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Con texto de Robert Bloch, Teatro Freak cierra temporada de Varieté del horror

Por Jaime López 

El próximo 27 de noviembre tendrán lugar las últimas dos funciones de Varieté del Horror, la serie de lecturas dramatizadas con las que la compañía Teatro Freak, Cuentos para no dormir, regresó a los foros escénicos de Puebla tras un año y medio de pausa por la pandemia del nuevo coronavirus. 
En concreto, la agrupación referida presentará "Algo llamado Enoch", relato de terror psicológico escrito por Robert Bloch, cuya obra más famosa es la novela de "Psicosis". 
Al respecto, Mónika Tovar, fundadora de Cuentos para no dormir, señaló que Bloch es "un autor generoso", el cual se destaca por recrear inquietantes atmósferas de la psique humana. 
"Lejos de ser un terror de efectismos, ahonda en las profundidades del ser humano, en las partes más oscuras del ser humano", expresó.
Mencionó que la obra del autor en cuestión puede vincularse con el actual contexto social, en donde la crisis sanitaria sacó el lado más oscuro de las personas. 
La creativa también manifestó que el haber frenado las actividades escénicas por la pandemia fue difícil en diversos sentidos, no solamente el económico. 
"Lejos de que la situación económica se puso complicada, estuvo la cuestión que pegó directamente en las emociones de las personas", acotó.

Destacó que Teatro Freak, Cuentos para no dormir, es una manifestación escénica "rara", que sale de lo convencional, la cual fue ideada hace ocho años y medio. 
Reconoció la adrenalina que le produce volver a las tablas escénicas, haciendo énfasis que dicha adrenalina le ayuda a generar la energía necesaria para conectar con el espectador. 
Como ya se había comunicado, "Algo llamado Enoch" se presentará el próximo 27 de noviembre en dos funciones, a las 17 y a las 19 horas. 
La sede es el Café Diecinueve Cuarenta, ubicado en la Avenida Reforma 504, en el Centro Histórico de Puebla. 
El precio de las localidades es de 150 pesos por persona, aunque los estudiantes y maestros solo pagan 120. Para mayores informes, se recomienda marcar al celular 22 27 22 29 13.
Varieté del Horror arrancó el pasado 29 de octubre e incluyó la representación de cuatro textos trabajados a lo largo de los últimos años por Teatro Freak.

Iván García y Los Yonkis lanzan cuatro temas inéditos de terror


Iván García y Los Yonkis han preparado un especial de terror para musicalizar las ofrendas, fiestas de disfraces y festejos mortuorios de este 2021 con una Live Session grabada desde Casa Yonki y dedicada a su público más fiel.

Beto Montes (batería), Héctor Arenas (bajo), Rafa Ortiz (teclados), Iván Carrillo (guitarra) e Iván García (guitarra y voz) se reunieron en una sesión exhaustiva a grabar cuatro temas inéditos que se estrenarán el domingo 31 de octubre al mediodía desde el canal de YouTube de Casa Yonki.

Las piezas son ambientadas en sitios que aluden al mundo del terror y la cultura pop. Pasajes de la cinematografía situados en el rock and roll entre esperpentos, licántropos, monstruos universales y maldiciones; pero también historias de amor y desamor desolladas entre slime y telarañas sintéticas que nos invitan a ponernos nuestros disfraces y salir pedir dulces para chicos y grandes.

Las referencias poblanas que son sello característico de la banda no pueden faltar y nos transportan a los espacios perfectos para desarrollar estas historias románticas (en el sentido literario), góticas (en el sentido estético) y posmodernas (en el sentido trágico).

Todas las canciones de la sesión “En vivo y muerto” fueron compuestas por Iván García y producidas por Iván Carrillo. El material audiovisual fue grabado, mezclado y masterizado en Casa Yonki, realizado bajo la dirección de cámaras de César “Babe” Hernández y maquillaje de Susana Vargas Arreguin.

No te pierdas la transmisión de “En vivo y muerto” este 31 de octubre desde el canal oficial de CasaYonki.

Festival Vías Alternas 2021: cultura, música y migración

Durante siete ediciones el Festival Vías Alternas de la Interculturalidad se ha convertido en un espacio desde el cual se busca promover la reflexión en torno a temas de impacto social como la solidaridad entre los pueblos, la inclusión, la igualdad de género, la movilidad y los derechos humanos, todo a través del ámbito de la cultura.

Para la edición 2021, el festival ha organizado su programa en torno al fenómeno de la migración, el cual se abordará desde diversos foros, charlas y talleres, además de una cartelera que incluye presentaciones  musicales y artísticas, pinta de murales, ciclos de cine y exposiciones. Todo en el marco de la visibilización de los derechos de los migrantes y la inclusión social.

La Secretaría de Cultura federal en conjunto con el Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos y la Secretaría de Cultura del estado de Puebla han presentado una programación del festival híbrida que contará con actividades en línea a través de "Contigo en la distancia", así como eventos presenciales como parte de la iniciativa #VolverAVerte, mismos que se llevarán a cabo en el MNFM y en otros foros del estado de Puebla.

Destacan en la parte musical del Festival Vías Alternas de la Interculturalidad las presentaciones de La Muna, Carlos Arellano e Ivàn García y Los Yonkis, a realizarse el 3 de octubre en la Antigua Estación del Ferrocarril de Atlixco, en punto de las 14 horas. 

Además también habrá conciertos de otros exponentes musicales como la Banda Sinfónica Mixteca, Zara Monroy, Juan Sant y Gamaliel López. La proyección de películas y documentales se llevará a cabo en la Cinemateca Luis Buñuel de la ciudad de Puebla y a través de la estación de televisión de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla: TV Buap.

Todas las actividades se realizarám entre septiembre y diciembre de 2021, concluyendo en el Día Internacional del Migrante (18 de diciembre), con un maratón de producciones radiofónicas. El programa completo se puede consultar en https://museoferrocarrilesmexicanos.gob.mx/. Las actividades presenciales están sujetas al semáforo epidemiológico de cada localidad.

Cine, lucha libre y rock and roll: la música en los filmes del Huracán Ramírez

Por Polo Bautista | 


Dirigidas en su gran mayoría por Joselito Rodríguez, la saga cinematográfica realizada sobre el ídolo del pancracio mexicano Huracán Ramírez, consta de siete films que comprenden el periodo 1952 hasta 1989. Las aventuras del enmascarado blanquiazul además de interpretar los clásicos combates entre técnicos y rudos exhibieron sutiles muestras del rock and roll nacional. Estos destellos los podemos encontrar específicamente en tres películas de los sesenta: El misterio de Huracán Ramírez (1962), El hijo de Huracán Ramírez (1965) y La venganza de Huracán Ramírez (1967).

