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A pimp from Mars: de Bowie a Kendrick Lamar


Reyes Rojas |


Es bien sabido que David Bowie era un camaleón, en el mejor de los sentidos, un imitador. Esta cualidad le permitió reinventarse una y otra vez hasta el final de su carrera. Desde el garbo y el estilo que imitó de Marc Bolan y los modes, pasando por su apropiación del soul y el funk para lanzar el maravilloso Young Americans, hasta los sonidos industriales que calcó de Nine Inch Nails para imprimirlos en el Outside, Bowie siempre supo robar lo mejor de lo mejor y hacerlo suyo.

En biografías como Strange Fascination de David Buckley, y en los múltiples anecdotarios que encontramos aquí y allá sobre la personalidad de Bowie, se le describe siempre como un chico carismático que sabía ganarse la buena voluntad y aprecio de quienes lo rodeaban. Esta otra cualidad suya le permitía, además, robar de la mejor manera: con permiso. Bowie se codeaba de la gente que admiraba y los involucraba en sus procesos creativos: Lou Reed, Iggy Pop, Bryan Eno, Trent Reznor, James Murphy y un largo etcétera de personas que a menudo participaron o lo invitaron a participar en sus proyectos. Un caso muy sonado en los medios fue el de Arcade Fire, para quienes, se dice, Bowie fue una especie de padrino, luego de que en la revista Rolling Stone el ícono británico mencionara que compró un cargamento del álbum Funeral, de la banda canadiense, para regalarlo a sus amigos.

En este sentido, Black Star, el último álbum de David Bowie, que se publicó en 2016, a unos días de la muerte del Duque Blanco, no fue la excepción. Su producción estuvo a cargo, principalmente, de Tony Visconti, una de las apuestas seguras de Bowie desde el 69, pero también contó con la colaboración de James Murphy, quien hizo gala de su acostumbrada petulancia y declaró no haberse involucrado más porque tenía proyectos más importantes y personales; pero quizá la influencia más sui generis para esta última obra es la del ganador del Pulitzer, Kendrick Lamar, uno de los exponentes más disruptivos de la escena, quien un año antes habría lanzado al mercado su transgresor y refrescante álbum To Pimp a Butterfly, obra que revolucionó el género y regresó a Compton el cinturón de campeón en cuanto el rap y el hip-hop concierne.

Durante las vísperas del lanzamiento de Black Star, Visconti declaró a la revista Rolling Stone, que habían estado escuchando incansablemente To Pimp a Butterfly luego del proceso de grabación, y que admiraban el hecho de que Kendrick Lamar había logrado hacer un álbum de hip-hop que no sonaba casi nada a hip-hop, por lo que se impusieron el objetivo de que Blackstar sonara lo menos posible a un álbum de rock’n’roll.

To Pimp a Butterfly fue recibido como una mezcla de tradición y vanguardia, lo que demostró la capacidad de Kendrick para satisfacer el gusto del público experimental y mainstream a un mismo tiempo. Quizá el gusto por romper las reglas que caracteriza al rapero de Compton fue lo que llamó la atención de Bowie, quien no dudó en imitar a Kendrick para imbuir el Blackstar de distintas texturas que oscilan entre el jazz neoyorkino, la música electrónica y el Krautrock.

Blackstar fue un excelente álbum de despedida, manchado de tonalidades oscuras, referencias telúricas y apropiaciones dignas del crisol que representa la trayectoria de David Bowie, quien fue, de todas a todas, un excelente lector de las tendencias de época, las cuales digería y aprovechaba para nutrir de autenticidad su trabajo creativo.

No cabe duda de que, de haber vivido un poco más, hubiéramos presenciado una colaboración más cercana entre ambos genios, pues Bowie hubiera echado mano de su natural carisma y simpatía para acercarse más a Kendrick, quien tampoco se hubiera negado a colaborar y aprender de uno de los exponentes más variopintos, interesantes e influyentes de la actualidad.

Andy Zuno, entre el éxito de "Todo por Lucy" y su "Radioretropop"


Jaime López


El 2022 fue un año destacado para muchos integrantes de la comunidad artística mexicana, entre ellos, el cantante, escritor y actor, Andy Zuno, quien tuvo una notable participación en la serie de Amazon Prime, "Todo por Lucy", y, además, lanzó un nuevo material discográfico titulado "Radioretropop".

En entrevista, el intérprete manifestó su alegría por haber participado en su primera serie lanzada a través de una plataforma digital y externó su entusiasmo por haber rendido tributo a músicas emblemáticas de la escena popera nacional.

Respecto a la sitcom "Todo por Lucy", en donde da vida a "Esteban", dijo que este personaje fue un regalo muy especial para su carrera debido a que le generó una gran aceptación entre la audiencia.

Indicó que la serie se centra en situaciones de la vida cotidiana y logra desprenderse del clásico que la inspira, forjándose una identidad propia.

"Creo que es una escapada muy saludable en el entretenimiento", expresó.

Añadió que "Esteban" es un rol muy noble, que le toca llevar la voz cantante en las escenas de mayor explosividad y vis cómica.

Zuno también mencionó que, aunque "Todo por Lucy", conformada de dos temporadas, no gozó de una gran campaña publicitaria, se mantuvo entre los primeros lugares de preferencia durante tres meses consecutivos.

Acerca de la representanción de la comunidad diverso sexual en las nuevas series mexicanas, pues su "Esteban" forma parte de ella, sostuvo que ahora el espectro es bastante amplio.

Recordó que, anteriormente, las y los integrantes del colectivo LGBTTTIQ+ solían ser encasillados únicamente de dos formas, es decir, "en blanco y negro".

Detalló que él decidió crear un personaje libre, seguro de sí mismo, lejos del típico cliché que dice las mismas frases y el cual perrea igual que el resto de los protagonistas.

"Quería que tuviera eso, que fuera un personaje que no tiene miedo, que no tiene restricciones y que no cae en el cliché tradicional", dijo.

En otro orden de ideas, Zuno lanzó desde el pasado 25 de diciembre su nuevo LP denominado "Radioretropop", que está integrado por 11 temas musicales.

Recordó que cada sencillo que dio a conocer a lo largo del 2022 tiene una identidad propia, que no deja de lado su base estilística popera y que le imprime nuevos bríos a éxitos de antaño.


Cabe recordar que la trayectoria musical de Zuno se caracteriza por retomar temas que fueron interpretados por mujeres exitosas y que dejaron huella en los géneros de la balada y el pop, con la intención de rendir un tributo a las mismas.

A decir de Zuno, en "Radioretropop" hay melodías con distintos sonidos, entre ellos, electrónico, cumbia y hasta regional mexicano. Añadió que, en 2022, también grabó un tema navideño, que era algo que ansiaba realizar desde hace mucho tiempo.

"Radioretropop" incluye los sencillos "Millones Mejor que Tú", "Mentiras", "Desátame", "Leyes del Corazón", "Tanto". "Cómo un Titere", entre otros.

