ya no todo era pasar el día sin hacer nada, su legión estaba creciendo y si bien, nos manteníamos siendo unos outsiders estábamos madurando. Fue así como con “Chasing Amy” (1997) hace su primer intento de hablar de temas más serios, pero sin perder su estilo de contar historias.

Una comedia muy adelantada a su época, con unos de los guiones más inteligentes de Kevin Smith, además de una narrativa muy detallada. Desde una defensa explícita a la comunidad LGBTQ+ hasta el clásico bromance, que es parte del sello de Smith, tal vez porque es algo muy cercano en su vida, si pensamos en su relación con Jason Newes y Scott Mosier, que lo han acompañado desde el inicio, sin embargo, en esta sí hace un coqueteo al prejuicio alrededor de este concepto.



Chasing Amy dejaba atrás todo el desencanto disfrazado de humor de sus películas anteriores y nos daba una tesis sobre el amor (no) romántico, la amistad, las formas de relacionarnos, claro sin que por esto faltaran las referencias a la cultura pop y las bromas con cierto toque políticamente incorrecto.

Para finales de la década toma una de las decisiones más arriesgadas en su filmografía por muchas razones y filma “Dogma” (1999) que sería su primer película con un presupuesto mayor a los diez millones de dólares; los estudios ya comenzaban a verlo como garantía de ventas y apostaron por él.

Con esta película Smith mostró dos cosas. La primera es que es un excelente escritor, capaz de desarrollar varios arcos narrativos, sus guiones suelen ser inteligentes y críticos, sin embargo, tiene muchas carencias como director, que no se sienten a la hora de hacer una película de poco presupuesto, por lo tanto, no necesita mucho, su estilo de filmar largos planos secuencia le ayuda mucho para esconder sus carencias, cosa que en “Dogma” no logra hacer. Esta fue la principal razón de su fracaso en la taquilla. La segunda razón tiene que ver con la confusión que hay desde el dogma católico de no entender que no era una crítica per se al catolicismo (Kevin Smith fue criado como católico), sino una reflexión sobre algunos mitos -y dogmas- que se presentan como verdades más allá del sentido común. Las fuertes críticas a la película por grupos religiosos fueron también factor para su fracaso en la taquilla.

Aquí se muestra un Smith mucho más maduro a la hora de escribir sus chistes que, aunque siguen en el mismo sello políticamente incorrecto, lleno de referencias escatológicas, pornográficas y a la cultura pop, estos ya no llevan todo el peso de la historia, con esto comienza a darse un quiebre entre su legión y lo que quería mostrar. “Dogma” es posiblemente la película que pudo haber llevado a Kevin más allá de ser un director de culto. Lamentablemente no es lo que él quería y para 2001 filma “Jay and Silent Bob Strike Again”, que si bien critica a Hollywood y toda la industria del cine, los chistes reciclados, las mismas situaciones que ya venía presentando desde 1993, son parte medular de esta película que deja claro que está buscando un diálogo con adolescentes, dejando fuera todo aquel sentimiento de fracaso e ironía de sus primeros filmes. Incluso ese “bromance” se sentía forzado, sin fuerza, obligado como parte de los chistes de Smith.

En 2004 intenta -de nuevo- hacer un cine más adulto con “Jersey Girl” la cual es un rotundo fracaso, desde un guion muy forzado al dejar fuera lo que mejor sabe hacer Smith, una dirección con muchas limitaciones y actuaciones bastante malas, la película fue el comienzo del descenso del realizador más allá del cine independiente, rompiendo con gran parte de su legión, la cual ni siquiera con la segunda parte de “Clerks” (2006) y la recuperación de lo que algunos críticos llaman el “trash talk” característico de Smith, logran salvarlo. De no ser por la participación de Rosario Dawson, esta secuela pasaría sin pena ni gloria.



En  2008 regresa a un intento de comedia romántica con “Zack and Miri Make a Porno” que a pesar del “trash talk” y de un guion que intenta cumplir con los estándares del género sin perder el sello de Smith, además de contar con Seth Rogen como protagonista no cuajó, siendo uno de los últimos intentos por buscar hacer un cine menos adolescente, más cercano al momento generacional. De nuevo fue condenado por la crítica, un fracaso en taquilla, y se alejaba del cine de culto que lo había mantenido.

El 2011 sería su momento de mayor rebeldía, primero decide dar un giro en su estilo de cine con “Red State”, donde la distribución la llevará él mismo antes de caer en la censura a la que lo estaban obligando, y hace una crítica sin miramientos a la sociedad norteamericana, los cultos religiosos, los líderes y la violencia desde un thriller en donde las cosas vuelven a salir mal al encontrarse con las limitaciones de Smith, quien no pudo con el paquete de dirigir una película seria, de denuncia más explícita, la cual recibió miles de críticas por los grupos religiosos, esto es posiblemente lo que le ayudó al menos a recuperar algo de lo invertido.

Una buena idea, con un buen guion se vio disminuido por un mal director. Este fracaso es lo que lo llevó a regresar a su vieja fórmula que si bien no le daría un papel en la historia del cine (el cual ya se ganó en 1993 con “Clerks” y “Mallrats”) al menos le permitía contar lo que él quiere contar y de la forma que lo quiere hacer, donde se mantiene hasta la fecha, incluso con “Tusk” (2016) que es una arriesgada película de terror/humor en su estilo, no esté hecha para ser un éxito, sino para mantener el universo Smith funcionando desde “Yoga Hoser” (2016,) “Jay and Silent Bob Reboot (2019) y por supuesto “Clerks III” (2022), que no es sino un homenaje a todos aquellos que participaron hace treinta años en construir ese sueño llamado “View Askew” (nombre de la productora de Smith y Mosier).

Kevin Smith pertenece a una generación de directores que vieron en la independencia de la industria la mejor manera de contar sus historias, en una época que se daba toda una revolución contracultural como no la ha habido desde entonces. Una forma distinta, más cercana a los espectadores, a las realidades con toda la diversidad que existe y no podemos negar.

Tal vez su propia naturaleza irreverente, simplona, adolescente de los noventas, es la que lo aleja de todos los demás directores de esa generación, pero es claro que él no quiere premios dados por adultos que usan saco y corbata, tampoco quiere el reconocimiento de gente que vive en mansiones en Los Ángeles, para él eso no es importante.

Sin embargo, para mí, lo triste es sentirme con el Síndrome de Winnie Pooh, como un Christopher Robin que al crecer se va alejando más del Bosque de los Cien Acres y ese oso divertido ya no me lo parece más. Es triste que ya no dialogue más conmigo, no porque él no quiere sino porque al final, sin darme cuenta, me tragué la píldora azul y de a poco me convertí en adulto.



Jorge Tadeo Vargas, escritor, ensayista, anarquista, a veces activista, pero sobre todo panadero casero y padre de Ximena. Está construyendo su caja de herramientas para la supervivencia

El varón, o ese humano entre A y B


Por René Rojas González |

 

El varón es el varón ingeniero, es el humano de los dos puntos, A y B; para él, entre esos dos puntos se resuelve la vida: si es abogado es entre mentira y verdad para obtener lo que llama justicia, si es médico entre enfermedad y ciencia para lograr lo que llama salud, si es contador entre pasivo y activo para tener como resultado lo que llama balance; pero en esencia es ingeniero. Prefiere la línea recta –el camino más rápido- entre los dos puntos y el cálculo exacto; esto último es lo que llama ser objetivo, nada puede entenderse fuera del cálculo exacto. Las abstracciones geométrica y aritmética las vuelve la versión dominante de interpretación de algo llamado realidad, en el entendido de que aquello que define como real, es aquello que cuenta con validez. Lo medible es lo válido, o llevado más lejos, como los ingenieros profesionales dicen, “si no se puede medir, no se puede mejorar”.

