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«90 días para el 2 de julio», la elegancia de Espitia y la clandestinidad del amor




Cinetiketas | Jaime López


Existe una notoria sensación de nostalgia en la ópera prima de Rafael Martínez García, "90 días para el 2 de julio", producción nacional estrenada en cines selectos del país, la cual es protagonizada por el nominado al premio Ariel, Armando Espitia ("Te llevo conmigo").

Ello en virtud de la premisa que la sostiene: "Luis, un joven de 20 años, debe permanecer escondido en una casa mientras transcurren las elecciones presidenciales. Esto es lo que le pidió Andrés, su novio y candidato de un partido muy conservador".

Sin caer en la pornografía o chantaje emocional, Martínez García y Espitia nos adentran sutilmente en las expectativas y vida de "Luis", el chico resiliente que ha decidido permanecer en la clandestinidad con la finalidad de no afectar los sueños políticos de su pareja. No importa que eso último implique guardar sus sentimientos bajo llave, teniendo que soportar la irresponsabilidad afectiva o abandono por parte de su novio.

Así, las y los espectadores son testigos de la cotidianidad y frustraciones del protagonista, que se conforma con recibir los retazos de cariño que le arroja su interés romántico, aquel engreído miembro del partido conservador personificado por Luis Arrieta.

Vale la pena destacar el soberbio y orgánico trabajo del estelar (el ya referido Espitia), que saltó a la fama gracias a su interpretación en "Heli", de Amat Escalante.

Y es que su "Luis" es un rol bordado con respeto, dedicación y autenticidad, tanto que la audiencia siente ganas de conocerlo en la vida real y pertenecer a su círculo cercano de amistades.

Al cargar con el mayor peso del filme, Espitia tiene la responsabilidad de generar un vínculo poderoso con el público, sin aburrirlo ni hostigarlo, lo cual logra con creces.

Él y el apoyo que recibe de su colega Danae Reynaud son fundamentales para sacar a flote una producción inserta en el minimalismo escénico, pues solo recurre a una locación para contar toda la historia.

La también protagonista de "Lady Rancho" y "Lecciones para canallas" da vida a la vecina de "Luis", una aspirante a estrella de plataformas digitales, que se convierte en su principal aliada y confidente.

Es tal el carisma que le inyecta a su personaje que crea una sinergia epidérmica y fresca con Espitia, que se agradece apreciarla en la pantalla grande.

Cabe agregar que, pese a sus tintes políticos, "90 días para el 2 de julio" es una propuesta sobre la pérdida de la inocencia y el desamor, que se apoya notablemente en su dirección de arte para mostrar los cambios de su estelar.

De ese modo, la casa o espacio donde se resguarda "Luis" es otro personaje más, que se va llenando o vaciando de cosas conforme se desarrolla la historia. Un filme realmente recomendable.



Cuatro realizadoras son nominadas al Ariel; "Huesera" es el filme con más postulaciones



Cinetiketas | Jaime López


Este martes, se registró un hecho histórico en las nominaciones al premio Ariel 2023, pues por primera ocasión cuatro realizadoras son postuladas al mismo tiempo en la categoría de Mejor dirección.

Se trata de Natalia Beristáin, por "Ruido", Michelle Garza Cervera, por "Huesera"; Lucía Puenzo, por "La caída"; y Alejandra Márquez Abella, por "El norte sobre el vacío".

Junto con ellas, fue nominado el ganador del premio Oscar, Alejandro González Iñárritu, que está participando con su más reciente producción titulada "Bardo, falsas crónicas de unas cuantas verdades".

La mayor cifra de mujeres cineastas nominadas al Ariel ocurrió en el 2018 cuando fueron postuladas Issa López ("Vuelven"), Lucía Gajá ("Batallas íntimas") y Natalia Beristáin ("Los adioses").

Sin embargo, ninguna de ellas se llevó el galardón a mejor dirección, el cual recayó finalmente en Amat Escalante por "La región salvaje".

Por otra parte, las nominaciones dadas a conocer en el Auditorio del Museo Tamayo por los actores Fátima Molina y Emiliano Zurita dan cuenta de que también hay preponderancia femenina en las categorías de ópera prima, guion original, cortometraje de ficción y fotografía.

En tanto, "Huesera" es el filme con mayor número de postulaciones, un total de 17, entre ellas, actriz, coactuación femenina, sonido, música original, revelación actoral, dirección, película y ópera prima.

Le sigue "El norte sobre el vacío" con 16 candidaturas; la película en cuestión fue estrenada directamente en plataformas digitales, en Prime Video.

Cabe recordar que este año la entrega del premio Ariel se realizará por primera vez en Guadalajara, esto el próximo 9 de septiembre.

¡Que viva México!: buenas actuaciones, poca crítica a la 4T



Cinetiketas | Jaime López |



Desde su primera secuencia, el nuevo proyecto filmico de Luis Estrada, "¡Que viva México!", trata de mofarse de la polarización que se vive en el país, pues confronta a pedantes burócratas enfundados en trajes de gala con dos personajes que están ataviados con indumentarias humildes.

En el enfrentamiento aludido, el cineasta echa mano de diálogos que nos recuerdan el actual contexto político, debido a que incluye términos como "fifís", un concepto que, en años recientes, ha sido promovido intensamente por el titular del ejecutivo federal, Andrés Manuel López Obrador.

Lo anterior podría ser el presagio de un discurso enérgico y contundente contra la gestión del político tabasqueño, que, sin lugar a dudas, no es santo de devoción de muchos sectores.

Sin embargo, "¡Que viva México!" no va más allá de las generalizaciones y señalamientos poco elaborados respecto al líder de las izquierdas mexicanas.

Es decir, Estrada no profundiza en su crítica o en las acusaciones hechas por la oposición acerca de que Obrador está convirtiendo a México en la nueva Venezuela o que tiene pensado reelegirse para perpetuar su proyecto político.

El "gag" más memorable contra la denominada Cuarta Transformación tiene que ver con el discurso enarbolado constantemente por el presidente de México, consistente en que su administración ha acabado con la corrupción de un día para otro.