Se trata de un material cuya mayoría de temas marcaron una época y que hoy llevan un sonido distinto, muy al estilo del creativo entrevistado.
"Estoy muy emocionado de finalmente lanzar este EP que he trabajado con tanto amor y dedicación. Es un álbum que en sus canciones cuenta la historia de un año maravilloso para mi como lo ha sido este 2022", declaró.

X: un viaje oscuro, salvaje y espirituoso para celebrar una década de Los Yonkis

  • El material discográfico estará disponible en todas las plataformas musicales a partir del 18 de noviembre de 2022.

Ya más de una década haciendo música, rock and roll, giras y un disco tras otro desde la independencia. Más de diez años de citas, tragos y cuentos de terror que conservan un discurso estético, lírico y musical pero que a la par se reinventa, se electrifica y evoluciona. Más de dos lustros de cuervos, vampiros, locas y gatos con siete vidas que tiran el zarpazo por igual en las calles del centro y en todo tipo de foros, plazas y escenarios del país. Más de X años de Iván García y Los Yonkis y un álbum que nos debían pero que también les debíamos para celebrar la trayectoria de una de las bandas más representativas del rock poblano.

X es el nombre del disco conformado por piezas clásicas del repertorio de Los Yonkis, pero interpretadas por grandes músicos y amigos de la escena local y nacional. Un trabajo discográfico único que es un crisol de voces y estilos musicales en donde podremos escuchar clásicos como “Grito” en ska, “Brindis” con voz femenina e incluso “Panteón” en dos versiones contrastantes.

“Hace tres años debimos celebrar nuestro aniversario número diez el cual no pudimos festejar debido a la pandemia. Así que hasta ahora pudo ver la luz este proyecto el cual se puede nombrar como más les acomode definir la «X»”.

X se suma a la discografía de la banda como el séptimo álbum tras la publicación de Espantapájaros (2001), En vivo acústico (2013), Frik (2014), Sal Paraíso (2017), Tormenta (2018) y Ciudad Soledad (2020). Iván García recuerda la génesis de Los Yonkis, los primeros acordes y los días ahora lejanos en donde los güisquis no hacían nada:

“Los Yonkis fue el nombre que adoptamos después de un riguroso concilio por ahí de 2009. Aunque lo más duro que consumíamos seguramente eran unas Sol Bravas decidimos nombrarnos así en homenaje a William Burroughs y su afamada novela. También optamos por hacer la adaptación gráfica a la voz inglesa de “junkie” para reiterar nuestro compromiso con la lengua española”.

Y así comenzó esta historia, una banda de universitarios que amaban la música y la literatura. Tocamos donde nos ofrecieran cervezas y hubiera fiesta. Hacíamos sonar nuestros instrumentos de gama baja con precisión y firmeza. Hasta inspiramos una novela. Grabamos un demo con temas que ahora son clásicos de nuestro repertorio”.

El letrista y compositor también rememora el lanzamiento del primer álbum en una época que apenas entraba al mundo digital como lo conocemos hoy en día, y en donde la forma de producir y distribuir música se ha transformado radicalmente:

“En 2011 se graba el primer LP titulado Espantapájaros, que se grabó en el estudio de Carlos Iván Carrillo mejor conocido como Carri (hoy Casa Yonki), y quien al final se sumaría a la alineación oficial de la banda. Naciendo así la dupla que ha dado el sonido característico a Los Yonkis y a los otros álbumes publicados bajo esta estructura”.

El álbum X se lanzará oficialmente en todas las plataformas musicales este 18 de noviembre con la participación de dieciséis músicos y agrupaciones que se han hermanado con el proyecto que encabeza Iván García a lo largo de los años y representa también un agradecimiento a la comunidad musical que ha arropado el sonido de Los Yonkis durante más de una década:

“Así hemos ido de gira sumando el talento de grandes músicos y hermanos que nos han acompañado en este viaje. También hemos compartido escenario con muchos proyectos musicales con los que nos hemos hermanado y quienes han querido celebrar con nosotros en una magna fiesta. Acompáñenos en este viaje oscuro, salvaje y espirituoso reunido en este LP”.

X fue masterizado en Casa Yonki y el maravilloso arte del disco, el cual representa mucho del espíritu “Yonkiano” estuvo a cargo del artista y tatuador Checo Mora y su estilo tradicional.



'Ya no quiero entregar mi corazón', lo nuevo de Combo Movox


Recién salido del horno llega el nuevo single de Combo Movox: 'Ya no quiero entregar mi corazón'. Un estridente y vigoroso blues interpretado por la potente voz de Zaira Franco y el talento musical de Sr. González; y que representa un adelanto de lo que será el próximo disco de estudio de la versátil mancuerna, a estrenarse a inicios de 2023.

Desde que comenzamos a lanzar nuestros primeros sencillos, tuvimos como meta conformar un álbum de larga duración que se editaría tanto en formato digital, como en acetato de vinilo. En meses recientes nos dimos a la tarea de grabar cinco temas nuevos que sumados a los ocho previos, nos permite hacer realidad nuestro deseo.

El tema ya se puede escuchar en todas las plataformas musicales y de streaming y fue grabado por Iker Moranchel (guitarra), Santiago Ortiz (batería), Eduardo Dyer (piano), Fratta (bajo), además de los ya mencionados Sr. González (teclados, coros y cajones peruanos) y Zaira Franco en la voz.


El canto de una mujer transparente y empoderada, que no está dispuesta a que jueguen con sus sentimientos. Un blues que no cae en ortodoxias y transpira música de otras procedencias, magistralmente interpretada por músicos de probado talento.


¡El Cotorro! Rockabilly y cultura popular mexicana




¡Ya llegó el cotorro al cotorreo! El artista Luis Campillo se apropió de la iconografía de la Lotería Mexicana para realizar su particular percepción de ella y así realizar la Lotería Cubista. Una serie de pinturas donde reversiona cada una de las cartas del tradicional juego de mesa mexicano.

A su vez, el artista gráfico convocó a diversos músicos de diferentes géneros a participar en la dinámica de sortear las tarjetas de la lotería y la que azarosamente seleccionara cada proyecto tendrían que usarla para componer una canción o pieza musical inspirada en la temática de este maravilloso juego.

Fue así como Iván García y Los Yonkis aceptaron la invitación de parte de Luis Campillo y la tarjeta seleccionada por la agrupación poblana en la "tómbola cubista" resultó ser El Cotorro.

El Cotorro es una canción rockabilly sin ninguna pretensión más que la de pasarla bien. La canción lleva en el nombre la penitencia y es un corte donde la finalidad es cotorrear y bailar rock and roll.

La pieza estuvo grabada en Casa Yonki y producida por Carlos Iván Carrillo.

La alineación musical estuvo conformada por:

Iván García – Graznidos y Guitarra
Carlos Iván Carrillo – Guitarra Eléctrica, piano, coros.
Beto Montes – Batería
Ángel Munguía – Contrabajo
Aarón Tápia – Sax

El sencillo de la banda poblana será estrenado a la primera hora del 1 de junio de 2022 en todas las plataformas digitales.