A partir de la medición, el varón establece una relación instrumental con su entorno, en el sentido de cuánto va a perder o ganar, dónde se quedará entre A y B, ¿llegará de A a B? Entonces, el mundo se vuelve enteramente funcional: aquello que no se ajusta a lo que él comprende entre A y B, lo califica de error, lo que no puede permitir, por lo tanto, debe convertirlo para “mejorarlo” o suprimirlo. En un sentido de pérdida o ganancia, el varón difícilmente acepta perder, todo debe ser ganar, o ganar lo más posible; peor aún, perder esta interpretación del mundo es perder su supremacía de manejo del entorno. Emprende conquistas, colonizaciones, competiciones, acosos, síntoma del peligro de sentirse inferior –sensación autocreada porque A y B también representan Inferior y Superior-, del miedo a perder el control sobre el entorno, que es más seguro para él usufructuarlo en tanto se apropia de éste.

Así, el varón rige su vida y la de otras y otros como si se tratara de operaciones aritméticas: la abogacía difícilmente permite contextos históricos y se maneja con la ley implícita de que “la ignorancia no te exime de la culpa”: tu ignorancia no me sirve, es una mentira, una enfermedad, un pasivo, pero tu culpa sí, basada en lo que defino con los nombres de verdad, ciencia o activo.

La ignorancia (A) se resuelve con conocimiento de los lineamientos (B), por lo tanto, sólo basta sumar instrucción 1, más instrucción 2, más instrucción 3, etc., para obtener lo que llama justicia, es decir, para alcanzar lo válido que ya ha establecido para manejo del entorno. Así la medicina, con la que ahuyenta lo mágico y la naturaleza no procesada para filtrar el acercamiento al entorno a través del método científico y transformar lo material en sintético, como medio de procuración del cuerpo. Así la contabilidad, con la que reduce el trabajo y el intercambio a una representación monetaria en tablas con rubros consecutivos, como modo de calificación del sustento. Al final, el varón requiere ejercer su dominio con parámetros binarios de comprensión, por lo que etiqueta entre bárbaro o ciudadano, natural o artificial, pobre o rico.


Es la vida entendida como ley, ciencia, riqueza, ámbitos en los que todo funciona porque el varón organiza con la consigna del 2 + 2, es decir, siguiendo un manual de instrucciones que se suman. No extraña que los varones de las profesiones mencionadas se lleven bien: tienen vidas metodológicamente compatibles, y claro que éste es el modo de proceder en otras tantas profesiones, tradicionales también como la arquitectura, o actuales como la programación; profesiones generalmente consideradas como aquellas que dejan dinero, correspondiendo con la provisión tradicionalmente asignada por género al varón y encontrando su correlato en la psicología y la psiquiatría para ajustarlo cada vez que se “descompone” y reinsertarlo instrumentalmente. La consecución de un manual de instrucciones, que indica un entendimiento omnipresente del entorno a través del cálculo exacto entre A y B, así como la manera de “mejorar” -ganar- este control sobre el mismo a través de la negación de otros entendimientos para integrarlos al dominante, resulta funcional a la formación del varón como patriarca, que desde pequeño se le enseña a medir el entorno para dominarlo, de tal manera que sabe actuar, consciente o inconscientemente, en el establecimiento de los trazos para ponerlo a su disposición o servicio.

Las reglas del juego tienen por vocación negar esos otros entendimientos mediante su conversión en entendimiento varonizado: particularmente, hombres, pero mujeres, homosexuales, afrodescendientes, indígenas, etc., se varonizan cuando las acatan, llegando incluso a defenderlas a ultranza. Como en dichas reglas el varón es juez y parte, cuando un entendimiento no varonizado –o, al menos, no plenamente- las pone en entredicho o cuando el mismo entendimiento varonizado las critica, con el riesgo de desvaronizarse, obviamente se indispone. Conceder el uso del entorno refiere para él una pérdida, significa retroceder entre A y B, dando pie, además, a que un planteamiento distinto del uso del entorno implique un cuestionamiento de fondo a su supremacía de manejo del mismo, por lo que aparece no sólo el peligro de retroceder, sino el de acabar con A y B. Dado que los otros entendimientos son indigestos para el modelo trazado, al varón le resulta más sencillo reivindicar la “validez” de éste, arguyendo que no encajan entre A y B, actuando en nombre de la verdad, que es legal, científica y monetaria, por lo que dichos entendimientos serán dignos de asimilación en tanto legales, científicos y monetarios. Además, este llamado al orden no sólo aparecerá por causa de un cuestionamiento esporádico que eventualmente ponga en jaque el manejo varonizado del entorno, sino como una constante ante cualquier “sublevación” cotidiana.

Así, el varón invoca el cálculo exacto, revistiéndolo de estoicidad para que ningún entendimiento fuera de lo medible perturbe su control del entorno, usando su versión abstracta geométrica y aritmética de entendimiento para apropiarse del terreno de lo concreto. Esto se antoja perverso, porque la abstracción que el varón ocupa con pretensión de entendimiento totalizante es el filtro que califica un hecho como concreto, o, dicho de otra manera, es lo abstracto con pretensión de definirse como concreto. Lo irónico es que esta pretensión estaría partiendo de su inseguridad de pérdida de control del entorno, por lo que las ganas de ocupar una abstracción totalizante estarían partiendo de una sensación que sería concreta, teniendo como resultado un eterno varón conflictuado consigo mismo, para el cual las emociones pasan a ser abstractas y aquello que llama subjetividad pasa a ubicarlo fuera de sí: en la cultura varonizada, donde no sólo los hombres están varonizados, sino otros cuerpos también, si se está triste, se dice “no estés triste”, de manera completamente funcional, como si la vida estuviese guiada por un interruptor que sólo basta mover para un lado o para otro.


El varón califica la tristeza como error, por lo que le resulta “necesario” arreglarlo y dejarse “mejorado”, o extirparlo, para poder reinsertarse en el modelo.

Por lo tanto, un cuerpo no varonizado, o no del todo, tanto no debe sentirse triste por la supremacía que ejerce el varón en el manejo del entorno –en el cual está envuelto- como se ve obligado a negar el acercamiento particular que ha tenido con lo concreto: si despliega otro modo de gestionar el entorno, el varón exige el conocimiento de las leyes; si quiere cuidar de su salud, el varón indica el acudimiento a los productos sintéticos; si desea garantizar su sustento, el varón señala la revisión de las finanzas. Cuanto más acata estas maneras de proceder con el entorno, más le hace el juego al varón, haciendo irónicamente ambos un esfuerzo conjunto por (re)componerse, lo que evoca bastante la expresión inglesa pull yourself together, conflictuados por estar partidos en pedazos, que tienen que encajar exacta y permanentemente entre A y B. La “falta de alternativa” a este modelo parece ser el germen de la violencia varonizada, puesto que los diversos cuerpos en la escala entre lo no varonizado y lo varonizado se oprimen constantemente y entre sí para lograr un margen de acción dentro del “único” entendimiento válido de lo concreto; por lo tanto, puede decirse que varonizar es una forma de violentar, lo que requiere que las opresiones mutuas se vivan como (re)ajustes necesarios para preservar el manejo dominante del entorno. Asimismo, la violencia varonizada será sentida por cada cuerpo de manera distinta, dependiendo de la ubicación de cada uno en dicha escala.

