Aunque tú no lo sepas: una charla con Cano Hernández de El Gran Silencio
Letrinas: poemas de Eduardo Gallardo Castillo
Alejandra Pizarnik, in memoriam
sábado, 18 de
diciembre
sueño
anterior a cualquier deseo mío de cerrar los ojos y entrar en lo oscuro yace tu cuerpo en manantiales de
alquitrán incendio en mis bosques eres mi cielo no hay cenizas aún ni de lejos los buitres te buscan en los llanos
una muchacha
en llamas al filo de la noche eres ¿qué habrá en mis ojos cuando te crucen?
si los astros son propicios las marcas de nuestros cuerpos arderán porque no reconoces ya las
palabras que te nombran ni son para ti suficientes los desiertos de mis labios no hay certeza en estos días en que los
lazos no unen ya nunca a nadie || mas en el fondo de los mares duermen pasivas las sirenas a veces con los silencios de la luna las
ideas sobre los demás son confusas
he terminado
por creer que también tú miras como yo:
con los ojos
en las manos buscando a tientas la fatiga de los días
que son
plegarias tácitas de un silencio desasosegado
que es verdad
la voz de mis tambores y corren de mis aguas precipitadas las afrentas del
destierro
no
será desierto el mirarte ni las nubes cubrirán de frío nuestros cuerpos
desnudos al atardecer dichosa
seré de saberme mirado por tus ojos de invierno que de mis surcos arrancan las
desdichas y habitan en mí de mis adentros toman sus frutos
tirando de mis bosques hacia abajo en el imposible encuentro de alguien que
ama y alguien que es amado
quisiera estar
sola y escribirte escribir para
mí | escribir mi vida quisiera
estar solo escribir las vidas que
nunca fui
tu ausencia es
pretexto para amarte a mi gusto en estas ruinas
tu ausencia es
milagro para sentirte aquí conmigo
fuimos dos
muchachos en llamas en las fauces del encierro
si vinieras
una sola vez
si una sola
vez estuvieras junto a mí hablando
de sueños y nimiedades de mares ocultos de arcanos símbolos en
nuestros cuerpos si estuvieras aquí no te amaría de esta
manera acabada y perfecta pero no vienes a mí y las águilas
devoran mis entrañas pero no vienes porque habitas otras
eternidades lo
sé toda la vida lo supe y
a pesar de las tempestades sé perfectamente que te amo y en lo
profundo de mi vientre tengo la certeza de que sonríes a miles de kilómetros en algún lugar sagrado
rodeada de
humo y celebraciones de deliciosos cuerpos jóvenes y
rostros inmaculados y en mis hirvientes
pozos de miseria siento tu sonrisa atravesar mis cenizas
porque entre
tu cuerpo y el mío hay multitudes distancias
infranqueables de hecatombes
porque entre
tu pecho y el mío hay ciudades enteras con sus luces y laureles
no sabré de
ti ocultar mis delirios ni los fríos sudores de mi mirada extraviada porque
mereces mi cielo
un amor menos
salvaje
menos
terrible e inútil que el que te ofrezco || puedo sentir la respuesta de tu
cuerpo en los páramos de mi claustro puedo
sentir amarte y odiarte en la desolada extensión de mi amor en los inexistentes límites de mis
furias pero no puedo sentir tu mirada
sobre mi pecho desnudo ni predecir el movimiento de tus manos sobre mis muslos
vacíos
no puedo
predecir tus sonrisas
tus caricias
tu placer
no puedo
predecir el disgusto de mirarme vacía alterada negligente terco ausente en
silencio mirándote posar al viento tus brazos heroicos tus labios de siglos
enterrados sobre los míos rotos por el fragor de tu ausencia a veces quisiera construir para ti un
palacio real con las piedras que arranco de mis adentros
iluminar con mi sangre tus antorchas
quisiera a
veces insultar tu recuerdo bailar
sobre tus huesos y decir:
si
estuvieras muerto escupiría tus ojos te insultaría y te golpearía porque me has dejado tanto tiempo
sola
abandonado bajo las astillas del
recuerdo amándote tristemente en los
abismos de una soledad grotesca y pestilente, hecha de tu cuerpo invisible y
de mi deseo por ti que sólo morirá conmigo y
aun así te amaré me arrojaré a tu
encuentro te obligaré a todas
las posturas posibles e imposibles de un acto amoroso que necesitará cumplirse aquí abajo todo es ilusión y hasta un idiota como