De ahí en fuera, el argumento de la cinta está enfocado en burlarse de la población de a pie o los simpatizantes de Morena, es decir, el llamado "pueblo bueno".

Ello representa un arma de doble filo para la audiencia, debido a que puede acentuar los estereotipos relativos tanto a las clases marginadas como a las personas más acaudaladas.

De ese modo, "¡Que viva México!" muestra a la ciudadanía de escasos recursos como gandalla, vengativa, iletrada y ambiciosa, un enfoque que recuerda la visión clasista de Michel Franco en "Nuevo orden".

A pesar de lo anterior, así como de su excesiva duración (3 horas y 10 minutos) o su desabrido desenlace, el filme ha rebasado el millón de espectadores en las salas mexicanas, colocándolo como la segunda cinta nacional más exitosa en lo que va del año.

En cuanto a las interpretaciones, siempre es gozoso ver en pantalla grande a los ganadores del Ariel, Damián Alcázar y Joaquín Cosío, que en esta película dan vida a tres roles cada uno. No obstante, ninguno de ellos es inolvidable como ocurrió con el "Varguitas", de "La ley de Herodes" o "El Cochiloco", de "El infierno".

En contraste, Cuauhtli Jiménez y Mayra Hermosillo cautivan con sus roles de "Jacinta" y "Gloria", respectivamente, quizá porque aportan frescura y un gran "timing" a la trama.

Además, ambos personajes participan en escenas que hacen guiños a clásicos del séptimo arte nacional, por ejemplo, "El lugar sin límites", de Arturo Ripstein, o "El infierno", del propio Luis Estrada.

Cabe agregar que Hermosillo añade una sensualidad a flor de piel a su "Gloria", lo que probablemente le consiga algunas nominaciones en festivales o premiaciones.



La gente que no ha visto teatro musical, no ha sido totalmente feliz: María León



Jaime López |


Desde el pasado 10 de abril, la cantante y actriz mexicana María León forma parte del elenco de "Mentiras el musical", la prestigiada obra que lleva más de una década en cartelera.

En el marco de la presentación de su personaje, "Lupita", indicó que el teatro es un elemento imprescindible para la ciudadanía, porque le puede ayudar de distintos modos.

Así, refirió que las artes escénicas pueden ser un reflejo de los estados de ánimo del espectador, un espacio para desahogarse o, inclusive, una oportunidad para analizar un discurso político.

"Si la gente no ha visto teatro musical, creo que no están siendo totalmente felices en su vida. El teatro es un acto de generosidad y un acto de fe, en donde se genera o se comulga con el público", expresó.

La intérprete reviró la opinión de aquellas voces que no son adeptas al teatro musical, subrayando que este tipo de manifestación cultural toca fibras sensibles e importantes.

"Es un espejo, pero también a veces es un discurso político y también una relajación emocional del estrés que vivimos en la semana. Le puedes dar la función que tú quieras al teatro, pero no nos perdamos la oportunidad de vivir esa experiencia irrepetible", sostuvo.

Acerca de la responsabilidad afectiva en las relaciones de pareja, que es una de las temáticas abordadas de manera indirecta en "Mentiras el musical", María León destacó la relevancia de poner límites.

Ello, en especial, cuando las personas se caracterizan por ser complacientes y no decir directamente lo que sienten o piensan. Si bien reconoció que se trata de un tema complejo, que puede variar dependiendo la idiosincrasia de cada individuo, dijo que una posible solución para evitar dañar a otro ser humano es la honestidad.


"Yo soy una persona complaciente, por ejemplo, entonces, yo estoy trabajando la permisibilidad: qué permito, cuánto permito, hasta dónde, límites, entonces, depende de cada quien", declaró.

La artista aprovechó el cuestionamiento en cuestión para describir a su personaje, manifestando que es una mujer que no tiene filtros y que trata de ser plena y libre, pero que ha padecido violencia.

"Es una mujer dolida que vive su vida con una plenitud y con una libertad, sin filtros, también te habla mucho de hasta dónde es su feminismo y responsabilidad".

Por otra parte, María León reveló que su primer acercamiento con el teatro musical lo tuvo cuando acudió a las obras protagonizadas por Lolita Cortés, una de sus ídolos.

También manifestó que su rol en "Mentiras el musical" ("Lupita") es un reto actoral debido a que la hace incursionar en el género de la comedia.

La puesta referida se exhibe de vienes a domingo en el Teatro Aldama, en distintas funciones. Tiene una duración aproximada de 150 minutos y es apta para adolescentes y adultos. La cuota de recuperación va desde los mi 170 pesos hasta los mil 950. Los accesos se pueden adquirir tanto en la taquilla del recinto como en Ticketmaster.

"Manto de gemas", la aniquilación de un país



Cinetiketas | Jaime López |


Tres mujeres entrecruzan sus destinos en un país donde la desaparición forzada se ha vuelto una constante y un monstruo de mil cabezas. Esta podría ser la base argumental de "Manto de gemas", la ópera prima de Natalia López Gallardo, creadora que tiene una amplia trayectoria en el montaje de filmes.

Sin que hasta ahora alguien haya escuchado el motivo del nombre del largometraje, estrenado hace algunos días en distintas partes de la República Mexicana, la obra constituye una dura representación de la violencia en nuestro país, una violencia que hace convivir muy de cerca a víctimas y victimarios.

Aventurándonos a dar una hipótesis al respecto, tal vez el manto de gemas al que alude la directora López Gallardo simboliza lo siguiente: un trío de piedras preciosas que han sido extraídas de su ambiente o entorno habitual en contra de su voluntad, para ser talladas o convertidas en otro tipo de entes, los cuales son cubiertos por un largo velo fúnebre.

Así, la muerte acecha a "Isabel", "María" y "Roberta" (las protagonistas del relato), desde el inicio de la historia, aunque no de manera literal, sino en diversos sentidos.

La primera de ellas se encuentra en medio de un rompimiento de pareja, pero deja de lado su duelo para dar con el paradero de la hermana de su trabajadora doméstica, a pesar de que ello ponga en riesgo su vida.