Tal vez sean la resistencia a esta violencia y la emergencia de otros entendimientos, ambas cada vez más recurrentes, por parte de los diversos cuerpos que no se amoldan, o no enteramente, al patrón de la varonización, lo que va dejando en evidencia que el varón no entiende su propio cuerpo –concreto-: es un error quejarse de pesadez, llorar, ser inseguro, no ser contundente, mostrarse incapaz, ser ignorante, no ser rudo, expresar emoción en momentos ordinarios –sólo en los extraordinarios está justificada-, protegerse el cuerpo, no tener la suficiente fuerza física para ciertas tareas, no saber pelear verbal y físicamente contra otro varón, no buscar vencer frente a algún desacuerdo, no buscar posiciones de poder, no proveer individualmente el suficiente sustento para sí mismo y otros, cuidar de sí mismo y de otros a través de las labores materiales y emocionales desempeñadas en el hogar -aquellas tradicionalmente asignadas a la mujer-, tener gusto por contenidos de entretenimiento y formas de expresión relacionados típicamente con las ideas de delicadeza o niñez, manejar el propio cuerpo con movimientos “femeninos” o “sobreactuados”, entre otros tantos errores.

El varón, entonces, se priva de otras posibilidades de entendimiento de su cuerpo, lo que se refleja en la manera en cómo usa o dispone del mismo: forma de hacer ademanes, forma de caminar, forma de hablar, forma de hacer esfuerzos físicos y mentales, forma de acercarse a los otros; esto, porque su cuerpo lo piensa en abstracto, como herramienta de medición que da validez al movimiento de su propio cuerpo a través del trazo de dichas formas, el cual permite la unión entre los puntos A y B, así como la evasión de los errores mencionados, mismos que califica de no concretos. El varón trazará en su cuerpo las distancias e intensidades para dirigirse a alguien, de manera que calcule el movimiento apenas indispensable para alcanzar lo que necesita específicamente de ese otro, no haya motivo para el surgimiento de una sorpresa que lo perturbe y, si la hubiera, la controle para reinsertar a las partes entre los dos puntos.


No siendo así, no tiene mucho sentido para él entablar una conversación, porque generalmente no dispone su cuerpo a la exploración y los posibles caminos insospechados que genere la interacción desinteresada. De lo contrario, será señalado de chismoso, una característica tradicionalmente no asignada a su género, un error más. Esto es lo que construye la típica escena de la dificultad de conversación entre dos varones, que aun conociéndose de tiempo atrás, básicamente se preguntarán mutuamente por si siguen funcionando dentro del entendimiento varonizado, así los temas sean el trabajo, el amor, la política, la familia, la cultura, etc., lo que, en última instancia, se traduce en cerciorarse de que el manejo del entorno comandado por ellos continúa saludable. Puede que el varón ejerza el chisme, pero difícilmente reconocerá haber practicado este “acto ilegal”, pues significará no haber logrado contenerse entre los dos puntos. Fuera del chisme, las conversaciones son calculadas, hasta las de recreación: deportes, autos, carnes asadas, bebidas con alcohol, íconos musicales, cuerpos de mujeres, chistes, etc.

El miedo del varón a liberar su cuerpo es su miedo a perder el control del entorno, para lo cual hará permanentemente el llamado a la mesura, que remite a la palabra medida, característica por excelencia de este varón ingeniero.

La trampa está en que el varón -o el cuerpo varonizado-, en realidad, nunca acaba de serlo en su totalidad, porque nunca acaba de tener el control de todo el entorno; sin embargo, es necesario que preserve este mito para mantener su aspiración de continuidad y aumento de dicho control. Por lo tanto, la condición para que el varón realice particulares y diversos trazos A con B es que crea en que él culminará un trazo general y totalizante A con B, acto de fe emprendido incesantemente para combatir el miedo a la desmesura y que, por esa misma perennidad, conduce al varón a nunca salir de un círculo vicioso de reafirmación propia.

Justo en esta reafirmación, no sería casualidad que el varón sólo haga referencia a la cabeza como medio para el entendimiento del entorno, puesto que su mente está tradicionalmente educada en la elaboración de las abstracciones geométrica y aritmética previas para manejarlo, sin que se moleste en validar al resto de su cuerpo como reflejo de la interpretación de sensaciones, es decir, como forma de conocimiento. El varón que se atreva a realizar esta validación, estaría abriendo la posibilidad de disponer de su cuerpo entero en formas que se desmarquen de aquella que usa lo mensurable con propósito de dominio. Por ello, el varón o cuerpo varonizado que quiera liberarse de la opresión que ejerce sobre otros y sobre sí mismo, sería el varón o cuerpo varonizado con deseos de experimentar entendimientos que rompan la contención entre A y B. Superar el miedo a perder el control del entorno, no apostaría por continuar el trazo hacia ganarlo, sino por dejar de dibujarlo, moviendo el cuerpo de manera menos varonizada.


rene.rojas.glez@gmail.com

 

*Este texto finalmente ha tomado forma, gracias a los reflejos provenientes de la lectura del libro Desandar el laberinto de Raquel Gutiérrez Aguilar y de la participación en la jornada de talleres “Dibujar juntas nuestra cuerpa antipatriarcal: ejercicios feministas de mapeo corporal entre mujeres del Posgrado de Sociología de la BUAP”, impulsada por la Colectiva Caracola Tejedora y celebrada entre el 8 de octubre y el 3 de diciembre de 2021.

Una introducción a la ociosidad como resistencia al sistema desde el cine de Richard Linklater


Por Jorge Tadeo Vargas |

 

Estoy interesado en gente que forja sus realidades.

Richard Linklater

 

A finales de la década de los ochenta se dio una especie de residuos añejado del movimiento contracultural de los sesenta, donde músicos, pintores, escritores y cineastas entre otros creadores intentaron hacer cosas distintas desde el borde de la industria, tratando de mantener una independencia de y en su arte. Su declaración de principios era muy clara: se puede vivir de lo que haces sin la necesidad de venderte al mainstream, incluso lo puedes usar sin contraer ningún compromiso con ello. En pocas palabras mantener la libertad creativa lejos de la industria, sin dejar de ser redituable y así permitirse experimentar más allá de la industria o de lo que es/era comercialmente vendible, creando con esto un nuevo mercado. Cuestionable o no, eso es algo que no nos toca juzgar, al menos no en este texto.

Continuando con el hilo, en el cine aparecieron directores que filmaron películas que se han convertido en referentes de esos años: Quentin Tarantino, Jean Pierre Jeunet, los hermanos Coen, Steven Soderbergh, Alexander Payne entre otros que tenían como característica principal la de contar historias trasgresoras con una estética alternativa, mucho más libre de lo que permitía Hollywood.

A esta generación es a la que pertenece Richard Linklater quien desde que comenzó a contar historias, éstas han estado muy alejadas de los tópicos y el glamour de la industria. No hay New York, ni Los Angeles, ni París, hay ciudades comunes, retratando personajes en una realidad muy alejada de la del héroe que pretende mostrar la industria del cine.



Desde sus inicios Linklater ha apostado por mantenerse produciendo y haciendo cine en la ciudad que adoptó como suya, Austin, Texas. Ciudad en la que también fundó la Austin Film Society en 1983 y desde donde resiste a la industria centralizada con un grupo de amigos, organizando festivales, presentaciones, foros, convirtiendo a Austin en un referente importante, así como un su cuartel general a la hora de hacer su trabajo como cineasta. Así comienza a marcar distancia con Hollywood a la par de ser parte de esa generación de directores que por esos años, intentaban recuperar el sentido crítico y la libertad creativa de los sesenta, dándole una patada directo a la industria.

Tampoco se trata de romantizar a esta generación de directores, pues muchos de ellos con el paso de los años son quienes tienen el control de la industria, marcando tenencia, y son parte de la crisis que se vive en el cine actualmente por la falta de originalidad.

