Aunque tú no lo sepas: una charla con Cano Hernández de El Gran Silencio


Cano Hernández aka Capricornio man es una de las mentes maestras detrás del sonido de El Gran Silencio, banda que está cumpliendo 30 años de trayectoria musical. En esta charla nos habla de los festejos de aniversario, sus referentes musicales, raggamuffin, su pasión por el dibujo y su colección de funkos.


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Letrinas: poemas de Eduardo Gallardo Castillo



Poemas de Eduardo Gallardo Castillo


 Alejandra Pizarnik, in memoriam


sábado, 18 de diciembre

sueño anterior a cualquier deseo mío de cerrar los ojos y entrar en lo oscuro          yace tu cuerpo en manantiales de alquitrán                   incendio en mis bosques eres                                                          mi cielo       no hay cenizas aún                  ni de lejos los buitres te buscan en los llanos

una muchacha en llamas al filo de la noche eres                           ¿qué habrá en mis ojos cuando te crucen? si los astros son propicios                                    las marcas de nuestros cuerpos arderán                     porque no reconoces ya las palabras que te nombran ni son para ti suficientes los desiertos de mis labios         no hay certeza en estos días en que los lazos no unen ya nunca a nadie || mas en el fondo de los mares duermen   pasivas                las sirenas              a veces con los silencios de la luna las ideas sobre los demás son confusas                       

he terminado por creer que también tú miras como yo:

con los ojos en las manos buscando a tientas la fatiga de los días

que son plegarias tácitas de un silencio desasosegado

que es verdad la voz de mis tambores y corren de mis aguas precipitadas las afrentas del destierro

no será desierto el mirarte ni las nubes cubrirán de frío nuestros cuerpos desnudos al atardecer                         dichosa seré de saberme mirado por tus ojos de invierno que de mis surcos arrancan las desdichas y habitan en mí                    de mis adentros toman sus frutos tirando de mis bosques hacia abajo en el imposible encuentro de alguien que ama y alguien que es amado

quisiera estar sola       y escribirte                                  escribir para mí | escribir mi vida                           quisiera estar solo       escribir las vidas que nunca fui

                            tu ausencia es pretexto para amarte a mi gusto en estas ruinas

                            tu ausencia es milagro para sentirte aquí conmigo

fuimos dos muchachos en llamas en las fauces del encierro                                        

si vinieras una sola vez           

si una sola vez estuvieras junto a mí       hablando de sueños y nimiedades                  de mares ocultos de arcanos símbolos en nuestros cuerpos                 si estuvieras aquí no te amaría de esta manera acabada y perfecta                                                                pero no vienes a mí y las águilas devoran mis entrañas                                 pero no vienes porque habitas otras eternidades                                               lo sé                                                                                                                  toda la vida lo supe y a pesar de las tempestades sé perfectamente que te amo                     y en lo profundo de mi vientre tengo la certeza de que sonríes            a miles de kilómetros                      en algún lugar sagrado

rodeada de humo y celebraciones              de deliciosos cuerpos jóvenes y rostros inmaculados   y en mis hirvientes pozos de miseria siento tu sonrisa atravesar mis cenizas

porque entre tu cuerpo y el mío hay multitudes       distancias infranqueables de hecatombes

porque entre tu pecho y el mío hay ciudades enteras con sus luces y laureles                          

no sabré de ti ocultar mis delirios ni los fríos sudores de mi mirada extraviada                                                                                            porque mereces                          mi cielo

un amor menos salvaje

menos terrible e inútil que el que te ofrezco || puedo sentir la respuesta de tu cuerpo en los páramos de mi claustro puedo sentir amarte y odiarte en la desolada extensión de mi amor            en los inexistentes límites de mis furias   pero no puedo sentir tu mirada sobre mi pecho desnudo ni predecir el movimiento de tus manos sobre mis muslos vacíos

no puedo predecir tus sonrisas

tus caricias

tu placer

no puedo predecir el disgusto de mirarme vacía alterada negligente terco ausente en silencio mirándote posar al viento tus brazos heroicos tus labios de siglos enterrados sobre los míos rotos por el fragor de tu ausencia                                            a veces quisiera construir para ti un palacio real con las piedras que arranco de mis adentros                          iluminar con mi sangre tus antorchas

