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‘No queremos aliados, queremos desertores del patriarcado’

Texto y fotos: Mónica Castro Lara |


Decidí titular este pequeño pero significativo texto con la muy puntual frase de la antropóloga e investigadora mexicana Marcela Lagarde, ya que desde hace semanas, no puedo sacarla de mi cabeza. He de confesar que siempre me ha ‘molestado’ esa palabra… ‘aliados’. Por eso, qué mejor momento para estar viv@s y transformarla en ‘desertores del patriarcado’, ¿no creen?

“Ahora que estamos juntas (ahora que estamos juntas), ahora que sí nos ven (ahora que sí nos ven). Abajo el patriarcado, se va a caer, se va a caer. Arriba el feminismo que va a vencer, que va a vencer”.

Después de mucho pensar, concluyo que no me avergüenza haber vivido mi primera marcha #8M hasta mis 31 años y aunque no ha sido por falta de empatía, desinterés o desinformación, creo que a todos nos llegan las cosas en EL momento adecuado y mí me llegó esta experiencia transformadora en el instante más apropiado de mi vida. Tenía apenas dos días de haber vivido la Marcha por la Paz, convocada por estudiantes de la BUAP y UPAEP principalmente, a la que se le unieron más de 35 universidades y créanme que fue un día muy interesante y aleccionador. Por ende, mis ganas y emoción por vivir la marcha del domingo, eran bastante grandes.

“Mujer consciente, se une al contingente”.

Un día previo a la marcha, nos juntamos varias personas en casa de mi hermana Elo y mi cuñado Hugo para hacer un primer ejercicio de conversatorio, un espacio seguro en donde mujeres y hombres (sí… hom-bres) pudimos dialogar, compartir ideas, debatirlas, comenzar a establecer protocolos, contar experiencias y sobre todo, aprender a escuchar. Fue una tarde francamente inolvidable y me quedo corta cuando digo que soy muy afortunada en poder vivirlo. Soy una fiel creyente de que parte de la reestructuración de las cosas y de cómo enfrentar la violencia sistemática que vivimos en nuestra cotidianidad, comienza con un cambio social-cognitivo, que debe existir (al menos) la disposición de escuchar, pero también de dialogar.


La deconstrucción de mujeres y hombres (porque pensar y afirmar que los hombres son los únicos que deben deconstruirse no resulta un ejercicio crítico) debe ir acompañada de esta necesidad de externar nuestras vivencias, nuestras inquietudes, nuestros errores y aciertos para dejar de enfrascarnos en lo individual y dar cabida a una colectividad más auténtica. Gracias, gracias, gracias a esas mujeres y hombres que el sábado pasado me enseñaron que ES posible. Y además, cerramos la tarde con broche de oro, diseñando nuestras consignas para el día siguiente, un inesperado momentazo feminista.


 “Ni una más, ni una más, ni una asesinada más”.


Desde que desperté el domingo 8 de marzo de 2020, tuve esa sensación de ansiedad cuando sabes que se avecina un evento extraordinario y afortunadamente, así lo fue. Elo me preguntó en el transcurso de la mañana si tenía miedo, a lo que contesté un rotundo y muy seguro “NO”, como pocas veces en mi vida. Me entristeció que mi mamá ya no pudiera acompañarnos a la marcha pero, había escrito su consigna en la mañana y nada en el mundo me impediría llevarla y alzarla como si lo estuviera haciendo ella misma. Alistamos todo y llegamos treinta minutos antes de la hora citada, en un punto muy cercano a la Fiscalía de Puebla. Nuestro pequeño contingente, estuvo conformado por amigas, amigas de amigas, familia de amigas y las alumnas de mi hermana. “¿Pañuelo verde o morado?” y cada quién escogía el que quería, un gesto desinteresado y unificador.

Se acercaba la hora y Doña Ansiedad (o sea, moi) comenzó a inquietarse porque veía cómo comenzaban a juntarse más y más mujeres en el punto de reunión y nosotros, seguíamos esperando a nuestras compañeras. El  liderazgo de mi hermana, tras unos consejos bastante apropiados, nos condujo por fin hacia la multitud. Esperamos algunos minutos bajo la sombra de un sagrado árbol y después, comenzaron a organizarnos en filas de 10. En ningún momento, quería perder de vista a Elo porque yo quería y necesitaba marchar con ella; la misma caminata nos permitió ubicarnos a un lado, atrás o delante de cada una. Marchar sin ella no hubiera tenido sentido.

“Mujer, escucha. Esta es tu lucha”.

La multitud (que al principio me hizo dudar si éramos pocas o no), hizo que me costara trabajo escuchar las primeras consignas feministas que gritaban los contingentes que estaban delante de nosotras; afortunadamente no tardamos en repetirlas y hacerlas nuestras. “Sembraremos rebeldía hasta cosechar libertad” y “Sororidad es la respuesta a través de amor, lucha y coherencia”, palabras prestadas de la talentosísima Audry Funk. No importó que fuera ‘cargando’ doble, eran MIS consignas y quería/necesitaba/ansiaba exponerlas, no sólo a las mujeres que participaban en la marcha, sino a cualquiera con una cámara fotográfica o a las cientos de espectadoras que nos miraban, algunas con empatía, otras con asombro, otras con desprecio y muchas otras, con angustia.

“Señor, señora no sea indiferente. Se mata a las mujeres en la cara de la gente”.

Sentí mucho miedo en la primera parada de RUTA (Metrobús poblano). Algunas chicas comenzaron a hacer pintas y a golpear los vidrios de la parada con la intención de destruirlos. “Sin agresión, sin agresión” gritamos muchas. Y al principio lo grité sin pensar y siguiendo a ‘la masa’ y luego lo hice de manera MUY consiente. Estoy TOTALMENTE a favor de las pintas, de que se queme todo, de que se escriban consignas y se haga visible todo el dolor, la rabia, la impotencia, la injusticia, la segregación, la desigualdad y la violencia. Pero tan simple como que no quería que las chicas que estaban caminando junto a la parada, sufrieran algún tipo de violencia o secuela. Justo ahí estaba mi mejor amiga desde los 12 años, justo ahí estaban las alumnas menores de edad de mi hermana, y justo ahí estaba mi compañera de vida y mi alma gemela, Elo, a quien pude sostener de la mano con todas mis fuerzas. Sentí miedo… y es muy válido; hice a un lado mi egoísmo y pensé únicamente en ellas y en su seguridad. ¿Incoherencia? Llámenle como quieran, pero fue un sentimiento auténtico. No voy a juzgar, ni a avergonzar, ni a hacer sentir mal a otras que lo hayan sentido y externado, así como he leído en publicaciones en redes sociales proveniente de mujeres cercanas a mí. Qué bien y qué orgullo que no hayan sentido miedo y que hayan sido coherentes. Necesitamos que nos contagien de ese valor y de esa seguridad, siempre.


 “Vivas se las llevaron, vivas las queremos”.

Benditos árboles del Boulevard 5 de Mayo que aligeraron en algunos puntos nuestra marcha. Me imaginé la posibilidad de tener una ciudad repleta de vegetación y me encabrona mucho saber y ser testigo que Puebla, ha perdido tantas y tantas zonas verdes. Ya muy avanzada la marcha, nos íbamos poco a poco quedando sin voz, aunque surgía alguna consigna y de inmediato, recuperábamos el ímpetu. Mientras todo eso pasaba, no pude dejar de pensar –y sentir- el enorme abanico de emociones que me invadían: por un lado, el enojo, rabia, hartazgo, miedo, sed de justicia, el ser la voz de las que ya no están o de las que conscientemente, no quieren estar; por otro, la felicidad de sabernos juntas, cobijadas y hermanadas, de irnos apropiando (aunque fuera por un instante) del espacio público SIN el miedo de todos los días, de caminar de la mano de mis amigas de toda la vida, del despertar de una sororidad genuina y finalmente, de formar parte de este momento de la historia.

“Y la culpa no era mía, ni dónde andaba, ni cómo vestía”.

