En corto: entrevista con Rocko Arroyo
Sesiones Colocadas: Rocko Arroyo
En corto: entrevista con Rocko Arroyo
Aunque tú no lo sepas: charla con Ismael Serrano
.documento estrena «El Robot de Ayer»
.documento es un proyecto tecno-pop integrado por Leticia Toussaint (voz), Alejandro Mancilla (sintetizadores) y Jorge Sandoval (guitarra). El grupo se ha presentado en diversos eventos como Festival Marvin 9.5 al lado de Daniel Melero, Gustavo Santaolalla o María Daniela y su Sonido Lasser; Rising Moon (organizado por Indie Rocks!) y Festival Panorama.
El Robot de Ayer
La letra versa sobre la soledad, las caricaturas japonesas, la nostalgia y la sensación de no pertenecer a ningún lado.
“El Robot de Ayer” cuenta con un video dirigido por el cineasta mexicano Andrés Klimek. La canción se incluirá en el próximo disco del grupo titulado “La Soledad de la Chica Cometa”, el cual se publicará en el sello Molécula Records.
La canción está disponible en todas las plataformas a través de Casete Agricultura Digital, y cuenta con un remix del grupo Kozmik Café, una de las notables nuevas caras del synth-pop hecho en Lima, Perú.
Sesiones Colocadas: Dianala
En corto: entrevista con Dianala
Nocaut, el programa del pugilismo mental
Por Sergio Martínez
Un ring,
un referí, dos invitados, y dos coaches; el programa está dividido en
tres rounds, el referí lanza una pregunta, los invitados ya sea por
medio del conocimiento del tema o el ingenio deberán responder, al final de
cada asalto el juez determinará quien gana de acuerdo con las respuestas de
cada invitado.
El
primer episodio de esta propuesta de entretenimiento cultural dirigido por
Conrado Tostado, se estrenó el pasado 14 de mayo en la pantalla del Canal 14,
el futbol fue el primer tema a debatir; Paula Browne y Diego García del Gállego
fueron los primeros invitados, como managers estuvieron Blanca Salces y
Luis David de Todos los Santos. En media hora los invitados contestaron tres
preguntas: ¿Cuándo se jugó el primer partido internacional de futbol en la
historia?, ¿Cuándo se fundó la primera liga mexicana de futbol? y ¿Quién
recuerda la segunda vez que Maradona usó la mano en un mundial? Las preguntas
son detonantes para citar anécdotas, hechos políticos, comportamientos
sociales, datos interesantes o puntos de vista, ahí es donde el programa
muestra su propuesta real: entretenimiento inteligente. ¿Quién gana? El
televidente.
Coproducido por Canal Catorce del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano y el Centro de Producción de Programas Informativos y Especiales, Nocaut se trasmite todos los viernes a las 18:30 h, con repetición el domingo a las 11:30 h, por la señal abierta de Canal Catorce, aquí pueden ver el primer episodio:
Échenle
un vistazo a Nocaut, “donde no se trata de perder el conocimiento, sino
de ganarlo”.
Los Fantasmas del Rock y los primeros rocanroles originales en Puebla
¿Cuál fue la primera composición
rocanrolera original hecha en Puebla? Sin duda se trata de una cuestión aparentemente
sencilla y a todas luces natural para cualquier interesado en los anales del
rock and roll poblano. Sin embargo, la pregunta está lejos de solucionarse
satisfactoriamente. A continuación se exponen brevemente algunos datos curiosos
y ciertas luces al respecto.
Se tiene por común acuerdo que
las primeras agrupaciones rocanroleras angelopolitanas surgieron a finales de
los años cincuenta con los Demonios del Rock y Los Teddy Gangs. Ambos conjuntos
pueden considerarse pioneros del rock
and roll, aunque en ningún caso existen registros de composiciones propias, con
todo y que las melodías grabadas en los sencillos de 1962 por los Demonios del
Rock están acreditadas a algunos de sus integrantes, asunto por demás
incorrecto, pues verdaderamente son adaptaciones o covers.