quisiera a veces insultar tu recuerdo              bailar sobre tus huesos y decir:

si estuvieras muerto escupiría tus ojos te insultaría y te golpearía porque me has dejado tanto tiempo sola      abandonado bajo las astillas del recuerdo                                   amándote tristemente en los abismos de una soledad grotesca y pestilente, hecha de tu cuerpo invisible y de mi deseo por ti que sólo morirá conmigo                 y aun así                           te amaré me arrojaré a tu encuentro           te obligaré a todas las posturas posibles e imposibles de un acto amoroso que necesitará cumplirse                                aquí abajo todo es ilusión y hasta un idiota     como yo es capaz de comprender que este amor es lo más mágico de este mundo                    

pero no dejes que te odie        pensar en ti con odio es respirar agujas oxidadas                           sé misericordiosa conmigo y cúrame de ti                cúrame de tu cuerpo que merece un amor más articulado y bello que el que no me deja respirar en estos instantes                     déjame inundar tus manos con mis cielos                    arrulla de mi locura los espejos              pídeme que te olvide que sea sana  prudente               sensato                           sálvame de ti

es más fácil escribirlo que decirlo      es más fácil marcar sobre mi cuerpo los designios de los ángeles                                mas nunca me leerás ni sabrás de mí ni sabrás que te imploro misericordia mas nunca serás de mi vientre la salvación             por eso                            querido               te suplico de rodillas ante los montes de tu templo     cuando me veas correr por el bosque como cierva vulnerada una noche de entre tantas otras                                hostil enemiga o demasiado servil o huyendo de ti para irme con otros hacia el profundo cuerpo del océano          que sepas que es por ti porque apenas y reconozco tu lengua              porque apenas y reconozco tus cicatrices                    porque no sabría decirme quién soy ahora           ni sabría decir con palabras de este mundo

que partió de mí un barco llevándote                          o que vives en mí y en mí mueres noche tras noche tras noche        y en mí amaneces abrasada al recuerdo de la humedad de tus labios                          a la humedad de mis labios                       porque no sabría explicarte con palabras de este u otro mundo (sabemos ambos que no se trata de gramática ni de riqueza de vocabulario) que esto es un aullido antes del amanecer ||              querida                              no tienes ni idea de cuánto me hace querer morir la sospecha de que me llorarás                                         te llamo desde mi sepulcro                          en agonía      te llamo para que vengas a cuidar de los buitres mis restos       para que vengas a mirar lo que de mis ruinas queda         te pido misericordia y un rezo                                         suplico que vengas a comprobar el absoluto amor que he cifrado en mi nombre                                           en tu nombre que pronunciaría cono una santa el de Dios                                ||          querido                tu presencia pido un abrazo y un beso por última vez       escuchar tu voz de viento espero               imagino          sueño escuchar el océano de tu tonante pecho                                                                              mi sexo se abre

se cierra            respira como volcán en furia                              mi sexo aletea fervoroso los vientos del norte como paloma petrificada               como cruel tormenta arrullando el vaivén de las olas de mi cuerpo                            espera mi herida la broncínea lanza de tus labios

a veces me toco           cierro los ojos y me convenzo que es tu mano la que cubre de mi cuerpo las fauces                           imposible es el orgasmo a larga distancia

quiero lo tuyo y lo digo

quiero tu sexo y lo digo

quiero dormir contigo y lo digo

no me consuelan los otros                     nadie me consolará nunca                           hundirme en tu abrazo sueño —una sola vez siquiera— y contigo gemir al unísono                                            tu lengua sobre la mía sentir nuestros cuerpos batallar con la furia del Centauro en el silencio de la noche

                    de esta noche en que tanto te amo y en que tanto te odio porque no vienes

 


