Call me old fashioned… please! | Por Mónica Castro Lara |
O ‘Como un
neoyorquino sorprendió a más de cincuenta mil personas al sentir tanto frío que
pidió un abrigo, gorro, bufanda y unos guantes azules para su concierto en
Ciudad de México a tan sólo quince días de entrar la primavera’. Me parece un
título más adecuado peeeero, seguramente me lo iban a editar (además que de por
sí soy PÉSIMA para darle título a mis textos y Alex lo sabe ¡já!). Pero bueno...
eso fue lo que sucedió y prometo platicarles el chisme completo unas líneas más
adelante.
Justo estoy
saliendo del que aseguran, es el último concierto del gran Billy Joel en México y, mientras intentamos salir del caos del
estacionamiento del Foro Sol, quise empezar a redactar esta pequeña reseña
aprovechando que tengo la adrenalina a tope. Tras tres horas y media de espera -porque #Provincia-, apareció en el escenario el buen Billy y fue ‘Big Shot’ la que hizo que se me fuera
pasando el enojo, el cansancio y el hartazgo de estar esperando y viendo como a
los chilangos les vale madre llegar a la hora que sea y con toda la calma del
mundo y por ende, retrasar hora y media un concierto. ¡Ah! Porque déjenme
decirles que a esta mujer que están leyendo, le empezó a dar un ataque de
ansiedad porque se acercaba la hora y no había NA-DIE. “Por eso el país los
odia” pensé mientras seguía llegando la gente en pleno coro de ‘Pressure’.
De inmediato el
piano de Joel nos puso de excelente ánimo y todos los que estábamos apretados
en las gradas –porque #Pobre-, intentábamos con dificultad movernos a su ritmo,
tanto porque su música es altamente contagiosa, como para tratar de calentarnos
y sobrellevar el pinche frío que hacía. Vayan haciéndose una idea de qué tan
terrible estaba el clima, porque el mismísimo Joel nos lo rectifica. Cuando
termina de tocar ‘The Entertainer’
(la tercera canción) es cuando el buen ‘Billy the Kid’ pide que le traigan una
bufanda, un abrigo y un buen gorro porque: ‘Guys, it's freezing out here I hope
you are all doing alright’. Y sí, fucking frío mi Billy, fucking frío.
Pero, comenzaron
los primeros acordes de ‘Honesty’ y
uy... qué cosa. El ‘new yorker’ nos anticipó que normalmente no la canta, así
que nos hizo sentir bien afortunados. Aquí, justo aquí, fue donde empecé a
cantar de principio a fin y no le pregunten a mi garganta en qué estado quedó.
Le siguió ‘Don’t Ask Me Why’, ‘The Stranger’ y su pequeña pero
significativa ‘rendition’ de ‘Tequila’
(tengo la prueba en mi celular). Luego, el momentazo de la noche: nos puso a
elegir entre ‘Just The Way You Are’
y ‘Vienna’. ‘No mames, no mames, no
mames, no nos hagas esto’. ¿En serio cree que podríamos elegir una sola? Ambas
son LEGENDARIAS, ¿qué se cree? Y afortunadamente, Diosito me hizo el milagro y cantó
ambas. No les voy a mentir: lloré, lloré y lloré con ‘Vienna’; la canté/grité enterita y me sentí completa por unos
breves instantes. Qué hermoso poder de sanación tiene una simple –pero muy
significativa- canción. Y sí, soy una ñoña y no me importa en lo absoluto.
Le siguieron ‘Say Goodbye To
Hollywood’, ‘New York State Of Mind’,
‘Allentown’, ‘I Go To Extremes’, ‘She’s
Always a Woman’ y así. La
gente se prendió muchísimo con ‘My Life’
y ‘The River Of Dreams’ y después de ‘Scenes From an Italian Restaurant’ cantó
la que yo pensé sería el cierre de su concierto: ‘Piano Man’. Todo el Foro Sol se estremeció y coreó a todo pulmón
este emblemático tema de principio a fin; es increíble ver el estadio encendido
(literal y figurativamente) y ver las caras de aquellos que fuimos a ver a
Billy ‘to forget about life for a while’.
Se sale. ‘¿Y ya?
¿Eso es todo? Le faltan un montón de éxitos’. Qué ingenua Moniquita, ¡por
supuesto que regresaría! Hace unos días vi el setlist de su último concierto en
Nueva York y efectivamente cerró con ‘Piano Man’, por eso me sacó de onda. Pero,
tan sólo fueron unos minutitos los que se hizo del rogar y regresó con TOOODO
para interpretar ‘We Didn’t Start The
Fire’ lo que nos puso a bailar, saltar y gritar. Le siguió ‘Uptown Girl’, ‘It’s Still Rock and Roll To
Me’ y, ahora sí, cerró con ‘You May
Be Right’. Un ‘encore’ de
cuatro canciones para la posteridad.
‘Gracias México,
buenas noches. Vayan con Dios’ su frase de despedida y en español. Un
conciertazo de veintisiete canciones, con un juego de luces y sonido
espectacular que hizo que se me olvidaran estos días tan tristes, pesados y
abrumadores. Billy Joel me reafirmó que
efectivamente es ya un artista consagrado, que a sus casi 71 años tiene un
vozarrón envidiable (perdona Elton John pero tú ya no cantas ni madres) y que
sus letras, estremecen a muchísimos mexicanos y de todas las edades.