En la primera película descubrimos al grupo rocanrolero Los Salvajes como acompañamiento musical (aunque nunca se salieron en pantalla), con una canción de Manuel Gallegos titulada “Mi copetitos”, interpretada por la actriz Titina Romay y bailada a ritmo de twist junto a Alfredo Fernández, alias “El Pichi”. Para el segundo film hicieron acto de aparición Los Sinners quienes acompañaron nuevamente la interpretación de Romay, pero a diferencia del conjunto Los Salvajes ellos sí aparecieron brevemente, aunque la mayoría de composiciones estuvieron principalmente a cargo del recientemente finado Armando Mazanero. En su libro Guaraches de ante azul Federico Arana comenta amargamente sobre aquella experiencia: “Los Sinners salíamos haciendo un play back que nos cubrió de vergüenza y oprobio”.

Finalmente para La venganza de Huracán Ramírez apareció un conjunto originario de la capital poblana surgido durante 1967. Llamados al comienzo Los Nobles y posteriormente Los Novelistas, estos se conformaron por el avezado rocanrolero Enrique González “El Gallo” (guitarra), quien anteriormente formó parte de Los Frailes y compuso los primeros rocanroles originales poblanos registrados para la RCA Víctor en 1965. Le siguió José Luis Vázquez “Popochas” (bajo), el cual tuvo posteriormente una breve participación en la película Los Ángeles de Puebla (1968) junto al grupo Los Santos. También el capitalino Pedro Orozco mejor conocido como “Peter” (vocalista), carismático y dinámico entusiasta del rock and roll relacionado al ámbito artístico de Ciudad de México, quien se hizo muy famoso en Puebla por sus estrambóticas interpretaciones de James Brown con el tema “Please, please, please”. Por último pero no menos importantes, estuvieron José Luis Herrera “El Pipis” (teclado) y Renán López (batería).

Se presentaron -invariablemente- al lado de Titina Romay y algunas bailarinas con la melodía “Besitos A go go”, autoría del poblano Zayas Galeana Tabe. No obstante, durante los preparativos del film en 1966 tanto el grupo Los Novelistas y la melodía antes citada eran prácticamente inexistentes, por lo que sus apariciones en el celuloide ocurrieron de manera algo afortunada.

El grupo encomendado originalmente para presentarse en la película del Huracán, fue otra incipiente banda poblana que llevó por singular nombre los 2 + 2, la cual estuvo integrada al inicio por Antonio Calderón (batería), Oscar Torija (guitarra), Enrique Limón “El Monster” (bajo) y los anteriormente mencionados Galeana (guitarra) y Orozco (como asistente del grupo durante sus presentaciones en vivo).   

Pero ¿cómo es que un grupo angelopolitano consiguió la oportunidad de aparecer en el film La venganza del Huracán Ramírez? Y todavía más importante ¿por qué se presentaron Los Novelistas en lugar del 2 + 2 con el tema de Galeana?

Pues bien, “Peter” intercedió a favor del conjunto 2 + 2 gracias a sus conexiones con miembros de la producción cinematográfica. Por hacer mención, el afamado luchador galo Jean Safont, quien interpretó a los villanos bajo los pintorescos motes de “El diabólico Profesor Landru” y “Sansón el elegante” en la saga de Huracán Ramírez, resultó ser ni más ni menos que su padrastro. Por lo que es evidente la intercesión del carismático intérprete de “Please, please, please” a favor de los músicos poblanos.

En consecuencia, el grupo viajó a Ciudad de México en 1966 para demostrar sus aptitudes: “Tuvimos el gusto de conocer a Titina Romay, Pepito Romay, Joselito Rodríguez, David Silva, Carmelita González y a todos los que intervinieron en la película… fue ahí en su casa (de Titina) donde le cantamos las canciones”, asegura Galeana.

Sin embargo, ante el cuestionamiento sobre alguna composición original del grupo, éstos admitieron que no contaban con ninguna y dejaron la residencia Romay algo desalentados ante un posible desaire. Pese a esto, Galeana declara con fervor: “Esa noche nos fuimos caminando y pasamos por donde está Bellas Artes… no sé cómo se me ocurrió tomar la guitarra y ahí, en frente de Bellas Artes comencé a hacer la de ‘Besitos A go go’… Al otro día llegamos, le toqué esa canción a Titina y me dijo ‘Me parece perfecta’”.

El tema de Galeana resultó apropiado para los Romay y el conjunto 2 + 2 saldría en La venganza de Huracán Ramírez junto a Titina. Mérito nada menor, si tomamos en cuenta que sería el debut para un conjunto rocanrolero angelopolitano dentro del cine mexicano con una pieza original. No obstante, justo después de su aparente logro se suscitaron discrepancias y dificultades entre los músicos que ocasionaron sorpresivamente su separación.

En vísperas de iniciar grabaciones y con el grupo 2 + 2 indispuesto, “Peter” y González acordaron rápidamente armar una nueva banda que los supliera, de esa forma nacieron Los Novelistas. Por otra parte, Galeana les cedió la melodía “Besitos A go go” para satisfacer lo solicitado por los Romay. Y finalmente, La venganza de Huracán Ramírez se rodó según lo programado para 1967, con Los Novelistas al lado de la joven actriz.

Con una duración que apenas sobrepasa los dos minutos, el tema “Besitos A go go” es un rock and roll muy característico de la segunda mitad sesentera: bailable, cursi pero candoroso y sobre todo jovial a la forma A go go. Instrumentalmente resalta el rasgueo y solo de guitarra realizado por González.

Pese a la desilusión infligida al 2 + 2 lo anterior no significó su final, poco después Calderón y Galeana se reorganizaron y adicionaron al grupo dos nuevos talentos, Gerardo Corte “El Chavo” (teclado) y principalmente el curtido ex Demonio del Rock Juan Guerra (bajo), quien abandonó al conjunto Los Grecos de Ciudad de México para retornar a Puebla y trabajar con sus jóvenes compañeros. Entonces los mejores años del grupo se presentaron con gran éxito y mucho empleo hasta entrados los setenta.

Por otra parte, Los Novelistas encabezados por González permanecieron en la capital mexicana una breve temporada más. Con los ingresos obtenidos por su aparición en la cinta adquirieron parte del equipo que tanto requerían. Trabajaron algún tiempo al lado de Luis “Vivi” Hernández, quien fuera vocalista de Los Crazy Boys, e inclusive algunos aseguran que tocaron en el Fórum de los Hermanos Castro. Tristemente al final se desbandaron y cada uno siguió por su lado. Sobresale el caso de González quien concilió tanto su carrera musical con la comedia y llegó a codearse con figuras como Paquita la del Barrio, Polo Polo y Jorge Falcón.