Stevie Wonder: de niño prodigio a artista revolucionario



Call me old fashioned... please! | Por Mónica Castro Lara |

“Just because a man lacks the use of his eyes
doesn't mean he lacks vision”
-Stevie Wonder-

El pasado 13 de mayo, festejamos el cumpleaños número 72 del gran Stevie Wonder, y qué mejor forma de hacerlo que celebrando al mismo tiempo sesenta años de una espectacular carrera música, escuchando sus mejores éxitos que son ufff… ¡UN BUEN! No les miento ni exagero cuando les digo que tiene AÑOS que tenía este artículo en mente y en realidad no sé muy bien por qué no me había animado a escribirlo, pero ahora que sí, es porque tengo tres poderosas razones: 1. Porque me encaaanta Stevie y siento que siempre ha formado parte del soundtrack de mi vida (qué ñoña, qué cursi); 2. Por lo importante que es seguir descubriendo y analizando lo revolucionario de su música y 3. Porque se me ha estado manifestando (del verbo manifestar, wink wink) en todas partes. Su carrera musical es una perfecta ilustración de sus visionarios talentos, por lo que Stevie Wonder es y será por siempre, uno de los artistas más exitosos, aclamados y significativos de todos los tiempos y por ello, es un honor y me enorgullece plenamente regresar a mis artículos musicales con él.

Los highlights y datos duros en la carrera del buen Stevie son vastos y espectaculares, por ejemplo: en 1963, a la tierna edad de 13 años, fue el primer artista joven en encabezar las listas de popularidad de Billboard Hot 100; a partir de ahí, ha tenido 29 hit singles en Estados Unidos, 101 singles en total, 23 álbumes discográficos, 25 Premios Grammy y más de 100 millones de copias vendidas en todo el mundo. Nada mal, naaada mal, Stevie. Iniciando su trayectoria como un niño prodigio, Wonder ha podido disfrutar de una amplia carrera que vio su cúspide creativa entre 1972 y 1976, época conocida como el periodo “clásico de Stevie”; durante este periodo lanzó 5 álbumes que fueron considerados verdaderas obras de arte inmediatamente después de ser lanzados y que, hasta la fecha, siguen siendo indispensables en las estanterías de todos aquellos que amamos su música. El más famoso y legendario de ellos, es el doble álbum de 1976 “Songs In The Key Of Life”. No solo le tomó dos años producir, sino que también contó con la colaboración de 120 músicos, un listado (depurado) de 21 canciones, la exploración e innovación de nuevas armonías y sonidos, y tiene una duración total de 1 hora 45 minutos. Aplausos de pie, ¿cierto? “Songs In The Key Of Life” viéndolo desde una perspectiva actual, funciona perfecto como una especie de álbum recopilatorio de Greatest Hits y es considerado por la reconocida revista Rolling Stone como el 4 mejor álbum dentro de los 500 mejores álbumes de todos los tiempos. Fue incluido en el Grammy Hall of Fame en 2002; tres años más tarde, en la National Recording Registry (que es una lista de grabaciones sonoras catalogadas como cultural, histórica y estéticamente significativas) y se mantuvo 82 semanas consecutivas en las listas de Billboard. Mi amigo personal Elton John, (*inserte risitas aquí*) ha declarado en múltiples ocasiones que considera a “Songs In The Key Of Life” como el mejor álbum de la historia y que siempre carga (ya sea de manera física o digital) con una copia cuando viaja.


Stevie Wonder fue un pionero del uso de sintetizadores en los años 70s y el encargado en implementar nuevas técnicas de producción. Uno de sus sintetizadores ocupaba el tamaño de toda una habitación y pesaba literalmente una tonelada (más adelante les hablaré un poquito más de él). Durante su periodo clásico, fue el primero en llevar al R&B, de ser conocido por ser un género que producía exclusivamente singles fugaces, a hacer álbumes completos, cohesionando con el pop, el rock, el jazz y otros géneros musicales, y encima hacer que los temas a tratar en las canciones fueran más allá que solo letras románticas, incluyendo temas sociales, políticos e incluso, espirituales.

Así que vayamos al grano: ¿quién es Stevie Wonder? Un niño prodigio que realmente cumplió con su condena de genialidad (para bien, por supuesto). Su nombre real es Stevland Hardaway Morris y nace en Michigan por allá de 1950; sus padres fueron Lula Mae y Calvin Judkins quien, de acuerdo con la biografía de Lula, era alcohólico, violento y la obligaba a prostituirse. Cuando Stevie cumple 4 años, Lula se divorcia y se lleva a sus seis hijos a Detroit. A partir de los 7 años, Stevie comienza a tocar el piano, la harmónica, la batería y el bajo; también comienza a cantar en el coro de la iglesia y en algunas esquinas para ganar algo de dinero. Seguramente se estarán preguntando si en algún momento su ceguera fue impedimento para su desarrollo musical, pero también creo que saben cuál es la respuesta. Nació seis semanas prematuro lo que, junto con la atmósfera rica en oxígeno de la incubadora del hospital, derivó en una retinopatía prematura, una afección en la que no hay crecimiento de los ojos y provoca el desprendimiento de las retinas, por lo que quedó ciego siendo tan solo un bebé. He leído que existen muchas teorías en donde se le acusa de fingir su ceguera con tal de alcanzar el éxito profesional del cual goza y construirse una especie de personaje. Todo me parece una verdadera estupidez y falta de respeto.


A la edad de 11 años, le cantó una de sus canciones a Ronnie White del grupo “The Miracles” y quedó tan impresionado que lo mandó con Berry Gordy fundador de la legendaria casa discográfica Motown Records, quien lo contrató al instante y le propuso a Clarence Paul como su productor de cabecera, quien lo bautizó con el nombre artístico de “Little Stevie Wonder”. Clarence fue su mentor, productor y ocasional coescritor de canciones. En un año de trabajo, juntos lanzaron dos álbumes y algunos singles que fueron recibidos con muy poco éxito. Con 12 años, se unió a la “Motortown Revue” que hacía tours por todo Estados Unidos con los artistas de la disquera. Una presentación de 20 minutos de uno de esos shows en vivo en junio de 1962 fue grabada y lanzada en mayo del ‘63 en un álbum que se llamó “Recorded Live: The 12 Year Old Genius” que fue un éxito casi instantáneo y sirve como catapulta para la carrera de Stevie. Como dato curioso, Marvin Gaye toca la batería en dicha presentación. ¿SE IMAGINAN LO INCREÍBLEMENTE LEGENDARIO Y ESPECIAL QUE FUE ESO?

Durante el resto de los años 60s y mientras Stevie seguía siendo un adolescente, además de quitarse el “Little” de su nombre artístico, sacó más álbumes y singles como “Up-tight Everything’s Alright”, “I Was Made To Love Her”, “For Once In My Life” (que ingeniosamente incluyeron en la peli “Begin Again” y cuya escena entre Mark Ruffalo y Keira Knightley me fascina y encela al mismo tiempo) y la súper legendaria “Signed, Sealed, Delivered I’m Yours” que siempre relacionaré con otra de mis rom-coms favoritas, “You’ve Got Mail” al formar parte de su soundtrack (sí, a una niña de 9 añitos se le pueden quedar muy grabados ciertos datos inútiles). Todos esos singles, fueron Top 3 en Estados Unidos por semanas enteras. El muy marcado estilo musical de Stevie en esta época tenía toda la influencia de Motown y sus álbumes contenían además muchos covers, casi siempre producidos por alguien más. Algunas de las letras más queridas y populares entre el público (incluso a la fecha) fueron coescritas con su mamá, Lula.

