"Top Gun: Maverick", una oda a la hegemonía del hombre blanco
El pop sigue teniendo un lugar relevante en la música: Érika Zaba
"El pop se vio algo rezagado, hace algunos años, con la llegada del reguetón y el urbano, pero me parece que el pop siempre ha tenido un lugar en la música", dijo.
Letrinas: algunos poemas de Iván Mata

Por Iván Mata
Pinche vato, te quiero tanto
Tengo dos opciones:
1.- escribir mi biografía con un lápiz del número dos.
2.- mamarte la verga que aseguras tiene sabor a manzana.
Tengo otras dos opciones por si elijo la opción 2:
1.- escupir los besos infantiles que sueles darme cuando estás pedísimo.
2.- asegurarte, por milésima vez, que nunca me voy a ir de nuevo; a menos de que me aburra y necesite de una verga sabor pera en mi boquita de mazapán.
Pronuncio tu nombre y…
Digo la palabra girasol
y todo lo que siento
es una palabra enorme taladrando
mis desgastados dientes.
La palabra de cualquier flor
aquí, ahora, no es válida.
Girasol de azul celeste.
Girasol de noche y zafiro.
La palabra lleva en su interior
una gotita de anaranjada neblina
y lejanos pasos. De hecho, siento al pronunciarla
que mi lengua se aleja de mi boca más lejos
inalcanzable, tremenda, profundamente
decidida a huir siempre
al desierto de una autopista.
Y si hueles, la palabra tiene olor
a fierro y madera carcomida
por el agua.
Girasol, palabra que pronuncio
antes de hacer el amor, antes, incluso
de abrir los ojos por la mañana.
Girasol que en sus semillas
encontré mi carencia
y mi mayor destino.
Dejarla de pronunciar ahora
llevaría a aceptar
mi cordura y mi repudio
por una cruz sin nombre
ni fecha de fallecimiento.
Tengo entendido una cosa:
tú vas a dejar de amarme
a partir de este momento.
Todo el tiempo,
me burlé de ti.
No te creas, amor.
Yo te pienso. Yo te quiero con bien.
Sé que es con ella, y con todas las mujeres del mundo.
Yo, amor, no soy una mujer y no soy ella.
Soy un pastor de cabras.
Un hombre que mete los pies desnudos
en un río estéril y lleno de espinas.
Ese que va por ahí con un sombrero,
orando por encontrar
un girasol celeste.
Taller literario de 5 a 7
Tan difícil es describir a una mosca
posada sobre un pastel
Intenté de otras maneras escribir
cómo la mosca voló hacia el pastel
y batió las alas deshaciéndose
del polvo
No pude siquiera apreciar con mejor detalle
el color tornasol
que la mosca tiene impregnado
en los pelos horribles
Me enseñaron en todos los talleres literarios
a los que acudí que debía decir las cosas
de diferente manera
Lo intenté, pero no logré nada; en vano
gasté los minutos
en mirar a la mosca
Mosca maldita, hija de puta, negra
a tu conveniencia
Tenías que haber nacido mosca
cuando pudiste ser el pastel en el que te posaste
a batir las alas deshaciéndote del polvo
o ser el olor inconfundible
de una hamburguesa.
Pedacito de pastel
Bastaría con ponerme los zapatos, acariciar a mi gata,
mirar a través de mi ventana, fumar un cigarro, más bien
veinte o treinta, los necesarios,
para dibujar en mi cerebro imágenes lindas y hasta cierto punto
curiosas de una lombriz o de un lince.
Ver esas imágenes a detalle con ojos negrísimos, ojos que si los mira la gente
que no me conoce hasta podría decir que tienen un destello de cobre en el iris y mucha tristeza contenida o desparramada, dependiendo desde qué ángulo me miren y si el viento trae hacia delante mis cabellos explosivos.
Porque tengo una sombra en mi rostro
que cubre la mitad de mi cara y los golpes que me dan los hombres malos.
Porque sí hay hombres malos en mi vida. Y ese gente que sí me conoce
sabe que mis ojos están muertos desde hace tiempo.
Sabe que la sombra que cubre mi rostro
ha estado ahí desde que una mariposa se posó en mi nariz.
Y esa gente que en verdad me conoce
podría decir muchísimas cosas, como que prefería el mango, el color verde,
una botella de agua fría y las vías del tren.
También podrían contar la verdad, pero no creo que
se atrevan a decirla porque entonces: yo volaría lejos, yo sería yo,
yo me pondría otro tipo de zapatos, me aplicaría perfume, y por primera vez
me cortaría el pelo
como un hombre decente.