yo es capaz de comprender que este amor es lo más mágico de este mundo
pero no dejes
que te odie pensar en ti con odio
es respirar agujas oxidadas sé misericordiosa conmigo y cúrame de ti cúrame
de tu cuerpo que merece un amor más articulado y bello que el que no me deja
respirar en estos instantes déjame inundar tus manos con mis cielos arrulla de mi locura los
espejos pídeme que te olvide que sea sana prudente sensato
sálvame de ti
es más fácil
escribirlo que decirlo es más fácil
marcar sobre mi cuerpo los designios de los ángeles mas nunca me leerás ni sabrás de mí
ni sabrás que te imploro misericordia mas
nunca serás de mi vientre la salvación por
eso querido te suplico de rodillas ante los montes de tu
templo cuando me veas correr por el
bosque como cierva vulnerada una noche de entre tantas otras hostil
enemiga o demasiado servil o huyendo de ti para irme con otros hacia
el profundo cuerpo del océano que sepas que es por ti porque apenas y
reconozco tu lengua porque
apenas y reconozco tus cicatrices porque
no sabría decirme quién soy ahora ni
sabría decir con palabras de este mundo
que partió de
mí un barco llevándote o
que vives en mí y en mí mueres noche tras noche tras noche y en mí amaneces abrasada al recuerdo de
la humedad de tus labios a la humedad de mis labios porque no sabría
explicarte con palabras de este u otro mundo (sabemos ambos que no se
trata de gramática ni de riqueza de vocabulario) que esto es un aullido
antes del amanecer || querida
no tienes ni idea de cuánto me hace querer morir la sospecha de que me llorarás te
llamo desde mi sepulcro en agonía te
llamo para que vengas a cuidar de los buitres mis restos para que vengas a mirar lo que de mis ruinas queda te pido misericordia y un rezo suplico que vengas a comprobar el
absoluto amor que he cifrado en mi nombre en
tu nombre que pronunciaría cono una santa el de Dios || querido
tu presencia pido un abrazo y un beso por
última vez escuchar tu voz de viento
espero imagino sueño escuchar el océano de tu
tonante pecho mi sexo se abre
se
cierra respira como volcán en
furia mi sexo aletea fervoroso los
vientos del norte como paloma petrificada como
cruel tormenta arrullando el vaivén de las olas de mi cuerpo espera mi herida la
broncínea lanza de tus labios
a veces me
toco cierro los ojos y me convenzo
que es tu mano la que cubre de mi cuerpo las fauces imposible es el orgasmo a larga distancia
quiero lo
tuyo y lo digo
quiero tu sexo y lo digo
quiero dormir
contigo y lo digo
no me
consuelan los otros nadie
me consolará nunca hundirme en tu abrazo sueño —una sola
vez siquiera— y contigo gemir al unísono tu lengua sobre la mía sentir nuestros
cuerpos batallar con la furia del Centauro en el silencio de la noche
de esta
noche en que tanto te amo y en que tanto te odio porque no vienes
no toda es vigilia la de los ojos abiertos
lánguida es la voz del viento
susurra tempestades
veré mañana quién soy ayer
tu Marcellus eris
dijo tu padre
una grieta florece en mi cuerpo
caminé tus heridas una noche de invierno
silencio
mana savia de
mis muertos
ineluctable acento diacrítico de tu cuerpo ausente
ego Marcellus sum
cae el relámpago
en la profunda noche
hubo un tiempo en que podías contar las pecas del cielo
atlas descrito en sueños
en tus ojos las
vidas de los que nunca fuimos
no toda es vigilia la de los ojos abiertos
tiende trampas la vida
huele
a noche tu cabello estrellado
a
tierra mojada la caricia de tu palabra/herida
como cierva vulnerada recorres el mundo
el Minotauro apenas se defendió —¿puedes creerlo?
nombramos falsos dioses
no creas todo lo que dice el viento
llegará el domingo en que podrás escribir el preciso poema de amor
que nunca sentiste
por ahora busca sólo bajo las ruinas de tu cuerpo
no toda es vigilia la de los ojos abiertos
Salí de casa en el año 0 de nuestra Señora,
no había motocicletas ni luces neón
no te enfades
padre
salí con un puñado de centavos bajo el brazo
y la vana esperanza de quien siente
su herida en la herida toda de Cristo;
salí
de casa en el año de 992 d. A.