 

no toda es vigilia la de los ojos abiertos

lánguida es la voz del viento

susurra tempestades

    veré mañana quién soy ayer

tu Marcellus eris

dijo tu padre

una grieta florece en mi cuerpo

caminé tus heridas una noche de invierno

silencio

mana savia de mis muertos

ineluctable acento diacrítico de tu cuerpo ausente

ego Marcellus sum

cae el relámpago

en la profunda noche

hubo un tiempo en que podías contar las pecas del cielo

atlas descrito en sueños

              en tus ojos las vidas de los que nunca fuimos

no toda es vigilia la de los ojos abiertos

tiende trampas la vida

                                                         huele a noche tu cabello estrellado

                                                         a tierra mojada la caricia de tu palabra/herida

como cierva vulnerada recorres el mundo

el Minotauro apenas se defendió —¿puedes creerlo?

nombramos falsos dioses

no creas todo lo que dice el viento

llegará el domingo en que podrás escribir el preciso poema de amor que nunca sentiste

por ahora busca sólo bajo las ruinas de tu cuerpo

no toda es vigilia la de los ojos abiertos

 

 


 

Salí de casa en el año 0 de nuestra Señora,

no había motocicletas ni luces neón

              no te enfades padre

salí con un puñado de centavos bajo el brazo

y la vana esperanza de quien siente

su herida en la herida toda de Cristo;

                                          salí de casa en el año de 992 d. A.

y se hizo la luz o me hice luz […]

mira, padre

                            salí de casa una tarde de tu tiempo futuro             pero aún no lo sabes porque apenas estás jugando en el campo con vacas y gallinas                            pero salí de casa esa tarde y no regresaré hasta varios años después con el corazón hecho polvo porque la vida es más difícil de lo que parece pero tú no lo sabes     porque apenas estás llegando a una ciudad nueva con la intención de regresar a casa     sin saber que ahí harás tu vida                                 

salí de casa una noche de 1517 y tú no lo sabes        porque apenas estás conociendo a mi madre                         pero esa noche habré perdido un hijo y nunca sabrás que no fue un accidente y no hace falta que lo sepas                                           no te enfades padre           porque la vida siguió su curso y las heridas han sanado ya

[…]

                                                                       salí de mi cuarto una tarde de septiembre

olvidé el cuchillo en las lindes del río

la sangre que sacude mi corazón es de otro cuerpo

pero eso tú no lo sabes

                                          porque esa noche estabas muriendo o llevando a cuestas el olvido de una promesa incumplida | esa noche negué mi cuerpo a la muerte sólo porque eras tú quien tenía en sus manos la batalla

¿tiene sentido seguir pensando en eso?

              fuimos tiempo baldío

la mujer soltó su negra cabellera y en su rostro vi el dolor de los siglos venideros

pero eso tú no lo sabes

porque saliste de casa una mañana de febrero del año 220 después de no-nacido yo

y ya nunca miraste atrás




Eduardo Gallardo Castillo (Querétaro, 24.01.1992) estudió la Licenciatura en Estudios Literarios en la Universidad Autónoma de Querétaro. Actualmente es editor en REVARENA y corrector independiente. Continúa cultivando su quehacer literario a través de la escritura de poesía y ensayo. Ha publicado en diversas revistas, tanto físicas como virtuales. Parte de su trabajo ha sido publicado en las antologías En la boca del viento (2016) y Mitoxix. Colaboratorio poético (2017).

Crear entre millones de imágenes sin significado: entrevista con el realizador José M. Delgadillo


Por Roberto García | 

José M. Delgadillo es un artista y cineasta independiente nacido en San Luis Potosí, México. Su obra se ha exhibido en más de 15 países y cuenta con más de 30 cortometrajes y dos largometrajes que se desenvuelven entre el llamado videoarte y cine experimental, recibiendo por ellos diversos premios en México y Europa.


RG: Al observar tu trabajo me encontré con los diferentes enfoques que tienes sobre diversos temas, pero siempre se prolonga uno entre todos ellos, que es la reflexión humana a partir de una interiorización personal. ¿Me podrías hablar más de ello?

JMD: Creo que mi trabajo se soporta mucho en el ensayo literario y audiovisual, sobre todo porque en su mayoría lo hago de una forma individual en la que abordo un tema y lo desarrollo conforme a mi perspectiva y de lo que me rodea, lo que veo, lo que encuentro, lo que leo, y lo que me voy encontrando en el camino. Así que por supuesto que hay una interiorización sobre temas que no solo que aparecen en mi mente sino que son temas que yo creo nos afectan a todos. Pienso que por más que uno haga lo que haga de una manera individual, el resultado estará permeado e inspirado por los demás, y creo que esa es una manera más honesta de hacer las cosas.