Aunque se tiene que reconocer que otro grupo, en el que se encuentra Linklater, aún intenta mantenerse en el borde con la misma libertad creativa de hace mas de treinta años. Sin compromisos con el mainstream, ni con nadie que no sea su propia idea del arte y la historia que quieren contar.

Intentar clasificar el cine de Linklater como cine de autor (que algunos críticos lo han metido en esa bolsa) comparándolo con directores contemporáneos a él, es muy difícil pues su cine no se puede clasificar en un solo género, además de que la diversidad de historias y la forma de contarlas lo llevan más allá del cine de autor clásico, por lo que hay que ponerlo en un lugar aparte.

Es claro que tampoco es un director por encargo y lo que desea expresar como centro neurálgico de su cine se encuentra en todas sus películas. Es pues un director capaz de ir y venir por distintos géneros cinematográficos y literarios, pero que siempre deja su marca. Lo que él pretende contar como punto central, las relaciones interpersonales (tanto afectivas como sexoafectivas) y el cómo acompañar al otro nos ayuda a mejorar como seres humanos.

Las influencias se sienten en cada una de sus películas y como hijo de los inicios de la Generación X/Alternativa van desde Vitorrio de Sica, Godard, Dreyer, Fritz y otros directores que tenían como sello particular la introspección, la reflexión sobre el mundo y la sociedad sin caer en el panfleto y que Linklater lo lleva más allá adoptando una estética cercana a la revolución accidental y toda la movida alternativa que domino las ultimas décadas del siglo XX.


Su idea de romper con la industria lo fue haciendo desde su primer largometraje It's Impossible to Learn to Plow by Reading Books  (1988)  y después con la que lo puso en el ojo de los medios y la crítica, que a mi ver fue un poco mal entendida, Slacker (1993) misma que algunos directores como Kevin Smith han declarado que fue la que los impulso hacer cine lejos de Hollywood, la que los invitó a contar historias comunes de sus ciudades, historias que podíamos identificar como parte de nuestras vidas diarias, que construían un diálogo entre el director, la película y los espectadores.

Slacker” lo pone en la línea del cine independiente que en esos años comenzaba a repuntar de la mano de Steven Soderbergh con “Sex, lies and video tapes” (1989), Quentin Tarantino y “Reservoir Dogs” (1992), Alexander Payne con “Citizen Ruth” (1996), Kevin Smith con “Clerks” (1994) entre otros directores que iban marcando la línea entre Hollywood y el cine independiente en aquellos años, lo que permitió que Linklater comenzará con uno de sus dos proyectos más ambiciosos. Before Sunrise (1995). Previamente había filmado Dazzed and Cofused (1993) con la que ya iba perfilando esta idea de crítica a la sociedad desde las relaciones afectivas.

Con Before Sunrise se ganó el mote de director independiente que estaba cerca de la industria pero hablando de toda una nación alternativa. Con esta película entro a la revolución mediática que de manos de Nirvana, vendió un movimiento contracultural como mercancía. De nuevo, sobre esto podría escribir todo un ensayo, pero no es este espacio, quizás en otra ocasión.



Podemos recuperar que gracias al éxito de “Before Sunrise” pudo terminar la trilogía conocida como “Before” donde además de la ya mencionada están “Before Sunset” (2004) y “Before Midnigth” (2013) las cuales más allá de ser “chick flicks”, son un tratado filosófico de las relaciones sexoafectivas y su evolución, de cómo en ellas hay que saber nadar contracorriente a riesgo de que te lleve la marea, pero también de cuándo dejar que esto último suceda. No hay amor romántico en esta trilogía, es puro romance oscuro, deprimente, ocioso, una palabra que puede aparecer mucho a la hora de reseñar el cine de este director. Después regresamos a ella.

A simple vista se puede pensar que el cine de Linklater no tiene un hilo conductor, que igual filma “The Newton Boys” (1995) coqueteando con el cine de acción con un filme sobre gánsters de los años cincuenta o hace lo propio con School of Rock (2003) mal definida como una película infantil cuando es simplemente un homenaje a la ociosidad y el fracaso. O bien hace una crítica directa al capitalismo con Fast Food Nation (2006) y a la par un meta documental sobre un asesino como lo hizo con Bernie (2012) despojándolo de toda esa aura de magnificencia que Hollywood le pone a sus villanos, convirtiéndolo en un humano más con filias y fobias.



Regresa a hacer una crítica al capitalismo y el trato a las mujeres en Where'd You Go, Bernadette  (2019) donde la presión, la obsesión por ser perfecta las afecta a ellas mucho peor que a cualquier hombre, un trabajo mucho mejor logrado que cientos de intentos de corrección política que saturan los streamings hoy en día. También podemos mencionar ese tratado sobre la mierda que es crecer y que logró mostrar con su película más famosa (nominada a cinco Oscares) Boyhood (2014) su otro proyecto ambicioso que le llevó filmarlo más de diez años para no cambiar a los actores protagónicos. Todas ellas tienen un hilo conductor, y es la premisa de que la mejor forma de luchar contra el sistema es la dispersión colectiva, el rechazo a lo establecido desde una aparente ociosidad y esto lo hace sin mucha alharaca, sin panfletos, sus personajes son transgresores sin necesidad de serlo, lo son de una forma natural, es parte de su comportamiento.

SubUrbia (1996) y sus ejercicios de animación Waking Life (2002), A Scanner Darkly (2007), esta última basada en una historia de Phillip K. Dick, muestran de forma muy clara al Linklater transgresor que bajo un discurso aparentemente light, esconde una fuerte crítica al sistema.

Su crítica al sistema y la forma en que este define cómo nos relacionamos están presentes en toda su filmografía. Incluso una trilogía como “Before” que puede ser catalogada como una “chick flick” tiene una crítica directa al amor y cómo éste va mutando de acuerdo a la evolución de la pareja. En la última película es claro que la relación ya no funciona, pero los protagonistas siguen aferrados causándose daño, poniendo como excusa el amor. Aunque posiblemente “Fast Food Nation” sea donde la crítica es mucho más directa, atacando al sistema laboral, el racismo, la falta de humanidad, la salud. Justo aquí la estética cambia un poco siendo más oscura, sombría, sin perder esa parte de las relaciones afectivas entre los protagonistas.



En el ensayo que Brian Price escribió sobre Richard Linklater para la revista electrónica “Sense of Cinema” clasifica la obra de director con la palabra “Idleness” que se traduce como ociosidad: el centro fundamental de toda su filmografía. Estoy de acuerdo en parte de esta clasificación. Si hacemos una lectura superficial de la obra de Linklater, la ociosidad está presente en todas sus obras; en Everybody Wants Some!! (2016) todo gira en la fiesta de un grupo de beisbolistas universitarios sin nada mejor que hacer, sin embargo al hacer una lectura más profunda tiene una reflexión que va más allá, es una crítica a la insistencia del ser alguien, de lograr algo en la vida, solo porque así lo dice la sociedad. Hay una evolución que no se ha detenido en un director que pertenece a una generación que fue y va coleccionando fracasos, y que en vez de quejarse prefiere la ociosidad como forma de resistir.

Más allá de un estilo que parece ir recogiendo historias sin involucrarse, ir mostrando una diversidad a la hora de filmar, se ve más que un cineasta, un espectador de cine, con una visión igual a la de su trabajo y que esto lo va convirtiendo en su propio ecosistema donde de acuerdo a sus propias dinámicas puede igual hacerle una visita a Orson Wells en Me and Orson Wells (2009), que a un entrenador borracho y fracasado Bad news Bears (2005); o en la ya mencionada Boyhood” como un ejercicio un tanto de peping Tom o de pasar más de diez años viendo el crecimiento de los actores y de los personajes. Linklater es un observador, un contador de historias, siempre en primera persona, y es por eso que en sus películas es fácil sentirse voyerista.