Y es justo aquí donde lloré, poco, pero lloré. Traté de contener mis lágrimas y gritar la consigna lo más fuerte que pudiera. Porque si bien he sufrido de la violencia estructural, soy de las pocas privilegiadas que no han sufrido acoso y violencia sexual sistemática, mientras que la gran, GRAN mayoría de mujeres sí. Pensar en eso me destroza todos los días. Pienso también en todas esas ocasiones cuando mis amigas no se han abierto conmigo y no me cuentan esas experiencias terribles que han vivido en el pasado, pero estoy en el momento idóneo para madurar, agradecer y celebrar que tengan la confianza de hacerlo con otras mujeres, porque simplemente no se trata de mí. Es esa mentalidad colectiva la que ha cambiado mucho mi visión de las cosas.  

Entramos al zócalo de la ciudad y desafortunadamente, el poco espacio hizo que toda la caravana se dispersara. No importa. Aplaudo, agradezco y admiro enormemente a esas mujeres, colectivos y asociaciones que organizaron la marcha y que han luchado sin cansancio ni titubeos desde hace años: gracias por ser ejemplo de resistencia, por leer el pliego petitorio, por invitarnos y recibirnos con los brazos abiertos, porque no juzgan, porque nos quieren vivas y porque construyen día a día, un México más justo.

“Aleeerta. (Aleeerta). Aleeerta. (Aleeerta). Alerta, alerta, alerta. (Alerta, alerta, alerta). Alerta que camina, la lucha feminista de América Latina. Y tiemblen, y tiemblen, y tiemblen los machistas, que América Latina será toda Feminista'.

Mi experiencia, en MI primera marcha #8M, fue tremendamente satisfactoria; terminé con el corazón atiborrado y con mucho interés en continuar formándome. No presencié insultos, ni reclamos, ni violencia. Presencié únicamente a mujeres poblanas vinculadas por una lucha que no tiene descanso y de la que sin duda, quiero y formo parte. “The Future Is Female”, dicen por ahí. ¡NO! El presente lo es. Gracias infinitas a mi Elito por caminar a mi lado. Gracias a mi mamá por hacerlo simbólicamente. Gracias a las amigas, alumnas y conocidas que estuvieron a mi alrededor. Gracias a las amigas que no vi pero sé que estuvieron ahí. Que sea la primera de muchas.  

“Hay que abortar, hay que abortar, hay que abortar este sistema patriarcal”.

El sábado hablábamos en torno a la perspectiva de género. En este diálogo de saberes cada quien dijo lo que entendía. Ignorantes todos, Hugo compartió que desde su disciplina, las Relaciones Internacionales, había constructos que ayudaban a entender cómo se conciben los liderazgos mundiales, así como el poder que tiene cara (o atributos) masculina e interpela a las grandes líderes mundiales, como lo han sido Merkel o Thatcher y que, de alguna u otra manera, emulan un prototipo de “mujer-macho”. Pensando que, como asumía Frantz Fanon en torno a la raza negra, sería una desgracia que el destino de la mujer sea convertirse en hombre; Hugo lanzó una de sus preguntas mordaces: “[…] y, ustedes, ¿se han sentido alguna vez empoderadas fuera de los estándares o indicadores de poder patriarcal?” El silencio fue la respuesta más estridente. Después de lo incómodo alguna se atrevió a emitir un desgarrador NO. Es algo que me abruma y me ha tenido reflexionando desde el sábado. Ojalá algún día, pueda gritarles una respuesta diferente.

Relatos patibularios: sin tregua para el lector

Blue Street | Por Hugo Ernesto Hernández Carrasco


Cuando leemos La Ciudad de los Ahorcados, proyecto literario de Revista Sputnik y editado por Agujero de Gusano, uno tiene la sensación de adentrarse a una misma ciudad con muchas historias: soledades que no se subordinan, lugar de los no invitados, de los que se alejan para no volver, de los que llegan siempre inoportunos. La esperanza es, en esta ciudad de 87 páginas; una esperanza mutilada, que sonríe mientras se desangran los mundos que la han engendrado.

Caminamos por sus calles y plazas, tocamos a la puerta de los textos, y lejos de ahuyentarnos como lectores, nos asomamos con cierto morbo a la intimidad de los personajes, cuyas psiques guardan verdades, que como dijo Dostoyevski, muchas veces no nos atrevemos a confesarnos ni a nosotros mismos. Ante este abismo que no es otra cosa que, la brecha entre la promesa rota y la tierra prometida, el psicoanálisis -citadino, por cierto- se nos muestra como el gran intermediario del despertar, del retraso de lo inevitable.

Condenados a vagar entre sus propios muros; inexpugnables, en el medio de ese tormentoso infierno interior, del que los personajes no dejan lugar a duda a través de las historias; la ciudad, dentro de su propia muralla, le ha agregado violadores, asesinos, suicidas -ritual interminable, que termina en muerte- que no deja espacio para otros destinos: es, en resumen, una cárcel como sostiene Aldo Correa.
Por eso, quienes la habitan, parecen fantasmas de su propia calle. Ante la inseguridad, el refugio es la casa, los metales, la distancia y en caso extremo: la locura, la obsesión, la postración voluntaria o involuntaria. Al final, la muerte es, más que destino, nuestro propio decreto, lo que queremos que ella sea: tragedia, alivio, la puerta de salida de laberintos mentales y físicos ¿qué nos depara? No sabemos, pero la ciudad es en este sentido, la alfombra roja que nos lleva al espectáculo del patíbulo.

En estos lares, no sólo los adultos son los infames protagonistas, lo son también los niños de la 29 ponent. La Ciudad no perdona, no por cruel, sino porque nada es personal, llena de No lugares, sus habitantes -parvada de caníbales- buscan la siguiente víctima en las calles de la antigua Barcelona. Eso sí, la crueldad no puede ser masiva, porque la ciudad, es también aparente civilización y cordura. Entonces, lo inimaginable, la incivilizado tiene que ejecutarlo alguien, en la más completa clandestinidad, pero con la mayor de las absolutas complicidades. Lo que impresiona del texto, es que, lejos de ser ficción, la Vampira, fue una historia real.

¿Existe algún antídoto para salvarnos de esta anomia social? Marcela González nos da a entender que no. Ante la impotencia, queda el juicio de los otros, la incomprensión echada andar, disfrazada -de pecado y culpa- para quien es víctima.

Paseando entre parques y valles aislados de edificios, la vida y la muerte sirven a un mismo amo: la saciedad. Claro está, que no siempre la saciedad de nosotros mismos, muchas veces, de extraños, de seres ajenos a nuestra realidad y conciencia, nuestro cuerpo como tributo, como objeto. El hambre libera quizá, más intenciones de las que nosotros creemos conocer.


El libro, no escapa a las metáforas, muchas de ellas ilustrativas: Román nos dibuja en su texto la montaña rusa ¿nos mata la caída, el miedo, nuestro acompañante? Quizá, la manifiesta intención de un “piloto” y una canción que parecen salvar un mundo a costa de sacrificar otros tantos, no lo sabemos, quizá Alex Carrillo sí lo sepa. Lo que es un hecho, es que, en medio de tanta locura colectiva, cada quien se termina apegando a cualquier posibilidad dentro de esta ciudad politeísta: la fortuna, el azar, Dios, la voluntad. Ante estas deidades, las circunstancias parecen imponerse. Así, puede que, por capricho o destino, nos haga coincidir, nos salve, nos hunda, nos contagie como aquella epidemia que se cuenta, de Ciudad Lumbre. El lector, observará pequeños espejos, abrirá puertas. Más que lugar seguro, estos relatos patibularios nos harán habitar una ciudad que puede ser cualquier ciudad y cuyos personajes, podemos ser, cualquiera de nosotros.


«La ciudad de los ahorcados», antología de relatos patibularios


Por Sergio Martínez | 


La ciudad de los ahorcados. Antología de relatos patibularios, reúne 17 textos donde la poesía, el verso, el cuento y la narrativa, tocan, navegan, reflexionan y miran la transición de la vida hacia la muerte. No siempre esta última debe ser físicamente, hay muertos por dentro que aún respiran. En estos textos también hay quien muere a manos de otro, o de una enfermedad. Sin decirlo expresa y directamente, los autores nos advierten que todos nos vamos a morir.