 

¿Por qué haz decidido trabajar de una manera tan personal y casi individual?

Me he percatado de que para muchos, el ver que los cineastas trabajan de esta manera es algo extraño, pero no lo es. Desde principios  del siglo XX mucho del cine llamado de vanguardia era realizado por muy pocas personas, inclusive solo una. Esto tiene que ver mucho con los procesos creativos que el cine independiente tiene, hay miles de cineastas que trabajaron y que aún trabajan de una manera personal, es como un escritor se enfrenta a una hoja en blanco o un pintor a un nuevo lienzo.

Creo que para algunos esto sea raro es porque la industria ha impuesto en el imaginario de las personas que para hacer una película se tiene que tener cientos de personas trabajando para ti. Esto lo he visto en algunas producciones en las que he estado presente en las que muchos están más preocupados por la cantidad de gente que participa en su película con la idea de que eso les dará un excelente producto audiovisual. Yo creo más en la idea de que la fuerza tiene que estar frente a la cámara, reflejada en el poder de las ideas y de las imágenes, y no detrás de ella.

 

Tus más recientes trabajos están realizados con imágenes descargadas de la Internet, ¿Cómo es que logras llevar ideas tan personales a imágenes que son lejanas a ti?

En realidad no creo que sean lejanas para mí, la mayoría de las veces son imágenes que tengo muy presentes, con la diferencia de que no las tomé yo. Últimamente he abrazado esa técnica de reapropiación porque es una excelente forma de tratar de llevar el lenguaje literario al lenguaje audiovisual. Se trata muchas veces de una operación de apropiamiento del material realizado por otro para ser retrabajado con muy diversas intenciones utilizando muy diversos procedimientos, que van desde el remontaje, pasando por la ampliación óptica, el rayado y el coloreo hasta el deterioro intencional de la película o la simple asociación con otros materiales.

Por ejemplo en mi más reciente trabajo escribí un guion de 30 páginas sobre un hombre que es mandado a Júpiter junto a una máquina de inteligencia artificial para reflexionar sobre los daños que nos estamos haciendo como sociedad aunado a toda la manipulación mediática que vivimos actualmente. Esto lo narro por medio de paisajes y atmósferas que creó a partir de todas esas imágenes que nos podemos encontrar en la red.


Ahora que mencionas todo esto, tienes un videoarte llamado "El fin de los significantes" en donde claramente utilizaste videos de que los usuarios suben a las redes. ¿Cómo es qué eliges las imágenes y cómo es que para ti algunas tienen significado y otras no?

Actualmente se crean millones de imágenes por día para ser consumidas, no son imágenes para hacer una reflexión profunda sino que solamente son para consumir y desechar, imágenes en su mayoría sin ningún significado más que el de mostrar algo unos segundos y darle paso a lo que sigue, otras miles de imágenes para desechar. Esto se idea ha llegado también al cine de masas en donde ya no se hacen películas para los espectadores sino para consumidores que son medidos por algoritmos que dicen que es lo que las masas quieren y eso es lo que se les da, dejando cerrada cualquier posibilidad de que la mayoría se pueda formar una opinión personal sobre lo que quiere y lo que en verdad le gusta sino que consume y desecha.

Por eso técnicas como la reapropiación son bastante interesantes y voltean a ver muchas de esas imágenes que existen ya sea que estén perdidas, olvidadas y muchas veces pobres en su calidad y en su significado como bien lo dice la artista Hito Steyerl.

La recolección de imágenes se hace para dotarlas de un nuevo significado, muchas veces más profundo del que tuvieron en su génesis, y con así no es necesario crear más. Esto se convierte en un acto contestatario a todas esas imágenes que son creadas para rellenar el consumo que ha dictado el algoritmo, así que al reutilizar imágenes tu obra no sólo está dotada de un discurso interior sino que también se pronuncia hacia el exterior, hacia lo que está pasando en el mundo.

 

Para finalizar ¿nos podrías platicar un poco en que es lo que estás trabajando actualmente?