y se hizo la luz o me hice luz […]
mira, padre
salí
de casa una tarde de tu tiempo futuro pero aún no lo sabes porque apenas
estás jugando en el campo con vacas y gallinas pero
salí de casa esa tarde y no regresaré hasta varios años después con el corazón
hecho polvo porque la vida es más difícil
de lo que parece pero tú no lo sabes porque apenas estás llegando a una ciudad
nueva con la intención de regresar a casa sin
saber que ahí harás tu vida
salí de casa una noche de 1517 y tú no lo sabes porque apenas estás conociendo a mi
madre pero esa
noche habré perdido un hijo y nunca sabrás que no fue un accidente y no hace
falta que lo sepas no te enfades padre
porque la vida siguió su curso y las heridas han sanado ya
[…]
salí
de mi cuarto una tarde de septiembre
olvidé el cuchillo en las lindes del río
la sangre que sacude mi corazón es de otro cuerpo
pero eso tú no lo sabes
porque
esa noche estabas muriendo o llevando a cuestas el olvido de una promesa
incumplida | esa noche negué mi cuerpo a la muerte sólo porque eras tú quien
tenía en sus manos la batalla
¿tiene sentido seguir pensando en eso?
fuimos tiempo
baldío
la mujer soltó su negra cabellera y en su rostro vi el dolor de
los siglos venideros
pero eso tú no lo sabes
porque saliste de casa una mañana de febrero del año 220 después
de no-nacido yo
y ya nunca miraste atrás
Crear entre millones de imágenes sin significado: entrevista con el realizador José M. Delgadillo
José M. Delgadillo es un artista y cineasta independiente nacido en San Luis Potosí, México. Su obra se ha exhibido en más de 15 países y cuenta con más de 30 cortometrajes y dos largometrajes que se desenvuelven entre el llamado videoarte y cine experimental, recibiendo por ellos diversos premios en México y Europa.
RG: Al observar tu trabajo me encontré con los diferentes enfoques que tienes sobre diversos temas, pero siempre se prolonga uno entre todos ellos, que es la reflexión humana a partir de una interiorización personal. ¿Me podrías hablar más de ello?
JMD: Creo
que mi trabajo se soporta mucho en el ensayo literario y audiovisual, sobre
todo porque en su mayoría lo hago de una forma individual en la que abordo un
tema y lo desarrollo conforme a mi perspectiva y de lo que me rodea, lo que
veo, lo que encuentro, lo que leo, y lo que me voy encontrando en el camino.
Así que por supuesto que hay una interiorización sobre temas que no solo que
aparecen en mi mente sino que son temas que yo creo nos afectan a todos. Pienso
que por más que uno haga lo que haga de una manera individual, el resultado
estará permeado e inspirado por los demás, y creo que esa es una manera más
honesta de hacer las cosas.
¿Por qué haz decidido trabajar de
una manera tan personal y casi individual?
Me
he percatado de que para muchos, el ver que los cineastas trabajan de esta
manera es algo extraño, pero no lo es. Desde principios del siglo XX mucho del cine llamado de
vanguardia era realizado por muy pocas personas, inclusive solo una. Esto tiene
que ver mucho con los procesos creativos que el cine independiente tiene, hay
miles de cineastas que trabajaron y que aún trabajan de una manera personal, es
como un escritor se enfrenta a una hoja en blanco o un pintor a un nuevo lienzo.
Creo
que para algunos esto sea raro es porque la industria ha impuesto en el
imaginario de las personas que para hacer una película se tiene que tener
cientos de personas trabajando para ti. Esto lo he visto en algunas
producciones en las que he estado presente en las que muchos están más
preocupados por la cantidad de gente que participa en su película con la idea
de que eso les dará un excelente producto audiovisual. Yo creo más en la idea
de que la fuerza tiene que estar frente a la cámara, reflejada en el poder de
las ideas y de las imágenes, y no detrás de ella.
Tus más recientes trabajos están
realizados con imágenes descargadas de la Internet, ¿Cómo es que logras llevar
ideas tan personales a imágenes que son lejanas a ti?