En estas historias encontramos: la nostalgia que inspira un motel que se visita sin la persona amada, el soliloquio de un hombre que sabe que la muerte le espera detrás de la ventana, un rocanrolero suicida con una sed insaciable en el alma, el extraño caso de la vampira del Raval, el ladrón de poca monta que entra a una casa antigua y no sale jamás, un enfermo que pide la eutanasia, una enferma de cáncer, el que siente cómo los buitres le van arrancando las entrañas y los invita a que sigan comiendo, una chica enamorada de otra chica, la confesión de quien se asume culpable por la muerte de quien dice amar, el piloto que estrella un avión con pasajeros a bordo, un suicida que habla de las posibilidades de que los demás se suiciden, una ciudad atacada por una epidemia, la enunciación a Zempoaltécatl y el último texto del libro que recuerda un martes, de cualquier mes, de cualquier año. 

Los autores de los textos son: Daniel Bravo, Afonso Brevedades, Iván García, Sergio Martínez, Aldo Correa, Mónica Castro Lara, Hugo Ernesto Hernández, María Santos, Marcela González, Isaías García, Mauricio Caballero, Breña Román, Alejandro Carrillo, René Alejandro López, Denisse Rodríguez y Daniel Bravo. Algunos de estos escritores son integrantes del Colectivo 7NN radicado en Aguascalientes.

El libro lo abre un prólogo de Tuto Flórez, que pregunta: “¿Qué es la muerte? ¿Qué pasa después de la vida?, o más aún; ¿es posible hablar de continuidad de la existencia después de nuestra ineludible y limitada vida terrena”; y lo cierra magistralmente la nota final de Hunter S. Thompson, las últimas líneas son premonitorias: “Relájate, no te va a doler”.

El libro es dedicado al desaparecido músico, compositor y escritor Armando Vega Gil, alias el Cucurrucucú.

Según datos de la Organización Mundial de Salud publicados en 2019, cerca de 800 mil personas se suicidan en el mundo, el suicidio es la segunda causa principal de defunción en el grupo etario de 15 a 29 años. La ingestión de plaguicidas, el ahorcamiento y las armas de fuego son algunos de los métodos más comunes de suicidio en todo el mundo. De acuerdo a estos datos la Ciudad de los suicidas, puede ubicarse en cualquier lugar: Aguascalientes, Puebla, Bogotá, Barcelona, Trípoli, Moscú o Antalya; sin buscar la apología, criticar los porqués o aleccionar a hacerlo, los textos tocan un tema tabú y estigmatizado socialmente. Habría que leerlo, respirar las historias, quizá en algunas nos veamos reflejados, quizá también al terminar de leerlo, nos demos cuenta que seguimos vivos.



Archipiélagos en torno a la traducción

Po Iliana Vargas


Cuando me puse a pensar sobre lo que quería escribir en torno a la traducción, la primera idea que llegó a mi cabeza fue algo que podría considerarse muy básico y de sentido común, pero que no solemos tomar en cuenta, acaso porque responde a un impulso o un instinto de nuestra especie animal: pasamos la mayor parte de la vida traduciendo e interpretando todo lo que nos rodea para asimilarlo como nuestro, o por lo menos como parte de un aprendizaje constante sobre lo que se supone que es nuestro rol en el mundo; traducimos el mundo para involucrarnos en él. Por supuesto, ello implica cientos de elementos, situaciones, aristas, configuraciones y estructuras de todo lo que forma parte de la atmósfera en la que nos desarrollamos y es susceptible de ser traducido, pero en el territorio de la literatura y el lenguaje, que es lo que ahora nos interesa, me atrevería a decir que traducimos cuando sentimos que aquello escrito en un idioma ajeno, pero familiarizado con el nuestro, nos está diciendo algo que no comprendemos del todo. Justamente el no comprender, sino el intuir que lo que se lee está conectado con algo que pertenece a nuestro mundo, es lo que nos lleva a querer traducirlo. La maravilla está en que ninguna traducción, incluso del mismo texto, será jamás idéntica a otra, porque ahí es donde entra en juego todo un proceso de relación personal con la palabra: su significado por sí misma, su significado en el contexto en el que está siendo usada, y su significado en conjunto con el tono y la búsqueda estética del texto al que pertenece. En ese momento es cuando comprendemos que nunca se traduce una palabra de manera aislada; es imposible entender su lugar en la geografía textual sin tomar en cuenta las coordenadas que constituye en relación con las otras: las palabras son islas que forman archipiélagos para comunicar aquello que de otra forma sólo es parte de un código irresoluble.
      
Traducir, entonces, se convierte en un proceso en el que adoptamos diversas identidades de nuestro espectro cultural y cuyos rasgos se trasladan al lenguaje literario.

Ahora bien, algo que siempre nos apuntala la cabeza durante el proceso de traducción es la pregunta eterna, no sólo de quien traduce, sino del lector potencial, y ya no digamos del investigador: ¿qué tanto se pierde del original al trasladarlo al idioma en que se está traduciendo? Esta incertidumbre es la que impulsa el trabajo primordial y más interesante que asumimos al traducir: hay que comprender el texto en el lenguaje en que fue escrito e interpretarlo, reinventarlo o recrearlo –en el sentido más literal de la palabra- dándole forma en un lenguaje conocido donde no se pierda la riqueza creativa y literaria; todo ello tomando en cuenta, además, la historia de vida y el contexto histórico-social del autor traducido, pues el pensamiento y la cosmogonía de las sociedades en las que se escribe un texto también inciden en el proceso de resignificación de la palabra al momento de traducirla, convirtiéndola así en un nuevo vocablo semántico, sonoro e ideográfico.

Sobre cada uno de estos y otros aspectos involucrados en el proceso de la traducción literaria hablaremos dentro de Tiempo de Literatura, del 24 al 26 de octubre en Mexicali, donde realizaremos jornadas dedicadas al tema para dialogar con traductores como: Francisco Bustos, Vladimir Galindo, Michal Salamon, Dulce María Rodríguez Díaz, Ramón García, Caragh Barry, Iliana Hernández, Ezequiel Zaidenwerg, Juana Adcock, Petronella Zetterlund, Anthony Seidman y quien esto escribe.   

Y cayeron prestas: editoriales en Tiempo de Literatura 2019

Por Óscar Alarcón (@metaoscar)


Llegamos a octubre y eso solo puede significar una cosa: que el mejor encuentro literario está por comenzar, así es, Tiempo de Literatura 2019 está próximo. Este año contará con cerca de un centenar de invitados que pondrán a temblar a la ciudad fronteriza.

Y no solo eso sino que también habrá varias editoriales y revistas invitadas. Esta es una de las características que ha resaltado al encuentro por sobre el resto, que no solo aparecen los rockstars de la literatura sino que también entran a escena algunas casas editoriales y revistas nos mostrarán sus novedades. Aquí algunas de las editoriales que harán sudar a la cerveza más fría del suelo chicalense:

Nitro Press

La editorial encabezada por Mauricio Bares y Lilia Barajas comenzó sus actividades en 1997. Durante todo este tiempo se han colocado como una de las editoriales independientes más importantes del país, en donde las antologías Lados B: Narrativa de alto riesgo, ha sido su columna vertebral. Para este 2019, continúan el camino de la internacionalización pues una de sus novedades editoriales es el libro ¿Quién mató a la cantante de jazz?, de la escritora argentina Tatiana Goransky, en donde la resolución de un asesinato, con el apoyo de un policía trompetista de apellido Martínez, genera una trama llena de odios, culpas y egos.

Las ediciones conmemorativas han sido otro elemento que ha destacado a Nitro Press, y una de las novedades de este verano es la novela Crimen de color oscuro, de Ana María Maqueo, en donde acompañaremos al detective Alatorre a sumergirse en un mundo perverso y pútrido en donde la plutocracia de provincia está a la orden del día. Este par de novedades estarán presentes para recordarnos las declaraciones de la Nitro Press: “Como siempre, nos importan las letras, no los números”.