Ahora trabajo en una película que realizaré en cuatro partes en donde abordo el tema de la locura y el cómo se ha ido transformando la figura de lo que es un enfermo mental y el cómo se han creado un sinfín de reglas y convenciones sociales que si no sigues seguramente serás señalado como un loco, sabiendo que muchas veces la mayoría de la sociedad que se dice sana, está mucho más enferma.



José Delgadillo es un cineasta y artista audiovisual nacido en San Luis Potosí, México. Ha realizado dos largometrajes y más de 30 piezas documentales y experimentales. Es licenciado en Historia y Maestro en Estudios de Arte y Literatura, tiene una obra artística importante presentada en más de 50 museos y festivales cinematográficos de países como Francia, Alemania, Inglaterra, Túnez, Holanda, Bangladesh, Rusia, España, India, Uruguay, Argentina, Brasil, Perú, Colombia, Ecuador, Cuba y México. Sus textos poéticos y de investigación han sido publicados en más de 20 revistas físicas y virtuales.

Su obra «XXI» fue ganadora del premio «Panorámic» en el Festival Panorámic que se llevó a cabo en Barcelona, España, en el Museo de Arte Contemporáneo Santa Mónica. Asimismo presentándose en el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante también en España.

En el año 2020 fue ganador del premio a la mejor fotografía en el Festival de Cine sin Límites con su cortometraje “Lumen Terrae”.

En el 2021 su cortometraje “Atmósferas” fue uno de los ganadores de la convocatoria “Minutos de Cine” convocada por la Secretaría de Cultura del Estado de Aguascalientes.

Su película “Sinfonía de lo Invisible” se ha presentado en México, Cuba y Argentina, en festivales como el Festival de Arte IN/MEDIA, en el Festival de Cine Documental de Zanate, en la sección a mejor largometraje documental mexicano y Eneagrama Festival Internacional de Cine Experimental. Apareciendo también entre los 10 mejores documentales experimentales de nuestros tiempos, artículo del alemán Julian Orschler, que forma parte de Motion Pictures y la Video Industria Alemana.

En el 2021 recibió la medalla Rey Nayar, distinción que le otorgó el Festival Internacional de Cine de Tepic por su cortometraje “Lumen Terrae”.

Escafandra Literaria: entrevista con Los KFGC


Los KFGC son un colectivo de literatura multimedia fundado en 2009 y conformado por los autores Gerardo Ocejo, Rodrigo Román, Andrei Vásquez y Ánuar Zúñiga Naime. En esta entrega de Escafandra Literaria nos hablan de sus libros y su particular forma de hacer literatura.


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Aunque tú no lo sepas: una charla con Vicente Jáuregui


Vicente Jáuregui es un músico y compositor michoacano que ha colaborado con un sinfín de exponentes del rock nacional. Actualmente es guitarrista de la emblemática banda San Pascualito Rey y a la par tiene un proyecto solista con tintes más eclécticos y psicodélicos.


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Mi cosa favorita de ser amigo de Antonio León

Selección y texto de presentación: Ánuar Zúñiga Naime
Foto: Elma Correa

 

Mi cosa favorita de ser amigo de Antonio León es la facilidad con la que convierte una salida a comer tacos en un evento de gala, una excursión al oxxo en un desfile, una visita al karaoke en un baile de máscaras; y los poemas en que habla de gremlins y monitos de videojuego.

Mi otra cosa favorita de ser amigo de Antonio León es su capacidad de reírse de las cosas más tristes y los poemas donde la adolescencia se extiende como una carretera que atraviesa el desierto.

Mi otra cosa favorita de ser amigo de Antonio León son las salidas a visitar edificios viejos, iglesias, casas venidas a menos donde vivieron poetas a quienes todo les importaba mucho o muy poco y robarnos las puertas. También los poemas donde Ben Affleck es el protagonista que fracasa inevitablemente.

Mi otra cosa favorita de ser amigo de Antonio León es que tiene el súper poder de transformar los eventos culturales en fiestas con mariachi y uñas negras y rímel corrido. Y también los poemas, por supuesto.