En consecuencia, los primeros
rocanroles originales registrados datan presuntamente de 1965 realizados por
Enrique González (también conocido como “El Gallo” o “Chessman”), un rocanrolero
importante para Puebla que participó en distintos conjuntos sesenteros
destacados, por mencionar: Los Gypsies, Los Frailes y Los Novelistas. No
obstante, es difícil suponer que a lo largo del primer lustro de la década
sesentera ninguna banda o músico se propusiera realizar semejante logro creativo,
y simplemente se conformaron con adaptar los temas más conocidos del repertorio
rocanrolero. Por lo tanto, dicho asunto pareciera estar zanjado al no contar
con ninguna evidencia material o información medianamente fiable, aunque recientemente
surgieron nuevos datos que arrojan algo de claridad sobre el tema. Dicha
evidencia se encuentra al revisar la fugaz trayectoria musical de Los Fantasmas
del Rock.
Conjunto efímero pero entusiasta,
Los Fantasmas surgieron a comienzos de los años sesenta y estuvieron
conformados por los hermanos René (bajo) y Óscar (batería) Ayón Rodríguez, Miguel
Ángel Bashbush (teclado), Enrique Rosas (guitarra), Luis David Benavides (vocalista)
y el antes mencionado González “Chessman” (requinto), apodado así por su
parecido con el “bandido de la luz roja” Caryl Chessman. La mayoría estudiantes
pertenecientes al Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec donde aprendieron
sus primeras lecciones musicales en la Orquesta Juvenil.
De acuerdo con González, los hermanos Ayón y demás integrantes ya habían conformado la banda cuando él se integró de forma un tanto casual: “En una pinta de la escuela los conocí, me dijeron que iban a ensayar y yo les pregunté por lo que ensayaban, pues que un grupo de rock me contestaron y ya me les pegué… Logré gustarle a los muchachos, en ese tiempo jóvenes, chavos, teníamos doce años y me dijeron ‘¿por qué no entras al grupo?”. Entonces el joven “Chessman ocupó el puesto de requinto.
Como todas las bandas rocanroleras
por aquellos días, tocaron sus adaptaciones de los grupos consagrados como Los
Locos del Ritmo, Los Teen Tops o Los Rebeldes del Rock en la estación
radiofónica XEHR propiedad de Don Roberto Cañedo, donde su esposa la señora
Josefa Benites los escuchó tocar y generosamente decidió amadrinarlos con unos
instrumentos eléctricos. Por si fuera poco, también los introdujo al ambiente
artístico de las caravanas que organizaron cervecerías importantes como Corona y
Cuauhtémoc Moctezuma para que amenizaran los intermedios de las grandes celebridades
que visitaban la ciudad. Así, desde muy jóvenes incursionaron en el ámbito
artístico aunque solo por una muy corta temporada.
Durante ese tiempo tuvieron
experiencias interesantes y hasta divertidas como la que evoca con picardía
González sobre César Costa, quien en los años sesenta solía vestir diversos suéteres
de grecas. El solista alcanzó tanta popularidad que se volvió moda entre la
juventud portar dicha prenda, y de alguna forma, se generó el rumor con
respecto a una supuesta fábrica de suéteres que poseía.
Pues bien, “Chessman” comenta con
cierto bochorno lo ocurrido durante aquella presentación en el otrora Teatro
Variedades de Puebla: “Una señora muy conocida que se llamaba o se llama Ivonne
Recek de Luke le regaló un suéter a César… Entonces a mí se me ocurrió decirle
‘¿oye César no tendrás un suéter que me regales?’. Ya te puedes imaginar mi
ignorancia”. Claramente el joven guitarrista no lució desconocimiento, sino
ingenuidad infantil al dar crédito a semejante patraña sobre la fábrica, pero
no fue el único suceso memorable.
Otro momento singular ocurrió tras
bambalinas, cuando la mismísima Julissa sufría de nervios escénicos previo a
realizar su número y se confesó con Enrique al decirle: “Ay manito estoy rete
nerviosa”. Siendo que verdaderamente los abrumados eran Los Fantasmas del Rock quienes
realizaban sus primeras actuaciones a tan corta edad, mientras que Julissa ya
figuraba en el ámbito rocanrolero nacional. Aquel día se presentaron además de
César Costa, Julissa y Alberto Vázquez, el carismático Enrique Guzmán
acompañado por la banda Los Salvajes, quienes generosamente le obsequiaron un
cable a González para que pudiera conectar su guitarra eléctrica. Sin duda
entrañables recuerdos.