Filodecaballos

Comienza sus actividades en el año 2000 en Guadalajara en donde publican libros de ensayo y de poesía. Poco a poco fueron evolucionando hasta que en 2013 centran su base de operaciones en la Ciudad de México y entonces expanden sus publicaciones hacia la narrativa y la crónica. Sus apuestas de publicación van hacia los autores jóvenes, autores descatalogados y autores en activo pero con una apuesta de riesgo y propositiva.

Ma, de la poeta Ida Börjel (en versión de Petronella Zetterlund) nos hará ver a la Tierra de distinta forma, una más cercana a la ecolalia, a la ecología.

Acompañan a este libro los ejemplares 1, 2 y 3 de la Colección Öland de poesía sueca, cuyos cien ejemplares están numerados.

El número 1: Profundidades de Martina Moliis-Mellberg (selección y versión de Petronella Zetterlund). El número 2: Detrás del árbol espaldas de Iman Mohammed (versión de Petronella Zetterlund). El número 3: N de Burcu Sahin (selección y versión de Petronella Zetterlund). Además de Grandes distancias de Álvaro Luquín y Abroche su cinturón de Sara Uribe.


Carruaje de Pájaros

Integrada por poetas y gestores culturales cuya bandera es la poesía y dirigidos por Fernando Trejo, la editorial surgió en 2008 durante el Primer Encuentro Nacional de Poetas Jóvenes de México, han transitado en la divulgación a través de publicaciones y de programas de radio. Su intención es acercar a los lectores y escritores chiapanecos con autores de otras latitudes no solo a nivel nacional sino también internacional.

Este Carruaje estará en Tiempo de Literatura con La heráldica del hambre, del poeta Sergio Pérez Torres. Un poemario que se incendia a sí mismo en la liberación y en la soledad como formas de reconocimiento del mundo. En el libro de Sergio Pérez Torres es posible observar cómo los poemas abren la memoria y el erotismo a través de imágenes que parecen haber sucedido hace unos instantes y al mismo tiempo parecen ser imágenes de un pasado remoto. La heráldica del hambre reclama su apellido y su historia y nos reconoce como seres insaciables actuales.

Gatos de rabo corto, de Alejandra Muñoz es otro poemario aparecido bajo el sello de la editorial chiapaneca. Se trata de un libro que va de la minificción a la poesía pasando por el cuento en donde los protagonistas son… ¡adivinaron! Los gatos. Porque Tiempo de Literatura es un encuentro en donde no sólo amamos los libros y las editoriales sino a los gatos, que algún día dominarán al mundo, y no nos quepa duda que estén comandados por Calypso, el gatito de Elma Correa.


Colección Extra(e)ditados de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla

La Colección Extra(e)ditados reúne a los mejores escritores jóvenes de distintas latitudes de México, que escriben para lectores jóvenes. Es una invitación a leer sin límite de tiempo en donde el desafío es pelear a la contra. Los títulos más recientes son: 23 centímetros y otros cuentos de diferentes medidas de Macaria España, que nos presenta cuentos satíricos, los cuales no decepcionarán a los lectores que busquen literatura erótica y divertida. Cartografía del tren (Premio de Poesía María Luisa Ocampo, 2012) de Yelitza Ruiz es un libro que hace un recorrido por estaciones temáticas con los que el lector se identificará: la muerte, el abandono, el terror, la soledad. Al mismo tiempo, los versos se convierten en vías que le dan potencia a una máquina humeante de erotismo y calor. Cincuenta y dos vueltas de Alejandro Paniagua Anguiano, en donde las historias no tienen espacio para la sutileza y el glamour; el lector se enfrenta a finales perturbadores, alucinantes y de infinita tristeza. Salvaje de Edgar Camacho es una historieta brillante y alentadora, narrada con emoción notable. Es una obra que trata sobre la importancia de los afectos en nuestras vidas: los padres, los hermanos y los amigos están presentes. Subversivo de Josué Almanza (Puebla, Puebla, 1988) es una obra de teatro que nos presenta a cuatro chicas: Bet ב, Guímel ג, Dálet ד y Hei ה, que se encuentran en una prisión después de haber colocado artefactos explosivos para generar caos en una ciudad. Ninguna de ellas sospecha lo que les depara después de ser aprehendidas y encontrarse cara a cara con cuatro versiones distintas de una misma revuelta.


Ediciones Esqualo

Ediciones Esqualo es la primera editorial del siglo XXI nacida en la ciudad de San Pedro Cholula, Puebla, México. Sergio Cuateco Bueno es el director de la editorial que ya cuenta con tres títulos: Vende caro tu amor, de Sergio Cuateco; Los abrevaderos del ser, de Sergio Fong y la publicación más reciente: Palabras de perro, de Héctor Palacios, libro de minificciones que reflejan nuestra vida cotidiana: el desamor, la ensoñación, la lucha libre, la religión. Estos mini cuentos primero le harán al lector esbozar una sonrisa para después darse cuenta de que son historias mínimas cargadas de crítica y reflexión. Palabras de Perro tiene el peso de una cáscara de nuez, por su ágil escritura, y al mismo tiempo la contundencia de la pisada de un elefante por la cavilación que viene al terminar de leerlas.


Y ahora vamos con las revistas que también editan libros:

Cáspita

Instantáneas de Gerardo de la Torre, es uno de los libros editados de manera artesanal por Cáspita, y de la que Yolanda de la Torre se refiere: Como si elaborara retratos de fina fibra artesanal, en estas Instantáneas, breves crónicas de la amistad que compartió con petroleros, escritores y cineastas, Gerardo de la Torre dibuja a quienes hoy extraña. Lejos de los doctos ensayos académicos que detallan la calidad que alcanzaron las obras y los empeños de sus compañeros de oficio, De la Torre delinea, con mano que oscila entre un ácido sentido del humor y la nostalgia soterrada, a quienes forjaron y disfrutaron, junto con él, el cine, la lucha política, el béisbol y la literatura de nuestro país desde los años sesenta hasta el día en que partieron de este mundo.

Lo más reciente de esta revista/editorial atípica es ¡Narrativas de lo Extraño! Número 0, que resulta ser una publicación periódica, que en este número su principal tema es el alcohol. Los escritores que participaron en esta publicación fueron: Bibiana Camacho, Aliza Shvarts, Mariana Orantes, Gilma Luque, Elma Correa y Jorge Comensal; además de contar con las ilustraciones de Yécatl Peña y Carlos Dzul. Entre otras publicaciones que integran su catálogo se encuentran: El ocaso de la importancia y la importancia del ocaso, de César Rangel. Veintidós versiones de un dibujo de César Rangel, con textos de Bibiana Camacho y E. Pónz.


Cinosargo

Con más de 40 libros, Cinosargo se ha presentado en la Feria Internacional de Guadalajara, y ahora se encuentran incluidos en el Fondo Editorial Guanajuato. Cuentan con ediciones impresas y ediciones digitales de diversos géneros como el cómic, la poesía y la narrativa. Además, cuentan con traducciones y libros de ensayo. Sus colecciones son: “La canción de Charlie Melnick” (poesía) con títulos como Barrio sin dios de Danilo Pedamonte, En guerra con Chile de Víctor Munita Fritis y Le dan hueso de Andrea López Kosak. “Gilgamesh” (narrativa) en donde aparecen los libros Allende el retorno de Omar Pérez Santiago, Desborde de Josmar Conde y Nunca salí del horroroso. Relatos sobre la violencia en Chile. En las traducciones, la colección se titula “Pink Cigarette” y se han publicado libros como Cuatro Poetas Suicidas Chinos. Prefacio, notas, selección y traducción de Wilfredo Carrizales y Morgue y otros poemas de Gottfried Benn. Traducción de Daniel Rojas Pachas.


Penumbria. Revista para leer en el ocaso

Lupián, Ana Paula, POK, Mariano, Vikinga, Ramón, Edna y Aglaia han conformado un equipo que edita una revista llena de terror y espanto, de temas oscuros macabros, escritos por autores no solo mexicanos sino también españoles. Además de eso, Penumbria edita antologías con números temáticos y que nos dan a conocer lo más reciente del splatterpunk y del prime horror.