Ánuar Zúñiga Naime

 

 

detergente

 

pequeñas canciones de la comida

los humanos son hormigas sin ensortijar

 

si se reúnen

se llamarán amigos

pero también van a ignorar las pláticas

en que se habla

de la belleza

y dirán que es estúpida la belleza

:

en películas antiguas se lavan manteles con detergente

los tendederos que doblan la vista

parecen autocinemas silvestres

 

y en la última función

se aparecen fantasmas que prefieren los exteriores

:

mi madre tuvo alergia a las manos rajadas del Ariel

no hay un mantel que cubra

los guantes de carne molida

 

la belleza será

entonces

un recibo por algún servicio que se pueda comprobar

un amanecer en que pudimos hablar de otros asuntos

 

si se edita una antología de manos antiguas

en marcos que ostentan molduras

cubiertas por hoja de oro

aparecerá

un mantel

 

 

 

Érica Vexler

 

Desde niño fui de diamantina prensador de cielos canos

 

quería alcanzar velocidades de superhéroe en una serie

del canal seis

 

ir en avión privado, transmisiones en vivo la televisión

horario vespertino: su santidad la Mama, Erica Vexler

y Valentina Alazraki justo a tiempo para la homilía del te

 

de espaldas a la pared trece años, redondos y sin soltar

los maestros madrugaban para arengar estupideces en el

tiempo libre nos prohibían movernos en exteriores por

las armas químicas, patines en línea, camisa manchester

 

es que decían guerra del golfo, luego líneas verdes como

rayos de esmeralda

 

de espaldas a la pared encerronas de fantasía, la ascendencia queer

el rímel de todos los Robert Smith del nuevo rock patrio.

 

Que no digan:

temprana muy temprana la huida en tacones, la venida en tinieblas,

la mojarrita en caldo al borde de ninguna parte si de todas formas

nos vamos a morir en esta guerra o en otra.

 

Por disposición oficial del fin del mundo

prohibido fallecer antes de salir del closet.

 

Aviones se aproximan en la guerra televisada

George Bush madre contra Madame Hussein este es un ataque nuclear

repito

nuclear.

 

 

 

Galerón

 

mis amigos y yo

nos encerrábamos a odiarlo todo al fondo de un galerón

pocos muchachos en aquel espacio para flotar sin antena

 

las reglas eran simples

:

podíamos tocarnos siendo machos cabríos

pero sin desear de verdad

 

cuando alguien latía más fuerte

era pasado por tierra o por un mar de puños

como pasar un bacalao eviscerado a otra era

 

calientes desde la sangre en oquedades y naves industriales

incluso cuartos fríos que transmutaban en salas de calderas

 

al regresar a clase

yo era el único que recordaba el incidente

 

yerto en la afonía del aula

sudaba por el lápiz

imaginaba la tarde floja de las piernas

 

fiebre reumática la tarde

con menores de edad que se comían el cuello unos a otros

 

todo lo recordaba

 

 

mamars poética

 

este es mi poema de ir a la mierda en bobsled

en la olimpiada del cambio climático

o en la prueba de salto con pértiga en campo minado

junto a pacientes con el cielo negro

chicos de cabeza rota a punta de mimos

lo escribo

      en madrugadas de poco sueño

      en sillas voladoras de la feria municipal

con ideas que robé en foros de opinión

acerca del cine porno

entre políticos de izquierda y derecha

       al recortarles el odio como saliva de uso

       vuelan pavesas negras en la habitación

*

este es mi poema de quedarme en cama

en el voguing imaginario de las gordas

durante los paseos familiares

al campo

*

lo escribí desde la época de la vieja casa de madera

en que mi padre guardaba una pistola

hasta que un día entró un ladrón

a llevarse las cajas de balas

los bienes tangibles de la balística

toman el rumbo del mejor de sus alumnos

el arma es ahora un hueco vítreo

en casas vacacionales de extranjeros

fantasma de hierro con erecciones amartilladas

*

conté mi primera mentira hace treinta años

en un patio en que había juguetes

palabras que deseaban terminar

su ministerio de estrabismo

en el gatillo blando de las cosas

*

una vez saqué el arma del escondite paterno

que parecía un ataúd de lana en color marrón

bajé la bragueta al rayado del cañón

y me la puse en la boca

       la impotencia hace fila

       varias veces

       en la ruta de plástico

       de los juguetes nuevos

puja hacia arriba su arado de anodinos perros

este es mi poema del frío en el rostro

        cuando se atora una bala

 

  

Antonio León (Ensenada, Baja California) escribe poesía y crónica. Los poemas que aparecen en esta selección se extraen de los libros :ríos (cetys Universidad), Drowner (Secretaria de Cultura de Baja California), Consomé de piraña (Carruaje de pájaros / Instituto Sinaloense de Cultura) y publicaciones electrónicas.