En tanto, "María", por sus problemas económicos, ayuda a un grupo de secuestradores, quizá desesperada por sufrir la marginación por parte de un sistema financiero y una sociedad que excluye a miles de personas como ella, abandonadas a su suerte (casi siempre mala, con final trágico).

Por su parte, "Roberta" es una policía municipal que forma parte de una cadena de corrupción y complicidad criminal, la cual detesta ver a su hijo "jugando" al narcotráfico.

Una amalgama de rostros femeninos que develan la aniquilación o defunción de un país que ha sido sometido a la normalización de la violencia en todas sus modalidades: emocional, económica o física.

Acerca de la narrativa, la realizadora opta por una yuxtaposición de imágenes no convencional, que exige una audiencia activa desde el primer minuto del metraje.

De ese modo, los detalles y diálogos en la mayoría de los fotogramas de "Manto de gemas" se van hilvanando paulatinamente y, en determinados momentos, hasta de manera poética.

Ejemplo de eso último es una de sus escenas más memorables, en la que López Gallardo muestra a un hombre linchado, mientras varias personas a su alrededor solo se quedan viendo su combustión sin mover un solo dedo.



El relato escrito por la propia directora y protagonizado por Aída Roa, Antonia Olivares y Nailea Norvind, también lanza una crítica velada a la banalización de la violencia mediante el personaje interpretado por Juan Daniel García, que apuesta por convertirse en un influencer del crimen organizado.

Además, "Manto de gemas" también se adentra en retratar la indiferencia de una familia adinerada, cuya matriarca no tiene la disposición de comprender las realidades de las nuevas generaciones, incluyendo la situación de su hija, que está inmersa en una vorágine de destrucción.

La película fue estrenada el pasado 8 de marzo en salas de México, a casi un año de haber ganado el Oso de Plata durante la edición del Festival de Cine de Berlín.



"EO": la (in)humanidad a través de los ojos de un burro



Cinetiketas | Jaime López |


Un burro gris es el hilo conductor de "EO", película polaca que mezcla dosis de ficción, documental y surrealismo para retratar la insensatez del ser humano, ese que constantemente busca controlar el mundo sin importarle el bienestar de otras especies.

Narrada desde el punto de vista del cuadrúpedo y sin otorgarle ninguna expresión antropomórfica (como ocurre en ciertas producciones animadas), el filme dirigido por Jerzy Skolimowski es una oda a la materia prima del celuloide: la imagen y el sonido.

Derivado de lo anterior, cada partitura musical y encuadre se conjuntan poéticamente para cautivar las pupilas y sentidos de los espectadores y, de paso, ponerlos en las patas de "EO", cuya vida se ve trastocada cuando deja de ser artista de un circo por las protestas de un grupo de ciudadanos que rechazan los espectáculos con animales.

Desde el primer minuto de la cinta, la fotografía comandada por Michał Dymek recurre a filtros rojos para acentuar la visión onírica del protagonista, pues es un ser que desconoce la malicia e irracionalidad de los hombres, pero también las inclemencias del bosque y la Madre Tierra.

En su descubrimiento, "EO" no tiene noción de las fronteras y su aprendizaje parece la acumulación de pedazos de historias, que en la película aparentemente no tienen conexión alguna, pero que, de alguna manera, están concatenadas para comprender el contexto del estelar.

Exenta de diálogos extensos, la obra nominada al Oscar es un tipo de road movie pro-animalista, que lleva a la audiencia por distintas emociones sin necesidad de recurrir a situaciones maniqueístas o que rayen en la cursilería ramplona.

Así, las aventuras del estelar son mostradas sin romanticismo y los homo sapiens deambulan entre quienes son condescendientes con "EO" y aquellos que lo ven con indiferencia o superioridad.

Ojo a la secuencia en la que el protagonista recorre un bosque en medio de la noche, porque da cuenta del viaje introspectivo al que nos somete el realizador, uno en el que salimos de nuestra burbuja de comodidad para ver el mundo como es, lejos de moralismos o juicios subjetivos.

Gloria, limbo e infierno desde los ojos de un animal. Así podría resumirse la premisa de "EO", que también reflexiona sobre el fanatismo deportivo y religioso, así como acerca del uso de los cuadrúpedos para eventos o situaciones banales.



"La ballena", el cine que confronta



Cinetiketas | Jaime López |


Tuvieron que pasar aproximadamente cinco años para que el cineasta estadounidense Darren Aronofsky retomara las riendas de un proyecto que, en similitud con sus anteriores realizaciones, llevan al extremo a sus protagonistas y retan al espectador, enfrentándolo a sus prejuicios.

"La ballena" es el título de la producción con la que vuelve a ponerse detrás de cámaras el también guionista y ganador del León de Oro.

Basada en la pieza teatral homónima escrita por Samuel D. Hunter, la historia se centra en un hombre que tiene problemas alimenticios, el cual ha decidido reanudar la relación con su hija, a quien abandonó a temprana edad.

El papel en cuestión es interpretado por Brendan Fraser, quien ha acaparado los reflectores de la prensa especializada debido a que no había tenido un rol tan destacable en muchos años.

Más allá de su portentosa recreación de un ser sumergido en una espiral de autodesprecio y recuerdos tormentosos, "La ballena" es una propuesta que sirve para poner el dedo en la yaga respecto a los prejuicios de la gente.

Lo anterior debido a que Fraser da vida a un maestro de literatura que, vía clases virtuales, anima a sus alumnas y alumnos a decir la verdad en sus ensayos, es decir, a no limitarse con escribir de manera correcta.

Ello a pesar de que él esconde su obesidad apagando la cámara de su computadora por temor a la reacción que pueda causar su apariencia.

Es esa contradicción humana una de las las mayores virtudes de "La ballena", cuyo guion fue adaptado por el propio escritor de la obra de teatro, ya que muestra la manera en que los prejuicios pueden hundir a alguien en el exilio o el anonimato y, a la vez, generar reacciones encontradas en los espectadores, dependiendo las ideas preconcebidas de los mismos.