Desafortunadamente, la falta de
madurez les jugó en contra y el grupo Los Fantasmas del Rock se desbandó prematuramente,
no sin antes incursionar en la composición. De acuerdo con González, el cantante
Luis David Benavides compuso dos piezas que llevan por título “El rock de los
fantasmas” y “Partiré”, los cuales probarían que hubo iniciativa entre algunos
rocanroleros por hacer música propia durante el primer lustro sesentero. En
otras palabras, serían los primeros rocanroles originales conocidos que únicamente
se conservaron en la memoria de sus protagonistas.
Pero sorpresivamente a comienzos de 2020 y antes de la pandemia desatada por el Covid-19, algunos miembros
fundadores del grupo Los Fantasmas se reencontraron para una celebración. Oscar
Ayón, Miguel Ángel Bashbush y el varias veces mencionado González recordaron a
ritmo del rock and roll los viejos tiempos en compañía de amigos y familiares.
Increíblemente un tema compuesto por su desaparecido compañero Benavides se
volvió a escuchar después de tanto tiempo (¡casi sesenta años!), y en esa
ocasión quedó modestamente registrado gracias a la tecnología de los
dispositivos móviles. “El rock de los fantasmas” es una pieza que reboza
candidez juvenil, de sencilla ejecución y altamente bailable, con más semejanza
a los rocanroles clásicos. Ciertamente una precoz manifestación de creatividad
rocanrolera en Puebla.
Posterior a Los Fantasmas del
Rock, “Chessman” integró otros conjuntos siendo con Los Frailes donde alcanzó
uno de sus mayores méritos como compositor, pues registró para la RCA Víctor
los primeros rocanroles realizados por un poblano intitulados “Te perdí” y
“Tarahumara”. A pesar de que cuenta con una amplia trayectoria artística como
músico y comediante al lado de figuras como Luis “Vivi” Hernández, Paquita la
del Barrio, Jorge Falcón o Polo Polo, por su mente nunca se extraviaron
aquellos primeros rocanroles que tocó junto a sus fantasmagóricos compañeros de
juventud.
La noche que Bob Dylan tomó Zacatecas
Por Sergio Martínez
La
noche cayó sobre nosotros, el viento frío empieza a hacerse sentir, tenemos no menos de tres
horas sentados en las gradas esperando que
empiece el concierto, se apagan las luces
y una voz en off anuncia: señoras
y señores, con ustedes, el Sr. Bob Dylan.
A no más de treinta metros, vestido de negro con sombrero blanco, el tipo toca el teclado y la armónica, cuando canta arrastra las letras de tal manera que no
sólo se dificulta escucharlo sino también
entenderlo en su idioma natal. Pero ese
tipo que canta acompañado por su grupo ha
compuesto más de 300 canciones, muchas de
ellas, las más representativas del rock y ha dejado huella en muchos de sus
escuchas.
Se
podría pensar que en un país donde se habla castellano un cantautor que habla inglés no tendría
convocatoria, pero no es así, Bob Dylan “tomó”
la Plaza de Armas de Zacatecas, aquel
lugar que tomara Pancho Villa durante la revolución mexicana y que fue bastión
principal para que el “Centauro del Norte” se volviera leyenda.
Pero los tiempos cambian… y ahora a la tierra
del zacate llega la gente para ver a una
leyenda viviente, a un tipo que ha sido
candidato al Premio Nobel de Literatura
(que nunca se lo darán*, porque él no se asume
como literato, sino como cantante, y los escritores
son muy celosos y muy rapaces) y ganador de un Oscar, varios Grammys y del Príncipe de Asturias.