En
realidad no creo que sean lejanas para mí, la mayoría de las veces son imágenes
que tengo muy presentes, con la diferencia de que no las tomé yo. Últimamente
he abrazado esa técnica de reapropiación porque es una excelente forma de
tratar de llevar el lenguaje literario al lenguaje audiovisual. Se trata muchas
veces de una operación de apropiamiento del material realizado por otro para
ser retrabajado con muy diversas intenciones utilizando muy diversos
procedimientos, que van desde el remontaje, pasando por la ampliación óptica,
el rayado y el coloreo hasta el deterioro intencional de la película o la
simple asociación con otros materiales.
Por
ejemplo en mi más reciente trabajo escribí un guion de 30 páginas sobre un
hombre que es mandado a Júpiter junto a una máquina de inteligencia artificial
para reflexionar sobre los daños que nos estamos haciendo como sociedad aunado
a toda la manipulación mediática que vivimos actualmente. Esto lo narro por
medio de paisajes y atmósferas que creó a partir de todas esas imágenes que nos
podemos encontrar en la red.
Ahora que mencionas todo esto, tienes
un videoarte llamado "El fin de los significantes" en donde
claramente utilizaste videos de que los usuarios suben a las redes. ¿Cómo es
qué eliges las imágenes y cómo es que para ti algunas tienen significado y
otras no?
Actualmente
se crean millones de imágenes por día para ser consumidas, no son imágenes para
hacer una reflexión profunda sino que solamente son para consumir y desechar,
imágenes en su mayoría sin ningún significado más que el de mostrar algo unos
segundos y darle paso a lo que sigue, otras miles de imágenes para desechar.
Esto se idea ha llegado también al cine de masas en donde ya no se hacen
películas para los espectadores sino para consumidores que son medidos por algoritmos
que dicen que es lo que las masas quieren y eso es lo que se les da, dejando
cerrada cualquier posibilidad de que la mayoría se pueda formar una opinión
personal sobre lo que quiere y lo que en verdad le gusta sino que consume y
desecha.
Por
eso técnicas como la reapropiación son bastante interesantes y voltean a ver
muchas de esas imágenes que existen ya sea que estén perdidas, olvidadas y
muchas veces pobres en su calidad y en su significado como bien lo dice la
artista Hito Steyerl.
La
recolección de imágenes se hace para dotarlas de un nuevo significado, muchas
veces más profundo del que tuvieron en su génesis, y con así no es necesario
crear más. Esto se convierte en un acto contestatario a todas esas imágenes que
son creadas para rellenar el consumo que ha dictado el algoritmo, así que al
reutilizar imágenes tu obra no sólo está dotada de un discurso interior sino
que también se pronuncia hacia el exterior, hacia lo que está pasando en el
mundo.
Para finalizar ¿nos podrías platicar
un poco en que es lo que estás trabajando actualmente?
Ahora
trabajo en una película que realizaré en cuatro partes en donde abordo el tema de la
locura y el cómo se ha ido transformando la figura de lo que es un enfermo
mental y el cómo se han creado un sinfín de reglas y convenciones sociales que
si no sigues seguramente serás señalado como un loco, sabiendo que muchas veces
la mayoría de la sociedad que se dice sana, está mucho más enferma.
Escafandra Literaria: entrevista con Los KFGC
Aunque tú no lo sepas: una charla con Vicente Jáuregui
Mi cosa favorita de ser amigo de Antonio León
Selección y texto de presentación: Ánuar Zúñiga Naime
Mi cosa favorita de ser amigo de Antonio León es la facilidad
con la que convierte una salida a comer tacos en un evento de gala, una
excursión al oxxo en un desfile, una visita al karaoke en un baile de máscaras;
y los poemas en que habla de gremlins y monitos de videojuego.
Mi otra cosa favorita de ser amigo de Antonio León es su
capacidad de reírse de las cosas más tristes y los poemas donde la adolescencia se
extiende como una carretera que atraviesa el desierto.
Mi otra cosa favorita de ser amigo de Antonio León son las
salidas a visitar edificios viejos, iglesias, casas venidas a menos donde
vivieron poetas a quienes todo les importaba mucho o muy poco y robarnos las
puertas. También los poemas donde Ben Affleck es el protagonista que fracasa
inevitablemente.