A grandes rasgos esa es la historia, pero a diferencia de Arana junto a Los Sinners, Galeana y Los Novelistas se sienten satisfechos con su contribución al rock and roll, aunque muy pocos conocen sus peripecias. Hasta el día de hoy, ellos permanecen en contacto y ocasionalmente hablan de esos tiempos, cuando su paisano Alejandro Lora y el Three Souls in my Mind aún no figuraban sobre los escenarios, en tanto que Los Novelistas, el 2 + 2, Los Santos y muchas otras bandas libraban sus propias luchas rocanroleras.

Cartas a Jonas: convocatoria de arte postal

La Galería Experimental Liliput ha convocado a homenajear al cineasta lituano Jonas Mekas a través de un ejercicio de arte postal que tendrá como fin una exposición presencial de todas las piezas recibidas hasta el 20 de julio. Actualmente se han aceptado más de 70 piezas provenientes de 13 países.

El realizador Jonas Mekas, fallecido en 2019, es considerado uno de los grandes poetas cinematrográficos de la contracultura neoyorquina.

Convocatoria Internacional de Arte postal Cartas a Jonas 
CARTAS A JONAS

Convocatoria de ARTE CORREO
Tema: Homenaje a Jonas Mekas
Fecha límite: 20 de Julio de 2021
Fecha de EXPOSICIÓN 1-  24 Julio 2021 
Técnica: Libre (acuarela, pintura, grabado, dibujo, bordado, video, collage, fotografía, etc.)
Tamaño: Máximo Carta (21 x 28 cm)
Participación: Gratis
Es posible participar con un máximo de 2 obras.
Abierto a todos, sin límite de edad, nacionalidad, etc
Indique claramente en el reverso de su trabajo: nombre y apellido / dirección / dirección de correo electrónico / título del trabajo / año.
Cada participante debe enviar trabajos relacionados con la obra de JONAS MEKAS
Sin selección, sin jurado, sin venta.
No se acepta ninguna responsabilidad por los problemas causados por daños, demoras o pérdidas.
Las imágenes de las obras enviadas pueden ser utilizadas por la organización de la manera y para los fines que se consideren apropiados, sin reclamo financiero de los artistas participantes.
Está prevista una primera exposición en Galería Experimental Liliput en Julio de 2021.
En los próximos meses, se comunicarán los detalles de la exposición.
Los trabajos deben ser enviados únicamente por servicio postal tradicional.
La opción de enviar los trabajos en sobre o fuera de sobre es libre.
Se excluirán los trabajos pornográficos, racistas, militaristas, homofóbicos, nazis, blasfemos, sexistas, etc.
Los trabajos recibidos no serán devueltos.
ENVIAR A:
Devin Cohen
Diagonal 18 sur 4563, Colonia Jardines de San Manuel Puebla, Puebla México CP:72580

Contacto: liliput.xperimental@outlook.com
Devin Cohen
Dirección
Galería Experimental Liliput


Pacomostro lanza el sencillo «Fuego en el Jardín»


A partir del primer minuto de este 11 de junio estará disponible en todas las plataformas digitales “Fuego en el Jardín”, primer sencillo de lo que será la tercera placa discográfica del músico poblano ‘Pacomostro’.

El material de lanzamiento fue grabado, mezclado y masterizado en su totalidad por la productora Casa Yonki y la composición de Paco Muñoz cuenta con la participación especial de Nono Tarado, uno de los rocanroleros más aguerridos de nuestro país. También colaboran Ury Morales en el saxofón y Carlos Iván Carrillo en la guitarra eléctrica, bajo y teclados.

Paco Muñoz, mejor conocido como ‘Pacomostro’ ya cuenta con una trayectoria importante en el undergroud del rock poblano. Tiene publicados hasta el momento dos álbumes de estudio y ha compartido escenario con importantes músicos, cantautores y exponentes del rock independiente a lo largo y ancho de la República Mexicana.

El single “Fuego en el Jardín” es un adelanto del nuevo material de estudio que ‘Pacomostro’ nos traerá en septiembre, y la canción de estreno viene acompañada con un video oficial realizado en conjunto por Revista Sputnik y Casa Yonki.

“Una canción que, como varias de este disco, son hijas del confinamiento. Una rola que describe el hastío que causa todo a tu alrededor y que algunos piensan se te pasará con buenos deseos”. Paco Muñoz

 

“El Recreo de los Gallos” será el nombre de la nueva producción discográfica que contará con participaciones especiales de cantautores mexicanos y está siendo producido por Carlos Iván Carrillo. En palabras de su autor, “este nuevo disco se deslindará un poco de la agresividad que caracteriza mi música y se remontará a la sutileza y melancolía de letras más profundas y personales, pero sin perder la calle y la mugre que me representan”. La nueva obra de ‘Pacomostro’ seguramente será un referente para muchas noches de borrachera y para la rola en Puebla.


Los Fantasmas del Rock y los primeros rocanroles originales en Puebla

Por Polo Bautista


¿Cuál fue la primera composición rocanrolera original hecha en Puebla? Sin duda se trata de una cuestión aparentemente sencilla y a todas luces natural para cualquier interesado en los anales del rock and roll poblano. Sin embargo, la pregunta está lejos de solucionarse satisfactoriamente. A continuación se exponen brevemente algunos datos curiosos y ciertas luces al respecto.

Se tiene por común acuerdo que las primeras agrupaciones rocanroleras angelopolitanas surgieron a finales de los años cincuenta con los Demonios del Rock y Los Teddy Gangs. Ambos conjuntos pueden considerarse pioneros del rock and roll, aunque en ningún caso existen registros de composiciones propias, con todo y que las melodías grabadas en los sencillos de 1962 por los Demonios del Rock están acreditadas a algunos de sus integrantes, asunto por demás incorrecto, pues verdaderamente son adaptaciones o covers.

En consecuencia, los primeros rocanroles originales registrados datan presuntamente de 1965 realizados por Enrique González (también conocido como “El Gallo” o “Chessman”), un rocanrolero importante para Puebla que participó en distintos conjuntos sesenteros destacados, por mencionar: Los Gypsies, Los Frailes y Los Novelistas. No obstante, es difícil suponer que a lo largo del primer lustro de la década sesentera ninguna banda o músico se propusiera realizar semejante logro creativo, y simplemente se conformaron con adaptar los temas más conocidos del repertorio rocanrolero. Por lo tanto, dicho asunto pareciera estar zanjado al no contar con ninguna evidencia material o información medianamente fiable, aunque recientemente surgieron nuevos datos que arrojan algo de claridad sobre el tema. Dicha evidencia se encuentra al revisar la fugaz trayectoria musical de Los Fantasmas del Rock.