A finales de los años 60s, Stevie ya era uno de los artistas estadounidenses más populares y mientras más maduraba, más quería y necesitaba independencia y libertad profesional. En 1970, a los 20 años, se casa con Syreeta Wright quien era secretaria en Motown Records y con quien formó una dupla creativa y profesional que daría muchos frutos interesantes a ambas partes. Motown tenía prácticamente el control absoluto de los álbumes de Stevie quien, a sus 21 años, buscaba insistentemente que su contrato fuera mucho menos rígido y le cediera más control en todo sentido, adquiriendo poder legal y creativo de todas sus canciones. Es así como el álbum “Where I’m Coming From” es su primer trabajo como productor y donde decide apartarse de su ya consagrado estilo musical. Algunos lo consideran el verdadero inicio de su periodo clásico. En 1972 decide sacar el álbum “Music Of My Mind” enteramente escrito y producido por él, a pesar de no tener un contrato tan concreto con Motown. Es aquí cuando empieza a experimentar con una amplia variedad de géneros musicales: soul, funk, jazz-rock, R&B, reggae, african, etc.  Consigue una colección de sintetizadores que en conjunto se llaman “TONTO”, cuyas siglas significan The Original New Trimbal Orchestra; asesorado y manejado por Malcolm Cecil (experto sintetizador) y Robert Margouleff (bajista de jazz) quienes fueron nombrados ingenieros y productores asociados en tres producciones futuras de Stevie. TONTO fue y sigue siendo considerado como el sintetizador analógico polifónico multitímbrico más grande del mundo y su existencia le permitió al trío experimentar con nuevos sonidos.

En 1972, su álbum “Talking Book” contiene éxitos como “You Are The Sunshine Of My Life” y por supuesto la revolucionaria “Superstition”, originalmente escrita y prevista para otro artista. El sonido de esta canción es totalmente nuevo, utilizando a TONTO y muchas otras técnicas que, sin duda, innovaron la forma de hacer y escuchar música ayudándolo a reproducir exactamente lo que él oye en su cabeza. La batería de Stevie es quien, a pesar de toda esta implementación tecnológica, sobresale de manera indescriptible. Posteriormente, en un estudio construido especialmente para él, crea su álbum “Innervision” alcanzando una madurez musical y de sus letras. Le sigue Fulfillingness' First Finale en 1974, siendo mucho más instrumental y hasta sobrio, hablando de temas más profundos como la reencarnación. En ese año, Stevie sufre un terrible accidente automovilístico que lo deja en coma por 4 días e incluso inhibe su sentido del olfato por un tiempo. Pero, a pesar de lo difícil que fue su recuperación, decide invertir todo su tiempo y esfuerzo en crear durante dos años, su magnum opus “Songs In The Key Of Life” de quien ya les hablé anteriormente.


Sus siguientes álbumes fueron mucho más instrumentales con una tendencia muy cargada hacia las baladas sentimentales. “Hotter Than July” de 1980 no consigue el éxito esperado entre la crítica, pero sí con el público, haciéndolo su álbum más vendido y consiguiendo su primer disco de platino. Incluye el tema “Happy Birthday” que, si bien uno pensaría que es una canción cumpleañera más del montón, tiene en realidad una poderosa intención política y social, ya que Stevie luchó porque en Estados Unidos se conmemorara como fiesta nacional el nacimiento de Martin Luther King, y la canción fue escrita precisamente para ello. Cuatro años más tarde, recibe el Golden Globe y el Oscar a la Mejor Canción Original por la sonadísima “I Just Called To Say I Love You” de la película “The Woman in Red” protagonizada por Gene Wilder. Los años 80s son de gran éxito comercial para Stevie, aunque según los expertos, Wonder se estanca y deja de innovar como antes.

En los años 90s y 2000s, no produce álbumes nuevos, sino que se dedica a dar giras, entrevistas, a continuar con su compromiso social, político y altruista, y a vivir enteramente de su legado (qué envidia). Su penúltima producción discográfica fue en 2005 pero, ha sacado singles son artistas modernos como Ariana Grande, Redfoo y Travis Scott. Trabaja en una nueva producción titulada “Through The Eyes Of Wonder” lanzando un par de singles en 2020, pero debido a problemas de salud, aún no se ha podido concretar el lanzamiento del álbum completo.

Gran cantante, excelente letrista, extraordinario productor e instrumentista múltiple (en muchas ocasiones, le hizo de one man band en sus grabaciones). Wonder es reconocido por sus aportes a la música moderna y por ser una constante influencia en artistas del siglo XX y XXI que van desde Michael Jackson, hasta Kanye West. Dudo que muchos de nosotros estemos conscientes realmente de lo increíble de su legado, de lo poderosas que son sus letras y, sobre todo, de lo innovador que fue y es su arte. Por eso las y los invito a escucharlo y dejarse asombrar.

Los Bitchos: psicodelia y cumbia femenina



Por Diego Vázquez | 


Los Bitchos son el combo de la cumbia femenina. Let the Festivities Begin! es una oda a la cumbia psicodélica de los setenta, navega entre el surf y la chicha peruana; es una banda sonora al pasado. Una amalgama de influencias que se conjugan para ser concretadas en once temas.

Dicho en otras palabras, es un remolino de música retro. Los Bitchos nos acercan a la música tradicional de la guaracha, gracias al talento del cuarteto femenino, proveniente de cuatro latitudes (Suecia, Australia, Turquía y Uruguay).

Este combo gestado en Londres en 2017, donde Serra Petale (guitarra), Agustina Ruiz (keytar), Josefine Jonsson (bajo) y Nic Crawshaw (batería) dan vida a este ecléctico proyecto, que además cuenta con piezas instrumentales, aquí la voz sale sobrando.

Estas mujeres retomaron la influencia de Los Mirlos, estandarte de la cumbia peruana así como de música colombiana. En esta propuesta las banderas son anecdóticas y las fronteras son traspasadas por la música. Los Bitchos hacen bailar a los ingleses y al mundo.


Este LP producido por Alex Kapranos de Franz Ferdinand en los Gallery Studios (Londres) da cuenta de los mejores temas de cumbia amazónica que se pudiera quedar estancada en la cabeza. Let The Festivities Begin!, el álbum debut del cuarteto pancontinental, es un trabajo tanto para el oyente experimentado de cumbia como para el melómano que rara vez disfruta de algo instrumental, es el disco para comenzar la fiesta. El material es editado por City Slang Records, compañía discográfica alemana que se enfoca al indie rock.

De los once cortes que están presentes en el disco debut de estas chicas destacan “Pista (Fresh Start), donde el rasgueo de cuerda de guitarra para hacer sonar al ritmo de cumbia y surf predomina; y “Tropico”, en donde la cumbia es la protagonista.