Mi otra cosa favorita de ser amigo de Antonio León es que
tiene el súper poder de transformar los eventos culturales en fiestas con
mariachi y uñas negras y rímel corrido. Y también los poemas, por supuesto.
Ánuar Zúñiga Naime
detergente
pequeñas
canciones de la comida
los humanos
son hormigas sin ensortijar
si se reúnen
se llamarán
amigos
pero también
van a ignorar las pláticas
en que se
habla
de la
belleza
y dirán que
es estúpida la belleza
:
en películas
antiguas se lavan manteles con detergente
los
tendederos que doblan la vista
parecen
autocinemas silvestres
y en la
última función
se aparecen
fantasmas que prefieren los exteriores
:
mi madre
tuvo alergia a las manos rajadas del Ariel
no hay un
mantel que cubra
los guantes
de carne molida
la belleza
será
entonces
un recibo
por algún servicio que se pueda comprobar
un amanecer
en que pudimos hablar de otros asuntos
si se edita
una antología de manos antiguas
en marcos
que ostentan molduras
cubiertas
por hoja de oro
aparecerá
un mantel
Érica Vexler
Desde niño
fui de diamantina prensador de cielos canos
quería
alcanzar velocidades de superhéroe en una serie
del canal
seis
ir en avión privado,
transmisiones en vivo la televisión
horario
vespertino: su santidad la Mama, Erica Vexler
y Valentina
Alazraki justo a tiempo para la homilía del te
de espaldas
a la pared trece años, redondos y sin soltar
los maestros
madrugaban para arengar estupideces en el
tiempo libre
nos prohibían movernos en exteriores por
las armas
químicas, patines en línea, camisa manchester
es que
decían guerra del golfo, luego líneas verdes como
rayos de
esmeralda
de espaldas
a la pared encerronas de fantasía, la ascendencia queer
el rímel de
todos los Robert Smith del nuevo rock patrio.
Que no
digan:
temprana muy
temprana la huida en tacones, la venida en tinieblas,
la mojarrita
en caldo al borde de ninguna parte si de todas formas
nos vamos a
morir en esta guerra o en otra.
Por
disposición oficial del fin del mundo
prohibido
fallecer antes de salir del closet.
Aviones se
aproximan en la guerra televisada
George Bush
madre contra Madame Hussein este es un ataque nuclear
repito
nuclear.
Galerón
mis amigos y
yo
nos
encerrábamos a odiarlo todo al fondo de un galerón
pocos
muchachos en aquel espacio para flotar sin antena
las reglas
eran simples
:
podíamos
tocarnos siendo machos cabríos
pero sin
desear de verdad
cuando
alguien latía más fuerte
era pasado
por tierra o por un mar de puños
como pasar
un bacalao eviscerado a otra era
calientes
desde la sangre en oquedades y naves industriales
incluso
cuartos fríos que transmutaban en salas de calderas
al regresar
a clase
yo era el
único que recordaba el incidente
yerto en la
afonía del aula
sudaba por
el lápiz
imaginaba la
tarde floja de las piernas
fiebre
reumática la tarde
con menores
de edad que se comían el cuello unos a otros
todo lo
recordaba
mamars poética
este es mi
poema de ir a la mierda en bobsled
en la
olimpiada del cambio climático
o en la
prueba de salto con pértiga en campo minado
junto a
pacientes con el cielo negro
chicos de
cabeza rota a punta de mimos
lo escribo
en madrugadas de poco sueño
en sillas voladoras de la feria municipal
con ideas
que robé en foros de opinión
acerca del
cine porno
entre
políticos de izquierda y derecha
al recortarles el odio como saliva de
uso
vuelan pavesas negras en la habitación
*
este es mi
poema de quedarme en cama
en el
voguing imaginario de las gordas
durante los
paseos familiares
al campo
*
lo escribí
desde la época de la vieja casa de madera
en que mi
padre guardaba una pistola
hasta que un
día entró un ladrón
a llevarse
las cajas de balas
los bienes
tangibles de la balística
toman el
rumbo del mejor de sus alumnos
el arma es
ahora un hueco vítreo
en casas
vacacionales de extranjeros
fantasma de
hierro con erecciones amartilladas
*
conté mi
primera mentira hace treinta años
en un patio
en que había juguetes
palabras que
deseaban terminar
su
ministerio de estrabismo
en el
gatillo blando de las cosas
*
una vez
saqué el arma del escondite paterno
que parecía
un ataúd de lana en color marrón
bajé la
bragueta al rayado del cañón
y me la puse
en la boca
la impotencia hace fila
varias veces
en la ruta de plástico
de los juguetes nuevos
puja hacia
arriba su arado de anodinos perros
este es mi
poema del frío en el rostro
cuando se atora una bala
Antonio León (Ensenada, Baja California) escribe
poesía y crónica. Los poemas que aparecen en esta selección se extraen de los
libros :ríos (cetys Universidad), Drowner (Secretaria de Cultura de Baja
California), Consomé de piraña (Carruaje de pájaros / Instituto Sinaloense de
Cultura) y publicaciones electrónicas.