Un 'pachuco' en libertad: Germán Valdés “Tin Tan”
Libertad de ser y hacer: Germán Valdés “Tin Tan”
La historia de la cinematografía nacional es
inconcebible sin la presencia del histriónico Germán Valdés “Tin Tan”. Figura
polémica, desdeñada, temida y amada, que en los inicios de su carrera
artística, encarnó al Pachuco, es
decir, a un sujeto que conjunta la ideología y cultura de dos países: México y Estados Unidos.
Creó a un personaje más profundo que lo anterior expuesto. Forjó una “figura portadora del amor y la dicha o del horror y la abominación, (que) parece encarnar la libertad, el desorden, lo prohibido” (Paz, 1984, p. 15).
El Pachuco
“Tin Tan” surge en el marco internacional de la Segunda Guerra Mundial, y
en el seno de una sociedad mexicana que viene dejando atrás el periodo
revolucionario, es decir, aquel que despide al Caudillismo dándole paso al orden institucional. Es el triunfo y la
consolidación de un partido político oficial de Estado, siendo éste un gran
referente en cuanto al autoritarismo, a la opresión y al conservadurismo se
refiere.
Características como las ya citadas, no eran
exclusivas de las esferas gubernamentales. La familia nacional, -perteneciente
en su mayoría a la emergente clase media-, era un impedimento de libertad o de consolidación
del individuo como tal; como un ser que se cuestiona constantemente sobre quién
es, qué hace y hacia dónde se dirige.
“Tin Tan” se convirtió en un transgresor de aquello, llegándosele a considerar como el primer símbolo contracultural mexicano, entendido burdamente ese concepto como aquel o aquello que no está conforme o de acuerdo con la cultura oficial impuesta por el statu quo y aliados. En síntesis, fue autor de un fenómeno contracultural “en varios aspectos (que) propuso un atuendo, caló, música y baile que lo identificaba” (Agustín, 2007, p. 18).
Una libertad exteriorizada
Las manifestaciones culturales venidas del
extranjero, entre las décadas de 1940 y 1960, eran constantemente sometidas a
duras críticas, siendo algo sumamente señalado, el lenguaje expresado por “Tin
Tan”, o mejor dicho, la extraña mezcla que había hecho con la lengua castellana
e inglesa, dando pie al surgimiento del spanglish,
que “no tardó mucho en ser objeto de las críticas por parte de los
intelectuales puristas (como José Vasconcelos, primer secretario de Educación
Pública), que no soportaban tanta mancilla al “buen” español” (Miranda, 2017).
Si bien encontró la desaprobación arriba
mencionada, también tuvo a defensores de la talla del escritor José Emilio
Pacheco, mismo que en Las batallas en el desierto
(1987, pp. 11-12), apunta hacia un proceso de modernización al incorporar
“a nuestra habla términos que (…) insensiblemente se mexicanizaban: tenquíu, oquéi, uasumara, sherap, sorry, uan moment pliis”.
Dicha influencia sociolingüística ha
traspasado la barrera generacional, y cada vez se hace más común escuchar outfit en lugar de vestimenta; party por fiesta, y daddy suplantó a papá. El
legado cultural del también llamado Rey
del Barrio, sigue en boga; es atemporal.
Más manifestaciones de libertad, de poder ser
y hacer, se vieron reflejadas, obviamente, a través de las proyecciones
cinematográficas que lo han inmortalizado y que lo hacen un individuo único y
diferenciado.
Sus películas también fueron presa de las
críticas severas al ir, -muchas veces-, en contra de lo “bueno” o “bien visto”
establecido por el sistema e instituciones aliadas, como la iglesia y la familia, de corte sumamente conservador y/o moralista.
Pensando en los inicios de la llamada Época de
Oro del cine mexicano, la industria cinematográfica se enfoca en el rescate de las
tradiciones, del enaltecimiento de la figura charra, siendo el más notorio
ejemplo, el cantante y actor Jorge Negrete. Sin embargo, ante el inminente
crecimiento urbano, industrial y demográfico que experimentaron las principales
ciudades del país como Monterrey, Guadalajara y la Ciudad de México, la cultura
popular pasó de la ruralización a la urbanización, comenzando a “sufrir el
impacto del Pachuquismo protagonizado
por el cómico “Tin Tan”, que es un esfuerzo por ocultar el origen rural
mediante una indumentaria grotescamente urbana” (Gómez-Jara, 1990, p. 297).