Mister Zimmerman nos deleita con las canciones: When
the deal goes down, Just like a woman, Highway 61 revisited, Thunder on
the mountain, Like a Rolling Stone; The Band no desmerece en la ejecución de cada acorde, son
una maquinaria bien aceitada, pareciera que
tocan sin moverse, el público se prende
con la música, dudo mucho que más de la
mitad conozcamos todas las canciones y lo
que dicen, pero extrañamente hay una comunión
entre el público y el cantante, un “algo” que muchos llaman magia.
Dylan
en su papel, ni se inmuta; toca, canta, le sopla a la armónica, pero en cada canción la banda se
prende, desde mi lugar observo a los de hasta
adelante, corean cada estrofa, Bob al percatarse
entra al juego con ellos, el toca, ellos cantan,
así lo hará no menos de tres veces en
tres diferentes momentos del concierto…
sus seguidores lo logran, hacen que Dylan
se salga de su papel e interactué con ellos.
Cuando canta Forever young un hombre
canoso y de barba descuidada alza las
manos y haciendo la “V” de la victoria
empieza a cantar a garganta abierta la canción,
después desde su lugar junta las manos hace una plegaria agradece a Dylan la
canción, cuando el concierto termina la
banda junto con el cantante se reúnen en
el proscenio del escenario, Dylan sin
sonreír sólo levanta los pulgares en señal de
satisfacción, hace una reverencia y se pierde detrás del escenario.
Acudimos con la historia, nos encontramos con el
poeta, con el cantante, con el referente de una
generación en la que no nací, con quien se
desmarco de ser un líder o un profeta,
pero a él la historia no lo absolvió, a
él, y a sus canciones, las hemos adoptado como
aquello a lo que aspiramos, sus canciones -aun en estos tiempos- son una referencia de aquellos años
sesenta en los que aquellos jóvenes
contemporáneos de Dylan soñaban que otro mundo es posible, como en aquellos años hoy, nosotros, los de esta otra generación aspiramos a encontrar la respuesta en el
viento, a ser por siempre jóvenes.
Alguien canta por ahí
"Cuesta trabajo hacer música de forma independiente, sin pertenecer a un grupo o mafia, pero es el camino que he elegido, y aun así me he podido dar el lujo de llegar a las conclusiones que he llegado".
“(El Huerto) es una canción afortunada y hermosa que yo quiero. Nunca he podido hacer otra como esa y sigo haciendo canciones por esa canción. Es una necesidad”.
Morir como mueres hoy
Por Francisco López
Dungen: vikingos pioneros del revival psicodélico en el rock del siglo XXI
Por Jorge Augusto Pérez Peña
Se trata de Dungen, un proyecto de rock progresivo que surgió a finales de la década de los noventa en Estocolmo, Suecia; son considerados héroes anónimos detrás del revival que experimenta la psicodelia en el rock del siglo XXI, tendencia usualmente denominada neo-psicodelia, y de la cual King Gizzard and the Lizard Wizard probablemente sea el mejor referente actual.
Este revival en el rock psicodélico, presente en la escena mundial de nuestros días, tiene uno de sus antecedentes en la experimentación musical que Dungen llevó a cabo desde el eterno invierno de su Europa Septentrional. Sus álbumes conforman un mundo de rock lisérgico invadido brutalmente por el paganismo vikingo del Valhalla, con flautas hechizantes, órganos ritualísticos, tambores galopantes que anuncian la guerra, violines danzando al ritmo del cortejo medieval y referencias a la mitología nórdica, con su inherente magia, brujería y politeísmo. Esta propuesta de rock progresivo acorazado con una arraigada influencia de música folclórica escandinava, vio la luz en 1997, con un trabajo homónimo de cerca de 37 minutos en formato “Demokassett”, que no se editó en otro formato por falta de recursos financieros de la banda, sino hasta el 2001, cuando fue lanzado en vinilo de 12 pulgadas, y posteriormente en CD.
El 23 de abril del mismo año en el que los miembros de Dungen recibieron la grabación del hasta entonces desconocido Kevin Parker, se encontraban cerca de lanzar su cuarto álbum de estudio, titulado Tio Bitar (Diez piezas). Es probable que el trabajo implicado en el posterior lanzamiento del álbum para otros países, y las modestas giras que prepararon para promocionarlo, hayan tenido que ver con la negativa de los suecos para producir lo que sería después el primer EP de Tame Impala.