Tren al norte
Por Juan Mendoza
Presentación de 'Tren Suburbano' de Aldo Rosales.
Librería Bonilla. Jueves 11 de Agosto.
Abriré con una aclaración que
inicia, más bien, parafraseando algo que le escuché a una escritora infumable
que, en apariencia, dedica más tiempo a ser infumable a propósito en redes
sociales de escritores más competentes para obtener likes que a escribir.
Alguna vez dijo que le cagaban las presentaciones porque sólo eran “una fiesta
donde el autor invita a sus amigos para hablar bien de su libro”.
No es que la sentencia sea
errónea, incluso estoy totalmente de acuerdo. Lo que no entiendo es el porqué de la
molestia. Claro que debe ser una fiesta, pues estamos celebrando un
acontecimiento importante y obviamente el escritor invitará a sus amigos. De
pendejo invita a un enemigo que se haya dedicado a leer minuciosamente el texto
sólo para destrozarlo, arruinar las ventas y, de paso, su reputación literaria.
Mucho menos a un desconocido que, probablemente ni lea el libro y se dedique
a recomendar otros textos y otros autores, incluso los suyos propios, antes que
el presentado. Ha pasado. Quiero dar este punto por importante porque Aldo es
mi amigo, mi gran amigo, pero no es por eso que estoy en esta mesa para hablar
de Tren Suburbano. Al menos, no sólo por eso.
Antes de conocer a Aldo, conocí
sus libros. Un editor y amigo en común, Nahum Torres me recomendó Los Panes
y los Pescados. Después otro profe, escritor, editor y amigo en común, Óscar Alarcón, me hizo llegar la colección de libros que edita la BUAP, Extra(e)ditados,
donde venía Sombra-Reflejo. Cuando terminé la lectura de ambos, me había
afanado en conseguir Entre cuatro esquinas y Linde faz. Cuando por
fin tuve de frente a Aldo y brindamos con cerveza y fue a mi casa a celebrar mi
cumpleaños (dos veces), yo ya lo había considerado como un gran narrador y,
también como un gran cronista. Por eso me siento doblemente honrado de su
invitación: 1) porque es mi amigo y los logros de los amigos se deben de
celebrar como propios y 2) porque me entusiasmó de sobremanera la lectura de estas crónicas que yo esperaba con mucho afán. Siendo ambos del EdoMex, y
recordando un cuento/crónica en Linde Faz de un gimnasio en Cuautitlán, sabía
que era sólo esperar un poco para tener la fortuna de tener un libro dedicado a
Cuautitlán, a Tlalnepantla, a Tultitlán, La Quebrada, esa línea que avanza y
traspasa el tren suburbano.
En el prólogo Benjamín Morales de NoFM nos relata cómo y dónde conoció a Aldo y las impresiones que le causaron sus textos leídos en el taller de la Pirámide. Cuenta cómo se encontraron años después y cómo fue que le solicitó hacer un libro de crónicas. Aldo contestó que no sabía lo que era una crónica, y entonces le pidió que escribiera de lo que viera. Agradecí esa absoluta sinceridad que sale de la boca de uno de los mejores escritores y cronistas contemporáneos. Lo digo sin falsa alabanza, es una característica que subraya el talento y la habilidad de Aldo por construir historias, llámenla crónica, cuento, novela, relato, lo que sea. Una habilidad que se desarrolla y se pule y se trabaja, pero es difícil adquirirla. No se aprende. En clases, talleres y cursos aprendes muchas otras cosas necesarias y vitales para el ejercicio de la literatura, pero no puedes aprender a escribir porque nadie te puede enseñar a ser escritor, a tener la habilidad de atrapar a un lector con un texto. Esa habilidad la descubrí en Aldo, y su franqueza brutal de no andar exigiendo reflectores y mejor dedicarse a escribir, afortunadamente para nosotros los lectores
Como habitante del Estado de
México y pasador frecuente de esa frontera invisible entre el EdoMex y la CDMX,
leo con emoción las crónicas de Aldo, porque relatan muchos lugares que
conozco: viaja en los mismos vagones que yo, mira a la ventana y observa el
mismo paisaje. Me siento identificado. El Tren Suburbano da perfecto
título a este compilado de crónicas.