Tren al norte



Por Juan Mendoza

Presentación de 'Tren Suburbano' de Aldo Rosales.

Librería Bonilla. Jueves 11 de Agosto.

 

Abriré con una aclaración que inicia, más bien, parafraseando algo que le escuché a una escritora infumable que, en apariencia, dedica más tiempo a ser infumable a propósito en redes sociales de escritores más competentes para obtener likes que a escribir. Alguna vez dijo que le cagaban las presentaciones porque sólo eran “una fiesta donde el autor invita a sus amigos para hablar bien de su libro”.

No es que la sentencia sea errónea, incluso estoy totalmente de acuerdo. Lo que no entiendo es el porqué de la molestia. Claro que debe ser una fiesta, pues estamos celebrando un acontecimiento importante y obviamente el escritor invitará a sus amigos. De pendejo invita a un enemigo que se haya dedicado a leer minuciosamente el texto sólo para destrozarlo, arruinar las ventas y, de paso, su reputación literaria. Mucho menos a un desconocido que, probablemente ni lea el libro y se dedique a recomendar otros textos y otros autores, incluso los suyos propios, antes que el presentado. Ha pasado. Quiero dar este punto por importante porque Aldo es mi amigo, mi gran amigo, pero no es por eso que estoy en esta mesa para hablar de Tren Suburbano. Al menos, no sólo por eso.

Antes de conocer a Aldo, conocí sus libros. Un editor y amigo en común, Nahum Torres me recomendó Los Panes y los Pescados. Después otro profe, escritor, editor y amigo en común, Óscar Alarcón, me hizo llegar la colección de libros que edita la BUAP, Extra(e)ditados, donde venía Sombra-Reflejo. Cuando terminé la lectura de ambos, me había afanado en conseguir Entre cuatro esquinas y Linde faz. Cuando por fin tuve de frente a Aldo y brindamos con cerveza y fue a mi casa a celebrar mi cumpleaños (dos veces), yo ya lo había considerado como un gran narrador y, también como un gran cronista. Por eso me siento doblemente honrado de su invitación: 1) porque es mi amigo y los logros de los amigos se deben de celebrar como propios y 2) porque me entusiasmó de sobremanera la lectura de estas crónicas que yo esperaba con mucho afán. Siendo ambos del EdoMex, y recordando un cuento/crónica en Linde Faz de un gimnasio en Cuautitlán, sabía que era sólo esperar un poco para tener la fortuna de tener un libro dedicado a Cuautitlán, a Tlalnepantla, a Tultitlán, La Quebrada, esa línea que avanza y traspasa el tren suburbano.

En el prólogo Benjamín Morales de NoFM nos relata cómo y dónde conoció a Aldo y las impresiones que le causaron sus textos leídos en el taller de la Pirámide. Cuenta cómo se encontraron años después y cómo fue que le solicitó hacer un libro de crónicas. Aldo contestó que no sabía lo que era una crónica, y entonces le pidió que escribiera de lo que viera. Agradecí esa absoluta sinceridad que sale de la boca de uno de los mejores escritores y cronistas contemporáneos. Lo digo sin falsa alabanza, es una característica que subraya el talento y la habilidad de Aldo por construir historias, llámenla crónica, cuento, novela, relato, lo que sea. Una habilidad que se desarrolla y se pule y se trabaja, pero es difícil adquirirla. No se aprende. En clases, talleres y cursos aprendes muchas otras cosas necesarias y vitales para el ejercicio de la literatura, pero no puedes aprender a escribir porque nadie te puede enseñar a ser escritor, a tener la habilidad de atrapar a un lector con un texto. Esa habilidad la descubrí en Aldo, y su franqueza brutal de no andar exigiendo reflectores y mejor dedicarse a escribir, afortunadamente para nosotros los lectores