Migrar a Hollywood para él nunca fue una opción, no buscaba la fama y la fortuna como un fin, menos individual;  y es por eso que decidió quedarse al borde de la industria produciendo y ganándose el respeto por lo que hace, eligió lo colectivo a lo personal y hasta ahora esa decisión le ha permitido convertirse en un director respetado.

A diferencia de muchos directores de su generación que reivindicaron el cine como una forma de manifestarse, Linklater se mantiene contando historias sencillas y complejas a la vez, que nos invitan a dialogar, a pensar, pues es parte de (aunque él no este consciente de ello) toda una generación que fue influenciada por el Mayo de París del ‘68 que aun en estos días de colapso nos siguen invitando a imaginarnos y pedir lo imposible.


Jorge Tadeo Vargas, es escritor, ensayista, anarquista, a veces activista, pero sobretodo panadero casero y padre de Ximena. Está construyendo su caja de herramientas para la supervivencia.

Nomadland: más allá del neoliberalismo


Por Jorge Tadeo Vargas |

 

Ha llegado la economía colaborativa, la patada en el trasero de la economía de la gente modesta —anunció pesaroso—. Había llegado a un punto en que no podía pagar el alquiler y además comer. Nomadland, Jessica Bruder.

 

En este 2022, con una pandemia que no nos quiere soltar del todo, la organización Oxfam, presento su informe anual sobre desigualdades socio-económicas en el mundo, en el cual con datos duros nos dice que la élite de multimillonarios duplico su fortuna entre 2020 y 2021, es decir, estos años de cuarentena, de dolor, de muerte, para ellos fueron de riqueza, de aumentar sus ganancias. Jeff Bezos, dueño de Amazon es quien lidera a esta cúpula y quien resultó mayor beneficiado del virus SARS-CoV-2, mejor conocido como Covid-19.

En diciembre de 2021, un tornado arrasó con una bodega de Amazon ubicada en el pueblo de Edwardsville, Wyoming, dejando al menos seis muertos y múltiples heridos. Los empleados recibieron la orden de no dejar su puesto de trabajar y no dejar sus labores a pesar del peligro latente que significaba un tornado. Las pérdidas para Amazon eran millonarias y no estaban dispuestos a enfrentarlas, los empleados no tenían permitido ir a resguardarse con sus familias y al final ocurrió la tragedia.

A finales de 2020, Chloé Zhao presentó su adaptación del libro Nomandland, escrito por Jessica Bruder. La película ganó tres premios de la Academia en las categorías mejor película, mejor director y mejor actriz a Frances McDorman. La adaptación corrió a cargo de la misma Zhao, resultando una obra bastante libre e interpretativa, más allá de lo que se intenta contar en el libro, que es un trabajo de investigación que Bruder llevó a cabo por tres años viajando con gente que se mueve de ciudad en ciudad buscando trabajo, viviendo en sus autos, la mayoría de ellos adaptados para funcionar como casa y como vehículo. La investigación terminó en un libro que en español fue editado por Capitan Swing en el 2017.


Es importante hablar de la película previo hacer cualquier comentario sobre el libro, por un par de razones, la primera es que la adaptación que se hace no captura la naturaleza y el objetivo de la investigación que Bruder realizó para construir un ensayo coral que denuncia las injusticias del capitalismo de plataforma, además traiciona toda esta esencia al poner a Amazon como un empleador más, que permite a estos “nómadas” mantener su “estilo de vida” donde los bienes materiales se convierten en un lastre (según la interpretación que la de Zhao al libro) que no permiten encontrar la felicidad plena que es ir de un lado a otro sin ataduras de ninguna clase.

En el libro, los nómadas platican de primera mano con Bruder sobre los motivos que tuvieron para vivir en sus autos-hogares para viajar buscando trabajo, en donde sea y como sea. Desde los grandes almacenes de Amazon (los más utilizados, y los más esclavizantes) hasta campos agrícolas trabajando como jornaleros. La mayoría de ellos no tuvo alternativa al perder sus empleos, sus ahorros y por consiguiente, sus casas al no poder pagar las hipotecas.

Ser nómadas fue su ultima opción, no les quedo otra para poder sobrevivir. Todos ellos hablan de la falta de seguridad, de los riesgos, de cómo el apoyo mutuo si bien es fundamental para mantenerse a salvo en las carreteras, carece de la parte más importante que es defender un territorio, un espacio común.

Bruder solo sirve como válvula de escape para que los entrevistados por tres años pongan en la mesa todos sus sentimientos, sus miedos, sus sueños, incluso aquellos de poder volver a tener una casa, un lugar fijo, un trabajo seguro. Ella solo es la narradora de una realidad que supera por mucho todo lo que nos han dicho que significa el capitalismo y el libre mercado, o tal vez lo representa de la mejor manera, donde los seres humanos solo somos mercancía descartable.


A diferencia de la película que
 se inserta en esta nueva tendencia de crítica al sistema actual, que no es más que un maquillaje que sirve para silenciar las buenas conciencias de la gente que aún conserva sus privilegios, que se indignan con la pobreza y las injusticias a la par que hacen sus pedidos por Amazon, mientras que le piden a su Alexa que les reproduzca la canción de moda.

En el libro se desgrana la realidad que desde 2007 a la fecha viven miles de personas en todo el mundo, incluidos aquellos a los que el Sueño Americano se les convirtió en la Pesadilla del capitalismo tardío y salvaje. Donde las minorías ya no solo se definen de forma racializada (aunque este es un mito de los progres que no ven más allá de sus propios privilegios) sino por una clase media totalmente vulnerada, golpeada sin piedad por un sistema en crisis, por un capitalismo neoliberal que está mutando peligrosamente hacia un neo-feudalismo mucho más salvaje y depredador que se ve fortalecido por el capitalismo de plataforma que a su vez da las herramientas para que la desconexión entre el modelo de producción y el consumo se vaya dando de forma más clara. Las zonas de sacrificio son solo un mito para aquellos que no tienen que vivir y trabajar en ellas, no ven los impactos que éstas dejan en las comunidades cercanas y en la naturaleza, claro, siempre tienen la serie o la película que es tendencia para apaciguar su “conciencia social”.

La segunda razón de la importancia de la película y su desfase con el libro tiene que ver con la influencia que tiene el cine en la mayoría de la población y que es mucho mayor que la literatura, especialmente aquella de investigación, de crítica real. Y aquí tengo que ser claro. No cuestiono ni la técnica, ni la estética que Chloé Zhao logra con su filme. Es bastante buena; lo que cuestiono es su forma de abordar el punto central del libro y la denuncia muy clara que hace contra un sistema de clases injusto, Zhao lo deja de lado para convertir el objetivo en una especie de viaje de descubrimiento al estilo new age o cualquiera de esas filosofías que intentan ocultar la realidad con ideas que no tienen fundamento en la realidad, pensamientos mágicos sin sentido, absurdos.

No se espera que Chloé Zhao se convierta en la próxima Ken Loach, ni mucho menos; de este aún nos queda bastante por ver, sin embargo a la directora le falta la carga teórica socio-política que a Loach le sobra, por lo tanto se queda a la mitad del camino, o nos da un retrato romantizado de una clase que ha sido despojada de todos sus derechos, abandonada a la suerte por un modelo que la considera prescindible.