Estos vagones que transgreden la frontera y facilitan la llegada de miles de
personas también nos recuerdan que la condición humana retratada en las
crónicas no es condicionante ni depende de una situación geográfica. El viajero
del Tren Suburbano transpone kilómetros tras de sí para darse cuenta que la condición humana, es la misma en el destino. Pareciera que viaja con él, que
también compra una tarjeta, abona saldo para un “viaje largo” y llega al mismo
lugar, a todos los lugares, de donde parece nunca haber salido.
En el Estado de México no todo es
atraco en combis, no todos se llaman Brayan (sí un montón, pero no todos), no
todo es Ecatepec o Toluca, mucho menos Mordor y no todo es un Establo.
Aldo lo sabe bien y va más profundo, desentierra los huesos de las historias.
Porque sabe que la miseria del alma es como éstos huesos: al final todos, y en
todos lados, terminan por parecerse.
Compartiré un par de párrafos que me parecieron contundentes para aterrizar de lo que hablo:
“El Hombre parece asustarse. Quizá en otras ocasiones le han recriminado por tomar algo que, si bien en principio no es suyo, podría pertenecerlo porque a nadie sirve: sólo a él: como los pepenadores, los trabajadores de limpia, los que recogen latas y plástico y también los escritores, que recogen lo que los demás consideran basura y le encuentran un uso, un último uso. Ya sea palabras, latas, fierros; el aire (uno de esos oficios es inútil. No diré cuál).”
La Letra que Divide el Mundo
“Mañana vendrán por el perro, por eso no le he puesto nombre. Porque un nombre borra el anonimato. Por eso los perros callejeros deben llamarse así: Perros callejeros. Por eso los niños de la calle deben llamarse sólo así, niños de la calle. Un nombre tiene vida, los números no.”
Usted no lo va a creer.
Como ven, Aldo es un atinado
observador de la presunta cotidianidad y encuentra la manera de pulir una
historia y regalárnosla. Sabe que ya no es suya, mucho menos el impacto. He
confesado más de una vez que me ha dado mucho entusiasmo la lectura de este
libro, pero también me dio tristeza, es imposible no pensar en qué fue de aquel
niño que se queda solo al cuidado de sus hermanos mientras su madre sale a
trabajar y que estuvo dispuesto a regalarle un perrito. De aquel pepenador que
no pudo zafar una varilla, de los presos, de los inmigrantes, de todas las
personas variopintas que pasan por estas páginas, de las ferias, de los
puentes, de las calles que siempre están arreglando. No puedes evitar pensar en
ellas y suspirar con cierto remordimiento, con melancolía y tristeza infinita.
Hay también la crónica que te
saca una sonrisa, cuando te identificas, cuando reconoces la calle, los puestos
del mercado, las ocurrencias. Ya lo dije y lo repito: esa brutal honestidad es
una característica que personalmente agradezco, porque además de todo, la
lectura de Tren Suburbano me hace sentir que estoy destapando una
caguama que vamos a compartir en vasos de plástico, sentados en una banqueta de
alguna calle de Cuautitlán, con una grabadora de pilas en volumen bajito, y
mientras se rolan una cajetilla de cigarros le pedimos a Aldo Rosales nos
cuente cómo le fue el día de hoy que se lanzó al Faro Indios Verdes… entonces enciende
un cigarro, le da un largo trago a la cerveza toma aire y…
… Y es aquí donde termino de
hablar para invitarlos a leer el libro, para agradecer a Aldo por haber escrito
Tren Suburbano, a Malpaís por publicarlo, a la Librería
Bonilla por abrir el espacio y a
ustedes por escucharnos y, más importante, por buscar el libro, por leerlo, por
darle vida y continuidad a las letras de Aldo Rosales.