Al respecto, algunas personas que ya pudieron ver el nuevo filme de Aronofsky han relatado que pasaron un mal rato a causa de otros espectadores con los que han compartido función de cine, pues estos se mofaron de la apariencia de "Charlie", el personaje estelar.

Lo anterior habla de la falta de empatía en un gran sector de la sociedad y la manera en que esto puede mandar a las sombras a cualquier persona, sin importar que no solo somos un cuerpo o una cara.

Por otro lado, "La ballena" es un ejercicio de maestría narrativa, porque Aronofsky va revelando pormenores de sus personajes con un gran ritmo y una estupenda edición.

Ojo a las secuencias finales, en donde entrega algunas de las escenas más bellas de la historia, sin que en ningún momento se perciba el origen teatral del texto.

Teniendo la casa de "Charlie" como el espacio predominante de la película, "La ballena" también es dueña de momentos crudos, que cuestionan la hipocresía de la sociedad, esa que no es capaz de escupir las verdades de su interior, disfrazando a toda costa sus torcidos juicios morales.

Aunque a veces parece que la cinta deambula en la delgada línea entre el melodrama exagerado y la denominada "pornografía emocional", tanto Fraser como Aronofsky evitan ello vía su sensibilidad y buen ojo, respectivamente.

Como agregado, es importante destacar a las tres actrices que aparecen en el filme: Hong Chau, Samantha Morthon y Sadie Sink.

La primera de ellas interpreta a "Liz", la enfermera de "Charlie" que no se anda con rodeos, la cual percibe en él a una alma triste que lucha continuamente contra sus demonios.

En tanto, Morthon y Sink dan vida a la exesposa e hija del estelar, respectivamente, que no tienen temor en escupir lo que verdaderamente piensan o sienten, algo que se agradece en una época donde abundan los simuladores o los falsos aliados de los grupos discriminados.

En conclusión, "La ballena" es una propuesta que podría no ser del gusto de muchos cinéfilos, sin embargo, no dejará indiferente a nadie, mucho menos a quienes se ven reflejados en los prejuicios que tienen ciertos personajes, algunos de los cuales son perpetuados por las religiones o los medios de comunicación.



"Ruido", la interferencia de las emociones



Cinetiketas | Jaime López |


El zumbido de la ineficiente burocracia lascera su oído, cerebro y alma. Es una de las primeras interferencias que se encuentra durante la búsqueda de su hija "Gertrudis", la cual, sin duda aumenta su desasosiego.

Es "Julia", el personaje protagónico de la más reciente película de Natalia Beristáin, "Ruido", que refleja el pesar de las miles de progenitoras mexicanas, cuyos familiares han sido víctimas de desaparición forzada.

Con una conmovedora interpretación por parte de Julieta Egurrola, la obra en cuestión recorre varios de los sentimientos que viven las mamás buscadoras durante su periplo.

Es así como la "Julia" de "Ruido" pasa del coma emocional a la ira y de la ira a la desesperación, no sin antes haber realizado una parada temporal en la sororidad y en la indignación.

"Su pinche protocolo es el que nos trajo aquí", reclama de manera enérgica la protagonista en una secuencia del filme, luego de que los servidores públicos encargados del caso de su hija han cometido un error con el expediente de la misma.

El enojo de "Julia" no se detiene ahí. Crece cada vez más hasta hartarse de la inusual compasión que le tiene su esposo, con quien al parecer ya no vive bajo el mismo techo:

"Me encabrona que sea tan amable", expresa con rabia y exasperación en una reunión de mamás buscadoras. Lo anterior es apenas una pincelada de la manera en que la realizadora va construyendo su radiografía acerca de uno de los terrores más actuales de la sociedad nacional.

Un monstruo de mil cabezas que no solo implica la pérdida de la tranquilidad de las familias de las víctimas, sino también el saber sortear la insensibilidad de las autoridades y el acecho del crimen organizado.



Teniendo la ayuda en el guion de Diego Enrique Osorno y Alo Valenzuela Escobedo, Beristáin logra generar una empatía inigualable hacia su "Julia", algo que se agradece enormemente, porque muchas veces la problemática retratada suele ser ignorada por los connacionales.

Sin ser aleccionadora o didáctica, el "Ruido" de la cineasta es una muestra clara de cómo el séptimo arte puede ser una oportuna herramienta de denuncia, que visibiliza con coherencia y profundidad una de las más crecientes pandemias en México.

Sumado a ello, Beristáin recoge con gran acierto parte de los conceptos o neologismos que se han ido incorporando en la población como consecuencia de la desaparición forzada, por ejemplo, "acuerpar", "hijes" o "revictimizar".

Aunque en su recta final, la historia alcanza un tono más melodramático, que no da tregua a falsas esperanzas, "Ruido" es una pieza imperdible de conocer, de difundir boca en boca, para que quienes todavía son ajenos al problema de las desapariciones entiendan un poco mejor las sensaciones y protestas que provoca ese fenómeno.

Cabe agregar que la cinta también es dueña de una gran coactuación por parte de Teresa Ruiz y, además, tiene apariciones especiales muy dignas como las de Nicolasa Ortiz Monasterio y Mónica del Carmen.

A diferencia de "La civil", cuya premisa también se centra en una mamá buscadora, en "Ruido" la ficción no es evidente e incluso recurre al apoyo de una agrupación civil que se ha especializado en la búsqueda de personas.

Eso, junto con las convicciones de Beristáin por seguir reflejando los dolores y esperanzas de las mujeres que han trastocado su vida (abuelas, escritoras famosas o madres coraje), convierten al filme mencionado en una de las propuestas indispensables de este año.


"Babylon", ambiciosa historia sobre la decadencia y creatividad de Hollywood



Cinetiketas | Jaime López |


Aunque "Babylon", la nueva película de Damien Chazelle, tiene secuencias de gran brillantez, que muestran la madurez y atrevimiento del ganador del premio Oscar en lo que respecta a la coordinación de los apartados técnicos, existe una sensación de poca originalidad en la columna vertebral de la historia.