Conjunto efímero pero entusiasta, Los Fantasmas surgieron a comienzos de los años sesenta y estuvieron conformados por los hermanos René (bajo) y Óscar (batería) Ayón Rodríguez, Miguel Ángel Bashbush (teclado), Enrique Rosas (guitarra), Luis David Benavides (vocalista) y el antes mencionado González “Chessman” (requinto), apodado así por su parecido con el “bandido de la luz roja” Caryl Chessman. La mayoría estudiantes pertenecientes al Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec donde aprendieron sus primeras lecciones musicales en la Orquesta Juvenil.

De acuerdo con González, los hermanos Ayón y demás integrantes ya habían conformado la banda cuando él se integró de forma un tanto casual: “En una pinta de la escuela los conocí, me dijeron que iban a ensayar y yo les pregunté por lo que ensayaban, pues que un grupo de rock me contestaron y ya me les pegué… Logré gustarle a los muchachos, en ese tiempo jóvenes, chavos, teníamos doce años y me dijeron ‘¿por qué no entras al grupo?”. Entonces el joven “Chessman ocupó el puesto de requinto.

Como todas las bandas rocanroleras por aquellos días, tocaron sus adaptaciones de los grupos consagrados como Los Locos del Ritmo, Los Teen Tops o Los Rebeldes del Rock en la estación radiofónica XEHR propiedad de Don Roberto Cañedo, donde su esposa la señora Josefa Benites los escuchó tocar y generosamente decidió amadrinarlos con unos instrumentos eléctricos. Por si fuera poco, también los introdujo al ambiente artístico de las caravanas que organizaron cervecerías importantes como Corona y Cuauhtémoc Moctezuma para que amenizaran los intermedios de las grandes celebridades que visitaban la ciudad. Así, desde muy jóvenes incursionaron en el ámbito artístico aunque solo por una muy corta temporada.

Durante ese tiempo tuvieron experiencias interesantes y hasta divertidas como la que evoca con picardía González sobre César Costa, quien en los años sesenta solía vestir diversos suéteres de grecas. El solista alcanzó tanta popularidad que se volvió moda entre la juventud portar dicha prenda, y de alguna forma, se generó el rumor con respecto a una supuesta fábrica de suéteres que poseía.

Pues bien, “Chessman” comenta con cierto bochorno lo ocurrido durante aquella presentación en el otrora Teatro Variedades de Puebla: “Una señora muy conocida que se llamaba o se llama Ivonne Recek de Luke le regaló un suéter a César… Entonces a mí se me ocurrió decirle ‘¿oye César no tendrás un suéter que me regales?’. Ya te puedes imaginar mi ignorancia”. Claramente el joven guitarrista no lució desconocimiento, sino ingenuidad infantil al dar crédito a semejante patraña sobre la fábrica, pero no fue el único suceso memorable.

Otro momento singular ocurrió tras bambalinas, cuando la mismísima Julissa sufría de nervios escénicos previo a realizar su número y se confesó con Enrique al decirle: “Ay manito estoy rete nerviosa”. Siendo que verdaderamente los abrumados eran Los Fantasmas del Rock quienes realizaban sus primeras actuaciones a tan corta edad, mientras que Julissa ya figuraba en el ámbito rocanrolero nacional. Aquel día se presentaron además de César Costa, Julissa y Alberto Vázquez, el carismático Enrique Guzmán acompañado por la banda Los Salvajes, quienes generosamente le obsequiaron un cable a González para que pudiera conectar su guitarra eléctrica. Sin duda entrañables recuerdos.

Desafortunadamente, la falta de madurez les jugó en contra y el grupo Los Fantasmas del Rock se desbandó prematuramente, no sin antes incursionar en la composición. De acuerdo con González, el cantante Luis David Benavides compuso dos piezas que llevan por título “El rock de los fantasmas” y “Partiré”, los cuales probarían que hubo iniciativa entre algunos rocanroleros por hacer música propia durante el primer lustro sesentero. En otras palabras, serían los primeros rocanroles originales conocidos que únicamente se conservaron en la memoria de sus protagonistas.

Pero sorpresivamente a comienzos de 2020 y antes de la pandemia desatada por el Covid-19, algunos miembros fundadores del grupo Los Fantasmas se reencontraron para una celebración. Oscar Ayón, Miguel Ángel Bashbush y el varias veces mencionado González recordaron a ritmo del rock and roll los viejos tiempos en compañía de amigos y familiares. Increíblemente un tema compuesto por su desaparecido compañero Benavides se volvió a escuchar después de tanto tiempo (¡casi sesenta años!), y en esa ocasión quedó modestamente registrado gracias a la tecnología de los dispositivos móviles. “El rock de los fantasmas” es una pieza que reboza candidez juvenil, de sencilla ejecución y altamente bailable, con más semejanza a los rocanroles clásicos. Ciertamente una precoz manifestación de creatividad rocanrolera en Puebla.

Posterior a Los Fantasmas del Rock, “Chessman” integró otros conjuntos siendo con Los Frailes donde alcanzó uno de sus mayores méritos como compositor, pues registró para la RCA Víctor los primeros rocanroles realizados por un poblano intitulados “Te perdí” y “Tarahumara”. A pesar de que cuenta con una amplia trayectoria artística como músico y comediante al lado de figuras como Luis “Vivi” Hernández, Paquita la del Barrio, Jorge Falcón o Polo Polo, por su mente nunca se extraviaron aquellos primeros rocanroles que tocó junto a sus fantasmagóricos compañeros de juventud.

Los Gypsies: rock sesentero entre Puebla y Chiapas

Por Polo Bautista

Existen numerosos grupos que lamentablemente no lograron registrar su música, las causas pudieron haber sido muchas e indefinidas. Pero su importancia y legado resultan suficiente como para darles una merecida mención en los anales del rock and roll mexicano.

Los Gypsies o Los Gitanos fue un conjunto poblano surgido presumiblemente en 1963. Por sus filas pasaron músicos importantes que hicieron ruido dentro y fuera del estado; así como predecesor directo de la afamada banda Los Frailes. Su primera alineación estuvo compuesta por Arturo Álvarez (guitarra), Enrique González “El Gallo” (guitarra), Ismael Espinoza “Donis” (trompeta), José Madrid “El Cherokee” (saxofón), Raúl Fernández “La Boa” (bajo) y Alberto Reyes “El Tles cuatlos” (batería). La mayoría pertenecientes al Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec (CENHCH).

Los Gitanos se formaron principalmente de dos conjuntos juveniles que no prosperaron, por una parte Los Golden Stars fundado por los hermanos Espinoza, del cual se desprendió Álvarez; y Los Fantasmas del Rock donde participó González, quien espoleó a sus compañeros del CENHCH para formar Los Gypsies.