Hay que ser valiente para echarse un clavado y nadar profundo en el agua turbia de estas publicaciones. Historias de fantasmas, lo político, lo femenino son temas presentes en sus publicaciones hasta llegar al posterror, un concepto para conocedores y para lectores que disfrutan de textos que generan escalofrío.

Sus publicaciones parecen estar permeadas por una premisa: “el miedo es un secreto, un código misterioso entre lo que lo produce y la mente que construye  o traduce su significado”.

Sputnik

Música, literatura, cine, libros libres, ciencia y espacio se mezclan en esta revista. Bob Dylan dijo un día que quizá el mundo no podría quitarse el mazazo que el rock le dio a varias generaciones enteras. Y aunque el reguetón está cobrando más terreno cada día, el rock continúa siendo esa música que nos ayuda a despegar los pies de la tierra, a contracorriente y a mordidas. Este es el espíritu que rescata Sputnik desde Aguascalientes. Un recorrido estrambótico que fluye desde noticias geeks hasta Netflix, salpimentado de noticias de conciertos y exposiciones varias tanto en Aguas como en el resto del país.

Como ellos mismos dicen en su número especial de rock: “Esta revista aborda los episodios remotos y centrales del Antiguo y Nuevo Testamento de Kerouac; la emergencia del Post-Punk y la epopeya del New-Wave-Acid-House-Revival-Disco-Underground en México a través de las pequeñas obras de grandes y chingonas bandas”.

Celebremos la literatura en Mexicali


Por Lola Ancira | 


El encuentro Tiempo de Literatura 2019, coordinado por la escritora Elma Correa (autora del libro de cuentos Que parezca un accidente [Nitro/Press, 2018]) y un equipo que incluye a los también escritores y gestores culturales Samantha Luna, Antonio León, Zeth Arellano, Karla Michelle Canett e Ivonne Prieto en colaboración con instituciones educativas y culturales como la UABC, el Cetys Universidad y el ICBC, se realizará los próximos 24, 25 y 26 de octubre en Mexicali, Baja California.

Más de noventa escritores y creadores de diferentes estados de la república se reunirán para presentar sus obras, leer, charlar y debatir. Otra de las particularidades del encuentro es que convoca a un gran número de mujeres, esfuerzo que suma a la visibilización de la creación femenina.

Entre las narradoras están Gabriela Damián, escritora y periodista que ganó recientemente el premio internacional de ciencia ficción James Tiptree Jr.; Valeria Dimanche, cuentista y gestora cultural; Bibiana Camacho, escritora, editora, bailarina y encuadernadora cuya novela Tras las huellas de mi olvido (Almadía, 2010) recibió mención honorífica en el Premio Primera Novela Juan Rulfo 2007 y fue finalista del Premio Antonin Artaud 2010, y su libro de cuento más reciente es Jaulas vacías (Almadía, 2019); Iliana Vargas, narradora y ensayista, autora de los libros de cuento Joni Munn y otras alteraciones del psicosoma (FETA, 2012) y Habitantes del aire caníbal (Editorial Resistencia, 2017), y editora el dossier «Femina Incognita» en la revista digital Vozed.

Miguel Lupián es un prolífico autor cuya temática principal es lo fantástico, publicó este año el libro de minificciones Anímula. Historias diminutas soñadas por Madame Vulpes (BUAP, 2019). Óscar Alarcón es autor de Polimastia (BUAP, 2008) y de los libros de entrevistas Veintiuno, Charlas con 20 escritores (Nitro Press/BUAP, 2012), Veintitrés y Uno, Charlas con 23 escritoras (Nitro Press/Secretaría de Turismo y Cultura de Puebla, 2018), además de promover la lectura entre jóvenes. Mariño González es músico y autor de la novela Fútbol (FETA, 2010) y de los libros de cuentos Vietnam (Arlequín/UdeG, 2005) y Pésimas personas (Arlequín, 2014).

Zeth Arellano es cuentista, su obra ha sido publicada en varias antologías, una de ellas Lados B 2018 (Nitro/Press), y obtuvo el primer lugar en narrativa del VIII Certamen Literario Ricardo León en Galapagar, de España. César Tejeda ha publicado las novelas Épica de bolsillo para un joven de clase media (Planeta, 2012) y Mi abuelo y el dictador (Caballo de Troya, 2017). Néstor Robles se especializa en la literatura de horror y ciencia ficción, y publicó el libro de cuento Réquiem por Tijuana (Paraíso Perdido, 2017).

Liliana Pedroza ganó el Premio Nacional de Cuento Joven Julio Torri 2009, ha publicado los libros de cuento Vida en otra parte (Ficticia, 2009) y Aquello que nos resta (FETA, 2009), así como Historia secreta del cuento mexicano (UANL, 2018), registro que reúne la bibliografía de más de quinientas escritoras mexicanas. Ana Fuente es autora del libro de cuento Chicharrón de oso y algunos cuentos del fracaso (FETA, 2018), y este año obtuvo el premio Dolores Castro en narrativa con La ley Campoamor.

Mauricio Bares ha publicado varios libros, entre ellos Posthumano, finalista del Premio Anagrama de Ensayo, y su novela Anónimo fue también finalista del Premio Herralde de Novela. Dirige la editorial independiente Nitro/Press desde hace más de dos décadas. Laura Baeza ganó en 2017 el Premio Nacional de Cuento Breve Julio Torri con Ensayo de orquesta (FETA, 2017), y el Premio Nacional de Narrativa Gerardo Cornejo con Época de cerezos, próxima novedad de Editorial Paraíso Perdido.

Tiempo de Literatura 2019 es un espacio de inclusión cuya invitada más joven es Natalia Serrano Flores (Mexicali, 2008), quien ha obtenido diversos reconocimientos en concursos de cuento y dibujo. Recientemente ganó el XXIII Concurso Internacional de Dibujo Infantil “Este es mi México: ídolos y figuras de México”, con una obra sobre Guillermo del Toro.

Samantha Luna, Karla Michelle Canett, Javier Fernández, Ingrid Bringas y Olivia Teroba son otros de los narradores que coincidirán en TL2019, donde tendré el placer de participar con la presentación de mi libro de cuento El vals de los monstruos (FETA, 2018).

Al igual que en años anteriores, este encuentro brindará la oportunidad de crear vínculos y diálogos tanto entre los participantes como con los asistentes, y ésta será una oportunidad única para conocer la obra y el trabajo recientes de un número importante de autores contemporáneos.

Iván Montoya en directo y “Feliz”

Por Sergio Martínez


Iván Montoya Salazar (Aguascalientes, 1978) inició su carrera musical en la adolescencia, “teníamos que cubrir la materia de Artísticas y gracias a eso, conocí al profesor Fernando Edréhira, creador y fundador de un grupo legendario de música folclórica y rescate cultural llamado Ketzal. Gracias a ello, me inicié en este rollo de la música, logrando incursionar en muchos géneros musicales antes de llegar donde ahora estoy. Anduve en la onda folclórica, andina, sonera, pasé por el rock, hasta que agarré el camino de la música acústica que es donde he estado ya mucho tiempo moviéndome como músico de compañeros, o bien, con proyectos propios o en conjunto con gente del mismo medio. Básicamente el conocer al profe Edréhira fue la puerta hacia la melomanía y el adentrarme en este mundito; cabe decir que, gracias a él, tuve la fortuna de tocar en dos ocasiones en el Palacio de Bellas Artes, así como acudir a un Encuentro Internacional de Música y Danza en Italia. Ha sido maravilloso ser músico, la verdad”. Con más de 27 años de trayectoria musical, Iván Montoya nos presenta su primer disco llamado: Feliz.


Cuéntanos tres momentos que hayan marcado tu trayectoria musical
El primero sería haber tocado en el mayor recinto cultural del país que es el Palacio de Bellas Artes; otro es haber viajado al viejo continente y que la música costeara andar un mes y medio por allá, y la tercera es, sin duda, tener por fin mi material de canciones propias.