Sus películas son una constante sátira sociopolítica
hacia el orden tradicionalista, conservador, o Cultura oficial, que pregona el
Estado. Mientras actores contemporáneos al Pachuco
hacen discretas alusiones a las inestabilidades políticas, económicas,
culturales y sociales emanadas del partido que gobernó México durante poco más
de 70 años, “Tin Tan” fue mucho más explícito u osado.
En El
Rey del Barrio (1949) del director Gilberto Martínez Solares, lanza
críticas a “la pujante clase política y empresarial que se enriquece de forma
inexplicable” (Nájar, 2015), al decirle a su carnal Marcelo, “¡mire nomás cuánto ratero millonario anda por
ahí!” En Los Tres mosqueteros y medio (1957),
dirigida también por el director mencionado, hace mofa del cierre de cabarets y
“Casas de mala nota” impulsado por el entonces regente del otrora Distrito
Federal, Ernesto P. Uruchurtu, llamado también Regente de Hierro, funcionario al que “Tin Tan” tardó en saludar en
una visita que hizo a los estudios de San Ángel Inn de la capital mexicana
(Ajenjo, 2015).
Y en la música, “Tin Tan”, según el intérprete Roco, vocalista del grupo La Maldita Vecindad, considera al Pachuco como Padre del Rock mexicano, dada la fusión de diversos géneros musicales que llevó a cabo el alter ego de Germán Valdés. (Quijano, 2005). Cabe recordar la parodia que hace del éxito musical del conjunto británico The Beatles, I want to hold your hand (Quiero estrechar tu mano), que en la versión tintanesca pasó a llamarse Quiero rascarme aquí, cuyos créditos rezan Lennon-McCartney-Tin Tan.
Impacto sociocultural: un genio en libertad
La libertad de ser y hacer, le ayudó a
consolidar a un personaje adelantado a su época; mientras la sociedad estadounidense,
principalmente sus jóvenes, encontraron en James Dean y Marlon Brando, a un par
de símbolos contraculturales, para México ese ícono contracultural y de
liberación lo fue Germán Valdés “Tin Tan”.
Gracias, en gran medida, al avance de las innovaciones
científicas y tecnológicas, casi cada ciudadano en el mundo, tiene al alcance
de su mano el legado social, artístico y cultural del actor mexicano. Sus
películas fueron taquilleras en América Latina y causaron admiración en los
diferentes festivales del llamado Séptimo
Arte alrededor del planeta. En Francia, por ejemplo, aquel interesado que
desea incursionar en la farándula, la obra del Pachuco es esencial en la formación de futuros histriones.
En nuestro país, en el año 2005, salió el
disco titulado Viva Tin Tan (Sony International), donde se aglutinan
grupos y solistas de la tercera oleada del Rock
mexicano como La Maldita Vecindad,
Botellita de Jerez, Café Tacuba, María Barracuda, por
mencionar unos cuantos, que rinden tributo a un símbolo de libertad e
identificación como Germán Valdés.
En suma, “Tin Tan” rompió y creó otro
paradigma que evidenció las carencias y debilidades socioculturales de un sistema sumamente moralista, que se resiste al cambio, y opresor también, en
aras de la formación identitaria de sus individuos. Además puso al descubierto
problemáticas en cuanto a la corrupción, denigración del ser humano y
migratorios se refiere.
Su ideología y forma de ser, que en un
principio fue sumamente criticada por gran parte de la sociedad mexicana, hoy
en día es admirada, extrañada y hasta necesaria.
Ante la ausencia de símbolos de tal magnitud, el Pachuco en cuanto a osadía, rebeldía, creatividad, oposición y libertad alude, es el ícono contracultural y antihéroe por excelencia a seguir, por parte de una juventud nacional que se identifica con su vida y obra.
Fuentes consultadas
·
Agustín, José (2007). La Contracultura en México.
México. Ed. De bolsillo.
·
Ajenjo, Manuel (septiembre de 2015). Germán Valdés, Tin Tan. Obtenido el 17 de diciembre de 2020, en:
https://www.eleconomista.com.mx/opinion/German-Valdes-Tin-Tan-20150916-0004.html
·
Gómez-Jara, Francisco (1990).Sociología. México. Ed.
Porrúa S.A.