La idea de dejar todo atrás para irse en un viaje de auto descubrimiento se convierte en la trama, lo hace pensando que abandonar todo para viajar de un lado a otro es ser libre. Convierte al desalojo de las personas en una idea romántica que nada tiene que ver con la realidad, en pos a según de Zhao y muchos otros que parten de esta misma idea en la búsqueda de la felicidad completa así en abstracto, sin detenerse a pensar en lo que significa perderlo todo. En los tres años de investigación de Bruder, pocos son los que tomaron esto como un viaje de auto descubrimiento, la mayoría son desalojados, despojados, abandonados, parias.

Tal parece que el objetivo del entretenimiento actual es convencernos de que la organización ciudadana, comunitaria no es viable, que nos toca sentarnos y esperar que alguien más resuelva por nosotros la crisis actual. Una táctica que les esta funcionando bastante bien, si vemos este tipo de películas que aunque tengan un buen respaldo como lo es el libro de Jessica Bruder, se convierte en algo totalmente distinto.

 

Desde las montañas de Klatch City

enero 2021



*Jorge Tadeo Vargas, escritor, ensayista, anarquista, a veces activista, pero sobre todo panadero casero y padre de X.

Las líneas de fuga del sistema: Reddit, TIC´S, plataformas digitales y Wall Street

Por José Daniel Arias Torres | 


Nota del autor: Línea de fuga es un concepto utilizado por Gilles Deleuze en su obra, hace referencia a aquello que no pudiendo ser contenido o simbolizado por un sistema, escapa de este como un derrame. Una línea de fuga va más allá de las lógicas hegemónicas dialécticas de representados y no representados, pues aún en esta dinámica de tensiones, los no representados están siendo representados y articulados por la hegemonía discursiva que se da sentido a si misma a través de las exclusiones definidas y delimitadas. Una línea de fuga, es entonces, una falla hecha persona que no tiene su identidad en las identidades dadas por la hegemonía, y que traza su camino de escape fuera de esta a través de una línea de fuga de lo no simbolizable por ella, pero que definitivamente existe, no dentro del esquema dialéctico, pero existe y para existir debe de partir, momentáneamente, de ella.


En los primeros días del mes de febrero de 2021 una noticia impactaba en los medios de comunicación y redes sociales, un grupo de jóvenes organizados a través de la red social Reddit estaban causando estragos en la bolsa de valores de Wall Street, símbolo emblemático del sistema capitalista, imponiendo un mensaje que, si bien carecía de contenido político, en el sentido en que este golpe no procedía de una organización política, sí era político, pues incluso la ausencia de contenido político en apariencia, es algo ya en sí mismo político.

¿Qué tanto se puede hablar de un golpe al sistema cuando este supuesto golpe procede de sí mismo? En otras palabras ¿Qué tanto se puede hablar de un golpe al sistema cuando los sujetos lo usan justamente de la manera en que marcan sus reglas de libre competencia?

Antes de entrar a responder esta pregunta, debemos de repasar lo sucedido.

Un grupo de jóvenes organizados en el foro social digital Reddit (plataforma utilizada para que los usuarios compartan contenido y se puedan discutir temas de interés) comenzaron a comprar acciones de una empresa llamada GameStop, cuyas pérdidas en la bolsa habían sido enormes, dada la cada vez menor venta de videojuegos en sus tiendas físicas y la llegada de la pandemia que no hizo sino asestarles el tiro de gracia, su posibilidad de recuperación como empresa era improbable, en este sentido, la cotización de una empresa así en la bolsa es negativa y comprar acciones de una empresa en estas condiciones sería una locura, pero no para los foreros de Reddit.

Cuando una empresa cotizada en la bolsa se encuentra en estas condiciones, esto no significa que deje de generar dinero, al contrario, es una oportunidad para los grandes inversionistas que juegan con la volatilidad y riesgo del mercado financiero y que, sin metáfora de por medio, lucran con las pérdidas de otros, aunque estos otros sean la sociedad misma -tal fue el caso de la crisis financiera de 2008 desencadenada por las hipotecas-. La dinámica a seguir por estos inversionistas, pertenecientes a grandes firmas financieras, es apostar a la caída de empresas como GameStop, es decir, lucrar con acciones de estas empresas que se pronostican como irremediables pérdidas, sostener su caída, tomar prestadas sus acciones, vender estas acciones al precio del momento y recomprarlas cuando el precio haya caído, para que cuando las acciones sean devueltas a su propietario original, se gane la diferencia. Un inversionista que se decide a apostar por la caída de una empresa, puede obtener un 100% de ganancias, pero si las acciones de la empresa en lugar de bajar de precio como es que se espera, comienzan a subir, las pérdidas pueden ser infinitas, pues los inversionistas deben de pagar el aumento del costo.

La capacidad de recuperación de una empresa como GameStop, cuyo valor cae constantemente desde hace tiempo, era improbable, en otras palabras, la profecía del mercado de valores era su hundimiento y eventual quiebre, algo que era también alentado por inversionistas que apuestan en la bolsa en su contra y que sostienen su caída, a esta forma de guiar al mercado se le conoce como profecías autocumplidas, lo que quiere decir que no existe un libre mercado ni una mano invisible en el sentido de Smith, sino que son los representantes del capital los que anuncian las tendencias del mercado y guían al mercado hacia estas tendencias a través de sus anuncios.

GameStop, en este sentido, era una mina de oro para personas que apostaban a esta clase de riesgos a la contra, su caída sostenida generaba ingresos para especuladores y hacían del fracaso de un negocio, la ganancia de firmas de capital buitre.

Jóvenes utilizaron a la plataforma Reddit como herramienta de organización para coordinarse y comenzar a invertir en acciones de GameStop, pues aprendieron la lógica detrás de la bolsa de valores y aplicaron un conocimiento que, supuestamente en el libre mercado, está a disposición de todos teórica y prácticamente, pero que desde el propio lenguaje excluye simbólicamente y segmenta, al no ser un lenguaje comprensible a menos que se conozca desde adentro. Así, esta joven generación al invertir en acciones de esta empresa, hizo que su valor de cotización subiera rápidamente durante los próximos días desde el inicio de esta redada, provocando que los inversores que habían apostado a la baja comenzaran a tener importantes pérdidas valuadas en cientos de millones de dólares y que fueron obligados a pedir financiación por parte de terceros para no entrar en una verdadera situación de riesgo. Independientemente de los detalles técnicos de las operaciones bursátiles, en esta guerra al interior de la bolsa de valores entre un tradicional establishment e individuos que se encuentran en una plataforma digital para hacer una serie de operaciones conjuntas en la bolsa, nos habla de un conflicto generacional, en primer lugar, pero también de algo profundamente político, a pesar de la ausencia de fondo político en su actuar.

En primer lugar, se debe ser claro, los usuarios de Reddit hicieron uso de un derecho de facto que otorga el libre mercado, al menos en su marco axiológico, al entrar en la competencia de mercado a través de sus medios para un beneficio personal y apegándose a sus rutas, no obstante, estos usuarios accedieron en conjunto y de forma disruptiva a un espacio reservado a los grandes inversionistas y rompieron códigos no explícitos de la forma correcta de actuar en la bolsa, en otras palabras, un mercado en apariencia cotidiana caótico, tiene lógicas subterráneas definidas que lo encaminan hacia ciertos destinos; siendo incluso la crisis parte de estos destinos, los usuarios de Reddit, en este sentido, irrumpieron en el mercado de forma organizada, rompiendo con sus lógicas y reglas subterráneas, para primar puramente al libre mercado y libertad de acción en este, es decir, acataron al pie de la letra, su regla más visible, su regla más expuesta, convirtiendo al aparente libre mercado caótico, en un libre mercado caótico real, la disrupción en este se ejecutó a través de sus propias reglas y lógicas.