¿Cuál ha sido tu mejor momento como músico?
Sin lugar a dudas es ahora. Antes trabajaba de diferentes maneras cuando tocaba para otras personas, ahora tomo las decisiones yo, así que en este barco puedo ser el marino, el polizón, pero también el capitán.

¿Cuál ha sido tu peor experiencia como músico?
No sé si sean malas experiencias o no, simplemente hay tocadas que no son tan certeras como quisieras, pero al día siguiente analizas desde una perspectiva diferente y te das cuenta que cada error son áreas de oportunidades para crecer, encuentras los detalles y tiras pa’lante. Esta es una carrera de tirar mucho la cuerda más nunca de aflojarla.


¿Cuáles son tus influencias musicales?
Me gusta un poco de todo, es necesario saber cómo se compone musicalmente un tango para poder intentar crear uno; así sucede con todos los géneros. Me encanta el bolero, José Alfredo Jiménez, me llama mucho la atención un cantautor español llamado Luis Ramiro, y bueno, también están esos grandes monstruos como Sabina, Serrat, Silvio, Fito, Calamaro y todos esos que ya sabemos quiénes son y de quienes todos mamamos. Me he aferrado también a Chava Flores, Tin-Tán y, últimamente, ando escuchando los proyectos locales, me he encontrado muchas buenas sorpresas.


¿Cómo nace el proyecto de tu disco Feliz?
El proyecto se va gestando desde mucho tiempo atrás, incluso podría decirse desde que estaba en La Ralea, pero un detonante fue el Instituto de Cultura de Guanajuato, que me invitó a participar en Encuentros de Cantautores y para mi sorpresa, me vi tocando en el Teatro Juárez unos meses después de haber sido invitado, todo ese movimiento me alentó a ponerme las pilas y decidirme a hacer Feliz. A la par, mis cercanos, no dejaban de decirme que grabara algo, que ya era momento de dejar un testigo del trabajo propio que muy pocas personas conocían, así es como nace Feliz, después la suma de talentos fueron los que hilaron todo el disco que ahora me cobija.


Varias canciones del disco son de tu autoría, otras las firmas con otros compositores, y un par son de Agustín López Velarde; un corrido, varias baladas, historias de amor, de reproches, estampas urbanas, un homenaje a un cantautor español ¿de dónde viene las historias de tus canciones?
Las canciones nacen de muchas cosas, soy muy voyeur, me gusta observar todo, prácticamente mis canciones vienen cargadas de vivencias más o menos reales, obviamente con sus dosis de inventiva, otras son totalmente invenciones que nacen a partir de una frase, por ejemplo, en Feliz hay una canción que se llama “El ranchero desvielao” y es de las pocas canciones que escribí al hilo cuando ya estaba produciendo el disco, salió de una sentada y es una historia creada de la nada, curiosamente me hacía falta un tema en tono de broma para el disco y al  momento de irla escribiendo se fue dado ese tenor. Las canciones se cargan de historias, reales o no, pero siempre con el sello distintivo de quien las crea. Como dices, hay coautorías y se notarán los lápices de las manos que intervienen.


En estos tiempos tan violentos donde parece que el mundo se derrumba y deshumaniza hay una canción para tus hijas, hay una estrofa que me gusta mucho, dice: “cómo les digo que en sus venas, ahí me llevan a vivir en su futuro”, incluso en esa canción tu voz se escucha completamente diferente a las otras canciones del disco, ¿Qué te supuso escribir y cantar esa canción?
Esta canción no estaba prevista ni creada cuando estaba grabando el disco, pero algo me decía que tenía que dedicarles una canción a mis hijas por el simple hecho de que ellas son mi mejor creación, son mis mejores canciones. La canción la escribí para tratar de legarles algo más allá de educación a mis hijas, es una manera de comprometerme en su futuro a que yo voy a seguir siempre a su lado y es una manera de decirles que las amo. En la canción se toca el tema de la permanencia eterna, de estar con ellas hasta el fin, y metafóricamente la canción hace eso, es simplemente una promesa de que iré con ellas al futuro, aunque ya no estemos su mamá y yo físicamente. También conlleva una bendición diaria por decirles que vivan al 100 y que tengan siempre un gran día. Supongo que es mi manera de serles eterno.




En el horizonte musical en el que has desarrollado tu carrera musical, se te identifica por tu estilo de tocar la guitarra, específicamente tu requinto; las canciones de tu disco imbrican eficazmente letra y música, incluso hay unas segundas voces muy sutiles que se escuchan deliciosas, las cuerdas, las percusiones… ¿por qué tu requinto solo se escucha en la primera canción? y ¿cómo lograste darle este sonido multicolor y brilloso a tu disco?
Se escucha más, solo que muy veladamente. El estilo es algo que se ganan con los años, no lo digo yo por ser bueno o malo, lo dice la gente que te escucha, hay veces que va sonando una canción y la gente dice, ese es tu requinto Iván, y en efecto lo es, supongo que eso se gana con los años y es algo muy bueno, pero para mi disco no quería eso, no quería que sonara todo a Iván, yo quería un universo musical multisonoro, no quería una misma línea y es por eso que me hice un poco a un lado, no de la producción, pero sí de la ejecución y quise que mis amigos le dieran ese otro color que por naturalidad no le podía dar yo, si te fijas en los coros, el color sutil que dices lo hace especial, al igual que los otros requintos, o la armónica de Pel, la trompeta de Fercho o el acordeón mismo, yo quise que el disco funcionara con una gama de colores diferentes a los que yo estoy acostumbrado a darles. Supongo que esa fue la magia de que suene tan bien.


¿Qué fue lo más difícil durante la grabación del disco?
Lo complicado fue juntar a tantos músicos, no por las ganas o fuera de ellas, sino por los tiempos tan apretados de todos. No se si sepas, pero todos son músicos reconocidos de aquí (Aguascalientes) y de la república y, por ende, todos andan con mil actividades. Yo les agradezco su tiempo y su creatividad, la verdad es que hicieron de Feliz un disco que ni siquiera yo lo hubiese soñado.


¿Qué fue lo que más disfrutaste durante la grabación del disco?
Lo mejor fue cuando mezclamos Agustín López Velarde y yo, entre ambos producimos el disco, salvo el tema “Y sí” que lo hizo Luis Miguel Aguilar; pero ir armando y empezar a detallar donde colocar los sonidos fue un deleite, y es que las posibilidades se generaban por los gustos y entonces entre las pláticas con Agus y la manera de resolverlas, ¡uy!, es un agasajo, no me lo vas a creer Sergio, pero me gusta más estar produciendo, grabando, quitándole, poniéndole que estar tocando en un escenario,  estar tras los aparatos y comenzar a sumar o restar ejecuciones es lo que más me agrada.


¿Por qué se llama Feliz?
Se llama así no por algún tema del disco sino por un estado de ánimo. Tengo cuatro años de mi vida viviendo en ese estado, mi vida ha cambiado para bien y es algo que agradezco y supongo que mis cercanos lo hacen también. Antes era más aprensivo en muchas cosas, ahora ando de liviano por la vida, he dejado de desvelarme como antes, ya no me reviento dos días de juerga, vamos, me he guardado para ser feliz, descubrí que perder gloriosamente mis horas de sueño en bares hablando pelotudeces era algo que era necesario hacer en la vida, pero no eternamente. Ahora disfruto a mis hijas, vivo de día, me encanta dormir, vamos, ando en un modo light y andar así es estar Feliz. El disco no lo pude haber sacado antes de abrevar todo lo que te platico, era necesario envenenarme para luego curarme en salud y poder decir con franqueza que vivo Feliz y que mi trabajo musical me acompaña.


¿Cuándo lo presentas en sociedad?
El disco se presentará en Peña El Sur, el próximo 29 de junio de 2019. Estaré acompañado de prácticamente todos los músicos que grabaron, así que será una reunión o comitiva especial para quienes vayan a escucharnos. Trataré de narrarles los porqués de las canciones y haremos una noche entre amigos donde cantaremos las canciones del disco y celebraremos con un par de copas la dicha de estar vivos y de ser felices. En la apertura tendremos a un chavito que anda con todo, se llama Alex Márquez. El costo del boleto por el show es de 60 pesitos y si quieres llevarte aparte el CD, el costo del show más el CD es de 120 pesos, bastante módico para que toda la gente tenga acceso a él.