·
González Pérez,
Luis Raúl (julio-diciembre de 2012). La
Libertad en parte del pensamiento filosófico constitucional. Obtenido el 15
de diciembre de 2020, en: https://www.redalyc.org/pdf/885/88525239005.pdf
·
Miranda, Antonio (septiembre de 2017). La pelea desconocida entre Tin Tan y José
Vasconcelos. Obtenido el 15 de diciembre de 2019, en: http://www.unionedomex.mx/articulo/2017/09/15/cultura/la-pelea-desconocida-entre-tin-tan-y-jose-vasconcelos
·
Nájar, Alberto (septiembre de 2015). Tin Tan, el comediante mexicano que
popularizó el espanglish. Obtenido el 17 de diciembre de 2020, en: https://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/09/150919_mexico_cine_tin_tan_german_valdes_an
·
Pacheco, José Emilio (1987). Las Batallas en el
desierto. México. Ed. ERA.
· Paz, Octavio (2000). El laberinto de la soledad. México. Ed. FCE.
· Quijano, Luis (noviembre de 2005). Maldita Vecindad defiende al Pachuco. Obtenido el 16 de diciembre de 2020, en: https://archivo.eluniversal.com.mx/espectaculos/66123.html
Autores
Julián
Flores-Arellano.
Docente de la E.N.M.H. del Instituto Politécnico Nacional; titular de las
asignaturas de Historia y Filosofía de la
Medicina y Sociología Médica y
Antropología Médica.
Ángel Eduardo Gómez-Oliva. Tesista de la Licenciatura en Sociología, con especialidad en el
área de Sociología de la Vida Cotidiana,
por la U.N.A.M.
Correos electrónicos: chinojulian182@hotmail.com; aegomoezo@outlook.es
La revancha de Juliancito Bravo
Cumbia norteña | Por Antonio León |
La ternura que caracteriza a los cachorros es un factor clave
para su supervivencia. La oxitocina, hormona de la ternura, es la responsable
de que el vínculo entre madre e hijo sea el lazo afectivo más fuerte. El
sistema endocrino genera esta sustancia en las interacciones de afecto positivo
y se encuentra presente en todas las manifestaciones de amor por los más
pequeños: caras y ojos de caricatura, agarrones de cachetitos, hablar en gugu
tata y demás tonterías que hacemos con los bebés.
*
De pequeños fuimos graciosos y tuvimos las refacciones de la
ternura completas, pero hay una edad en que nos transformamos en unos entes
desangelados. Se trata de la difícil vida en la adolescencia: muelones, brazos
lagos, respondones, pelucones, sobaquientos, patones, babiecos, latosos y
decididamente insufribles.
*
Juliancito Bravo era un preadolescente y su máxima ilusión
en la vida era hacer la primera comunión. Como si el nuestro no fuera un país
de sacramentos y tamales a la menor provocación, el chico pasó por una serie de
tragedias en su afán por llegar a la eucaristía.
Desde los minutos iniciales de la película Mi primera
comunión (1969), sabemos que esta ceremonia es un mundo aparte, perteneciente a
niños privilegiados, catrines y rubios. Los del primer plano lucen toda la gama
de rubios de Miss Clairol y se ponen mamertillos a la hora de compartir el
pastel y los dulces.
Pedrito (Juliancito Bravo) se dedica a estudiar el catecismo
a escondidas mientras su jefe se muestra intransigente al respecto. Luego se
suaviza y le dice que le dará chance de hacer su pendejada de ceremonia, pero
nada claro, porque los pasteles y los cirios nunca se han pagado solos.
Recuerdo la primera vez que vi esta película en uno de los domingos
espectaculares de estreno en canal 2, a mediados de los ochenta: cine en tono
didáctico y punitivo, para que los morros supiéramos lo afortunada de nuestra
existencia catequizada y sin papás pasados de lanza, sin gritos ni
cachuchazos.
*
Juliancito Bravo, contrariamente a lo que se piensa, nació en
España y desde muy pequeño su familia se instaló en la ciudad de México en
busca de nuevas y mejores oportunidades, mismas que no hallaron en su lugar de
origen. Convencidos de la personalidad del niño, lo anotaron en una
convocatoria para participar en un anuncio comercial de una línea de caramelos
muy famosos: "Los toficos"; pero no resultó seleccionado, no obstante
poco tiempo después fue llamado para empezar a trabajar en el cine y de ahí en
adelante participó en treinta películas. Siempre me he preguntado por las
razones del éxito de Juliancito Bravo, ya que era un escuincle ordinario, con
un tono de voz tipludo que regalaba actuaciones interminables en el registro
"chamaco caguengue".