El álbum que Dungen lanzó, fue motivo de una división de opiniones entre sus seguidores, puesto que fue tildado de meloso, e inconsistente en lo referente a la progresión de sus pistas. En Pitchfork, se llegó a decir incluso que habían perdido su “toque hendrixiano”, y desestimaron la energía impresa en las grabaciones del álbum; sin embargo, para una parte de los admiradores del grupo, la presencia predominante de violines y guitarras acústicas con ritmos pastoriles y folk (escuchar C visar vägen), representó una nueva apuesta estética de la banda que demostró su capacidad para reinventarse sin perder su esencia.
Dicha apuesta estética vino impregnada de una atmósfera rural, similar a la que Led Zeppelin consiguió plasmar en su tercer álbum titulado simplemente Led Zeppelin III, mismo que recibió críticas despiadadas incluso por parte de la revista Rolling Stone, por su marcada tendencia hacia el folk, y el country dejando de lado sonidos más “heavy” que caracterizaron sus dos primeros álbumes.
El caso de Dungen, es similar en muchos aspectos, porque luego de tres álbumes en los que estuvo presente una fuerte influencia del rock psicodélico de finales de los sesenta y principios de los setenta (cosa por la cual fueron alabados por la crítica en un principio), al lanzar Tio Bitar, recibieron una mala recepción de la prensa internacional y entre algunos de sus fans; sin embargo, plasmaron en esas “diez piezas”, que por momentos vuelven a estar cargadas de su acostumbrada psicodelia distorsionada y eléctrico frenetismo, un paisaje profundamente calmo, inundado de violines, harpeleik (cítara de cuerdas), y seljefløyte, (flauta de sauce noruega); instrumentos que engalanaban las danzas regionales organizadas en los pueblos nórdicos de la alta edad media y años precedentes, destinadas a celebrar el inicio de la primavera, ceremonias matrimoniales, o natalicios.
A través de arquetipos sonoros, Gustav Ejstes, líder y principal compositor de la banda, consigue plasmar el contexto de la vida rural en los pueblos medievales de lo que ahora es Suecia, pero va más allá de una trabajada estética que refleja el profundo amor que tiene por las raíces de su cultura
En su música, la estética articula un discurso, una crítica al obsesivo progreso de las ciudades industrializadas, y a la destrucción que implican para la naturaleza y comunidades que constituyen una minoría en ese país.
En su amado y odiado cuarto álbum de estudio, Dungen critica el neurótico perfeccionismo ético y estético en la sociedad moderna, y a sus arbitrarias estructuras, principalmente, a la familia. Lo anterior, es característico en otras expresiones artísticas de la península escandinava, como el trabajo audiovisual de Ingmar Bergman, en el cual, la familia y el matrimonio monógamo, son objeto de constante crítica, tal como se puede ver en su miniserie televisiva de los años sesenta, Escenas de un matrimonio.
Esa inmisericorde crítica vikinga dirigida al orden conservador de la sociedad occidental, se encuentra bien plasmada en la letra de la canción que se titula justamente Familj (Familia):“ve a casa y siente cómo los viejos roles te asfixian. Mucho ha pasado, y no cambia nada”. Mientras que en Svart är himlen (negro es el cielo) la letra es casi en su totalidad esta frase: “negro es el cielo para la familia que ha montado su tienda de campaña, pensando en todo lo que amaban más que en la vida misma”. Es posible inferir que con estas palabras equiparan la edificación de urbes productivas cimentadas en la familia monógama, a un campamento familiar que debe ser retirado porque el ambiente en pleno cambio exige que la civilización comience a adoptar nuevos estilos de vida, y con la inclusión de arquetipos sonoros medievales a la producción de Tio Bitar, es decir, sonidos cultivados en la vida del campesino nórdico medieval sin cristianismo, y con una cultura no satanizada del incesto, el conjunto escandinavo logra redondear un mensaje sumamente contracultural y anticapitalista, casi censurable, si no tuviera también esa elegante sutileza del arte.