“Change of Heart” evoca a los mismísimos dioses ancestrales de la cumbia amazónica del Perú. Invocación pura. Estas son tres de las canciones que más sobresalen en dicha producción. Un álbum en el que Los Bitchos saben mezclar sonidos de otras latitudes para plasmarlos en canciones. Let The Festivities Begin! guarda once canciones o mejor dicho colecciones de música latinoamericana

Beirut: un combo de tradiciones, cultura y viajes sonoros por el mundo

Por Diego Vázquez |


Zach Condon es el nombre de pila del artista oriundo de Santa Fe, Nuevo México: Beirut; quien desde el 2006 ha gestado nueve materiales, entre discos cortos y LP's.

La conexión que existe en su música es multicultural, abarca desde el folk hasta el barroco. No en vano el músico de 35 años adoptó Beirut en honor a la capital de Líbano, por su encuentro.

En cada uno de sus álbumes, Beirut incursiona con algún género, este multi-instrumentista no escatima en ritmos e incluso se ha nutrido de sonidos de México, como fue el caso de su álbum March of the Zapotec and Real People Holland, un disco doble influenciado por música de Oaxaca, donde el mismo Condon visitó nuestro país para apropiárselo en este álbum.

Una muestra de que para Beirut no existen fronteras, mientras se trate de proceso creativo sonoro. Su música es un combo de tradiciones, culturas y viajes, de los cuales el músico se queda con algo.

El talentoso Zach Condon, dejó pasar dos años desde la salida de su material Gallipoli (2019), ese disco donde prolifera el folk con aires balcánicos en el que, a lo largo de doce temas, hace un recorrido geográfico sonoro.  Gallipoli pone un pie en el pop y en el neofolk contemporáneo.


Después de ese celebrado material, Beirut, ha vuelto con un interesante álbum recopilatorio: Artifacts (Pompeii Records, 2022), una extraordinaria obra, a manera de compendio, de homenaje por estos 16 años de trayectoria. Si pudiéramos hacer un largometraje de su vida este sería el soundtrack perfecto.

El material está divido en cuatro partes, este se resume a trabajos iniciales y lados B. Conformado por 26 canciones, Beirut desempolvó canciones para guardarlas en este disco. Es un viaje al pasado, a las emociones y al tiempo. Artifacts es un trazo de evolución, casi dos décadas de contar historias.

Un álbum que da muestra de que las influencias y viajes por el mundo, sean la musa para este compositor. También da detalle de que los instrumentos no son enemigos, son aliados. Sintetizadores, cajas de ritmo, instrumentos de cuerda y demás elementos se combinan para crear su estilo.

Artifacts es un álbum memorable que todo apasionado de la nostalgia melódica debe tener. Sin duda, el tema más notable y quizá más añorado y recordado será Elephant Gun, canción que da nombre al EP editado en 2007 y que es un estandarte para el folk rock indie de mitad de milenio.

En The Long Island Sound, las trompetas se hacen sonar en este mítico tema del álbum Gulag Orkestar (2006), o que decir de Trasatlantique, que remonta a una noche de viaje en barco recorriendo el mundo.

Estas y otras canciones más alberga este disco que añora, sin duda, lo mejor de la discografía del cantante Zach Condon y los excelentes músicos que conforman Beirut.

Fother Muckers: Justo y Necesario



Las reseñas innecesarias | Por Juan Jesús Jiménez |



Segundo álbum de la banda lanzado en 2008, después de No soy uno, con doce tracks y una duración total de 41:45; marcó un antes y un después para el trabajo de los Fother Muckers. Justo y necesario, significó un cambio considerable tanto por la composición de la banda como el lanzamiento de la discográfica impulsada por el vocalista, Cristóbal Briceño.

Sello Cazador, discográfica que hasta ahora ha impulsado la carrera de 19 bandas -en su mayoría chilenas- de rock alternativo, dejando siempre características muy reconocibles entre cada participación; se encargó de la producción y distribución del álbum, dando a Cristóbal Briceño un papel protagonista como compositor, guitarrista y vocalista de la banda, concluyendo con once tracks a su nombre y la excepción de Simón Sánchez -bajista y segunda voz- componiendo La tercera vía.

Con la banda fundada en 2004 en la Pontificia Universidad de Chile, su camino por la música realmente empezó hasta 2005, con algunas presentaciones en bares y festivales capitalinos, armando una base de fans muy sólida y leal a la carrera de la banda. Fue hasta 2006 cuando se lanza su primer EP homónimo con seis temas, incluyendo algunos en su siguiente trabajo de 2007, No soy uno.

Durante los primeros cuatro años en medio de idas y venidas de bateristas en la banda, para la producción de Justo y necesario, tanto Martín del Real como Gonzalo Nuñez, asumieron el rol hasta principios de 2008, cuando Cristian Soto los releva. El cambio es poco notorio, al entender que el desarrollo musical de cada integrante se dio en conjunto y que no existía tanta disparidad creativa entre Real y Nuñez.

Con el cambio de nombre de la banda hasta 2011, hubo poco material para identificar una línea general en su trabajo y sin embargo, Justo y necesario, como un trabajo más pulido de la banda, funciona muy bien como una carta de presentación; una banda de rock alternativo que habla sobre lo cotidiano. Desde 2022 donde hablamos del encuentro de dos amantes, hasta el hambre de explorar en un joven de veinte años en Explorador.

Viaje de regreso, el mismo lado, justo y necesario, no tienen ningún desperdicio de instrumentalización. Como un equilibrio bien logrado entre lo que se escucha y lo que se entiende. Uno de mis favoritos personales sin duda.

Tranquility Base Hotel & Casino: psicodelia en la alfombra

Las reseñas innecesarias | Por Juan Jesús Jiménez |


Probablemente al mencionar a Arctic Monkeys se nos venga a la mente el año 2013 cuando popularizaron su música con su álbum AM, pero mucho antes, la banda ya contaba con canciones icónicas y con experimentaciones interesantes que dieron forma a lo que encontraríamos en su disco del 2018; Tranquility base hotel & casino, funciona con una ruptura entre lo que la banda británica ofreció en AM, sin perder la calidad con la que llegaron a la fama mundial.

En medio de sonidos psicodélicos y glam, rondando ritmos pop y rock, cada una de las once canciones que conforman el álbum, destacan por sí solas en una línea muy dispersa pero bien definida. Grabado en muchos estudios entre Los Ángeles, París y Londres, el disco fue lanzado bajo el sello de la discográfica independiente Domino Records. Inmiscuido entre la expectativa, la recepción al público general fue muy dividida y no es difícil adivinar el porqué.

Todas las canciones destacan por sí solas, porque todas son muy distintas entre sí; se pueden reconocer los instrumentos -o efectos en ellos- recurrentes, pero su uso tan cambiante hace de cada canción una experiencia que, de no estar abierto al cambio tan brusco entre AM y este disco, puede resultar confuso y hasta tedioso. Esto sobre todo, en canciones como Batphone donde es notable el papel de instrumentos poco frecuentes en el rock alternativo como lo sería el piano o una línea dominante de bajos.