Al comienzo existieron muchas carencias de todo tipo, principalmente lo referente a instrumentos, por ejemplo, González empleaba una guitarra acústica para rocanrolear, por otra parte, Álvarez fabricó su primera guitarra eléctrica y usó la consola doméstica a manera de amplificador, lo mismo Reyes que practicaba sus ritmos con cucharas. Sin embargo, fue el padre de González quien los apoyó para adquirir sus primeros instrumentos. Reyes recuerda: “A él (Enrique González) le sacó su guitarra, a “La Boa” (Raúl Fernández) le sacó su bajo, a Ismael Espinoza una trompeta… Y así comenzamos a tocar canciones, ya que me ofreció una batería”.

Sus primeros temas fueron covers de conjuntos nacionales encumbrados como Los Rebeldes del Rock, Los Locos del Ritmo o Los Teen Tops. Comenzaron su trayectoria musical de la forma habitual para cualquier grupo incipiente, localizaban fiestas, eventos y reuniones en los que pudieran exhibirse sin paga alguna. Su primera presentación ocurrió durante un festival celebrado en el parque Paseo Bravo.

De izquierda a derecha: Juan Guerra, José Luis Ricart, Arturo Álvarez, José Madrid y Alberto Rey.

Gradualmente se hicieron de renombre, hasta que alternaron con bandas angelopolitanas consolidadas como los Demonios del Rock y Los Blue Jeans, con quienes se organizaban para realizar tocadas y eventos. También se presentaron en restaurantes como Tropicana, lo mismo que clubes exclusivos, por ejemplo, La Lave al interior del Hotel Gilfer, de igual manera, el balneario Agua Azul y en todas las fiestas escolares.

Así transcurrió algún tiempo y aproximadamente en 1964 Reyes había dejado la batería para desempeñarse como vocalista. Su lugar lo ocupó Miguel Ángel Rosado “El Yuca”, un músico más avezado y con aptitudes de liderazgo. Según Reyes, fue gracias a Rosado que tuvieron la oportunidad de audicionar y convenir un trato para grabar, pero al mismo tiempo esto causó su separación: “Nos consiguió un contrato en México, en la RCA Víctor y yo iba como cantante, no iba como baterista del grupo, y yo pensé ‘Nos van a tronar’. Pero no… para no hacerla larga nos dicen: ‘Sale, firmen el contrato’. Y firmamos Los Gypsies. Pero entonces surgió ahí la semilla de los compañeros, que sí que no y fue cuando nos dividimos… que cada quien haga su grupo. Entonces Arturo Álvarez quien era el guitarrista se salió, y yo y ‘El Cherokee’, casi medio grupo se salió y medio grupo se quedó, que es cuando surgen ahí Los Frailes”.

De esta forma Los Gypsies se dividieron, por una parte Rosado y sus partidarios se reorganizaron para formar un conjunto nuevo llamado Los Frailes, integrado por Espinoza, Fernández y González; también integraron al ex Demonio Rodolfo Apango y José Arabi (vocalista). Ellos retomaron el contrato con RCA Victor, que culminó hasta donde se conoce en la grabación de dos sencillos, un EP y su inclusión para algún LP acoplado de rock and roll. Por su parte, los gitanos continuaron siendo Reyes, Madrid y Álvarez; así como el ex Demonio Juan Guerra (vocalista y bajo) y José Luis Ricart “Ricachá” (teclado), a manera de reemplazo para sus anteriores compañeros. 

Sin embargo, Los Gypsies no menguaron. A mediados de aquella década la Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma los contrató para una gira programada de nueve días en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, donde fueron bien recibidos al igual que promovidos por la familia Chapital, quienes tenían contactos con periódicos y radiodifusoras locales: “El señor Chapital era compadre del papá de ‘Ricachá’, eran poblanos pero se fueron a vivir a Tuxtla Gutiérrez Chiapas y ahí hicieron un negocio que por cierto se hicieron ricos… El señor Chapital lo hacía porque su hija era novia de ‘Ricachá’, inclusive nos dieron una casa, nos compraron camas, nos daban de comer, nos conseguían tocadas…”, comenta Reyes. Un contrato de nueve días que terminaron siendo dos años.

Su estancia en el estado del sureste fue un éxito. Recorrieron prácticamente todos los municipios chiapanecos y tocaron en ferias, cafés, al igual que los mejores restaurantes como el Flamingos. Sin embargo, debido a la lejanía familiar y muy probablemente al hastío, Los Gypsies decidieron volver a Puebla y disolver el grupo.

Algunos se incorporaron a la etapa final con Los Frailes, como fue para Reyes, Álvarez y Madrid; Guerra se integró o formó otros conjuntos destacados, por ejemplo, 2 + 2, posteriormente 2 + 2 de Colombia, Juan Guerra y su Rock Music. Y Ricart emprendió interesantes aventuras en la escena roquera tanto capitalina como poblana de los setenta con diversas agrupaciones: Bandido, Freeway, Tryciclo y El Trio que suma 7.

Para 1970 la primera generación de rocanroleros angelopolitanos se había extinto casi por completo (a saber, los Demonios del Rock, Los Blue Jeans y Los Teddy Gangs), dando paso a una nueva camada de músicos y grupos influenciados principalmente por la “Ola inglesa” y posteriormente el jipismo con su inherente psicodelia. Los Gypsies no sólo surcaron parte de aquel tránsito generacional rocanrolero, también fueron instrucción musical para posteriores exponentes importantes, y en suma, llevaron su trabajo fuera de la entidad poblana con mucho prestigio. Infortunadamente no existen grabaciones de su música, por lo que resulta necesario recurrir al memorial colectivo, que si bien es falible, aporta suficiente información para reconstruir a grandes rasgos parte de la historia del rock and roll angelopolitano. Una memoria que debería preservarse lo mejor posible.

Nexus: 12 años de libertad, respeto y apoyo mutuo

Por Polo Bautista

 

El espacio cultural Nexus cumplió este febrero -todavía pandémico- 12 años de vida. La mente fundadora para tal empresa se llama Daniel Garrido, pero todos lo conocen como “Guaus”, quien es oriundo del entonces mentado “Detritus Federal” (hoy CDMX) y se mudó a la capital angelopolitana iniciados los ochenta.

Espacio célebre entre artesanos, músicos, artistas y por toda la bohemia que merodea el corazón urbano poblano, ha albergado desde sus comienzos infinidad de actividades eclécticas, por mencionar algunas: exposiciones de artes plásticas, conciertos punks, círculos de lectura, expo vinilos, clases de danza africana, artes circenses, prácticas de capoeira, recitales poéticos, degustación de alimentos, etc. En fin, es un espacio abierto a toda manifestación artística sin importar su naturaleza. Por lo tanto, promueve las libertades del pensamiento, el respeto mutuo y la solidaridad en general, especialmente entre aquellos afectos al arte.