¿Algo que quieras agregar y no haya preguntado?
Que los invito a que me escuchen por las principales plataformas digitales, ya estamos presentes ahí y que toda la gente trate de apoyarnos a quienes somos autogestivos, hay mucho talento y mucha música hidrocálida que vale la pena, hay que darse un clavado a las propuestas y ver que las cosas se hacen bien, llevan corazón y sobre todo son honestas. Gracias a ti Sergio por esta entrevista, pero sobre todo por contribuir para la cultura, para Aguascalientes y para las letras. Abrazos amigo.

Cine mexicano 2018: luces y sombras

Cinetiketas | Por Jaime López | 

TW: @JaimeComunidad3


El 2018 fue un buen año para la exhibición fílmica nacional, tanto en cadenas comerciales como en circuitos alternativos o plataformas digitales. En lo que concierne a esta casa editorial, se pudieron revisar 58 largometrajes (15 documentales y 43 ficciones). 

A continuación, lo mejor y peor del séptimo arte tricolor del año pasado, así como nuestros primeros pronósticos para el Ariel 2019, el galardón otorgado por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC). 


Los bodrios del 2018

*Nota: Seguramente hubo propuestas peores, pero preferimos evitar verlas por respeto al sentido común

-"Cena para tres": Un melodrama mal ejecutado y que se acerca más al tratamiento característico de las telenovelas, incluyendo feos encuadres y mala edición. Aunado a lo anterior, adolece de una irritante musicalización.


-"Lo más sencillo es complicarlo todo": Inconexa, mal actuada y con una estética que se acerca más al videohome que al celuloide. Además, la protagonista no causa empatía en la audiencia, ni con sus intentos de romper la cuarta pared.


-"La boda de Valentina": Otro intento fallido por vender a Omar Chaparro como galán de la pantalla grande, que se caracteriza por malas interpretaciones (en especial, la de Jesús Zavala, pues luce sobreactuado). Dicha película sólo se salva por la presencia de Marimar Vega y algunos valores de producción, pero el argumento parece una copia chafa de "Sweet home Alabama". 


-"Marcianos vs. Mexicanos": Solo recomendable para los actores de doblaje que deseen ver lo que no deben hacer, lo que es un trabajo de poca calidad y nula versatilidad como el realizado por Adal Ramones. La premisa parecía interesante (los extraterrestres no pueden dominar a los residentes nacionales por sus prácticas corruptas y sus malos hábitos alimenticios), pero el desarrollo de la misma es deficiente y genérica, repleta de chistes misóginos, homofóbicos, estereotipados, poco novedosos.


-"A ti te quería encontrar": Pese al intento de Eréndira Ibarra por querer sacar con decoro su personaje, la trama dirigida por Javier Colinas tiene poca química entre los protagonistas, así como un desenlace cursi, el cual traiciona la personalidad de uno de los roles estelares. 


-"Un exilio: película familiar": Más que un bodrio, se trata de una obra fallida y pretenciosa, en donde el realizador se olvida de hacer disfrutable su historia para el gran público. Además, algunos testimonios son reiterativos, alargan la duración del metraje y poco aportan a la premisa central.


Los filmes más taquilleros del año pasado (hasta el momento de esta publicación) 


1 "Ya veremos" Videocine

2 "La boda de Valentina" Videocine

3 "Una mujer sin filtro" Videocine

4 "La leyenda del charro negro" Videocine

5 "Perfectos desconocidos" Cinépolis

6 "Hasta que la boda nos separe" Corazón films

7 "A ti te quería encontrar" Diamond

8 "Más sabe el diablo por viejo" Fox

9 "Cómplices" Videocine

10 "Loca por el trabajo" Videocine



Primeros pronósticos para el Ariel 2019

Este apartado se basó en los resultados de algunos festivales prestigiados (por ejemplo, Morelia y Guadalajara), así como en la calidad de las producciones o interpretaciones que se han podido atestiguar. Sin embargo, algunos filmes mencionados pueden quedarse fuera de la competencia en caso de que no sean debidamente inscritos por sus creadores.


Mejor película: 
"Roma" 
"Las niñas bien" 
"Museo" 
"La camarista" 
"La Negrada" 
"Bayoneta"
"Restos del viento" 

Mejor ópera prima: 
"La camarista"
"Mente revólver"
"Cría puercos" 
"Hasta los dientes" 

Mejor largometraje documental:
"Hasta los dientes"
"Ayotzinapa, el paso de la tortuga"
"El sembrador"
"Rush hour" 
"Mientras se espera" 
"Resurrección" 
"M"
"Érase una vez"

Mejor director(a): 
Alfonso Cuarón- "Roma"
Alonso Ruizpalacios- "Museo"
Kyzza Terrazas- "Bayoneta" 
Lila Avilés- "La camarista"
Alejandra Márquez- "Las niñas bien"
Jimena Montemayor- "Restos del viento"
Alberto Arnaut- "Hasta los dientes"

Mejor actriz: 
Concepción Márquez- "Cría Puercos" 
Gabriela Cartol- "La camarista"
Ilse Salas- "Las niñas bien"
Yalitza Aparicio- "Roma" 
Naian González Norvind- "Leona"
Dolores Fonzi- "Restos del viento" 
Daniela Schmidt- "Ocho de cada diez"

Mejor actor:
Gael García Bernal- "Museo" 
Juan Manuel Bernal- "La gran promesa"
Raúl Briones- "Asfixia"
Luis Gerardo Méndez- "Bayoneta"
Noé Hernández- "Ocho de cada diez" 

Mejor coactuación masculina: 
Hernán Mendoza- "Sacúdete las penas" 
Leonardo Ortizgris- "Museo" 
Hoze Meléndez- "Mente revólver"
Baltimore Beltrán- "Mente revólver"
Bruno Bichir- "Perfectos desconocidos" 
Franky Martín- "Perfectos desconocidos"

Mejor coactuación femenina: 
Cassandra Ciangherotti- "El club de los insomnes" 
Carmen Maura- "Cuernavaca" 
Concepción Márquez- "A ti te quería encontrar" 
Marina de Tavira- "Roma"
Marianna Burelli- "Loca por el trabajo"
Mariana Treviño- "Perfectos desconocidos"

Mejor animación: 
"Ana y Bruno"
"El ángel en el reloj"
"La leyenda del charro negro" 

Mejor revelación femenina: 
Johana Fragoso- "Asfixia"
Sara Gallardo- "La Negrada"
Magdalena Soriano- "La Negrada"

Mejor cortometraje ficción:
"La chica de dos cabezas"


Las mejores películas del 2018: 

15 “Cría Puercos” Esta cinta tiene como principales virtudes la sencillez de su narrativa, muy accesible para las audiencias neófitas, así como la buena actuación de su protagonista, Concepción Márquez, quien sutilmente dota a su personaje de varios matices, por ejemplo, mentirle a las personas que le rodean como un mecanismo de defensa o auto-ayuda, o sentir compasión por su nueva compañera no humana (una puerquita llamada “Quina”). De hecho, le pronosticamos a dicha intérprete una postulación al Ariel 2019.

La ópera prima de Ehécatl García cuenta la historia de una adulta mayor que intenta sobrellevar la muerte de su esposo y la ausencia de su hijo radicado en Estados Unidos.

14 “Forward” Pese a no ser una propuesta redonda, se agradece el intento del realizador Henry Bedwell por explorar profesionalmente el género de terror, pues la manufactura de su obra (supuestamente filmada en un largo plano secuencia y en clave de videojuego) no se ve acartonada como otras películas similares.

Básicamente, dicha cinta –exhibida de manera especial en el Teatro de la Ciudad- sigue a dos sicarios atrapados en una especie de bucle temporal, quienes deben sobrevivir a una serie de infortunios en una casa embrujada de la Ciudad de México. Entretenida y con una destacada interpretación de Harold Torres.