Ante este asalto no han sido pocos los debates que se han generado, y es que los inversores han comenzado a solicitar mayores regulaciones en el mercado para prevenir esta clase de situaciones que crean una inestabilidad al interior del mercado financiero, so pretexto de que estos movimientos eventualmente tendrán consecuencias negativas para la economía y sociedad, sin embargo, detrás de estas expresiones se encuentra un temor por parte de los representantes del capital, pues han experimentado la intromisión de grupos históricamente excluidos del mercado financiero a este mismo, lo que les crea una posición de riesgo real ante la incertidumbre que esto genera.

Por otro lado, un mercado regulado deja de ser un libre mercado, la pregunta obligada es ¿Realmente el libre mercado es libre? En primer lugar una competencia real es inexistente en un entorno donde los sistemas económicos y financieros se encuentran acaparados por grupos que los encaminan a ser lo que son, la máxima de “cualquiera puede formar parte”, es, en sentido de Baudrillard, un significante vacío detrás del cual no hay nada y que, en términos hegemónicos, es llenado por grupos políticos y cárteles financieros, siendo estos, los únicos y tradicionales posibilitados para entrar en él y ser jugadores activos de un supuesto libre mercado para todos.

¿Hasta dónde se hace valer el libre mercado? ¿El libre mercado aplica mientras no afecte en sobremanera a los representantes del capital? Se piden más regulaciones en entornos que nacen con la premisa de ser desregularizados, con poca o nula intervención del Estado, así con la solicitud de mayores regulaciones al mercado no se protege al abstracto de Mercado,  significante vacío dispuesto de ser llenado por cualquiera para convertirse en competidor, sino que se protege a quienes han llenado ese significante desde hace décadas, lo han cerrado en apariencia para deje de derramarse y han clausurado la entrada a otros, haciendo del mercado, una cuestión de élites autoproducidas que cierran el complejo día a día con sus operaciones. La supuesta fractura que divide al Mercado del Estado y que es utilizada como garantía de la independencia del primero con relación al segundo, muestra sus raíces simbióticas cuando el mercado es amenazado y el Estado debe de intervenir en él para su rescate –como sucedió en 2008 tras la crisis financiera en Estados Unidos- aun cuando el caminar del mercado, supuestamente al ser racional, no requiere de intervención alguna para dinamizarse, mucho menos para salvarse, hablar de democracias liberales, indudablemente lleva en su sombra al sistema capitalista, por el cual se sustenta, por otro lado, hablar del hecho de que existe una independencia del Mercado con relación al Estado, teniendo a uno como la condición de la no existencia de relación con el otro, ya delata ahí mismo, su estrecha relación.

La redada del grupo de Reddit contra los inversionistas financieros, es más que una simple operación bursátil, sus condiciones de posibilidad se encuentran en las propias tecnologías de la información y redes sociales, y su razón de ser refleja algo más allá de una simple ganancia económica, algo que va más allá de una operación “extraordinaria” del mercado, y se posiciona como una situación que hace visible a esa sección invisible del sistema pero de la que estructuralmente depende, una que irrumpe en él de forma disruptiva a través de sus reglas, pero ¿Qué más se puede decir sobre este interesante momento en el mercado?

Crisis de 2008, tecnologías de la información y redes sociales

Un territorio que es obligado a abrirse, cuando una frontera es cerrada, en su signo lleva implícita la posibilidad de ser abierto, el asalto de los usuarios de Reddit a la bolsa, significó una inmigración de personas históricamente vetadas del lenguaje financiero, y por ende de las finanzas, a la bolsa, en este sentido, la apropiación de esta herramienta que es la bolsa por parte de un grupo no contemplado en los códigos subterráneos,  y que había fungido como herramienta de ciertos grupos únicamente, nos ofrece un cambio de narrativa en donde los grupos herméticos, como los son los pertenecientes al mercado, son expuestos momentáneamente a un escenario de incertidumbre real, si bien este asalto de ninguna manera debe ser interpretado como un golpe letal a la bolsa, si se debe entender como el inicio de un cambio de paradigma, en donde los roles que toman los actores financieros ya no es tan estable, y las posiciones deben de ser abiertas para nuevos competidores individuales y menos previsibles.

No podemos entender este evento como una sencilla operación extraordinaria en la bolsa, existe algo más allá que se oculta entre las inversiones y las ganancias de un grupo perteneciente a una generación particular, algo que si bien en parte es un conflicto generacional que acarrea un choque de esquemas axiológicos, no se limita a ello y trasciende la mera estructura.

Lo primero que se debe tener en claro, es que el movimiento generado a través de la red social Reddit, no es un movimiento político, en tanto carecen de proyecto político como alternativa al actual y en tanto el golpe se gesta desde el interior del sistema a través de sus propias reglas. Tampoco es un movimiento político por la razón de que este movimiento carece de un sentimiento colectivo, sino que más bien, priman las individualidades con deseos individuales; poniéndolo de una forma reduccionista, el dinero obtenido a través de las operaciones financieras no sería utilizado en su conjunto para un objetivo mayor, sino que estas operaciones eran motivadas desde deseos individuales, en este sentido, individuos sin un sentimiento colectivo hacen uso de la colectividad y de un camino ya trazado a través de normativas, como un vehículo para alcanzar objetivos personales, esto hace que el movimiento no sea político, sino sea catalogado más bien como un enjambre (como Byung Chul-Han llamaría a esta clase de movimientos), sin embargo, esto ya en sí mismo, nos dice algo muy político.

A pesar de que este movimiento no forma parte de una organización política, no significa que carezca de mérito, pues a pesar de ello movilizó a la opinión, al mercado y a la política, al grado de incluso reinaugurar en el debate, la cuestión de la regulación al mercado financiero (cuyo principal objetivo es impedir a inversionistas individuales hacer operaciones de esta clase para proteger así las lógicas subterráneas del mercado) y la supuesta independencia de este con respecto al Estado, aun cuando un modelo político de democracia liberal, es solo la justificación política de un sistema de libre mercado. En otras palabras, provocar la movilización de debates y fuerzas reales ya es un mérito en sí mismo, pues son estructuras que, en su generalidad, se han mantenido estáticas.

Otro aspecto a tener en cuenta es que esta forma de proceder tiene un antecedente traumático, en otras palabras, la lectura de este acontecimiento no estaría completa sin mirar a la crisis financiera, vuelta económica, del 2008. La crisis del 2008, también llamada crisis de las hipotecas, condenó a sectores sociales, pero también a generaciones a la inseguridad social, económica y de vivienda, 2008 podría decirse, fue el año de la gran pregunta ¿Puede esta clase de sistema desigual mantenerse tal como es? 2020 fue el año de la respuesta “No” y 2021, podría ser el año del cuestionamiento social sin pregunta expresada, al hacer evidentes las fallas del sistema desde el interior de este mismo.

2008 y la crisis inmobiliaria movilizada por los bancos y Wall Street, el rescate económico por parte del gobierno que se le dio a las grandes firmas y no a la sociedad, esta herida social tiene su reflejo hemorrágico en la actualidad, pero también su catársis donde el desarrollo de las tecnologías de la información ha llegado a tal nivel, que la exclusión simbólica al sistema financiero se ha reducido, pues hoy cualquiera puede ser partícipe de su lenguaje, sus lógicas y sus inversiones, resultando en que este sistema como significante vacío es apropiado socialmente, y el sistema cerrado hegemónicamente representado por élites financieras, a su vez trata de responder con exclusiones jurídicas (regulaciones reales más allá de la exclusión de los tecnicismos del lenguaje financiero), pues una de las conversaciones más actuales es la que se refiere a tratar de poner limitantes a las plataformas de inversión digitales utilizadas principalmente por inversores individuales no pertenecientes a Wall Street, es decir, a gente común con acceso a tecnología.