Nexus comenzó a operar para inicios del 2009, cuando el término “espacio cultural” no era habitual en Puebla para referirse a los foros alternativos. Acerca del origen de su apelativo, Guaus menciona: “Me gusta Henry Miller y a partir de ahí se me hizo como un nombre digerible, fácil de acordarse. Dentro de la cuestión del diseño gráfico siempre te piden un nombre que la gente recuerde y sea fácil de digerir… Y funcionó bastante bien porque después la gente le empezó a agregar lo suyo. Había gente que le decía ‘El Anexus’, ‘El Necius’, ‘El Netsus’”.

Originalmente se ubicó en un pequeño cuarto de la 6 Norte 406, muy cerca del mercado artesanal El Parián. Al comienzo, la clientela de Nexus estaba mayormente conformada por artesanos y artistas urbanos relacionados con el “hipismo”, pero paulatinamente arribaron estudiantes de psicología, filosofía, letras y demás escuelas de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, ubicadas en el primer cuadro del centro histórico. La idea inicial fue conformar una galería de arte y café, pero muy pronto albergó eventos musicales, siendo Yave Lira y posteriormente Híkuri las primeras agrupaciones poblanas practicantes del blues que se presentaron en el incipiente foro.

Así transcurrió aproximadamente año y medio, hasta que en 2010 y por consejo de un amigo (Carlos Tonatiuh), Nexus se mudó a la once oriente interior once. El nuevo local era más amplio, contaba con dos salones contiguos amueblados por unos cuantos sillones y cojines enfundados en costales de café. La bebida preferida sin contar las indispensables cervezas fue el “Yolixpa”, que es una infusión prehispánica de varias yerbas con aguardiente muy típica en las zonas serranas al norte del estado poblano. Ahí tuvieron oportunidad de presentarse bandas como De Algún Tiempo A Esta Parte (DATAEP), proyecto liderado por Iván Jiménez; también Caca de Gato de Adrián Romero (ahora “Kin Nini”) e Infrasónico, fundada por “El Abuelo”, ex integrante de la reconocida banda surf Los Pegajosos. Todas esas propuestas fueron muy interesantes y talentosas por esos días, aunque al presente sólo DATAEP continua trabajando.

En 2012 Nexus nuevamente cambió de ubicación debido a que la casona donde laboraba supuestamente fue vendida. Entonces volvieron a la familiar 6 Norte, pero del número 3 interior 3 y finalmente interior 7, donde permanece hasta hoy.

El edificio que antiguamente fuera una fábrica de la conocida crema corporal Ibañez, cuenta con distintos interiores los cuales se acceden a ellos por una angosta escalera, en sus paredes se aprecian grandes pinturas con motivos prehispánicos. Ahora Nexus es un salón espacioso, posee sillones y mesas para sus clientes, también cuenta con cocina, barra de bebidas y finalmente el espacio dedicado a los talleres o tocadas. Está adornado por cuadros, libros, plantas, artículos curiosos y lo resguardan dos lindos gatos: Mishu y Momo.


Hasta antes de 2012, los altercados con las autoridades habían sido mínimos y sin consecuencias. Sin embargo, los nuevos vecinos resultaron sumamente intolerantes, Guaus comenta: “Nos empezaron a aventar a la policía y al ayuntamiento, empezaron a decir que vendíamos “mota” y cosas así. Entonces el dueño del edificio nos dijo que nos subiéramos al siguiente piso para que no hubiera problema con que saliera el ruido al exterior”.

Resultó evidente que adicionar actividades como talleres de danza africana y artes circenses le ganó cierto impulso al foro (junto con la animadversión vecinal). Por otra parte, los toquines también funcionaron bastante bien debido a que Nexus siempre está abierto para cualquier propuesta sin importar su género. En palabras del mismo Daniel: “Yo soy muy neutral, si vienen bandas de otros estados también se les da el espacio… Ha llegado gente de Brasil, Argentina, Colombia, Chile, Estados Unidos y España”.

No obstante, dos eventos singulares evoca con afecto su propietario. El primero ocurrió en 2014, cuando Nexus obtuvo la beca para proyectos culturales que promovió el Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla. Con dicho apoyo logró contactar a los hnos. Mauricio y Francisco Sotelo del grupo Cabezas de Cera para que brindaran un recital con su música experimental y progresiva. Así fue como un 3 de octubre del año antes mencionado, el dúo se presentó en Puebla con buen éxito. Además, Guaus constató la gran sencillez de los hermanos. Sotelo y su inseparable ingeniero Edgar Arellín.

El segundo evento memorable fue la presentación del dueto arraigado en Morelos. Se trató ni más ni menos que de La Perra, una interesante propuesta denominada rock de cámara, en el que fusionan géneros como jazz y progresivo. La dupla está conformada por Elena Sánchez (bajo) y César Calderón (batería), también conocido como “Perico”. Ellos se presentaron el treintaiuno de agosto del 2019, aunque aquella vez no se contó con ningún apoyo municipal sino todo corrió a cargo del Centro Cultural.

Tales presentaciones podrían parecer triviales si se comparan con las realizadas habitualmente en la capital mexicana.  No obstante, es preciso señalar que Puebla no se distingue por albergar un gusto mayoritario para el rock progresivo y sus derivaciones, asunto contrario ocurre cuando se habla del ska, reggae y surf. Por tal motivo, emprender dichos eventos responde a la finalidad de promover distintos géneros a los habituales con bandas prominentes y refrescar una escena poblana conformista.

Nexus no es el único espacio cultural de la capital angelopolitana. Existen otros lugares análogos con los que convive, por ejemplo, Karuzo, El Venado y el Zanate, Musa, 19-40 café o Santos Remedios. Guaus no está totalmente enterado de los integrantes que conforman su gremio, pero valora las aportaciones de cada uno: “No considero que los espacios generen una competencia entre nosotros, sino que nos hemos vuelto opciones para distintos tipos de personas. Cada uno tiene su clientela, cada uno tiene sus gustos, cada quien tiene su propuesta”. Y agrega: “Como que nos repartimos la chamba, porque la gente se aburre de repente de llegar a un mismo lugar a ver los mismo toquines o las mismas bandas”.


De vuelta al cruel presente, la pandemia ocasionada por el COVID-19 trastornó profundamente todos los ámbitos humanos. Las consecuencias inmediatas para Nexus y sus congéneres fueron el cierre y posterior reapertura al mínimo de sus capacidades. Varios han tenido que abandonar sus proyectos. A pesar del oscuro panorama, Daniel encuentra aspectos positivos: “La gente tuvo mucho miedo, bajaron las ventas totalmente, carencia de ingresos, los empleados se fueron. Pero dentro de lo malo también hubo cosas buenas, porque te das cuenta de que no es únicamente depender del artista o de los artistas, sino que el espacio depende de la persona que está a cargo… Se establecieron otras dinámicas, la venta de postres, de comida, llevar a domicilio, que la gente pasara por sus cosas”.