Si bien es cierto que el cineasta originario de Estados Unidos se caracteriza por homenajear algunas de las expresiones artísticas más conocidas de su país, tales como el jazz o los filmes musicales, en su más reciente producción son muy notorias las referencias a "Cantando bajo la lluvia", al grado que la premisa parece una calca de la planteada en 1952 dentro del clásico protagonizado por Gene Kelly, Donald O´Connor y Debbie Reynolds.

Ello en virtud de que se expone el ocaso de las carreras o trayectorias que causó el paso del cine mudo al séptimo arte sonoro, una arista que también ya había sido abordada por la cinta francesa "El artista".

Lo anterior no es un obstáculo para disfrutar de todo el metraje de Chazelle, que alcanza los 180 minutos de duración y que destaca por su prólogo de media hora y sus primeros dos actos.

En los fragmentos aludidos, el guionista y realizador concatena oportunamente distintas imágenes que reflejan la decadencia, caos y excesos que rodean la industria hollywoodense de los años veinte (no muy diferentes a los propios de la época actual), mismas que son reforzadas con una oscuridad y un humor negro nunca antes vistos en su filmografía.

"Babylon" es dueña de escenas fuera de serie, como el paseo de un elefante en medio de una fiesta de élite o la batalla que tiene la protagonista con una serpiente debido a que quiere evidenciar la charlatanería de su progenitor.

Lo anterior demuestra la ambición de Chazelle por superarse a sí mismo, algo que logra en diversos rubros, por ejemplo, el diseño de arte, el manejo de extras o gran parte de la edición.

Sin embargo, el también productor se pierde en el desarrollo de sus múltiples historias, porque no solamente se enfoca en la evolución de la pareja protagonista (Margot Robbie y Diego Calva), sino también da seguimiento a otros roles como el de Brad Pitt, que es el epítome de las estrellas venidas a menos.



Así, uno de los personajes secundarios de "Babylon", el de la artista lesbiana "Lady Fau Zhu", interpretado por Li Jun Lo, no tiene el cierre que se merece, pese a que contaba con todo el potencial para remarcar la doble moral de la legendaria fábrica de sueños occidental.

Por otra parte, hay una percepción de que Chazelle trata de honrar la industria que ha amado desde su juventud, pero también quiere vomitar la ira y sinsabores que le ha provocado la misma.

En esa dualidad es donde el cineasta incluye secuencias e histriones innecesarios, que solo alargan la trama y no aportan nada significativo o innovador al metraje en general.

Respecto a las interpretaciones, Margot Robbie confirma su enorme calidad artística. Ojo a una de las secuencias más llamativas de la película, en donde la actriz tiene un colapso por los problemas que padecían las producciones en los inicios del cine sonoro.

Acerca de Pitt y Diego Calva, se agradece el aplomo y frescura, respectivamente, de ambos histriones, pero son superados por la veterana Jean Smart, quien tiene uno de los diálogos más descarnados de la película consistente en evidenciar a través de su personaje (una periodista) que, tarde o temprano, los seres humanos son desechables en la vida, sin importar que antes hayan gozado de una enorme fama o estatus.



¿Qué habilidades debe tener un buen reportero de espectáculos?



Jaime López


Aunque algunas personas tienen la creencia de que el periodismo de espectáculos no requiere de una gran preparación, lo cierto es que la fuente en cuestión también implica ciertas características y habilidades.

Así lo refirió Hugo Enrique López, conductor del programa "Arriba el Telón", en donde se realizan entrevistas a integrantes del gremio artístico, tanto nacional como internacional.

Con aproximadamente 11 años de trayectoria, Hugo Enrique, como es mejor conocido, señaló que una de las características principales que debe poseer un reportero de espectáculos es estar enterado de lo que sucede en las noticias.

Lo anterior significa tener conocimiento de lo que ocurre en todas las fuentes, no solamente en el universo de la farándula.

Cabe mencionar que Hugo Enrique cursó un diplomado de locución y conducción en la Dirección General de Televisión Educativa, en donde los maestros frecuentemente le preguntaban las notas del día.

Por otra parte, el también excolaborador de la actriz Gabriela Goldsmith mencionó que un reportero de espectáculos deber encontrar un estilo propio, que sea fiel a su personalidad.

Dijo que, en su caso, no se basa en un guión para realizar una entrevista, sino que va desarrollándola con base en lo que le van platicando sus invitados.

Derivado de lo anterior, sostuvo que otra característica que deben tener los buenos reporteros de espectáculos es la capacidad de improvisar.


Las mejores alfombras rojas del 2022


Hugo Enrique reconoció que el año pasado estuvo repleto de diversas alfombras rojas relacionadas con obras de teatro, premieres de películas o hasta entregas de galardones.

También señaló que hubo más eventos que los registrados en los años previos a la pandemia del nuevo coronavirus, quizá porque se reactivaron todas las actividades y foros escénicos.

Acerca de sus eventos favoritos, citó en primer lugar la alfombra roja de 'Fede y sus vecinos", un show protagonizado por el influencer uruguayo Federico Vigevani, quien se caracteriza por subir videos de bromas a su canal de Youtube.

El conductor de "Arriba el Telón" indicó que la celebridad en cuestión es una muestra clara de las personalidades que actualmente son elogiadas por las nuevas generaciones.

"Se escuchan las ovaciones hacia ellos, que ahora son las superestrellas; como yo digo: nos guste o no nos guste, pero ahora es lo que está de moda", expresó.


Otra alfombra roja que calificó como de las mejores del año pasado es la premiere de "Mi suegra me odia", película protagonizada por Itatí Cantoral, que se estrenó a finales de diciembre pasado.

Hugo Enrique resaltó la sencillez y calidez de la intérprete mexicana, que ha sido objeto de diversos memes debido a las frases que han pronunciado algunos de sus personajes.

"Esa alfombra la disfruté mucho, porque Itatí es un amor, es una mujer que todo se toma con humor, que los memes que han hecho de ella los toma muy tranquila, que a todos y cada uno de los medios de comunicación, desde la televisora más grande de México hasta el medio digital más nuevo, ella pasó y les dio entrevista a todos", dijo.