2008 y 2020 están conectados por más que una sucesión de años en este caso, y es que la generación del trauma causado en 2008, ha encontrado los mecanismos para liberarse finalmente en 2020, estos mecanismos de liberación o de catarsis, son las tecnologías de la información y las redes sociales, que se ponen a disposición del público para que las llene y se haga partícipe de estos flujos, y trace con ellas sus líneas de fuga del sistema –una operación complicada de lograr en tanto la mayoría permanece como un usuario contenido en la red social representado por la hegemonía y siendo subjetivado por esta-. El desarrollo técnico y digital, la entrada a escena política (su entrada en un escenario político no significa que estén políticamente organizados) de una generación capacitada para su uso, y los traumas generados en el pasado, hacen el coctel perfecto para que una generación socialmente desprotegida acceda a los grandes complejos de los que la sociedad permanecía lejana dada la exclusión simbólica y que hoy, comienzan a manifestar evidentes fracturas por las que se puede acceder.

Es por esto mismo que este fenómeno no se puede explicar en su totalidad como un choque generacional, tal como otros que han existido a lo largo de la historia, sino como un desgaste más del sistema, aunque no por eso necesariamente un momento final del mismo.

En definitiva, esta redada digital de una generación es un choque generacional, pero también un efecto natural del camino que ha tomado el sistema en lo referente a la inseguridad social preponderante, al sacrificar el bienestar social al mercado, causando que esta lucha generacional, más que una cuestión de valores económicos, sea una cuestión de valores sociopolíticos, a pesar de que no exista una organización política con un objetivo social más allá de asestar un golpe al mercado de valores a través de sus representantes, símbolo del capitalismo tardío, este accionar de individuos despolitizados ya es en sí una enorme forma política que en algún momento podría llegar a ser llenada por ellos.

2021 ha sido el año de maduración de un momento disruptivo que solo pudo haber sido en este año y no en otro anterior. Cuando el golpe se intenta asestar a través de reformas y no de rebeliones, revoluciones o revueltas –se esté o no de acuerdo con esta clase de liberación de tensiones sociales graduada, negociada, pacífica y sostenida- de poco funcionan las tomas prolongadas de calles o avenidas cuando se carece de organización política, pero también cuando se carece de masa social, o puesto de otra forma, cuando se carece de una cantidad numérica importante organizada, que mueva el foco de atención mediática y lo mantenga, pues mantener la atención mediática en una sociedad líquida, es difícil. En este sentido, los golpes de choque agudo y contundentes, podrían ser la opción a tomar, así cuando de golpear la bolsa de valores se trata, es más útil golpear al propio mercado de valores desde su virtualidad que desencadena reacciones en la materialidad, que tomar una calle de forma material, el riesgo a tomar con esta clase de organización sin objetivo político, es que a pesar de lo impactante del golpe, este rápidamente se diluye debido a que no existe una articulación política real.

Esta maduración está íntimamente relacionada con el desarrollo constante de las tecnologías de la información y de las plataformas digitales, sin estas, la actual redada de Reddit habría sido imposible de lograr y en un estado de maduración menor, difícilmente habrían causado el revuelo que en la actualidad hicieron.

Sistema, tecnologías de la información, plataformas sociales digitales y sus líneas de fuga

Estas plataformas digitales sociales albergan en su interior una ideología oculta en una aparente apolítica, es decir, sin tendencias a una ideología o intereses, sin embargo, en sí mismas estas plataformas a pesar de diluir el colectivo en positivizaciones individuales -solo veo en estas plataformas lo que quiero ver y lo demás lo cancelo eliminando la diferencia, esta cancelación se puede generar a través de una extirpación consciente “yo elijo ya no ver”, o como una extirpación inconsciente “a través de mi rastro digital los algoritmos me encaminan hacia lo que es más natural que me pueda gustar, dejando a un lado lo que no, dejando de serme mostrado”- que apelan a lo idéntico, pues obedecen en un primer momento a un sujeto cartesiano: “Yo pienso, yo hago, yo hablo, yo existo”, un sujeto que parte del ego para proyectarse y hacer existir lo demás a través de mi experiencia universal; a pesar de este complejo ideológico digital en apariencia cerrado, que se manifiesta como una neutralidad en la red en tanto no existe un eje central rector, y que por eso mismo se hace la más efectiva de las ideologías al cualquiera considerarse fuera de estas sujeciones por no haber un poder visible e identificable;  a pesar de todo esto, existen líneas de fuga desorganizadas políticamente, que siguen trabajando en los territorios del “yo”, pero que encuentran su escape en este tipo de acciones disruptivas, que aprovechan el contorno del sistema, para hacer su camino y escapar, momentáneamente de este mismo.

Usar a un sistema para escapar de él, sin una organización política detrás, esta es la línea de fuga, no revoluciona, pero muestra lo que no puede ser contenido y que se encuentra más allá de las tensiones dialécticas del nosotros y ellos, pues el ellos es articulado por el nosotros para darle sentido a la hegemonía, y lo que es excluido, es, en realidad, contenido, la línea de fuga representa a lo incontenido en este esquema de tensiones dialécticas.

Las redes sociales si bien en su mayoría permanecen en estadios de ser aparatos ideológicos, hiperindividualizantes, cortando a través de esta individualización la posibilidad política, y siendo redes productoras de opinión uniformada en su esencia –pues las opiniones diferentes son censuradas y opiniones populares cargadas de interés son reproducidas, alentadas y socializadas- también pueden fungir como la propia fuga del sistema para los usuarios/individuos, que no organizándose políticamente, encuentran su posibilidad política -una posibilidad política pues la fuga crea un germen de consciencia de que existe algo más allá de la ideología y del individuo -fugándose de un sistema hegemónico cerrado discursivamente, generando así el cuestionamiento, que contiene en su interior a la propia producción hegemónica de la que es parte, y a sus no representados por ella que le dan su sentido negativo de ser.

Lo acontecido en la bolsa de valores promovido desde Reddit -una plataforma que como muchas tiende a democratizar las relaciones sociales al mismo tiempo que tienen en sí la posibilidad de volcarse hacia la tiranía de la opinión absoluta (censura, cancelación, algoritmos)- no es una revancha comunista -estos sujetos no tienen un programa político organizado (la especulación individual agrupada no es una organización política) y por ende de su parte no existe un proyecto político alternativo de fondo-  pero definitivamente es más que un montón de gente joven sin nada que hacer: Esto es el sistema fugándose de sí mismo, como un devenir lógico que debía seguir la propia evolución del sistema capitalista, en este sentido, la falta de organización política, su accionar individual, el uso de las tecnologías de la información y redes digitales (producto del propio sistema capitalista) y el hacer uso para provecho individual del sistema del mercado, son, el día de hoy, el tema político por excelencia que encuentra sus dialécticas tensas evidentes en el interior de sus propias normas.

 

Bibliografía

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Hotten, R. (2021). Gamestop: cómo inversores aficionados de Reddit se enfrentaron a Wall Street y ganaron (por el momento). 4 de marzo del 2021, de BBC Sitio web: https://www.bbc.com/mundo/noticias-55833782

Sánchez, A. (2021). Uno de los rebeldes de Reddit advierte a Wall Street: “Es una guerra de clases, estoy dispuesto a perder lo invertido”. 4 de marzo del 2021, de El País Sitio web: https://elpais.com/economia/2021-01-31/un-usuario-de-reddit-advierte-a-wall-street-es-una-guerra-de-clases-estoy-dispuesto-a-perder-lo-invertido.html

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Judith Butler, Ernesto Laclau & Slavoj Žižek. (2000) Contingencia, hegemonía, universalidad Diálogos contemporáneos en la izquierda. Argentina. Fondo de Cultura Económica de Argentina.

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