*
Pedrito se dedica a jimotear por asuntos relacionados con su
primera comunión: que si le dan golpe con sus ahorros, que si el traje es
hermoso y un dependiente de tienda lo ilusiona para que lo compre. Todo lo
anterior en un momento que, en la cinematografía nacional de aquella época
podría ser un género en sí mismo: Las locas aventuras en tienda departamental.
Hay que mencionar los instantes de comedia de la película
–que son pocos, pero bastante desagradables- la banda sonora lamentable y las
locaciones del semanario de lo insólito. En aquellos años se estilaba la
pornografía de la miseria humana en colores que lastiman la vista. Pedrito
accede al mundo del trabajo infantil, pero el asunto termina en la sala de
urgencias. Al final, Juliancito Bravo ve realizado su sueño y somos testigos de
lo mucho que duele que algo salga bien.
Con "Legacy", mexicanos reúnen nuevamente a músicos de Michael Jackson
De futuros imperfectos: distopías en el cine y la literatura
Por Jorge Tadeo Vargas |
Imaginarse el futuro ha sido una de las obsesiones que más se
han desarrollado en la ciencia ficción. Es posible que ésta haya sido una de
las primeras preocupaciones de toda la humanidad. El saber qué nos depara el
futuro, qué se nos viene encima y si estamos preparados para ello, desde ahí es
que los escritores de ciencia ficción lo han ido plasmado. Primero en novelas,
relatos, cómics, hasta llegar al cine y la televisión.
Y es que a pesar de lo que nos puede deparar en el futuro, el
cómo seremos como sociedad dentro de algunos años, no es solo la preocupación
de un grupo de frikis o de geeks que consumen historias fantásticas y que se
reúnen en convenciones para discutir posibles escenarios. Esta preocupación la
tiene toda la humanidad, tanto a nivel individual, como colectivo. No solo las preguntas que todxs nos hacemos: ¿Qué pasará mañana? ¿Llegaré a
viejx y conoceré a mis nietxs? También nos preguntamos qué mundo le estamos
dejando a las futuras generaciones y en esto va implícito, la preocupación
colectiva de lo que nos espera como sociedad.
Aquí se puede dividir entre aquellos optimistas que esperan que
la tecnología nos ayude a vivir mejor, como lo plantean algunos escritores de
ciencia ficción en novelas como “Ringworld” de Larry Niven, algunos cuentos de
Isaac Asimov entre otros. También están aquellos que piensan que no habrá
cambios significativos y claro, los pesimistas/realistas
que creen que la humanidad es un ejercicio fallido y que estamos condenados a
la extinción.
También lo están aquellos que van dibujando futuros distópicos
desde los más apocalípticos como los que presenta Richard Matheson en su novela
“I am Legend” o aquellos donde se presentan gobiernos totalitarios,
dictatoriales que controlan todas nuestras vidas. “1984” de George Orwell,
“Brave New World” de Aldous Huxley y la novela gráfica V of Vendetta, escrita
por Alan Moore y dibujada por David Lloyd son mencionadas hasta el cansancio como
referencias de lo que vivimos actualmente o de lo que nos esperan en el futuro.
También están aquellas historias pandémicas que en estos años
nos parecieron tan familiares, como “Earth Abides” de George R. Stewart, con aquella frase
final tan fantástica: “los seres humanos llegan y se van, solo la tierra
permanece” o en el
cine la versión de 12 Monkeys (1995) de Terry Gilliam, así como una gran
cantidad de cine de zombis que si bien no necesariamente son futuros
distópicos, sí son un presente pandémico.
En ocasiones esto pone a los escritores en una posición de profetas, de adivinos, aunque a decir verdad, de la revolución industrial a la fecha, prever lo que se nos viene encima en el futuro tiene más relación con la historia que con el futuro.
“La ciencia ficción analiza el pasado para así tener una idea de que futuro nos espera” decía Isaac Asimov. Desde ahí, viendo hacia atrás es que se piensa hacia adelante. Algunas veces se acierta; la mayoría de las veces se equivocan. Siempre son referencias históricas envueltas en tecnología.
De los futuros distópicos
que se presentan tanto en el cine, como en la literatura se ha escrito hasta el
cansancio, de cómo nos muestran el futuro que nos espera o el presente en que
estamos viviendo. Desde “Soylent Green” (1973) de Richard Fleischer basada en
la novela “Make Room, Make Room!” de Harry Harrison hasta series como
L'Effondrement (2019) del colectivo francés “Les Parasites”.