Sin embargo, de principio a fin, el disco es un viaje entre la música de los 60’s y la modernidad que da ese efecto de una nostalgia futura, o la de una voz sincrónica; la voz de Alex Turner como casi total protagonista de las canciones, las melodías complejas y hasta indecisas de las guitarras, bajos que siguen su propio ritmo, hacen alusión a ritmos como el blues o el jazz, pero es el uso de sintetizadores, de guitarras barítono, lap steel, hace que las variaciones de acordes sean suavizadas y hasta resueltas en las líneas de las estrofas y coro.

El disco retoma mucho de la esencia de su propia portada, recuperando mucho de lo que podríamos sentir en una parada breve en un hotel alejado -cuyo nombre es una referencia al lanzamiento del Apollo 11 en 1969. Pensamientos sueltos, amores ocultos, desengaños y un músico que habla consigo en el piano del bar como lo encontramos en One point of perspective.
 

“Ciudad Soledad” abre sus puertas al público en vivo



En diciembre de 2020 Iván García y Los Yonkis lanzaron su quinto disco de estudio llamado Ciudad Soledad. Trabajo que contiene 13 tracks conformados por letras de Iván García y arreglos musicales de Los Yonkis. Esta nueva placa producida por Carlos Iván Carrillo y grabada en Casa Yonki, condensa referencias estilísticas a Bob Dylan, Johnny Cash, Tom Petty, Neil Young, Bruce Springsteen, y Quique González, rolas repletas de referencias contemporáneas y musicales que nos invitan a desentrañar el ruido de fondo para encontrar una propuesta musical desde Puebla.


Ciudad Soledad es un álbum que se publicó en tiempos de pandemia por lo cual, a lo largo de este año, no pudo presentarse con la ceremonia correspondiente y a como nos tiene acostumbrados la banda poblana. La cita para la esperada presentación oficial del disco será el 21 de enero de 2022 en el foro Beat 803 en la ciudad de Puebla. Los invitados serán la banda poblana Té de Brujas, así como la cantautora Bluez Marentes desde Monterrey, Nuevo León. 


Los Yonkis, banda integrada actualmente por Iván García, Carlos Iván Carrillo, Beto Montes, Héctor Arenas y Rafa Ortíz; apuestan por esta presentación en la que se podrá disfrutar de todas las canciones del álbum en su versión en vivo, así como canciones tradicionales de producciones anteriores que el público poblano conoce bien.

Aunque en la dinámica actual de la industria los álbumes han sido sustituidos por sencillos, Los Yonkis, congruentes con su alma vieja apuestan por una obra completa integrada por 13 tracks. En palabras del escritor hidrocálido Sergio Martínez: “con este disco la banda poblana nos regala en sus canciones una ucronía musical y un coctel de steampunk sonoro que pretende hacernos llevadero un año de mierda. Quizá estas rolas nos ayuden a transitar por una pandemia que nos ha arrebatado a familiares y amigos”.


Los boletos de acceso para la presentación están disponibles ya desde la plataforma Boletia y tienen un costo de preventa de $100 pesos y el día en taquilla $150. Adquierelos aquí: https://cutt.ly/fUv3Yg6




Imperfecto extraño: retratos de la muerte


Las reseñas innecesarias | Por Juan Jesús Jiménez |

Noviembre es un mes particular para los mexicanos. Vemos tumbas, hablamos de muertos y los llamamos durante las noches del primer y segundo día del mes. La música que se produce aquí tampoco queda exenta de llenarse de temáticas tan rigurosas como lo es la muerte. Enjambre, una banda zacatecana de rock alternativo, presenta en su disco Imperfecto extraño, el ejemplo más contundente de cómo es que la mexicanidad afronta este tipo de temas entre letras melancólicas y memorias cinematográficas que se apilan en la música que escuchamos.

Lanzado en 2017 por Universal Music México, es el sexto álbum de la banda con una duración de 40 minutos en doce canciones, todas con líneas melódicas muy similares entre sí, brincando entre lo rock y lo electrónico de una canción a otra, pero todo seguido de la temática circundante; la memoria y la muerte.


El futuro, Tercer tipo, Detéstame, En tu día, Luces de periferia y Vida en el espejo, son las que denotan ese sentimiento con más claridad, en voz del vocalista Luis Humberto Navejas. Canciones como Nudo, Y la esperanza, Amanéceme y Desenlace, son el soporte rítmico e instrumental, donde la letra de la canción se pule con los efectos de sintetizadores y guitarras eléctricas.

El disco puede parecer lento, e incluso no es considerado el mejor de la banda, pero su riqueza recae en la forma en que podemos disfrutar del disco desde dos vistas, la lírica y la musical. Además de reconocer aspectos que bien podrían encajar en álbumes anteriores como lo sería Daltónico o El segundo es felino, lo que hace del disco una continuación lejana de los primeros trabajos de la banda, asignando este tono narrativo presente en soundtracks de películas.

Una gran elección si uno decide entrar en el género del rock alternativo, y mucho más para esta época del año, donde si la estación no nos desata lo nostálgico, lo hará la música que escuchamos al recobrar los recuerdos que el paso del tiempo deja sobre nosotros, dejando entre el principio y final de año, la imagen de un Imperfecto extraño que se mira una y otra vez con las canciones de este disco de fondo.

Happier than ever: el registro de cambios

Las reseñas innecesarias | Por Juan Jesús Jiménez |

Pasaron tres años desde el lanzamiento de When we all fall asleep, where do we go?, un gran álbum introductorio para la carrera de cantante de Billie Eilish y para su hermano Finneas O’Connell. Éxitos como Bury a friend o Bad Guy, dejaron expectativas altas para el resto de su obra musical; Happier than ever, como un álbum que retoma algunos elementos de su predecesor y le suma muchos otros más personales, es una buena continuación a lo logrado con su primer disco, pero que causa un extraño efecto en su primera impresión.

Lanzado el 30 de julio de este año, en medio de una pandemia global y sin la posibilidad de tener una gira mundial, hizo uso de uno de los servicios de distribución de plataformas como Spotify, y si bien este tipo de formas de distribución no es nueva, es curioso ver cómo la producción de contenido se amolda a las nuevas realidades. Respecto a si es la mejor forma de distribución o no, no es un tema que nos compete tratar aquí.

Dentro del lanzamiento en Spotify, podíamos disfrutar de tres versiones -no muy distintas una de la otra- del mismo disco. Uno con las anotaciones de Billie Eilish en algunas canciones, otro organizado de distinta forma al disco base -por llamarlo de alguna forma-, y el disco tal cual podemos encontrarlo en el formato físico.

Además, a inicios de septiembre, el disco contó con una película -semianimada- distribuida por la plataforma de Disney +; Happier than ever: a love letter to Los Angeles, es un concierto inmersivo muy parecido a lo que podría ser un MTV Unplugged de la artista, acompañada de la filarmónica de Los Angeles -que hacen un trabajo magnífico al interpretar música que aparentemente no tendría nada que ver con lo que hacen habitualmente.