Como habitante del Estado de México y pasador frecuente de esa frontera invisible entre el EdoMex y la CDMX, leo con emoción las crónicas de Aldo, porque relatan muchos lugares que conozco: viaja en los mismos vagones que yo, mira a la ventana y observa el mismo paisaje. Me siento identificado. El Tren Suburbano da perfecto título a este compilado de crónicas. Estos vagones que transgreden la frontera y facilitan la llegada de miles de personas también nos recuerdan que la condición humana retratada en las crónicas no es condicionante ni depende de una situación geográfica. El viajero del Tren Suburbano transpone kilómetros tras de sí para darse cuenta que la condición humana, es la misma en el destino. Pareciera que viaja con él, que también compra una tarjeta, abona saldo para un “viaje largo” y llega al mismo lugar, a todos los lugares, de donde parece nunca haber salido.

En el Estado de México no todo es atraco en combis, no todos se llaman Brayan (sí un montón, pero no todos), no todo es Ecatepec o Toluca, mucho menos Mordor y no todo es un Establo. Aldo lo sabe bien y va más profundo, desentierra los huesos de las historias. Porque sabe que la miseria del alma es como éstos huesos: al final todos, y en todos lados, terminan por parecerse.

Compartiré un par de párrafos que me parecieron contundentes para aterrizar de lo que hablo:

“El Hombre parece asustarse. Quizá en otras ocasiones le han recriminado por tomar algo que, si bien en principio no es suyo, podría pertenecerlo porque a nadie sirve: sólo a él: como los pepenadores, los trabajadores de limpia, los que recogen latas y plástico y también los escritores, que recogen lo que los demás consideran basura y le encuentran un uso, un último uso. Ya sea palabras, latas, fierros; el aire (uno de esos oficios es inútil. No diré cuál).” 

La Letra que Divide el Mundo

 

“Mañana vendrán por el perro, por eso no le he puesto nombre. Porque un nombre borra el anonimato. Por eso los perros callejeros deben llamarse así: Perros callejeros. Por eso los niños de la calle deben llamarse sólo así, niños de la calle. Un nombre tiene vida, los números no.”

Usted no lo va a creer.

 

Como ven, Aldo es un atinado observador de la presunta cotidianidad y encuentra la manera de pulir una historia y regalárnosla. Sabe que ya no es suya, mucho menos el impacto. He confesado más de una vez que me ha dado mucho entusiasmo la lectura de este libro, pero también me dio tristeza, es imposible no pensar en qué fue de aquel niño que se queda solo al cuidado de sus hermanos mientras su madre sale a trabajar y que estuvo dispuesto a regalarle un perrito. De aquel pepenador que no pudo zafar una varilla, de los presos, de los inmigrantes, de todas las personas variopintas que pasan por estas páginas, de las ferias, de los puentes, de las calles que siempre están arreglando. No puedes evitar pensar en ellas y suspirar con cierto remordimiento, con melancolía y tristeza infinita.

Hay también la crónica que te saca una sonrisa, cuando te identificas, cuando reconoces la calle, los puestos del mercado, las ocurrencias. Ya lo dije y lo repito: esa brutal honestidad es una característica que personalmente agradezco, porque además de todo, la lectura de Tren Suburbano me hace sentir que estoy destapando una caguama que vamos a compartir en vasos de plástico, sentados en una banqueta de alguna calle de Cuautitlán, con una grabadora de pilas en volumen bajito, y mientras se rolan una cajetilla de cigarros le pedimos a Aldo Rosales nos cuente cómo le fue el día de hoy que se lanzó al Faro Indios Verdes… entonces enciende un cigarro, le da un largo trago a la cerveza toma aire y…

… Y es aquí donde termino de hablar para invitarlos a leer el libro, para agradecer a Aldo por haber escrito Tren Suburbano, a Malpaís por publicarlo, a la Librería Bonilla por abrir  el espacio y a ustedes por escucharnos y, más importante, por buscar el libro, por leerlo, por darle vida y continuidad a las letras de Aldo Rosales.

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