13 “Resurrección” La última película de Eugenio Polgovsky es un documento duro, vigente y dueño de algunas escenas punzantes, que no descuida su estética, y en donde el prestigiado documentalista mexicano demuestra su oficio para concatenar cuadros antagónicos respecto a una problemática social, en este caso, la contaminación del denominado "Niágara mexicano", situado en Jalisco.

Por otro lado, el filme se distingue por la investigación de archivo hecha por el creador, con el objeto de establecer una relación entre el pasado y presente del afluente.

12 “Tesoros” Con este filme, la nueva titular del IMCINE, María Novaro, se adentra acertadamente en el género familiar y fantástico, pues habla sobre el cuidado de las reservas naturales, la imaginación y el asombro infantil (una especie de extinción para los adultos del siglo XXI) sin barroquismos visuales, ni rebuscamientos en su argumento.

11 “Tiempo compartido” El filme escrito conjuntamente por Julio Chavezmontes y Sebastián Hofmann se pitorrea de uno de los conceptos más promovidos por el cine tricolor de antaño: la familia. Lo hace mediante secuencias kitsch, extraños personajes, atmósferas oníricas absurdas y una estupenda manufactura técnica.

Igualmente, la producción distribuida por Piano ironiza sobre la “esclavitud feliz” y el corporativismo sanguinario, que succiona la chispa de vida de algunos empleados gracias a la difusión de filosofías cuestionables como el conocido “emprendedurismo”.



10 “A morir a los desiertos” Gracias al festival Ambulante, diversos cinéfilos del interior de la república pudieron descubrir la nueva película de Marta Ferrer, misma que recupera la tradición del canto Cardenche, una especie de blues mexicano entonado en la Comarca Lagunera.

Se trata de un documental melancólico, que desentierra una expresión cultural regional olvidada por las nuevas generaciones, dueño de una bella cinefotografía y simpáticos personajes. 

9 “Museo” Con su segundo largometraje, Alonso Ruizpalacios rescata un sorprendente capítulo de la historia mexicana (el robo al Museo Nacional de Antropología) y reinventa el género del heist movie, quizá uno de los menos explorados por la industria de este país.



Con una primera mitad ágil y bastante divertida, "Museo" tiene como principales logros la solvente interpretación secundaria de Leonardo Ortizgris, y una notable habilidad en su narrativa. Asimismo, dicha cinta evidencia cómo el séptimo arte es un constante universo de reinterpretaciones, pues es sabido que varias de las escenas creadas están sustentadas en la imaginación de su realizador, quien ha subrayado la manera en que mezcla la historia con la ficción.

8 “Bayoneta” Pese a tratar una premisa muy manoseada (la historia de un boxeador venido a menos), el tercer largometraje de Kyzza Terrazas parece una producción europea, no solamente por los altos estándares de sus apartados técnicos, sino por el ritmo de su montaje.

Además, el otrora director de “El lenguaje de los machetes” y “Somos lengua” sigue explorando las vicisitudes de las clases populares tricolores, y de paso, erige una pequeña crítica sobre cómo el espíritu deportivo ha pasado a segundo plano en el mundo que vivimos.


7 “Ana y Bruno” ¿La muerte es un tema prohibido para las y los niños? Esta fue una de las principales preguntas –y polémicas- generadas por el nuevo largometraje de Carlos Carrera, quien vio en la novela escrita por Daniel Emil la oportunidad idónea para regresar al género de la animación, ese que le deparó el máximo reconocimiento en Cannes vía el cortometraje “El héroe”.

Pese a tener unas fallas en el render o el diseño de algunos personajes, dicho filme resulta entrañable, poseedor de una historia sensible y madura, y capaz de hablar oportunamente sobre las enfermedades del alma, no solo de la mente.

6 “Ayer maravilla fui” Aunque algunas voces han descrito la realización de Gabriel Mariño como un homenaje al ex Distrito Federal (en parte lo es), la historia del creador de “Un mundo secreto” también puede entenderse –y sentirse- como una analogía sobre lo efímero de las relaciones, el cuerpo y el tiempo.

Aunado a lo anterior, “Ayer maravilla fui” tiene la virtud de experimentar con la ciencia ficción de manera sui generis, sin escenografías estrafalarias, ni espectaculares efectos especiales. Su argumento (pausado y contemplativo) habla sobre lo dinámico o cambiante del espíritu humano en una ciudad igual de voluble. Destacan las actuaciones de Siouzana Melikian, Sonia Franco (“Los insólitos peces gato”) y Hoze Meléndez ("Almacenados").

5 “Tormentero” Se trata de un testimonio de gran valía visual y poca complacencia narrativa, en donde abundan las secuencias oníricas y simbólicas, por lo que los espectadores deben hacer lo necesario para poder separar la realidad de las pesadillas padecidas por el protagonista.

Es decir, la nueva película de Rubén Ímaz no ofrece una línea de tiempo o acciones sujetas a las convenciones del séptimo arte comercial, sino que exige a la audiencia una participación más activa, así como una experiencia más allá de lo estético, una que también se sumerja en la intelectualidad. Asimismo, el experimentado histrión, José Carlos Ruiz, ofrece otra actuación de gran nivel. 

4 “El vigilante” Muy al estilo de “Almacenados” (una producción de Jack Zagha), esta cinta refleja el exasperante clima de miseria y la manera cómo se ha normalizado la violencia en la tierra del águila y el nopal. Lo logra echando mano del thriller y ciertas situaciones absurdas (algo muy habitual en nuestra sociedad), pero dirigidas con notable naturalidad.

Es una comedia entretenida y tensa por partes iguales, en donde el empleado de una construcción (soberbiamente personificado por Leonardo Alonso) se ve involucrado en una investigación criminal.  

3 “Roma” Muchos ríos de tinta o caracteres se han escrito respecto a la nueva creación de Alfonso Cuarón. Si bien es cierto que el desarrollo de su historia no tiene un ritmo “parejo” (aunque esto último depende de la educación cinéfila de cada espectador), se agradece al responsable de “Solo con tu pareja” el haber alejado de la caricaturización o los estereotipos uno de los oficios más comunes en nuestro país: el de las trabajadoras del hogar.

Ahora bien, pocas personas pueden negar que el orquestador de “Niños del hombre” funciona como un reloj suizo, es decir, tiene una gran precisión para los simbolismos y la narrativa, dignos de alabarse. Así, “Roma” es una oda al matriarcado mexicano, pero también una carta de amor a la capital del país, capaz de consentir a sus residentes con su peculiar cotidianidad (destaca esa escena donde un lavadero puede convertirse en un campo para jugar a los pistoleros), pero también de sensibilizarlo gracias a sus enormes contrastes sociales y trágicas memorias.



2 “Sueño en otro idioma” Sin lugar a dudas, se trata de la obra maestra de Ernesto Contreras, en donde cada cuadro o imagen se aleja del folclor con que suelen ser retratadas las comunidades nacionales. Además, esta historia, situada en una realidad rural, goza de magnificas actuaciones, un impecable diseño de arte y guion, así como un personaje protagónico inolvidable, interpretado por el actor Eligio Meléndez.

Por otro lado, su tratamiento del rescate de una lengua indígena es sumamente respetuoso y lleno de amor, algo que se percibe en varias partes del argumento. Mientras que el giro planteado a la mitad de la película resulta refrescante e inesperado. Una propuesta epidérmica, que aborda tópicos como el perdón y la tolerancia.



1 “Hasta los dientes” La ópera prima de Alberto Arnaut es una muestra clara de cómo el cine puede comunicar profunda y dignamente un lamentable suceso, en este caso, el asesinato de Jorge y Javier, dos estudiantes del Tecnológico de Monterrey, que aspiraban a convertirse en exitosos profesionistas, y cuyo mayor pecado fue haber estado en el lugar y momento equivocados.



Asimismo, el documental en cuestión atrapa al espectador desde los primeros minutos y crea una conexión emocional directa con quien lo esté viendo, además de que plantea una reflexión sumamente pertinente para los tiempos actuales: ¿Las fuerzas armadas del país están preparadas para desempeñar funciones de seguridad pública? Punzante y conmovedor.


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