En ese sentido, Guaus considera que debido a la pandemia las personas han comenzado a valorar sus espacios culturales. Nexus y similares, no son simplemente lugares para ir a “chupar y ligar”, sino que generan cultura, tolerancia y respeto. Además, estos deben producir sus propios mecanismos para subsistir a días aciagos como lo son ahora, en que los artistas están impedidos de manifestarse directamente y puedan atraer clientes. Tampoco piensa que los espacios culturales sostengan una alianza de colaboración o apoyo ante la imbatible crisis; actualmente todos ven por sí mismos. Empero, nadie busca perjudicar a los otros. Sus palabras serenas y firmes asoman cierta perspectiva empresarial madura y responsable, evidentemente fruto de la experiencia que brindan los años.

Pues bien, Nexus cumple 12 años en plena pandemia y no claudica. Su excéntrico propietario además de ser optimista, defiende el libre albedrío del espacio cultural que mantiene con pasión y tenacidad. Está complacido con la senda recorrida hasta ahora y estima que Nexus no necesita doctrinas, pero si tuviera una probablemente esa sería guiada por la libertad de pensamiento, el respeto y apoyo mutuo. Indudablemente su principal motivación es la gente que lo visita y retroalimenta.

Por último, Guaus manda un mensaje a sus clientes, ex trabajadores, colaboradores, amigos y demás gente involucrada en tan especial proyecto: “Gracias a todos por mantener el espacio, gracias por aceptar esta propuesta que es Nexus, gracias por encontrarle el gusto y seguir viniendo. Porque si no fuera por eso el lugar no existiría”.

Felicidades y larga vida Nexus.

P.D. No está de más decir que pueden apoyar a Nexus consumiendo sus productos, los cuales se ofrecen víaFacebook o visitando el foro bajo las normas higiénicas ampliamente difundidas en días y horarios permitidos. Guaus se complacerá de recibirlos.

‘No queremos aliados, queremos desertores del patriarcado’

Texto y fotos: Mónica Castro Lara |


Decidí titular este pequeño pero significativo texto con la muy puntual frase de la antropóloga e investigadora mexicana Marcela Lagarde, ya que desde hace semanas, no puedo sacarla de mi cabeza. He de confesar que siempre me ha ‘molestado’ esa palabra… ‘aliados’. Por eso, qué mejor momento para estar viv@s y transformarla en ‘desertores del patriarcado’, ¿no creen?

“Ahora que estamos juntas (ahora que estamos juntas), ahora que sí nos ven (ahora que sí nos ven). Abajo el patriarcado, se va a caer, se va a caer. Arriba el feminismo que va a vencer, que va a vencer”.

Después de mucho pensar, concluyo que no me avergüenza haber vivido mi primera marcha #8M hasta mis 31 años y aunque no ha sido por falta de empatía, desinterés o desinformación, creo que a todos nos llegan las cosas en EL momento adecuado y mí me llegó esta experiencia transformadora en el instante más apropiado de mi vida. Tenía apenas dos días de haber vivido la Marcha por la Paz, convocada por estudiantes de la BUAP y UPAEP principalmente, a la que se le unieron más de 35 universidades y créanme que fue un día muy interesante y aleccionador. Por ende, mis ganas y emoción por vivir la marcha del domingo, eran bastante grandes.

“Mujer consciente, se une al contingente”.

Un día previo a la marcha, nos juntamos varias personas en casa de mi hermana Elo y mi cuñado Hugo para hacer un primer ejercicio de conversatorio, un espacio seguro en donde mujeres y hombres (sí… hom-bres) pudimos dialogar, compartir ideas, debatirlas, comenzar a establecer protocolos, contar experiencias y sobre todo, aprender a escuchar. Fue una tarde francamente inolvidable y me quedo corta cuando digo que soy muy afortunada en poder vivirlo. Soy una fiel creyente de que parte de la reestructuración de las cosas y de cómo enfrentar la violencia sistemática que vivimos en nuestra cotidianidad, comienza con un cambio social-cognitivo, que debe existir (al menos) la disposición de escuchar, pero también de dialogar.


La deconstrucción de mujeres y hombres (porque pensar y afirmar que los hombres son los únicos que deben deconstruirse no resulta un ejercicio crítico) debe ir acompañada de esta necesidad de externar nuestras vivencias, nuestras inquietudes, nuestros errores y aciertos para dejar de enfrascarnos en lo individual y dar cabida a una colectividad más auténtica. Gracias, gracias, gracias a esas mujeres y hombres que el sábado pasado me enseñaron que ES posible. Y además, cerramos la tarde con broche de oro, diseñando nuestras consignas para el día siguiente, un inesperado momentazo feminista.


 “Ni una más, ni una más, ni una asesinada más”.


Desde que desperté el domingo 8 de marzo de 2020, tuve esa sensación de ansiedad cuando sabes que se avecina un evento extraordinario y afortunadamente, así lo fue. Elo me preguntó en el transcurso de la mañana si tenía miedo, a lo que contesté un rotundo y muy seguro “NO”, como pocas veces en mi vida. Me entristeció que mi mamá ya no pudiera acompañarnos a la marcha pero, había escrito su consigna en la mañana y nada en el mundo me impediría llevarla y alzarla como si lo estuviera haciendo ella misma. Alistamos todo y llegamos treinta minutos antes de la hora citada, en un punto muy cercano a la Fiscalía de Puebla. Nuestro pequeño contingente, estuvo conformado por amigas, amigas de amigas, familia de amigas y las alumnas de mi hermana. “¿Pañuelo verde o morado?” y cada quién escogía el que quería, un gesto desinteresado y unificador.

Se acercaba la hora y Doña Ansiedad (o sea, moi) comenzó a inquietarse porque veía cómo comenzaban a juntarse más y más mujeres en el punto de reunión y nosotros, seguíamos esperando a nuestras compañeras. El  liderazgo de mi hermana, tras unos consejos bastante apropiados, nos condujo por fin hacia la multitud. Esperamos algunos minutos bajo la sombra de un sagrado árbol y después, comenzaron a organizarnos en filas de 10. En ningún momento, quería perder de vista a Elo porque yo quería y necesitaba marchar con ella; la misma caminata nos permitió ubicarnos a un lado, atrás o delante de cada una. Marchar sin ella no hubiera tenido sentido.

“Mujer, escucha. Esta es tu lucha”.