Cabe agregar que el periodista mexicano también es corresponsal en la Ciudad de México de WCN Televisión; en redes sociales se le puede encontrar como @hugokikenice

"A plena luz: El caso Narvarte", cine contra la desmemoria y la impunidad



Cinetiketas | Jaime López |


A finales del año pasado, Alberto Arnaut estrenó su nuevo largometraje titulado "A plena luz: El caso Narvarte", que continúa con su interés por sacar a la luz crímenes que las autoridades mexicanas han tratado de mandar al olvido, porque evidencian su negligencia y corrupción.

La propuesta en cuestión también muestra nuevamente el nivel de impunidad que sigue presente en la sociedad nacional.

Cuatro años después de desenmarañar el asesinato de Javier y Jorge, estudiantes del Tecnológico de Monterrey que fueron ultimados por elementos del ejército mexicano, el cineasta ahora se adentra en el multihomicidio de la colonia Narvarte, en donde fueron ejecutadas cinco personas, entre ellas, la activista Nadia Vera y el fotoperiodista Rubén Espinosa.

El ilícito en cuestión tuvo lugar el 31 de julio de 2015, entre las 14 y 15 horas, es decir, en un lapso del día en el cual se supondría habría mayor vigilancia policiaca y seguridad para la ciudadanía.

Contada como un reportaje a profundidad, con un gran rigor periodístico, "A plena luz: El caso Narvarte" tiene como una de sus primeras virtudes humanizar a cada una de las víctimas.

Lo anterior significa que evita citarlas solamente como cifras, como otros daños sin rostro de la delincuencia que impera en el territorio mexicano, actitud que regularmente no se ve en las noticias exprés que abundan en el país.

En ese sentido, para Arnaut es imprescindible platicar con los familiares de Mile Virginia Martín, Yesenia Quiroz y Olivia Alejandra Negrete, a fin de ahondar en las personalidades y sueños de quienes, al parecer, únicamente se encontraban en el lugar equivocado.



Ello contribuye a contrarrestar la imagen negativa y omisa que las autoridades encargadas del caso quisieron difundir en su momento respecto a ellas, en una era donde la capital del país era comandada por Miguel Ángel Mancera y el estado de Veracruz, por Javier Duarte. Este último acusado por algunas voces de orquestar el multihomicidio en comento, debido a que en su gestión recibió enérgicas críticas por parte del ya referido Rubén Espinosa.

Aunque en la realidad nunca pudo comprobarse la relación de Duarte con el asesinato registrado en la colonia Narvarte, el documental de Arnaut sugiere que uno de sus exfuncionarios fue la mente siniestra del incidente: Arturo Bermúdez Zurita alias "el capitán tormenta".

Cabe resaltar que el realizador recurre a testimonios de abogados y especialistas para sustentar su discurso, el cual tiene como uno de sus principales objetivos combatir la desmemoria y la falta de justicia.

Como un plus, Arnaut no necesita manipular su relato para mostrar el cinismo de la clase política nacional, ya que basta con las declaraciones vertidas por uno de sus entrevistados, Javier Duarte, para que la audiencia emita sus propias conclusiones al respecto.

Producido por el prestigiado periodista Diego Enrique Osorno, "A plena luz El caso Narvarte" es una pieza necesaria de ver en una época donde pululan las notas amarillistas, sin contenido social y carentes de profesionalismo.


«Pinocho» de Guillermo del Toro, un cuento contra la obediencia ciega



Cinetiketas | Por Jaime López | 


Quienes han visto "Pinocho", la más reciente versión fílmica estrenada en Netflix, han llegado al consenso de que, sin duda, se trata de la nueva joya del realizador mexicano Guillermo del Toro.

Fiel a su estilo, el genio nacido en Guadalajara, Jalisco, logra darle un giro de 180 grados al cuento publicado hace 140 años por Carlo Collodi y, de paso, posiciona al subgénero del stop-motion como una gran plataforma para contar historias.

En el argumento coescrito por Del Toro, la marioneta "endemoniada" en poder de "Gepetto" no es producto de la casualidad, sino de un hechizo concedido por un espíritu del bosque que se conmueve por el dolor que padece el carpintero de edad avanzada.

El dolor en cuestión es uno de los elementos inéditos que el creador nacional incluye en su historia para revitalizar los orígenes de "Pinocho" y sustentar varias de sus ideas centrales, entre ellas, no obligar a nadie a cambiar su personalidad para ser aceptado o amado.

Asimismo, Del Toro destruye uno de los preceptos promovidos por Disney en la cinta original de 1940, acerca de que la obediencia ciega es una de las mayores virtudes del ser humano.

Cabe recordar que el genio fílmico es un ejemplo de no subordinarse a los deseos de los demás, sino de ser honesto y fiel a sus convicciones.

En "Pinocho", el rebelde tapatío se las ingenia para incluir una crítica en contra de la religión y el fascismo, dos de los pensamientos que más promueven la obediencia en este mundo.

Por otra parte, el director mexicano incluye nuevos personajes para refrescar su propuesta, por ejemplo, "Spazzatura", una especie de mono que ha sido sometido a lo largo de los años por su dueño y cuya alma se encuentra herida.

Con el personaje en cuestión, nuevamente Del Toro revierte los prejuicios en contra de los considerados parias o monstruos de la sociedad, brindándoles una segunda oportunidad.

Es oportuno agregar que en la versión en idioma inglés, "Spazzatura" es interpretado por la camaleónica actriz Cate Blanchett, quien lo borda con distintos tipos de expresiones sonoras.



En otro orden de ideas, la cinta más reciente del otrora orquestador de "El callejón de las almas perdidas", aborda el tema de la muerte de una manera asombrosa y versátil, pues hay escenas sobre el tema hechas con gran humor y otras con dulzura y franqueza.