Hablando sobre el contenido del disco, las primeras ocho canciones sirven como una recapitulación de ritmos y estilos de lo que ya conocíamos de Billie Eilish, tanteando con un espléndido trabajo de producción y melodías muy silenciosas pero cautivadoras tanto en letra como en compás rítmico. Canciones como Oxytocin, Billie Bossanova, I didn’t change my number o GOLDWING, tanto en el concierto acompañado como por sí solas, juegan con el sonido estéreo, el volumen y los bajos que contrastan con la voz de Billie. Además, la mayoría de estas canciones hablan del crecimiento que ha tenido la artista desde aquel lejano 2016 cuando lanzaba Ocean Eyes. Habla un poco del cómo se siente desde la fama tan acelerada que obtuvo y se abre a temáticas más generales como la atracción y su propia experiencia en ello.

Las ocho canciones restantes podrían funcionar como otro álbum, desde una catarsis en el interludio de Not my responsability y Overheated, siguiendo por pensamientos sueltos que llevan a su conclusión en Male fantasy. Temas un poco más pesados como el acoso social, la muerte, la superación personal y la asimilación van dejando su huella entre ritmos más pop y pocas experimentaciones como las de las primeras ocho canciones.

En general, un disco que representa algo de lo que se puede lograr con artistas con libertad creativa y de distribución, tal vez un precedente para que cada vez más discos sean presentados por entero de forma digital antes que física. En lo personal, recomendaría el concierto de Disney +, pues muchas de las canciones adquieren una profundidad armoniosa mucho más grande siendo interpretadas por la filarmónica, como el caso de mi favorita personal: Billie Bossanova. En resumen, si bien, la segunda parte del disco puede parecer extraña, vale la pena darle una oportunidad de brillar por separado a lo que ya conocíamos en When we all fall to asleep, where do we go? Y si es que solo buscamos algo ya conocido, el disco también cumple con ello, y de una gran forma.

¿Por qué es tan importante el último álbum de Tony Bennett y Lady Gaga?

Call me old fashioned… please! | Por Mónica Castro Lara |


A mi querido tío Raúl, ávido lector de Revista Sputnik

A inicios de año, como si este 2021 no fuera lo suficientemente funesto, nuestro querido Tony Bennett anunciaba al mundo a través de una entrevista con la AARP Magazine, que padece Alzheimer desde 2016, una noticia durísima para todos sus fanáticos. A pesar de que previo a la pandemia aún hacía conciertos y tenía una vida pública relativamente activa, parece ser que la enfermedad, lamentablemente, ha ido avanzando sin prisa, pero sin pausa. En dicha entrevista su tercera esposa, Susan Crow, narra cómo Tony mostraba ya ciertos síntomas previo a su diagnóstico, como olvidar los nombres de los miembros de la banda, esconder partituras o listas dentro del piano y olvidar el lugar donde se encontraba trabajando. El cantante sabía que algo no andaba bien y en su chequeo, los resultados fueron desgarradores. Sin embargo, sorprendentemente Bennett continuó trabajando y hoy nos encontramos a horas de poder disfrutar su último álbum colaborativo.


Tras siete intensas décadas de trabajo en la música y en el medio del espectáculo, la familia de Tony Bennett anunció hace un par de meses que “Love For Sale” es su sexagésimo primer álbum y con él, su retiro definitivo de los escenarios. Pero, dentro de toda esta tristeza, nos queda la satisfacción de saber que lo hizo al lado de una de sus grandes amigas, la siempre extraordinaria Lady Gaga. El álbum es un tributo a Cole Porter (muy querido y conocido en esta sección, dicho sea de paso) y constará de diez canciones en su versión estándar y diecinueve en la versión Deluxe Internacional. Me parece que esas nueve canciones extras, están incluidas ya en el primer álbum que grabaron juntos (“Cheek to Cheek”), así que en realidad esta última es una versión más bien compilatoria de todos los covers que han hecho de Porter.

A inicios de agosto, las redes sociales de ambos cantantes nos compartían el primer sencillo: “I Get A Kick Out Of You”, una de las canciones más famosas de Cole Porter y que forma parte del musical de 1934, “Anything Goes”. En el video musical de dicho sencillo, vemos a una muy emocional Gaga y a un muy guapo y trajeado Tony, interpretando la canción en un estudio de grabación, ambos muy sonrientes y atentos a las indicaciones que les daban, una dinámica muy similar a lo que hicieron en “The Lady Is A Tramp” hace ya diez años (¡!). A mí honestamente se me estremece el corazón como a Gaga y se me llenan los ojitos de lágrimas al ver y oír a Bennett porque, a pesar de sus 95 años, a pesar de su enfermedad y pese a las recomendaciones y restricciones médicas, lo vemos interpretar con esa jovialidad que siempre lo ha caracterizado. Su voz es aún muy potente, con una perfecta dicción. Reconforta y mucho, verlo así… en su estado natural. Y, por cierto, amé que no censuraran la parte de la cocaína en la canción y, sobre todo, que fuera Tony quien la cantara.

Además del álbum, Lady Gaga y Tony Bennett no se quedaron con las ganas de hacer un par de conciertos como parte de la promoción del álbum (ya que la familia se negó rotundamente a que Tony hiciera entrevistas a los medios): grabaron un MTV Unplugged a inicios de julio que supuestamente, podremos ver a finales de año; grabaron el 3 y el 5 de agosto, un concierto en el legendario Radio City Music Hall llamado “One Last Time: an Evening with Tony Bennett and Lady Gaga” cuya premiere será a finales de noviembre a través de la CBS (hagan changuitos para que podamos verlo) y finalmente, un documental titulado “The Lady and the Legend” que tendrá acceso exclusivo a través de Paramount+ sin fecha por anunciar aún. Dicho documental, nos mostrará las grabaciones tanto de “Cheek to Cheek” como de “Love For Sale”. 

A mí me entusiasma muchísimo el lanzamiento de todos estos productos audiovisuales y a pesar de la carga emocional tan fuerte que tienen, me parecen el cierre perfecto a una carrera indiscutiblemente legendaria. Ustedes saben lo mucho que significa Tony Bennett para mí, así que disculparán mi entusiasmo y mis ganas desmedidas por querer escuchar “Love For Sale” hasta el cansancio y poder reconocer y aplaudir el enorme esfuerzo que hizo el cantante para lograrlo, porque me queda claro el poder mágico y sanador que tiene la música. Por las pequeñas probaditas que nos han dado, es un jazz clásico del Great American Song Book, la especialidad de Bennett.

Y bueno, no queda más que esperar para echarnos una buena lloradita escuchando a este par de leyendas. Mientras eso sucede, veamos el recién salido del horno, “Love For Sale”, otro video musical en donde Gaga se ve HER-MO-SÍ-SI-MA y mi Tony se ve tranquilo y muy cómodo interpretando al lado de Stefani Germanotta. ¡Disfrútenlo!

Cerditos Guei: la nueva irreverencia musical de Nono Tarado

Por Chrys Sainos

Genio, incómodo, talentoso, auténtico, cabronete… son sólo algunos de los adjetivos que referentes como Rafael Catana o Israel Miranda han utilizado para referirse a un músico que desde 1999 se animó a hacer rock fuera de los estándares incluso de la misma contracultura.