La evolución de las
historias distópicas han venido dando un giro importante en lo que se piensa
contar. Sagas blockbusters como “Mad Max” de George Miller o “Terminator” de
James Cameron aún insisten en mostrarnos esos mundos apocalípticos donde el
héroe sobrevive gracias a que es el más inteligente, el más fuerte, el más
hábil con las armas, donde los gobiernos no existen y el mundo devastado se
compone por pequeños feudos, donde por medio de la violencia los más fuertes se
imponen a los demás. O en la contrapartes ya mencionadas con gobiernos
totalitarios, tiránicos que mantienen el control de todo y de todxs.
Esta crítica se hace
desde una postura anticapitalista, teniendo como escenario el capitalismo de
plataforma y las zonas de sacrificio. Algo que se ve muy poco en el cine, las
series y la literatura actualmente. Ni siquiera películas como Elisyum (2013)
de Neil Bloomkamp que describe a la perfección el escenario neo-feudal que nos
espera tiene una crítica real al capitalismo. Aquí analizaremos ejercicios que
si tienen esta critica.
La primera película a
mencionar es “Idiocracy” (2006) dirigida por Mike Judge que tiene en su
currículum ser el creador de “Beavis and Butthead”, “Kings of the Hill” y la
película “Office Space” donde hace una feroz critica a lo que eventualmente
David Graeber llamo trabajos de mierda.
En “Idiocracy”, Judge
muestra un futuro donde la sociedad norteamericana, después de años de
influencia y control de las corporaciones transnacionales por medio de la
propaganda en la televisión. (fue antes del boom de las redes sociales y las
plataformas de streaming) son incapaces de protestar, de movilizarse contra
ellas, ni siquiera son capaces de criticar en sus casas, no por miedo, solo no
saben cómo hacerlo.
Viven repitiendo
eslóganes que las corporaciones les transmiten en el día a día, mientras que el
gobierno es un espectáculo al más puro estilo de la WWE. Así el protagonista
que es un tipo del presente que se queda
atorado en una cámara criogénica, tiene una inteligencia promedio, nada
extraordinario pero que con un poco de sentido común intenta hacer cambios
mínimos en la sociedad, como involucrarse en los problemas y buscarles
solución.
Judge desde la sátira y
la ironía hace una crítica a las formas que usa el capitalismo para
controlarnos. Aunque previo a las plataformas éstas se ven reflejadas en
algunas acciones, como los programas de TV basura de pura inmediatez, las fake
news, entre otras.
Rivera hace un estupendo
análisis de como el capitalismo nos va quitando todo para su propio beneficio y
quienes resisten se ven perseguidos, criminalizados, desde el presente, nos
dibuja un horrible futuro. Aunque fue muy comparada con “Matrix” en su momento,
“Sleep Dealers” es mucho más directa y concreta a la hora de la denuncia.
En la literatura, el
australiano Max Barry después de su debut con la novela “Syrup” llego con
“Jennifer Goverment” una desenfrenada sátira noir que nos muestra un futuro donde
las corporaciones transnacionales han tomado todo el control del mundo formando
alianzas y compitiendo de tú a tú con el gobierno.
Su critica
anticapitalista, aunque bastante marxista y pesimista disfrazada con mucho
humor negro, satírico, muestra la frialdad con la que se manejan los ejecutivos
de las corporaciones y cómo el capitalismo se roba el mantra de lucha de la
izquierda para ellos también decir “por todos los medios necesarios”. Sin
llegar a ser una crítica antigobierno, pero sí anticapitalista, Barry no da
espacio para pensar desde el optimismo; el mundo esta condenado y poco o nada
podemos hacer, más allá de un activismo que a la mayoría de la sociedad le
parece cómico, violento o de gente sin nada mejor que hacer.
En ocho capítulos
filmados en plano secuencia, el colectivo “Les Parasites” muestra un distópico
colapso no muy alejado ni de la realidad, ni de nuestro presente. Con
“L'Effondrement” (colapso en español) van presentando ejemplos de cómo el
capitalismo va afectando a distintos niveles las relaciones de las personas y
sus formas de vida; desde el desabasto de comida, combustible, energía
eléctrica hasta el cómo los ricos ya están preparando su Elisyum para cuando la
civilización se venga abajo.
El cine y la literatura
son una representación de nuestros sueños, tanto individuales como colectivos.
Esto es igual con aquellos que nos hablan de nuestro futuro, no son solo
premonitorios, sino una advertencia a la que no le estamos prestando atención. El
capitalismo tardío esta mutando y la ciencia ficción en todas sus formas lo
está documentando.