El rock progresivo de Dungen habla en pro de la vida agro-dependiente, de la (re)espiritualización de la naturaleza y los ancestros (cosa en extremo neopagana), y de la desaparición de la familia monógama junto con el orden social que la circunda, algo un tanto utópico, pero congruente con la heredada ideología hippie del rock psicodélico que desde sus primeras grabaciones han influenciado a los oriundos de Estocolmo. Dicha visión del mundo, es también congruente con la organización social de las culturas tribales que habitaron lo que hoy llamamos Noruega, Dinamarca, Finlandia, y Suecia.
Las disertaciones instrumentales de estos pioneros psicodélicos, trasladan al escucha a un auténtico amanecer campestre, embellecido por la quietud de una fauna diversa y retozante, plena de animales en libertad, viviendo de lo que producen, en medio de una granja sin amo ni esclavo. Es completamente opcional relacionarlo con el marxismo, pero no deja de ser posible por su feroz crítica al capitalismo.
La atmósfera creada en Tio Bitar, es digna de un saltarín baile pagano en círculo, con todos tomados de las manos, ebrios de vida, como entre hobbits de La comarca, celebrando que la guerra que erigió el capitalismo en su búsqueda por el poder absoluto sobre todas las razas, ha llegado a su fin, y que las ornamentadas estructuras de hierro, junto con los monstruosos esclavos que las instalaron en donde antes había naturaleza, ya no existen, y una vez más, todos somos una gran familia. La progresión de sonidos in crescendo, es una forma de representar el ascenso triunfal de costumbres nórdicas de la antigüedad sobre aquellas que consideran obsoletas y ajenas desde su primer contacto en el siglo I.
El mensaje contracultural de la banda está incluso en su nombre, ya que la palabra “Dungen”, traducida al español, significa literalmente, “El abono”. ¿Cuál es el motivo de este peculiar nombre?
En el año 9 d.C., hubo un contacto con occidente más antiguo que el producido por el arribo de Ascario a Escandinavia, pero en ese punto no hubo una llegada del cristianismo, ocurrió cuando tres legiones de romanos dirigidos por Publio Quintillo Varo, intentaron conquistar territorio nórdico, y a pesar de que los cerca de 18 mil romanos perdieron la batalla en la llamada Derrota de Teutoburgo, existió un intercambio cultural importante, en el cual, tribus nórdicas aprendieron algunas técnicas de cultivo de los invasores que terminaron siendo integrados a su comunidad. Cuando el clima invernal empeoró al punto de no poder sacar a sus animales porque morirían por las bajas temperaturas, los habitantes de la antigua escandinavia comenzaron a recolectar el excremento de su ganado y lo utilizaron para fertilizar la tierra, el abono. Un truco de los romanos que les ayudó a generar comunidades agro-dependientes por la aceleración que hubo en el desarrollo de su agricultura. Insertar en su proyecto musical el mensaje de poner en práctica el cultivo de alimentos para autoconsumo, es parte de la crítica que elaboran los miembros de Dungen al estilo de vida consumista de la vida moderna.
Comenzando desde lo
más recóndito del underground, Dungen conquistó
la cima del gusto de una audiencia exigente y difícil de sorprender, su música
desembocó en una invasión vikinga de rock psicodélico que abarcó toda Europa, y
que formó olas inmensas de nuevos talentos, que inspirados en el trabajo de
este conjunto, buscaron emular diferentes aristas de sus sonidos, pero sobre
todo, buscaron (re)insertar en el contexto de la actualidad tanto la ideología hippie, como sus prácticas y costumbres
no basadas en el capitalismo. El rock psicodélico es una protesta en contra de
los convencionalismos de la sociedad represora, cuyo revival es testimonio de la inmensa cantidad de personas alrededor
del mundo que actualmente se identifican con el mensaje del movimiento liberal
de los sesentas, y quizás también con el contexto represor de aquel entonces.
La rebelde voz del rock and roll siempre tendrá algo que decir sin importar
dónde se escuche, ni de dónde provenga.