Sin caer en el sentimentalismo artificial o maniqueísta, "Pinocho" también hace recordar a la audiencia lo efímero que es la vida y que los momentos que pasamos con ciertas personas pueden ser los últimos de nuestras existencias.

Finalmente, Del Toro echa mano del musical para transmitir su historia, lo que le aporta un plus a su creación, sin importar que aquel género suele ser menospreciado por el público.

Posdata: El buen ritmo del argumento, la espectacular recreación de cada escenario (cortesía del departamento de diseño de arte), el estilo bohemio que le asigna a "Grillo' y un conjunto de diálogos quirúrgicos y contundentes, hacen de "Pinocho" una de las mejores cintas del 2022 y la favorita para ganar la categoría de mejor animación en el premio Oscar.

Si un prieto alza la voz, lo tachan de resentido: Tenoch Huerta en "Orgullo Prieto"



Por Jaime López | Cinetiketas | 


Su voz es punzante: en México hay racismo, aunque varios sectores lo han negado a lo largo del tiempo, entre ellos, los integrantes de la denominada blanquitud.

Ahora, con su despunte en Hollywood, Tenoch Huerta Mejía también pone el dedo en la llaga respecto a ese tema, pero a través de la escritura vía su libro "Orgullo prieto".

En la obra editada por Penguin Random House, el actor ganador del premio Ariel conjunta una serie de apuntes directos, sin medias tintas y sin corrección política acerca de todo lo que rodea el racismo.

Ello incluye el enojo que produce en la gente blanca el que protesten a quienes normalmente han humillado por su color de piel.

"Si un prieto se enoja y alza la voz, se convierte en un salvaje resentido, si una persona blanca se indigna y levanta la voz por los oprimidos, es en cambio un activista", expresa en uno de sus pasajes.

Para quienes han seguido su trayectoria, Huerta Mejía ha denunciado desde hace varios años los tratos indignos que reciben los actores morenos en la industria audiovisual.

Sin embargo, en "Orgullo Prieto" el intérprete también exorciza sus demonios, pues revela que él mismo incurrió en actos racistas, llenos de mala leche, como aquella ocasión de su juventud en la que se burló de la forma de hablar de una mujer indígena.

Derivado de lo anterior, Huerta Mejía precisa que el racismo involucra toda una mezcla de elementos históricos, culturales y sociales, de los cuales muchas veces no somos conscientes.

Así, señala que la invasión de los españoles fue el detonante de la marcada discriminación que aqueja actualmente a la sociedad mexicana.

Por otro lado, el también activista y comunicólogo descarta que en el país exista el "racismo a la inversa", una idea pregonada por personas blancas que presuntamente se han sentido atacadas por su tipo de tez.


En ese sentido, el actor refiere -de manera implícita- que quienes aseguran lo anterior pueden ser objeto de bullying o actos violentos, pero no de discriminación racista.

"El racismo a la inversa no existe, pero sí existe la discriminación, o sea, para rápido, si por ser güerito te agarran a zapes en la fila de la cooperativa para comprar tus tacos en la primaria, evidentemente es un acto discriminatorio, es un acto violento y no debe de suceder. El racismo es un sistema que involucra instituciones, usos y costumbres, representaciones, información, leyes, y, además, es histórico, estamos hablando de 500 años de racismo".

"Orgullo Prieto" fue presentado a mediados del mes pasado en el marco del estreno de "Pantera Negra 2: Wakanda forever", en donde Huerta Mejía da vida a "Namor", el antagonista de la cinta.

Conformado por 224 páginas, el texto relata las discriminaciones que padece un mexicano en distintos ámbitos, entre ellos, el laboral y el social.

Al respecto, Huerta Mejía manifestó en una ocasión su deseo de que "Orgullo Prieto" contribuya a qué más connacionales se sientan satisfechos de lo que son: "para que no haya un 'prieto arrogante', como me nombran, sino que haya millones de prietos orgullosos en este país".

"Bardo", el alucine de Iñárritu que escupe unas cuantas verdades sobre México



Cinetiketas | Por Jaime López |


Muchos comentarios se han hecho con motivo de la más reciente película de Alejandro González Iñárritu, "Bardo...", los cuales, en su mayoría, están enfocados en juicios anticipados acerca de lo plasmado por el ganador del premio Oscar.

Que si la película es un homenaje a su ego; que si el personaje central, interpretado por el extraordinario Daniel Giménez Cacho, es una representación disimulada del director; o que si "El negro" (como le apodan al realizador nacido en la capital del país) recurre a escenas "mafufas" para suplir su presunta falta de solidez argumental.

Para quien suscribe este texto, la obra en cuestión es una hermosa reflexión sobre la vida, la trascendencia y el ilusorio concepto del éxito sembrado por la sociedad.

En una edición cuasi circular, que abre y cierra con la misma escena, donde una silueta negra intenta emprender el vuelo, el filme de González Iñárritu honra su kilométrico título: "Bardo, falsas crónicas de unas cuantas verdades".

Lo anterior en virtud de que el también guionista de la película revela parte de la filosofía que ha adquirido a lo largo de su carrera y de sus experiencias personales, pero las reviste de elementos oníricos que sacarán del confort a los espectadores acostumbrados a que les expliquen las cosas de manera digerida.

En el camino, la obra también incluye apuntes sobre el sistema y la historia nacional; además, lanza algunas críticas a Estados Unidos, algo que se agradece en un mundo que, generalmente, es mojigato e hipócrita.

A pesar de sus secuencias aparentemente ilógicas, por ejemplo, cuando el rol de Giménez Cacho busca un pez en un transporte que se inunda de la nada o cuando el protagonista adquiere una forma niñezca al reencontrarse con su padre, la historia tiene un aire melancólico y honesto.

Las "falsas verdades" escupidas a lo largo de la trama por el realizador propician una revisión de nuestras propias existencias y del legado que probablemente vamos a dejar a nuestro alrededor, ya sea mediante los amigos que se emocionan con nuestros triunfos o con las historias que contamos y transmitimos a través de nuestro trabajo.

La trascendencia que plantea González Iñárritu también se extiende a las personas que, por diversas razones, se convirtieron en enemistades longevas e incómodas.