Rolas como Ácido,  José Alfredo is dead, Yo me quiero peinar como Jimmy Neutrón, Vida, Liebe o Tiempo nos muestran la calidad musical que Nono Tarado imprime en cada una de sus rolas que van de lo ridículo, sarcástico y trivial; a lo sublime, analítico y filosófico.

El Cerditos Guei (cuenta la leyenda que ésta grabación es la primera de dos partes que conforman un todo) es la joya de la corona: cada uno de los cinco tracks que componen este EP es una muestra de genialidad musical. Lírica inteligente cargada de ironía y una calidad sonora increíble queda de manifiesto en canciones como "Vivo con mi mamá", que con un solo de guitarra (que no puede ser descrito más que como rifado) nos regala frases brutales y contundentes como: “Pasaron siglos, y a pesar de siglos me cobijó un desierto; y le agarré tal amor a la vida que aún sigo rodando. Equivocado o no equivocado: no debo nada (o casi nada y por eso sigo aquí frecuentando...)”.

Citando a José F. Corte, el cerebro detrás del arte o como ellos le llaman cariñosamente “la porcada" podemos dimensionar el nivel de músico que a pesar de los "peros" (ya machacados hasta el cansancio cada que se menciona la obra del Nono) sigue siendo el genio cuya mente trabaja más rápido que el común denominador. 

La imagen visual del “Cerdos” la hicimos en un proceso sintético, tres semanas de trabajo diario, con sus respectivas dosis etílicas de creatividad. El Nononono quería algo “minimalista” -decía el we-; yo pensaba que le daba hueva, pero no: el Tarado es muy delicado en cada detalle y tiene un buen gusto visual. Yo solo seguía órdenes y sugería, pero siempre quedamos conformes. Las fotos del interior tardaron el mismo tiempo que la producción musical con Cesar Munguía, los estuve visitando en la grabación, sacando fotos y escuchando sus albures de amigos. Esas fotos del interior son muy íntimas, queríamos que se viera como un póster para que tú lo pudieras pegar en tu pared y escuchar Parandroide. En realidad, éste, nuestro Nono, es un trabajador, un obrero de la música, detallista hasta en ver que los cerdos de nuestra “porcada” son un par de Cerditos Guei que siguen sonriendo después de muertos.

El Nono es ese personaje que lo mismo encuentras tocando boleros en una fonda de la Ciudad de México, junto a los guías holísticos en San Luis Potosí o filosofando sobre la existencia del ser, el arte y la muerte en Real de Catorce, escupiendo poesía frente a un micrófono mientras le da un sorbo a la caguama con ese aspecto de sabio milenario que sus fans adoran y sus detractores odian.

"Nada es para todos: el peyote no es para todos, la mota no es para todos, el alcohol… el amor no es para todos, el odio no es para todos…"

Tratar de entender la mente del Nono es casi tan complejo como describir su obra. Cada track es una atmósfera diferente que cuenta historias mágicas, llenas de escenarios con nubes ácidas en tonos pastel, “Y así con el viento te perdí…” es el coro de la primera rola: dulce, agradable a la mente “Veo cómo arde la ciudad, las hormigas… Puedo seguir jugando…” es sólo la antesala que “11:30” nos regala para ir calentando motores.

Motores repletos de punch que explotan al ritmo de “Bisteces”: irreverente rola que desarrolla de manera brutal la crítica social del concepto hombre-mujer/objeto que nos vende el statu quo y los medios al ritmo de “porque los bisteces no cantan uo-o, los bisteces no cantan…”.

Con el tercer tema las notas ya conocidas de “Parandroide” nos dan un breve respiro mientras dibuja con palabras “¿Qué más da cuánto tiempo? No me cuesta ya creerlo… , Oh-o-o, mi vida insignificante… conectado a tu recuerdo… No me cuentes, no te creo… ”, mientras nos transporta a las imágenes del video también producido / dirigido por Pepe Corte. Se incluyó el tema “Parandroide”, que originalmente iba a ser parte del disco La Oreja de Van Damme (2017) y “por alguna extraña razón ya no fue así”, en palabras del Nono Tarado.

"Cerditos Guei", el track que da nombre a este material “es un concepto nuevo: se me ocurrió ayer…” (estribillo que una vez que llega a tu cerebro será difícil sacar de ahí, una rola llena de energía, perfecta para prender a la banda post pandémica).

Con este EP el Nono ilustra con su música lo que sostenía el día que lo entrevisté por primera vez: “No nos morimos del todo... bueno en mi caso, o en el caso de Tarantino o en el caso de Kundera, o en el caso de un pintor como Da Vinci la obra sobrevive al artista, al creador: En realidad uno deja un documento. Eso no se va a terminar con la muerte, o sea, mis canciones van a seguir sonando… ¡Qué hueva ser fantasma!”; y cita a Kundera: “nuestros movimientos se han vuelto tan ligeros como insignificantes” mientras se queja “ya tenemos la tecnología, ¿por qué debemos ser desechables?”.

El poeta, el genio, el loco incomprendido, el que un día comparte escenarios junto a las vacas sagradas del rock mexicano y al otro despierta a mitad del desierto tarareando una pieza de Erik Satie… es el Nono, nuestro Nono.

El principio del fin del mundo llega colgado junto a un par de Cerditos Guei sonrientes que le acompañan mientras un riff nos recuerda que estamos vivos a pesar de la vida, la muerte, las malas compañías que nos alegran el viaje y alimentan el alma; como se puede leer en la dedicatoria final del material que junto a la ficha técnica  es la cereza de este porcino pastel.


Ficha técnica Cerditos Guei:

“11:30”. “Bisteces”, “Vivo con mi mamá” & “Parandroide”: Bajo, baterías, piano y arreglos: Boro Rodpadi. Guitarras y voces: Nono Tarado.

Los primeros tracks fueron grabados y mezclados en El Cuchitril Producciones, por Boro Rodpadi & Nono Tarado, y fueron montadas las voces finales en Cuarto Ruido Producciones.

El tema “Cerditos Guei” fue grabado en su totalidad y masterizado en Akkbar Records por César Munguía y Nono Tarado. Remasterizado en su totalidad en Cuarto Ruido Producciones por Rocko Arroyo.

Guitarra slide en “Parandroide” por Rocko Arroyo. Todos los temas Nono Tarado.

CERDITOS GUEI, se comenzó a grabar (a excepción de “Parandroide”) a principios del año pandémico 2020 y se terminó de grabar el 16 de marzo del 2021, en los estudios Akkbar Records y El Cuchitril Producciones; masterizado en Cuarto Ruido Producciones el día 16 de abril de 2021.

Quiero agradecer a César Munguía, Boro Rodpadi, Rocko Arroyo & Joe Arroyo por ser siempre los productores de todos mis discos; por toda la paciencia y el cariño depositados en cada uno de ellos en todos estos años. Las inconsistencias, recaídas y faltas de delicadeza involuntarias siempre han sido mías.

2021 Producciones Imbéciles.

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