La multitud (que al principio me hizo dudar si éramos pocas o no), hizo que me costara trabajo escuchar las primeras consignas feministas que gritaban los contingentes que estaban delante de nosotras; afortunadamente no tardamos en repetirlas y hacerlas nuestras. “Sembraremos rebeldía hasta cosechar libertad” y “Sororidad es la respuesta a través de amor, lucha y coherencia”, palabras prestadas de la talentosísima Audry Funk. No importó que fuera ‘cargando’ doble, eran MIS consignas y quería/necesitaba/ansiaba exponerlas, no sólo a las mujeres que participaban en la marcha, sino a cualquiera con una cámara fotográfica o a las cientos de espectadoras que nos miraban, algunas con empatía, otras con asombro, otras con desprecio y muchas otras, con angustia.

“Señor, señora no sea indiferente. Se mata a las mujeres en la cara de la gente”.

Sentí mucho miedo en la primera parada de RUTA (Metrobús poblano). Algunas chicas comenzaron a hacer pintas y a golpear los vidrios de la parada con la intención de destruirlos. “Sin agresión, sin agresión” gritamos muchas. Y al principio lo grité sin pensar y siguiendo a ‘la masa’ y luego lo hice de manera MUY consiente. Estoy TOTALMENTE a favor de las pintas, de que se queme todo, de que se escriban consignas y se haga visible todo el dolor, la rabia, la impotencia, la injusticia, la segregación, la desigualdad y la violencia. Pero tan simple como que no quería que las chicas que estaban caminando junto a la parada, sufrieran algún tipo de violencia o secuela. Justo ahí estaba mi mejor amiga desde los 12 años, justo ahí estaban las alumnas menores de edad de mi hermana, y justo ahí estaba mi compañera de vida y mi alma gemela, Elo, a quien pude sostener de la mano con todas mis fuerzas. Sentí miedo… y es muy válido; hice a un lado mi egoísmo y pensé únicamente en ellas y en su seguridad. ¿Incoherencia? Llámenle como quieran, pero fue un sentimiento auténtico. No voy a juzgar, ni a avergonzar, ni a hacer sentir mal a otras que lo hayan sentido y externado, así como he leído en publicaciones en redes sociales proveniente de mujeres cercanas a mí. Qué bien y qué orgullo que no hayan sentido miedo y que hayan sido coherentes. Necesitamos que nos contagien de ese valor y de esa seguridad, siempre.


 “Vivas se las llevaron, vivas las queremos”.

Benditos árboles del Boulevard 5 de Mayo que aligeraron en algunos puntos nuestra marcha. Me imaginé la posibilidad de tener una ciudad repleta de vegetación y me encabrona mucho saber y ser testigo que Puebla, ha perdido tantas y tantas zonas verdes. Ya muy avanzada la marcha, nos íbamos poco a poco quedando sin voz, aunque surgía alguna consigna y de inmediato, recuperábamos el ímpetu. Mientras todo eso pasaba, no pude dejar de pensar –y sentir- el enorme abanico de emociones que me invadían: por un lado, el enojo, rabia, hartazgo, miedo, sed de justicia, el ser la voz de las que ya no están o de las que conscientemente, no quieren estar; por otro, la felicidad de sabernos juntas, cobijadas y hermanadas, de irnos apropiando (aunque fuera por un instante) del espacio público SIN el miedo de todos los días, de caminar de la mano de mis amigas de toda la vida, del despertar de una sororidad genuina y finalmente, de formar parte de este momento de la historia.

“Y la culpa no era mía, ni dónde andaba, ni cómo vestía”.

Y es justo aquí donde lloré, poco, pero lloré. Traté de contener mis lágrimas y gritar la consigna lo más fuerte que pudiera. Porque si bien he sufrido de la violencia estructural, soy de las pocas privilegiadas que no han sufrido acoso y violencia sexual sistemática, mientras que la gran, GRAN mayoría de mujeres sí. Pensar en eso me destroza todos los días. Pienso también en todas esas ocasiones cuando mis amigas no se han abierto conmigo y no me cuentan esas experiencias terribles que han vivido en el pasado, pero estoy en el momento idóneo para madurar, agradecer y celebrar que tengan la confianza de hacerlo con otras mujeres, porque simplemente no se trata de mí. Es esa mentalidad colectiva la que ha cambiado mucho mi visión de las cosas.  

Entramos al zócalo de la ciudad y desafortunadamente, el poco espacio hizo que toda la caravana se dispersara. No importa. Aplaudo, agradezco y admiro enormemente a esas mujeres, colectivos y asociaciones que organizaron la marcha y que han luchado sin cansancio ni titubeos desde hace años: gracias por ser ejemplo de resistencia, por leer el pliego petitorio, por invitarnos y recibirnos con los brazos abiertos, porque no juzgan, porque nos quieren vivas y porque construyen día a día, un México más justo.

“Aleeerta. (Aleeerta). Aleeerta. (Aleeerta). Alerta, alerta, alerta. (Alerta, alerta, alerta). Alerta que camina, la lucha feminista de América Latina. Y tiemblen, y tiemblen, y tiemblen los machistas, que América Latina será toda Feminista'.

Mi experiencia, en MI primera marcha #8M, fue tremendamente satisfactoria; terminé con el corazón atiborrado y con mucho interés en continuar formándome. No presencié insultos, ni reclamos, ni violencia. Presencié únicamente a mujeres poblanas vinculadas por una lucha que no tiene descanso y de la que sin duda, quiero y formo parte. “The Future Is Female”, dicen por ahí. ¡NO! El presente lo es. Gracias infinitas a mi Elito por caminar a mi lado. Gracias a mi mamá por hacerlo simbólicamente. Gracias a las amigas, alumnas y conocidas que estuvieron a mi alrededor. Gracias a las amigas que no vi pero sé que estuvieron ahí. Que sea la primera de muchas.  

“Hay que abortar, hay que abortar, hay que abortar este sistema patriarcal”.

El sábado hablábamos en torno a la perspectiva de género. En este diálogo de saberes cada quien dijo lo que entendía. Ignorantes todos, Hugo compartió que desde su disciplina, las Relaciones Internacionales, había constructos que ayudaban a entender cómo se conciben los liderazgos mundiales, así como el poder que tiene cara (o atributos) masculina e interpela a las grandes líderes mundiales, como lo han sido Merkel o Thatcher y que, de alguna u otra manera, emulan un prototipo de “mujer-macho”. Pensando que, como asumía Frantz Fanon en torno a la raza negra, sería una desgracia que el destino de la mujer sea convertirse en hombre; Hugo lanzó una de sus preguntas mordaces: “[…] y, ustedes, ¿se han sentido alguna vez empoderadas fuera de los estándares o indicadores de poder patriarcal?” El silencio fue la respuesta más estridente. Después de lo incómodo alguna se atrevió a emitir un desgarrador NO. Es algo que me abruma y me ha tenido reflexionando desde el sábado. Ojalá algún día, pueda gritarles una respuesta diferente.

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