Es cierto. "Bardo..." no es para todos los gustos y puede parecer algo larga y pretenciosa. No lo es, según el humilde cinéfilo que escribe esta reseña. Sin embargo, requiere una lectura más epidérmica, no superficial, no típica, mucho más compleja, como la vida misma.

A final de cuentas, el proceso existencial de cada individuo no es circular, ni lineal y está conformado por altas y bajas.

Cabe agregar que la obra también incluye una mofa a los programas ridículos producidos por el mainstream televisivo nacional y, además, plantea un bello homenaje a los sonidistas y los actores que trabajan en doblaje o hacen voz en off, como el propio Giménez Cacho.

A eso hay que sumar la lente de Darius Khondji, que acentúa el surrealismo de la nueva cinta de González Iñárritu, pero que también ensalza a la Ciudad de México, demarcación que puede considerarse como una latitud llena de magia, historia y verdades incómodas.



"La exorcista" reinventa el género y homenajea al terror mexicano de antaño: Evoli


Cinetiketas | Jaime López |



La semana pasada arribó a los cines de México el filme "La exorcista", con el que el realizador y coguionista, Adrián García Bogliano, busca revitalizar el género de las posesiones demoníacas.

La protagonista, María Evoli, platicó en su momento que la historia modifica la estructura tradicional que suelen tener ese tipo de cintas. También reconoció que no es ajena al género, pues ha participado en muchas producciones similares como "La habitante" o "Tenemos la carne".

Precisó que, aunque esa última película, protagonizada por Noé Hernández, no es propiamente de terror, sí se inscribe en uno de sus subgéneros, el de la fantasía.

Añadió que "La exorcista" también rinde un tributo al cine mexicano de terror de antaño debido a que cuenta con la participación especial de dos de sus intérpretes más representativas: Norma Lazareno y Tina Romero.

La primera de ellas estelarizó "Hasta el viento tiene miedo" y "El libro de piedra", a finales de los años sesenta, bajo la dirección de Carlos Enrique Taboada, considerado el maestro del género en el territorio nacional.

Por su parte, Romero fue protagonista de "Alucarda, la hija de las tinieblas", que se estrenó en 1977 y que es considerada una película de culto entre los fanáticos.

Regresando a las declaraciones de María Evoli, la actriz adelantó que está grabando una serie para la plataforma Vix llamada "La hora marcada", que es el remake de la famosa serie homónima de finales de los años ochenta, en donde se forjó uno de los mayores especialistas del género, el cual ha sido galardonado con el premio Oscar, Guillermo del Toro.

En cuanto a la película "La exorcista", la trama resulta un buen vehículo de entretenimiento para los aficionados a ese tipo de propuestas, que, además, tiene apuntes implícitos contra la violencia de género.

Muestra de eso último es que por primera ocasión se deja el mando a una mujer, algo que contraviene los preceptos machistas de la iglesia católica en donde se prohíbe que el sector femenino participe en un exorcismo.

Asimismo, la protagonista guarda un secreto familiar, que retrata una de las mayores problemáticas que padecen decenas de connacionales.

Sumado a lo anterior, se agradece que ahora sea una mujer, y no un hombre, quien intervenga en el cuerpo de la persona poseída, que en este caso es una habitante embarazada del pueblo de Arquímedes.

Por otro lado, se debe destacar la buena química entre Evoli y el rol personificado por Ramón Medina, el cual es una especie de comisario de la comunidad.

Finalmente, el elenco es cobijado por grandes histriones nacionales como Salvador Sánchez y la ya referida Norma Lazareno.




Lecciones para canallas, entre la ausencia paterna y el cine para divertirse



Cinetiketas | Por Jaime López |


Aunque conscientemente la trama de Lecciones para canallas, el tercer largometraje de Gustavo Moheno, no tiene la intención de referirse al abandono paterno, "un mal endémico" de México, como lo definió el propio realizador en una entrevista concedida a este servidor, indudablemente el tema está presente y sirve como catalizador de los protagonistas.

Y es que la cinta muestra a una hija que crece sin su progenitor, pero que se ve orillada a buscarlo tras la muerte de su madre, aunque esto haga que se involucre en el universo de las estafas de poca monta y las apuestas, ya que es el contexto en el que se desenvuelve su padre.

Contada en clave de comedia y protagonizada por el ganador del premio Ariel, Joaquín Cosío, así como por Danae Reynaud y Diana Bovio, Lecciones para canallas es una propuesta amena, que se asemeja a una rica botana, la cual entretiene el paladar (en este caso, el alma) de principio a fin, pero que no es completamente sustanciosa e inolvidable.

Si bien es cierto que tiene muchas secuencias divertidas, con rasgos o expresiones propios de la idiosincrasia mexicana, el giro final es algo predecible y no permite que los personajes evolucionen oportunamente.



Eso sí, se agradece tener un filme alejado de las fórmulas románticas que tanto se han explotado en fechas recientes, las cuales han resultado un éxito de taquilla, aunque no de calidad. Sí, me refiero a la mayoría de esas películas simplonas y narcisistas, que estrenan con cientos de copias, las cuales son estelarizadas por el clan Derbez o el comediante-conductor, Omar Chaparro.

En ese sentido, Cosío confirma porque es uno de los histriones más talentosos del séptimo arte contemporáneo, que se mueve como pez en el agua con su rol de "Barry el sucio", un tipo imperfecto que tiene que decidir entre continuar con su estilo de vida o responsabilizarse de su hija.

Por su parte, Diana Bovio vuelve a demostrar su vis cómica, además de que aporta una gran credibilidad a su papel de femme fatale con buen corazón.

En cuanto a Reynaud, es clara su transformación histriónica desde Lady Rancho, pues está muy natural en su caracterización y tiene una buena química con los actores principales.

Sumado a lo anterior, Lecciones para Canallas brilla por las participaciones especiales de los experimentados Karina Gidi y Juan Carlos Colombo, en tanto, Daniel Tovar tiene una intervención breve, pero digna de reconocerse.



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